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La Alianza por Girisha

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Notas del fanfic:

No sé NADA del universo de Sick Of Truck, nunca entendi y más porque no se en que reinos se divide ni nada, pero hice mi mejor esfuerzo y saque mi propia versión de una historia basada en ese universo

Así que si no les gusta, les invito a que se retiren

Si les interesa, adelante, satisfagan su curiosidad y diganme si les gusto :)

Es broma >.<, sólo lean y disfruten

Notas del capitulo:

Como dije antes, dsifruten de leer y si gustan denle una oportunidad

Hace 1000 años existía un territorio

Un territorio extenso gobernado por 5 reinos

Cada reino tenía sus propios pueblos y reyes

Y cada rey gobernaba en paz y en armonía, logrando que los ciudadanos de su pueblo dieran frutos y consiguieran logros para el pueblo mismo

Los 5 reinos gozaban de un avance prospero para los años futuros y por ende no tenían ninguna preocupación

Pero la codicia de los reyes acabo con todo, no estaban conformes con lo que su pueblo conseguía, exigían más, más y más

Por otra parte, si veían que el otro reino tenía éxitos ellos se molestaban y exigían otros mayores a los ya de por sí conseguidos

Aunque el pueblo seguía viviendo en calma, su miedo e inseguridad hacían notar que esa paz no duraría

La codicia y envidia de los reyes llego a ser tan inmensa como sus egos, mismos que iniciaron una guerra sólo para apoderarse del reino del otro

La guerra duro días que luego se convirtieron en semanas, que pasaron a ser meses y por último se volvieron años

500 años para ser exactos

Los reinos seguían en una guerra sin sentido pues, después de muchos años de enfrascarse en peleas y pelear por tierras ajenas, al final sólo terminaban perdiendo estas ultimas

El verdadero problema no eran las guerras, que se volvieron algún tipo de costumbre entre reinos, sino las consecuencias de ellas

Sus batallones que desplegaban en el campo de batalla volvían cansados y heridos siendo incapaces de enfrentar la crisis por la que pasaba su pueblo, pues una ola de crímenes se había extendido por los 5 reinos y que los reyes sólo se preocuparan por las guerras aumentó este despliegue de inmoralidad

Uno de los reyes después de una larga batalla con el reino vecino se percató de las condiciones en las que estaba su pueblo

Luego de mucho reflexionar, tomo la decisión de llamar a los 4 reyes a los cuales les contó las graves consecuencias de las guerras entre sus reinos, les conto de las miserables condiciones de vida de sus ciudadanos y de la escasez de alimentos que sufrían por el hecho de atacar las tierras que se encargaban de cosechar, les contó de los ladrones que aparecían para robar y atacar a los pueblerinos que sus tropas no podían defender por las malas condiciones en que regresaban de la guerra y les conto como, con cada año que pasaba, los ciudadanos a los que reinaba perdían la fe en él

Los reyes preocupados más que nada por esto último, preguntaron que podían hacer por lo que él les contesto que era hora de un acuerdo

Un Acuerdo de Paz

Todos leerían y firmarían un documento donde se establecía que los 5 reyes dejarían de pelear para traerle paz y armonía a su pueblo

Y así fue durante otros 300 años

Hasta que la paz fue rota por 2 reinos que iniciaron una nueva guerra, pero sin involucrar a los demás

Nadie esta seguro del porque comenzó la disputa o desacuerdo sólo se sabe que en la reunión de cada nuevo año donde se firmaría el documento como se había acordado, ambos se negaron y en la misma reunión se declararon la guerra

A pesar del sufrimiento de su pueblo ante lo inevitable, los reyes superiores en intelecto a sus antecesores se las arreglaron para sacar adelante al reino y por ello al poder prosperar, las preocupaciones sobre la guerra flaquearon hasta esfumarse

Esta guerra sin razón duro otros 200 años hasta llegar al tiempo actual

A lo lejos un territorio plano pero verde

Un lugar lleno de arboles y césped

En el centro del territorio se erguía una edificación de piedra de varios metros de altura, rustico y elegante a la vez, en el techo sobresalían 5 banderas diferentes con su propio emblema

Un caballero montado en un corcel llegó frente a esta gran edificación seguido por detrás por un escuadrón de 5 personas

Al bajar del caballo noto que había otros 5 grupos de caballeros como los suyos, cada uno con su propia bandera

El caballero en cuestión sobresalía por su brillante armadura plateada con capa morada, mientras que los otros llevaban armaduras grises y desgastadas por el uso sin una capa de por medio

Se quito el casco con todos los hombres a su espalda imitando su movimiento, revelando una piel morena y cabello negro, entrando al edificio no sin antes entregarle su casco y guanteletes a uno de sus subordinados

-Quédense aquí-

-Pero Su Majestad…-

-Los demás han dejado a sus guardias atrás, ustedes también deben hacerlo-

-Sí, Su Majestad-

-Cuida de mi hijo- el caballero asintió y el hombre con capa se adentro al edificio

Al entrar se encontró con 5 personas dentro del edificio sentados alrededor de una mesa redonda, él no perdió el tiempo y se sentó en la única silla libre

-Al fin llegas Steve- hablo un hombre pelirrojo -hemos esperado desde hace un tiempo- su bigote chistoso hacia burla a sus palabras

-Oh cállate Jack- otro hombre de cabello naranja hablo enojado -tu llegaste después de nosotros y antes que él, no tienes derecho a decir nada- señalo a los demás hombres en la mesa para después señalar al pelirrojo y por último al moreno

-Lamento la tardanza- se disculpo el de piel oscura

-Esta bien Steve- hablo un hombre de cabello café que a la vez se confundía con su barba y un pequeño bigote -todos aquí comprendemos que no todos pueden llegar a tiempo- el hombre de color asintió

-Habla por ti- un hombre de cabello negro y bigote poblado fue el siguiente en hablar -primera vez que llego antes que todos sólo para tener que esperarlos por horas aquí sentado-

-Calma Randy- habló el mismo hombre de antes -se agradece tu puntualidad el día de hoy, pero recuerda que no estamos aquí para pelear- una sonrisa calmada fue lo que detuvo el berrinche del otro quien se limito a bufar

El hombre de color ignorando las interacciones de esos 4 dirigió su mirada a la única persona que se había mantenido al margen de las discusiones, pero sin duda se divertía al verlos

-Un gusto verlo de nuevo Rey McCormick-

-Hola Steve- el hombre de cabello café claro le sonrió, su bigote por encima de sus labios y pasando dos líneas por los costados de su boca -tan animados como siempre eh-

El moreno se limito a observar a quienes se suponía se encargaban de un reino como él

-Bueno dejando los juegos de lado- el hombre que se divertía se puso serio al momento de levantarse -yo, Stuart McCormick, rey del Reino Lejano, escondido mas allá de las montañas comenzare por cumplir mi deber de moderador- los demás guardaron silencio e inmediatamente como el se pusieron de pie -primero pasare lista- señalo a Steve quien por haber sido el que llego tarde debía presentarse primero

-Soy rey y gobernante del Reino del sol, aquel donde los rayos solares alcanzan su máxima plenitud y el calor es tan fuerte en tiempo de verano que algunos extranjeros no lo soportarían, Steve Black-

-Soy rey y gobernante del Reino Rojo, aquel donde la gente convive y vive en paz, situado a la izquierda del territorio de la nación, Jack Tenorman-

-Rey y gobernante del Reino Elfo, lugar donde residen los de mi especie viviendo en paz y sin causarle molestias a mis vecinos, Gerald Broflovski-

-Soy rey y gobernante supremo del Reino Oscuro, lugar donde residen los caballeros de armadura color azabache y expertos en combate, Thomas Tucker-

-Rey y gobernante del Reino de Luz, lugar donde viven los caballeros de blanca armadura, enseñados a buscar la paz y amar por sobre todo a aquellos que les gobiernan, al igual que jurar protección a quien porte la corona, Randy Marsh-

-De acuerdo, entonces le cedo la palabra al rey del Reino Rojo, su majestad Jack Tenorman- indico a aquellos que no menciono sentarse y dar su aprobación al otro para que hablara -díganos el motivo de convocar esta reunión antes de la oficial para la firma del acuerdo-

-Gracias Rey McCormick- el hombre de bigote se aclaro la garganta -vine aquí con el propósito de ofrecer a mi hijo Scott Tenorman en matrimonio con su hija la princesa Kenny-

-¡¿Qué clase de juego es este?!- exclamo el Rey Marsh molesto -¿nos has traído a todos aquí solo para anunciar tu propuesta de matrimonio en frente de nuestras narices?-

-Cálmese Rey Marsh- dijo Stuart quien luego miro serio al hombre de pie -como dijo el Rey Marsh ¿Por qué convocar a los representantes de los 5 reinos si solo se trataba de una propuesta de matrimonio? -

-No quiero que los demás piensen que quiero formar una alianza para ir en su contra- explico -y es mas fácil si hago la propuesta en la zona de paz-

El lugar donde se encontraban era un territorio que tenía un gran alcance de ancho y largo, además de eso era un buen plantío a juzgar por las plantas saludables que crecían en él y lo que realmente destaca al territorio es que en todas las guerras que se desataron ninguna de ellas lo afecto logrando que se convirtiera en una tierra fértil

Por esa razón la llamaron la zona de paz y es el lugar donde se hacen las reuniones y acuerdos entre los 5 reinos siempre con un moderador de por medio para evitar disputas

Además, el que sus límites colindaran con los de los 5 reinos la convertía en una tierra de todos y de nadie a la vez

-¿No es una alianza lo que busca con este matrimonio?- pregunto dudoso el Rey McCormick

-No, no, me ha entendido mal- dijo el Rey Tenorman con su bigote bailando al agitar la cabeza -si busco una alianza, lo que no busco es una guerra con alguno de los otros 4 reinos-

-Ya veo- el rey McCormick quedo pensativo, no estaba seguro de si debía decidir por su hija -rey Tenorman su propuesta me alaga, pero…-

-No la rechace aún- interrumpió el pelirrojo -dígame su respuesta en la reunión de la firma- luego se volteo con el hombre de cabello castaño -Rey Gerald a usted también le propongo lo mismo-

-¡¿Quieres que tu hijo tenga una segunda esposa?! ¡me rehúso! además dudo que Kyle quiera casarse con tu hijo-

-No es eso Rey Gerald- el hombre pelirrojo suspiro exasperado, tal vez debía hablar mas claro para que le entendieran -propongo en matrimonio no a Scott sino a mi segundo hijo para que se case con el suyo- ante ese nuevo dato la sala quedo en silencio

-Creí que Scott era hijo único- el que rompió el silencio es el rey del Reino del Sol

-Resulta que tengo un segundo hijo que da la casualidad tiene los mismos años que el suyo-

-¿Un bastardo?- dijo Marsh sin cuidar su lenguaje

-Lo era- respondió Jack -pero ahora que lo he reconocido como mi sangre tiene tanto derecho al trono como Scott-

-No lo sé Jack ¿casar a mi hijo con un desconocido? mi esposa nunca me lo perdonaría-

-No te preocupes, esta vez lo he traído conmigo, tendrán tiempo para conocerse-

-No creo que con una sola vez baste-

-No tiene que darme la respuesta ahora, igual que con el Rey McCormick tendrá tiempo hasta la reunión de la firma- se dirigió al rey mencionado -eso es todo lo que tenía que decir- el Rey Tenorman se sentó después de agradecer a los otros reyes haberle escuchado

-Entonces una vez terminado el asunto- hablo el Rey McCormick recibiendo un “al fin” del rey Marsh se dirigió a todos en la mesa -esta reunión ha…-

-Espere- habló el rey Tucker logrando hacer silencio en la sala -yo también quisiera hablar de un asunto que planeaba tratar en esta reunión-

-Si nadie tiene ninguna objeción- el rey Marsh estaba por hablar, pero una mirada reprobatoria de los demás lo hizo callar -adelante Rey Tucker-

-Gracias-

-¿Ahora que?- murmuró el Rey Randy

-Ten paciencia Randy que este asunto tiene que ver contigo- ante eso el rey del Reino de Luz se puso a la defensiva

-No tengo ningún asunto que tratar contigo Tucker-

-Yo sí Marsh- contesto igual de agresivo que el otro -y mas vale que me escuches porque esto beneficia a ambos-

-Pfft como no- el Rey Tucker se limito a mirar a Randy para después ver al Rey McCormick quien con un asentimiento le cedió la palabra

-Vengo aquí a tratar la mala relación que hay entre mi reino y el reino del Rey Marsh- de nuevo el silencio se instalo en la sala -quiero dar por terminada la guerra entre nuestros reinos-

Era bien sabido por los 5 reinos que el Reino Oscuro y el Reino de Luz eran enemigos a muerte, los únicos dos reinos en negarse a firmar el acuerdo de paz y haber iniciado una guerra sin razón aparente

Estos eran los reinos de hace 200 años, diferente gobernante pero misma disputa sin sentido

-¡¿Pero que mierda dices?!- reaccionó de inmediato el Rey Marsh

-Lo que has escuchado Randy, la guerra entre ambos reinos debe parar-

-No podemos hacerlo hasta conseguir lo que queremos-

-¿Sabes la razón de nuestra pelea?- el Rey Marsh guardo silencio -¿ves? yo tampoco la sé y hemos estado peleando todo este tiempo-

-Esperen- habló el Rey Black -¿me están diciendo que se han negado a firmar el acuerdo de paz todos estos años sin saber el porque?- el silencio de ambos confirmo sus sospechas -¡¿Qué clase de broma es esta?!-

Sus razones para enfadarse eran validas y los reyes presentes lo entendían, de todos él había sido el mas insistente en convencer a ambos reyes, pero ninguno dio su brazo a torcer y siempre que hacía el mínimo intento de insistir recibía un rotundo no

-Lamento haberle causado molestias Rey Black- hablo Tucker respetuoso -pero a mí mi padre me inculcó que la guerra con el rey del otro reino era fundamental-

-Igual conmigo- habló el Rey Marsh -desde que era pequeño mi padre decía que había que luchar con el otro reino pero nunca se pasó por mi mente el preguntarle porque- Marsh sonrió amargamente al recordar aquellos días -intente hacer lo mismo que mi padre hizo conmigo, con mi hijo- una risa ligera disolvió esa sonrisa amarga -pero apenas lo hice él me pregunto ¿Por qué?- una nueva risa -¿y saben qué? no le pude contestar- una sonrisa triste se coló en sus labios

-Paso lo mismo con mi hijo- dijo el Rey Tucker -fue por él que me di cuenta que esta guerra sin sentido debe parar-

-Puede que sea tarde- dedujo el rey Gerald -esta guerra se prolongo mas de lo que debía, si deciden terminar con ella de la nada quien sabe como reaccione el pueblo-

-Pero tienen que parar esa guerra, muchas veces resultan perjudicados ambos reinos sin ganar nada a cambio- habló el rey Black

-Es por eso que quise tratar este tema- el rey Tucker habló fuerte sobreponiéndose a la voz de los otros dos quienes callaron al ver cómo se dirigía al Rey Marsh -traigo una solución que como dije antes beneficiara a ambos reinos, pero quiero saber si la aceptaras- los reyes posaron su mirada en el Rey Marsh

-Te escucho Thomas- suspiraron aliviados ante la actitud receptiva del otro que normalmente no era muy dado a escuchar

-Quiero proponer en matrimonio a mi hijo con tu hijo- y ahí fue cuando perdió la cabeza

-¿Te has vuelto loco? ¡mi hijo es un varón!- respondió alterado -¡como el tuyo! ¡un varón!- repitió como si no lo hubiesen escuchado la primera vez

-Lo sé, pero he escuchado de magia que permite que si alguien lo desea puede concebir-

-¿Y que planeas que haga con esa información?- respondió malhumorado no entendía las intenciones del otro

-Podemos hacer que uno de los chicos se someta a este encantamiento y obtener un primogénito heredero-

-¿Y?-

-Randy el habla de que ambos tengan un hijo que herede ambos reinos- explicó Gerald al ver como la paciencia de Tucker por poco acababa

-¡Oh entiendo!- se quedó unos segundos pensando, las miradas de todos los presentes estaban sobre él -¿y quien hará el encantamiento?- preguntó Marsh receloso

Ante esa pregunta fue el turno de Tucker de cerrar la boca, en lo mas profundo de su ser no creía llegar tan lejos y ahora que estaba tan cerca no sabia como llegar a la meta

-Si me permiten intervenir- dijo el hombre de cabello pelirrojo -mi segundo hijo ha estado recibiendo educación desde que lo reconocí como mi sangre- levantó la mano cuando vio que Marsh hablaría en señal de que esperara -en todas las materias ha superado mis expectativas, pero hay una en particular que ni siquiera yo pude lograr y en la que él ha sobresalido- sonrió -la magia-

-¿Nos ayudaras Jack?- pregunto Tucker desconfiado

-Puedo hacer que a mi hijo se le instruya principalmente en esa materia para, cuando sea mayor y llegue el momento, use su magia sobre uno de sus hijos y se cumpla el cometido-

-Es así- dijo desganado -Rey Tucker- se levantó poniéndose a su altura y adoptando una actitud seria pocas veces vista en él -como ha sido usted quien ofreció a su hijo para el casamiento, yo ofrezco a mi hijo para que sea él quien conciba a su primogénito-

-¿No desea darme la respuesta en la próxima reunión?- pregunto el rey Tucker al verlo aceptar tan rápido

-Esto no es cuestión de esperar- dijo Marsh con la misma seriedad -si gusta puede volver a preguntármelo en la próxima reunión, pero le aseguro que tendrá la misma respuesta-

-Tomaré su palabra Rey Marsh- dijo el Rey Tucker estrechando su mano con la del cabello negro -en la próxima reunión le preguntare-

Ambos reyes se sentaron en sus respectivos asientos y el Rey McCormick se levantó

-Ya que han sido tratados todos los temas concernientes a esta reunión propongo un momento de descanso para los presentes- todos lo miraron extrañados -se ha resuelto una guerra que duró 200 años es justo que se tomen un descanso- todos asintieron aliviados y agradecidos por la proposición

Con ellos en la zona de paz nunca habían ocurrido incidentes en sus reinos y no tenían que preocuparse por sus hijos pues los habían traído con ellos y estaban siendo vigilados por los guardias

Un grupo de niños pequeños que no pasaban de los 5 años estaban jugando detrás de la gran edificación de piedra, siendo de vez en cuando revisados por un guardia

-Esto es estúpido- habló tiernamente un niño pelirrojo de grandes orejas y un gorro verde que cubría sus rizos rojizos que sobresalían de este

-Vamos Kyle es tu turno- le habló un pelinegro que también escondía su cabellera debajo de un gorro azul y rojo

-No quiero- se cruzo de brazos y volteo el rostro

-¿Por qué no quieres estúpido elfo?- dijo un castaño de gorro azul y amarillo, con una túnica que lo hacia parecer más pequeño de lo que era

-¡Cállate pendejo!- uno de los guardias fue a checar, pero al verlos a todos en silencio no tardo en volver con sus compañeros

-¿Ves lo que provocas elfo?- esa bolita pequeña no tenía nada de ternura, lo podías comprobar al escuchar como pronunciaba las 5 palabras con desdén

-Tengo un nombre- le respondió el otro molesto para después seguir con su berrinche -no quiero ser la princesa-

-Pero Kyle quedamos que tu lo serías la próxima vez-

-¿Por qué no puede ser Kenny?- dijo apuntando a la rubia -ella siempre es la princesa-

-Kenny tiene suficiente con serlo en su reino- hablo un niño de color que miraba aburrido los berrinches del otro, no entendía como alguien como su amigo de ojos grises podía quedar fascinado con alguien como él

Con esas orejas puntiagudas resaltando la raza a la que pertenece, acentuando sus finos rasgos y teniendo una mirada jade brillante que resaltaba junto a esos rizos que de vez en cuando se le escapaban de ese gorro que le quedaba grande

De acuerdo, si sabía como

-Sólo inténtalo- habló un niño de cabello azabache que escondía debajo de un chuyo azul marino -si te pones el vestido se que te quedara bien- la princesa Kenny levantó un vestido que ella misma había traído para jugar

El pequeño elfo se sonrojo, siempre caía con ese viejo truco o, mejor dicho, siempre aceptaba por la misma persona

-De acuerdo- dijo bajito -¡pero solo por esta vez!-

El otro pelinegro rodo los ojos ante la facilidad de convencimiento que tenía su amigo

-Mhn mn mhn- habló la princesa Kenny soltando una pequeña risita

-Kenny tiene razón- dijo el pequeño castaño -ya cásense- esto sólo sirvió para aumentar el sonrojo en el pelirrojo y el dedo medio del de chuyo azul

-Juguemos ya- el pelinegro agarró una pequeña espada de madera al igual que los demás, el castaño fue el único en tomar una rama y Kyle se puso el vestido

Comenzaron con el juego que consistía en ser todos caballeros e ir en contra del castaño que con su varita mágica les impedía acercarse a su guarida donde tenía cautiva a la princesa

Todos se divirtieron, pero el juego termino antes de la reunión por lo que ahora no tenían nada que hacer

-¿Y si los espiamos?- sugirió el castaño

-Te verían Cartman- respondió el pelinegro preocupado

-Esta vez me trajo mi padre- todos lo miraron sorprendidos

Hace 1 año este pequeño niño se había colado en el carruaje del Rey Tenorman, aunque traía a sus guardias con él, al rey le gustaba viajar en carrosa por lo que fue fácil escabullirse en ella

Fue así como conocieron al pequeño castaño, Eric Cartman, hijo bastardo del rey Tenorman quien sin proponérselo se termino juntando con ellos

-¿es por eso que no te escondías cuando venían los guardias?- pregunto el pequeño elfo

-Sí, mi padre me trajo aquí con el estúpido que se hace llamar mi hermano- para ninguno de ellos era un secreto que él y Scott no se llevaban bien

-¿Han hablado? ¿te dice hijo?- pregunto el de cabello negro ilusionado, no le gustaba la situación en la que estaba su amigo

-No- dijo Cartman -sólo me saco de mi casa, me llevo al palacio, hizo una fiesta y me trajo aquí-

-Que frío- dijo Kyle

-Yo creo que el esta tramando algo- contesto el castaño -no se que sea, pero lo voy a averiguar- al ver las intenciones del otro decidieron cambiar de tema

-Mejor vamos allá- el niño del chuyo apuntó a unos arboles lejos de la zona

-Sí, juguemos a las escondidas- secundó el pequeño de color recibiendo respuestas efusivas de los demás

-Pero los guardias- dijo el pequeño pelirrojo preocupado

-Cierto- dijo Cartman -Kenny tú vigila-

-Mhn mn nm-

-Porque eres la mejor para eso- contesto el castaño

Kenny sintiéndose orgullosa se dirigió a ver detrás de la gran pared que los cubría agitando una mano para que se fueran, cuando estaban por hacerle caso ella le hizo una señal de alto y después regreso con ellos

Un guardia, como siempre, había venido a vigilarlos, pero al ver a los pequeñines sin hacer nada regreso a su puesto

Kenny lo siguió y después de asegurarse que se había ido regreso con ellos

-Mhn mn mnh mm nhm-

-De acuerdo- asintió el castaño -apurémonos que según Kenny no tenemos mucho tiempo- sin esperar a los demás se adentro al bosque

Los demás pequeños dudaron un segundo, pero después de ver a la princesa Kenny seguirlo campante ellos no quisieron quedarse atrás y se adentraron a la oscuridad del bosque

Una vez dentro decidieron jugar a algo mejor que las escondidas, las traes

Como todo niño pequeño que no mide los peligros y sólo se interesa por divertirse ellos corrieron por todo el lugar, sin importarles si se tropezaban o ensuciaban, en su cabecita lo único importante era evitar que los atraparan

El niño más pequeño de todos corrió, corrió y corrió hasta detenerse en un árbol para esconderse y mirar si lo seguían, después de asegurarse que no era así se relajó y comenzó a caminar por el área verde en la que se encontraba admirando los grandes árboles que a su vista eran el triple de su tamaño, mirando una que otra flor que sobresalía del césped, hermosas a su parecer

El niño se agacho a admirar más de cerca uno de estos capullos, sin ser consciente de una sombra que se le acercaba por detrás

El pequeño estiro la mano para tomar una de las flores mientras que la sombra a su espalda hacía el mismo movimiento con dirección al pequeño de cabello negro

El niño estaba por lograr su objetivo cuando noto la sombra a sus pies, pero no tuvo tiempo de voltear cuando…

-Te atrapé- el niño dio un salto y se levantó de inmediato sólo para toparse con la mirada divertida del castaño

-¡Cartman no te acerques así!- le reclamó el pequeño de ojos cielo

-No seas nena Stan- respondió el castaño sin borrar su sonrisa

-¡No soy niña!-

-Eso es lo que nos quieres hacer creer-

El pequeño rodó los ojos ante lo dicho por el rellenito, a veces se arrepentía de contarle su pequeño secreto

El castaño se sentó en el césped y luego palmeo el lugar a su lado, el pequeño sonrió y sin que el otro tuviera que abrir la boca para pedírselo saltó a sentarse con él

El pequeño miró con ojos brillosos al castaño quien de inmediato le respondió molesto

-¿Qué?-

-Es genial que ahora seas un príncipe, como nosotros-

-No lo creo-

-Yo sí- tomó sus manos -ya no tienes que esconderte-

-Stan ¿crees que estoy feliz con que me sacaran de mi casa?-

-¿No lo estás?-

-No he visto a mi madre en semanas y la última vez que la vi los guardias de mi padre se la habían llevado- no eran palabras ni situaciones que debería vivir un niño de su edad, la mirada en sus ojos tampoco es un sentimiento del que debería saber

-Lo siento- el niño de cabello negro adquirió una mirada triste -algún día iré y te ayudare a encontrarla- le sonrió

-No creo que alguna vez puedas ir al reino de mi padre-

-Puedo escaparme-

-¿Y arriesgarte a perder todo?-

-Todo-

-¿Incluso que descubran tu secreto?- él sonrió, pero el otro niño callo -me lo imagine-

-Eso es trampa-

-No lo es-

-¡Sabes que es algo importante para mí!-

-También sé que no lo arriesgarías por alguien como yo-

-¿Qué? ¡no! ¿y sabes por qué?- se puso frente al castaño -no tengo que arriesgarlo porque tú nunca lo pondrías en peligro- se dejó caer su cabeza en sus piernas y desde ese lugar le sonrió -porque sabes que es algo importante para mí- levanto su mano y le dio un toque a su nariz -como tú- el castaño se sorprendió unos segundos por lo dicho

Se conocieron hace 1 año, pero desde entonces el de cabello negro no se había despegado de él, ahora que podían jugar juntos sin necesidad de que uno de ellos se escondiera para evitar ser vistos juntos el de ojos cielo se había vuelto inseparable siempre que estaban solos

-¿Qué es lo que te gusta ahora que eres un príncipe?-

-¿A parte de poder pasar más tiempo juntos? yo diría que las tradiciones-

-¿Las tradiciones?-

-Hay ciertas tradiciones que podríamos cumplir, ya sabes, todo un mundo de posibilidades- estiro las manos al cielo y luego soltó una risa

-No estoy seguro de poder cumplirlas-

-Eres un príncipe tienes todo el derecho-

-El segundo al trono-

-Eres un posible heredero de tu reino-

-Un bastardo al que nadie quiere como rey- lo dijo fuerte y claro, por la cara que puso el de cabello negro le dolió más a él

-Algún día me pegaras tú negatividad- bromeo, pero el otro no le hizo caso

-Soy lo que soy Stan-

-¿Sabes qué es eso?- pregunto Stan ante la nueva palabra

-¿Un bastardo? no lo sé, pero así siempre me dice Scott-

-Suena feo- el pequeño hizo un mohín

-También me dice enano de la magia-

-¿Te gusta la magia Cartman?-

-Es más fácil de aprender que las lenguas-

-¿Siempre te dice así?- el pequeño castaño asintió -son nombres muy feos-

-Creo que los dice porque son feos-

-¡Entonces yo te pondré otro nombre!- exclamo alegre el pequeñín

-¿Ah sí? ¿Cuál?- el niño de cabellos negros sonrió y le dijo el nombre que increíblemente le sonaba perfecto al castaño

Estuvieron un rato más platicando hasta que creyeron que era hora de volver con los demás y así lo hicieron

No sabían que esa sería la última vez que se verían de esa forma tan cercana

En otra parte

En un claro estaban el chico del chuyo y el elfo, este último con sus mejillas rojas

El chico del chuyo llevaba al elfo de la mano hasta que lo soltó

-¿Craig?-

-Aquí es donde quería traerte- el pequeño elfo admiro el claro donde estaban

-Es hermoso- los rayos del sol entrando entre las hojas de los arboles le daban un aspecto perfecto al paisaje iluminándolo a más no poder

-Me parece poco comparado contigo- el pequeño pelirrojo volteo a verlo sorprendido

-¡¿Qué cosas dices?!- respondió nervioso

-Ven- el otro no le dio tiempo a reaccionar cuando ya lo llevaba de la mano al árbol más grande de ahí

-¿Qué haces Craig?- pregunto el pequeño elfo al ver como el otro sacaba su espada de madera

-Este árbol es grande y fuerte- dijo para después clavar la espada y empezar por escribir -igual que mi amor por ti-

-¡¿Amor?!-

-¿No me crees?-

-Aún no tenemos edad para pensar en eso-

-No necesito pensar, es lo que siento- finalmente retiro su espada dejando mal tallado el nombre del elfo -¿y tú?-

Él elfo miro por unos segundos al de chuyo azul y luego al árbol, tomando una decisión le arrebato su espada al de chuyo y la encaja sobre su nombre

-Yo también- empezó por escribir el nombre del príncipe -te amo Craig-

-Este árbol será la prueba de nuestro amor- dijo Craig tomando de nuevo su espada -mi amor por ti durara tanto como la vida de este árbol Kyle-

-Mi amor por ti durara más de lo que duren tallados nuestros nombres- contestó el elfo

Ambos se sonrieron, tomaron de la mano y se alejaron del claro

Dejando grabada una promesa que desaparecería con el tiempo

Cuando volvieron a la parte trasera de la construcción de piedra vieron a todos los guardias buscándolos de aquí a allá

Al centro estaban Kenny y Token, siendo los primeros en llegar y resguardados por su respectiva guardia

El de chuyo le hizo una señal al elfo para salir juntos y en cuanto lo hicieron los guardias de sus reinos se acercaron a ellos

-¡Su majestad ¿se encuentra bien?!-

-¡¿Dónde estaba su majestad?!-

-¡Nos tenía muy preocupados su majestad!-

Esos y más reclamos recibieron, el de chuyo no soltó la mano del elfo quien se empezaba a sentir mal por preocupar a todos de esa manera

-Lo siento- susurró, la letanía de sus soldados se detuvo y de inmediato se arrodillaron frente al nene de 5 años

-¡Era nuestro deber cuidar de usted y no lo hicimos!- habló uno de ellos -¡Discúlpennos usted su majestad!-

-¡¡Discúlpennos!!-

El pequeño se ocupó de tranquilizar a los soldados de su padre, pero al notar que estos no decían nada los miro, todos ellos tenían su vista puesta en el bosque de donde habían salido y ahora por donde mismo salían dos pequeños, uno castaño y uno pelinegro, siendo recibidos de igual forma por sus guardias

-¿Ese es el bastardo?- Kyle arrugo el ceño, sabía lo que significaba esa palabra y no le agradaba

Cuando volteo de nuevo con sus guardias para llamarles la atención supo que no era ninguno de ellos el que había dicho eso

Era uno de los guardias de su compañero

-Parece que la basura se junta con la basura- le respondió otro, Kyle no pudo disimular su molestia y el que Craig no les dijera nada la aumentaba

Mientras tanto los involucrados en malas lenguas estaban demasiado ocupados recibiendo los regaños de sus propios caballeros

Como ninguno de los dos parecía prestarles demasiada atención los reclamos de los guardias fueron bajando gradualmente hasta que ya no hubo ninguno

Un caballero, parte de la guardia del castaño, se agacho frente a este y le hablo con el mayor respeto

-Su majestad no se aleje de nosotros por favor- le dijo con la cabeza gacha -si algo le sucede no nos lo perdonaríamos-

-¡Por favor Su Majestad!- los demás caballeros se arrodillaron de igual manera que el primero -¡permítanos cuidar de usted!- el castaño bufo y con un asentimiento soltó la mano del pelinegro para ponerse frente a su guardia

-De ahora en adelante les diré donde me encuentro- el castaño agacho la cabeza en señal de disculpa y los caballeros respondieron alterados y sorprendidos

-¡No haga eso su majestad!- el castaño no tardo en levantar de inmediato la cabeza -¡muchas gracias su majestad!- el castaño solo volteo con el pelinegro y rodo los ojos, el pequeño le contesto con una pequeña risa que no logro ocultar del todo de sus guardias -¡cuidaremos de usted su majestad!- los guardias estaban felices por su príncipe, el castaño sólo se permitía mostrar facetas dignas de un niño al lado del pelinegro y una de esas principales caras era de felicidad

-Su majestad- le habló uno de los guardias logrando callar por fin al pelinegro, debajo del casco todos ellos sonreían pues su pequeño príncipe era mucho más feliz de lo que ya era junto al castaño -es hora de volver, la junta pronto termina- el pelinegro asintió y antes de que cualquiera pudiera detenerlo salto a abrazar al castaño quien, de una forma muy lenta, pues aún no salía de la sorpresa, le respondió el gesto

-Nos vemos- susurro el pelinegro antes de correr a su guardia quien lo rodeo y se lo llevo a paso lento

Él castaño se guardó él ya lo veremos y de igual forma se alejó junto a su guardia

El pequeño elfo y su otro compañero igual se retiraron con sus caballeros

Y la princesa y el heredero del sol de igual forma se marcharon

Los 6 chicos no tenían idea de lo que les deparaba dentro de unos años

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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