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Épocas de Paz por Narukito y MR_IYU

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Notas del fanfic:

HashiMada ;) ya teniamos tiempo sin hacer uno y es por eso que traemos esta entrega de por lo menos 3 capitulos ;) 

Notas del capitulo:

:) Quisimos hacr algo realista para este fic, donde sabemos que la vida de un guerrero puede ser corta. 

Incertidumbre es lo que pasaba por la cabeza del líder de los Uchiha, nunca antes se había preocupado por algo tan vanal como el sexo. En épocas de guerra él solo tenía que solicitar el servicio de alguna o algún acompañante y el problema estaba resuelto. Tenía sexo y no lo hacía por placer, era más bien por querer desahogarse, relajarse y distraerse de toda esa vida llena de pelea y sobre todo porque en una situación así no sabes cuando será tu ultimo polvo.

 

Madara Uchiha estaba sentado a la orilla de su cama, mirando su entrepierna que ciertamente dolía por no haber eyaculado ya en mucho tiempo. Sabía que podía solucionar el problema con que se masturbara pero la idea no le llamaba la atención, nunca antes había recurrido a ella, puesto que obtenía el sexo cuando quería. Pero en tiempos de paz y desde que se fundó la aldea, eso no más de seis meses, no había reparado en las necesidades físicas de su cuerpo hasta que este se lo está pidiendo a gritos. No recurría a la masturbación porque en su mente cruzaba la sencilla idea de que el sexo satisfacería la necesidad por un buen tiempo. La única pregunta era: ¿con quien podría obtenerlo?

 

Konoha no es exactamente un lugar donde pueda conseguir un servicio de sexo, nunca se habló de ese negocio y le fastidiaba la idea de tener que viajar a alguna aldea vecina donde estuviera permitido el sexo como comercio. Estaba siendo más difícil de lo que creía, más aún porque a pesar de las sugerencias de los consejeros del clan para contraer matrimonio, no quería estar atado a las ridículas normas de una vida de casado. Tampoco existía alguien con quien pudiera tener una relación romántica o simplemente de sexo, su egocentrismo se disparaba hasta los límites de creer que nadie era digno para él o al menos que él pudiera reconocer como un buen acompañante en la cama.

 

Al levantarse de la cama, fue hasta la ventana para poder divisar las calles de su aldea y de paso observar a la gente, parecía una buena idea poder elegir entre toda la población, alguien digno de poseer o permitir ser poseído. No le molestaba mucho si fuera hombre o mujer, simplemente que cumpla con los estándares que le gusta al gran Uchiha. Mientras observaba, su compañero fundador llegaba a la entrada de su clan, como ya era costumbre siempre pasaba por él para tomar el desayuno y discutir temas políticos, económicos y educativos de la aldea. Al detallarlo más tuvo la más brillante de las ideas.

 

¿Por qué no tener sexo con Hashirama? No era ningún santo y sabía había tenido relaciones tanto con mujeres como con hombres, al igual que él en la guerra,  por lo tanto el género de su antiguo rival en la guerra no era un impedimento. Él siempre había reconocido al Senju como la única persona que realmente podía hacerle frente en una batalla, por esa razón se había ganado su respeto y en cierta medida su admiración, las demás personas ni siquiera eran dignas de pisar el mismo suelo por donde caminaba. Ya que se conocían desde hacía tanto tiempo, tuvieron una relación de amistad que después se volvió rivalidad debido a la guerra entre clanes y nuevamente la retomaron cuando fundaron Konoh., Ciertamente no había a nadie más que pudiera tolerar por un largo periodo de tiempo. Por esa misma amistad de hace años quizás ni existiría alguien a quien le había permitido conocerlo tan a fondo, o al menos tanto como se lo permitía. Finalmente, todo entra por los ojos ¿No es así? Y Hashirama no era precisamente un adonis pero es bastante atractivo.

 

Sin pensar de más en ello, bajó a recibirlo mucho antes de que tocara la campana de su casa. A Hashirama le sorprendió tal emoción de su amigo y por ese motivo lo abrazo añadiendo unas palmadas en su espalda.

 

-Creo que te estas acostumbrando a mis visitas mañaneras. -Soltó al Uchiha y paso directo a su comedor. -¿Quieres que prepare el desayuno? Hoy tenemos unas reuniones con señores feudales, inversionistas y nuevos clanes que quieren unirse a Konoha. ¿Preparado?

 

-Supongo.

 

No es como si disfrutara mucho de convivir con personas a las que apenas conocía pero sabía lo suficiente de diplomacia, además de que conocía su responsabilidad con la aldea y con la persona que esperaba que fuera su amante por una noche. Primero es el trabajo, el placer vendrá después.

 

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Sus deberes no terminaron sino hasta después de las seis de la tarde, generando aún más estrés del que tenía por la mañana y se acercaba el momento en el que tenía que soltar la sopa a Hashirama sobre lo que necesitaba, por una parte sabía muy bien que Hashirama podría negarse a tal locura, pero debía intentarlo o a resignarse a hacerlo por sí mismo y eso era la última de las opciones.

 

-Te note muy distraído en la comida con el señor Uzumaki. ¿Sucede algo? Sabes que puedes contarme lo que quieras, somos amigos.

 

-De hecho si. Hay algo de lo que quiero hablar contigo y creo que ya no puede esperar más.

 

-Claro dime. ¿Cómo te puedo ayudar? -Llegaron a casa de Madara y sin pudor alguno, Hashirama se despojó de sus sandalias y su camisa. Acto que causó en Madara un sonrojo por lo que estaba a punto de decirle. -¡Al fin libre de tontas responsabilidades! -Se recostó sobre el sillón más grande de la sala del Uchiha. -¿Te parece bien beber algo mientras charlamos?

 

-Ya conoces donde guardo la bebida haz lo que quieras -Nunca le diría que no a un buen trago pero en esos momentos no era su prioridad, así que no le importaba que bebiera lo que quisiera.

 

Mientras Hashirama indagaba en su cava de vinos, tomaba aire con respecto a lo que diría. Usualmente no sería algo de que tener miedo y mucho menos siendo él un Uchiha y muy en el fondo, pese a su orgullo, temía que le dijera que no y todos los esfuerzos se vinieran abajo por una calentura. Se sentía ridículo pensando como aquellos hombres que piensan que la primera opción es el rechazo. Hashirama le entregó la copa de vino y en ese instante chocaron copas.

 

-¡Por el crecimiento de nuestra aldea! -Dio un largo trago Hashirama.

 

-Si -Le dio un pequeño sorbo a su bebida- Hashirama quiero tener sexo contigo.

 

-¿Perdón? -El hecho de que Madara soltará tal propuesta al aire, hizo que por poco se ahogara con el vino, nunca nadie lo había dicho tan directo. -¿Estas de broma, cierto?

 

-¿Te parece que soy alguien que bromea? ¿Es en serio? -Comenzaba a sentirse tranquilo al soltarlo, fue cuando volvió a la sala a charlar sobre el tema. Tema el cual hizo que Hashirama volviera a ponerse ropa en su torso.

 

-¿Por qué esa petición Madara? -Se sentó a su lado. -¿No hay alguna chica que quiera tener un plan romántico contigo?

 

-No quiero romance. ¿En que momento dije que quería eso? Dije que quiero tener sexo contigo. ¿Que parte de eso que dije es lo que no entiendes?

 

-Ok entiendo pero, ¿por qué conmigo? Hay muchísima más gente aquí en la aldea. Además, somos amigos y ¿no crees que es raro que los amigos tengan sexo? -Hashirama es un hombre muy fácil de leer y con cada palabra que salía de su boca, su rostro se tornaba más rojo y en poco comenzaría a titubear. -No me malentiendas, no es que no seas atractivo u otra cosa, yo.. Eres atractivo ¡SI! Pero sería una situación muy extraña. -No pudo más y bebió todo el contenido de la copa.

 

-¿Quieres que te lo explique?, de acuerdo. -Dejó a un lado su trago y lo miraba directamente a los ojos- No me interesa toda la gente que dices que quisieran pasar la noche conmigo, antes estaba en la guerra y no sabes cuando va a ser tu ultimo polvo, pero ahora ya se terminó gracias a nosotros, así que no me parece inadecuado ser algo “selectivo” -Utilizando sus dedos hizo comillas flotantes- así que todas esas personas que se te pueden pasar por la cabeza no significan nada para mi. Tu y yo sabemos muy bien que los servicios sexuales no son bien vistos aquí y tampoco tengo porqué recurrir a eso, no pagaría por sexo. Lo dijiste claramente, somos amigos, pienso que tenemos la suficiente confianza como para hacer algo así y que todo continue normal. Ahora, también debo admitir que no estas nada mal por eso no me molestaría compartir cama contigo. ¿Necesitas más razones?

 

-Sexo sin compromiso dices… -Hashirama miró hacia la nada, meditando la situación. -Debo meditarlo con la almohada Madara, al ser mi amigo es un poco más delicado que con sexoservidores. -Se levantó del sillón y fue hacia la puerta. -Mañana te tendré una respuesta.

 

Hashirama no pudo evitar salir corriendo de ahí, el corazón le latía al mil por hora. Nunca imaginó que Madara Uchiha, su mejor amigo, le haría una propuesta tan indecorosa como esa. Si lo analizaba bien, ni había falla en su lógica sumando al hecho que no es una persona que elija a cualquiera y como todo un narcisista es selectivo para con quien acostarse. Al llegar a casa, ni saludo a su hermano con el afán de llegar a su cuarto a encerrarse. Cual adolescente se aferraba a una de sus almohadas y hundía su sonrojado rostro en ella. Había muchas preguntas que invadían su cabeza como: ¿cuál sería el rumbo que tomaría su relación?, ¿serían capaces de verse a los ojos después?, ¿de verdad solo él era digno del Uchiha?

 

La idea de ser único para Madara, le complacía y aún así no dejaba de tener vergüenza de solo pensarlo. Hasta ahora solo se conocían en un ámbito de pelea, laboral y amistoso. Cabía una gran posibilidad en que su relación mejoraría aún más y mayoritariamente sí tenían ese tipo de relación y puede que la confianza creciera más entre ellos. Mantener una exclusividad ante el sexo también le gustaba, porque estaba seguro de que no sería solo una vez.

 

-Amantes… -No le disgustaba la idea y comenzaba a tomarla muy en serio. Miro al techo como si la madera tuviera las respuestas y no tardó en quedarse dormido.

 


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