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Please, don't go por Na Na

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Notas del fanfic:

Inspirado en la canción homónima de SHINee

JinKi es rubio (amé verlo así 😍) y Jong es castaño. 




JinKi se había prometido a sí mismo no hacer llorar a JongHyun. Y esa noche había roto su promesa.  




Le había pedido a JongHyun que cenaran juntos y el castaño aceptó emocionado ante la idea de tener una cita con el mayor. Sin embargo, las cosas no marchaban de la manera que él esperaba: aun cuando él derrochaba alegría, el alto no era más que una masa que asentía ante cada palabra que decía, o levantaba los labios en un penoso intento por imitar su sonrisa. 




Caminaban bajo la luz de las farolas hacia la casa del bajo. Cada uno mantenía sus manos en los bolsillos de sus abrigos, tratando de mantenerlas cálidas. JongHyun se había abstenido de tomar la mano del alto al verlo distante. No encontraba un porqué de su comportamiento, solo podía asegurar no haber hecho algo para hacerlo dudar de su compromiso para con él. 




JinKi, de pronto, detuvo su andar. El bajo notó aquello unos pasos más adelante; parpadeó confundido, se dio la vuelta y se paró frente a él. El rubio tenía la mirada clavada en el piso. 




—Tengo algo que decirte, Jong.  




Su voz sonaba apagada, y eso no le agradó mucho al menor. Cuando le hablaba de esa manera no solían ser buenas noticias. El bajo humedeció sus labios antes de hablar. 




—¿Qué es? 




Habló con calma, tratando de darle a entender al alto que podía confiar en él. Fuese lo que fuese, él estaba dispuesto a ayudarlo en lo que pudiera. JinKi suspiró, sintiendo la primera oleada de dolor. 




—Ya no podemos seguir con esto —dijo lento, pasando saliva por su garganta para luego levantar su mirada y clavarla en los ojos del castaño. 




JongHyun frunció el ceño, claramente confundido. JinKi reparó en cómo la respiración del hombre frente a él se volvía superficial, al igual que la propia. Los ojos del menor bailaban mirando los suyos, y vio sus labios ligeramente trémulos. 




—¿Esto qué?  




La voz del menor se quiso quebrar al final. Eso sólo podía empeorar el estado en el que se encontraba el rubio, quién apretó más sus puños en los bolsillos e inhaló profundo. 




—Nosotros —respondió de la forma más seria que el dolor podía permitirle. 




Vio como el menor tragaba, como sus ojos se ponían vidriosos, cargarse de dolor. 




—No entiendo.  




Las palabras fueron un susurro, algo que le indicaba al alto que estaba a punto de llorar. JinKi respiró profundo, de nuevo. 




—Estoy terminando contigo, JongHyun. 




El mayor se sorprendía de cómo podía ser capaz de decir todo eso sin siquiera soltar una lágrima. La situación lo estaba destrozando, pero no tenía más remedio que hacerlo. JongHyun negó varias veces con la cabeza, su cabello sacudiéndose con cada negativa, sus ojos rápidamente llenándose de lágrimas. JinKi pudo verlo cerrar las manos en puños. 




—No puedes estar hablando en serio, JinKi. —La voz del bajo, finalmente, se había quebrado. 




A pesar de eso, el mayor continuaba impertérrito.  




JongHyun, al verlo de esa forma, con los ojos más serios que le hubiese visto en todo el tiempo que llevaban juntos, supo que no estaba mintiendo. Entonces dejó que sus lágrimas cayeran solas sin intención alguna de detenerlas. 




—JinKi, esto debe ser una broma, ¿verdad? —La esperanza en la voz de Jong hizo que el corazón del aludido se encogiera.  




El mayor vio a su novio: sus ojos y su nariz ya estaban rojos. Si estuviera en otra situación hubiera sonreído enternecido, lo hubiera abrazado y consolado, pero no en ese momento. 




—Es en serio, JongHyun. —Lo dijo con toda la frialdad que podía fingir ante el menor. Y dolía. Dolía mentirle como lo estaba haciendo. 




JongHyun negó con la cabeza de nuevo, sus lágrimas cayendo más rápido al suelo. 




—No puedes decirlo en serio, JinKi. Tú… —El menor se mordió el labio inferior—. ¿Qué hice mal? —La voz adolorida con la que preguntó aquello hizo doler más el corazón del alto, no pudiendo creer que el menor se estuviese sintiendo responsable por su decisión—. ¿Qué fue lo que no te gustó de mí, hyung? Dímelo, y yo lo cambio. —Se sorbió la nariz, sus ojos llenándose de esperanza con cada palabra que decía—. Yo arreglo todo lo que deba arreglar, hyung. Pero no me dejes.  




Las lágrimas atacaron de nuevo los ojos de JongHyun. Sacó una de sus manos del abrigo y la llevó hasta su pecho, cerrándola en un puño y dejándola ahí. Mordió de nuevo su labio, sorbiendo su nariz. 




—Eres todo lo que me queda —dijo en voz realmente baja. Y la cara de súplica que tenía estaba acabando con las pocas fuerzas que le quedaban al mayor. 




JinKi moría por abrazarlo, decirle que no quería terminar con él, decirle por qué lo hacía, secarle las lágrimas y amarlo toda la noche hasta que no dudara más de su amor. Pero le era imposible. Si hacía algo de aquello terminaría mal.  




Ambos terminarían mal. 




—No es tu culpa, JongHyun. 




A sus oídos, su voz seguía teniendo el mismo tono neutral del principio, pero no estaba del todo seguro. Poco a poco él también estaba desmoronándose. 




—Entonces, ¿qué es? —JinKi miró al piso. No podía seguir viendo como con cada palabra que decía destrozaba más al menor—. Tú no puedas dejarme, JinKi. Tú…  




El menor dio un paso hacia el alto sacando la otra mano de su bolsillo. Quería acercarse a él y tomarlo del rostro, pero el mayor retrocedió. Se detuvo sorprendido; era la primera vez que JinKi huía de su tacto. 




—Hyung… 




—Basta, JongHyun —habló con firmeza y lo miró a los ojos—. Todo queda aquí. 




JinKi tenía los labios fruncidos en un intento por conservar la calma. Estaba empezando a sentir una ligera picazón en sus ojos. 




—Pero, ¿por qué? —La desesperación que corría por las venas del menor se dio a notar en su voz—. No entiendo, JinKi. ¿Por qué rompes conmigo? —El menor estaba sollozando.  




—Jong…  




El rubio podía sentir cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero estaba haciendo todo lo humanamente posible por retenerlas. 




—Dame una razón, hyung. Sólo una.  




El bajo limpió sus lágrimas y sorbió de nuevo su nariz. 




JinKi lo miró. Le dolía verlo de esa forma. Dolía todo lo que estaba diciendo que no pudo seguir reprimiendo sus lágrimas y las dejó correr por sus mejillas hasta chocar contra el suelo. Nunca le gustó verlo llorando, mucho menos en ese instante que era por su culpa.  




—Ya no siento nada por ti —respondió mientras las palabras ardían en su garganta, mientras su corazón se hacía más pequeño al ver como el menor lloraba de nuevo.  




El corazón de JongHyun se había roto más al escuchar las palabras del mayor. Ahogó un sollozo, y apretó más la mano en su pecho. Todo era mentira, como el alto estaba reaccionando no encajaba con lo que decía. 




—No te creo, hyung —replicó molesto—. Si es así, ¿por qué lloras? JinKi, tú… No me mientas. —El mayor estaba negando con la cabeza. Ya no podía decir nada—. ¿Y las promesas que nos hicimos? ¿Qué hago con ellas? —El castaño hizo una pausa esperando una respuesta. Al no obtenerla, continuó hablando—. ¿Las olvido? 




Después de unos segundos, JinKi asintió, y fue testigo de la mueca de dolor en el rostro del menor. 




—Adiós, JongHyun. 




El rubio se dio la vuelta, dejando que su rostro se descompusiera de dolor y avanzó un poco, cuando el bajo habló. 




—Estoy enamorado de ti, JinKi.  




El aludido se detuvo al igual que todo a su alrededor.  




Lo que JongHyun había dicho era lo que siempre había querido escuchar de él. La razón por la cual se desvivía por hacer feliz al menor.  




JinKi empezó a llorar más fuerte porque pensaba que hacer que JongHyun se enamorara de él le tomaría más tiempo. El bajo había sido lastimado antes y no lograba confiar rápido en las personas. Y JinKi lo entendía, por eso se esforzaba por hacerle saber que podía confiar en él.  




Y ahora lo dejaba de lado. 




—¿Eso significa algo para ti? —quiso saber el menor tras estar en silencio un momento. Su voz había sonado más calmada. 




Significaba mucho para el alto. Significaba más de lo que él mismo esperaba. 




JinKi amaba a JongHyun mucho antes de siquiera invitarlo a salir.  




Él siempre lo veía de lejos. Si no hubiese sido por MinHo que se lo presentó, JinKi nunca hubiera tenido la valentía de pedirle una cita. Al inicio creyó que lo rechazaría debido a que era torpe. El mayor siempre se ponía nervioso cuando lo veía y JongHyun no hacía más que sonreír enternecido.  




Cuando JongHyun aceptó salir con él, fue el hombre más feliz del planeta.  




Y ahora terminar con él lo estaba matando de a poco. 




Los estaba matando a los dos. 




JinKi no habló. Sólo siguió avanzando, dejando solo a JongHyun. No podía hacer más. No podía decirle nada, no ahora. No le creería si le decía la verdad, así que todo eso era lo mejor. 




Hallaría una forma de hacer que le creyera. Y eso no era una promesa, era un juramento. 




JongHyun, en cambio, vio como JinKi se alejaba de él.  




—Por favor, no te vayas —musitó, viéndolo perderse en la oscuridad. 




Cuando ya no hubo rastro de JinKi, se permitió llorar fuerte. Dejó que el dolor que sentía el pecho se drenara con las lágrimas. Sus sollozos no se hicieron esperar y se quedó de pie, hasta cuando fue capaz de controlarse un poco. 




Se dio la vuelta y avanzó, a paso lento, unas cuadras más hasta llegar a la casa de KiBum. Quería a su mejor amigo, y un poco de consuelo. Cuando el menor lo vio, con la cara mojada, la nariz y los ojos rojos, no lo pensó dos veces, lo hizo entrar y lo abrazó. El mayor se aferró a él mientras las lágrimas regresaban. 




— ¿Qué pasó? —preguntó el rubio mientras le acariciaba el cabello. 




—JinKi… —Los hipidos le estaban dificultando hablar, pero el menor esperó pacientemente a que Jong continuara—. Terminó conmigo, dijo que ya no me quiere. ¿Por qué, KiBum? —Enterró su cara en el recoveco de su cuello sin dejar de llorar. 




KiBum acariciaba su espalda de arriba abajo. Él también detestaba ver llorar al castaño, pero esa vez era necesario. JinKi debía dejarlo de cualquier manera, y no importaba si el castañio sufría, él estaría ahí para consolarlo. 




Buen chico, JinKi, pensó KiBum mientras escuchaba el llanto de JongHyun. 




«Buen chico». 

Notas finales:

Hola!

Esta historia lleva siglos escrita, creo que desde hace como año y medio, más o menos. Siempre le quise hacer un fic a la canción, y me inspiré en un fan art que se hizo cuando la cantaron en el SW IV. Y, necesitaba subir algo triste, por cuestiones personales xd

Espero que les haya gustado. Tal vez le haga segunda parte. Tal vez no. Quién sabe.

P.D: Lo más probable es que dentro de poco lo edite correctamente. Cuando lo haya hecho, esta nota desaparecerá.


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