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A life of lies por ardnas

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Notas del fanfic:

Parejas principales:

Fred y George x Harry

Lucius x Remus

Ron x Draco

Disclaimer: Harry Potter y todo su mundo no me pertenecen, ellos son propiedad de J.K. Rowling, solamente los Occ me pertenecen, yo no gano nada al escribir esta historia, solamente habilidades para escribir, soportar la critica constructiva (algunas veces la destructiva, ya me ha pasado) y que tanto ustedes como yo nos entretengamos un rato.

Un chico de se encontraba caminando por las solitarias calles de su vecindario, este chico tenía una desordenada mata de cabello azabache, piel pálida, ojos verde esmeralda intenso detrás de un par de gafas redondas, delgado y tal vez con menos contextura de la que debería tener un chico de su edad, su nombre era Harry, Harry Potter.

Harry Potter no era un chico normal, en primera porque las vacaciones de verano no le gustaban para nada, en segunda porque Harry asistía al colegio Hogwarts de magia y hechicería, una escuela especializada en instruir a futuros magos.

Si, aunque pareciera increíble Harry Potter era un mago, pero era más que un mago común, la tercera razón por la que Harry no era mal era porque a un año de edad había derrotado al mago obscuro más tenebroso del último siglo, su nombre era Voldemort, aunque hace algún tiempo que Harry había descubierto que su verdadera identidad era Tom Marvolo Riddle, pero ese no era el punto.

A pesar de ser alguien muy especial tenía una vida de porquería, al menos fuera de la escuela, vivía con sus tíos y primo (Dursley para acabar pronto), los tres muggles (personas no mágicas) que detestaban la magia más que a cualquier otra cosa en el mundo (aunque posiblemente lo detestaran más a él), estaba con ellos desde que tenía poco más de un año de edad, sus padres habían muerto a manos de Voldemort y quedo al cuidado de los únicos parientes (por parte de madre) que tenía.

Los Dursley siempre hicieron de su vida un infierno, le privaban de alimento, lo encerraban en la alacena debajo de las escaleras (esta era su antigua habitación), lo vestían con la ropa vieja de Dudley (su primo) y lo golpeaban, trataban de suprimir la magia que sabían habitaba en su interior pero lo único que lograron fue que saliera en los momentos más inesperados.

Cuando recibió la carta de Hogwarts las cosas cambiaron, le dieron el segundo dormitorio de Dudley, su primo dejó de molestarlo por el miedo que le inspiraba un mago... aunque bueno, lo que más le alegraba era haber conocido la verdad sobre la muerte de sus padres.

Los Dursley siempre le habían dicho que sus padres habían muerto en un accidente de coche porque iban alcoholizados, además de eso solo sabía que su madre era hermana de su tía, desconocía sus apariencias y nombres, le alegraba mucho ahora saberlos.

Cuando ingresó a Hogwarts encontró un lugar al cual sentir como un verdadero hogar, en el colegio había cuatro casas que distinguían a los integrantes por alguna característica en específico, Hufflepuff resaltaba el trabajo duro, Ravenclaw el interés por aprender, Gryffindor la valentía y Slytherin la astucia, por mencionar algunas de ellas.

Harry había sido seleccionado para Gryffindor, conoció muy buenos amigos y se hizo otros tantos enemigos, pero no todo era un valle de rosas, durante los dos años que había pasado en Hogwarts se había visto envuelto en situaciones horriblemente peligrosas.

En primer año él y sus mejores amigos (Ron Weasley y Hermione Granger) habían rescatado la piedra filosofal y él se tuvo que enfrentar a Voldemort, en segundo año haba tenido que enfrentarse a una versión más joven de este mismo y a un basilisco, sacando a la hermana de su mejor amigo de la cámara de los secretos.

Acababan de comenzar sus vacaciones, hacia dos días que su segundo curso había terminado y ya deseaba regresar, no le gustaban los Dursley, así que todas las noches salía de la casa y vagaba por las obscuras calles del vecindario, mientras menos los tuviera cerca mejor.

Pasó cerca de un callejón cuando escuchó el sonido de botes de basura ser tirados al suelo, Harry sabía que su curiosidad era mala en muchas ocasiones, pero otras tantas le habían traído cosas muy buenas, así que haciendo uso de su valentía Gryffindor caminó hacia el callejón para ver lo que ocurría.

Se encontró a un perro grande y negro tirado contra los derribados contenedores, estaba muy flaco, sucio y un tanto herido, de cierta forma ese perro le recordaba así mismo cuando su tío Vernom se pasaba con sus castigos, demasiados golpes, demasiadas tareas domésticas, muy poca comida...

La casa de los Dursley estaba solo a dos cuadras debido a que ya estaba regresando, así que corrió hasta allá y regresó con el perro llevando un recipiente con agua, otro con trozos de carne y un trapo mojado.

Le dio de comer al animal y después hizo que bebiera un poco de agua, después le limpió las heridas con el trapo y le acarició el lomo (cuidando de no tocar ninguna herida) para transmitirle confianza.

Entonces ocurrió algo que no se esperaba para nada, el cuerpo del perro comenzó a perder pelo, la constitución del animal se hacía cada vez más humana, el hocico se juntaba a la cara formando una boca, las patas delanteras se convertían en manos, las patas traseras...

Ahora frente a Harry no había un perro, sino un hombre de cara triste y demacrada con los ojos ensombrecidos, una cabellera larga y enmarañada que le llegaba a los codos y una piel tan blanca como la cera, parecía un vampiro, un vampiro algo desnutrido y herido.

A Harry no se le escapó el detalle de que el extraño hombre antes perro lo había mirado con genuina sorpresa y un brillo de esperanza en sus ojos, se encontraba en esos momentos desmayado.

Por un segundo Harry pensó que tal vez había presenciado una transformación de licántropo, pero desechó la idea rápidamente por lo ridículo que sonaba hasta en su cabeza, si fuera un licántropo habría sido antes un lobo, no un perro, además de que ese día no era luna llena, una transformación habría sido imposible.

Pensándolo mejor, ese hombre tenía que ser un mago, había visto a la profesora McGonagall transformarse en gato muchas veces, y recordaba vagamente a Hermione explicándole acerca de magos que podían tomar la forma de un animal en específico, animagos sino mal recordaba.

Pues ese hombre parecía un claro animago, sabía que podía llegar a ser peligroso dado que era un completo desconocido, pero haciendo uso de su nula capacidad para ignorar cuando los demás tenían un problema levantó con cuidado al hombre, pasó uno de sus brazos tras su cuello y con mucho esfuerzo lo arrastró hasta el número 4 de Privet Drive.

Con un poco de trabajo lo llevó hasta su habitación, y lo dejó sobre su cama, si tenía el suficiente cuidado sus tíos no se enterarían de que tenía un mago escondido en su habitación, observó como el desconocido se retorcía en medio de su inconciencia, como si no hubiera estado en un lugar cómodo durante mucho tiempo, tomó una de las pocas mantas que había logrado quitarles a sus tíos y la tendió sobre el suelo para dormir por un rato, el día siguiente estaría llena de dudas hacia al hombre que tenía al lado.

Lo que Harry no sabía era que sus acciones hacia ese hombre le cambiarían la vida para siempre.


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