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Ningyo por Menma UzUch

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Notas del capitulo:

Este one shot participa en el concurso de "Reto terrorífico" del grupo Shhh… SasuNaru NaruSasu.

—Ya es el séptimo asesinato en el mes. Qué problemático… —dejó caer el periódico con la noticia más reciente. Otro asesinato de “el marionetista”.

—¿Ya descubriste si tiene algún patrón? No es propio de ti frustrarte tan fácil, Shikamaru —dijo Gaara en tono burlón.

—No estoy frustrado, es sólo que su patrón es tan obvio y monótono que me parece poco creíble que realmente esté asesinando de esta forma tan simple, y, sin embargo, ni rastro de él…

—¿Y bien? ¿Cuál es su forma de asesinar? Hemos tenido muchos casos, seguro que podemos compararlo con alguno.

—Sólo ataca a mujeres. Entra a sus casas, los vecinos dicen escuchar risas y ver la sombra de una persona controlando una marioneta, en seguida resuenan los gritos de la supuesta víctima y cuando llegamos a la escena, el cuerpo ha desaparecido. No hay huellas, no hay pistas, no hay ni una sola prueba de ADN, no hay nada.

—Así que sólo chicas… No quiero ni pensar qué hace con ellas—susurró con una mueca de asco.

—¡Hey chicos! Ya llegué —anunció Naruto con un sobre amarillo que guardó en un archivero— y ya me voy.

—¿De nuevo? ¿Por qué ya no te quedas con nosotros a beber como antes? Hasta los detectives podemos descansar, ¿sabes? —reprochó el pelirrojo.

—Tengo que salir con Sasuke, prometí llevarlo de paseo hoy, saben que no falto a mis promesas —sonrió caminando hacia la puerta.

—Llevas tiempo saliendo con ese “Sasuke” —hizo énfasis en las comillas— y jamás lo hemos visto ni en fotografía. ¿Realmente existe?

El rubio únicamente sonrió, pero no fue una de sus típicas sonrisas aniñadas, tenía algo diferente que Shikamaru, quien observaba todo en silencio, pudo notar, pero, no supo definir qué clase de sonrisa era esa.

—Él es… solitario, prefiere evitar a la gente. Tal vez pronto puedan conocerse —guiñó un ojo y salió dando un ligero portazo.

—Si lo sigues molestando, un día de estos te matará, Gaara —se mofó Shikamaru.

 

~Dos meses atrás~
El día se veía nublado, triste, solitario y allí estaba él, tocando la puerta de aquel sujeto que visitaba últimamente con frecuencia.

—Naruto, qué extraño verte por aquí —dijo con sarcasmo.

—No tengo tiempo, Sasori —rodó la mirada— ¿Y bien? ¿Conseguiste la información?

—Tal como lo pediste, pero, debo advertirte que ni si quiera yo me atrevería a hacer tal cosa. ¿Sabes? La brujería no es algo con lo que debas meterte, mucho menos por alguien que no…

—¡Gracias por la ayuda! —le sonrió tratando de zanjar el tema y el chico sólo resopló.

—Como gustes. Iré por las instrucciones y los materiales.

El chico pagó a su proveedor, se retiró y caminó directo a su casa. Al llegar, encontró a su novio viendo la televisión en el sofá, le besó la frente y se acomodó a su lado.

—Ya tengo la información, cariño. No sabes lo feliz que estoy —apretó los documentos contra su pecho— Muy pronto vamos a ser felices, Sasuke.

 

 

~Actualmente~

—Me la he pasado muy bien, Shikamaru —sonrió Temari y apretó la mano de su pareja, queriendo transmitir su felicidad— Últimamente estás muy ocupado, ¿va todo bien con el caso?

—Para nada —suspiró. No quería hablar de trabajo con su pareja, pero, requería quitarse un poco el estrés— No puedo relacionar los asesinatos con los presuntos culpables, nada coincide, parecen no tener nada en común.

—Escúchame bien, pedazo de inútil. Eres el mejor detective de todos, te graduaste con honores y además eres el jefe de la estación. ¿Dejarás que este estúpido caso te arruine la vida? —frunció el ceño y su novio comenzó a reír.

—Sabía que podía contar contigo, problemática.

Se detuvo un momento para poder agradecerle a la chica con un merecido beso, pero, ella comenzó a quejarse y a forcejear con algo, volteó al piso y se encontró con una marioneta enredándose en una de las piernas de su amada.

—¿Qué carajo…?

—¡Me aprieta! ¡Ah! —tiró una patada hacia la pared para intentar zafar el muñeco, consiguiendo que se enredara más y comenzara a abrir lentamente su piel por la presión de los hilos— ¡Shikamaru, haz algo!

El mencionado sacó su arma para disparar, pero, ¿y si fallaba y le daba a Temari? Debía pensar rápido. Guardó su arma, sacó una navaja que siempre llevaba con él y comenzó a romper los hilos, pero, en seguida la mano de la marioneta se movió a su muñeca y comenzó a apretarla con fuerza, impidiéndole el movimiento en ella. Como pudo rompió todo lo que estaba a su alcance ayudándose de su otra mano y logró zafar a la chica. Corrieron lo más rápido que pudieron en dirección a su hogar cuando el Nara fue golpeado fuertemente haciéndolo caer al suelo y ver todo difuminado.

—No —habló una voz gruesa y al voltear, visualizó un sujeto con las manos en una especie de palos de madera con hilos que terminaban en la marioneta que estaba justo al lado del hombre. Por lo poco que pudo notar, portaba una máscara de kitsune que impedía verle la cara y una capucha.

—Tú… —susurró con miedo. Sacó su arma para poder dispararle, pero el muñeco de madera la pateó lejos y se acercaron a Temari, quien estaba en shock y totalmente llena de miedo— N-no a ella… De-dejala… —habló sin fuerza y con voz quebradiza.

—Tienes suerte de que no voy a matarte, sólo la necesito a ella y podré traerle de vuelta —sonó una risa macabra junto a otra un poco más aguda y justo cuando su vista lograba enfocarse mejor, vio cómo su amada era estrangulada por esa maldita marioneta. Hizo amago de levantarse, pero, en seguida fue pateado en la cara por el enmascarado y terminó por desmayarse.

Horas más tarde, el chico despertó sobresaltado, pensando que todo fue un sueño, pero la mancha de sangre al lado de él le confirmó que no lo fue. Hipando, marcó el número de su compañero y tras varios pitidos, contestó.

—Shikamaru, ¿dónde están mi hermana y tú? Llevo hor…

—¡¡Se la llevó!! —se pasó una mano por el cabello con frustración— ¡¡Ese maldito se la llevó!!

—¡Cálmate! ¿Qué pasó? ¿Quién se la llevó? ¿Dónde estás?

—¡Cerca del parque! ¡Ven rápido!

***

Dos semanas más tarde, entró un investigador temporal en lugar de Shikamaru, a quien le suspendieron de su cargo por una temporada para que pueda recuperarse del luto. Gaara se negó a dejar el trabajo y trabajaba sin parar. Habían hecho todo por tratar de relacionar el testimonio del Nara con algunas personas, pero nuevamente no tenía sentido, nada tenía conexión.

—Así que ya son 8 asesinatos… —comentó Kiba, el investigador temporal.

—Sí —respondió tajante Gaara. La puerta fue abierta dejando ver a un Shikamaru con notables ojeras, algo pálido y tomó asiento en su respectivo puesto— ¿Qué haces aquí? Sabes que no debes trabajar aún.

—Estoy bien, Gaara. Estar en casa me hace peor y sólo pierdo tiempo, debo seguir buscando —prendió su computadora y unas carcajadas resonaron por el lugar. Volteó a ver a su compañero castaño con confusión— ¿Qué ocurre, Kiba?

—Pensaba una tontería. ¿Acaso ese tipo hará un ritual y necesita cuerpos de vírgenes o algo así? —comenzó a reír nuevamente ante su comentario. Él no sabía de la relación de sus compañeros con la última víctima y calló de golpe al ver serios a los chicos— Amargados, sólo decía porque vi una película de terror anoche —bufó con molestia.

Shikamaru con sorpresa comenzó a teclear en su computadora y varios minutos después apagó el monitor y salió corriendo hacia la biblioteca. Irónicamente encontró el sentido del caso con algo que todos catalogarían como sin sentido.

***

—¡Sasuke! Quiero ver algo en la televisión, ¿me dejas…? —su teléfono comenzó a sonar y contestó con hastío— ¿Hola?

Naruto, ¿podemos vernos?

—Claro, Shika.

Iré a tu casa, es imp…

—¡No! Yo iré contigo, Sasuke está aquí, con la tele SÓLO PARA ÉL y no quiero molestarlo—reprochó al chico a su lado.

—Bien —sonrió al escuchar la “molesta” voz de su amigo— Te veré en media hora en la oficina.

El rubio se levantó con pereza y tomó lo necesario para ir hacia donde le dijo su amigo, encontrando al llegar a todos reunidos.

—Justo a tiempo, Naruto, haremos una recapitulación de todo —dijo el pelirrojo colocando una carpeta sobre una de las mesas y comenzó a leer— Víctima uno: Sarutobi Mirai, víctima dos: Yamanaka Ino, víctima tres: Uzumaki… Karin… Lamento recordártelo, Naru.

—No hay cuidado, mi prima… está mejor ahora —sonrió y continuó leyendo— Víctima cuatro: Ayame, víctima cinco: Nohara Rin, víctima seis: Hyuga Hanabi, víctima siete: Hyuga Hinata, víctima ocho… Sabaku No… Temari.

—Siete chicas, todas de 18 a 21 años —finalizó Shikamaru— Escuchen, tengo información nueva, es sólo una suposición —dejó unos libros sobre rituales y brujería y sus compañeros incluyendo a Kiba, lo miraron sorprendido.

—Viejo, lo del ritual fue una broma —dijo serio el Inuzuka— si vas a burlarte de lo que dije…

—Es totalmente serio y quiero que tomen en cuenta a Kiba, ya que me dio la pista que necesitaba y todo parece encajar.

—No te ofendas, pero, esto es absurdo —dijo el rubio con molestia— Yo me tomo mi trabajo en serio, así que, voy a retirarme. Los veo luego —salió molesto y con algo de prisa.

—Seguro me tiene envidia porque aporté algo importante a la investigación —sonrió prepotente el castaño— Oigan, ¿no son la mayoría de nuestra escuela? Recuerdo que ellas —señaló a Ino, Karin y Hinata— se juntaban conmigo, éramos buenos amigos, pero eso fue en secundaria, hace…

—Eres un maldito genio, Kiba —sonrió Shikamaru y lo abrazó— ¡Un desgraciado genio!

—¿Qué te ocurre? —cuestionó Gaara y en seguida sonrió— Claro… Temari se juntaba con las restantes. ¿Cómo no pudimos ver eso antes? Sólo falta…

—Haruno Sakura —dijeron al unísono Inuzuka y Nara.

—Pues caso cerrado, pero ¿qué tienen en común todas ellas además de haber asistido a la misma escuela? —preguntó el pelirrojo.

—Eso es lo de menos en este momento. Debemos advertir a Sakura, vamos —dijo Shikamaru caminando a prisa hacia la puerta.

***

—¡Abre rápido! ¡Es una emergencia! —tocaba insistentemente el timbre hasta que finalmente abrió una chica de cabello rosa.

—Naruto, ¿cuánto tiempo? No te veía desde el funeral… —hizo una mueca de disgusto y se hizo a un lado para dejarlo pasar— ¿Qué te trae por aquí?

—Te necesito… —dijo el rubio con una sonrisa macabra y clavando un cuchillo en el abdomen de la chica.

 

 

~Meses atrás~

—¡Por dios, Naruto! Estoy harto de tus estúpidas marionetas —dijo un azabache con molestia y tirando al suelo unas de ellas que estaban en el sofá.

—¡¿Qué haces, Sasuke?! —de prisa las levantó y las dejó con cuidado sentadas en el otro sofá.

—Estoy cansado de tu actitud, de siempre verte hablando con ellas. Mis marionetas esto, mis marionetas aquello, ¡ocupan toda la casa!

—¡Déjalas en paz! Ellas no te hacen nada, todavía que te dejo vivir en mi casa y vienes a tirar a mis pobres marionetas —frunció el ceño con la respiración agitada.

—¿Ese es el problema? Bien, entonces me largo de aquí y terminamos, ¿qué te parece?

—¿Qué estás…?

—Tus marionetas o yo —sentenció.

—Sasuke, no hagas esto.

—Decide rápido, Naruto —cruzó los brazos y se sorprendió de ver a Naruto corriendo hacia la cocina— Tch… Escucha, realmente quiero que esto funcione, pero, si sigues así no podremos seguir. Te amo mucho, sólo no me gusta cómo te estás comportando, me asustas —dijo con una mueca de tristeza.

—Entiendo, cariño —sonrió saliendo de la cocina con los brazos detrás de su espalda— No te preocupes, te gustará ser como ellos.

—¿Disculpa? —se aterró al ver un cuchillo asomándose por la espalda del rubio.

—Te elijo a ti —dijo encajando el cuchillo en el abdomen de su pareja— No pongas esa cara, mi amor, te elegí a ti —besó sus labios con desesperación y se separó con un hilo de saliva mezclado con sangre— Serás perfecto…

 

 

~Actualmente~

—No entiendo, ¿kyubi? —dijo Gaara sin separar los ojos del camino.

—Así es. Kyubi: este ritual es un viejo mito que dice que aquella persona que sacrifique su alma hacia el demonio Kurama o bien, sacrifique a 9 mujeres puras, tendrá la oportunidad de traer de vuelta el alma de un ser querido. Todo cuadra.

—¿Temari era pura? —cuestionó el pelirrojo— Te juzgue mal, amigo.

—Como sea —dijo levemente molesto el Nara— Estamos por llegar.

Al llegar a la casa de la chica, notaron la puerta medio abierta, entraron con precaución y sólo visualizaron una mancha de sangre en el piso varios objetos caídos. Señales de una pelea.

—Llegamos tarde… —susurró Kiba.

—No. Busquen pistas rápido, debe haber algo —ordenó Shikamaru mientras buscaba cerca de los objetos caídos.

—Jamás encontramos nada, ¿por qué será diferente esta vez? —cuestionó Gaara buscando debajo del sofá.

—Corazonada —sonrió el Nara moviendo varios objetos.

—Sólo encontré un collar debajo de la mesa central, tal vez sea de Sakura —se resbaló de sus manos y rodó cerca de la chimenea— Uy, lo siento. Hey…

—¿Encontraste algo? —preguntó el pelirrojo viendo como la cara de su compañero Kiba se descomponía poco a poco.

—No puede ser —miró con horror la fotografía de la identificación de Naruto que estaba dentro de la cartera— Fuiste tú.

—¿Lo descubriste? —fue Shikamaru hacia él, observando la fotografía— No saquemos conclusiones apresuradas. ¿Alguien puede marcar su celular?

—No contesta. Está fuera de servicio —se adelantó Gaara con una mirada seria.

—Todos al auto —finalizó Shikamaru.

 

***

—Y listo, se ven perfectas. Ahora sólo faltas tú, Sasuke —sonrió y cargó la marioneta que se encontraba recargada en el sillón, la dejó sobre una superficie con un símbolo extraño en espiral dibujado con su propia sangre y se dirigió hacia un libro, comenzando a recitar algunas palabras.

Minutos más tarde la puerta de su hogar fue embestida y sonrió al ver a sus amigos totalmente agitados.

—Chicos, llegaron justo a tiempo —les sonrió como si no tuviera 9 cuerpos alrededor de un círculo de sangre y una marioneta en el centro— Les presento a Sasuke. Cariño, mis amigos —los presentó.

Todos quedaron mudos cuando observaron a la marioneta levantarse por sí sola, observaba todo y a todos hasta fijar su vista en Naruto.

—¡Eres un maldito enfermo! —exclamó Shikamaru sacando su arma y disparando a la marioneta insistentemente y paró al escuchar la risa del rubio.

—¡Eso no sirve! —se hincó hasta quedar a la altura de la marioneta, ahora con algunos rasgos más humanos— Sasuke… mi Sasuke… Te dije que te gustaría ser como mis pequeños, ahora te pido, me conviertas a mí.

La marioneta simplemente sonrió, arrebató un cuchillo que el rubio tenía en su mano y lo encajó en el pecho del chico, seguido de eso lo besó y se alejó con sus labios manchados de la sangre del ojiazul. Tal y como sucedió en el pasado. Finalmente, el chico cayó al suelo secamente, quejándose del dolor.

—Pensé que éramos amigos… ¡Asesinaste a mi hermana! —disparó Gaara a Naruto, en vano, pues este había dejado de moverse.

Unas risas provenientes de la marioneta resonaron en todo el lugar y Kiba salió de su shock, corriendo hacia la marioneta con claras intenciones de despedazarlo, pero fue detenido por Naruto, quien ahora lucía unos botones como ojos y sonreía con maldad. Horas más tarde, la casa se encontraba con una paz absoluta, las paredes manchadas de rojo, 12 cadáveres en el suelo y un par de marionetas ahora sin hilos, observando la televisión, acurrucados uno junto al otro.

—¿Tuve razón o no? —cuestionó Naruto— Te dije te gustaría ser como ellos.

—Cállate, idiota —sonrió para darle la razón a su pareja y el rubio sólo atinó a reír suavemente y tomar con cariño la mano a su amado.


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