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Y vendrán amores | STONY AA [Continuación Grande Amore] por Mylo Shinobu

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Notas del fanfic:

Nota especial: Leer Grande Amore

Y vendrán amores


Y no habrá temores


Y tendrás felicidad


Steve azotó la puerta con furia. Provocó el brinco de Tony tras el susto. Jamás lo había visto tan molesto, menos con él pero no podía culparlo... Tony había ocultado cosas y eso siempre era el problema entre ellos. Tony ocultando cosas. Se sentó mirando la puerta esperando a que Steve volviera.


Le dijo que estaban esperando un hijo y Steve era feliz. Lo que no le contó fue los problemas que eso podían ocasionar en Tony. Morir en el mismo parto en el peor de los casos. Steve se enteró hasta que fueron al doctor y este se lo dijo. Cuando llegaron a casa no quiso discutir pero ante la insistente disculpa de Tony, Steve salió dejando a Tony sintiéndose culpable.


Dejó que pasaran unos minutos y cuando tomo valor, salió. Steve estaba fuera del departamento donde vivían, sentado a un lado de su puerta en el pasillo, pensando. Suele hacer eso cuando discuten y no quieren alargar la pelea. No les gustaba estar enojados tanto tiempo.


Tony se recargó a un lado, hizo un leve esfuerzo sentándose junto a él. El vientre ya se le estaba abultado y empezaba a ser complicado moverse. No dijo nada buscando las palabras.


-Steve... Yo...


-¿Por qué me lo ocultaste?-lo interrumpió- ¿A caso quieres hacerme sufrir? Tony... A veces no te entiendo.


-Lo siento pero no sabía cómo decírtelo. Quería pero... Era complicado. Después de lo que pasamos no quería que nos quitaran la oportunidad. No lo soportaría.


-Yo no soportaría perderte y eso pasa si se complica la situación. ¿Por qué no piensas en ti un momento? ¿En nosotros? Sé que eres el gran Tony Stark, el genio que no le tiene miedo a nada pero... Yo te necesito conmigo. ¿No somos un equipo?


-Siempre será así... Solo yo... Lo siento-Tony se recargó en el hombro de Steve-. Pero ya no hay vuelta atrás. Solo dime que estarás conmigo siempre-Steve sonrió tranquilo.


-¿Estás tratando de cambiar el tema?


-Sí.


-Claro que siempre estaré contigo, Tony... Prométeme te cuidarás y harás todo lo que el doctor te pida.


-Lo prometo si me cargas a la casa y me llevas a la habitación.


-También hay que poner un límite a eso.


-Yo hablaba de dormir pero tu idea me gusta más-Steve lo miró, ambas miradas se contemplaban con ternura. Steve le dio un beso en la frente.


Se levanto para poner en posición y cargar a Tony. No lo había hecho desde la boda. Tony lo abrazó del cuello mientras era llevado. Al observar a ese hombre rubio tan cerca, solo se le ocurrió morderle el costado del cuello provocándole un cosquilleo y una risa a ambos mientras se cerraba la puerta del cuarto.


***


Tony entró molesto, le cerró la puerta a un Steve que parecía desesperado. Steve entró y trató de acercarse a Tony que estaba sentado con un puchero en los labios. Se sentó a su lado buscando su mirada pero Tony se la negaba. Realmente estaba molesto.


-Tony... ¿Por qué te enojas? Ya te dije que solo me saludo. No pasó nada.


-Eso dices tú pero yo vi otras intensiones.


-¿De qué hablas? Peggy solo...


-Tu ex – recalcó Tony, Steve suspiró cansado.


-Tony... Ella está casada y tiene un hijo. Deja de hacerte ideas raras. Ella pasó por ahí y solo me saludó.


Tony no escuchaba, se cruzó de brazos tratando de ignorar a Steve. Este suspiró y lentamente se acercó a Tony para abrazarlo de los hombros. Tony se alejaba pero Steve lo aprisionó en el sillón, lo tomó de la barbilla y lo hizo mirarlo a los ojos.


-¿Estás celoso?


-¿Por qué lo estaría?


-Tony...-Steve, con esfuerzo, lo cargó para sentarlo en sus piernas.


-¿Es por qué he engordado, no?-Steve rió haciendo molestar más a Tony.


-¿Qué estás diciendo? Claro que no... Tony. Eres perfecto así... Luces adorable.


-Aja...-Steve lo hizo voltear para darle un beso.


-¿Qué debo hacer para que me perdones?


-Hace mucho no hacemos nada...


-Tony. Tenemos que tener cuidado con el bebé...el doctor dijo.


-No tienes que entrar-Tony lo abrazó del cuello. Esos últimos días Tony se mostraba más deseoso y Steve quería controlarse pero, aún con el embarazo, Tony era seductor que perdía contra sus deseos-. Solo hacerlo-Tony hizo un gesto con la mano de arriba hacia abajo, Steve tomó su mano para que dejara de hacerlo, se sintió avergonzado-, tocarme y ya...-continuó Tony, Steve tragó.


-No entiendo como logras hacerme perder la razón.


Steve lo sujetó de los muslos, lo masajeo con sus dedos mientras Tony le robaba un ardiente beso.


***


No entendía como había aceptado el turno nocturno ese día. Se estiró sintiéndose agotado y empezó a caminar a su auto. Tuvo que vender su motocicleta para comprar un auto, ahora que serían una familia tenían que pensar en eso. Como un déjà vu, recordó encender su celular. Por unos segundos temió al ver tantas llamadas ahí y una entrante. Era Natasha, tomó aire.


-¿Hola?


-¿Steve? Al fin contestas... Tony empezó hace una hora. Ven al hospital de inmediato.


Colgó con alivió, entró al auto y se dirigió al hospital. Estaba emocionado y asustado. Los últimos meses todo había salido bien pero cualquier cosa podría pasar. Lo único que deseaba ahora era que Tony y el bebé salieran de esa.


***


No podía contener las lágrimas, su corazón se estremecía. Natasha le acariciaba la espalda tratando de tranquilizarlo. Steve temblaba conteniendo todos los sentimientos entremezclados. Fue el sentir el tacto de esa suave piel caliente y tersa lo que lo hizo llorar. Era su hijo. Su pequeño estaba ahí. Tony seguía dormido pero Steve estaba desbordando su felicidad.


-Es hermoso-dijo Natasha mirándolo, Steve, mientras lo cargaba, afirmó-. Salió castaño como Tony. Aunque tal vez tenga tus ojos.


-Todo está bien...los dos están bien.


Steve contempló a Tony que había caído rendido por el esfuerzo. Lo tomo de la mano con fuerza. Justo ahora Steve se sentía completo.


***


-Solo les diré una cosa que tendrán que recordar toda la vida de ese niño-dijo el doctor, Steve y Tony se miraron preocupados-. Es un niño enfermizo. Tal vez la situación de su nacimiento pero ha provocado que tenga pocas defensas. Ahora tiene dos años pero tendrán que estar atentos a sus enfermedades.


-¿Eso significa que no puede viajar?-preguntó Tony molestó por no decirle lo que esperaba, ya sabía que su hijo era enfermizo. No tenían que repetirlo siempre que iban a un doctor.


-Por ahora no... tendrán que esperar un año para ver si mejora.


-Gracias, doctor-sentenció Steve que cargaba al pequeño en su regazo.


Salieron del consultorio, Steve cargaba al bebé.


-¿Crees que tenga algo contra nosotros ese doctor?-preguntó Tony pensativo mientras caminaban a la salida-. Siempre repite lo mismo. "por las condiciones de su nacimiento" "Porque nació de un hombre" "Porque es un caso de eso raros y anormales", bla bla bla...


-Por ahora es el único que podemos pagar. Además, ha cuidado bien a Peter.


-No sé... podemos buscar. Doctores hay muchos y mejores. Siento que cada vez que venimos con este Peter se enferma de nuevo... Es más, yo me enfermo de nuevo-Steve rió.


-¿Qué te parece si mejor vamos a desayunar?-Tony lo miró.


-¿En esa nueva cafetería?


Steve afirmó dando un suave beso en los labios.


***


-Steve... ¿recuerdas cómo nos conocimos?-este lo miró sorprendido de que al fin hablara. Tony se la había pasado todo el desayuno en silencio mientras él trataba de darle de comer su papilla a Peter.


-Sí.


-¿Y cómo fue?-Tony lo miró con una sonrisa mientras tomaba su café, Steve limpio el rostro de Peter que jugaba con los cubiertos de plástico. Steve miró tras la ventana y volvió a Tony.


-Fue en un parque.


-¡Es verdad! Estabas ebrio ese día-Steve rió.


-Nos sentamos en esa banca del parque a la vez, el choque nos hizo voltear. Lo primero que hiciste fue...


-Te pedí tu teléfono-sonrió Tony, Steve le devolvió la sonrisa mientras tomaba el jugo de naranja. Tony hizo un puchero-. ¿En verdad te tienes que ir?


-Sí... Es un ascenso y será mejor si queremos comprar un departamento más grande. Te prometo será la última vez que nos mudemos por mi trabajo.


-¿Solo un año, no?


-Esperemos que si...


-¿Estás seguro que Brooklyn es buena idea? Hemos vivido bien este tiempo aquí y...


-El barrio no es muy seguro. Además en Brooklyn vive mi madre... Seguro le gustará tener a Peter cerca.


-Mis padres también viven en New York... Y todos nuestros amigos están allá.


-Estaremos en casa-sonrió Steve, Tony se quedó pensativo.


-Un año-repitió Tony recargándose en su asiento.


Steve sonrió y lo tomó de la mano que Tony tenía en la mesa. Este le sonrió de regreso y entrelazaron los dedos. Se contemplaron como si se olvidaran del mundo. Se acercaban poco a poco para besarse cuando el sonido de una mochila cayendo los despertó. Peter empezaba a inquietarse. Solo sonrieron mirándose con pena. Últimamente eso siempre se repetía.


***


Steve estaba cansado de trabajar todo el día. Se estiró saliendo del elevador para dirigirse a su casa. La única ventaja que tiene ese día es que podría prepararse para ir con Tony y Peter al día siguiente. Estaba emocionado, realmente necesitaba verlos. Buenos, más allá de una llamada por Skype que muchas veces cerraba por accidente debido a que él y la tecnología no se llevaban. Abrió la puerta, se dirigió a la sala cuando sus ojos se abrieron de sorpresa.


Tony y Peter estaban en medio de la sala. Peter se emocionó al ver a Steve, Tony lo bajó para que fuera corriendo hacia él. Steve se sorprendió al verlo andar tan rápido. Lo cargó provocando la risa ruidosa de Peter, Tony lo contemplaba sentado en el sillón.


-¿Desde cuándo ya puede correr?-preguntó Steve jugando con Peter, Tony trataba de hacer memoria.


-Creo que hace dos semanas... Realmente fue Clint quién lo ayudó cuando nos fue a visitar. Es su tío favorito-Steve se acercó para sentarse a un lado de Tony, este le sonrió con ternura mientras le depositaba un suave beso-. Te dije que teníamos que cambiar de doctor.


-¿De qué hablas?


-Peter estaba comenzando a desarrollar una especie de asma que no nos dijo ese médico.


-¿Qué?


-No te apures. Natasha lo solucionó y con el nuevo Peter ya está mejor.


-Me hubieras avisado.


-Estabas estresado por el trabajo... No quería empeorar la situación.


-Pero...


-Ya está bien. Por eso venimos a verte y a quedarnos si es posible-Steve lo miró extrañado. Tony le sonrió-. Me dieron la plaza en Columbia. En cuanto les diga puedo empezar-Steve lo abrazó dándole un beso en la mejilla.


-Al fin los tendré conmigo... No saben cuánto me hacen falta.


-Y tú a nosotros...Peter siempre anda preguntando por ti.


Steve bajó a Peter, este emocionado comenzó a explorar el lugar. Tony aprovechó para sentarse en las piernas de Steve y abrazarlo del cuello. Steve le sonrió abrazándolo de la cintura y acariciando sus piernas.


-Además... mañana es tu cumpleaños ¿no?-Steve afirmó sonriendo-. Mis padres quieren pasar el día con nosotros.


-Mi madre también... Suele sentirse sola en mi cumpleaños. Mi padre cumplía el mismo día que yo.


-Bueno... Tendremos el día libre de cuidar a Peter. Solo tú y yo...


***


Habían llegado corriendo, la lluvia estaba fuerte afuera. Se reían pues habían calculado mal el tiempo en llegar. Se secaron con unas toallas. Steve miró a Tony y como la ropa se le pegaba al cuerpo. Tony se secaba el cabello cuando sintió que Steve lo abrazaba por la cintura. Tony sonrió dejándose abrazar.


-Pobre Peter...-dijo Tony sintiendo el cuerpo de Steve tras la ropa mojada-hoy se peleaban por tenerlo. Sabía que mi madre era testaruda pero no tanto.


-Sabes...-Steve se acercó a su oído-. Deberías quitarte la ropa o te vas a resfriar-Tony rió.


-¿No me estás prestando atención, verdad?


-Hoy yo quiero ser mimado por ti...


-¿Quién diría que eres tan caprichoso?


Tony volteo para tenerlo de frente, el cabello de Steve estaba despeinado, para su sorpresa. Steve suele peinarse de lado, siempre muy correcto pero ahora despeinado se veía muy bien. Tony lo acercó lentamente a sus labios y Steve con prisa lo beso, profundizó el beso de inmediato mientras empezaba a quitarle a Tony la ropa húmeda.


***


Tony jadeaba al sentir a Steve embestir una y otra vez. Sus grandes manos apretaban sus muslos provocándole sensaciones en sus piernas. Se sostuvo de su hombro al sentirlo empujar con fuerza, otra vez. Soltó un sonoro gemido cuando Steve tocó el punto que lo enloquecía. Steve también jadeaba desesperado por enloquecer a Tony. Sentir sus manos rasguñándolo, su boca soltando un gemido dulce y el olor a sexo que inundaba el cuarto.


Steve cambio de posiciones con Tony, se sentó para que este quedara encima de él. Tony gimió sintiendo todo el movimiento, se mantuvo con fuerza del cabello de Steve mientras sentía las mordidas en la clavícula y el cuello. Gimió su nombre mientas se aferraba más al cabello rubio pasando sus manos entre los mechones.


-Feliz cumpleaños-le susurró Tony, Steve miró esos ojos cafés coquetos. Sonrió y le dio un fuerte beso con el deseo de consumirlo totalmente. Tony empezó a mover su cintura provocando que Steve soltara un gemido en sus labios. Steve lo sostuvo con fuerza de ese voluptuoso trasero, lo apretó y olía el aroma que Tony emitía cuando estaba cerca del orgasmo. Le mordió el cuello.


-Te amo, Tony...


Este le sonrió para sellar con un beso ese momento.


***


Dejaré una luz prendida


La ventana abierta


Y vendrán amores


Y vendrán amores


-¿Tienes todo en orden?


-Si-contestó esa dulce voz de niño.


-¿Mochila?


-Listo


-Almuerzo


-Ya


-¿Suéter?


-Tony...-interrumpió Steve- Vamos a llega tarde. Peter tiene que irse.


-Pero es una revisión de que lleve lo fundamental.


-Es la octava vez que lo haces. ¡Vamos! Está listo.


Bajaron del auto, cada uno tomó a Peter de una mano para encaminarlo a la puerta del edificio. Tony suspiró dándose ánimos, se acuclillo junto a Steve para ver mejor a Peter que estaba algo abochornado por la sobreprotección de sus padres.


-Te portas bien-inicio Steve.


-Nada de problemas-siguió Tony.


-Te comes todo.


-Si te da frío te pones tu suéter.


-Si sientes problemas al respirar, avísale a la profesora inmediatamente.


-No vayas a hacer destrozos.


-No...


-¿Ya me puedo ir?-preguntó Peter al notar que ya todos habían entrado.


Resignados, lo dejaron ir. Vieron como se adentraba a la escuela, era recibido por las profesoras quienes aseguraron que estaría bien. Tony se colocó unos lentes de sol y se acercó al auto. Steve lo abrazó por la cintura dándole un beso en la nuca.


-¿Estás bien?-preguntó Steve.


-Claro... ¿Por qué no lo estaría?


-Peter estará bien.


-Ya sé.


-¿No se supone que el que debía llorar es él?


-Cállate...


***


Era conducido por el pasillo a su casa por ese hombre de cabello rubio oscuro y lentes. Suspiró profundamente cansado sabiendo lo que ocurriría. Llegaron a la puerta, el hombre tocó la puerta que fue abierta de inmediato por ese hombre que justo ahora estaba furioso.


-¿De nuevo?-preguntó Steve.


-Si... Tu hijo es un caos.


-Gracias por traerlo, Clint.


-Asegúrate que no se repita.


-No lo hará-Steve lo hizo pasar, Peter entró esperando en la sala, Tony estaba ahí, con los brazos cruzados. Steve volvió con Clint-. Lo siento, en serio.


-Agradece que soy yo el que siempre lo atrapa-Clint le dio una mochila llena de latas de pintura-. Si fuese otro de mis compañeros seguro ya hubiera sido arrestado. Habla con él, Steve... Hoy fue el edificio más alto-Steve suspiró cansado.


-Me saludas a Nat.


-Claro. Nos vemos.


Steve vio a Clint irse, cerró y se acercó a la sala donde estaba Peter, con la mirada de Tony encima, y esperando el seguro regaño.


-¿En serio? ¿Rayar un edificio?-preguntó Tony con cierta burla en su pregunta.


-Peter...-Steve trató de actuar calmado- ¿Qué está pasando contigo? No deberías hacer esto.


-¡Ustedes no saben nada!


-Sé que te estás volviendo un delincuente-dijo Tony irritado.


-¡Déjenme en paz!-gritó Peter quitándole la mochila a Steve y corriendo a su cuarto.


-¡Ey!-se levanto Tony para ir tras él-¡Ven aquí!-Peter se encerró en su habitación, Steve detuvo a Tony de su intento de golpear la puerta.


-Déjalo... mañana hablaremos con él-Steve lo tomó de la mano y lo dirigió a la sala para sentarlo en el sillón.


-Me voy a volver loco.


-Tranquilo...-Steve le acarició el cabello calmándolo-. Por ahora dejemos que pase su enojo y hablamos con él.


-¿Está así por la muerte de mis padres?


-Es posible. Así se portó cuando murió mi madre. Sabes cuánto los quería.


-¿Crees que le asusta el tema de la muerte?-Steve le dio un beso en la frente calmándolo.


-¿A quién no? Todo estará bien. Le hablaremos al respecto...no creo que pase a mayores.


-Estoy preocupado... ¿Y si no podemos con esto? Si no llega a ser un buen hombre en su vida... yo...


-Tranquilo, Tony... Todo estará bien. Lo que ahora importa es tenerle paciencia y hablar con él.


Tony se abrazó a Steve mientras este le daba un beso en la sien y le devolvía el abrazo.


-¿Te quedarás conmigo toda la vida?-preguntó Tony, Steve rió.


-Te lo prometo.


***


Los birretes de graduación volaron al aire, seguidos de gritos de celebración y aplausos. La despejada tarde de otoño anunciaba un día calmado. Steve y Tony esperaban bajo un árbol que soltaba sus últimas hojas amarillentas y secas. A lo lejos la imagen de un chico alto, castaño y con el típico traje azul de graduación acercándose con entusiasmo. Los abrazó del cuello mientras le devolvían el abrazo.


-¡Felicidades, Pete!-dijo Steve dándole unos golpecitos de ánimo en la espalda.


-Creí que nunca pasaría-dijo Tony mientras Peter los veía y les entregaba su diploma.


-Hay alguien que les quiero presentar-Steve y Tony se miraron sorprendidos. Peter volteo e hizo una señal a una chica pelirroja para que se acercara. Llegó junto a Peter sonriendo y algo apenada-. Ella es Mary Jean...


-Un placer conocerlos-dijo la chica saludándolos, Steve y Tony le sonrieron.


-¿Estás saliendo con mi hijo?-pregunto Tony algo sorprendido.


-Si-contestó Mary Jean nerviosa.


-¿Por qué?-pregunto Tony incrédulo, Steve soltó una risita mientras Peter suspiraba cansado.


-Creo que es un buen chico-dijo ella-. Aunque algo gruñón y aburrido-lo último lo dijo en tono de complicidad.


-Me agrada la chica-sentenció Tony.


-Es un placer, Mary Jean-dijo Steve.


Ella se sintió entusiasmada sonriéndole a Peter. Tony pudo notar esa mirada de complicidad con Peter. Suspiró como si le trajera recueros y miró a Steve que le sonreía entendiendo lo que había cruzado por su cabeza.


***


Paz y guerra y treguas


Hay creciendo dentro de ti


Y querrías ya llorar


Y querrías ya correr


Y te quedas ahí


-¡Por Dios, Tony! ¿Dónde dejaste las llaves?-gritó Steve buscando entre los sillones.


-No tengo idea... Deben aparecer.


-¿Qué demonios...? ¿Y ya hiciste el pago? La última vez...


-Lo hice, déjame tranquilo. Últimamente traes un humor...-Tony tomó su café en una taza que recién le había regalado Steve, traía un gato en ella.


-¡No estoy de mal humor! Tú te lo tomas todo demasiado con calma...


-¿Qué? ¿Vamos a discutir por esto?


-No estoy discutiendo.


-Pues últimamente parece que sí...


-¡Deja de distraerme! Tengo que encontrar las llaves.


-Steve no deberías...-el latido de un corazón resonó en sus oídos haciéndolo sentir un mareo-.Steve...


-Déjame en paz, Tony-dijo buscando en el sillón sintiendo su objetivo.


-Steve...-un hormigueo recorrió su brazo izquierdo.


-Creo que las encontré-dijo Steve sacando lo que parecían unas llaves.


El sonido de una taza quebrándose le llamó la atención, volteo notando como Tony se apretaba con fuerza el pecho y el aire se le cortaba.


-¿Tony?-este cayó al suelo-¡¡¡TONY!!!


***


Caminaba con dos vasos con café de la máquina en sus manos. Llegó donde estaban dos hombres, pensando y preocupados. Entregó un café a cada uno que lo recibieron por mera cortesía pues no tenían ganas de nada. El más nervioso era el rubio que parecía temblar.


-Todo estará bien, papá-dijo Peter al notarlo tan asustado-. No hay nada de qué preocuparse-Steve solo afirmó pero no mostraba ninguna reacción.


Quedaron en silencio un rato, Mary Jean se había sentado a un lado de Peter acariciándole la espalda dándole ánimos. Habían pasado seis horas y no recibían respuestas sobre Tony. Steve estaba pensando lo peor. Un doctor salió.


-¿Familiares del señor Stark?-preguntó, los tres se levantaron inmediatamente.


-Soy su esposo... ¿Cómo está?-el doctor lo miró con un suspiró.


-Está estable, en unas horas despertará pero... tiene Arritmia cardiaca... su corazón está débil. Intervenimos pero... al parecer es algo hereditario por lo que tendrá problemas de este tipo a futuro. Lo que sufrió recién fue como un leve infarto-Steve sentía que se le iba el alma del cuerpo.


-¿Puedo verlo?


-Ahora no pero en cuanto despierte haré que una enfermera lo venga a buscar para que lo puedan ver.


-¿Tendrá que operarse de nuevo?-preguntó Peter.


-Sí, si el problema persiste.


-¿No puedo verlo antes?-insistió Steve, el doctor lo miró con compasión.


-Está bien. Sígame por favor.


Steve siguió al doctor sin mirar atrás. Peter se abrazó a Mary Jean con fuerza.


***


Sintió pesadez en sus parpados al tratar de abrirlos. Lentamente la imagen se hizo nítida y pudo observar al hombre frete a él. Parecía cansado, tenía los ojos rojos de tanto llorar, sonreía lastimeramente mientras le apretaba la mano. Sonrió con la poca fuerza que tenía.


-Steve...-fue lo único que pudo pronunciar, este se limpio las lágrimas y le sonrió.


-¿Cómo estás?


-Podría estar mejor... ¿Qué pasó?


-Un infarto... algo hereditario. ¿Lo sabías?


-Me contó algo mi madre pero... dijo que era muy raro... casi a nadie de mi familia le pasaba...


-Te dijo lo mismo sobre el embarazo...


-Siempre he sido una excepción en la regla...


-Dios...-Steve soltó unas lágrimas mientras acercaba la mano de Tony a su rostro, este le acarició con las pocas fuerzas que iba recuperando.


-Steve... ¿recuerdas cómo nos conocimos?-Steve lo miró, le acarició la mejilla, el rostro de Tony se veía tan enfermo y cansado que por un instante tuvo miedo de que lo separaran de él.


-En el parque... yo iba corriendo y chocamos...-las lágrimas seguían fluyendo mientras Tony le acariciaba la mano con sus yemas.


-Te invité un helado...-Steve sonrió pesadamente.


-Lo acepté aunque nunca me ha gustado lo dulce.


Steve sentía los mechones castaños de Tony, le acariciaba la mejilla y sentía su calor. Temía que algún día desapareciera de sus manos. Tony le sonreía.


***


Eran finales de otoño, el frío viajaba por el viento. Una recepción en esa azotea y un brindis seguido de unas risas animadas y aplausos. Tony se levantó con la copa en alto y ante la mirada expectante de todos.


-Brindemos por la felicidad de mi hijo-sonrió mirando a Peter y Mary Jean sentados a su lado y luego a Steve-. Porque le dé toda a felicidad que a mí me ha dado la vida-. Miró al resto de los invitados-. Brindemos por el amor. ¡Salud!


-¡Salud!-todos corearon y alzaron sus copas.


Tras el brindis, siguió la comida y ahí a los bailes. Steve y Tony contemplaban, a lo lejos, a Peter y Mary Jean felices, sonriendo y compartiendo un beso. Los amigos de Peter felicitándolo, tomándose fotos y riendo. Tony se sintió extrañamente nostálgico. Se alejó para acercarse al barandal y observar el resto de la ciudad. El aire era amable y suave.


-¿Qué ocurre?-preguntó Steve poniéndose al lado de él.


-Nada... es solo... Me trajo recuerdos.


-¿De nuestra boda?


-Si...el tiempo ha pasado tan rápido... Peter ha crecido tan rápido.


Steve sonrió, con una melodía de fondo, tomó a Tony de la cintura. Este lo tomó del cuello para poder empezar a bailar. Tony recargó su cabeza al hombro de Steve, este sentía el olor de Tony y lo apretaba en sus brazos.


-Recuerdo que estaba nervioso en el vals...-Tony rió, se levanto para mirarlo-. Nunca he sido bueno bailando.


-Y aún así lo hiciste de maravilla.


-Siempre dices eso... A veces me pregunto si es verdad... Los vídeos de la boda no ayudan mucho.


-Pues para mí fue perfecto-Tony le dio un beso que Steve contestó-. Siempre has sido perfecto para mí.


Steve detuvo el baile, tomó la barbilla de Tony y lo besó invadiendo su boca. Tony lo pegó más a él compartiendo un beso profundo, deseoso. Tras terminar el beso, sonrieron y se abrazaron buscando fundirse ahí mismo.


***


-¿Soy yo o esta mocosa tiene los ojos de Steve?-dijo Tony sosteniendo a una bebé pelirroja y con ojos azules. Mary Jean rió y se sentó a un lado de Tony.


-Lo mismo le dije a Peter... Contigo lo corroboro. Heredó los ojos de su abuelo.


-Aunque siendo mi nieta también, seguramente será un encanto. Lo pelirroja ya le da un plus-Mary Jean rió.


-Apuesto a que serás su abuelo favorito.


-De eso no tengo duda.


La puerta se abrió, Peter y Steve entraron con paquetes de comida y abrigados debido al frío del invierno. Dejaron los paquetes en la mesa, Steve se quitó su abrigo para sentarse a un lado de Tony mientras Peter y Mary Jean sacaban la comida de los paquetes. Tony le entregó la bebé a Steve, este la cargó entusiasmado.


-Es cada día más bonita-dijo Steve, Tony sonrió afirmando.


-Y tiene tus ojos...


-¿Mis ojos?


-Sí... azules y con aspecto amable. Si no fuera porque ella es pelirroja, sería tu viva imagen.


Steve rió mientras jugaba con las pequeñas manos del bebé. Tony lo contemplaba, le recordaba a un Steve más joven jugando y riéndose con Peter. Ahora Steve tenía algunas canas, no eran notorias debido a su cabello rubio pero el verlo maduro era algo atractivo. Steve lo miró de reojo y le dio un beso sorprendiéndolo.


-Te ves encantador-le susurró Steve a Tony, este le sonrió besándolo de vuelta.


***


Steve jadeaba en el oído de Tony, este también respiraba agitado. Retiró los cabellos pegados en la frente de Steve por el sudor y se volvían a besar. Steve embistió una vez más mientras Tony se arqueaba un poco al recibirlo y sentir placer en todo su cuerpo. Steve cayó en el pecho de Tony mientras lo besaba. Tony le sonrió acariciándole la espalda.


-¿Estás bien?-le susurró Steve, Tony afirmó.


-Perfecto.


Steve se acomodó en los brazos y pecho de Tony, besó la cicatriz de la operación que alguna vez tuvo. Sintió su corazón agitado y las caricias de Tony en su espalda.


-Hace mucho no estábamos así-susurró Tony.


-Te dije que me preocupa tu corazón.


-Estoy bien... Voy a estar bien pero quisiera sentirte un poco más.


Steve lo miró sonriente, lo besó en los labios con suavidad, Tony sonreía al notar a Steve acariciando su cintura y sus glúteos. Lentamente Steve fue dando besos por el cuello, la clavícula, el pecho, el abdomen, las piernas. Estás últimas las abrió un poco más para sentir los muslos de Tony, morderlos y hacerlo estremecer.


Tony empezó a retorcerse cuando Steve comenzó a succionar su miembro y lo acariciaba de los muslos. Tony gemía sosteniéndose del cabello de Steve. Se vino en su boca aprisionándolo un poco con sus piernas y soltando un dulce gemido para Steve. Este sonrió y se recostó a un lado de Tony, lo abrazó con fuerza sintiendo su calor.


-Hueles delicioso-Tony rió dejándose apretar por Steve.


-¿Recuerdas la primera vez que estuvimos juntos?


-¡Uff! Desde ahí supe que no volvería a dejarte. Y ahora lo corroboro... Tú cuerpo es solo mío-Tony rió.


-Eso es muy posesivo...-Tony se volteo a ver a Steve, este le acarició su cabello y su mejilla. Noto las canas que también invadían la barba de candado que suele usar.


-¿Quién diría que eres tan sexy de mayor?


Tony le dedicó una sonrisa traviesa y se acercó a besarlo. Steve lo apretaba como deseando jamás dejarlo ir, tenerlo siempre en sus brazos y jamás separarse. Lo besó tan desesperadamente que deseaba mezclar sus almas por completo.


***


Cosas te sorprenderán


Un rostro con una lágrima


Las canciones que te hacen llorar


Parecen que están hablando de ti


Extrañamente ese día hacía sol. Tony jugaba en el jardín con una May de 6 años mientras el resto tomaba un poco de jugo por el calor que hacía. Steve miraba a Tony y le traía recuerdos de la infancia de Peter. Volverlo a ver en modo padre era agradable. Había intentado tener más pero al final las cosas no les favorecieron tanto. Aún así estaban felices de la familia que estaba creciendo.


-¿Y cómo va el trabajo, Pete?-preguntó Steve, Peter sorbía el jugo de su vaso.


-Tedioso...pero está bien. Me gusta lo que hago.


-Eres igual de inteligente que Tony... Era de esperarse que siguieras sus pasos en la investigación.


-Sí pero yo trabajo en un laboratorio. Papá le gusta seguir como docente. Él lo hace más por amor que yo.


-Tony siempre ha sido así... yo...


-¡Tony!-gritó May, Steve volteo.


La respiración de Tony estaba fallando, el mareo y el dolor en el brazo volvieron. Steve corrió a sostenerlo antes de que se cayera, Mary Jean llamaba a una ambulancia.


***


Caminaban de la mano por la arena de la playa, dejaban huellas tras ellos. La brisa del océano les pegaba mientras el atardecer ocultaba lentamente al sol. Steve lo abrazó por los hombros para darle un beso en la sien. Tony lo abrazó de la cintura.


-¿Cómo te has sentido?-preguntó Steve, Tony se encogió de hombros.


-Muy bien.


-Las vacaciones te han ayudado pero la verdad no quisiera que volvieras a la facultad si...


-Sabes que no me puedes prohibir eso. Dejare de dar clases pero no pienso dejar la investigación.


-Está bien... Pero tómalo con calma.


-Eso haré.


-Clint quiere que nos reunamos...


-Hace mucho que no los veo... Sería bueno.


-Cuando volvamos los contactaré.


Miraron el mar, sintiendo el viento que se hacía frío, se miraron fijamente para compartir un beso.


***


-¿Y recuerdas cuando Steve y Tony se conocieron?-preguntó Clint con euforia sosteniendo su cerveza-. ¡No sabía quién besaría al otro primero!-todos rieron.


-Después de eso cada vez que salíamos había que soportar sus coqueteos-continuó Natasha, los culpables solo reían.


-Duraron así 3 años... ¡Tres años!-enfatizó Sam-. La tensión sexual entre ellos duró demasiado.


-Me sorprende que hayan aguantado-continuó Bruce-. Si era muy obvio que algo había entre ellos.


-¿Vamos a hablar de algo que no sea mi vida amorosa?-preguntó Tony que estaba sentado a un lado de Steve acariciándole la nuca.


-Nuestras reuniones se basaban en ustedes y su tensión sexual-dijo Clint-. Déjanos burlarnos a gusto.


-Me sorprende que hayas aguantado a Tony tantos años-dijo Natasha mirado a Steve, este sonrió para sí-. Aunque tu paciencia es el fruto de su relación.


-¿Me estás diciendo insufrible?-preguntó Tony indignado.


-Más o menos...


-Solo están celosos de mí y Steve.


-Claro que no-dijo Clint-. Aunque me hace sentir melancólico... ya hemos envejecido.


-Sí... antes nuestras salidas parecían aventuras.


-Como si pudiéramos salvar al mundo-al fin dijo Steve, todos afirmaron.


-Aunque el único que lo hacía era Steve-dijo Tony-. El mundo necesitaba del gran Steve Rogers.


-Pero si tú siempre has sido el gran hombre, el gran Tony Stark-Clint puso los ojos en blanco. El resto rió sabiendo lo que vendría.


-¡Aquí va de nuevo!-se quejó Clint-. Siempre es lo mismo con ustedes dos.


Steve y Tony rieron tras una mirada cómplice. El resto de la velada se basó en recuerdos, aventuras y un pasado que no parecía tan lejano.


***


Un rostro con una lágrima


Las canciones que te hacen llorar


Tony llegó corriendo al hospital. Peter estaba en la sala de espera bastante estresado hasta que lo vio. Se notaba que estaba pálido, Tony temió lo peor.


-¿Qué paso?-Peter hizo el mayor esfuerzo por hablar.


-Un auto... él...


-¿Va a estar bien?-el corazón de Tony se aceleró, sentía que le daría otro infarto. Peter negó, Tony sentía su cuerpo flaquear.


-Quiere verte...


Con todas las fuerzas que su voluntad le deba, camino a la habitación donde estaba Steve. Entró y verlo le destrozó el corazón. Un auto, un conductor distraído. No de nuevo, no... Tony se acercó al verlo tan mal. Steve apenas podía abrir los ojos.


-¿No se supone que el que este ahí sea yo? ¿Qué haces?-Tony se sentó a su lado, pegándose al cuerpo de Steve lo más posible. Este apenas le pudo sonreír-. No... Me lo prometiste... Tú y yo siempre...-las lágrimas de Tony empezaron a salir mientras sostenía la mano herida de Steve. En los ojos de este se veía la disculpa. Tony negaba al verlo tan mal. Entonces la vista de Steve parecía preguntarle algo, Tony lo entendió-. ¿Cómo nos conocimos? Pues...


Mientras escuchaba la voz de Tony contándole cómo se conocieron, las memorias de su pasado aparecieron frente a sus ojos. Sintió gran pena al tener que dejarlo solo cuando siempre le prometió que estaría con él. Tony tragó conteniendo su llanto sin éxito y le dedicó una suave sonrisa.


-Te amo-lo dijo con el último aliento.


Las máquinas empezaron a sonar, Tony solo gritaba el nombre de Steve al ver que la máquina de pulso punteaba que ya no había. Los doctores y las enfermeras entraron, Peter se llevó a Tony al no querer alejarse del hombre que ha amado toda su vida y ahora se había ido dejándolo solo. La vida se lo había quitado de pronto. En un suspiro y Tony quería irse con él.


-¡¡STEVE!!


***


Busco entre las nubes


Por verte otra vez


Sé que podría estallar


En un millón de lágrimas


Pero me quedo ahí


Se tallaba los ojos tras una mala noche de sueño. Llegó a la cocina, como mala costumbre volvió a poner dos tazas en la barra del desayunador. Sirvió su café mientras veía la otra taza ahí, sabiendo que no la volverá a llenar. Tras un suspiró pesado, sorbió el café. Muchas ideas le vinieron a la cabeza cuando la puerta del departamento se abrió.


-¡Ya te dije que no, May! No insistas-dijo Peter dejando entrar a una adolescente pelirroja.


-Pero papá...


-¿Ahora que le haces a mi chica?-preguntó Tony, May corrió a abrazarlo provocando la risa en Tony.


-No me quiere dejar ir a un concierto sola.


-Ya te dije que lleves a alguien.


-Pero a nadie le gusta ese grupo más que a mí.


-Si supieras lo que hacía tu padre cuando tenía tu edad-dijo Tony de forma traviesa, May lo miró curiosa.


-Papá...-regañó Peter.


-¿Qué hacía?-preguntó May, Tony la condujo al sillón donde se sentaron.


-Era todo un vándalo... el famoso graffitero Spiderman.


-Papá-regaño Peter sintiéndose avergonzado. May reía.


-¿En serio?-Tony afirmó, ella se recostó en su regazo como siempre lo hace.


-Era un dolor de cabeza. Aunque Steve no le gustaba regañarlo. Siempre lo defendía cuando yo quería hacerlo...-Peter suspiró cansado yendo a la cocina a servirse café.


-El abuelo Steve era muy amable-Tony afirmó acariciando los cabellos pelirrojos de la chica.


-Siempre fue así.


-Tony... ¿cómo se conocieron?-Tony sonrió con alegría, realmente esa chica había heredado los ojos de Steve.


-Steve era el capitán del equipo de basquetbol-May rió.


-¿Y tú eras el nerd que nadie volteaba a ver?-preguntó ella, Tony alzó una ceja indignado.


-Creo que has visto demasiadas series basura, señorita-May rió-. Claro que no. Yo siempre fui atractivo, inteligente y todos querían algo conmigo. ¿Por qué crees que se fijo en mí?


-Claro que así no se conocieron-dijo Peter saliendo de la cocina con una taza y colocándose en el respaldo para contemplarlos-. ¿Por qué les gusta inventar tantas historias de eso?


-¿Sabes cómo se conocieron papá?-preguntó May, Peter afirmó sonriéndole.


-Sí, fue...-el timbre sonó-. ¡Oh, esa debe ser MJ!-Peter se alejó para abrir la puerta, May miró a Tony que no dejaba de jugar con su cabello.


-¿Y cómo conociste al capitán del equipo de basquetbol?-Tony sonrió.


-Me invitaron a jugar. Yo no solía aceptar pero cuando lo vi me dije ¿Por qué no? Y jugamos. Ese día me robo un beso-May sonrió.


-¿Lo extrañas?-Tony le sonrió de lado.


-Todos los días de mi vida.


***


Busco entre las nubes


Por verte otra vez


Es sólo un invierno


Que parece eterno


Tony caminaba por el enorme recinto. Caminó con un objetivo en mente. Cuando llegó al lugar sintió que su corazón se comprimía. Quitó las flores viejas y colocó unas nuevas, luego se sentó en la tumba con la inscripción "Steve Rogers". Acarició el nombre, la fecha de nacimiento y muerte. Soltó unas lágrimas que limpio tratando de mantenerse fuerte.


-Ha de ser muy aburrido estar aquí-dijo Tony sin saber que decir realmente-. Aunque no creo que lo sientas... ¿no? Sabes... hace tres días hubiéramos celebrado nuestras bodas de oro. Han sido días duros... May está por entrar a la universidad...ha crecido tanto. Y sigo convencido de que heredó tus ojos. Siempre que la veo puedo verte ahí... A veces es doloroso... a veces...-soltó el llanto contenido abrazándose-. Te extraño tanto, Steve...


Tony siguió llorando mientras se abrazaba y temblaba por el recuerdo. De pronto sintió un peculiar calor abrazándolo, un calor familiar. No se sorprendió para nada y dejó que el calor lo abrazara mientras soltaba su dolor. Ese calor era bastante reconfortante.


***


Peter llegó apresurado a esa sala de hospital. Parecía que toda su vida se la había pasado ahí. Vislumbró a May y Mary Jean sentadas. May no dejaba de llorar mientras se abrazaba a su madre. Peter llegó con ellas sintiendo que el aliento se le iba.


-¿Cómo está?-Mary Jean solo negó con la cabeza, Peter se decidió entrar a la habitación de Tony.


...


Abrió los ojos, los parpados los sentía pesado. Pasó su vista por la habitación hasta que se abrieron de sorpresa. La imagen frente a él lo dejó sin habla. El rubio le dedicaba una sonrisa cálida y que hace tanto tiempo no veía.


-Steve...-musitó sorprendido, el mencionado sonrió y se levantó para verlo mejor.


-Hola, Tony.


-No se supone...


-Está bien. Todo va a estar bien-Steve se hizo espacio en la camilla y se abrazó a Tony, este podía sentir el calor. Era tan real.


-Me dejaste... pese a que lo prometiste.


-Lo siento. Pero ya estaremos juntos de nuevo. Lo juro.


-Te extrañe...


-Yo también. No sabes cuánto-Steve tomó la mano de Tony para entrelazar sus dedos-. Pero siempre seremos tú y yo... Lo juro.


-Siento algo de frío.


-Pronto pasará. Has cuidado bien de todos. Gracias.


-Lo hubiera hecho mejor contigo-Steve rió y le besó la frente.


-Claro que sí.


-Steve... ¿recuerdas cómo nos conocimos?


Steve sonrió y le contó esa historia que se sabía de memoria. Esa historia que repetían sus recuerdos todos los días de su vida. Mientras Steve la contaba Tony lo veía. Era tan apuesto como lo recordaba, con esa apariencia de príncipe que lo enamoró. Al terminar de contar, Steve lo miró.


-Puedo jurar que veo unas alas en tu cabeza-Steve rió-. Eres cómo un ángel.


-¿No se supone los ángeles tienen alas en la espalda?


-Ya te había dicho que no soy bueno imaginando cosas.


Steve soltó una risita y lentamente pegó sus labios a los de Tony.


***


May miraba la noche, vestida de negro. Recordaba el funeral y seguía viniéndole a la cabeza la imagen de Steve y Tony sentados con ella, sonriéndole. Parecía una visión celestial. Se abrazó sintiendo el frío de la noche de invierno cuando alguien le puso un abrigo en los hombros. Miró al hombre que se ponía a su lado y sonrió.


-¿Estás bien, May?-preguntó Peter para contemplar la noche con ella, en ese balcón. Ella afirmó-. Sé cuánto lo querías... Yo también perdí a mis abuelos cuando era joven.


-¿El dolor pasará, verdad?


-No pero te acostumbras a no sentirlo todos los días-Peter la abrazó de los hombros y ella se recargó en él.


-Papá... ¿tú sabes la historia de cómo se conocieron?-Peter sonrió afirmando.


-Sí... El tío Clint me la contó.


-¿Es cómo ellos me la contaban?


-Más o menos. Yo creo que de tantas veces que la contaban y de formas tan distintas, ellos ya no sabían cuál era la real.


-¿Cómo se conocieron?-Peter sintió el viento de la noche, miró esa ciudad en la que había vivido toda su vida y como si una calma se apoderara de él tomó aire.


-Fue el último año de universidad...


 


******************************************


Hay días en los que no sé


Qué hora es, ni sé quién soy


Trato de reconocerte


En cualquier calle, en cualquier tren


 


Era llevado del brazo sin ánimos, técnicamente se iba resistiendo. Clint se detuvo y lo miró con cierto enfado. Se notaba que no quería ir.


-Vamos, Steve... Nos esperan-lo jaló de nuevo para ir al bar.


-No tengo ganas de una fiesta ahora...


-Vamos. Además... Es cumpleaños de Sam


-Pero su cumpleaños fue hace dos semanas. Yo le di un regalo.


-Sí pero nosotros no. Le dijimos que está reunión era para festejarlo. Así que vamos y no lo arruines.


-No, no tengo ganas...-Clit se detuvo de nuevo y lo miró.


-Steve, el que Peggy rompiera contigo no significa que tengas que aislarte. ¡Hay que vivir!


Clint lo tomó de nuevo del brazo y lo arrastró. Steve no estaba nada convencido pero ya no quiso resistir. Prefería seguir antes de que Clint llamara a Natasha. Siguieron caminando hasta la entrada de un bar con pista de baile. Habría gente y Steve no quería tratar con gente ahora pero entraron. El lugar estaba algo lleno, alcanzaron a ver a Bruce y Sam a lo lejos. Caminaron hacia ellos cuando dos chicas los interceptaron.


Ambas deseaban invitar a Steve a bailar. Este se negaba diciendo que no sabía pero ellas insistían en enseñarle. Clint rió y se acercó.


-Vayan con él, chicas-dijo-. Acaba de terminar con su novia así que anímenlo.


Las chicas gritaron entusiasmadas llevándose a Steve, este miró a Clint que se despedía feliz para irse con sus amigos. Steve las rechazaba pero llegaron al centro de la pista, con otras parejas Las chicas trataban de acercarse bastante a Steve para bailar, este se negaba. Entre la gente y las chicas, se vio obligado a retroceder.


Tropezó con alguien por la espalda.


Voltearon a la vez quedando de frente. Steve agradecía haber comprado una buena pasta de dientes para que su aliento fuera agradable. Era la primera vez que veía unos ojos cafés tan coquetos y arrogantes. El chico le sonrió de forma pícara y Steve sintió que sus mejillas se tornaban rojas.


-¿Steve?-una voz tras ellos los sacó de su encuentro, miraron a la pelirroja.


-¡Nat!-dijo Steve sintiendo sus nervios a flor de piel. La abrazó-. ¿Cómo has estado?


-Bien... ¿recuerdas que te hable de mi amigo que fue de intercambio?-miraron al chico-. Es él, te presentó a Anthony Stark-se saludaron con un apretón de manos bastante reconfortante.


-Steve Rogers-saludó el rubio, el otro sonrió.


-Dime Tony.


...


Steve corría. Era extraño en él pero estaba llegado tarde a un lugar. Lo peor de la situación es que estaba perdido, condenadamente perdido. Corría con todas sus fuerzas hasta que tropezó con alguien. Se detuvo para disculparse cuando sus ojos se abrieron de sorpresa.


-¿Tony?-preguntó, este le sonrió.


-Hola, Steve.


-H...Hola... ¿Cómo has estado?


-Bien... apurado con la graduación y eso.


-Me imagino. ¿Qué haces aquí?


-Me quedé de ver con mi padre pero tuvo una junta de último momento. Entonces iba ir a comer a la cafetería de allá-Tony señaló un pequeño local cruzando el parque.


-Ya veo...


-¿Tú ibas a algún lado?-su destino volvió a la cabeza.


-A la reunión con la asesora-Tony rió.


-¿Llegas tarde?-Steve afirmó preocupado.


-¿Sabes dónde es? Llevo dado vueltas-Tony sonrió y señaló un edificio a lo lejos.


-Es ese edificio. Entras y la primera puerta pero... No recibe a nadie si no es a la hora indicada.


-Haré el intento. Nos vemos.


-Cuídate.


Steve salió corriendo aunque no pudo evitar voltear a ver a Tony. Para su sorpresa él también lo estaba viendo.


...


Tony sorbía su café mientras miraba algunas cosas en su celular. De pronto sintió a alguien a su lado y sonrió, un poco emocionado y un poco en tono de burla. Lo miró.


-¿No te dejó entrar?-Steve negó.


-Creo que tendré que hacer cita de nuevo-Tony rió invitándolo a sentarse, Steve abrió la silla para quedar sentado frente a Tony.


-Tal vez pueda ayudar... Conozco a alguien. Solo no llegues tarde-Steve suspiró.


-Me quedé dormido.


-Es muy raro en ti... ¿Es por lo de los bomberos?-Steve afirmó.


-Los entrenamientos me han matado. Quedo fulminado pero pronto terminara...espero.


-Eres genial. Siempre supe que lo lograrías.


-Y tú... ¿Lograste la plaza de investigador?-Tony afirmó.


-Me mudaré aquí el siguiente mes. Tal vez me puedas recomendar a alguien. Sam me dijo que conocías a alguien.


-Sí. Ahora nos veremos más-Tony lo vio curioso, Steve se sonrojó-. Me refiero...tú, yo y los demás...em... ¿Y cómo está Pepper?


-Bien. Creo que ya consiguió trabajo en una empresa. ¿Por qué la curiosidad?


-Creí que tú y ella... ya sabes...-Tony rió negando.


-No, solo somos buenos amigos.


Por alguna extraña razón Steve no podía dejar de ver a Tony, este también sentía esa extraña conexión. Sus miradas parecían hablar, tener una conversación privada. Steve no sabría qué dirían pero estaba seguro de que concordarían con algo. Tony lucia realmente apuesto con ese traje.


...


Estaba recargado en el elevador, había sido un día agotador pero estaba ahí. Cumpliendo con el deber de amigo. La puerta se abrió y sus ojos crecieron de sorpresa y emoción. Le dedicó una sonrisa suave al rubio de esa mirada azul que tanto le gustaba. Este se colocó a su lado, al parecer llevaba un regalo ahí.


-¿Siempre llegas temprano?-preguntó Tony a su compañero de elevador recién llegado.


-Es mi costumbre. Tu llegaste temprano-Tony rió.


-Es el cumpleaños de Nat. No me atrevería a llegar tarde-Steve soltó una risa, Tony amaba esa risa.


-Tienes razón. ¿Vienes del trabajo?-preguntó Steve al verlo con ese traje que tanto le gustaba que Tony usara. Este afirmó cansado.


-Sí y quería ir a casa pero me acordé que teníamos que venir a esto.


-Tu casa queda algo lejos... podrías quedarte en mi casa. Digo, afuera se ve que va a diluviar-Tony sonrió mordiéndose el labio inferior.


-Sí, te tomaré a palabra. Además, traigo algo de ropa extra.


-¿Pensabas pasar la noche en otro lado?


-A veces suelo quedarme dormido en el laboratorio. He optado por llevar ropa extra.


-Siempre es lo mismo contigo... Tal vez te lleve café un día de estos.


-¿No tienes el turno de la mañana?


-Me han cambiado al turno nocturno. Podré desayunar contigo-Tony le dedico una sonrisa coqueta.


-Eso me animará en las mañanas-permanecieron en silencio un buen rato-. ¿Por qué Clint tiene que vivir en el último piso del edificio más alto?


-Dice que es bueno para su vista o algo así...


Tony rió, colocó su mano en el tubo del elevador, chocó con la mano de Steve. Ninguno hizo nada y se quedaron ahí, con sus manos juntas esperando que el elevador tardara un poco más.


...


Salieron entre gritos y festejos de sus amigos. Ellos caminaban en frente cantando mientras Tony y Steve iban detrás. El aire era cálido y se sentían un poco ebrios por las cervezas que hace poco habían tomado. Caminaron cantando y bailando. Entonces se detuvieron a la mitad del parque. Por alguna razón Natasha bailaba seguida de Bruce. Sam, Clint y su recién amigo extranjero, Thor, les aplaudían.


Tony y Steve miraban animados toda la faramalla. Tomaron asiento a la vez en una banca cerca. Por el alcohol en su cuerpo no calcularon la distancia y terminaron chocando. Se dedicaron una sonrisa de complicidad y Steve terminó recostado en el regazo de Tony. Este, por el alcohol, le acarició los mechones rubios despeinados. Pese a que le gusta ver a Steve bien peinado, también suele gustarle el verlo despeinado.


-¿Estás ebrio?-preguntó Tony.


-Sí-contestó sin dejar de mirarlo.


-¿No bailaras con ellos?-Steve negó.


-Ya te dije que soy malo bailando.


-Y yo ya te dije que podría enseñarte.


-Soy un caso perdido... Oye... Olvidaste tu traje en mi casa. Deberías ir a recogerlo.


-Así que lo dejé ahí... -Tony seguía acariciando el cabello de Steve sin darle importancia al asunto.


-Me gusta cómo te ves en él-Tony lo miró con una pregunta en el rostro.


-¿Ah, sí? ¿No lo dices solo porque estás ebrio?


-Espero que no...


-¿Me darías tu número?-Steve lo miró curioso.


-Es verdad... Nunca te he pasado mi número pero ya has visitado mi casa y dormido ahí varias veces-Tony rió sin decir nada y sin dejar su tarea-. Sabes... Creo que llevé tu traje a la tintorería con los míos... Va a tardar en regresar a mi casa.


-Puedo esperar...


-Quizá ya esté mañana-Tony sonrió.


-Mañana iré a tu casa.


Se miraron a los ojos mientras los otros bailaban y los ignoraban. Tony tenía ganas de acariciar con sus yemas los labios de Steve.


...


Steve corría escuchando la música en sus audífonos. Había sido una mañana reconfortante y tranquila para salir a correr. Siguió tranquilamente su recorrido cuando una imagen peculiar llamó su atención. Se detuvo sintiéndose un pervertido pero era inevitable no reconocer el trasero de Tony cuando se lo había estudiado de memoria todas esas noches que dormía en su casa con la ropa interior tan ajustada que tenía. Se acercó.


-¿Qué haces?-preguntó a Tony que parecía haber perdido el aliento. Al verlo le sonrió.


-Corro...-dijo Tony sentándose en la banca donde estaba recargado, Steve sonrió y se sentó a su lado-. O eso trato.


-No sabía que corrías.


-No sabía que tú venías aquí.


-Es un parque cerca de mi casa y de tu trabajo. Era obvio que nos encontraríamos alguna vez.


-Hace mucho que no vas a mi casa-dijo Tony recibiendo, agradecido, la corriente de viento mañanero.


-Podría ir el fin de semana... Podemos ver películas...podríamos invitar al resto-Tony hizo una mueca de duda.


-No... quiero mostrarte una película que recién vi pero puedo jurar que Natasha ya vio y arruinaría la trama-Steve rió-. Te encantará, lo prometo.


-Bueno...puedo ir. Si no ocurre nada en el trabajo.


Vio a Tony cerrar los ojos al sentir el viento frío. Por alguna razón Tony parecía tranquilo, sus labios estaban secos pero se veían extrañamente apetitosos. Tony abrió los ojos sintiendo el rostro de Steve cerca. Este no supo cómo reaccionar sintiendo la mirada de sorpresa de Tony. Permanecieron cerca unos minutos.


-¿Quieres un helado?-preguntó Tony buscado aligerar la tensión.


Steve afirmó mientras se levantaban. Las mejillas de ambos estaban enrojecidas. Últimamente esos acercamientos se repetían constantemente y ninguno sabía qué hacer con sus emociones.


...


Tony estaba maravillado con la imagen. Steve lucía unos short muy cortos y la camisa sudada le dejaba ver ese cuerpo bien trabajado que disfrutaba en las noches que iba a dormir a su casa. Se mordió el labio inferior tratando de simular la lujuria que se apoderaba de él cuando Steve brincaba para hacer una anotación y el short se levantaba un poco más de lo necesario.


-Si sigues comiéndotelo así no quedará nada de Steve-dijo Natasha a su lado, Tony trató de fingir que estaba viendo a otro lado.


-No sé de que hablas...-ella sonrió.


El tiempo terminó, Steve se acercó donde ellos estaban para tomar un poco de agua. Tony contemplaba cada parte del cuerpo de Steve. Por alguna razón tenía ganas de tocarlo. Se acomodó la vista, seguro estaba perdiendo el juicio.


-¿Entras a la siguiente, Nat?-preguntó Steve tras tomar agua, Natasha notó cómo a Tony se le caía la baba al ver a Steve tan cerca.


-Nah... Que entre Tony-el mencionado la miró sorprendido. Steve lo miró con una sonrisa de entusiasmo y unos ojos brillantes.


-¿Quieres jugar, Tony?-este apenas pudo contestar cuando ya estaba cambiándose para entrar a la cancha con los demás.


Steve disfrutaba de la vista. Tony traía una ropa negra bastante ajustada. El contacto con él mientras le quitaba el balón o mientras chocaban sus cuerpos era innecesariamente satisfactorio. Cayeron al piso, Clint les quitó el balón e hizo un tiro con la mejor puntería desde lejos. Tony estaba encima de Steve, este se sonrojó totalmente el tenerlo tan cerca. Solo se miraron a los ojos unos momentos antes de levantarse y tratar de ignorar lo que había pasado.


...


Tras el partido fueron a comer pizzas, rieron entre todos en el restaurante, tras terminar se separaron para ir a casa. Steve y Tony caminaban hacia el mismo sitió. Pasaron por el parque y decidieron descansar pues estaban agotados y faltaba bastante para llegar a la estación de metro. Contemplaban el atardecer.


-Últimamente no habíamos podido salir-dijo Tony, miró a Steve quien le sonreía.


-Sí, extrañaba estas salidas.


-Tienes mucho trabajo...


-Si... Lo siento pero pronto cambiarán las cosas... Espero.


-¿Mañana podemos ir a desayunar?


-Sí... hace mucho no lo hacemos.


Se miraban con una sonrisa, estaban cerca. Por alguna razón, que Steve no entendió, se acercó más a Tony y lo besó suavemente. Tony se sorprendió, Steve se alejó algo avergonzado. No sabía que decir y Tony estaba peor. Miraron a diferentes direcciones esperando cualquier cosa, cualquier reacción.


-Hace mucho que no voy a tu casa a ver películas-dijo Tony tratando de calmar el ambiente. Steve sonrió.


-Podría prepararte algo de cenar. Sé que esa pizza no te lleno nada.


-Por favor.


Compartieron una mirada dulce y coqueta. Caminaron a su destino pero por alguna razón sabían que estarían así por siempre. Uno al lado del otro. Solo tenían que dejar que su amor creciera un poco más.


***


Steve estaba dormido cuando sintió unos besos suaves en su cuello. Sonrió para abrir los ojos y contemplar a quien lo había despertado. Tony estaba encima de él, el atardecer se mostraba tras la ventana de esa choza en la playa y noto que ambos estaban desnudos en esa cama matrimonial. Tony le sonreía mientras acariciaba sus labios y le daba un beso al rubio cada que le apetecía. Steve lo abrazó con fuerza, acarició el cuerpo que hace poco había sido suyo.


Disfrutaban de la suavidad de la cama, las sabanas blancas que cubrían sus cuerpos y la sensación del otro. Los trajes de boda estaban votados en todo el lugar pero solo conservaban las sortijas. La de Tony tenía una incrustación de zafiro azul y la de Steve una incrustación de rubí. Jugaban con sus manos entrelazándolas y se besaban pegando sus frentes.


-Tony-este lo miró curioso dedicándole una tierna sonrisa-. ¿Recuerdas cómo nos conocimos? 


 


Y vendrán amores


Y no habrá temores


Y tendrás felicidad

Notas finales:

Tengo que decir que al escribirlo lloré escribiendo la muerte de Steve. Me dolió mucho pero no podía darles un final triste. Tenían que estar juntos.


Sí, todas esas veces que contaban su historia era esas veces que se iban enamorado más del otro.


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