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Obsequio por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Esto es en realidad parte del Fictober en el que estoy participando.

Pero he decidido subirlo como one-shots o drabbles separados ya que algunos días del mes no son de shipps chicoxchico.

Así que, espero que disfruten los que subiré, el resto, por si quieren leerlo, está en mi Wattpad

:3 

Algunas veces, Bakura podía dar fe de que Ryou podía ser la criatura más curiosa sobre la faz de la tierra.

Cuando creía que conocía a ese niño como la palma de su mano, el algodón de azúcar que tenía por yadonushi parecía empeñado en demostrarle lo contrario.

Al principio le fastidiaba. Ahora le parecía curioso y entretenido.

Y es que, sentado al estilo indio sobre un bloque de concreto que -muy posiblemente- cubría un cadáver, lo que menos se esperaría del niño es que estuviera curioseando los alrededores como si estuviera en una tienda de recuerdos a plena luz del día.

¡Estaban en un cementerio en medio de la noche, por amor al inframundo!

¿Qué clase de problema tenía ese niño?

... oh, claro. Posiblemente el de tenerlo a él en su vida.

Meh. Como sea.

Cruzado de piernas sobre la chaqueta -que había interpuesto entre su trasero y el frío cemento- podía ver a su luz paseando con curiosidad entre lápidas y monumentos.

— ¿Qué buscas yadonushi? ¿Una linda flor que asaltarle a un muerto de entre sus ofrendas? —lo molestó sin quitarle la mirada de encima. En ese momento Ryou era, literalmente, un punto de luz resaltando; por lo menos para él, y dado que estaba ocupando su cuerpo en ese momento, los entes y almas penando a su alrededor solo podían sentir la oscuridad emanando de él y ni se acercaban.

Ryou no lo miró al responder — ¿y liarme con otro espíritu molesto? No, gracias. Contigo me basta y sobra —había una traviesa sonrisa en sus labios.

Bakura tuvo ganas de responder mordaz a ese comentario, pero le pudieron más las carcajadas. Y Ryou, que se esperaba exactamente un insulto o contestación grosera, no pudo evitar acompañarlo con una tenue risilla de complicidad, contento con el resultado.

—Estás aprendiendo, niño —había cierto orgullo mezclando con diversión en su voz.

Ryou se encogió de hombros, regresando hacia él —aprendo del peor.

Bakura le regresó una brillante sonrisa maliciosa —me halagas, yadonushi —Ryou supo que sí estuviera en su propia piel se habría sonrojado, en especial viendo ese pequeño colmillo asomarse entre los labios de su otro yo —aunque, a decir verdad, te esperaba más asustado.

— ¿Asustado? ¿Por qué estaría asustado? —una vez más Bakura lo miró, preguntándose, qué estaba mal en la cabeza de su yadonushi —Vamos ¿Qué puede haber aquí, que sea peor que tú? —se inclinó hacia él, con una sonrisa en sus labios.

Bakura lo imitó, inclinándose más hacia él, con una sonrisa de cazador —pero hikari ¿acaso estás coqueteándome?

El menor abrió grandes los ojos ante la insinuación y se hizo para atrás, agradeciendo no estar en su cuerpo físico, o pudo haberse caído y llevado un buen golpe en el proceso.

De nuevo, Bakura estalló en carcajadas, hasta que el sonido de unos arbustos y hierbas malas moviéndose, captó la atención de ambos.

— ¿Uh? —Ryou volvió la visita hacia el origen del sonido, apenas siendo capaz de distinguir algunos metros alrededor de ellos por la escasa luz de la noche sin luna.

Cuando dos ratas, de tamaño considerable, salieron peleándose de los arbustos, Ryou no pudo evitar subirse a un lado de Bakura por la sorpresa.

Bakura se rio de nuevo —cuidado, olfatean el miedo.

Ryou le dirigió una mirada de muerte —pensé que te habías quedado dormido no más empezar esa película.

El mayor se encogió de hombros, viendo a los dos roedores perderse en la oscuridad —es que cuando cantas... —se dio cuenta de que estaba murmurando y se calló de golpe, mirándolo se reojo y aliviado al saber que ni lo había escuchado, al parecer.

Luego de unos minutos, Ryou suspiró —no es que esto no sea interesante... Pero ¿a qué esperamos, other m- ?

—Shhh —Bakura lo interrumpió, cuando los dijes de la sortija se alzaron.

Ryou miró con atención la dirección que seguían los dijes y en pocos segundos pudo notar que algo más se acercaba, aunque esta vez no eran ratas, así que se ocultó tras Bakura en una acción meramente instintiva, buscando seguridad.

El muchacho que apareció no podía ser más de un año mayor que Ryou, tendría quince a lo sumo. Vestía uniforme escolar desarreglado y su pelo gris oscuro parecía un nido de pájaros, las puntas yendo hacia todas direcciones.
Saliendo de su bolsillo, había una fina cadenita dorada que resaltaba.

Ryou reconoció fácilmente al abusón que le había costado la noche anterior sin poder dormir bocarriba por el dolor en su espalda, seguramente amoratada, que le había provocado al empujarlo violentamente contra una columna.

Al pelmazo no le había bastado quitarle su comida ni el dinero que llevaba -que por suerte no era mucho- sino que lo registró en caso de que guardara algo de mediano valor para quitárselo.

Su relicario le pareció un buen botín.

No era de oro pero estaba muy bien hecho y era bonito, así que el tipo se lo quitó y lo empujó al pasto húmedo, ensuciando su ropa de paso.

Ryou simplemente lamentó la pérdida de su preciado relicario que siempre llevaba guardado, en un lado había una foto completa de su familia, cuando él aún era un niño pequeño. El otro estaba vacío, aguardando la imagen de alguien especial para su dueño.
Bakura solo soportó tal ofensa un día. Era hora de buscar venganza en nombre de su yadonushi cuando vio sus lindos ojos apagarse de poco.

Es que... ¡A él no le servía una nave que estuviese toda deprimida y taciturna!

— ¿Qué vas a...?

Antes de que Ryou pudiera terminar de hablar, Bakura chasqueó dos dedos y el peli-gris pareció retomar conciencia — ¿dónde estoy? —se llevó una mano al pelo — ¿y cómo diablos acabé aquí?

—Solo disfruta del espectáculo, Yadonushi

Una niebla muy espesa empezó a levantarse. El pobre diablo intentó irse pero solo daba vueltas en círculo y terminaba de vuelta en el mismo lugar.

—Ja. Mira que idiota. Es como un ratón enjaulado —se burló, mientras Ryou solo miraba en silencio —subamos la apuesta —de su bolsillo y sin mirar, sacó una carta de Duel Monsters y la colocó contra el suelo —Sirviente calavera —susurró en invocación, con una sonrisa malévola.

Ryou sabía que lo que debería atraer sus ojos eran las decenas de cadáveres que se levantaba de entre la niebla y le estaban dando una pesadilla viviente a su abusón.
Pero incluso sus gritos de agonía y terror absoluto quedaban en un segundo plano frente a Bakura.

Aún con la magia oscura emanando de él en oleadas, aún con esa sonrisa perversa que delataba su genuina diversión en lo que hacía... aún con todo eso... Ryou solo podía sentir que se le calentaba el pecho cuando entendió que lo hacía por él.

La tortura del desafortunado que se metió con él quedó relegada hasta que el tipo se desmayó en el piso, con una notoria mancha de humedad escurriendo en sus pantalones y la piel tan pálida como el papel. Porque​ entonces Bakura se bajó de un salto de donde estaba y se dirigió a él, se inclinó para tomar algo y luego se volvió a Ryou, quien no le quitaba la mirada de encima.

—Un obsequio de mi parte. No digas que nunca hago nada por tí —y con esas palabras, arrojó el relicario junto a su yadonushi, justo donde la tela de su chaqueta se amontonaba, evitando que la joya sufriera ningún daño.

Ryou observó su relicario, a salvo y de vuelta con él.

— ¿Yadonushi? —se necesitaron solo dos segundos para que Ryou bajara del bloque de concreto y se lanzará a abrazar a su yami por el cuello — ¿Qu-qué demonios haces, niño? ¿Perdiste la cabeza? —era una pena que Ryou no pudiera ver el sonrojo en el rostro de Bakura.

—Gracias por recuperarlo para mí, Kura —le susurró dulcemente al oído.

Y eso fue lo que quebró al espíritu, un milisegundo después, Ryou estaba de pie, sólo, si obviaba al desmayado -y hecho en sus pantalones- pobre diablo que le había atacado antes.

— ¡Waaaa! ¡Bakura, no puedes dejarme regresarme solo a casa, a la una de la mañana! —le gritó a su sortija.

Notas finales:

Amo los desvarios mentales que me monto con Bakura 

xD 

Es que la otp ¡La OTP! 

<3 


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