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No ha pasado nada por CarisMai

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Notas del fanfic:

Avisos y renuncias:
Como ya he dicho mil veces(y como bien puede atestiguar mi cuenta bancaria, cagontó) One Piece no me pertenece, y por tanto no pretendo hacer dinero con la serie ni con sus personajes, sólo tomarlos prestados un ratito y entretener.
 
Notas del fanfic:
 
Holaaaaaaaa…
Sí, vale, después de cinco años sin publicar nada vengo desatada XDDDDDDD.
Aunque, para ser sincera, escribí este fic precisamente hace ese tiempo: siempre había querido, desde que vi Thriller Bark, escribir un fanfic sobre ESE momento de Zoro contra Kuma (que, no es por nada, pero yo diría que ESE momento, aparte de ser soberbio, justifica todo el yaoi que ha habido, que hay y que habrá sobre esta pareja).
Así que, antes de tomar esa pausa TAN larga, escribí este fic…
…y creo que ya es hora de airearlo, ¿no pensáis igual?
Bien, ahora, sin más dilación…
¡Dentro, capítulo!

NO HA PASADO NADA
 
Zoro se notaba pesado, muy pesado, incapaz de moverse y casi ni de pensar, sólo suspendido en un mundo oscuro, una oscuridad completa que parecía querer tragárselo.
 
• ¡¿De quién es toda esa sangre?! ¡¿Qué ha pasado?
• Nada. No ha pasado nada.
 
Sólo...sólo ese eco parecía retenerlo, el eco de su propia voz y de la del cocinero
Cocinero...
Como un fogonazo, recordó el día anterior, antes de llegar a Thriller Bark, con ambos en el observatorio, acallándose mutuamente los gemidos a besos mientras se cogían de las manos sobre el futón, moviéndose todo lo silenciosamente que podían en la noche a pesar de las risas y suspiros que se les escapaban, ambos perdidos el uno en el calor del otro como llevaban haciendo desde hacía meses.
Poco después de que...
 
Zoro entró en el Merry, harto de las tonterías de cubierta que había causado la discusión con Nami por la “no-pelea” en esa taberna de Mocktown, donde él y Luffy, obedeciendo a la navegante, no habían armado ninguna pelea y habían acabado amoratados por esa panda de imbéciles.
Y luego Nami la liaba igualmente porque no se habían defendido.
¿Quién la entendía?
Como fuera, entró en la cocina, buscando un trago.
• ¿Así que te has dejado apalizar?
Zoro maldijo por lo bajo al reconocer esa voz.
Al último que quería ver en ese momento.
Se giró, yendo a replicar...
...aunque tardó un momento al ver que el cocinero, en lugar de burlón, lo miraba serio. Eso le sorprendió.
• Nami dijo que no nos peleamos – replicó Zoro, tajante.
 
Sanji bufó. 
Por un lado, para él, lo que dijera Nami – swan iba a misa, por supuesto y eso era indiscutible.
Aunque claro...
No sabía muy bien explicar por qué no sentía sólo cabreo por el hecho de que el marimo apareciera lleno de sangre y golpes y que no los hubiese devuelto.
Zoro, mientras, harto y cansado y sólo queriendo pegar un trago y dormir, cogió la primera botella llena que pilló y, dejándose caer sobre una silla, comenzó a beber a morro.
Pero…
 
• Yo que tú dejaba de escapar de Chopper y dejaba que te mirara esto.
 
Y antes de darse cuenta, tenía al cocinero sentado al lado, comenzando a limpiarle las heridas con un paño mojado en agua caliente.
Sin embargo, y no sólo por la sorpresa,Zoro no se apartó.
Sanji se descubrió sonriendo, y no sólo de sorprendida extrañeza, al ver que Zoro parecía desviar la mirada...
¿Abochornado?
¿El marimo, abochornado por tenerlo curándole las heridas?
Un poco de juguetona malicia se le pegó a su sonrisa...
 
• No es nada. Además...ya me lo estás curando tú, ¿no?
 
...aunque el abochornado fue él cuando escuchó la réplica de Zoro, y más en el tono en el que lo dijo.
Entonces vio que el marimo había dejado de desviarle la mirada y tenía sus ojos fijos en los suyos, con la misma tierna malicia con la que él lo había mirado instantes antes.
 
• ¿Tienes algo que decir, cejillas? - preguntó Zoro.
• ¿Y tú, cara cactus? - replicó Sanji en el mismo tono...
 
...y a su pesar se sonrojó un poco al notar que Zoro le llevaba la mano a la mejilla.
Zoro, tratando de disimular, masculló, yendo a retirar la mano:
• Te has manchado limpiándome, imbécil...
• Ya...claro...
 
El peliverde fue a replicar...
...pero quedó mudo cuando Sanji, apretando la mano de Zoro en su mejilla, adelantó la cara, levemente nervioso.
Y los nervios de ambos disminuyeron y aumentaron al mismo tiempo cuando Zoro, cogiendo a Sanji de la cabeza, finalmente cerró el beso, instantes antes de que el rubio le replicara, con urgencia cada vez más creciente, pronto cogiendo también a Zoro de la cabeza, ambos abrazados así…
 
• ¡SANJI, COMIDA!
 
Oh, sí...en ese momento Zoro sí que quiso matar a Luffy...
Luffy...
…Je...Zoro esperaba que Kuma hubiera cumplido...
Kuma...
Sintió un escalofrío de dolor por la espalda.
Otro fogonazo.
El recuerdo del cocinero poniéndose entre él y Kuma, dando por hecho que iba a morir para que él...
Aceptándolo.
Idiota, pensó Zoro, con la misma rabia extraña de antes que le amartillaba el pecho. Imbécil...
Instintivamente, hizo un gesto para volver a apartarlo, a tirarlo al suelo y ponerlo a salvo...
Pero algo...
...algo le detuvo la mano.
 
• Sólo faltaría que después de sobrevivir a eso ahora te murieras por haberte arrancado los vendajes al hacer el tonto.
 
Esa...esa voz...
Zoro comenzó a despertarse, y antes de abrir los ojos sintió cómo en realidad le estaban sujetando la muñeca.
No. 
El cocinero le estaba sujetando la muñeca, con firmeza, pero sin brusquedad ninguna, instantes antes de empezar a atársela sin brusquedad a la cama.
Y lo que evitó que Zoro replicara fue la mirada de Sanji, enmarcada por unas ojeras y una seriedad que el espadachín muy pocas veces le había visto. 
Entonces se dio cuenta de que estaban totalmente solos. La fiesta ya debía de haber acabado...
 
• Nos hemos ido a dormir antes de salir a Sabaody. 
Zoro entendió que ésa era la teoría.
• Pues tira a dormir... - masculló, tratando de mover la mano que Sanji le estaba atando.
El peliverde jadeó al sentir que con eso lo ataba con más firmeza.
• Sí, y que hagas una gilipollez.
 
Zoro empezó a irritarse con eso y al ver que Sanji se sentaba, mirando al frente, como si él no estuviera, mientras se sacaba un cigarro de la cajetilla.
• Oye, no me ign... - empezó Zoro.
• Sé lo que pasó. Todo.
Sanji no tuvo que mirar para saber que esa frase había hecho a Zoro tensarse. 
El rubio inspiró, tomando una calada, mirando al suelo, sin saber qué más decir, y eso que mientras el marimo había estado inconsciente había pensado en sí, no decírselo a los demás, pero desde luego hacer que ese gilipollas le oyera.
Parte de la alegría de la fiesta se le había ido al ver que aún no había despertado.
Mierda...había pensado que siendo él...
Aunque claro...
El que entendiera lo que había hecho e incluso en su caso hubiese estado a punto de hacer lo mismo que el marimo de mierda no quería decir que...
Pero, por primera vez , no le salía lo que quería decir aunque tenía ganas de gritarlo.
Ahora , al sentir que lo miraba con cansada atención, Sanji notaba la misma presión extraña que había sentido cuando lo había visto así, cubierto de sangre y casi sin poder ponerse de pie.
Y esa sensación extraña le quiso hacer gritar otra cosa por encima de todas las demás.
Una cosa que ya antes de eso le llevaba revolviendo las entrañas, desde hacía un par de semanas.
 
¿Vas a dejar a reírte de una puta vez? - masculló Sanji,más que ligeramente cabreado.
 
Era evidente que no, y que el marimo se lo estaba pasando como nunca mientras sujetaba el cartel de “Se busca” en el que salía...ESO  a lo que le habían puesto su nombre tras dejarse la piel en Ennies Lobby.
 
• No sé por qué no lo enmarcamos – sonrió maliciosamente el peliverde.
• Que me lo des de una puta vez, joder – masculló Sanji, lanzándole una patada, cabreándose más cuando Zoro la esquivó - No sé por qué cojones lo has sacado de la basura...
• Por eso, porque estaba en la basura.
 
Eso y el tono sin burla con el que lo dijo hizo que Sanji lo mirara con extrañeza.
 
• ¿De qué hostias...?
• ¿Es tu primer cartel de “Se busca”, no? - replicó Zoro, evitando que el rubio se lo quitara. Al ver que el cocinero lo miraba fijamente, trató de disimular mientras empezaba a doblarlo - Vale que es ridículo, pero de ahí a tirarlo...
 
Pero Sanji sabía que todo eso era parloteo al ver cómo el espadachín se guardaba el cartel en el bolsillo.
 
• Además, ya tengo otra cosa para cabrearte... - trató de seguir Zoro,a estas alturas ya claramente abochornado...
...pero suspiró en el beso cuando Sanji lo acalló, con una intensidad que pocas veces le había visto, mientras lo empujaba contra la pared, con una extrañamente tierna urgencia que le hizo replicar igual...
Sanji suspiró en el abrazo sin prisa, por una vez, por follar con Zoro, aunque quería hacerlo...
...pero...esa vez...había algo que le hizo ir con más cuidado que la primera vez, sin brusquedad, deleitándose en el calor de Zoro y jadeando cuando éste, pasada la extrañeza, le replicó con la misma suavidad...
 
La ceniza de su cigarrillo cayó al suelo.
Sí...esa...esa noche...
Ahora lo tenía aún más claro.
Sanji, tomando una decisión, se incorporó, girándose hacia el marimo...
...pero quedó parado.
Con las fuerzas que había vuelto a reunir, Zoro, en silencio, le estaba abrazando con el brazo libre, enterrando la cabeza en su cuello.
• Gi...lipollas... – murmuró finalmente el peliverde, muy bajo, con la voz temblorosa.
• Eso...eso...¿a qué viene? - murmuró Sanji, pero sintiendo que le picaban los ojos al oir el tono de voz de Zoro. - El... - masculló, inspirando, tratando de evitar esa sensación – el gilipollas eres tú, jo...
• Te quiero.
 
Sanji quedó mudo...y cerró los ojos, dejando que la sensación de antes ya campara a sus anchas antes de comenzar a replicar al abrazo de Zoro.
Joder...él a punto de decirlo y...
 
• Yo también...Siempre...te me adelantas, cabrón... - murmuró el rubio, muy bajito, sonriendo levemente.
El peliverde inspiró, sonriendo suavemente, sintiendo un suave peso en el corazón.
Aunque también algo inquieto. 
Conocía muy bien al rubio para saber lo que estaba pasando...
• ¿Estás...?
• No pasa nada...- replicó Sanji, con una leve sonrisa.
• Cabrón... - sonrió un poco más Zoro, pero acariciándole la cabeza.
 
Entonces notó que Sanji subía sus labios y le susurraba, contra su lóbulo:
• Si te suelto el brazo...¿Hay alguna posibilidad de que hagas exactamente lo que yo te diga y ni una gilipollez más ni una menos?
Zoro rió un poco, haciendo lo mismo para susurrarle:
• Haré lo que pueda...pero no te prometo nada...
 
Ambos rieron un poco cuando Zoro, en cuanto Sanji le soltó el brazo, lo atrajo hacia sí con las fuerzas que le quedaban, dejando el rubio que lo hiciera y tratando de no pesarle mucho cuando quedó sobre su pecho, ambos pronto besándose, uniéndose con el beso y con todo el cuerpo pero despacio mientras Sanji le susurraba a Zoro al oído y éste suspiraba, rebelándose a sus instrucciones sólo para aferrarlo, para apretarlo más contra sí mientras el rubio se deslizaba dentro de él con todo el cuidado que podía, ambos recreándose en eso...
 
• Te quiero...
Zoro, con esa frase susurra da en su oído, sonrió cerrando los ojos entre jadeos.
No.
Desde luego, no era cierto que “no había pasado nada”.
 


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