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Kindness por adicta_al_yaoi

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Notas del fanfic:

Secuela de Love.

 

 

Notas del capitulo:

"Los personajes de Naruto no me pertenecen, son exclusivamente de Masashi Kishimoto."

 

 

 

Si en algo se caracterizaba Naruto, era por tener sobre todas las cosas un punto de vista bastante simple. Bueno, no tan simple. Por lo menos no tanto como para llegar a decir que ve todo blanco y/o negro, pues ciertamente sabía que las personas tenían muchos colores y matices. Sin embargo, ignoraba que esos colores y matices nunca estaban en orden; estos se mezclaban, se enredaban, desaparecían y volvían a aparecer, se confundían con otros y demás. La vida era simple, pero no las personas. Estas eran lo suficientemente complicadas y complejas como para hacer tambalear hasta el más listo. A veces hay cosas que escapan de nosotros mismos y puede que cuando te des cuenta ya sea demasiado tarde.

A Naruto le gustaban las mujeres, de eso no tenía duda. Jamás en su vida se sintió atraído por un chico, y de hecho el mero pensamiento de verse involucrado con un hombre le causaba repulsión. Además él amaba a Hinata…

O eso creía que sentía.

Nunca cuestionó sus sentimientos, ni los inspeccionó en complejidad. Él simplemente lo daba por hecho, pues no tenía dudas de que haría por Hinata lo que fuera.

Y entonces ¿Por qué sentía que algo no estaba del todo bien?

Frenó en seco los papeles que revisaba encima de su escritorio, y levantándose se dirigió hacia la ventana y miró afuera hacia la aldea…

¿Qué es lo que no encajaba? ¿Qué era lo que se sentía… mal?

No deseaba tener esos pensamientos, tanto y mucho más intentó quitarlos de su cabeza. Y lo logró, por unos años. Pero mientras más pasaba el tiempo, más crecía su hijo y más atareado se veía, otro tanto se hacía imposible el peso que le producía.

Él ya no era un niño, claro estaba, aunque muchas veces se comportaba como uno. Por eso hacía años que había descartado que fuera por… eso. ¿Y qué era eso? Eso que se supone que uno siente cuando está enamorado, cuando ama. Sudor, temblor, el palpitar acelerado del corazón, la adrenalina, la paz, la inseguridad con la certidumbre, la emoción, la pasión, el deseo, la seguridad, los objetivos mutuos… Percibir que todo estaba bien, aunque la vida pudiera ser un caos.

Pero Naruto ya era un adulto, hombre hecho, derecho y padre de familia, se tenía que repetir casi refunfuñando y deseando no tener que siquiera considerarlo, que esas cosas sólo le pasaban a los niños y a los adolescentes, con su juventud a flor de piel (dijera Guy-sensei) y las hormonas alborotadas.

Suspiró agotado.

¿Por qué se empeñaba en engañarse? ¿De qué servía ocultárselo a sí mismo?

Porque él no pretendía lastimar a nadie. Él sabía que esto era su culpa, que esto era su cruz y que cargaría con ella por el resto de sus días. De nada servía todo esto ahora. Debió arreglar sus asuntos e ideas cuando aún era un crío, tal vez ahí podría haber sacado algo en concreto…

¿Pero de qué servía eso ahora?

Volvió a suspirar, se retiró de la ventana y se sentó o medio tiró en la silla.

Hoy era uno de esos días donde deseaba largar todo y finalmente…

¿Finalmente, qué?

Intentar.

Se había casado muy joven. La presencia social le había cegado.

Se le olvidó que todavía quería descubrir.

Pensó que esto era lo que quería y que sería feliz.

Un golpe en la puerta le hizo volver al presente.

- Naruto – era Hinata.

- Hola ¿pasó algo? – se sintió algo extrañado de verla allí.

- No, quería saber si llegas a cenar, recuerda que tengo una misión mañana temprano.

- Ah, sí… Intentaré estar allí, sólo me falta ver algunas cosas más, si no llega Shikamaru a traerme más papeles – dijo sin saber que sus palabras quedarían en nada.

- Está bien – le sonrió- te espero – y se acercó a besarlo.

Naruto le correspondió al instante y le regaló una sonrisa cuando se separaron, una que rozaba inconscientemente la frivolidad. Pero ella pareció no notarlo, y luego se retiró y él quedó a solas de nuevo.

Emoción…

Palpitación…

Adrenalina…

Paz…

Deseo…

Felicidad…

Nada. Absolutamente desconcierto y vacío.

 

Él quería a Hinata, estaba contento de estar con ella.

Pero…

Sus ojos se abieron con desmesura.

No…

Ya lo sabía…

Pero nunca quiso ver…

Que no era lo mismo amar que querer, que no era lo mismo ser feliz que estar contento…

Y que por ello se sentía una basura, un imbécil, un desgraciado…

Su mirada se hizo gris.

Y el tiempo y la vida y su ser dejaron de existir.

- Naruto…

Parpadeó. Una voz gruesa y conocida le sacó del trance.

Levantó la vista y le vio allí.

Tan sereno, tan seguro, tan oscuro pero lleno de luz, tan único y misterioso.

Suspiró otra vez.

- ¿Qué sucede? –inquirió aquel ser.

Su voz, su porte, su personalidad directa.

- Nada… Yo… Estoy cansado… Sólo estoy cansado, es eso – le dijo, o más bien se dijo a sí mismo llevándose una mano a los ojos.

- …

- ¿Qué necesitabas, Sasuke?

- … Te traje el informe que me pediste.

- Ah… Sí, gracias – lo recibió y volvió a quedarse pensativo.

- ¿Cuál es el problema?

- ¿Eh? –de nuevo fue sacado de sus cavilaciones por el azabache.

- Algo te tiene distraído… ¿Qué es?

- Oh ¿Estás preocupado por mí, Sasuke? –le dijo en tono medio meloso, tratando de desviar el tema. No obstante el pelinegro siguió mirándole serio, con clara evidencia de que no iba a dejarlo pasar. Se rascó la nuca y trató de ser lo más honesto posible sin decir de más- Sólo es algo que no tiene mucha solución…

- … - el Uchiha se quedó mirándolo, pareciendo querer decir o preguntar algo más.

- Gracias de todas formas… Teme – y le sonrió entre travieso y agradecido. Por alguna razón, la preocupación de su amigo le hizo destensarse un poco.

Sasuke realizó un asentimiento de cabeza, dando por frenada la discusión, para luego excusarse y retirarse.

Naruto siguió con sus papeles hasta altas horas de la noche. Una vez más, no llegaría a tiempo para cenar con su familia.

A eso de las dos y media de la mañana, cuando pensaba ya regresar a su casa, se frenó en seco en la puerta de salida dándose cuenta de algo. Hinata no había notado que estaba raro, y si lo hizo tampoco le preguntó. Sasuke, en cambio, lo había notado ni bien entró a la oficina y enseguida le instigó en busca de la razón... Si había algo que le ponía feliz, era que él y Sasuke siguieran siendo mejores amigos después de todos estos años. Amaba esa seguridad de saber que cualquier cosa que le pasase o le pasara al Uchiha, se tenían el uno al otro para animarse, para seguir viendo hacia adelante, con una meta clara y las ganas de aventura siempre constante.

Suspiró relajándose y sonrió de lado.

- Ese baka – dijo sin saber que el único cándido en la situación era él.

A lo lejos, escondido en lo alto entre algunas casas, Sasuke le observaba retirarse de su oficina.

Y es que su fuero interno no les dejará obrar acorde a sus anhelos, pues su honorabilidad está primero y creían vehemente en las tradiciones que les fueron infundidas y a las que jamás pondrían en juego...

 

Tal vez.

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN.

Notas finales:

Siento que ha quedado algo/bastante OOC, pero es de esperarse ya que hace años que no veo nada de Naruto, y solo leo algo de vez en cuando.
Esto también se aplica a la lectura en español en general. Ando alejada de ella -demasiado english- y eso se refleja en la simpleza de la escritura.

Pero eso no quita lo que disfruté escribiéndolo xD

Gracias por leer.


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