Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El demonio de las botas puntiagudas. por Streacxxie

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hoooooolaaaaa.

Está es la dulce abuelita con una sensual historia que va a arruinar sus bellas infancias.

 

¿Alguna vez vieron los cuentos de la calle broca?

Pues prepárense para la historia del gigante de las botas rojas al estilo de la abuela.

Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes y la historia pertenecen a sus respectivos autores, por mi parte yo solo los tomo para hacerles pasar el rato, esperando que sea uno bueno.


Ahora sin mas les dejo leer y prepárense para llorar por sus bellas infancias…

El demonio de las botas puntiagudas.

 

Era una tranquila mañana en alguna aldea del este de Francia dónde un joven de ojos y cabello azulado se esmeraba en preparar su delicioso almuerzo que consistía en un huevo cocido y algunas frutas frescas de temporada.

Tras algunos minutos el joven se sentó a la mesa listo para almorzar, comienza con el un pequeño golpecito en el huevo, sin embargo apenas lo hace la tierra se simbra Levemente. Ignorando el suceso anterior el muchacho sigue adelante con su desayuno, sin embargo nuevamente retiembla la tierra cuando golpea el huevo. Entre sorprendido y divertido vuelve a golpear el huevo de forma más insistente provocando un terrible terremoto que hace que se casa comience a derrumbarse a su alrededor.

Preso del terror el joven se hace bolita en su silla observando el suelo que poco a poco se va alejando de él. Para cuando logra reaccionar se encuentra sobre una enorme montaña que parece tener cabello de color azabache.

-Ah! Por fin aire fresco luego de estar tanto tiempo allá abajo. - hablaba la montaña que de hecho era en realidad un hombre jodidamente alto que salía de entre la tierra. -—Ahora es tiempo de ir a recorrer el mundo y buscar a alguien para crear una estirpe. - lleva una de sus manos a su cabeza para sacudirse el polvo y los escombros, sin embargo se topa con algo aún más interesante. - Una niña... ¿Qué hace una chica tan bella ahí? - observa el pequeño cuerpo en su mano.

-Un chico idiota, soy un chico. - responde el joven con el ceño fruncido pataleando para que el enorme hombre lo baje. - Ahora dejame en paz. -

-Oh! Vaya...Que precioso es este joven. Dime, ¿Cuál es tu nombre? -

-Ciel. Me llamo Ciel. Ahora dejame bajar. -

-Ciel, me gustas Ciel. ¿Quieres hacerlo conmigo?-

-¿Qué? - pregunta totalmente confundido ante el atrevimiento del azabache.

-Hmmm... Creó que no lo dije de forma correcta. ¿Te quieres casar conmigo? -

-Ah pues... Ponme en el suelo y te responderé. - (rostro angelical.)

De inmediato el azabache pone al pequeño en el piso de forma delicada tratando de no asustarlo más.

-Waaaaaaaahhhhh!!! - apenas toca el piso corre a toda prisa hacia la iglesia dónde se esconde del gigante.

-Pues eso no me parece una respuesta. - comenta pensativo mientras se sacude los escombros antes de seguir caminando por la aldea.

-Hey! Amigo, ya basta.- aparecen frente a él el clérigo de la aldea y su gobernante.

-¿Qué es lo que quieres? - pregunta el gobernador un hombre de apariencia totalmente seria que responde al nombre de William.

-¿Y qué clase de modales son esos? - riñe el sacerdote un anciano de rasgos japoneses.

-¿Que estabas pensando al salir de la tierra en medio de un terremoto? - pregunta el gobernador.

-¿En dónde creés que estás? - sigue con su regaño el clérigo.

-Discúlpenme por favor señores, no lo hice a propósito. -  responde el gigante apenado.

-¿Y que hay del pobre Ciel? Su casa quedó completamente en ruinas. Tu mira. - habla el gobernador ignorando la disculpa del azabache.

-Ah! Si eso es todo no es tan grave. Ahora mismo la construyo. - entre sus manos toma parte de los escombros y los agita levemente. - Por el poder de mis botas puntiagudas que la casa de Ciel se reconstruya. - arroja los restos en forma de pelota que a cada rebote va tomando forma de casa.

-¿Cómo hizo eso? - se miran confundidos el gobernador y el clérigo antes de correr a revisar la casa.

-Miré eso señor cura, todo esta exactamente igual que antes, incluso el huevo cocido está allí listo para ser comido. - comenta asombrado el gobernador.

-Bueno, tal vez no sea tan malo después de todo ese gigante. - comenta el sacerdote. —Muy bien, ahora vete de aquí. -

-Un minuto. - se agacha el gigante. - Ahora yo tengo algo que pedirles.-

-¿Y ahora que quieres? - pregunta enojado el gobernador.

-Quiero casarme con Ciel. -

-No no no no imposible. - responden ambos.

-¿Por qué? -

-Pues es que eres muy grande y no vas a caber en la iglesia. - responde el clérigo.

-Es no es problema. Puedo convertir la pequeña iglesia en una enorme catedral. -

-No es sólo eso muchacho, piensa en la luna de miel.-

-¿Qué tiene que ver la luna de miel? - pregunta confundido el  gigante.

-Tú eres enorme y él muy pequeño. - responde el clérigo levemente sonrojado.

-No lo entiendo. -

-Ah! Durante su luna de miel tú podrías hacerle mucho daño si no es que hasta matarlo. - responde el gobernador.

-Pero yo no quiero lastimar a Ciel. ¿Hay algo que pueda hacer para cambiarlo? -

-Tienes que empequeñecer. - dice el clérigo.

-¿Y como haré para hacerme más pequeño? -

-Cierto, ¿Como lo hará, señor cura? -

-Pues... Me pareces simpático, así que ve a ver de mi parte al brujo chino. -

-¿Y que hay de Ciel? -

-Mira, yo hablaré con él y en un año estará listo para casarse. Pero recuerdalo bien, el no esperará más de un año.- dice serio el cura.

-Y en caso de que fracases lo mejor será que no vuelvas por aquí. -

-Entiendo. Solo una cosa... -

-¿Ahora qué? - habla molesto el gobernador.

-¿En donde vive el brujo chino? -

-En China en China. Ahora vete. -

-Gracias. Díganle a Ciel que volveré por él. -

-Claro claro, buen viaje. - se despiden ambos sujetos del gigante que se aleja a toda prisa.

-Señor cura. ¿Ya le decimos que China está en la otra dirección?-

-Déjelo señor gobernador. - sonríe antes de darse vuelta y caminar a la iglesia.

-Ustedes!!! - grita furioso Ciel apenas sale de la iglesia. -¿Por qué le dijeron eso? Ahora él piensa que vamos a casarnos cuando vuelva dentro de un año. -

-Oh! Ciel. ¿A caso dudas de nosotros? -

-¿De que habla señor gobernador? - pregunta confundido el joven.

-Que él se vuelva pequeño es completamente imposible, ni siquiera un milagro podría hacerlo. Le dejé muy claro que sí no lo consigue en el lapso de un año es mejor que no vuelva. -

-¿Y sí...

-Tranquilo Ciel, solo vuelve a tu casa y desayuna. -

-No tengo casa. El enorme hombre la derrumbó cuando se le ocurrió salir de entre la tierra. -

-Sobre eso Ciel... Nosotros nos encargamos de que el gigante la reconstruyera antes de irse.- habla el gobernador.

-Anda Ciel ve casa. - sonríe comprensivo el cura.

-Entonces nos vemos después. - se despide antes de irse a su casa donde se lleva una agradable sorpresa apenas abre la puerta pues todo está exactamente igual que antes del terremoto... Salvo una nota sobre la mesa a cual de inmediato se apresura a leer.

“Querido Ciel:

Lamento profundamente lo que hice en tu hogar cuando desperté de mi largo sueño, espero que todo lo que hice te resulte agradable.

Con cariño.

Sebastián, 'El demonio de las botas puntiagudas'

-Con que un demonio ehhh! Esto se pone interesante...



~~~~~~~~

Después 3 meses de viaje el gigante por fin consiguió llegara a China, sin embargo las cosas no resultarían tan fáciles como podría esperarse pues en un país tan grande y densamente poblado habría demasiados magos por ver.

...

Una tarde luego otros 3 meses el gigante por fin dio con el brujo chino que el cura de la aldea le había dicho.

-Hola!!!- golpea el techo de la propiedad como si de un timbre se tratase. -¿Hay alguien en casa?-

-HEY! ¿Que es todo este ruido? - salía alguien del interior junto con una hermosa chica.

-Vine a buscar al gran brujo chino para que me ayude. - responde el gigante.

-Bueno aquí estoy. Llamame Lau... Y por cierto, ella es mi pequeña hermana Ran-Mao. Ahora dime que quieres. -

-Hacerme más pequeño para poder regresar a Francia y casarme con Ciel. -

-¿Y no crees que pudiste haberte ahorrado el viaje hasta acá haciendo que tu chica crezca? -

-Es un chico, uno muy lindo y pequeño de tamaño y yo soy quien tiene que hacerse pequeño para entrar en la iglesia. -

-¿Y  no pudiste haber hecho crecer la iglesia y ya?-

-Lo intente, pero el padre Tanaka dijo que seria como hacer trampa. -

-Así que vienes de parte del padre Tanaka. Haberlo dicho antes, yo puedo ayudarte. Sólo espera aquí mientras traigo la poción. - entra corriendo a la casa junto con su hermana. Unos segundos después la chica sale caminando sobre un barril que es empujado por el brujo. -Esta es mi poción mágica, con un solo sorbo te harás más pequeño. - en un copa pone un poco sin embargo cuando el gigante la toma en sus manos la rompe.

-Lo lamento. - se disculpa apenado.

-Tranquilo grandulón. Traeré algo más acorde a tu colosal tamaño. Ran-Mao trae la botella. - la chica  asiente y se adentra a la casa volviendo unos segundos después con una botella en las manos. - Bebe esta. - le entrega la botella.

-Se rompió. - muestra los añicos de la botella.

-Dame un momento gigantón, seguro algo se me va a ocurrir. - la chica se acerca y le susurra algo. -Tienes toda la razón Ran-Mao. - sonríe. -Toma todo el barril y bebe la que concideres necesaria. -

-Entiendo. - toma el barril y lo destapa bebiendo todo su contenido como si fuera una soda, sin embargo el resultado era todo menos lo esperado.

Una bruma gris empezó a rodear los pies del gigante y cuando esta desapareció sus botas negras y puntiagudas habían cambiado por suecos.

-Mis botas!!! ¿Dónde están mis botas? Las quiero de vuelta ya mismo o tiro tu casa. - grita exasperado el gigante lo cual provoca que en su cabeza crezcan un par de cuernos demoniacos.

-Seguro que me equivoque de pócima, ya vuelvo. - entra corriendo junto a su hermana y salen un par de minutos después con otro barril. - Bebe por favor. - habla nervioso el brujo.

El gigante por su parte mira mal al brujo antes de beber todo el contenido del barril.

-Así está mejor. - observa encantado sus botas puntiagudas. - Pero eso no resuelve el problema de hacerme tan pequeño como un hombre. -

-Eso va a ser un problema grandulón. Te haz terminado toda mí poción mágica, demoraré al menos 6 meses en preparar una cantidad suficiente para ti. -

-¿6 meses? Eso es imposible, no puedo esperar tanto tiempo. En 6 meses debo estar en Francia para casarme con Ciel. -

-Me agradas grandulón, así que te diré algo. Ve a visitar al mago Bretón de mi parte. -

-¿Y donde lo encuentro? -

-En Gran Bretaña. - responde irónico.

-Gracias. - responde sonriente el gigante dando la vuelta para tomar camino a la Gran Bretaña.

-Buen viaje Shitsuji-san. - se despide el brujo.

~~~~~~~~~~~

Luego de algunas semanas de viaje por tierra y mar el gigante llegó a la parte más lejana de la Gran Bretaña donde vivia el gran mago Bretón.

En una pequeña cabaña cerca de los riscos de la costa se encontraban un montón de serpientes disfrutando del clima cuando el estruendo de los pasos del gigante las asustó por lo que de inmediato buscaron volver su casa donde se escondieron hasta que el ruido de alguien golpeando el techo alertó al mago.

 

-下午好,精灵…”。- saluda sonriente el gigante.

- Estamos Gran Bretaña, no es necesario que hables  chino. Dice Oscar. - se asoma fuera de su casa el mago y señala a una de sus serpientes como Oscar.

-Lo lamento. Buenas tardes señor mago. - saluda amable. - ¿Podría usted volverme más pequeño? -

-Eso es fácil. Dice Emily. - se adentra a su casa y sale empujando un barril. -Bebe. -

El gigante toma el barril y lo destapa como antes de beberlo, sin embargo el resultado es todo lo opuesto a pequeño.

-¿Qué pasa? Me hice más grande... Yo quiero ser pequeño como un hombre para poder casarme con Ciel. -

-Mi culpa, traeré el correcto. -  se adentra con sus serpientes y sale un momento después con otro barril.

-Tomalo. - señala el barril.

-Ah! No puedo verlo. - responde el gigante.

-Dame un minuto y la tienes contigo. - de su sombrero toma una pluma y la pone en el barril al cual le recita un hechizo para que vuele a las manos del gigante. - Bebe. -

Por su parte el gigante se traga el barril cuál pildora, sin embargo esta se atora en su garganta así que toma una nube y la exprime en su boca con total naturalidad.

-Vaya... Esto funcionó, ahora soy más pequeño. Pero no lo suficiente. Necesito más. -

-¿Más? Eso es imposible. - habla medio alterado el mago. - Te haz terminado toda la poción. Vuelve en 6 meses y tendré más para ti. Dice Oscar. -

-¿6 meses? Es imposible. Yo tengo reunirme con Ciel en 2 meses.- sin poder evitarlo el gigante comienza a llorar y lamentarse por no poder volverse pequeño logrando inundar el lugar en pocos segundos.

-Espera.- habla el mago desde el techo de su casa. - Nos agradas bastante así que ve de nuestra parte a ver al papa de Roma. Dice Emily. -

-¿Y donde vive el papa de Roma? - pregunta entre sollozos el gigante calmando su llanto.

-Pues en Roma. Dice Oscar.- responde irónico el mago.

-Gracias. - responde él gigante que se va dando saltitos de alegría provocando uno que otro terremoto.

-¿Y que haremos con este mar de lágrimas? - se pregunta el mago al ver el desorden.

~~~~

Luego de un mes y medio de viaje sin descanso el gigante llegó a Roma con la esperanza de que el Papa pudiese ayudarle a volverse pequeño como un hombre.

-¿Pero que son esas botas? - preguntaba el papa asomado desde el balcón de su mansión mientras cepilla su larga y plateada cabellera. —Señor, ¿Que desea?-

-Quiero ser pequeño como un hombre.- habla el gigante aganchandose para poder ver al pontífice.

-Pero yo no soy brujo hijo mío. ¿Que es lo que creíste?-

-Piedad señor pontífice, Ciel me espera en 15 días para casarnos.-

-¿Y luego?- pregunta sin prestar atención observando sus largas uñas negras.

-Si soy demasiado grande no podré entrar en la iglesia y no podré casarme.-

-Buuuuuuaaaaa!!! Que historia tan conmovedora.- hablaba el papa secando sus lágrimas antes de sonar su nariz de forma escandalosa. –Escuchame hijo, me eres simpático así que veré qué puedo hacer por tu persona. Dame un minuto.- Posteriormente el pontífice se adentra en su mansión y toma el teléfono marcando algunos números al azar. –Hola… ¿La santísima virgen?... Soy yo, el papa… Oh! Pues verá, tengo aquí un gigante que quiere hacerse tan pequeño como un hombre para casarse, o al menos eso dice… Emmm… Espere un momento iré a ver…- regresa al balcón y se monta sobre el barandal para observar al gigante. –En efecto, tiene unas botas puntiagudas. ¿Cómo lo supo?... Es usted tan formidable… Si… Si… Si… Ya entendí, muchas gracias. Hasta luego santísima virgen.- cuelga el teléfono.

-¿Y? ¿Qué pasó?- pregunta el gigante ansioso.

-Pues… Tienes una oportunidad, la Santa virgen va a ocuparse de ti.-

-¿De verdad?- pregunta emocionado.

-Así es. Ahora escucha, esto es lo que harás. Primero deberás llevar tus botas a la lavandería.-

-¿A la lavandería? Si sabe que son de piel y no se mojan, ¿Verdad?-

-¿Te quieres hacer pequeño o no?- pregunta serio el papa quitándose su pantufla para golpear con ella al gigante.

-Pues… Si es la única manera, las llevo a la lavandería, ¿Después?- responde resignado.

-Después deberás meter los pies al mar.-

-¿Es todo?-

-Deja de interrumpir.- vuelve a golpear al gigante. –También dijo que si obedecías podías pedir 3 deseos que te serán cumplidos inmediatamente.-

-Gracias, me voy.- se despide alegre el gigante tomando camino al mar.

-Ve con Dios hijo… Y recuerda, sólo 3 no más.- decía el papa que se despedía agarrando su sombrero pues amenazaba con caerse a cada terremoto que producía el gigante corriendo…

~~~~

Días después se ve al gigante sentado en la playa observando maravillado sus botas pues estás no se habían maltratado ni un poco en la lavandería (Dios bendiga el lavado en seco) antes de entrar al mar sintiendo muy agradable el agua en sus enormes pies. Por su parte los turistas observaban asombrados al enorme sujeto bañándose, algunos incluso sacaban videos para tener pruebas del enorme sujeto cuándo algo pasó… Una luz del cielo alumbró al gigante antes de que este se fuera haciendo pequeño hasta que después de unos segundos se volvió del tamaño de un hombre de poco más de 1.80 mts.

-Funcionó!!!-  exclamó feliz el ex-gigante jugueteando con el agua. –Ciel… Mi boda!!!- rápidamente nada hacia la orilla para poder irse sin embargo se topa con una mala sorpresa.  –Oh no! Mis botas… Son enormes!!!- intenta ponerse una sin embargo esta cubre su cuerpo entero y aún así queda arrastrándose por lo cual el azabache comienza a dar saltos por todo el lugar tratando de quitársela hasta que termina por chocar contra un árbol. –Auch! Eso dolió.- se soba la cabeza. –Ah! Si tan solo se pudieran reducir a mí talla.- observa sus botas.

*Primer deseo.*

Se escucha la dulce voz de una mujer que hace que de inmediato las botas del azabache se vuelvan pequeñas como para que le queden.

-He recuperado mis botas!!! Si señor! He recuperado mis botas!- cantaba feliz el ex-gigante. –Oh! Sólo tengo 15 días para reunirme con el pequeño Ciel… y no tengo dinero para tomar el tren. ¿Que haré?- se sienta abatido en el suelo. –Si tan solo pudiera ir con él…

*Segundo deseo*

Se vuelve a escuchar la voz de antes haciendo que el ex-gigante desaparezca.

~°~°~°~°~

De vuelta en la aldea el pequeño Ciel se encuentra alegre almorzando con el cura y el gobernador festejando que casi se cumple un año de la partida del gigante y este no ha vuelto convertido en un hombre.

-Te lo dije Ciel, él no lo lograría a tiempo y tú podrías seguir con tu vida tan feliz como siempre.- hablaba tranquilo el cura sirviéndole un poco de té al pequeño.

-Ustedes tenían razón.- sonríe. –No puedo creer que él haya sido tan tonto como para buscar volverse pequeño.-

*Y en otras noticias… Está tarde en las costas de Serdeña, Italia cientos de bañistas fueron testigos de lo que catalogan como un milagro pues un enorme hombre de al menos 5 metros de altura entro al mar y allí se convirtió en un hombre pequeño de al menos 1.85 metros de altura. Tal cómo usted lo ve en su pantalla, el enorme hombre se volvió pequeño. *

-Se-señor gobernador… ¿Vió usted eso?- preguntaba nervioso el cura apagando la televisión.

-USTEDES!!! - grita alterado el pequeño. –¿Ahora que le digo? Él va ha regresar con la idea de que vamos a casarnos!!!-

-Por favor cálmate Ciel.- habla el alcalde. –No vas a casarte con él, no hay manera de que logré llegar de Italia para acá en menos de 15 días. Ahora sigue comiendo hijo, el desayuno qué preparo el señor cura está delicioso.-

-Tiene razón.- toma su cuchara y golpea el huevo duro, sin embargo apenas lo hace un estruendo se escucha seguidor de un enorme hueco en la pared hecho por el ex-gigante que entraba sonriente llevando un ramo de rosas blancas.

-Buenos días Ciel.-

-Y aquí estás, que bien.- responde nervioso. –Me enteré hace un rato de todo lo que hiciste por mí.- se levanta de su lugar. –Así que aceptó tu propuesta.- besa la mejilla del azabache. –En 6 meses nos casamos.-

-En 6 meses… ¿Tanto? ¿Por qué?-

-Porque así debe ser, tenemos que esperar 6 meses. Además no tengo una sortija.- nuestra su mano izquierda. –También debemos de organizar todo para la ceremonia, los trajes, las argollas y el banquete.-

-Es mucho tiempo. Además yo ya cumplí y me hice pequeño.- responde deprimido dejando las flores sobre la mesa antes de salir por el mismo hueco que dejo en la pared.

-Ustedes tienen que sacarme de esto.-  habla serio Ciel antes de tomar las flores y salir corriendo tras el azabache.

-¿Y ahora que haremos señor gobernador?- pregunta el cura.

-No lo sé señor cura, si en un año no pudimos hacer nada en 6 meses lo dudo.-

-Pobre muchacho… Se que algo podremos hacer para que salvarlo.-

No muy lejos de allí el ex-gigante se encontraba en el jardín de la casa de Ciel observando a las mariposas alimentarse de las flores mientras se lamentaba por tener que esperar tanto para estar con su pequeño.

-Sebastián…- llama al azabache que de inmediato voltea a verlo. –Gracias por las rosas son mis preferidas y también gracias por arreglar mi casa. Hiciste que las sábanas se volvieran más suaves.-

-No tienes nada que agradecer. Me alegra que te guste cómo quedó todo.- sonríe triste.

-Oye… Si te sirve de consuelo yo también desearía que la boda fuera ya mismo.-

-Un deseo… Eso es Ciel!!!- besa la mejilla del pequeño. –Deseo que sea hoy mismo la boda…

*Tercer deseo.*

Nuestra escena comienza fuera de la iglesia donde se encuentran todo los residentes de la aldea lanzando arroz a la feliz pareja que salía de la iglesia recién casada.

-Que diablos! ¿Por qué traigo un vestido de novia?- preguntaba el pequeño Ciel que observaba las mangas y la falda del vestido que portaba.

-Por que la novia siempre debe llevar un hermoso arreglo blanco.- responde el ex-gigante.

-Ah! No me agrada esto. Además pude haber usado yo también un smoking blanco.- responde con un puchero.

-Pero ese vestido te queda bien Ciel.- y antes de que el pequeño pueda protestar nuevamente el azabache lo besa sellando con ello su nueva vida juntos como esposos…

Se dice que después de aquel maravilloso día el ex-gigante Sebastián y su lindo esposo Ciel vivieron felices durante varias décadas rodeados de la enorme familia que formaron luego de tener una decena de hijos.



Fin.

Notas finales:

Y eso es todo por hoy.

Sé que es corto, sé que le falta porno para hacerlo un trabajo mío, sin embargo hay cosas que así se deben quedar… Al menos por ahora.

Como sea…

Por ahora la agüelita se despide no sin antes recordarles que me visiten en mi sensual grupo “La mansión de la dulce abuelita” tenemos té, galletitas y yaoi.

 

Como promoción especial, si dicen que lo vieron aquí les daré  acceso rápido. ^u^



Ya en serio si respondan las preguntas y mencionan que lo leyeron aquí les regalo el archivo cero.(inserte cara suculenta aquí.)

 

Nos vemos hasta la próxima

.

Saludos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).