Capítulo 1: No será en vano
Y ahí están otra vez, murmurando a mis espaldas.
En mi antiguo instituto era exactamente igual, solía estar sola en mi lugar. No me molesta la soledad, es más, la disfruto, sin embargo; muchas personas lo mal interpretan. Se acercan a mí con una sonrisa y me sacan platica, de verdad que aprecio eso, que alguien se tome el tiempo y la molestia de acercarse y platicar un rato. Pero no apruebo que después de eso empiecen hablar a mis espaldas, diciendo cosas que yo ni siquiera dije. En fin, trato de no meterme en problemas, mientras no me pregunten directamente, no habría que entrometerme ni tener que dar explicaciones, sinceramente no me interesa lo que piensen sobre mi persona, en especial si son personas totalmente ajenas a mí.
Tras mudarme de país por asuntos de trabajo de mi padre, ahora estoy en el país del sol naciente: Kioto Japón.
Papa quiso que estudiara en uno de los institutos más prestigiosos, quiere que tenga la mayor y mejor educación posible al igual que los mejores profesores. Como si quisiera hacer de mí una enciclopedia andante que, de hecho, esta logrando.
Justo estoy sentada, mirando por la ventana y aburrida en el prestigioso instituto Rakuzan, sinceramente creí que aquí tendrían un alto nivel, pero no hay mucha diferencia entre aquí y mi antigua High school en América.
– Salazaru- San – Volteo a verla – Saliendo de clases algunas amigas y yo iremos al karaoke, ¿quieres venir con nosotras?
–Lo lamento, no puedo.
–Pero por qué?
–Tengo asuntos que atender saliendo del instituto – Respondí sin más.
– Hum, ya veo… – Hace una pausa – Entonces será hasta la próxima – Yo solo asiento. Ella sonrió y se fue.
Casi siempre es asi, se acercan, hablan conmigo un rato y…
–Dice que tiene asuntos muy importantes.
–Debe ser una persona muy ocupada.
–A mí se me hace que solo trata de hacerse la miss importante. Con eso de que viene de Amerika.
Se oyen risas.
Ahí está, empiezan a hablar a mis espaldas sobre mi persona. Es tan irritante, ni siquiera dicen las cosas correctamente ¡Ah!
El dia siguiente no es muy diferente al anterior, solo tenemos una materia diferente, si esto sigue asi… no sé qué será de mí.
–Para el martes de la próxima semana quiero que presenten un informe sobre el tema – La voz del profesor resuena en mis oídos, la palabra ‘’informe’’ hace que mi corazón bombee con fuerza, me encanta escribir, redactar y buscar información, asi que este trabajo me viene de maravilla.
–El trabajo tiene que ser en equipo o individual? – Pregunto uno de mis compañeros.
–Estaba esperando esa pregunta – El profesor sonrió – Sera en vinas.
Mire a mi alrededor curiosa, normalmente se armaba un escándalo en la High School, ¿aquí también ocurrirá lo mismo? Los observe y pareciese como si el rostro de los chicos se iluminara.
–Con el compañero de enfrente – Agrego el profesor, ya me lo esperaba. Inmediatamente rostros y expresiones de inconformidad se dejaron ver: las reacciones de mis nuevos compañeros son similares a los que tenía en la High School, no es la misma reacción, sin embargo, el sentimiento se refleja en sus rostros. Me alegra saber que no todo es tan diferente en este nuevo mundo para mí.
Mecánicamente levante mi vista para ver quién sería mi compañero de equipo, el cual estaba de espalda a mí (obviamente) sentado en su lugar frente a mí, soy la última de la fila, por lo que no me cabe duda de que él será mi compañero.
El profesor paso una lista frente a mí para que apuntara mi nombre, lo cual hice y el sonrió. Una vez que hubo terminado se retiró.
–Oye – Llame a quien estaba frente a mí, el me miro, solo ladeo un poco la cabeza en señal de que prestaba atención, o eso es lo que yo interprete. – Vamos a la biblioteca, entre más rápido mejor – Dije, normalmente soy directa con lo que digo… a causa de ello las personas se sienten agredidas, ofendidas y hay otras que no entienden a lo que me refiero.
El chico se puso en pie cerrando su libro, yo solo le mire.
–Vamos – Dijo y empezó a caminar, por lo que me apresure a seguirlo. Camine a lado de el hasta llegar a la biblioteca y vaya biblioteca ¡Es enorme! Sobra decir que yo amo los libros.
Nos dirigimos hasta una mesa, una amplia y lejana mesa, supongo que es para que no nos distraigamos. La verdad lo prefiero asi.
El chico se sentó frente a mí, poniendo sus codos sobre la mesa y entrelazando sus manos a la altura de la barbilla, recargándose asi sobre ellas.
–¿Que tienes en mente? – Me pregunto. ¿Soy yo o pareciese como si me analizara con la mirada?
–No lo sé, ustedes llevan más tiempo viendo este tema, esperaba que me iluminaras un poco – El solo me miro.
–Bien – Empezó a escribir en una de las hojas de la mesa – ¿Cual prefieres? – Me extendió la hoja, la mire y tenía diversos temas:
Biología Molecular
-Desarrollo de la Biología Molecular.
-Descubrimiento del principio transformante.
-El descubrimiento de la estructura del ADN.
-El descubrimiento del código genético.
-El modelo del operón.
-La biología Molecular en Japon.
-Perspectivas futuras de la Biología Molecular.
La tres parece interesante. Decidí ‘’El descubrimiento de la estructura del ADN’’. El solo asintió deacuerdo con mi elección.
–Entonces busquemos información sobre el tema – Dijo para después levantarse de su lugar y caminar hacia los estantes. Parece una persona aplicada y responsable, creo que debería entablar amistad con él.
Tome los libros que más me llamaron la atención. Cuando regrese, él ya estaba ahí, por lo que me apresure a tomar mi lugar: ahí estuvimos tomando apuntes de cada uno de los libros que leíamos, hasta que oí como el chico cerraba los libros.
–Es hora de irnos – Dijo, a lo que apunte la última palabra en la hoja donde estaba apuntando la información y me apresure a guardar los libros que había tomado prestados a su respectivo lugar.
Los dos regresamos en silencio a nuestra clase, y en cuanto mi compañero abrió la puerta, una gran cantidad de miradas se posaron sobre nosotros y… debo admitir que eso me dio nervios. Nunca había tenido tanta atención con tan gran y potente intensidad.
El solo avanzo a su lugar como si no le incomodara la situación. Supongo que es normal, después de todo acabamos de llegar, ingrese seguido de él. Todos nos seguían con la mirada ¿Qué rayos pasa aquí?
El dia siguiente llego y con ello, el ultimo dia de clases, sinceramente no quiero que termine este dia, si lo hace tendré que trabajar con mi papa en la nueva empresa en la que está trabajando y eso me molesta, casi no tengo tiempo para mí.
–B-buenos dias Salazaru-San – Volteo mientras tomo mi lugar – ¿Quieres salir mañana con nosotras? – No otra vez.
–Lo lamento – Respondo – Este sábado no puedo – Ella hizo una mueca insatisfecha. ¿Pero qué quiere que haga? ¡Mi padre consume mi tiempo!
–Bueno… no te preocupes – Y se retiró. Yo solo pude suspirar.
–Parece que tienes problemas – Oí
–No me gusta tener que decirles que no, pero papa me tiene el tiempo medido y… – Un momento ¿Qué estoy haciendo diciéndole esto a un extraño? Inmediatamente deje de hablar. El solo sigue mirando hacia delante con postura rígida, su espalda esta tan perfectamente recta… ¿no se cansará? Pero que rayos estoy diciendo, la gente debe preguntarse lo mismo de mí. El ladeo un poco la cabeza, dejando ver la parte derecha de su rostro, debe haber sentido mi mirada pues ha sonreído. ¡Qué vergüenza! Siento enrojecer, asi que dirijo mi vista hacia la ventana.
Así trascurrió el dia. Guardo mis cosas para salir a comprar a la cafetería. Muchos parecen ser de familias importantes… las instalaciones no estan nada mal, de hecho, me siento muy cómoda en este lugar. Cuando llega mi turno de pedir, elijo una ensalada estilo Cesar, un burrito y jugo de naranja, pago lo equivalente y me dirijo hasta la mesa más alejada del lugar.
La comida aquí es demasiado fresca, algo diferente a lo que acostumbro en América. Estoy a punto de tomar un sorbo a mi jugo, cuando una sombra se posa delante de mí. Levanto la vista para ver a un gran hombre moreno… ¿esta persona es un alumno?
–Disculpa, esta es nuestra mesa – ¿Su mesa? ¿Acaso aquí también hay de esos brabucones que se creen amos de todo?
–Búsquense otra, yo llegué primero – Dije para continuar bebiendo.
–¿Que? – Se oía molesto, ¿pero que creían? Yo no me dejo por nadie… a excepción de mi padre.
–Ya, ya – Oí otra voz – Siempre podemos compartir la mesa, ¿no? – Yo no respondí… no soy dueña de la mesa, no puedo decirles que no. – ¡Bien! – Exclamo el chico, a lo que todos se sentaron a la mesa, tres frente mío y otro al lado, manteniendo distancia para no molestarme, lo cual agradecí. Todos empezaron a comer.
– Eikichi, eso es mucho – Dijo uno en tono molesto.
–No es mucho, es lo que mi cuerpo necesita – Respondió.
–Siempre dices lo mismo.
–Es porque preguntas lo mismo – No pude evitar ahogar una risa que estaba a punto de soltar, llamando la atención de los chicos. ¡Qué vergüenza! Inmediatamente me centro en mi ensalada, estoy segura de que estoy toda colorada.
–¿Qué te parece si saliendo del entrenamiento vamos a tomar algo, Sei-Chan? – Escucho que dice, sin embargo, no me atrevo a levantar la mirada, es más, no tengo por qué hacerlo.
–Tendré que declinar tu oferta Reo, tengo que ir con mi padre – Esa voz llamo mi atención, ya la había oído en alguna parte. Llevo mi vista en dirección de aquella voz y no lo puedo creer… ¿Qué hace el aquí?
–T-tu… – Logro decir, pero al momento enrojezco, el chico me mira ¡Dios, que vergüenza!
–Lamento que interrumpamos tu almuerzo – Me dice.
–N-no… – ¿Que digo? – Es solo que…no me esperaba que fueras tu quien se sentara enfrente de mí. – El solo sonríe ¿acaso existe una sonrisa más perfecta que esta?
–¿Se conocen? – Pregunta el pelinegro.
–Es una compañera de clase – Responde – Estamos juntos en un proyecto. – El pelinegro emite un sonido de admiración.
–Eso quiere decir que eres muy inteligente – Me dice.
–Yo… un poco sí, pero nada fuera de este mundo.
–Para hacer el trabajo con Akashi debes tener agallas – Me dice el chico rubio a lado de mí. Parece ser bastante alegre, por lo que instintivamente sonreí.
– ¿Akashi? – ¿Ese es su nombre?
– Aja, ¿no lo conoces? – Me pregunto incrédulo. Yo negué.
– Pero si es tu compañero de clase! – Exclamo el pelinegro. Ahora capto, Akashi debe ser mi pareja de equipo.
–Disculpa mis modales – Hablo el pelirrojo – No nos presentamos apropiadamente, soy Akashi Seijuro – Dijo tendiéndome la mano. Estamos frente a frente, por lo que no hay problema alguno respecto a la distancia.
–Salazar Paola – Me presento estrechando su mano… es la primera vez que siento una mano igual de fría que la mía. Él me sonríe y acto seguido empieza a comer.
–Yo soy Mibuchi Reo – Dice el pelinegro.
– Eikichi Nebuya – Dijo el moreno.
–Yo soy Kotaro Hayama – Dijo energético el rubio. Todos parecían bastante amigables, es un grupo algo raro, pero agradable.
Una vez terminado el tiempo de receso, nos dirigimos a nuestros respectivos salones. Cuando Akashi Seijuro abrió la puerta, nuevamente las miradas nos asaltaron, y nuevamente, como si ya estuviera acostumbrado se dirigió a su lugar, no sin antes dirigirme una mirada. Sinceramente no sé a qué vino, pero supongo que es un ‘’No te preocupes’’. Camine hasta mi asiento y continúe con el transcurso de la tarde.
No puedo creer que mi padre haya cometido este error. No, no creo que haya sido mi padre. Él no pasaría por alto algo como esto. Corrijo todo lo que puedo, y una vez satisfecha releo lo que hice.
–Con que ya has llegado – Levanto mi vista. Mi padre se sienta frente a mí.
–Si – Le digo mientras le extiendo el documento. Él lo toma y lo empieza a leer mientras yo me dedico a esperar su reacción, la cual no tarda mucho en aparecer.
–No me digas que tu… – Yo asentí.
– Estaba con un horror horrible ¿quería que la empresa se fuera a la quiebra? – Le pregunto mientras le extiendo el documento original. Mi padre lo analizo y su semblante se ve en verdad sorprendido. – ¿Quien se encargó de revisarlo? – Le pregunte.
– Morinaga-San – Me responde con su vista fija en los documentos.
–Despídalo – Le digo. Mi padre me mira sorprendido – Es un parasito, está modificando información importante – Le digo mostrándole documentos antiguos. – Por lo que veo, Morinaga-San es la mano derecha Masaomi… Se está aprovechando de ello, pero ahora que está usted como su superior lo puede despedir.
–Pero…
–¡¿Quiere que esta empresa caiga en la ruina?! – Mi voz suena grave y agresiva. Mi padre frunce el ceño, molesto por mi tono de voz. Pero no puedo evitarlo, me molesta que vea el peligro y hulla.
–Modera tu tono de voz Paola – Me advierte – No es tan fácil – Me dice. Refiriéndose al asunto de la empresa. Yo solo lo miro, ¿Qué más puedo hacer? – Tendré que recolectar toda la información que me sea posible donde este claramente error y mostrarme firme y convencido de lo que voy a ejecutar.
Mi padre a pesar de parecer duro en apariencia, es un hombre de gran corazon, por lo que muchos tratan de aprovecharse de eso. Pero él sabe lo que tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo… pero se le hace difícil, y aún más tras la muerte de mama… pero aquí estoy yo, y voy a ayudarle en todo lo que pueda.
–Vamos a hacerlo – Me dice, a lo que yo sonrío. No voy a permitir que el trabajo de papa sea en vano.