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Nuestro amor por Coldprin

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Notas del fanfic:

Kuroko no Basket no es mío, solo hago esto por diversión y porque amo a la galleta.
Aquí verán a un Kouki, algo perv. Solo un poco… así que si no les gusta la idea, lo siento.
GOMxFurihata
Especial para el cumpleaños de Furihata Kouki

Furihata Kouki se enamoró, no de una, sino de siete personas a la vez, los amo con todo su corazón, y estos a él.

Aquí te contare una historia; ¿de amor?  

Te contare la historia de Furihata Kouki y estos siete chicos llamados: Murasakibara, el más alto, de cabello morado que ama los dulces.... Midorima, el fiel seguidor de Oha asa, de cabello verde... Aomine, quien es más conocido por su famosa frase, que seguro ya has de conocer; de cabello azul y piel oscura.... Kagami, el nuevo prodigio, capaz de entrar en la segunda zona, cabello rojo de puntas oscuras... Kise, la copia, un modelo imperativo, cabello rubio, que su actitud no te engañe, este chico en realidad es frio, te mira por sobre el hombro... Akashi, puede hacer uso del ojo del emperador, cabello rojo, tiene dos personalidades y una de ellas puede dar bastante miedo... y por ultimo... Kuroko, la sombra, el inexpresivo, de cabello azul celeste, un chico que en cualquier momento puede llegar a desaparecer de tu campo de visión…

Esta historia empezó medio año después de que Seirin le ganara a Rakuzan en la Winter Cup, en las salidas que Kuroko planeaba con sus ex compañeros de Teiko a los cuales se sumaba Kagami, primero solo eran reuniones entre estos siete chicos, salían a comer, hablaban de lo que sea que les interesaba.

Un día, en una de sus salidas al caminar por la calle vieron a un castaño siendo intimidado por un tipo de cabello oscuro, alto, tan alto como el comedor de dulces, Murasakibara. Kuroko y Kagami reconocieron al castaño al instante, y fueron por su ayuda, los demás se dieron cuenta de quién era al ver el temblor en el cuerpo del castaño, era un compañero de Kuroko y Kagami, así que ellos también se sumaron en la ayuda, aunque no fue muy necesario, ya que Kagami había podido con él y lo había espantado.

-¿Estas bien, Furihata-kun?- Pregunto un preocupado Kuroko.

-¡Umm!- Asintió algo sonrojado el castaño. -Gracias por ayudarme. Ese tipo había estado siguiéndome desde que salí del centro comercial.- Les conto a los chicos. Para entonces el resto de chicos se habían reunido alrededor de Furihata, preocupados por él.

-¿Ese tipo te hizo algo?- Midorima preguntó.

-S-solo me dijo cosas...- Los chicos entendieron por la actitud avergonzada e incómoda de Furihata que eso era algo que no quería recordar.

-Ese tipo- Gruño Kagami, viendo con enojo por el lugar donde el tipo había corrido. -¡Debí darle una paliza!- exclamo apretando su puño izquierdo.

-Calma, calma, Furichin.- Murasakibara acercándose a Furihata lo halo hacia el abrazándolo contra su pecho y acarició sus cabellos castaños mientras le dirigía palabras para que se tranquilizara. Los demás e incluso Furihata se asombraron ante ese acto del peli morado.

-¡Atsushi!- Exclamo Akashi. -Déjale, le estas incomodando. -Dijo apartándolo de los brazos del morado y atrayendo al castaño hacia sí.

-¡Akashichi, ahora eres tu quien incomoda al chihuahua!- Reprendió Kise. Un Kouki blanco por estar no solo en los brazos de Akashi sino ahora en los de Kise, temblaba por tales muestras de cariño.

-Kise-kun, suelta a mi amigo por favor.- Kise no hizo caso a Kuroko, en su lugar apretó su agarre alrededor de Kouki.

-No quiero, el cuerpo de Furihatachi es muy tibio.- tomo de la barbilla a Kouki para que este le mirara –que dices, quieres ir conmigo a un lugar solo los dos- Susurro, Kouki abrió sus ojos sorprendido. –Hare honor a tu apod. ¡!- Una patada por parte de Aomine no lo dejo terminar.

-¡Pervertido! Hace rato fue víctima de acoso sexual y vienes con eso… ¡ni yo soy tan idiota!- Los demás solo asintieron viendo mal al rubio.

-Como si no desearas lo mismo.- Susurro solo para sí. -¡Lo siento! ¡lo siento!- Se disculpaba limpiando el polvo de su pantalón. –Solo bromeaba, ¿na?- Miro a Kouki directamente a sus ojos, con una muy pequeña sonrisa escondida en sus ojos rubios, una que Kouki capto muy bien.

-Está bien.- Calmo el ambiente Kouki –Muchas gracias por haberme ayudado.- se inclinó ante los chicos. –Por favor, déjenme comprarles unos helados como agradecimiento, hay convini aquí cerca.- Señalo hacia una dirección.

-No tienes por qué preocuparte.-Hablo Akashi. –Nosotros no hicimos nada, solo Kagami y Kuroko.-

Kouki negó con su cabeza y manos. –Claro que no, aunque no llegaron a tiempo, pero tuvieron la intención de ayudarme así que eso es suficiente para agradecerles y...- hizo una pausa en media oración al darse cuenta de que había empezado a hablar muy rápido. -…Lo siento- se disculpó cabizbajo. –Tal vez ustedes tienen mejores cosas que hacer.-

-Ehhh, yo nunca rechazare una paleta helada, yo si la quiero Furichin.- Murasakibara se acercó a Kouki y lo halo hacia el convini, los demás los siguieron.

. . . . . .

 

-¡Ya llegue!- Anunciaba un castaño en la entrada su casa mientras se quitaba su calzado, no recibió respuesta alguna. –Mmm, cierto, mama y papa están en Londres. ¿Donde estará mi hermano? –saco su celular del maletín que cargaba y se dio a la tarea de llamar a su hermano. Al cuarto intento la voz de su hermano le contesto. –“¿Kouki? ¿Pasa algo?”-

-¿A qué hora llegaras? ¿Te gustaría algo en especial para la cena?- Pregunto a su hermano mientras caminaba a su habitación. –“No te molestes, pasare la noche en casa de un amigo, tenemos un proyecto que presentar este lunes, es posible que mañana también pase la noche aquí, te avisare cualquier cosa.”-

-Está bien, cocinare solo para mí, asegúrate de no desvelarte tanto.-

-“Claro pequeño, descansa, si pasa algo avísame.”- Así ambos hermanos se despidieron.

Kouki al terminar la llamada abrió la puerta a su balcón. Una brisa entro revolviendo sus cabellos. Dejo la puerta abierta y se echó de lado en la cama, recordando algunas cosas que le habían pasado en ese día. Recordó lo que había hecho hace unos minutos atrás, fuera del convini. Llevo una de sus manos a su boca mientras se hacía bolita y su rostro completamente se sonrojaba.

-¡No pienses en eso!- Se dijo a sí mismo. Levantándose de su cama y golpeando sus mejillas. –¡A cenar!- Salió de su habitación directo a la cocina de su casa.

. . . .

 

Mientras en otro lugar cercano a la casa del castaño, unos chicos de cabellos de diferente color cada uno acababan de dejar a Kouki sano y salvo en su casa.

-Ryota.- El nombrado se detuvo al ser llamado por su nombre, hace algún tiempo no lo escuchaba, no venir de esa persona.

-¡Bokushi, hola!, ¿cómo estás?- Saludo animado volteando hacia su amigo.

-No se te ocurra hacer una estupidez.- Advirtió dirigiéndole una mirada completa de seriedad. Los demás solo se mantenían callados viendo la situación.

-Oh ya veo.- Dejo de lado Kise su tono animado, a uno engreído. –No quieres que haga un movimiento antes que tu.- Akashi frunció el ceño al oírle. – ¿Pero que podría hacer?- Se encogió de hombros mientras fingía una vos lastimera. Luego observo al resto. – ¿Que podría hacer ante tal invitación?- Trato de molestarles. –Se dieron cuenta de lo que paso en el convini, ¿cierto?- Sonrió con burla.

-¡Eso es algo que cualquiera podría hacer, es una mera casualidad!- Kagami parecía bastante molesto, el escuchar a Kise teniendo esas segundas intenciones por su amigo y compañero, le molestaba.

-¡¿Eh?! ¡Kagamichi, eso no fue una casualidad!- Dijo con un puchero. –No cuando él me miro directo a los ojos y…-

-Basta, Kise-kun.- Kuroko se paró frente a él asiéndole cara. –Mi amigo Furihata-kun no es uno de tus juegos. El de nadie.- Ambos se miraron, fijo, retándose uno al otro.

-… Tú también, Kurokocchi.- Susurro para sí.

-¿?- Kuroko al no poder oírle.

-No lo considero un juego.- Alzo la voz para que los demás tras Kuroko le oyeran. –Voy en serio, y por lo que veo, ustedes también.-

-¡¿Qu…?!- Se atraganto Midorima sonrojado.

-Oh vamos, Midorimachi, no te hagas el inocente, se nota que ya has tenido pensamientos indecentes con Furihatachi.-

-… No me molestare en gastar palabras contigo, Kise.- Colocándose los lentes le dirigió una última mirada retadora a Kise, este le devolvía una risa burlona, mas sus ojos también tenían seriedad. –Me voy a casa, hasta luego.- Se despidió de sus amigos para luego irse a su hogar.

-Todos será mejor que dejemos esta charla para un mejor momento de privacidad.- Hablo Akashi dando por terminada la discusión de ese día. –Kise.- El nombrado le contesto con un “ujum” esperando que Akashi siguiera hablando. –No actúes solo por impulso. Nos vemos.- Se despidió el también para luego irse.

-Mmmm,- Masticaba unas papas Murasakibara, los otros tres le miraron. –Así que a todos nosotros nos gusta el chihuahuachin.-

Kuroko frunció el ceño. –Furihata-kun.-

-Mmm, Bueno, no culpo a Kisechin, Furichin parecía que realmente hacia una invitación, también creo que no solo invitaba a Kisechin, sino a todos.- Hablaba y comía sus papas.

-¡Ven!- Canturreo Kise, contento de que alguien más estuviese de su lado. –Es obvio que le atraemos, seria de mala educación no responderle.-

-Están pensando solo tener sexo con él y luego dejarle sin más, ¡son unos…!- Kagami estaba molesto, es cierto, Furi le gustaba, mucho, y oírlos hablar de ese modo de él.

-No entiendes, Gamichin, no solo buscamos eso, queremos ser su pareja, tener citas, tomarnos de la mano.-

-…-

-Kagami-kun y yo los acompañaremos a sus hogares. Murasakibara-kun estás en un hotel, ¿cierto?- Kuroko termino con ese ambiente algo tenso, pensó que luego hablaría con Kagami.

. . .

Luego se cenar un omelet de arroz, sopa de mizo, un pescado asado y una ensalada, Kouki salía del baño, con una toalla alrededor de su cintura mientras que con otra toalla se frotaba el cabello secándolo. La noche ya había caído.

Al entrar a su habitación un escalofrió recorrió su cuerpo, dejando la toalla de su cabeza a un lado se dirigió a la puerta del balcón a cerrarla, deslizo las cortinas, quitando así ver hacia fuera o que alguien viese hacia dentro.

-De día hace calor y de noche esta helado. –Murmuro para sí.

-Tal vez sientes frio por tu falta de ropa. –Muy sorprendido Kouki volteo, buscando la fuente de esa voz. –¿Sorprendido? –Pregunto el chico con una sonrisa divertida. Kouki no sabía que decir. Tenía varias preguntas en su cabeza.

-… ¿Co-co-como… entraste? –Logro que esa pregunta saliera de sus temblorosos labios. El chico frente a él, que hasta ese momento estaba recargado en el armario, camino hacia el castaño, sobresaltándolo.

-Acepte tu invitación, así que aquí estoy. –Respondió Kise. Estaban tan cerca que Kouki tuvo que levantar un poco su cabeza para poder verse cara a cara.

-Cu-cual invitación, Ki-kise-san?- Una risita escapo de la boca del rubio. Kouki se estremeció al sentir una mano tibia acariciar la orilla de la toalla que cubría su intimidad. –¡Ah! ¿Qué?-

-Me dirás que ya olvidaste. Lo del convini. –Susurro en el cuello del castaño. El cuerpo de Kouki daba pequeños temblores debido al aliento del rubio chocando en su piel, por las carisias tan suaves que le daba. Era la primera vez que alguien le tocaba de esa manera, y juraba que era por eso de su reacción. –Lo recordaste. –Afirmo. Así era, Kouki recordó ese acto tan pervertido que había hecho mientras miraba a Kise. Era claro que Kise entendió el mensaje que le había mandado, solo un ciego no lo hubiese notado. –Y escogiste una paleta de pina, o que Furihatacchi tan pervertido. –Las yemas de sus dedos ascendieron hacia el pezón derecho del castaño.

-¡Ah! –Un leve gemido fue la reacción del castaño, este rápidamente llevo una de sus manos cubriendo su boca. Kise se enorgulleció de sí mismo, siguió con su relato.

-Dime. ¿Pensabas que era mi miembro el que entraba y salía de tu boca? Esa fue la idea que me diste. –Kouki giro su cabeza hacia la del rubio. Los labios de ambos estaban a centímetros de distancia. -¡!- Kise se sorprendió. El rostro que Kouki le daba, completamente sonrojado, ojos llorosos… le puso duro. Y le beso. Un beso profundo, un beso con el que quería llegar a su alma y saber todos y cada uno de los pensamientos del castaño. Un beso que acariciaba cada rincón de la boca de Kouki haciéndole jadear, un beso que hacía temblar las piernas del castaño, su primer beso. Se separaron por dos segundos en los que ambos jadeando tomaron aire para luego volver a justar sus labios.

Las manos del rubio exploraban la espalda del castaño, están descendiendo hasta el trasero del chico, tomando cada una en sus manos las apretó.

-¡Ah! ¡Ah! –Kouki con la fuerza que le quedaba empujo al rubio, rompiendo el beso, mas este siguió masajeando el trasero de Kouki. –Ba-ba-¡basta!-

“¡BAM!” Ambos se sobresaltaron al escuchar el golpe de la puerta corrediza de la habitación de Kouki estrellarse con fuerza.

-KI SE. –El nombrado se estremeció, todo su cuerpo temblaba, tras el sintió una de las auras más oscuros. Lentamente giro su cabeza. –¡MALDITO! –Para Kise, su alrededor se oscureció.

. . .

-No puedo creer que en verdad hayas venido. Kise, maldito- Kagami estaba tan molesto como los otros, en la sala de la casa de Kouki.

-Hicimos muy bien en regresar. Nadie confía en ti –El pie derecho de Akashi golpeaba constantemente el piso, con sus brazos cruzados estaba frente a Kise, quien sobaba su cara, donde momentos antes Kagami le había golpeado.

-No puedo creerlo. –Suspiro Midorima. –¡Si no hubiéramos regresado a saber hasta dónde hubieras llegado! –Elevo la voz. Kise se encogió de hombros.

-Para ahora ya no sería virgen.-

-¡Imbécil! ¡!- Kagami estaba listo para golpearlo de nuevo, pero el peli morado se le adelanto.

-Kisecchin será aplastado. –La cabeza del rubio era presionada hacia abajo por la enorme mano de Murasakibara.

-Ugh… Murasa… Me lastimas… -Se quejaba Kise.

-¡Por favor! –En la entrada de la sala Kouki acompañado de Kuroko, exclamo al ver al chico rubio siendo intimidado. –Cálmense. A-agradesco mucho su preocupación. Estoy bien ahora.- Murasakibara dejo de lastimarlo, Kagami volteo molesto hacia el lado contrario, Akashi se relajó al ver al castaño, Midorima tomo asiento y Aomine camino hacia el castaño.

-¿Estas bien? –Acuno el rostro de Kouki en sus manos.

-¿mmm? –Kouki se confundió al ver lo que el moreno hacía.

-Aomine-kun –Llamo el celeste. –No lo confundas más. –El moreno se alejó, dejando a Kouki con más preguntas.

-…Este… ¿Qu-que? –Balbuceo el castaño.

-Creo que será mejor que todos nos sentemos, y te digamos lo que pasa, Furihata-kun –Akashi con la mirada le pidió al castaño y a los demás tomar asiento.

-Has de preguntarte porque estamos todos aquí. –Kouki asintió, prestándole atención. –Pues, tuvimos una reunión en el departamento de Kagami. Pero. No pudimos contactar con Kise. –El nombrado rasco su mejilla mientras reía bobamente. Los demás le asesinaron con la mirada. –Así que es por eso que estamos aquí, evitando que Ryouta te hiciera algo. –Un escalofrió recorrió la columna del castaño, la mirada que Akashi le dio… le estremeció.

-Mmm… ¿por qué pensaron que estaría aquí?- Pregunto. Los demás se removieron en sus asientos.

-…Por lo que paso fuera del convini. –Hablo al fin Midorima. Kouki se sonrojo, tanto rostro, cuello y orejas se encontraban rojas.

-¿Se-se-se-se-se dieron…- Los chicos asintieron a la pregunta no formulada por el tembloroso y avergonzado castaño.

-Guezz –Aomine suspiro. –Así que si lo hiciste a propósito.- Kouki se encogió en su asiento.

-¿Ven? –celebro el rubio. –Les dije que… ¡Agh!- Todos los milagros le golpearon la cabeza callándolo.

-…Pero. –Oyeron la vos de Kouki. –…?Tuvieron una reunión por algo así? ¡AH! Perdón si lo que hice les molesto. Yo no estaba pensando muy bien lo que hacía, solo actué por impulso, pero no creí que Kise se lo tomaría tan enserio que vendría hasta aquí y que ustedes se molestaría porque alguien como él se junte con alguien como yo…- Hablaba muy rápido el castaño sin dirigirles la mirada. Quería llorar, jamás pensó que los chicos frente a él se preocuparían tanto por el rubio, como para molestarse de esa manera.

-Espera. –Le interrumpió Akashi. –No lo malinterpretes. No nos preocupa Kise, nos preocupas tú. –El castaño levanto su vidriosa mirada.

-¿Eh?-

-Todos hablamos. Y… al parecer cada uno aquí presente… está enamorado de ti, Furihata-kun.- Kuroko soltó sin más.

-…Eh?- Kouki se decía que había escuchado mal. Tal vez el carro que había pasado en ese momento hizo que las palabras del celeste se modificaran y el había escuchado mal.

-… ¿Co-como has dicho? ¿No entendí?- Preguntó.

-Sabemos que algo como esto, es algo difícil de asumir. –Empezó Kagami. –Pero no estamos bromeando con esto. Kouki. En verdad nos gustas. Queremos demostrarte que en verdad te amamos. Y…- Hizo una pausa.

-…Y si al final te enamoras de alguno de nosotros, aceptaremos lo que decidas sin entrometernos. -Termino Midorima de hablar.

-¡¿EH?!- Exclamo Kouki sin creerlo. Porque aún no terminaba de creerlo. ¿Era la generación de milagros aquellos chicos frente él? ¿Era la generación de milagros pidiéndole tener una cita con cada uno? Kouki quería golpearse y comprobar si todo eso, desde que vio a Kise en su habitación era un sueño.

. . .

Tres meses habían pasado luego de lo sucedido en casa de los Furihata. Costo su tiempo que los chicos lograran que Kouki les creyera. Pero lo habían logrado. Cada uno con su actitud logro entrar cada vez más en el corazón del castaño, ganando su amor, cariño.

En estos tres meses habían salido en citas grupales o individuales, cada uno consintiéndole. Los fines de semana todos se reunían y quedaban en casa del castaño cuando los padres y hermano de Kouki no se encontraban en casa, cocinaban entre todos, veían películas, hablaban, y Kouki se sentía muy bien, con todos juntos. O quedaban en el departamento de Kagami cuando no podían en casa del castaño, pero la diversión siempre estaba presente.

Ese día, todos estaban reunidos en casa de Kagami. Había comida en la cocina, en el comedor. Aomine y Murasakibara se encargaban de preparar la televisión. Kagami, Kuroko y Furihata cocinaban. Midorima y Akashi estaban haciendo unas compras.

-Akashi- El nombrado hizo un sonido con su boca como un “Hmm” dándole a entender al peli verde que tenía su atención. –¿Que harás si Kouki no escoge solo a uno? ¿Si nos quiere a todos? –Akashi guardo silencio.

-Si eso permite que él me ame. Lo aceptare.- Dijo decidido. Midorima asintió y siguieron su camino en silencio.

-Llegamos. –Dijeron ambos quitándose los zapatos.

-¡Ah! –Exclamo Kouki. Él había oído la puerta abrirse así que suponiendo que eran Midorima y Akashi, decidió ayudarles. –¡Bienvenidos!- Kouki con un delantal café que tenía bordado la cabeza de un chihuahua, les ayudo a cada uno con una bolsa, a los dos frente él les pareció adorable. –Rápido, la película está por empezar. –

-¿Recuerdan lo que sucederá hoy? –Akashi les recordó. Sus amigos asintieron. Kouki se encontraba en el baño en ese momento, así que aprovecharon ese instante para recordar el principal motivo de esa reunión. –Kouki debe escoger a alguien hoy. Y los demás no se molestaran por su decisión.-

-Creo que no hay que atrasar esto más. –Hablo Midorima. –Le preguntaremos ahora. –Los ahí presentes se encontraban algo ansiosos, querían y a la vez no saber que respuesta les daría Kouki.

-Pero Kise aún no está aquí.- Informo Aomine.

-¡¡Lamento llegar tarde!!- Justo el nombrado acababa de hacer su aparición por la puerta que daba a la sala.

-¡Kise idiota, llegas tarde! –Le reprocho el moreno.

-¡Eh, tanto me extrañabas Aominecchi!- Aomine le tiro una almohada.

-Idiota.-

-Oh Kise, bienvenido. –Kouki quien venía entrando le saludo al verlo.

-Kouki –El susodicho camino hacia el grupo que le esperaba. Tomo asiento en medio de Kuroko y Kagami. –Hay algo que tenemos que hablar. –Kouki se tensó al oírle. Presentía lo que se venía. Akashi continúo. –Ya han paso tres meses desde que hemos compartido tiempo junto. Queremos saber tus sentimientos. ¿A quién amas? ¿Con quién quieres estar?- Hacia una pregunta tras otra poniendo algo nervioso al castaño.

-Akashi, cálmate. –Midorima hablo.

-Llévalo con calma, Furihata-kun. –Kuroko poso una mano en el hombro de Kouki dándole una caricia. Kouki le sonrió.

-Sé que les he hecho esperar mucho mi respuesta. –Hablo, mirando a cada uno de los presente. -E disfrutado mucho el tiempo que pase con cada uno de ustedes. Hicieron mi corazón latir fuerte. Hicieron que los tuviera en mi mente la mayoría del tiempo. Me demostraron su amor… y créanme… -La seriedad se reflejaba en sus ojos. –Me siento completo en estos momentos, en los momentos que compartimos juntos. Me… he enamorado… de cada uno de ustedes. Me han demostrado su amor, han sido tan amables. Y… y me era imposible no amarles. Los quiero a todos. ¡Los amo a todos! Quiero que compartan conmigo sus problemas, que confíen más en mí, quiero cuidarles, quiero regresarles cada pisca del hermoso sentimiento que me han dado y que ahora tengo, ¡Quiero que me permitan demostrarlo! ¡Quiero atesorarlos!- Dejo salir cada uno de sus pensamientos. En ningún momento de sus palabras había bajado su cabeza, siempre les vio a los ojos, trasmitiéndoles el amor que estaba sintiendo por ellos.

-Gracias. –Escucho a su lado. -…No hubiese podido soportarlo si escogías a alguien que no era yo.- Kagami le acarició una sonrojada mejilla. –Acepto estar contigo, te amare y te protegeré. –Pequeñas lágrimas se asomaban por las esquinas de sus ojos. Con Kouki las lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

-También acepto tus sentimientos, Furichin. –Sintió una cabeza posándose en su hombro, era el grandote Murasakibara. Kouki sonrió.

-Eh, ¡no acaparen a Furihatacchi solo ustedes!- Se quejó Kise. –Yo lo acepto también. –Sonrió, Kouki le devolvió la sonrisa.

-Te amo, Furihata-kun. Por favor cuida de mí. –Kuroko entrelazó su mano con la del castaño. El castaño cada vez más se sentía completo.

-Solo un idiota no te aceptaría. –Hablo Aomine. –Cuento contigo.- Paso una mano revolviendo sus azules cabellos hacia atrás, dándole una sonrisa coqueta al castaño. Este le devolvió la sonrisa.

-Te amo, Furihata. Acepto cuidarte y que me ames. Aceptare cualquier cosa de ti. –Hablo Midorima, regalándole una pequeña sonrisa, que hizo que el corazón de Kouki calentarse.

-Lo acepto, Kouki, te amare siempre. Mis sentimientos por ti son aún más grandes que hace tres meses, no me importa compartirte, lo que quiero es que me ames, y me dejes amarte. –El corazón de Kouki latió con fuerza, se encontraba muy feliz. Los chicos que amaba le amaban, y le aceptaban.

. . .

“ah”

“Mmm”

“Ah”

“Ugh”

“Suspiros”

Jadeos, gemidos, suspiros, roses de piel era lo que se escuchaba en esa habitación, donde 6 chicos le demostraban a un castaño cuanto le amaban. Le daban carisias, besaban, mordían, lamian, le hacías cada cosa para escuchar esa vos diciendo sus nombres, pidiéndoles más.

"Murasakibara"

“Ahí”

“Kagami”

“Ah”

“Midorima”

“Ugh”

“Aomine”

“Aah”

“Akashi”

“Suspiro”

“Kuroko”

“Hah”

“Kise”

-Kouki. –El nombrado apretaba las sabanas de la cama al sentir unos dedos abrirse paso en su interior. –¿Quién? ¿Quién quieres que sea el primero? –El movimiento en su interior se detuvo, así como las carisias y besos. Con las piernas temblorosas se arrodillo en la cama, con sus ahora novios frente a él.

-…Yo… Yo quiero el miembro más grande primero…- Dijo con mordiéndose sus hinchados y rosados labios debido a los besos que dio, a las mamadas que les hizo.

Al oírle en ese momento, se empezarían a dar cuenta de que el castaño tenía muchos fetiches, pero que ellos gustosos se encargarían de satisfacer.

. . .

 

Sabían que este amor sería difícil, pero lo harían, tenían que acostumbrarse a compartir el amor del castaño. Porque le amaban, y era por eso que sabían que podían hacerlo. Le amarían por el resto de sus vidas, tanto como Kouki les amaba a ellos el trataba a todos por igual, en amor, carisias, palabras, en las noches que compartían cama, en las noches que el castaño terminaba completamente exhausto. Siempre tratando de no sentir a uno más que a otro, y ellos agradecían eso. Y le amaban cada vez más.

 

. . .

Notas finales:

Espero de corazón que les haya gustado, que lo hayan leído, y los que llegaron hasta acá. ¡Muchas gracias!

Espero que les guste el chihuahua tanto o más que a mí.

¡¡Feliz cumpleaños a Furihata Kouki!!


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