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Amor, que complicado sentimiento . (continuación) por Wendy2001

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, aquí está la continuación, para no hacerla larga empezaré desde donde me quedé, espero que les guste.

Eran las 08:00 de la mañana y él, con su impecable traje negro llevaba cerca de media hora parado frente al espejo de cuerpo completo, sumido en sus pensamientos, trataba de imaginar que en cualquier momento Camus entrará por la puerta y le dirá que lo ama mas que a nadie en el mundo, bajó la mirada a la vez en que soltaba un resoplo cargado de ironía, sólo a él se le ocurrían esas ideas estúpidas, si Camus se fue rechazando la idea de fugarce por que diablos regresaría ahora?.
Dicen que soñar no cuesta nada y el invirtió un poco de tiempo en hacerlo pero ya no podía darce ese lujo, tenia que llegar a su boda, sin mas tomó su ramillete y lo colocó en el hojal para subir al auto y dirigirse a la catedral.
 
*CAMUS*
Estaba bajo el chorro de la ducha, su frente pegada a la pared y las lágrimas escurriendo por su rostro, se sentía como todo un imbecil, quien en su sano juicio tiene al amor de su vida enfrente y no es capaz de luchar por el?...
Ohh el conocía a una persona así, él mismo.
La impotencia que sentía era tanta que incluso no se había percatado de que desde hace un rato dejó de fluir el agua tibia y en su lugar un chorro helado lo empapaba, pero que mas daba si el frío que había en su corazón en esos precisos instantes era aun mas fuerte...
Hubiera seguido en ese estado de no ser por el insistente llamado a la puerta por parte de Saga informándole que de no apresurarce llegarían tarde a la boda.
Asimiló las palabras de su acompañante y dando un hondo suspiro decidido salió de la ducha y se dispuso a arreglarce.
Una vez listos los dos se dirigieron a la catedral, al llegar estaban las familias de ambos novios y unos cuantos amigos, ex compañeros de la facultad, era extraño e incomodo para Camus ya que eran demasiadas personas para su gusto, hasta que la aparición de Milo frente a sus ojos lo asombró, estaba endemoniada mente guapo vestido así, tanto que su mente no pudo evitar imaginar que era con el con quien se casaría ese día, su cara empezaba a iluminarse de amor puro hasta que el claxon de un auto se escuchó a la distancia era el otro novio quien bajó ataviado de un hermoso traje blando y un tocado dorado destacando elegantemente en su pelo, Camus fue traído a la cruda realidad de golpe, "es verdad Milo se casará con Myu".
Todos entraron, tomaron sus respectivos asientos y la ceremonia dio inicio, al llegar a la famosa frase " si alguien sabe de algun motivo por el cual esta unión no deba ser efectuada... Que hable ahora o calle para siempre!'.
Camus estaba a nada de levantarse y gritar a los cuatro vientos su amor por Milo y este a su vez le dirigió una mirada fugaz esperando algo, un gesto una palabra algo, pero no....
Nada, se quedó callado con el corazón en la mano y su confesion como un nudo en la garganta, lo único que salió fueron unas cuantas lágrimas al escuchar el " en ese caso los declaro esposos para toda la vida".
Eso no fue todo, el beso....., ese maldito beso, se pudo apreciar todo el amor que Myu le tiene a Milo y la sensación de ser la persona mas cruel del planeta se clavó como daga en el corazón de Camus, como era capaz de romperle el corazón a alguien así?
No podía o por lo menos en ese momento se sintió incapaz de hacerlo al ver la felicidad de Myu, se arrepentiría mas tarde, o mejor dicho ya se estaba arrepintiendo.
El toque de la mano de Saga sobre la suya lo sorprendió un poco, giró su vista a él y le sorprendió aun mas el beso que le dio.
-Algún día nosotros también estaremos ahí amor, lo prometo- comentó Saga mientras se acercaba para besarlo, Camus no se opuso y lo correspondió, mientras los recién casados se acercaban a ellos uno con cara de felicidad plena y el otro con celos disfrazados por una sonrisa que por mas que se esforzara no dejaba de parecer falsa.
-Camus, Saga, espero que nos acompañen a la recepción y coman con nosotros si es que no tienen otros compromisos.- habló Myu  mientras sujetaba el brazo de su esposo.
-Muchas gracias Myu, pero yo tengo trabajo pendiente, Camus si los acompañara- contestó Saga señalando a su acompañante.
-Entonces puedes irte con nosotros de una vez Camus- este fue el turno de Milo para hablar y Camus casi llora por el tono que usó, a su parecer demasiado indiferente, además de que ni siquiera lo miraba.
-Si es buena idea, vienes con nosotros Camus, tu no te preocupes Saga el estará bien, al final de la fiesta mandáremos un chofer a dejar a Camus.-
-Gracias Myu, bueno nos vemos mas tarde en casa amor- se acercó a besarlo y ese correspondió haciendo que los celos de Milo crisparán mas aún de ser posible.
-Adiós a todos y que disfruten la celebración- se terminó despidiendo de todos y se marchó. 
*En la fiesta*
Todos comían y charlaban muy animadamente , mientras Camus se concentraba en el plato frente a el, mas que nada para distraerse de las continuas muestras de afecto de el matrimonio a su lado.
La envidia lo corroía, pero luego se acordaba que el rechazó a Milo la noche anterior y se le pasaba, un poco.
Mientras , Milo recibía el amor de su pareja, aun que tenia un vacío en el pecho que le daba cierto malestar a cada caricia que este le proporcionaba.
Nadie se percató del extraño actuar de ambos por estar sumidos en sus propias platicas, así transcurrio la comida y dieron paso al esperado baile de los novios, cabe decir que eso fue mucho para Camus quien en menos de lo que se imaginan ya estaba mas que borracho, un joven bastante lindo se acercó a el, a pesar de estar ebrio, Camus logró reconocer el cabello de esa persona, recordaba que Milo le había descrito a una persona con la cual había tenido una aventura y coincidía con las características de ese chico, Afrodita si no mal recordaba, esta de sobra decir que su presencia no le caía para nada bien, pero a pesar de eso no dijo nada cuando este se sentó a un lado de el y lo miraba con cierto toque de burla.

-Te gusta Milo, cierto?- si Camus tuviera que describirlo, tenia una palabra perfecta, "víbora".
-Ese no es tu asunto, es mas que haces aquí?-
Afrodita no aguanto soltar una sonora carcajada haciendo enojar a Camus.
-Vine a la boda de un amigo, no es obvio?, pero fuera de eso, te gustaría que Milo sea solo para ti?- la sonrisa hipócrita que se formó en su rostro descolocó a Camus, no tenia ni idea de que rayos pasaba por su cabeza pero no le inspiraba ni la mas mínima de las confianzas.
-Dejame solo por favor- 
Afrodita se puso de pie pero antes de irse le dedicó unas ultimas palabras
-Si cambias de opinión llámame, tengo un plan que seguro lo atará a ti- sin mas dejó un papel con su numero a un costado de Camus y se retiró.
Él solo se quedó viendo ese papel y con dudas lo tomó guardándolo en su chaqueta, esperando no necesitarlo...
 


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