Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por un ronroneo - YoonMin por DanisseL16

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Su primo Jungkook solía decir que tanto pasear por los montes le iba a causar problemas y, años después, podía admitir que tuvo razón, pero fue ahí donde su vida marcó un antes y un después.

 🐈


Agazapado entre la hierba de altas hojas secas, observaba a una liebre que parecía haber notado su presencia por lo rápido que movía sus largas orejas; por su parte, él quería romper en carcajadas y decirle que sólo jugaba, de ser posible, preguntarle si podían ser compañeros de juego pero su cola tuvo que arruinar el momento, como si tuviera vida propia se había deslizado de izquierda a derecha, moviendo las hojas secas y ahuyentando a su futuro nuevo amigo.


La liebre había empezado a saltar despavorida y sin poder evitarlo, comenzó a correr tras ella, persiguiéndola y riendo internamente por lo entretenido que estaba.


La siguió por unos minutos hasta que la muy astuta se perdió de su visión, y todo había sido tan divertido... hasta que notó que estaba perdido. Su primera reacción fue asustarse pero su primo Jungkook decía: "si crees que te has perdido, sólo vuelve sobre tus pasos" y éso iba a hacer, de verdad, pero un bufido lo distrajo. Volteó buscando el origen del sonido, era un gato -tenía que ser un gato- al que podía pedir ayuda, porque entre felinos se ayudan, es natural.


No pudo ver al felino pero agudizó el oído para seguir el sonido, siendo guiado a una parte aún más espesa del bosque, por fin divisándolo. Y sí, era un gato. Un gato muy, muy grande... Aunque quizá no tanto, su percepción de 'grande' no era la normal, según se burlaba su primo, porque Jungkook tenía dos años menos que él y era más grande por ser un alfa y todos decían que él era un omega a pesar de no haber experimentado aún un celo, pero él contraatacaba diciendo que había otra posibilidad, la de ser un beta así que... Ah sí, el gato grande.


Tenía una apariencia parecida a la suya, las rayas estaban de moda y él llevaba las suyas con orgullo, amaba sus rayitas doradas. Pero el otro felino se veía muy intimidante y esta vez no exageraba, estaba mostrando los colmillos, con el pelo -gris, negro y rubio- levantado, en una posición rígida con intención de atacar y su cola se notaba bastante erizada. No, no eran solo los pelos, era la cola misma, nunca había visto una así en un gato, era al menos el doble del grosor normal pero corta.


Era un gato extraño.


Esta vez un gruñido felino lo sacó de sus pensamientos. Había un zorro frente al extraño gato y él se asustó, ¿acaso estaba en la zona más salvaje del bosque? ¡Ay no, ambos estaban perdidos y a ése gato se le ocurría la peor idea: desafiar a un cánido!


Lo único que se le pudo ocurrir para salvarlos fue soltar un bufido y que el zorro creyera que habían más gatos escondidos, así ambos podían ayudarse y salir de ahí con vida. Ése era el plan pero un segundo después veía al zorro alejándose de allí dejándolo sorprendido. El gato volteó en su dirección, lanzando un bufido, enojado.


Un segundo. ¿Estaba enojado con él? Pero si debía estar agradecido.


El otro comenzó a caminar entre la hojarasca, escondiéndose tras un árbol y de pronto, había un muchacho con pantalones negros y terminando de colocarse una camiseta blanca. Jimin quedó perplejo.


¡Era un cambiaformas felino, que suerte!


Estaba a punto de transformarse a humano con intención de presentarse como era debido pero el muchacho se le acercó.


—Vete de aquí, gatito— Jimin tragó saliva, la mirada que le lanzó fue gélida.


¡Wow! Éso sí era 'intimidar', no como los pobres intentos de su primo.


Corrió detrás del árbol donde había visto al otro gato transformarse para buscar si había otra ropa con la cual cubrirse y ¡sí! Encontró una polera gris, una que no dudó en usar luego de cambiar a su forma humana, llegándole a cubrir hasta la mitad de los muslos —¡Hola!— Saludó contento —Mi nombre es Jimin. Y también soy un shifter, igual que tú. No soy un "gatito"— formó un puchero al decir lo último, haciéndolo ver más infantil.


Por un instante, el muchacho frente a él se vió asombrado para luego mostrar una expresión indiferente.


—"Gatito" o no, vete.


—No puedo... Además no puedes comportarte así, debes presentarte— comenzó a perseguirlo cuando lo vio recogiendo unas cosas entre las ramas caídas— somos gatos...


—Mira, no tengo razón alguna para hablar contigo, menos aún, decirte mi nombre. Vete.


—Oye, éso no es justo. Yo te dije mi nombre, ahora debes decirme el tuyo— su entrecejo se frunció tiernamente.


—No.— se detuvo abruptamente y el menor chocó contra su espalda, un suave 'auch' se escuchó por parte suya pero a él no podía importarle menos —Y deja de seguirme. Estas en territorio ajeno, los gatitos como tú, deben ir con su dueño, a vivir comiendo alimento enlatado y todas ésas cosas...


—¿A qué te refieres con "los gatos como yo"?— Curiosos ojos miel y desinteresados negros se encontraron —Tú también eres un gato— lo acusó.


—Un gato salvaje.


—¿Disculpa?


—Solo corrijo tu error. Yo soy un gato montés, no te confundas.


La boca de Jimin se abrió con sorpresa. ¡Oh, Dios!


—¡Éso es aún mejor!— Gritó emocionado y unas aves aletearon asustadas por el ruido repentino —Eres el primero que conozco. Seamos amigos.


—De verdad niño, es necesario que te vayas ya. Si alguno de los míos te huele y viene hasta acá, no será tan paciente como yo.


—No has sido paciente— se quejó, pero el otro lo ignoró.


—Devuelve mi casaca y regresa por donde viniste.


—Éso te he dicho, que no puedo, pero no me escuchas.


—¿Cómo que no puedes?


Jimin se avergonzó y agachó la mirada —Uhm... Me perdí.


—No estás hablando en serio...— masculló pasando las manos por su pálido rostro, notándose irritado.


—Sí, lo digo en serio... — levantó los ojos, viéndolo entre sus pestañas —¿me ayudarás, cierto?


—¿Por qué debo ayudarte si el despistado fuiste tú?— caminó alrededor nuevamente, tratando de alejarse del menor.


—Porque somos de la misma especie— dijo como una obviedad, persiguiéndolo.


—Otro error— masculló — Félidos, pero no de la misma subespecie.


El otro enarcó una ceja —¿Por qué te complicas tanto?


—Ya— El pelinegro se detuvo —¿Quieres que te ayude a volver?— él asintió y sonrió ampliamente, esta sería su oportunidad para socializar más con el otro cambiaforma —Entonces empieza a caminar.


Siguió sus pasos y lo vió dejar todo lo que había recogido a un lado del mismo árbol donde se había transformado.


El muchacho tenía apariencia de ser mayor que él, aunque no más de cinco años. Ambos caminaban en silencio, no porque Jimin no quisiera hablar, era más porque el otro avanzaba muy rápido, haciendo difícil charlar y poco posible el contacto visual. Pero fue así, sólo hasta que pudo reconocer ése lado del monte.


—¿Cuántos años tienes?— corrió para sobrepasarlo y casi ponerse al frente. Una de ésas miradas frías fue su pronta respuesta y él lo señaló con curiosidad —Mamá decía que los gatos tenemos el don de amenazar con ésa mirada pero Jungkook dice que yo nunca la he tenido y jamás la tendré porque tengo la apariencia de un cachorro pero yo no pienso que sea así, además mamá es muy sabia, si ella dice que todos tenemos ése don, yo también puedo ¿Cómo logro conseguir tener-?


—Veintiuno.


Jimin se tomó un segundo para tratar de procesar lo que el otro había dicho—¿Eh?


—Me preguntaste mi edad. Tengo veintiún años. Ahora, cállate.


Jimin lo miró con sorpresa —¿Le han dicho que es en verdad genial, hyung?


Rodó los ojos y después señaló a su izquierda —Sigue por ése camino y llegarás con tu gente, adiós.


—Ha sido muy amable al acompañarme hasta aquí— le sonrió agradecido —Nos vemos, hyung.


—No vuelvas a perderte por el otro lado del bosque.


—No, hyung, no lo haré— le mostró su sonrisa más brillante —porque ya aprendí el camino, la próxima vez que venga a visitarlo, no me perderé.


Otra vez pasó la mano por su rostro, frustrado —Mira, niño...


—Jimin, hyung— Lo corrigió.


—Como sea— Le restó importancia —No puedes volver a ir por allá. Entiende, ése no es tu territorio.


—Pero debo devolverle su casaca.


—No, dámela ahora— Extendió su mano pero Jimin lo ignoró.


—Nos vemos, hyung— Se despidió con un gesto de la mano.


—¡Hey!


Pero Jimin ya se estaba perdiendo entre los árboles y él soltó una maldición por lo bajo. No podía acercarse más a ese territorio o sus compañeros notarían el aroma, tenía suficiente con el dulzón del omega que acababa de irse.

Notas finales:

Otro YoonMin a la lista <3

Bienvenidxs a "Por un ronroneo"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).