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La luz de nuestros pecados por Barby-san

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Notas del fanfic:

Éste es mi primer escrito, así que si tiene algunas faltas de ortografía, espero que me disculpen.

Los personajes no son míos, le pertenecen a Masashi Kishimoto.

La luna. La luna es la causante de las mareas altas y bajas, pero en este caso la luna, era la causante de la transformación de un cierto chico de cabellos azabaches, piel blanca y ojos color onix. La mayoría de las personas cree que solo los hombres o mujeres lobo se transforman con la luna llena, sin embargo, no son las únicas criaturas afectadas por esta.

Cierta noche, el día de la muerte de sus padres y familiares, Sasuke Uchiha, el chico de cabellos azabaches, descubrió que era portador de un gen muy peculiar; durante las noches, poseía algunos sentidos felinos, que le ayudaban a ser más ágil e inteligente, durante las noches eran más notorios, aunque estos también despertaban en el día, solo que en menor cantidad. Cada noche de brujas, el día en que perdió a sus padres, y en el que la luna estaba en su mayor esplendor, sus genes despertaban al máximo, a tal grado de transformar su cuerpo y hacer que adquiriera algunas partes felinas, en específico de los gatos; sus colmillos se hacían más largos y afilados, dos orejas gatunas salían en su cabeza, una cola le crecía, y las uñas crecían picudas y afiladas. Habían pasado ya varios años, y junto con estos, pasaron las transformaciones, cada vez eran más salvajes, pero cada vez se iba acercando a la etapa adolescente, el inicio de la pubertad ya la había dejado atrás, y con esta nueva etapa, las hormonas se hacían más visibles, las épocas de celo eran muy difíciles para él y más difícil le era aceptar el hecho de que no quería "aparearse" con féminas. Le había puesto los ojos encima a un cierto chico... Su mejor amigo.

Naruto Uzumaki, cabellos rubios, piel bronceada y ojos color cielo, además de que contaba con una característica muy peculiar: tres mariquitas en cada mejilla. Era él, el chico en el que Sasuke Uchiha se había fijado. Enemigos de infancia, eternos rivales, entonces, ¿Cómo se habían hecho mejores amigos? Todo sucedió a partir de la primera transformación de Sasuke, ese día Naruto pudo presenciar todo, incluso la muerte de los progenitores del azabache, observó el dolor que sufría Sasuke, la angustia en sus ojos, la desesperación en sus lágrimas, el terror en su temblar, el sufrimiento entero que padecía, después, vinieron los espasmos y con ellos los temblores salvajes, las convulsiones que daba su cuerpo y a continuación, las transformaciones, los cambios que dio su anatomía, pudo presenciar todo y al terminar el cambio, el nuevo "Sasuke" observó con ojos curiosos a Naruto y a si mismo.

La tristeza había abandonado su ser durante algunos momentos, se permitió seguir a sus instintos, y aunque al principio una confusión lo invadió, supo de que se trataba lo que su hermano Itachi trataba de decirle semanas atrás; este era el secreto del cual se hablaba en las reuniones familiares, ésta era la razón del extraño comportamiento que adoptaban sus familiares durante el mes de octubre, y el por qué no le dejaban salir sus padres a pedir dulces en la Noche de Brujas. Tanto Sasuke como Naruto estaban sorprendidos; el primero se dejó llevar por sus instintos y al ver a Naruto, se acercó a él y pasó alrededor de sus piernas durante varios segundos, un ronroneo salió de su garganta y después... cayó en la cuenta de lo que estaba haciendo. Se avergonzó al igual que el blondo, sin embargo, de golpe recordó todo lo que había pasado y las lágrimas, al igual que un maullido desgarrador salieron de él, desde el fondo del corazón. Naruto no supo cómo reaccionar y se quedó estático, pero el dolor que sentía por Sasuke se podía notar en la tensión de sus hombros y el sufrimiento en su mirada, sabía que no podía quedarse de brazos cruzados por lo que decidido, caminó hacia el azabache y lo abrazó, le acarició las orejas y esperó a que el llanto acabara.

La policía se enteró de la masacre hasta las 5:30 de la mañana, hasta esa hora permanecieron juntos, alrededor de las 2 de la mañana Sasuke regresó a su forma natural y a partir de ese momento, supieron que todo iba a cambiar. En el colegio, ambos se hicieron más unidos, al principio le costó mucho a Sasuke adaptarse a Naruto, seguían teniendo sus peleas, sus discusiones y se seguían retando por todo, pero solo ellos se podían entender así, esa rivalidad era la forma en la que se demostraban su cariño, su vínculo era diferente, pero era aún más especial que el de los demás.

Al llegar la primera etapa de celo, Naruto estaba con él (cada noche de brujas la habían pasado juntos), y el blondo pudo notar el color rojo que cubría no solo las mejillas de Sasuke, sino también sus orejas, hombros, rodillas y codos (Sasuke se desnudaba en sus transformaciones), al principio creyó que se trataba de un resfriado, algún tipo de fiebre, pero cuando empezó a jadear y a acercarse a él, supo de que se trataba, habían hablado de esto antes y en el momento de ver los ojos de lujuria de Sasuke, supo que el momento había llegado.

Ambos habían hecho un trato, Naruto no permanecería cerca de él hasta que el celo haya pasado. No quería dejarlo solo, pero sabía que tenía que hacerlo, corrió a cerrar todas las ventanas del departamento en el que vivía Sasuke, y fue hasta la puerta con las llaves y antes de cerrarla le dijo:

—Tienes celular, así que llámame cuando estés segurísimo de que ya pasó el celo, no vendré antes teme, te lo advierto... Cuídate.

—Naruto...

Y cerró la puerta.

Durante una semana entera se mantuvieron separados, sin saber nada el uno del otro, hasta que una llamada sorprendió al blondo en la madrugada... Era Sasuke.

—Sasuke...

—Ya acabó -dijo el azabache.

—Voy en camino.

Llegó alrededor de las tres de la mañana a casa de Sasuke y no tuvo que tocar, ya que traía llaves. En el  momento en que abrió la puerta, pudo observar a aquel chico de piel blanca dormido en la sala. Sabía que había sido difícil, de las pocas veces en las que investigaba, había sacado información para saber cuánto esfuerzo y cuánta energía costaría estar en celo, y no se sorprendió al ver a Sasuke en ese estado. Lo cargó y lo llevó a su habitación, lo arropó y el cansancio también pudo con él, por lo que se quedó dormido a un lado del azabache.

Supieron ubicar las etapas de celo en el calendario, tenía una en el mes de abril y otra en el mes de octubre, pero solo en una de ellas se daba la transformación, además supieron que el celo duraba entre 5 y 8 días, sin embargo, sabían que no podían evitarlo más tiempo, por lo que decidieron conseguirle una pareja de apareamiento a Sasuke. Una chica, llamada Sakura Haruno, cabello rosado y ojos verdes, muy bonita, había estado coqueteándole a Sasuke desde hace varios meses, así que una noche a finales de abril, Sasuke la "invitó" a ver una película en su casa, era el segundo día de celo, y pasadas las 9 de la noche, el instinto se hizo presente. Al final no se hizo nada, Sasuke tuvo cierta repulsión hacia Sakura y huyó de ella. El sexto día del celo fue a un hotel con Ino, una chica rubia de ojos azules, y al principio las cosas fueron bien, pero Sasuke no dejaba de pensar en que si la chica no tuviera pechos y el cabello estuviera más corto, sería más fácil. Al final pensó en Naruto. En ese celo tampoco se pudo "aparear".

Eran finales de octubre, la mayoría de las personas estaban emocionadas por las fiestas de Halloween que se iban a realizar durante la semana, algunos todavía estaban pensando en salir a pedir dulces (entre ellos Naruto), y mientras tanto, Sasuke pensaba que iba a hacer con el celo que se avecinaba. La última vez le fue muy difícil el no llamar a Naruto para que le viniera a echar una mano, ahora no sabía si podría contenerse. Estaba muy adentrado en sus pensamientos hasta que una voz lo sacó de ellos.

—Sasuke-kun... ¿i-irás con nosotros a l-la fiesta de... mañana? -preguntó Hinata.

—No, no iré con ustedes -respondió Sasuke.

—¿Por qué nos acompañas eh Sasuke? -habló Kiba.

—Cierto en ninguna ocasión has aceptado ir a una fiesta con nosotros y menos si es de Halloween o de disfraces -dijo Neji.

—¿Qué haces durante ese tiempo? O ¿ya tienes planes para ese día? -preguntó Ino.

—El teme y yo iremos a pedir dulces ese día -dijo Naruto mientras pasaba uno de sus brazos alrededor del cuello y hombros de Sasuke y lanzándole una mirada cómplice.

—¡¿Sasuke?! ¡¿Pidiendo dulces?! -dijeron todos al mismo tiempo.

—Solo lo hago para acompañar a Naruto, no me gusta hacerlo.

—Si no te gusta ven a la increíble fiesta que haremos -dijo Lee.

—Ey, el ya quedó conmigo esa noche, búsquense a otra persona -gritó Naruto.

—Baja la voz Naruto, eres muy molesto -dijo Shikamaru.

—Bueno si al final te interesa, sabes dónde encontrarnos -mencionó Sakura.

—Mh -respondió Sasuke con un asentimiento de cabeza.

Durante la tarde, Naruto acompañó a Sasuke a casa y permaneció durante algunos momentos ahí, estuvieron conversando, hicieron tarea (o más bien Sasuke la hizo), jugaron videojuegos y vieron una película.

—Ya tienes que irte -dijo Sasuke.

—¡Pero todavía no acaba la película! Un ratito más -suplicaba Naruto.

—Si te quedas un poco más, ya no vas a querer irte y al final terminarás quedándote a dormir.

—No no no no no, bueno sí.

—Deja de sacar tus memes a cada rato, es un poco tedioso.

—Pero te dió gracia teme, esa sonrisa no me la puedes ocultar.

—Eres un dobe sin remedio -respondió Sasuke con media sonrisa.

—¡No lo negaste! -dijo Naruto con una sonrisa.

—Bien, te quedarás a dormir, pero tienes que hablarle al portero de tu edificio para que alimente a tu perro. Lo has estado descuidando mucho.

—Es que últimamente me gusta pasar el tiempo con un gatito gruñón -dijo Naruto con una sonrisa pícara.

—Eso no fue gracioso.

—No quería que lo fuera.

*Silencio incómodo*

—Mañana empieza mi celo -dijo Sasuke.

—Lo sé, no te preocupes, tengo todo bajo control, hay una chica del salón 03 que quiere tener algo contigo, se llama Karin y es...

—Naruto -lo interrumpió-, sabes que no va a funcionar.

—Tiene que hacerlo, no puedes estar sin hacer nada todo el tiempo, necesitas hacerlo al menos una vez.

—Lo sé, pero no va a funcionar con ella si no me gustan las féminas.

—Las fe-¿qué?

—Las chicas Naruto. Me puse a pensar en esto desde el año pasado y caí en la cuenta de que no me gustan las chicas -dijo esto último con algo de miedo.

—Pero... ¿qué? ¿Estás diciéndome que todo este tiempo tratando de conseguirte chicas fue en vano?

—¿No...no estás asqueado?

—¿Por qué tendría que estarlo?

—Por el hecho de que me gusten los chicos.

—Si no me fuí cuando supe de tu cuerpo mitad gato, ¿por qué lo haría por saber que te gustan los chicos?

—Yo...solo creí que no me aceptarías.

—Piensas mucho teme, ahora ¿qué vas a hacer si no te consigo un tío buenote? En primera, ¿cuáles son de tu tipo?

—No te preocupes, soportaré una vez más.

—Te has estado aguantando durante mucho tiempo, eso es malo para ti.

—Será la última, además no tienes tiempo para conseguirme un "tío buenote".

—Bien, solo te pasaré esta vez.

Dicho esto siguieron viendo la película, o más bien Sasuke la vió, Naruto se quedó dormido en el sofá.

Al día siguiente, todos estaban preparados para la noche, has se habían organizado para la fiesta de disfraces y todos estaban discutiendo sobre lo que iban a usar en la noche, si se iban a maquillar o no y cosas por el estilo. Sasuke estaba hecho un manojo de nervios, aunque estos no se hacían notorios debido a lo bueno que era ocultando sus emociones, de verdad quería pedirle a Naruto que lo hiciera suyo esa noche, que le acompañará durante su celo, que... Pero no podía hacerlo, sabía que no aceptaría, que lo rechazaría y no sé quería arriesgar.

Naruto lo llevó a su casa, se quedó un momento con él y esperó a que los primeros síntomas del celo aparecieran, le dejó el teléfono celular a Sasuke y cerró todas las ventanas, antes de salir le dijo algo que nunca antes le había dicho:

—Sasuke, si algo pasa, márcame, si no te sientes bien, márcame, si tienes mucho calor, márcame, si estás tirando muchas cosas, márcame, si estás muy desesperado márcame, tan solo márcame si sientes que algo no va bien.

—Bien.

Y la puerta se cerró, pero ésta vez, no le había echado llave, solo la cerró.

Naruto fue a su casa, se puso una sábana encima con dos agujeros en la cara para simular ojos y sacó de su clóset una calabaza de plástico, antes de salir de su casa, se fijó de que tuviera el celular, las llaves de su casa y de la casa de Sasuke, salió con dinero y con un par de pastillas para el dolor de cabeza. Se encontró con unos amigos afuera del restaurante familiar de su barrio y comenzaron pidiendo dulces ahí mismo. Quería empezar pidiendo dulces lejos del barrio de Sasuke, porque si las cosas empeoraban, sabía que sería a más altas horas de la noche y le daría tiempo de pedir dulces hasta llegar a donde Sasuke vive.

Pasaron las casas, los edificios, las tiendas comerciales, los restaurantes y los negocios que se encontraban por los tres barrios en los que ya habían estado, a esta hora ya empezaban las fiestas de disfraces que se organizaron desde días antes, la gente adulta ya estaba en la calle semi-borracha , las casas con niños pequeños apagaban sus luces, ya eran las 11:30, y ya se encontraba más cerca de donde Sasuke estaba en ese momento. Sin saber por qué, se sintió un poco desilusionado al no recibir llamadas de Sasuke.

Faltaba pasar por dos cuadras del barrio en el que estaba, se estaba acercando a tocar la puerta de la casa verde de enfrente y antes de presionar el botón del timbre, su celular empezó a sonar, lo tomó del bolsillo trasero de su pantalón y antes de revisar de quién se trataba, corrió hacia la banqueta, cuando llegó a ella y revisó su celular, la llamada había terminado, solo había sonado dos veces antes de que se acabara, y cuando se fijó en el nombre de la persona que había realizado la llamada, su corazón se paralizó, "Sasuke", ese era el nombre que aparecía en la pantalla, no le asustó el hecho de que Sasuke le llamara, le asustó ver qué colgó la llamada antes de que contestara, ni siquiera se esperó al buzón de voz, guardó su celular y corrió, no se despidió de nadie, lo único que pasaba por su mente era Sasuke. Sasuke, Sasuke, Sasuke, Sasuke, Sasuke, solo en eso podía pensar mientras corría, en el camino sus dulces y disfraz desaparecieron, en menos de cincos minutos llegó al alojamiento de Sasuke y se asustó aún más cuando vió la puerta abierta del departamento.

Entró con cuidado de no hacer ruido y la furia lo invadió cuando vió como un hombre de cabellos largos y negros y de ojos como de serpiente trataba de besar a Sasuke, le dió asco ver la forma en la que lo tocaba, y antes de pensar en lo que estaba haciendo, se vió encima de aquel hombre, golpeándolo una y otra vez en la cara, escuchó el grito del hombre y solo el grito de Sasuke lo sacó de su trance.

—¡NARUTO! ¡Basta!

Su mirada se posó en el azabache y después de verlo, volteó hacia el hombre que estaba debajo de él, lo agarró de la camisa y lo sacó de la casa de Sasuke.

—¡Sé dónde vives Orochimaru, y si veo que te vuelves a acercar a más de diez metros del edificio te voy a cortar las bolas maldito bastardo! Ahora lárgate -y cerró la puerta con fuerza.

Se calmó unos segundos en la entrada y luego buscó desesperadamente con la mirada a Sasuke, cuando lo encontró, caminó rápido hacia él y le preguntó:

—¿Estás bien? ¿Tu cuerpo está bien? ¿Dónde te tocó? ¿Te hizo daño? -decía mientras tocaba la cara roja de Sasuke.

—No, no, estoy bien, estoy bien, no pasó nada.

—Creí...creí que...por un momento.

—Lo sé, lo sé, ya, no pasó nada.

—Si estás en celo y te gustan los chicos ¿por qué no te acostaste con el? ¿por qué no aprovechaste para quitarte la...la calentura?

—Bueno eso es porque...porque no...porque no creo estar con otra persona que no es la que me gusta.

—Así que tienes a alguien que te gusta -dijo con un tono de tristeza en su voz.

—Si esa persona es...agh, ahh agh.

—¿Qué pasa Sasuke? ¿Qué tienes? -preguntó un poco exaltado.

—Es...es la transformación...ya está agh, ahhhh.

Los espasmos y convulsiones se dieron y así fue como aparecieron la cola, orejas, colmillos y uñas afiladas. Pero con esto, también aparecieron los efectos más fuertes del celo, la necesidad intensa de aparearse, no, de follar, el calor se hizo visible para Naruto, el sudor escurría en su cuerpo, su mirada llena de lujuria y pasión, este era el Sasuke libidinoso.

—Naruto...ah...Naruto -decía Sasuke.

—Creo que tengo que irme Sasuke -dijo Naruto separándose un poco del azabache.

—No, no te vayas Naru, no te vayas, ven...ah... quédate aquí conmigo.

—No creo que...woa -se tropezó con un vaso y cayó en el sofá.

—Naruto-nya...quédate -dijo Sasuke subiéndose al sillón y caminando sensualmente en cuatro, acercándose lentamente a Naruto.

—Sasuke, esto no está bien.

—Naruto vamos, sé que quieres -se sienta en Naruto con las piernas a los costados de las caderas del blondo.

—¿Por qué dices eso? ¿Tú cómo puedes saber que quiero?

—El bulto entre tus piernas me lo dice -frota sus glúteos contra la erección de Naruto.

—Mhg, Sasuke.

—Tómame Naruto, hazme tuyo -dice pasando su cola en la espalda del ya mencionado.

—Te vas a arrepentir de esto -dice y toma de los muslos a Sasuke, se para y lo lleva a la habitación.

Mientras camina para llevarlo a la habitación, lo besa, lo besa apasionadamente y se sorprende al sentirse tan bien, lo sigue haciendo, se besan, sus labios frotándose, ambos disfrutando del sabor de sus lenguas, enredándose entre ellas. Llegan a la habitación, Naruto deja a Sasuke en la cama y se empieza a quitar la ropa, tira la camisa que llevaba, se acerca a Sasuke y comienza a besarlo, pasa sus manos por su cuerpo, primero por su torzo, llega a sus pezones y lame y chupa uno, mientras que el otro es retorcido por sus dedos.

—Ah, sí Naru, sí...

—No volverás a ser de nadie Sasuke, no voy a dejar que alguien más te toque, no te mire, eres solo mío.

—Soy tuyo, tómame, solo voy a ser tuyo ah...sólo tuyo ah...

Las prendas desaparecieron entre ellos, el contacto aumento, el espacio que sobraba entre ellos se hizo inexistente, las caricias nunca hacían falta, las palabras de amor se proclamaban, los besos se daban con necesidad, el momento había llegado, ya no había nada que pudiera frenarlos. Ambos estaban suficientemente preparados.

—Sasuke...-decía como en una exhalación- voy a meterlo.

—Solo házlo.

—Sasuke...me gustas, me gustas mucho, me gustas, te...Yo sé que te amo -y llegó hasta el final.

—Ahhhh.

Se quedaron unos momentos estáticos, esperando a que el cuerpo de ambos se acostumbrara, y antes de que Sasuke moviera las caderas, se acercó a la oreja de Naruto y susurró: "Te amo Naruto".

Las estocadas fueron lentas los primeros segundos, pero a ambos su cuerpo le pedía más, ambos actuaban con locura, con desenfreno, con lujuria, con descontrol, con pasión, con amor, ambos se dejaron llevar esa noche, ambos fueron partícipes de un acto obseno pero sagrado y ante todo esto, la única testigo fue la luna, la luz de la luna, la única que siempre presencia esos momentos inolvidables, la única que sabe lo que callan las personas durante las noches, la única que conoce los pecados que se hacen en las madrugadas, la única que sabe de ellos dos, de Naruto y Sasuke, la única, excepto tú y yo.

Notas finales:

Gracias por leerlo. 


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