Él yacía sobre el gélido piso de aquella lúgubre habitación, encadenado y solitario. Había despertado apenas una o quizás dos horas atrás, no tenía demasiada noción del tiempo en ese lugar, de cualquier forma, nunca la había vuelto a tener desde "la llegada" hace ya algunas décadas atrás.
Se tomó el tiempo de analizar sus alrededores; demasiado estrecho, húmedo y maloliente para el gusto de quien fuera, ciertamente era una autentica ratonera. Sin embargo, era lo que tenía y en su posición no esperaba menos que eso. A decir verdad, esperaba algo mucho peor y si es que lo peor no estaba por venir, se podría decir que eso estaba demasiado bien.
Pero ya habían pasado más de cuatro horas y aun nadie aparecía por la oxidada puerta metálica de su celda. Se hacía preguntas silenciosas, aunque esto no aclaraba sus dudas.
¿Que pasaría?
Bueno, en ese momento solo podía esperar.
No muy lejos de allí y en los inmaculados pasillos subterráneos de la base, un hombre caminaba imponente y algo apurado hacia la celda de la criatura. Sería una mentira decir que su afán no se debía a nada más que la intriga y emoción de que por fin, en décadas, habían conseguido mercancía invaluable para esta guerra. Tras la exitosa operación y la captura de un Alfa de un escuadrón de los "Fallen", un rayo de esperanza iluminaba a la humanidad.
Detrás suyo caminaban sus soldados de confianza, dos para ser exactos y otro más, pero este era doctor, hablaba sobre algunos detalles y protocolos que podrían implementar con la criatura, mientras los otros tres solo escuchaban, no le oían, realmente cada quien tenía la mente puesta en lo que sea que fuesen a encontrar tras abrir la puerta a la que se dirigían.
Jungkook, quien iba a la cabeza fue naturalmente el primero en llegar a la celda y abrir la puerta de hierro solido con una llave de la que solo él y Namjoon poseían copia. Entraría, sin embargo, fue detenido por el doctor antes de poder hacerlo.
— ¿Sabes qué hacer?
—Dudo que alguien lo sepa. —Le devolvió y SeokJin solo pudo callar.
Sin más miramientos entraron, uno tras otro y tomaron posiciones.
Él se encontraba allí, desplomado en el suelo, pero recostado contra la pared, con los grilletes aprisionando sus manos y pies, y su cuerpo vestido con un traje de un extraño material gomoso.
—Primero de abril del año dos mil sesenta y siete, sujeto J-3, primer día después de la captura...—SeokJin comenzó a grabar en su grabadora de mano, rompiendo el silencio. —Presenta rasgos anormales a los anteriores sujetos, su cabello no es azabache como los demás, es inusualmente albino y su tamaño parece ser significativamente menor. Sus ojos del mismo celeste claro no presentan animalias y...— de su bolsillo y con su mano izquierda tomo una linterna de tubo y alumbro fugazmente el rostro del sujeto, este, como Jin lo esperaba, rehuyó de la luz. —También evita la luz.
Finalizo.
Jungkook quien se encontraba un paso atrás de Jin, avanzo y se agacho a la altura de la criatura, hizo un escaneo visual de él y cuando se sintió en situación, se decidió a hablar. — ¿Entiendes lo que digo?
Fueron algunos segundos antes de que asintiera como respuesta y todos los allí presentes quedaron helados.
En el pasado se habían estudiado otros especímenes de los Fallen, pero nunca antes se estudió uno vivo. Jamás se imaginaron que estuvieran en condiciones de comunicarse, ni mucho menos pensaron que pudieran entender alguna lengua humana.
Honestamente era alucinante.
—Bien ¿y puedes hablar?
—...
Este guardo silencio. Jungkook continuo.
—¿Puedes escribir? —Silencio.
Todos en la habitación se miraron unos a otros, había pasado de ser un hecho fantástico a ser simplemente obsoleto. Pero Jeon parecía tranquilo, le seguía mirando inquisitivo y entonces simplemente se levantó y dio la orden de retirada.
Una vez fuera, el descontento de sus colegas fue evidente. Namjoon fue el primero en hablar.
—¿Qué mierda se supone que fue eso? ES BASURA, si el estúpido E.T no puede hablar ¿Cómo carajo nos va a dar lo que necesitamos?
—Ahora no, Namjoon. Hablamos después, tómense un descanso y mañana veremos qué hacer. — Respondió el azabache, antes de dar la media vuelta e irse por los pasillos.
Taehyung, quien era su compañero y tercero en la cadena de mando después de Namjoon, palmeo la espalda del mismo antes de tomar el camino de su líder, al igual que Jin. El soldado simplemente no podía creerlo, ¿Cómo era que todos estaban tan tranquilos después de eso? Ofuscado pateo la puerta de la celda y dentro la criatura le miro por entre la rendilla. El hombre a fuera chasqueo y al final hizo lo mismo que los demás: se marchó.
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