Las clases volvían a la normalidad luego de unas interminables semanas llenas de exámenes, donde cada personaje era victima de ira y tristeza. Nadie se entendía y todos querían asesinar al único que había podido quedarse sin dar un examen.
“El gran Kim dios Namjoon”
-Otra vez piensas en voz alta, Kookie -le dijo Jimin mientras comía la manzana que Hoseok le había regalado como muestra de paz.
-No sé de que hablas -siguió comiendo, mientras mantenía su mirada en la nuca de su hyung.
-Escucha -suspiró Taehyung-, sabemos que estás enamorado de Namie hyung desde que saliste del armario, ya van cuatro años. Es su último año y estás aquí, comiéndotelo con la mirada.
-No me llamo Jimin-sshi -dijo el niño con dientes de conejo.
El chico de mejillas regordetas golpeó la mesa indignado. - ¡Yah! Respeta a tus mayores.
-No mereces mi respeto -lo miró un segundo y volvió su vista hacia el moreno.
Hoseok hizo aparición, riendo fuertemente, detrás de él iba Min Yoongi, él casi novio de Jimin. Por supuesto el chico no sabía, pero así era.
-Es tan hermoso -dijeron Jimin y Tae al mismo tiempo.
Se miraron entrecerrando los ojos, ninguno de ellos había reconocido a cuál de los amigos del moreno querían tener, solo sabían que era uno.
-Escuchen, esta discusión es estúpida -Kook los miró algo enfadado-, ambos saben que nuestro código es “hermanos antes que zorras”
-Llevo enamorado de Hobi hyung desde que llegué a la escuela -dijo Tae enfadado.
-Bueno yo llevo enamorado de Yoongi hyung desde siempre -Jimin cruzó los brazos.
Los tres se miraron y rieron.
-Creí que te gustaba mi chico -dijo el par riendo.
Jungkook se levantó de su asiento bruscamente, provocando que su silla se volcara. Sus amigos lo miraron levantando una ceja, expectantes.
-Me voy, adiós gatas.
Caminó hacia fuera del comedor y corrió como alma en pena, su hyung se había marchado sin que él se diera cuenta. Debía encontrarlo pronto, la carta que había escrito el día anterior no volvería a casa de Kookie, no señor.
Al llegar donde su hyung, se arregló un poco su cabello, debía estar presentable para el moreno o no sería digno de ese amor.
-No puedo aceptar tus sentimientos, Jiho. Ya tengo a alguien -el corazón del pequeño se encogió y las lágrimas se avecinaban. Quiso correr lejos de todo, pero sus piernas se sentían demasiado débiles en ese momento.
Prácticamente se arrastró lejos y cuando sintió sus piernas corrió lejos, sin darse cuenta que la carta con forma de corazón se había caído de su bolsillo.
-Eso podría decirte Kyung, así que intenta probar terreno antes de lanzarte de cabeza. No quiero que sufras, amigo -Namjoon le sonrió a Jiho dándole apoyo-, te apoyaré desde lejos.
Se despidieron con un apretón de manos y caminaron por distintos caminos. Namjoon se fijo en ese bonito papel que tenía forma de corazón, al acercarse se percató que aparecía su nombre y tenía olor a fresas. Un lindo toque.
Las lágrimas corrían por las mejillas pálidas del pequeño conejo, temblaba y sorbía sin conseguir calmar su lastimado corazón. Había estado guardado todo para Namie, absolutamente todo y él tenía ya a alguien con quien probar todo.
- ¡Maldito el día en el que me enamoré de él! -gritó hacia el cielo.
-Somos dos, pequeña ratita -dijo una chica detrás de él-, estoy enamorada de un chico con novio… ¿cuál es tu problema?
- ¿Te gusta Namjoon?
- ¿Namie? No, me gusta Jinyoung -le dijo sentándose junto a él-, me llamo Jisoo por si te lo preguntabas.
-Jungkook.
Estrecharon sus manos y suspiraron derrotados.
-Qué triste es la vida, amigo mío.