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Delirio por Evaamaelyaoi

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Notas del fanfic:

Esta inspirado en la primera temporada de la serie american horror story. Pero solo en el ambiente y en algunas conversaciones. La trama será diferente y los personajes son de J.K.Rowling.

Notas del capitulo:

Espero que vos guste.

Miré atentamente la casa que tenía delante. Vale, debía admitir que era grande y bonita. Nada comparado con el diminuto piso en el que viviamos antes. Miré a mis padres, ellos sonreían. Parecía que habían olvidado completamente la razón de nuestra mudanza. Bueno, si ellos querían engañarse a si mismos y fingir que eran la parejita feliz, no iba a ser quien les sacara de su cuento de hadas.
Mudarse a la otra punta del país había sido un coñazo. Pero, como siempre, mi opinión no valía de nada. Ahora, en ese barrio de ricos, me preguntaba cuanto tiempo pasaría antes de que se dieran cuenta de que no encajaban para nada en ese lugar. Ellos no tenían dinero. No eran pobres, pero tampoco podían permitirse una casa tan grande. Según mi padre fue una suerte encontrar una casa de ese tipo tan rebajada. La suerte fue que el anterior dueño era un tío que mató a sus hijos ahogándolos en un rio. Nadie quería una casa donde vivió un psicópata. Mis padres tampoco, pero una casa en el bario más rico de la ciudad por lo mismo que costaría una furgoneta pudo más con ellos. Les urgía parecer respetables ante la sociedad. En mi opinión esas ansias de atención era lo que les mantenía juntos a pesar de todo.
- Bueno, ¿que te parece?- mi madre me rodeo los hombros con el brazo y me miró animada. ¿Cuanta de esa felicidad era real y cuanta fingida?
- No la he visto por dentro. - Dije sin ni siquiera pretender que me importaba. Ellos podía hacer lo que quisieran pero yo no tenía porque seguirles el juego.
- Pero tiene bueno pinta.- Comentó mi padre. Fue el primero en entrar. Nosotros le seguimos. Los tipos que mi padre contrató para la mudanza empezaron a llevar cosas dentro bajo el mando de mi madre. Mi padre se fue al que sería su despacho para atender a sus pacientes. Era psiquiatra. Dicen que los hijos de los psiquiatras están locos, me pregunto si es verdad.
Todos parecían seguir un plan establecido antes de llegar. Cada uno en su tarea, preparando la casa para que fuera habitable. Yo me quedé en el recibidor delante de la escalera. Sin saber que hacer o a donde ir. Ni siquiera sabía cual era mi habitación, mis padres no se molestaron en decírmelo, solo fueron a lo suyo. Era irónico, nos mudamos para estar más unidos y lo primero que hacen es irse cada uno a lo suyo.
Inspeccioné el lugar. Había cuadros abstractos por todas partes. El anterior dueño era crítico y coleccionista de arte. Los sabía porque su caso salió en las noticias hacia más de un año. Se ve que a pesar del bajo precio, nadie se había motivado a comprar la casa.
Subí las escaleras y me metí en todas las habitaciones una a una. Me decidí por la que más alejada estaba de la matrimonial. Ya que teníamos una casa grande, por lo menos tendría más intimidad a partir de ahora. Sin padres al otro lado de la pared.
Dejé la mochila que llevaba cargada con un par de discos y libros. En un lado del cuarto había unas escaleras. No tenía nada mejor que hacer así que subí.. La habitación estaba repleta de trastos llenos de polvo. Se notaba que nadie había limpiado ahí en un tiempo. Rebusqué entre las cosas pero no encontré nada que me llamara demasiado la atención.
Volví a bajar. Mis cosas ya estaban en la habitación. Se ve que las habían dejado ahí mientras estaba arriba. Genial, ahora tenía la divertida misión de deshacer las cajas. El día cada vez prometía más. *
 El instituto era un asco. Yo ya lo sabía. Pero no había nada peor que ser fichado desde el principio por un grupo de putas amargadas. Su abeja reina era una tal Cho. Supe que me odiaba desde la primera mirada que me dirigió. No le gustó que le mirara a los ojos. Al parecer era demasiado insignificante para poder hacerlo. Yo era de genio malo, así que no tarde en decirle lo que pensaba de sus aires de grandeza, ella solo me sonrió. A la salida del insti me esperaba su novio de 80 quilos de puro músculo y me dio la paliza de mi vida.
Volví a casa lleno de moratones. Entré en el baño y me lavé la cara con jabón intentando borrar los restos de sangre.
- Menuda golpiza.- Me giré rápidamente. Un chico de pelo rebelde, moreno y ojos verdes me miraba con una sutil sonrisa.
- ¿Tú quien eres?- Pregunté un poco confundido. Su postura era desenfadada y no parecía estar incomodo, a pesar de que esta no era su casa y no tenía idea de quien era.
- Soy Harry, tu padre me hace terapia, o lo que dice él que es terapia. - Sonreí.
- ¿Querías usar el baño?
- No.- Le miré sin comprender que hacía ahí entonces.
- Yo me llamó Draco.- Dije al ver que solo se quedaba ahí mirándome.
- ¿Quieres morir?- le miré sorprendido. Él levantó su brazo y señaló sus muñecas. Tenía varios cortes recién sanados. Me di cuenta de que se estaba refiriendo a mi propios cortes , los había dejado a la vista cuando me subí las mangas para no mojarlas.
- A veces.- Dije, por alguna razón esa escena me parecía demasiado íntima y eso me incomodó un poco. No le conocía de nada.
- Nos vemos.- Dijo después de unos segundos de silencio. Vi como se alejaba por el pasillo y entraba en el despacho de mi padre.
Me acerqué con sigilo. Ese chico era extraño, pero había algo que me atraía de él. Como si le conociera de toda la vida.
- Bueno, ¿estás listo para hablar de lo que realmente te ocurre? Llevamos varios días hablando de cosas triviales.- La voz de mi padre sonó áspera. Era la voz que utilizaba cuando no le caía bien la persona con la que hablaba.
- ¿Y que es lo que realmente me ocurre según usted?- Su voz era penetrante. Me mordí el labio.
- Harry, según tu informe sufres de alucinaciones muy fuertes. ¿ Te estás tomando la medicación que te receté el otro día?
- Sí…
- ¿Eso es verdad?
- No…
- ¿Puedo saber por que no la tomas?
- Me produce insomnio.- Me asomé por la puerta disimuladamente. Mi padre estaba sentado de espaldas a mi pero Harry estaba de frente y me vio enseguida. Retrocedí un poco pero no separé mi mirada de la suya.
- Ese no es un efecto secundario.
- ¿Puedo contarle un secreto?- Miró a mi padre durante un momento hasta que este asintió, entonces me volvió a mirar a mi.
- Me gusta alguien.
- Oh… bueno no es algo malo.
- Ya, pero la razón por la que no tomo la medicación es… porque me da miedo que por su culpa no se me ponga dura. - Ahogue una risa mientras intentaba imaginarme la reacción de mi padre a sus palabras.
- Te aseguro que no habrá problema.- Sonreí aun más por lo enfadado de su voz. Sabía que le estaba tomando el pelo.
- Bueno es saberlo.- Harry me guiñó el ojo y yo me mordí el labio mientras sonreía.
Me alejé de ahí con el corazón latiéndome muy rápido. Sí, realmente me atraía.
Notas finales:

Es corto, pero solo es la intro. Los capitulos serán más largos.


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