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Babybodyguards por Cinderellaka

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Notas del fanfic:

Esto es un semiAU donde no hay una Civil War que destroce mi corazón y mucho menos una Infinite War que haga polvo mi alma (referencias everywhere). Tony y Steve tiene a un pequeño Peter y sigue salvando el mundo con sus compañeros vengadores.

Es una historia no tan Superfamily como es lo acostumbrado, sino más bien una historia Supertíosenacción.

Basado en un video bastante gracioso de Dude Dad compartido en el Grupo Stony Shippers.

Fanfic publicado en otras plataformas con el mismo nickname, seudónimo.

Evitemos el plagio o los borro de un chasquido(?

Notas del capitulo:

Weee, estoy escribiendo después de ocho años, es un milagro. Me provocó, no sé, supuse que sería divertido y de verdad espero que lo sea o me muelo.

Cualquier cosa rara, mala, equivocada o fuera de lugar, informen y será corregido. Si rompo alguna regla del lugar también díganlo, es la primera vez en siglos que publico algo en alguna plataforma, sobretodo aquí.

Disfruten.

—No.

 

—Tony, cariño, no tenemos opción —respondió Steve mientras lo tomaba de los hombros, intentando calmarlo un poco.

 

     Tony se encontraba alterado de sobremanera por la petición que le había hecho su esposo; pero como no estar, pretendía dejar a su pequeño tesoro con los peores niñeros que se pudieran conseguir en el repertorio después de toda Hydra: Clint Barton y James Buchanan "Bucky" Barnes, mientras ellos iban a una reunión que no sabían cuánto tomaría.

 

     ¿Luego qué? ¿Pedirle a Loki un trío? ¿Decirle a Natasha que todos en la torre le miraban el trasero, incluyendo el matrimonio? Locura era lo que salía de la boca de Rogers.

 

—¡Claro que la tenemos! Podemos llamar a Natasha, aunque le enseñe a clavar cuchillos en la pierna a la visita —respondió el castaño agitando los brazos —. Por lo menos sabría que mi hijo está seguro en cualquier lugar y momento.

 

—¡Ey, nosotros también somos espías! —se defendió el arquero. Bucky sólo alzó una ceja ante el comentario; él era el Soldado del Invierno, había trabajado para Hydra y ahora SHIELD, enfrentado al Capitán América, pelear con un sin fin de Doomboots, tenía las mismas capacidades que la pelirroja y mucho más. Además, ¿qué tan difícil era cuidar de un pequeño de 4 años que apenas sabía caminar y hablar?

 

—No se ofendan, pero cuando Erik les pidió cuidar a los gemelos por unas horas, Wanda terminó en Canadá con Vision y Pietro con una diarrea monumental por la cantidad de porquería que comió —Los aludidos pusieron cara de circunstancia ante las pruebas. Ya entendían la desconfianza. —Y son adolescentes, imaginen ahora como es estar al pendiente mi pequeño.

 

—Cariño, escúchame —Steve tomó de los hombros a Tony y lo miró con la mayor dulzura posible, a sabiendas de que su esposo no podría negarse ante ella—: no tenemos opción. En dos horas debemos estar en SHIELD, la niñera no responde, Natasha está en otra misión y Pepper no tiene tiempo porque está resolviendo problemas de la empresa.

 

     Tony suspiró ante los alegatos, sintiendo un poco de remordimiento por la última (tenía que recompensar a Pepper o de seguro le montaría una huelga). Steve tenía razón, sus opciones eran reducidas. La estúpida niñera se había ido a no sé dónde -al regresar sería despedida la muy abusadora- y contratar a otra tomaría más tiempo; entre la entrevista y revisión de antecedentes se les iría el mes y ese tiempo no lo tenían.

 

—Vale, pero si algo le llega a pasar mi bebé, si hay un sólo rasguño en su delicada piel, o me entero que lloró de forma innecesaria... —el castaño se acercó al arquero y al soldado, mirándolos fijamente para darle más tensión al momento —sabrán lo que es un Stark muy, muy, pero muy molesto.

 

     Los chicos asintieron con tranquilidad. Como decía Loki: Anthony Edward Stark no daba miedo ni prendido en candela. No obstante, Steve era otro tema, porque, ya saben, Steve era amor y paz, pero cuando se trataba de su familia era mejor entregarse desnudo a Hydra o el Dr. Doom, o rezar que Galactus se tragase el planeta antes de que el rubio descargase su furia. Recordaron aquello cuando el Capitán colocó sus manos en el hombro de cada uno y sin quitar la mirada azul de sus ojos, les hizo prometer que cuidarían de Peter como si de ello dependiese su vida porque literalmente dependía su vida. Clint tragó grueso y asintió mientras que Bucky soltó un seco sí. Steve les dio unas palmaditas en la espalda y les sonrió.

 

     Dios, ¿en qué se habían mentido?

 

    Después de explicarles todo lo necesario y lo que no sobre el cuidado de Peter, dejarles números de emergencia, avisarle a Pepper, Happy, Visión, F.R.I.D.A.Y, Dr. Strange, Fury, los gemelos, Banner, Laura y hasta a Sharon Carter -más idea de Steve que de Tony- que aquellos dos cuidarían al pequeño de la familia y necesitaban que estuvieran pendientes por si algo ocurriese, tomaron sus cosas y se fueron, no sin antes llenar de besos al pequeño, recordarle una y otra vez que lo amaban, y que cualquier cosa le avisara a la IA y en un santiamén estarían de regreso.

 

     Los chicos no se podrían sentir más ofendidos. Sin embargo, cuando por fin la puerta se cerró, se dieron cuenta que estaban solos, con dinero disponible y la torre a su disposición.

 

     Bueno, solos solos no; Peter los miraba desde el sillón con el dedo en la boca y el ceño fruncido.

 

     En cuanto al dinero, también era debatible; Tony había sido muy claro en cuanto a los gastos, SÓLO PETER. Gastos raros o no Peter, descontado de su sueldo de SHIELD.

 

     Lo de la torre era lo único que podían afirmar: el pent-house era todo suyo, siempre y cuando Peter estuviera en la misma habitación con ellos.

 

     Así que nada, a trabajar.

 

     Le dieron a comer a las 12. A la 1 el chico se quedó dormido chupando dedo encima de Bucky. Los dos agentes se tomaron el tiempo para comer y jugar en la play. A las 3 Peter se levantó llorando. Entonces el infierno se desató.

 

     Peter lloraba.

 

     A reventar.

 

     Hipaba, pedía a sus padres, se limpiaba los mocos -aunque lo que hacía era más restregarlo por su cara y pegárselos a Clint- y pegaba patadas gritando. Trataron de calmarlo con muecas, comida, alzándolo y con televisión, pero Peter no cedía.

 

     Bucky miraba a Clint buscando respuestas, pero el arquero estaba perdido. Sí, tenía tres hijos, pero él lograba calmarlos con un par de palabras y mesidas; en caso de emergencia llegaba Laura con ese toque de mamá envidiable y con una sola palabra el chillido se apagaba. El castaño tragó hondo, estaba segurísimo que si Peter seguía llorando la IA avisaría a Tony, Tony se desesperaría, Steve se molestaría y vendría con su escudo a clavárselo entre ceja y ceja.

 

     No, no, no, no.

 

—Ey, ey —llamó suavemente Bucky —. ¿Qué pasa amigo? ¿Tienes hambre? ¿Quieres algo? ¿Te parece salir al parque o al Centro Comercial?

 

     El pequeño dejó de llorar y lo miró fijamente, asintiendo. Clint asintió y lo tomó de la mano para prepararlo. No sabía si aquel drama había sido real o una técnica de manipulación marca Stark para que los tíos lo sacaran a pasear. Prefirió no indagar más; si el niño así se callaba y él mantenía su cabeza pegada al cuello, lo llevaría al infinito y más allá.

 

     Ya cuando estaban por salir, fue cuando al rubio se le ocurrió la idea: si iban a cuidar al hijo del mayor divo de New York entonces lo harían dignamente.

 

—¿Qué te parece si nos vestimos como guardespaldas? Puede ser divertido —El castaño lo miró confundido. —Nos ponemos trajes negros y actuamos como si se tratase de una estrella. Es el hijo de Stark, es obvio que lo reconocerán —comentó Clint mientras señalaba al chico—. Además, así no creerán que somos sus padres y evitaremos reconocimiento por parte de los civiles. ¿Qué dices?

 

—Bien, vale, puede ser... divertido —respondió Bucky —. Pero usaremos lentes oscuros como en las películas.

 

     Salieron a las 4 con traje y lentes oscuros. Caminaban detrás del pequeño mientras este daba pequeños tumbos. Le abrieron la puerta y miraron hacia todos lados, como si buscaran sospechosos.

 

     Dentro del carro, Clint manejaba y Bucky iba detrás jugando con Peter; de los dos, el soldado era el que le tenía más cariño al pequeño, no por nada Steve lo había nombrado su padrino. Aunque Clint sospechaba que también era el sentido sobreprotector del castaño activado por el recuerdo de un escuálido Steve que necesitaba protección de los problemas que él mismo buscaba.

 

     Al llegar al parque, comenzó la verdadera actuación. Al bajar de la camioneta echaron un vistazo hacia todos lados y tocaban su oído como si hablaran por micrófonocomo lo hacían al escoltar a alguien "más importante" -no es que Peter no fuera importante, pero su importancia radicaba en lo peligroso que eran sus padres al estar enojados-.

 

     Las personas comenzaron a mirarlos, esperando que de la camioneta bajase alguien de la política o alguna estrella de cine; pero cuando vieron como un pequeño de cuatro años salía del auto ayudado por el guardaespaldas de cabello largo no pudieron sentir más que decepción. Algunos bufaron y otros rieron por la exageración que habían tenido los padres con el pequeño (que como temía Clint, algunas personas supusieron que eran ellos mismos).

 

     El parque fue de lo más divertido. Peter corría por todos lados con Clint y Bucky a su lado, quienes trotaban y alejaban a las personas que caminaban cerca.

 

 —Señor, por favor, no corra tan rápido —pidió Clint mientras se colocaba a su lado para alejar una pareja que caminaba hacía ellos —Sin fotos, por favor, continúe su camino.

 

     Bucky aguantaba las ganas de reír mirando a los lados. Peter no entendía nada, más no dejaba de correr libre. En otra situación junto a sus padres, no podría hacerlo; a Tony le llenaba de miedo que algún extraño lo tomara y se lo llevara, o que un paparazzi le tomase una foto y la vendiera sin autorización. Si viera como su pequeño salta sin cesar, alegre por la libertad que les proporcionaban sus tíos, le daría tres infartos seguidos.

 

 —Vaya, el señor salta muy bien —halagó el castaño. Clint asintió y comenzó a saltar con él   —. No amigo, no lo hagas, pasas pena teniendo al señor al lado.

 

     Las personas los veían y no podía evitar reírse. El arquero pedía espacio, tapaba al pequeño cuando pretendían hacerle una foto y hasta hablaba por el supuesto micrófono cuando pasaban cerca de un juego. Peter se montaba en los juegos, no sin antes ser revisados por Bucky con ojo clínico, además de pedirles a los niños cercanos que no tocaran al pequeño. Se montaban junto a él en los columpios, probaron el tobogán antes de que el bebé se lanzara y, cuando una pequeña se acerc óa hacerle la conversa, le pidieron que mostrara sus manos y dejara cualquier objeto extraño con su madre quien los observaba con mal ojo ante tanta seguridad.

 

     Peter se cayó cuando estaba subiendo las escaleras que lo llevaban a una pequeña casita. Sin bien no lloró, hizo un puchero y bajó la cabeza.

 

 —¿Se encuentra bien, señor? ¿se hizo daño?  —preguntó Bucky mientras lo tomaba en sus brazos —. Clint, tenemos un 3312, debemos llevarlo a la clínica para exámenes. La misión se encuentra comprometida.

 

     El arquero se mordió el labio. Al Soldado del Invierno le había gustado el jueguito. Corrieron hacia el carro, con Peter tapado, gritando 3312 y pidiendo espacio para el "señor". Las personas intentaban acercarse para ver si era una verdadera emergencia, pero al observar que el pequeño reía ante los intentos de Bucky de taparlo con la chaqueta, reían y negaban con la cabeza. Mejor dejar a cada familia loca con su tema.

 

     Al llegar al carro Peter no dejaba de reírse. Los guardaespaldas reían a su lado, pensando en lo divertido que era cuidar el niño. Si las cosas seguían así pedirían cuidarlo más seguido. Peter de verdad que era un angelito. Manejaron hasta el Centro Comercial, entrando al estacionamiento sin hacer cola, enseñando su placa de SHIELD y alegando que en el carro iba alguien importante que no podía perder el tiempo esperando ya que necesitaba ir al baño con suma emergencia.

 

—Buenas tardes señores, necesito que despejen el lugar. Laven sus manos antes de salir y eviten cualquier contacto con el señor  —Todos en el baño lo vieron como si tuviera tres brazos, pero hicieron lo pedido cuando Bucky enseñó su brazo y apretó su puño en son de amenaza.  —Despejado, puede entrar el paquete.

 

     Clint entró al baño cuando todos salieron. Coloraron al pequeño en el inodoro y se miraron entre sí. ¿Quién lo limpiaría cuando finalizase de hacer el número dos?

 

     Después de jugar piedra, papel y tijera, con un Soldado perdedor, se encaminaron hasta los ascensores. Al llegar uno de ellos presionaron el botón de cerrado aún cuando un señor de la tercera edad lo detuviera.

 

 —Ascensor lleno, por favor diríjase al siguiente.

 

 —Pero...

 

 —Lo siento señor —se disculpó Clint enseñando su placa. Sabía que tanta mostradera de placa llegaría a oídos de Fury pero valía la pena. Se estaba divirtiendo como nunca.

 

     La mejor parte fueron los helados. Pidieron uno para Peter, pero antes de que el pequeño pudiera comerlo, cada uno lamió una parte para comprobar que no tuviera venenoo algo que pudiera enfermar a su jefe.

 

     Terminaron comiéndoselo.

 

     Peter lloró.

 

     Compraron 3 más.

 

 

 

     Caminaron en la plaza del centro comercial, enseñándole a Peter toda tienda que estuviera cerca. En una de ellas el pequeño reconoció a Santa y se emocionó.

 

 —¿Le contamos la verdad de Santa?

 

 —No —respondió Clint asustado —. Si Stark se entera que le arruinamos la vida es capaz de arruinarnos esta vida y la siguiente —negó con la cabeza recordando la vez que casi se les sale lo del ratoncito Pérez; Fury le lanzó un sermón sobre la preservación de la inocencia, Natasha le lanzó un gancho directo al diafragma y Stark lo amenazó de decirle a Laura que más de una vez le había mentido acerca de las misiones para quedarse en la torre a jugar videojuegos con Sam.

 

     No, no; la inocencia de Peter era intocable como el cabello de Thor.

 

 

 

 —Espacio por favor, espacio.

 

 —Sin fotos, por favor.

 

 —Señor, por favor no corra tan rápido.

 

 —Está saltando a la comba, saltemos a la comba.

 

 —Ey, señorita, a 10 metros del señor.

 

     Se sentía bien jugar; para los dos aquello no era un estrés o un trabajo, era un juego bastante divertido. ¿Por qué no lo había hecho antes? Ser niñero del hijo de Stark era la mejor misión que le habían asignado.

 

     Peter no dejaba de corretear y reír, haciendo que las personas a su alrededor no pudieran evitar reírse con él. Uno que otro logró identificarlo como el hijo de Tony Stark, y antes de que pudiera tomar tan siquiera una foto, Bucky se acercaba con la mirada más gélida del repertorio, hasta llegado a teclear un listillo que grababa el momento donde Clint hacia espacio para que el pequeño señor se sentara y tomase su tetero.

 

—¡Tomas una foto y te daré una paliza! —amenazó Bucky. El chico sólo pudo levantarse y echar a correr despavirdo.

 

—Legua-jé

 

—Ay Dios, al parecer tenemos un miniSteve.

 

     Al final del día Peter estaba cansado. Clint había decidido cargarlo, señalando a las personas para que bajasen el tono de voz o evitaran hacer ruido. Bucky ya no podía evitar reír, pero también pedía silencio. Se sentía tan bien… Era la primera vez en mucho tiempo que sentía tranquilo. No había peligro, no había estrés ni tensión. Sentía un calorcito en su pecho, primera vez en su vida sentía que protegía algo sin necesidad de lastimar o perder a alguien. Quizás en un futuro podría abrirse a la posibilidad de una familia, siempre y cuando Natasha aceptara la idea de adoptar un pequeño.

 

—Serías un buen padre, ¿sabes? —comentó como si nada Clint —. Eres bastante atento y sabes limpiar muy bien el culo de un bebé.

 

     No pudo evitar reír ante el comentario. Clint tenía una mirada de compresión. Si bien era el vengador con quien menos interactuaba, cuando compartían se podía sentir una verdadera amistad. Bucky sabía que Clint era feliz con su familia, y aunque sentía un poco de envidia, se alegraba cada vez que este contaba alguna anécdota de sus pequeños.

 

—Natasha no se negaría; ella también desea un pequeño bebé como Peter —Bucky miró al arquero sorprendido. —Sí, podrá ser toda una fiera, pero cuando ve a este pequeño corretear y hacer feliz a sus padres su instinto maternal se activa.

 

—Vaya, no lo sabía —murmuró el soldado. Desde que estaba con Natasha -ya 9 meses de aquello- ella jamás mostró lo que Clint decía —. Supongo que todavía me falta aprender a leerla un poco más.

 

—Tranquilo amigo, cuando aprendas a entenderla y a manejarla, querrás huir. Esa mujer sí que da miedo.

 

     Clint hizo como si un escalofrío le recorriera la espalda y Bucky no pudo evitar reír.

 

 

 

     Al llegar a la torre, se dieron cuenta que la superpareja -apodo cortesía de Pietro- no había llegado, así que aprovecharon para darle un baño al pequeño, darle de comer y acostarlo. Peter les pidió un cuento y obedecieron soltando un sí, señor y un “buenas noches señor” cuando el pequeño se quedó dormido abrazando su peluche de Hulk.

 

Todavía en trajes se fueron a comer un sándwich y antes de terminar de comer, F.R.I.D.A.Y. anunciaba la llegada de los superhéroes.

 

—¿Dónde está mi bebé? —saludó Tony sin siquiera prestarle atención a los muchachos, quienes señalaron las escaleras indicando que el pequeño se encontraba en su cuarto. Steve, por otra parte, los saludó y les preguntó sobre el día, no sin antes lanzarles una mirada inquisitiva por los trajes.

 

—Somosbabybodyguards —explicó Clint. Steve se echó a reír —. Tu pequeño hijo fue nuestro jefe hoy, hasta le decíamos señor.

 

—Noqueé a un tipo que quería hacerle una foto y le limpié el trasero a tu hijo. Valora mi amistad, Steve.

 

—Evité que tu hijo coqueteara con una pequeña; está muy pequeño para que saque a relucir sus genes Stark.

 

—Me corrigió mi lenguaje. ¿Puedes creerlo?

 

     Continuaron con las historias hasta que llegó Tony. Les sonrió con arrogancia y se lanzó a los brazos de su esposo. Steve le comentó las pequeñas hazañas de los espías y se carcajeó. De verdad que era un caso, pero uno muy divertido. Quizás los contrataría de nuevo, siempre se pongan los trajes y los lentes oscuros.

 

     Al terminar la plática tomaron sus cosas y se despidieron, no si antes ir al cuarto de Peter, revisar el perímetro y dejar sus teléfonos por si algo llegase a pasar o quisieran recomendarlos.

 

—Buenas noches, señor, descanse.

 

—Hasta mañana señor, hágale la vida imposible a su padre Stark como pago del día.

 

     Se despidieron del matrimonio y dejaron la familia descansar.

 

—Sabes, esto no es tan malo. Podríamos ofrecer nuestro servicio mientras SHIELD no nos tenga de misión.

 

—Sí, podría ganar dinero para comprarle regalos a Natasha y quizás comprar una casa más… hogareña.

 

     Sí, quizás ser babybodyguards no sería tan malo. A ver la cara que pondrían sus parejas cuando les contasen el negocio.

Notas finales:

¿Qué tal we? 

Siento que faltó mucho, pero a sabiendas de como soy seguro tardaría en corregirlo y nunca lo publicaría porque soy perfeccionista y cuando me estreso mando todo a la verga. 

Ya me contarán que tal.

Saludos


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