A pesar de qué era un instituto para hombres Hwang Hyunjin era el chico más deseado por todos e incluso por heterosexuales. Sus pequeños ojos y esa sonrisa que pocas veces enseñaba era la debilidad de muchos. Su altura y su brillante cabellera lo hacía destacar del resto además de qué era un chico totalmente misterioso.
Claro, él mismo se había encargado de crear esa imagen y no le fue para nada fácil. Fueron dos largos años en los que fue ignorado y ahora, que finalmente tiene su momento de gloria llegaba un "pequeño mocoso" a dañar su reputación.
¡Por eso mismo no se quedaría de brazos cruzados! Cogió su bolígrafo de tinta negra y escribió en un pequeño papel mientras observaba a que el profesor no le viera.
"YANG JEONGIN
Si dices algo le contaré a todos tu secreto, y créeme que lo sé muy bien. No por nada me he matado investigando sobre ti. Espero que está vez sí sepas callar. :)"
Su letra fue pulcra y delicada, se había tomado el tiempo de escribir lo más bonito posible porque... bueno, porque él era así; todo perfecto.
O eso aparentaba ser.
Disimuladamente se lo pasó al chico que se sentaba adelante de él, casualmente se trababa del soplón. Hyunjin a simple vista parecía que tenía todo bajo control pero en realidad era todo un manojo de nervios. ¡Vamos que si a Jeongin le daba por contarlo él sería la burla! Y ni siquiera, en realidad, sabía ningún secreto de Jeongin.
《¡Dios! Todos van a reírse en mi cara cuando sepan de mi amor por Seungmin. ¡Ah! ¡¿Porque entre todas las personas tenía que vernos precisamente ÉL?!》 Pensaba con amargura. No había ningún problema con qué él; Hyunjin se enamorará pero sí que fuera de Kim Seungmin. ¿Por qué? ¡Porque a Seungmin le daba por ser el chico rosa y alegre de toda la escuela! El que se la pasaba utilizando leggins rosados, chaquetas rosadas, bolígrafos con plumas de colores y su mochila era de unicornio. ¡Sin contar su personalidad tan BRILLANTE!
Seungmin típicamente gritaba en vez de hablar, bailaba en medio de los pasillos y se juntaba con gente igual o peor que él. Era simplemente la burla, mientras que él era todo lo opuesto a Seungmin; elegante, callado, amable, misterioso y deseado.
¡Vamos que hasta lo llamaban el ángel del Instituto!
《Diosito si haces que ese mocoso se callé no volveré a faltar ni un día a misa,》 prometió mentalmente, aunque igual no creía en Dios. Jeongin se giró rápidamente y le entregó el papel, Hyunjin con los nervios de punta lo abrió despacio, rezando el ave María.
"Yo no digo nada si tú no dices nada. ;)
Por cierto; me sorprende que te gusté mi amigo y lo más triste es que lo quieras esconder como si Seungmin te diera vergüenza. ¡Eres un mal novio! Me aseguraré de qué Seungmin te dejé."
Se llevó la mano al pecho indigando. ¿O sea que era un mal novio por querer cuidar su reputación? ¿Qué culpa tenía él de que Seungmin se comportará de esa manera tan vergonzosa? Seguro que hasta la madre de él avergonzaba. Arrugó la frente respondiendo, rápidamente, el mensaje; está vez con la letra algo chueca y de lado. Como si flotarán...
"¿Pero qué te crees tú? ¿Crees que puedes chantajearme? ¿A mí? Mira mocoso, estás MUY, MUY PERO MUY EQUIVOCADO. Además, ¿qué sabes tú de ser mal novio? Si, seguramente con esa cara, no has tenido ninguno. Eres un intento fallido de Tootie pero en versión hombre y más feo.
A Seungmin no lo dejaré porque asi tú lo quieras, niñito soplón. Seguro andas celoso..."
Releyó una vez más antes de mandarle el papel a Jeongin. Sonrió de lado satisfecho; casi se podía oler su aurora arrogante. Tocó el hombro de Jeongin con el dedo índice, como si le diera asco tocarle. Jeongin se giró y él le entregó la carta para seguir escribiendo en su cuaderno pretendiendo estar desinteresado aunque se podía ver su pecho inflado del ego.
Jeongin levantó la mano izquierda y se levantó de la silla.
—¿Sí, Yang Jeongin?—habló el profesor. Toda la clase dirigió su mirada al pequeño y este sonrió con inocencia fingida. Hyunjin sintió su corazón salirse del pecho. 《¿Acaso piensa decirles a todos?》Comenzó a mover la pierna derecha frenéticamente sintiendo como las manos se ponían frías de momento.
Jeongin se dio la vuelta y lo señaló delante de toda la clase y antes de qué pronunciará tan siquiera una sola palabra Hyunjin se levantó asustado.
—¡No es cierto!
—¿De qué hablas Hyunjinnie? Solo iba a decir que tenías que utilizar el baño. ¿O me equivocó?— sonrió dejando ver sus pequeños dientes cubiertos de metal. Hyunjin asintió tontamente observando fijamente el rostro sonriente del menor.
—Pues ve pero tardé demasiado que vamos a comenzar con el siguiente tema—, pronunció con lentitud el profesor. Hyunjin volvió asentir y se alejó despacio.
《¡No puedo dejar que me traté así! De esa manera tan humillante; como si me tuviera comiendo de la palma de su mano. ¡Argr!》