Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nada bueno pasa los lunes por Tita Adri

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La primera historia original que subo en esta página. El lemon es muy suavecito y escrito de una forma que nunca había intentado, así que espero de todo corazón que disfrutéis de este capítulo único.

Hay días que es mejor no levantarse de la cama, días en los que fingir que el despertador no ha sonado es la solución más sencilla para evitar malos momentos, situaciones incómodas o extrañas, conversaciones que te empujan hacía sitios en los que no deberías estar. Pero cuando esos días coinciden con el principio de la semana, no hay modo de evitarlo y solo queda pasar el desastroso día como buenamente se pueda, intentando acabarlo cuanto antes para olvidarlo al caer la noche, o eso les gustaría a muchos, sobre todo cuando pasan cosas como las que Harry y Matt tuvieron que vivir.

 

Sí, aquel lunes parecía otro más en las interminables semanas lectivas, otro día de madrugar, clases aburridas, compañeros ruidosos y peleas, peleas entre los mismos dos idiotas de siempre. Otro día más, o eso parecía. Las primeras horas de clase transcurrieron con la misma calma provocada por la somnolencia, tediosas lecciones leídas entre los alumnos en un intento de mantener el interés, y la conciencia, entre los adolescentes. Y como cada cual tiene sus métodos para despertarse, los de Harry eran conocidos por todos, picar a Matt. Al principio siempre soltaba algún comentario despectivo con una ladeada sonrisa de superioridad, solo al principio, la sonrisa duraba lo que tardaba Matt en devolver la pulla. Si les preguntas, ninguno será capaz de recordar que se dijeron exactamente para acabar de nuevo enzarzados en otra discusión, ya era una costumbre, casi ni hacía falta insultos, a Harry la sola presencia de Matt le frustraba lo suficiente para querer bronca y Matt seguía el juego como un mal hábito. ¿Cómo habían acabado en el cuarto de baño de hombres del tercer piso? Fácil. Con todas las amonestaciones que abultaban sus expedientes, los dos idiotas debían evitar ser encontrados por algún profesor en otra pelea o acabarían expulsados durante una semana, ninguno quería que eso sucediese, no les importaban mucho las clases que se perderían, ni lo mucho que bajarían sus notas por faltar a trabajos, exámenes y presentaciones, lo importante de verdad era librarse del castigo que sus padres les impondrían por su mal comportamiento.

 

Situémonos. Tercera clase del lunes, faltando a la interesante lección sobre la reproducción de las plantas, creo, Matt y Harry se escabullen con el sigilo de un par de ninjas, sí, se lo tiene un poco creído pero hoy no entraremos en ese debate. Una vez allí vuelven a insultarse en voz bajita, es una situación algo ridícula ver a Harry con su rostro todo arrugado por la ira, con esas grandes orejas tan rojas como su cara, insultando en susurros, si le tuviese agarrado de la pechera y le amenazase con ese tono de voz quizás pudiese tomárselo en serio, pero no, en ese momento Matt se debatía entre escuchar las palabras de desprecio de su compañero y aguantar la risa. Simplemente diremos que falló en ambas.

 

-¿De que coño te ríes?-preguntó Harry perdiendo poco a poco el control de su propia voz.

 

-Entre lo colorado que estas y lo bajito que eres, pareces una cerrilla.-a Matt le costaba bastante hablar entre las carcajadas, entre parones e intentos de recuperar el aire consiguió terminar la frase.

 

-Pues esta cerrilla te va a partir la boca por gilipollas.

 

Antes de que Harry se hubiese acercado para cumplir su amenaza, su rubio compañero posó un dedo sobre sus propios labios para recordar que debía controlar el volumen de su voz, haciéndole enfadar aun más al ser incapaz de borrar la sonrisa con la que había terminado tras el ataque de risa. Un empujón y la espalda de Matt chocó contra el lavamanos, arrancándole un quejido por el golpe y moviendo sus gafas. Devolvió el empujón con poca fuerza, solo como advertencia, si el enano enfurruñado quería llegar a las manos, a él no le importaría soltar un par de puñetazos. Pero aquella acción tan rutinaria como los insultos provocó un aumento del enfado de Harry, quien se disponía a levantar la mano y no precisamente para saludar, cuando escuchó pasos cerca de la puerta. Solo por precaución, agarró a Matt de la camiseta y le obligo a meterse en uno de los cubículos, Harry entró también y cerró la puerta sin llegar a poner el pestillo.

 

La puerta principal del baño se abrió, Matt pensó seriamente en felicitar al oído de su compañero, era mucho mejor que su cerebro, al menos en algo era útil; pero de poco serviría haberse escondido a tiempo si alguien les pillaba en esa situación. Dos chicos en el mismo baño, el cual apenas dejaba espacio para una persona, arrinconados contra el retrete a falta de hueco y uno de ellos con la ropa arrugada, daría para muchos rumores, algunos poco agradables. Harry no se había lucido mucho con su gran plan de huida, habría sido mejor explicar al intruso que solo habían coincidido en el cuarto de baño, pero si les encontraban tan juntitos ninguna explicación sería lo suficientemente buena como para librarles de los rumores.

 

-No hay nadie.-la voz alta y clara de Demian logró algo que nada hasta entonces había conseguido, que los dos idiotas se mirasen con la misma pregunta en los ojos “¿Qué hace aquí?”

 

El sonido de la puerta principal al cerrarse con pestillo suscitó la curiosidad del par de fugitivos, quienes se preguntaban por la persona con la que el hermano pequeño de Harry hablaba. Pero escuchar a su acompañante no ayudó a resolver sus dudas, sino que creaba más, pues Thomas no era una de las amistades del pequeño Demian, si fuese por ellos dos, Demian ni si quiera debería de hablarse con el mejor amigo de Matt, pero ahí estaban, juntos, en el baño, escapándose de las clases como si fuesen a hacer algo ilegal.

 

-Te lo dije, este baño no se usa durante las clases.-la explicación de Thomas era exactamente la misma lógica a la que los dos idiotas habían llegado para reunirse allí.

 

En el silencio que acompañó a esa breve respuesta, Matt se estaba replanteando salir del allí para preguntarle directamente a su amigo por todas las dudas que surgían en su cabeza, ni si quiera estaba seguro de que esos dos se conociesen ya que iban a clases distintas, incluso a años distintos. Harry, en cambio, estaba preguntándose como debería de regañar a su perfecto hermano menor por saltarse una clase, Demian era lo que todos denominarían un buen chico, trabajador y responsable que nunca hacia pellas, pero ahora que le había escuchado, sabía que no era tan buen ejemplo como parecía. Ninguno de los dos había llegado a una conclusión cuando se escuchó un ruido extraño que no supieron identificar.

 

-¿Vamos?-a Demian casi no le salía la voz al preguntar aquello.

 

-No.

 

A Harry casi se lo llevan los demonios al escuchar una respuesta tan seca y contundente hacía su hermano, estaba a milésimas de segundo de salir de su escondite para pelearse con Thomas cuando la risa de su hermano le dejó paralizado, no es que Demian no fuese un chico risueño, simplemente aquella carcajada sonó distinta a todas las que había escuchado hasta ahora.

 

-¿Te vas a hacer el difícil a estas alturas?-preguntó Demian con un tono juguetón.

 

-No es eso. Mira.-desde allí dentro era difícil saber que estaba enseñando Thomas, pero por lo visto Demian debería de estar igual que ellos, pues se vio obligado a continuar hablando.-Hay un enorme espejo, limpio y con la altura perfecta. Quiero hacerlo frente al espejo.

 

“¿Hacer qué?” una sola pregunta que apareció en dos cabezas a la vez. Los rostros de Harry y Matt mostraban una curiosidad poco sana, sea lo que sea a lo que habían ido allí, dejaba de tener importancia escuchando aquella conversación de la que cada vez entendían menos. Una lastima que antes de terminar las clases ese día, entenderían perfectamente esa situación, incluso les constaría olvidar lo sucedido. Si hubiesen salido en ese preciso momento de su escondite, las cosas habrían sido muy diferentes, habrían tenido cada cual una conversación privada con su respectivo amigo o hermano, quizás al principio habría sido incomodo tener que explicarse, pero habrían llegado a comprenderse entre ellos. Estaban llegando al punto de no retorno y no eran conscientes.

 

-¿Estas de broma?-aunque la pregunta podía haberse usado para dejar claro que lo que fuese que hubiese insinuado era una locura, el tono divertido de Demian dejaba claro que no rechazaba la idea.

 

-Yo no bromeo con esas cosa, lo sabes.

 

La risa de Demian llenó el lugar. El minuto siguiente fue completamente desconcertante, no había voces, solo sonidos. Pisadas. Risas. Algún quejido. Un golpe. Más risas.

 

-Demian, eres increíble.-en respuesta a ese halago, el pequeño solo se rió, como si estuviese acostumbrado a esas palabras por parte de Thomas.-No apartes la mirada del espejo, Demian, quiero que veas bien todas las caras que pones mientras te follo.

 

Hay expresiones faciales que dicen mucho más que las palabras, y Harry era expresivo hasta un punto inimaginable. Si Matt se había sorprendido al escuchar esa frase, no podía compararse a lo que estaba sintiendo el enano gruñón. Usar la palabra Shock podría definir su estado de ánimo en el momento en el cual entendió lo que estaba pasando. Todo cobró sentido en ese momento. Los ruidos que antes no sabían identificar ahora quedaron claros, besos y más besos, los quejidos no eran tal, sino jadeos de placer. La mente de Harry había quedado temporalmente en blanco, casi tan blanco como su rostro, hasta las orejas naturalmente sonrosadas habían perdido todo rastro de color y la mirada vacía preocupó a Matt como nunca estaría dispuesto a admitir, por un momento temió que su compañero perdiese el conocimiento. Pero un gemido devolvió a la realidad al traumatizado hermano mayor, toda la sangre volvió a su rostro de golpe, y se cubrió los oídos en un intentó bastante pobre de minimizar los sonidos que se producían tras esa puerta.

 

Mientras Harry intentaba con todas sus fuerzas no escuchar nada, Matt estaba sintiendo una curiosidad que hasta él mismo consideró excesiva, y no es que tuviese sentimientos románticos por su mejor amigo, sabía perfectamente que Thomas tenía pareja, había estado presumiendo de ello desde hacía varias semanas, el problema surgía en su pareja. Si bien conocía poco a Demian por haber coincidido por los pasillos del instituto, las ganas de verle en acción empezaban a preocuparle. Quiso echarle la culpa a esos gemidos tan sugerentes que soltaba. El pequeño era una delicia para los oídos, mucho mas erótico que cualquier película porno que hubiese visto hasta el momento, resultaba vergonzoso que su cuerpo reaccionase a esos sonidos, sobre todo teniendo a Harry tan cerca y tratándose de su hermano, para su suerte, estaba tan concentrado en no escuchar nada que hasta sus ojos estaban cerrados con fuerza.

 

Hasta ese día ninguno de los dos idiotas eran conscientes del sonido que producía la ropa al caer al suelo, pero ese día escucharon con perfección cada prenda, las imágenes aparecían en sus cabezas por muchos esfuerzos que hiciesen por apartarlos. Un pequeño grito asustó a los dos escondidos, que brincaron inconscientemente, después de eso se escucharon quejidos amortiguados y el golpeteo rítmico de dos cuerpos, no debían de ser unos genios para suponer la parte a la que habían llegado. Harry volvió a cubrir sus orejas, con los ojos cerrados y encogido, parecía mucho más bajito, por un momento Matt se olvidó del ruido fuera de ese cubículo para preguntarse como debía de estar pasándolo de mal su compañero. Demian solo tenía quince años, una carita de niño bueno que resultaba adorable y esa voz dulce con la que se ganaba la confianza de cualquiera, pero seguía siendo el pequeño, el inocente al que su hermano mayor quería proteger. ¿Cómo debería sentirse al saber que un chico tres años mayor estaba mancillando a su familia? Estaba seguro de que Harry usaría la palabra “mancillar”, porque “deshornar” sonaba demasiado arcaico hasta para él. Perdido en sus pensamientos sobre como describir los sucesos, Matt no fue consciente del tiempo hasta que un gemido más alto que el resto le devolvió a la realidad. Habían parado ya, solo escuchaban las respiraciones aceleradas.

 

-Eres un animal.-la voz de Demian sonó algo ronca y ligeramente molesta.

 

-Y tu un escandaloso.-replicó Thomas sin aliento.

 

-No tenías que agarrarme con tanta fuerza, tengo todos tus dedos marcados en la cara.

 

-Lo siento.-el sonido de un beso se escuchó apenas unos segundos.-Me dejé llevar. Desaparecerán enseguida.

 

-Eso no es a lo que me refiero Thomas, sueles hacerme marcas a menudo, si no te controlas nos acabarán pillando.

 

-¿Y qué? Si no me dejas decir que estamos juntos, de alguna forma tendré que espantar a la competencia.-volvió el movimiento tras esas palabras y un bufido de molestia, parecía que se estaban arreglando- Demian, no te enfades. Sabes que quiero hacer publica la relación.

 

-Ya hemos hablado de esto muchas veces.-la voz del menor sonaba realmente molesta.

 

-Y sigo sin entenderlo.-reprochó Thomas empezando a enfadarse.

 

-No es el momento.

 

-¿El momento? ¿Y cuándo lo será? Llevamos más de dos meses y ni si quiera puedo decirles a mis amigos que estoy contigo. Me estoy cansando de mentir, Demian.

 

-Pues no pareces muy descontento con los encuentros a escondidas. Íbamos solo a hablar y mira como hemos acabado.

 

-Demian, por favor.-Thomas había cambiado el tono de reproche por uno más suave.-¿Cuándo? ¿Cuándo será el momento para dejar de escondernos?

 

Un silencio casi sepulcral invadió el cuarto de baño, por un momento casi podían escucharse las respiraciones de las cuatro personas que allí estaban.

 

-No lo se.-reconoció Demian con voz dubitativa -Las cosas en casa están algo tensas, Harry está raro conmigo últimamente, me gustaría solucionar eso antes de contárselo. Creo que sabe que le estoy ocultando algo.

 

-Puede que contárselo sea la solución para arreglar el problema. Tu hermano no es un ogro, aunque a veces lo parezca, seguro que te ayuda.

 

-Y después te dará una paliza para que tengas tus manos quietas.-bromeó Demian.

 

-No fueron mis manos las primeras en actuar. De todas formas, no tiene por que enterarse de esta parte de nuestra relación, la verdad es que no quiero que la tome conmigo porque su hermanito sea un pervertido muy bien enseñado.

 

-Hoy tienes ganas de discutir ¿verdad? Espera... ¿eso es un chupetón? ¡Thomas!

 

-Lo siento, no era mi intención. No me mires así, fue un accidente. Demian... te quiero.

 

-Con palabras bonitas no me vas a hacer olvidar que tengo una marca en el hombro. Thomas, saca la mano de mi pantalón, no hay segunda ronda.

 

-¿Por qué?

 

-Porque ahora solo puedo pensar en mi hermano.

 

Los segundos que tardaron en continuar la conversación, Matt y Harry se miraron con expresiones indescifrables. Harry se había olvidado temporalmente de lo escuchado minutos atrás, más concentrado en no salir de allí para pegar a Thomas por lo insistente que era con su hermano, si Demian no quería que todo el mundo se enterase de sus intimidades, debía respetar su decisión, no presionarle para que lo contase contra su voluntad.

 

-¿Tanto miedo te da?

 

-Tal vez.- la voz de Demian sonó apagada, triste y la mirada de Harry se ensombreció al escucharle hablar -No quiero que las cosas cambien, me gusta saber que puedo contar con mi hermano pase lo que pase, y decirle que estoy saliendo con el mejor amigo de su rival no va a ponerle precisamente feliz. No quiero que se enfade conmigo.

 

-Cuando decidas hablar con Harry, llámame, estaré a tu lado todo el rato.

 

-Gracias. -el silencio que continuó aquel agradecimiento resultaba agradable en la pareja, incómodo entre los dos idiotas que estaban deseando poder salir de allí.

 

-Ven a mi casa esta tarde.-propuso Thomas rápidamente.

 

La pareja se alejó de allí charlando con tranquilidad, como si simplemente hubiesen coincidido en el baño, mientras que el dúo de idiotas permanecían en el cubículo, sin atreverse a moverse aun, cuando salieron y se vieron reflejados en el espejo, ambos apartaron los ojos, recordando con todo detalle los sonidos que querían olvidar. Uno de ellos traumatizado de por vida, el otro sintiéndose realmente sucio al querer disfrutar con la mirada lo que solo había podido escuchar. Salieron de allí en silencio, con la cabeza gacha y multitud de pensamientos que les arrebatarían muchas noches de sueño. Ese día no discutieron, ni se miraron en lo que quedaba de lunes, ambos perdidos en sus propias cavilaciones, ensimismados en clase cuando debían de estar prestando atención, comportándose de una forma tan anormal que hasta sus compañeros de clase guardaron silencio por temor a desatar una tormenta. Mientras que Matt planeaba un fin de semana de descargar porno con mujeres, muchas mujeres, esperando poder oír algo que fuese más erótico que la voz de Demian, Harry se arrepentía de haberse levantado ese día de la cama, porque hay días que algo te advierte del peligro aunque decidamos ignorar esa voz tan sabía llamada “instinto”. Y para él, ese lunes iba a estar durante mucho tiempo catalogado como el peor día de su vida.

 

Y es que hay lunes que es mejor no despertarse.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).