Evitada la destrucción del mundo y terminada la horrible Cuarta Guerra Mundial Shinobi, cada ninja volvió a su aldea natal para comenzar con las reconstrucciones, velar a los muertos, atender a los heridos y negociar los tratados de paz. En Konoha, debido a las malas condiciones de salud de la quinta Hokage como resultado del ataque de Pain y la posterior batalla contra Madara, Kakashi Hatake fue elegido como su sucesor.
Dentro de las responsabilidades que heredó, estaba lidiar con el ninja renegado de Konoha que había ayudado a detener a Kaguya y deshacer el Mugen Tsukuyomi. Tres de los cinco Kages estaban a favor de mantener encerrado al último del clan Uchiha por el resto de sus días, temiendo una nueva traición Solo Gaara y él tenían la fe suficiente en Naruto como para saber que lo detendría en caso de volver a intentar algo contra la aldea. Favorecidos porque cada Kage estaba demasiado ocupado con los problemas internos de sus aldeas como para preocuparse de qué haría Konoha con Sasuke, Kakashi consigue un indulto condicionado, logrando que sea este liberado y deje de ser perseguido por las demás aldeas a causa de su traición.
Luego de tres meses encarcelado y su posterior liberación, Sasuke medita solitariamente en lo que fue su casa y decide dejar la aldea nuevamente, sería un viaje de expiación personal por sus pecados, errores y malas decisiones. Naruto intentó en múltiples ocasiones lograr visitar a Sasuke en prisión, todas ellas negadas por Ibiki bajo la excusa de que Sasuke no podía y no quería ver a nadie. A la espera del brazo prostético creado con las células de Hashirama, Naruto visitaba constantemente el Hospital de Konoha y a Sakura, que seguía atendiendo a los heridos durante la guerra.
En una de sus visitas, Naruto llega una hora antes a su revisión de células y decide que sería una buena forma de pasar el rato visitando a Sakura… Peor era quedarse sentado frente al laboratorio hasta que lo llamaran. Recorrió los pasillos preguntando por ella, hasta saber que estaba organizando fichas médicas junto a Shizune.
—¿Dónde diablos estarán? —vociferó poniendo su único brazo tras la nuca rubia. Se había aburrido de abrir y cerrar puertas sin encontrarlas, que ya sólo se dedicaba a apoyar la oreja tras la puerta para saber si había señales de vida al otro lado o no.
Entre puerta y puerta, pudo reconocer la voz de Shizune… donde estaba ella, podría estar Sakura.
—¿...Sasuke? —Escuchó de la mujer y su corazón dio un brinco, tuvo que apoyar más la oreja para asegurarse de que el nombre de su amigo había sido mencionado.
—Sí, eso fue lo que me dijo. —La voz que pudo atribuir a Sakura, sonaba triste y melancólica, como cada vez que se refería a su antiguo compañero de equipo.
—Pensé que esta vez Sasuke se quedaría más tiempo, al menos hasta que estuvieran listos los brazos —dijo Shizune casi con reproche —. ¿Naruto lo sabe?
—No, no sé si quiere que se entere…—respondió Sakura.
Su corazón soltó un bombazo de sangre caliente, ¿cómo Sakura lo sabía?¿ya se habían visto antes? Se mordió el labio inferior, separó la oreja de la puerta y la deslizó sin disimulo alguno; tenía que hacerse el tonto, él no había escuchado nada.
—¿No quiere que se entere quién? —preguntó mostrando un rostro ingenuo al escuchar el grito de Sakura resonar por toda la oficina.
—¡Na… Naruto! ¡No me asustes así!, ¡¿acaso no te enseñó nadie a tocar la puerta antes de entrar?! —El rostro sonrojado y avergonzado de Sakura le decía a gritos que le ocultaban algo.
—Lo siento, no sabía que hablaban algo tan importante —resongó notando que realmente Sakura no le diría nada si Sasuke se lo había pedido. Y si alguien lo haría, sería Kakashi… podría persuadirlo para que se lo dijera—. Bien, me voy… Solo venía a ver cómo estabas.
Ansioso de ir a la oficina del Hokage, Naruto se arrancó de su cita en el hospital y vagó por las calles de Konoha intentando entender por qué, después de tanto esfuerzo, de la necesidad que sentía de tenerlo a su lado, Sasuke quería volver a partir. Recorrió tanto y dio tantas vueltas que no notó que terminó frente al puente del lago donde siempre encontraba sentado a Sasuke por las tardes, tan silencioso y solitario. Caminó por encima del puente e inhaló; estar en ese lugar le trajo viejos recuerdos... y si se concentraba, a pesar de los años y de saber que ya no estaba ahí mirando el atardecer, aún podía sentir cómo sus pulmones se llenaban del aroma distintivo de su compañero de equipo.
Se sentó en posición de meditación, como cuando entrenaba con los sapos, para ordenar sus ideas. Sasuke era un ninja de la aldea de la hoja, igual que él, ambos habían luchado para salvar a todos los shinobi y juntos habían deshecho el justu de Kaguya. Entonces, ¿por qué? Naruto sabía que gracias a sus reiteradas peticiones lo habían dejado en libertad y después de mucho meditar entendió que Sasuke no solo quería irse... sino que lo necesitaba, ya fuera para pensar como él lo estaba haciendo en ese momento o para entender algo que aún no podía, entendió más aún la soledad del Uchiha. Pero cualquiera fuera la razón, Naruto necesitaba darle a Sasuke una razón para volver, algo que lo atara a la aldea, no como la última vez.
Antes de levantarse del puente le dio unas leves caricias a la madera para luego levantarse, la ansiedad se había esfumado por un momento y debía no debía caer de nuevo en ella. Pero al abrir la puerta de la oficina del Hokage todo eso se fue al diablo, casi a voz de grito le exigió a Kakashi que le dijera el día y la hora cercana a la partida de Sasuke, que al menos en esa ocasión merecía saberla quisiera el Uchiha o no. A regañadientes y entendiendo mejor que nadie el actuar de ambos, le dio a Naruto la información que necesitaba, fue un alivio para el héroe de Konoha saber que esta vez podría decirle adiós… al menos por un tiempo, antes de que su ausencia fuera asesina.
Para Sasuke, ya había llegado la hora de despedirse por segunda vez de su aldea natal. A pesar de que ahora casi podía comprender el empeño que puso Itachi en protegerla, necesitaba estar lejos de ella por un tiempo, al menos hasta entender del todo cuál era su lugar ahí. Kakashi y Sakura lo esperaban frente a las puertas de la aldea. Todavía era temprano, no circulaban muchas personas alrededor. Mejor para él, ya estaba harto de las miradas inquisidoras de los habitantes, por eso principalmente es que se había encerrado en su antiguo hogar los días antes de irse.
—Seré claro. Normalmente, te habrías pasado la vida en prisión —Kakashi mantenía su tono uniforme pero firme de siempre, como si fuera cualquier lección de la que estaban hablando y no de una sentencia perpetua—, pero si te damos gusto y te eximimos de tu comportamiento anterior es solo porque nos dijeron que ayudaste a deshacer el Mugen Tsukuyomi. No fue solo cosa mía como Sexto Hokage, sino también de Naruto, que fue protagonista a la hora de poner fin a la guerra. No lo olvides.*
Si le fuese posible olvidar cualquier cosa que hiciera Naruto, no tendría que dejar la aldea. O tal vez sí, pero no por los mismos motivos. Sasuke entendía que su comportamiento anterior lo hizo ganarse el desprecio de muchos.
—Y ahora procura no hacer ninguna locura. Que asumí toda la responsabilidad.* —El antiguo líder del Equipo 7 finalizó con un tono más ligero al ver que Sasuke ni siquiera se movía para asentir con la cabeza.
—Lo haré, gracias.* —respondió apenas lo más educadamente que pudo. No había puesto atención por completo a las palabras de Kakashi, la ansiedad por partir de la aldea no lo dejaba concentrarse demasiado.
—¿De verdad tienes que irte? —Sakura sonaba más decepcionada que triste. Ahora que la guerra había terminado y que la disputa entre Naruto y Sasuke parecía resuelta, esperaba tener la oportunidad de pasar tiempo con Sasuke y ayudarlo a dejar el pasado atrás— Falta poco para que Tsunade termine el brazo artificial.*
—Quiero ver qué aspecto tiene el mundo ninja, el mundo en general —Sasuke evadió la pregunta. Sentía que el brazo faltante era un precio bajo a pagar por redimirse, si se lo devolvían, sería como si la deuda no hubiese avanzado en nada—. Creo que podre fijarme bien en todo lo que pasé por alto. Si no lo hago, no sé lo que estaré ignorando. Además, me preocupan algunas cosas.* —El Uchiha quería asegurarse de aprender lo que Itachi había aprendido, ver el mundo con sus propios ojos y entender por qué su hermano lo había puesto en ese camino.
—¿Y si te dijera que me lleves contigo?* —preguntó Sakura, sonrojada. No iba rendirse tan fácilmente, y necesitaba aclarar sus sospechas respecto a él.
—Es un viaje para expiar mis pecados —Quiso disuadirla. Si Sakura lo acompañaba, terminaría enterándose de su secreto tarde o temprano, y por ahora tenía cosas más personales con las que lidiar—. Tú no tienes nada que ver con ellos.*
La respuesta de Sasuke le cayó como un balde de agua fría a Sakura. ¿Así que el Uchiha aún no la consideraba una amiga o… algo más? ¿Acaso aún era su condición lo que hacía que no le considerara?
—¿Nada que ver?* —repitió con semblante decepcionado. Esperaba que Sasuke la rechazara, pero no de la misma manera que hace años. La hacía sentir como si las cosas no hubiesen cambiado en los años que habían transcurrido separados.
Sasuke dio unos pasos adelante, quedando de frente a Sakura. Junto los dedos índice y medio para despedirse de ella como su hermano lo solía hacer con él. Sabía que estaba siendo duro con ella, pero que era probable que necesitara de su ayuda más adelante. Era una de las pocas personas que había creído siempre en él, después de todo. Tenerla cerca no podía ser tan malo.
—Hasta pronto, y gracias.*
Tras la despedida de ambos, Sasuke avanzó lo suficiente para dejar las puertas de Konoha atrás, e intentando no pensar demasiado en todo lo que había ocurrido y desechando por completo la fugaz idea de ver a Naruto en un silencioso suspiro. El viento le daba de lleno en su rostro y a ratos llegaba a ser molesto, hasta que su nariz recibió un aroma que su cerebro reconoció de inmediato, podría pararse en medio de un campo lleno de jazmines y podría reconocer la esencia de su piel. Ahogó el impulso de acelerar el paso obligándose a sí mismo a relajar el semblante y pausar su caminar, sabía que se encontrarían cara a cara, siempre había sido así.
Naruto lo vio avanzar por el camino alejándose de la aldea, de verdad se iría y quizá en cuánto tiempo más podría volver a ver su rostro. Apoyó su espalda en un árbol a un lado del camino, esperando, debía entregarle un motivo para volver y sentía que devolver la banda que por tantos años guardó significaría algo para él, Sasuke pertenecía a la aldea y él debía recordarle que siempre podría volver a casa y a su lado.
—No creí que vendrías a despedirme* —dijo el Uchiha quedando a una distancia prudente de su amigo.
Una extraña tensión emocional los envolvió cuando Naruto se separó del árbol y extendió toscamente el brazo que sujetaba la banda de Konoha. Sasuke ocultó sus ojos de sorpresa fijando la vista directo hacia la banda, algunos mechones de cabello meneados por el viento alcanzaban a disimular su mirada nostálgica, aunque su voz lo delató.
—¿Aún lo tienes?* —Con rostro impávido quedó prendado del rostro decidido de naruto, sumergiéndose un instante en sus propios pensamientos.
—Te devuelvo esto.* —La mirada desafiante de Naruto le daba a entender a Sasuke que el gesto iba más allá de devolver la banda, era una promesa, un reto; volverían a verse, sin importar qué.
—Solo me lo quedaré hasta nuestro duelo.* —Sasuke sabía que al decir esas palabras, aceptaba el reto. Tendría que volver a la aldea y ver a Naruto una vez más, su instinto se lo decía.
Sin decir nada más ambos se dieron por entendidos, el pacto estaba sellado y solo quedaba esperar que el tiempo se dedicara a sanar todo el daño que había causado él y tantos otros que buscaban venganza.
Al retomar su camino y llegando a lo que fue el Valle del fin, Sasuke no pudo evitar sacar la banda para inspeccionarla. Él recordaba un pequeño detalle que sabía que podría pasar desapercibido para cualquier persona, era solo evidente para él una marca de mordida que para cualquier otro sería una marca de uso. Esa marca estaba en la parte superior derecha de su banda metálica, como un recordatorio constante de su condición y de la historia que lo unía a Naruto.