10 de Octubre a las 9:00 de la noche, llantos y sollozos de unos pequeños recién nacidos se hallaban en los brazos de su madre, quien los tranquilizaba y mimaba para que pararan de llorar. Su padre se encontraba organizando papeles con los doctores y enfermeras.
-Listo, podremos irnos por la mañana Kushina. Los niños no mostraron ninguna complicación al nacer y tu salud está muy bien.
-Estoy muy feliz -Sonreía cansada y se permitió cerrar los ojos un momento- Vamos a ser muy felices los cuatro.
-Naruto y Menma serán muy felices.
La familia Namikaze - Uzumaki habían sido bendecidos con unos gemelos, la familia había crecido de la noche a la mañana y los primeros 4 años habían estado llenos de felicidad y comodidad, pero un día antes de su cumpleaños número 5, ciertos sucesos cambiarían por completo el estilo de vida de los niños.
-Mami… -Naruto llegó con su madre y la abrazo mientras cocinaba. -No estes triste y enojada, yo se que papá entenderá que renunciaste a tu trabajo por tu jefe.
-¿Qué dices Naruto? -La pelirroja se inclinó hasta su hijo, ella no había dicho ni una sola palabra al momento que regresó a casa. Evidentemente Naruto tenía razón, pero no entendía cómo es que sabía aquella situación. -¿Quien te lo contó hijo?
-Tu mami… tu corazón me lo dijo. -El pequeño al posar su manita en el pecho de su madre, ella de alguna manera se sintió en paz. Como si Naruto le calmara toda preocupación y angustia. -Listo. ¿Estas mejor?
Kushina tan solo asintió, cargo a Naruto y lo llevó a su habitación para que jugara. Le extraño el comportamiento de su hijo y era algo que tenía que platicar con Minato inmediatamente.
Su esposo precisamente regresaba con Menma de una cita con el doctor, su hijo había insistido en acompañarlo y simplemente no pudo decirle que no. Estaban cantando en el auto cuando otro evento extraño le ocurría a Minato.
-¿No te asustaste verdad Menma?
-No papi -El pequeño sonreía apenas- Todos ahí pensaban que yo era un buen niño.
-Tu eres un buen niño yo lo se.
-Pero eso lo dijo la recepcionista, la señora que estaba sentada a la derecha y el asistente que entró.
-¿Ellos te lo dijeron?
-No. Yo los escuche.
-Menma no debes escuchar las conversaciones de las demás personas.
-No lo hice papá ellos lo dijeron. No movían la boca pero los pude escuchar. Y a la señorita, que entró al final, le gustabas, también lo dijo.
Minato no entendía bien a qué se refería su pequeño hijo. Decidió dejar la conversación hasta ahí y comentarlo con su esposa.
Minato y Kushina al estar juntos en su habitación, no sabían cómo iniciar la conversación sobre lo que sucedió con sus hijos y antes de que hablaran, los pequeños ya estaban en la entrada de su habitación, tomados de la mano y con los ojos llorosos.
-Mami… papi… por favor no estén preocupados, perdonenos. Se que estan espantados y no queremos que nos dejen de querer. Menma dice que papá cree que debería internarnos y le digo que mamá está espantada por lo que sintió hoy. Prometemos no volver a hacerlo. -Naruto como buen hermano mayor cuidaba y defendía a Menma de cualquier regaño.
Sin decir una palabra más, los padres de los niños estaban comenzando a comprender qué es lo que sucedía con sus bebés, pero más allá de espantarse y rechazarlos, acudieron con un psiquiatra especialista en gemelos para aprender a afrontar la situación con sus hijos.
El doctor les hizo caer en cuenta que sus gemelos no eran gemelos comunes, en algunos casos, resulta ser que los niños son dotados de poderes telequinéticos y en este caso Naruto y Menma eran unos de ellos pero su caso era especial. Después de unas pruebas con los niños, entendieron que Naruto podía leer lo que había en el corazón de las personas y Menma podía leer la mente. Al ser un caso fascinante, pidieron hacer más pruebas con ellos, sin embargo sus padres no querían someter a los niños a pruebas fisicas y psicologicas que no les permitirían crecer como cualquier otro niño, se negaron a esta petición y ellos afrontarían los poderes de sus hijos sabiendo que podrían llegar a ser peligrosos pero a su vez, confiando a que su buena crianza.
Luego de esa pequeña experiencia creyendo que lo mejor seria hablar con sus hijos, ser tan claros como se puede con niños de su edad pero es que debían cuidarlos.
-Pequeños, se que ambos escucharon lo que dijeron los doctores incluso usando sus ejem…”habilidades” así que queremos explicarles mejor, seguro escucharon muchas palabras complicadas y se los vamos a aclarar, ¿Esta bien? -Ambos asintieron -Ok, ustedes tienen unos poderes muy especiales, así como los que ven en la tele de sus caricaturas favoritas. ¿Recuerdan cómo es que nos dijeron que escuchaban a la gente y cómo nos sentíamos? -Volvieron a asentir -Bueno, esa es su habilidad leer mentes y leer sentimientos. Son muy especiales hijos, pero es importante que no usen sus poderes con todo el mundo o de lo contrario puede suceder que nos separen, así que deben de estar juntos y muy unidos siempre, apoyando y dándose la mano. -Termino de decir su padre.
-Pero lo más importante hijos míos. -Kushina se acercó y los abrazo. -Amense sobre todas las cosas, al final solo estarán ustedes y ante cualquier adversidad, deben estar el uno para el otro.
Las palabras de sus padres habían penetrado muy en el fondo de su mente y corazón, que a pesar de la edad que tenían, comprendían que por esos poderes sólo se tenían ellos, aumentado por su conexión de hermandad.
Esa noche cuando ambos niños ya estaban a oscuras en su habitación, Menma se levantó de su cama y se filtró en la de su hermano mayor.
-Menma… ¿Qué haces? Vete a tu cama, ya eres un niño grande. -Naruto se frotaba los ojos.
-Papá y mamá dijeron que siempre debemos estar juntos déjame dormir contigo por favor -Le decía mientras se le aferraba y se metía bajo las sábanas con él.
-Si esta bien, pero solo hoy. -Naruto se acomodó y abrazó a su hermano pequeño.
Para Menma ese fue el momento perfecto para aferrarse a su hermano y profesar todo su amor. Esa misma noche cuando estaba a punto de dormir, tomo la mano de Naruto y la entrelazo con la suya y se juró a sí mismo que nada ni nadie le quitaría a su hermano o su amor, porque solo ellos estarían juntos, tal y como habían dicho sus padres. Un pacto desde ese día sería que jamás usarían sus poderes entre ellos.
Los años fueron pasando y por lo tanto, Naruto y Menma fueron desarrollando mejor sus habilidades especiales y así como su amor. Desde el día que Menma se acosto junto con su hermano no han dejado de hacerlo incluso a su edad de 15 años. Menma se había aferrado a su hermano de tal manera que parecían uno solo aunque su amor era muy distinto de lo que otros podrían pensar.
Las palabras dichas por sus padres años atrás jamás pudieron borrarse de la cabeza de Menma. El poder leer la mente de las personas era tanto un don como una maldición, con los años había aprendido a controlarlo ya que al principio se abrumaba de oír siempre a las personas, pero con eso descubrió algo, todos siempre tienen secretos y la mayoría eran gente maliciosa que no dudaría en hacerle daño a cualquiera de ellos si tuviera la oportunidad, por ello entre más tiempo pasara con Naruto más se daba cuenta que el debía protegerlo de ese tipo de personas, su hermano era bastante ingenuo y como no podía saber que pensaban no sabía de los peligros de los que lo estaba librando. Él lo cuidaría y lo amaría por siempre, porque no había nadie como ellos en el mundo y Menma lo sabía , jamás habrá nadie como Naruto para él.
Desgraciadamente con la edad llegan las dudas y las preguntas que son difíciles de responder.
-Menma… -Naruto y su hermano miraban la televisión mientras cenaban ramen. -¿Por qué no tenemos novias? -La pregunta retumbó en lo odios del menor y casi se ahoga con los fideos.
-Porque no las necesitamos -Le respondió tratando de sonar serio- Yo solo te necesito a ti y tu a mi, no necesitamos novias ni nada de eso.
-¿Y por qué no? Es decir estamos en edad de tenerla ¿no? Hay una chica que en verdad me gusta y quisiera que… ya sabes.
-Bueno si ella te gusta adelante -Le sonreía apenas- Acercate a ella y dile lo que sientes, no creo que se atreva a rechazar a mi hermano.
Al día siguiente Naruto, bajo consejo de su hermano, se atrevió a declarar su amor a una de sus compañeras de clase. Él creía tener una buena relación con la chica, tanto hasta creer que ella también gustaba de él, pero al momento de confesarse, ella lo rechazó y pidió que jamás se volviera a acercar a ella. Naruto llego a casa “destrozado” y no hacía más que llorar en su cama.
-¿Naruto? -Menma se acercó a su hermano y le tocaba la espalda- Puedes decirme lo que ocurre nunca te había visto llorar así.
-¡Ha sido la única ocasión en la que yo he querido novia! No entiendo qué paso… Sakura y yo nos llevábamos bien y al leer su corazón, solo sentí desprecio. No me quiere ver más… ¿Qué hice mal hermano? Creí que yo también le gustaba.
-No te desanimes hermano -Lo abrazaba en esa posición en la que se encontraba- Ella es quien se lo pierde, siempre habrá más chicas y de lo contrario yo siempre estaré aquí para ti. Es una promesa.
-Se perfectamente que estarás para mi… Pero no es lo mismo hermano.
-No lo es, es todavía mejor -Se recostó sobre su espalda y le acariciaba los hombros- Yo soy mucho mejor que cualquier chica y soy incondicional, sabes cuanto te quiero hermano.
Internamente Menma estaba bastante satisfecho con su acción. De hecho el no solo podía entrar en la mente de las personas sino también manipularlos y es justo lo que hizo con la chica que pretendía su hermano. No estaba dispuesto a compartir a su hermano con nadie sobretodo porque no había nadie que amara a Naruto más que él.
-Yo se… solo quisiera experimentar un poco de amor ¿sabes? -Se giró dejando aún encima de él a Menma. -¿Nunca te has sentido así?
-Todo el tiempo me siento así por ti -Lo tomo de las mejillas y le robo un beso- ¿Lo ves? Conmigo siempre tendrás amor.
-¡Menma eso no está bien! -Naruto lo quitó de su encima y se limpiaba la boca, se sonrojo debido a que había sido su primer beso. -Eso solo lo hacen personas que se aman…
-Y yo te amo a ti hermano -Se acercaba con toda la intención de robarle otro beso- Yo siempre te amaré más que cualquiera. Además es normal, todos los gemelos hacen esto.
-¿Lo hacen? Pero nunca he sabido de eso hermano… -En ese momento toda duda desapareció de su cabeza. -Creo… que tienes razón es completamente normal. -Ahora Naruto se acercó a él -Creo fervientemente en que nuestro amor es mucho más grande que el de cualquier mujer u hombre. -Fue ahora Naruto quien beso a su hermano.
Esa fue la primera vez que Menma utilizó su habilidad contra su hermano, se sentía un poco mal sí, pero al mismo tiempo él pensaba que todo era por un bien mayor, él será el único que amara a su hermano y no permitiría que nadie lo lastimara, no si podía impedirlo. Pensando de una manera egoísta, él era el único que tenía permitido amar a Naruto y lo haría de todas las formas posibles.
Incluyendo…
-Te prometo que te hare sentir bien Naruto -Le habló despacio al oído al mismo tiempo que había empezado a quitarle la ropa- Te hare sentir todo ese amor que tanto quieres experimentar.
-¿Menma que estas haciendo? -Nuevamente Menma entrando en su mente, le hizo creer a Naruto que todo aquello era correcto. -No es justo que solo yo esté en esta situación. -Tal y como su hermano, Naruto le quitó la camisa a Menma.
Menma sonreía con satisfacción al sentir que empezaba a compartir caricias subidas de tono con su amado hermano. Lo amaba eso es verdad pero desde años atrás supo que no se limitaba a un amor fraternal como muchos lo insinuaban y creían, lo quería como su amante y como su pareja, amaba a su hermano y ahora estaba consiguiendo justamente lo que quería de él.
-Menma… ¿me amas? -Naruto suspiraba por cada beso que su hermano le deposita en el cuello y en el pecho.
-Yo te amo Naruto -Sonreía para sus adentros- Y recuerda que nadie mas te amara como yo lo hago -Le soltó simplemente mientras lo tocaba descaradamente en su entrepierna.
-No dejes de hacerlo entonces…
A partir de ese día, Naruto y Menma comenzaron un amor único. Menma estaba convencido de que nadie podría quitarle a su hermano y menos si lo tenía solo para él en cuerpo y alma. O por lo menos, hasta la universidad.