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Falta de Comunicación [Dakaretai Otoko] por Yatsura-Nanami Koro Ni

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Notas del fanfic:

Creo que este es el 1° fanfic de este anime/manga, espero les guste y sean bienvenidas a este fanfic.

Notas del capitulo:

Si encontraís algun error, es porque soy novata en esta fuente. Gracias por su comprensión. Los personajes no son míos todos son de la gran Sakurabi Hashigo.

No lo quería, simplemente no quería a ese pequeño e inocente ser que crecía en su interior.
 
No estaba listo en absoluto, no sabría como cuidar de esa pobre criatura, además eso significaría renunciar al trabajo que había dedicado 20 años de su vida, no podía, sencillamente no podía.
Llegó al hospital decidido, sin embargo sintió tanta pena por ese pequeño ser, que no tuvo corazón para deshacerse de su propio niño, tal vez la experiencia de ser padre...o ¿ser madre en su caso aún siendo él hombre?
 
Bueno ya pensaría en eso más tarde, muchas mujeres en estos casos estarían más que felices, pero él era un hombre así que no sería sencillo puesto que pensando más a fondo, su cuerpo no está biológicamente apto para un embarazo y mucho menos para un parto. Lo último le causaba terror había escuchado muchas anécdotas de sus compañeras de trabajo, incluso el de Rina-san.
 
La verdadera preocupación que rondaba sus pensamientos estas últimas semanas, aparte de la idea de abortar al niño, era como le diría la noticia a ese muchacho después de todo lo que pasó.
 
¡Demonios! Esa era la razón que le quitaba noches enteras de sueño, algo que no le favorecía para nada en el trabajo, era necesaria la aplicación de maquillaje, cosa que le irritada.
Pero aunque su último encuentro fue de lo más desagradable y le rompió el corazón a ambos, seguía pensando y suspirando por Azumaya Junta o como él le llamaba de cariño, Chunta.
 
Se sintió de lo peor cuando tomó la complicada decisión de no decir ninguna palabra y cumplir la promesa de no volver a verse nunca más, algo difícil debido a que trabajan en el mismo lugar.
 
 La noche cayó y se dirigió a la puerta principal del edificio. Se sentía sumamente exhausto, algo extraño. Puesto que nunca solía cansarse hasta sentir que caería en cualquier momento.
Mejor regresaría a pedirle a Sasaki-san que lo llevará a casa, sí, esa idea sonaba mejor. Regreso en sus pasos, Sasaki tal vez aún se encontraba charlando con el director, sin embargo al ingresar al set no encontró a quien buscaba.
 
El rubio le miró fijamente, se quedó congelado. Hasta cuando ambas miradas se conectaron, sus ojos brillaban.
Ellos aún se amaban, pero no sería lo suficientemente egoísta como para intervenir en su carrera.
 
El más bajo fue el primero en quitar la mirada para simplemente retirarse o eso era lo que planeaba en el momento que se sintió desfallecer. Inevitablemente sus piernas flaquearon e iba a caer al suelo de no ser por los cálidos brazos del más alto. El rubio sintió terror al notar que el más bajo sangraba por su parte baja. Entró en pánico total.
 
—¡...-san! ¡Reac...!—la vista se le nublaba, escuchba la voz de Chunta a lo lejos y perdió el conocimiento.
 
                                      o|o|o|o|o|o|o|
 
Los pasillos blancos del hospital estaban más fríos y silenciosos que de costumbre, al menos para Azumaya Junta.
El único sonido que se podía percibir era el crujido que hacia su boca el masticar las mentas. Estaba impaciente, quería saber el estado del castaño. ¿Por qué tardaban tanto? ¿Acaso era tan grave? Un escalofrío recorrió su espina dorsal al solo pensar en ello.
 
Su espera terminó cuando una enfermera se acercó a él, se sentía aliviado, aunque no le duró mucho con las palabras dichas por la fémina. Su bello rostro se deformo en una mueca de espanto total. Corrió a la puerta indicada no más recibió la noticia, lo único que encontró en la habitación fue a su ex pareja sollozando. No dijo palabra alguna y tan solo rodeo al más bajo en sus brazos. El llanto se intensificó, silenciosamente él también lloraba.
 
Ahora entendía aquel dolor de perder algo tan valioso como lo era un hijo.
 
—Perdóname—repetía una y otra vez.
 
—...—permaneció callado.
 
—Perdóname, Chunta—fue la gota que derramo el vaso.
 
Se aportó de Saijou, le miró de arriba a abajo. Aún le amaba, aún podían volver a intentarlo.
 
—Takato-san ¿por qué?—no obstante primero quería una explicación.
 
El castaño no contestó la pregunta, pero mientras pensaba sacó dos conclusiones. 
La primera, tenía que contarle todo pues estaba en su total derecho, la segunda, no diría nada ya que ambos quedaron en un acuerdo y no tenía que darle explicación alguna. Optó por la segunda opción.
 
—No tengo nada qué decirte sólo darte las gracias por ayudarme—respondió con voz áspera por el llanto.
 
—¿Insinúas que ese niño no es mío?—contestó con furia contenida.
 
—Puedes retirarte, ya hiciste mucho por mí—dijo fríamente mientras apartaba la mirada.
 
—Bien—contestó cortante—Esperó te recuperes—murmuró y se dirigió la puerta, todo rastro de posibilidad murió en su corazón.
 
Quedó nuevamente a solas, ya había llorado bastante. Era hora de dejarse de niñerías y seguir adelante. Deseaba ir tras Azumaya, pero sus acciones estaban hechas, no se trataría por un novato que apenas conocía.
 
Sus pensamientos fueron  interrumpidos por la presencia repentina del doctor, al parecer con sus resultados.
 
—Saijou-san, soy el doctor Nakamura. Hay mucho de que hablar, ¿desea primero las buenas?—habló suavemente, puesto que estaba consciente de su situación.
 
—Me he sentido peor, puede decir el que usted guste primero.
— Como desee. Bien como ya le dijimos anteriormente, este es el primer embarazo masculino que se presenta en Japón, por lo que tomamos decisiones apresuradas para salvar su vida. Como verá...
 
—Por favor—interrumpió—Vaya directo al grano, necesito dormir para el trabajo de mañana.
 
—Me  temo que no será posible—¿era acaso una broma?
 
—¿Cómo? — susurró consternado.
 
—Saijou-san, usted acaba de perder a su niño. No puede irse sin más, usted necesita un tratamiento de recuperación— respondió seriamente.
 
—¡No puedo perder el tiempo aquí!—protestó.
 
—Sé a  qué se dedica, Saijou-san. Sin embargo mi trabajo es velar por su salud. He llamado a su mánager para que le ayude con sus pertenencias, me retiró,  volveré para darle el informe completo y por favor no haga movimientos bruscos ni mucho menos se ponga de pie—terminó de decir al retirarse de la habitación.
 

Pasaron en unos minutos  y Sasaki asomó su cabeza por la puerta, no sin antes tocar esta, se acercó a su amigo y le dio su más sentido pésame.

 
—Lo siento. Nana-chan estaba muy preocupada.
 
—Ya no importa, quedó en el pasado, cuando salga iré a verla—contestó.
 
—¡Como puedes decir eso!—su expresión delataba horror—¡Esa criatura era tu hijo, de tu sangre!
 
—¡Por favor! ¡Quiero olvidarle y pensar en mi carrera, en mi futuro!—replicó.
 
—¡Tu futuro también era un niño! ¡Abre los ojos, Dios mío!
 
 —¡Tengo que borrarlo de mi mente! ¡No es fácil asimilar el presente!—contestó con lágrimas en los ojos.
 
Su compañero quedó en silencio, comprendía el dolor de perder un hijo, el tuvo la horrible posibilidad de ello, sintió el miedo de perder a su dulce Nana. Por ello él entendía el dolor del actor más que nadie, lo tomó de los hombros y dijo muy firme.
 
—Escúchame, Takato, escúchame muy bien. Sabes que te comprendo y Nana, Rina y yo te ayudaremos a levantarte de nuevo con la cabeza alta, porque tú eres Saijou Takato, el hombre más deseable durante 5 largos años. Yo como tu amigo y mánager te ayudaré a recuperarte, no estas solo, ¿de acuerdo, To-Toka?—terminó de decir con una sonrisa alentadora.
 
—Muchas gracias—fue lo único que salió de su boca. Todavía lloraría por su adorado niño perdido.
 
Continuará...

Notas finales:

¿Les gusto? ¡Espero que sí! Pueden encontrar este fic también en Wattpad, mi usuario es el mismo. ¡Nos leemos pronto!


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