Alfa...
Las personas nacidas bajo dicho género se consideraban sumamente afortunadas, ya que además de ser genéticamente superiores, a nivel social eran muy bien aceptados. El número de ellos se reducía al 5% de la población y en su mayoría dadas sus capacidades tanto sociales como intelectuales les llevaban a ocupar puestos importantes.
Sasuke, segundo hijo del grupo Uchiha, ni con aquella condición había conseguido tener el cariño y la atención que como cualquier niño deseaba de sus padres, los cuales volcaron todo su interés en su primogénito.
Itachi, el joven prodigio que a los 20 años tomo bajo su cargo las empresas de la familia e incluso un año después de eso contrajo matrimonio con la hija de un importante socio.
Todo habría seguido de esa manera si este no hubiese decidido divorciarse y fugarse con un Omega que considero su compañero de vida.
En tales circunstancias se convirtió en el nuevo sucesor del grupo Uchiha y aunque recibía la atención antes anhelada, a sus 18 años aquello ya carecía de importancia para él. Asistía a la escuela para complacer a su familia pero estaba seguro que su destino no sería distinto al de su hermano.
La idea le horrorizaba pues si alguna vez imagino dejar de sentirse tan solo, siempre deseo que sucediera al conocer a su alma gemela.
-¿Sasuke?... Sí continúas ignorándome me obligaras a besarte.
-No digas cosas tan repugnantes Sai- exclamo molesto al notar la cara del otro tan cerca.
-Pensé que estarías en una clase de sueño con los ojos abiertos- sonrió malicioso- tan solo planeaba despertarte “princesa”
Tomo sus cosas y salió de la biblioteca al notar las miradas curiosas sobre ellos, a su amigo le encantaba ser el centro de atención, mientras que él prefería pasar desapercibido. Parece que su intento por repasar para el examen de ingreso a la Universidad había sido frustrado, aunque en realidad continuaba soñando despierto con esa persona que esperaba conocer antes de graduarse o sería condenado a estar con alguien por interés.
-Deja de suspirar o morirás joven.
-Contigo al lado es imposible.
-Te gusta pasar tiempo conmigo- sonrió burlón ya que podría considerarse el único amigo del Uchiha- vamos cariño sólo trato de mejorar tu humor.
Sasuke odiaba los rumores que le rodeaban, gracias a ellos especulaban que ambos tenían ese tipo de relación y además se metían con Alfas, Betas y Omegas por igual, lo cual mataba su esperanza de encontrar a su persona especial.
-Aléjate ya- le grito al notar unas cuantas miradas sonrojadas alrededor
-Vamos que si te avergüenzas realmente te besaré.
Continuaron caminando por un rato con rumbo al gimnasio dado que les tocaba práctica de básquetbol y justo al buscar entre sus cosas el azabache noto que faltaba su teléfono móvil.
-¿Qué ocurre?
-Parece que perdí mi teléfono- menciono mirando atrás para ver si no se había caído al estar buscando entre sus cosas- Estoy esperando una llamada, necesito encontrarlo.
-Bien, me gustaría acompañarte pero ya me tiene sobre aviso el profesor.
-Si dejaras de ligar en clases el maestro Gai no sería tan exigente contigo.
-Pantalones deportivos, me ponen difícil el concentrarme.
-Pues date prisa o te perderás el Show en los vestidores.
Sin más dejo a su amigo para buscar su celular, el cual era sumamente importante para él ya que era la única forma en la que se podía comunicar con su hermano. A pesar de la delicada situación en la que se fue, no pudo hacerlo sin dejarle un modo de encontrarlo, Itachi lo amaba sin duda y él del mismo modo.
Desesperado caminaba observando el piso y sus alrededores para ver si lo encontraba, estaba aterrado de no poder contactarlo nunca más ya que sus padres se encargaban a toda costa de que eso no sucediera.
Estaba por llegar a la biblioteca y pensó que quizás debería informar a los coordinadores para ver si alguien se los reportaba como objeto extraviado, pero justo en ese instante vio a un lindo chico rubio salir con el preciado objeto el cual estaba sonando con su canción favorita.
“No sé a dónde voy. Todo el mundo está corriendo…”
-Disculpa eso es… mío- sus ojos estaban perdidos en esos azules y su cuerpo estaba comenzando a sentirse en llamas- ¿Podrías devolverlo?- extrañado noto como su cuerpo temblaba de emoción, sus deseos se estaban materializando y solo podía pensar “mío”
“…Sálvame de esta mala persona en la que me convierto a medida que el mundo se derrumba”
El chico parecía haberse desconectado desde el momento en que le vio, ya que no se movía ni un solo centímetro, estaba por acercarse y repetir su pregunta -pese a los estragos que estaba sintiendo en su cuerpo- pero este aún sin decir nada estiro su mano para alcanzarle su móvil, el cual en ese momento dejó de sonar y oculto en negro su pantalla con la llamada perdida de Itachi.
Cuando sus manos se encontraron no fue necesario más que el contacto de sus dedos para sentir una fuerte sensación que nublo sus sentidos, un dulce aroma que sofocaba su olfato, una desquiciante sensibilidad en su piel que le hacía sentir placer al más mínimo roce, su mirada cautivada por aquella persona, su boca deseosa por deleitarse con ese sabor que auguraba ser perfecto a su paladar y sus oídos escuchando los intensos latidos de su corazón.
Era incorrecto, extraño, desesperante, necesitaba controlarse ya, pero no estaba resultando fácil y de hecho se avergonzaba de sí mismo al notar que su excitación era claramente notoria para esos momentos. Y aquel joven rubio lejos de sentirse igual de apenado parecía sumamente extasiado con tal visión, sus orbes no se alejaban de esa parte de su anatomía y se dio finalmente cuenta que en realidad ambos lo estaban deseando.
Sin decir nada tomo al chico por la muñeca y le fue guiando por todo el campus, en realidad no sabía si estaba esquivando o tropezando con otros, lo único que deseaba era poder encontrar un lugar donde pudiera estar a solas con ese chico. Sin duda alguna por el aroma tan agradable que despedía, podía aseverar que se trataba de un Omega y, si quería ingresarlo a su dormitorio sin correr ningún riesgo tendría que sea ahora que todos se encontraban en clases.
El guardia de los dormitorios se sorprendió al ver al Uchiha corriendo al edificio y sobre todo por el chico que literalmente estaba arrastrando tras de él puesto que no parecía ser un Alfa. Estaba por detenerlos cuando un agradable aroma llego a sus fosas nasales.
-¿Disculpe joven Uchiha pero él…?
-Es mi pareja entró repentinamente en celo por lo que me permitieron regresar a los dormitorios.
Al hombre se le hizo extraño dado que nunca los había visto juntos y además era raro que no hubieran hecho los trámites para estar ambos en el mismo dormitorio. Iba a prohibirles entrar y hacerles esperar a que corroborará la información pero el aroma le estaba perturbando, algo difícil para un beta como él. No podía seguir en esa situación por lo que les dejo pasar después de todo el Uchiha no era de los que se metían con cualquier omega o al menos hasta ahora no había metido a nadie en su habitación.
Estos por su parte no perdieron tiempo al encontrar intimidad en el ascensor, ambos devorando sus bocas con pasión deslizando sus manos por sus cuerpos sin abstenerse de tocar ambiciosamente su parte más privada.
-Él te miro con deseo- susurro el pelinegro teniendo a Naruto acorralado en el fondo- Se atrevió a imaginarte gimiendo bajo él.
-No…-difícilmente el chico pudo decir algo, aquel hombre mantenía su pelvis pegada a la suya.
-Lo hizo- repitió con molestia apretando más sus cuerpos-¿Por qué? ¿Acaso es ciego? ¿Desea que se lo muestre? Que tú eres mío.
Habían llegado a su piso pero no les apetecía despegarse por lo que continuaron con sus caricias en aquel cubículo. El menor noto una traviesa mano bajar y hundirse dentro de su ropa interior para tocar diestramente su miembro. Los jadeos resonaban por el estrecho lugar su cuerpo agitándose con fervor a un desesperado ritmo, hasta que finalmente el exploto mojando sus ropas.
El pelinegro se deleitó al lamer aquella esencia en su mano y con más desesperación levanto a su pareja para llevarlo finalmente a su cuarto.
Naruto había alcanzado el punto más alto del éxtasis con unas cuantas caricias y ese hecho era lo que tenía a su cuerpo insatisfecho, se sentía aún más caliente como si aquello fuera el entremés y ahora estaba listo para el plato fuerte. Se dio perfecta cuenta de que el mayor pensaba lo mismo pues con suavidad lo dejo en la cama pero contrario a ese dulce acto se posiciono sobre él para reclamar con desesperación sus labios.
Todos sus sentidos le abandonaron cuando se hundió entre las suaves sabanas y el aroma de su amante le intoxico todos sus sentidos.
Sasuke miraba cada acción con detenimiento grabando en su memoria hasta el más mínimo detalle de su amor pues para él era algo seguro, ese chico era la persona que había estado buscando. Dentro de sí un apetito voraz y salvaje emergió, las ganas de marcarlo eran incontrolables y lo demostraba lamiendo cada rincón de la piel que iba descubriendo bajo las ropas.
Al tenerlo desnudo su respiración se detuvo por un breve momento como si quisiera que tomará una pausa para disfrutar la hermosa imagen sobre su cama. Dispuesto otorgarle solo placer lamio sus dedos humedeciéndolos lo más posible para llevarlos hasta el ano del rubio, notó que este se aferraba a las sabanas con fuerza y hundía su cabeza en la almohada con cada movimiento de sus dedos dentro de él.
Había demorado la placentera entrega pues quería estar seguro que el menor no sufriría, no que gustará de presumir pero era cierto que los Alfas estaban altamente dotados, quizás tomo demasiado tiempo y Naruto se lo hizo notar al abrir sus ojos para mirarle de forma suplicante como algo extra además el pequeño había movido una de sus piernas para que su rodilla acariciara su miembro aun preso entre la ropa.
No conteniendo más el deseo se desvistió e inmediatamente se posiciono entre las piernas del omega, tomó con firmeza su pene y colocó la punta en aquella rosada entrada. El aroma se volvía cada vez más dulce y lo estaba volviendo loco, a causa de ello entro de un solo golpe consiguiendo que el chico arqueara su cuerpo.
Para ese momento al igual que Naruto había perdido su capacidad de pensar claramente y aunque el movimiento fue brusco ambos comenzaron a moverse, no solo él sino su dulce chico también, en un vaivén desesperado encontrándose ocasionalmente para compartir dulces besos. Cuando una posición era insuficiente optaban por cambiar sintiéndose desquiciados por encontrar alguna forma de sentirse uno, finalmente con el rubio montándolo ambos sentían que el alivio no estaba lejos.
El pelinegro había hecho lo imposible por aguantar y reprimir sus instintos pero en ese momento no podía más, su corazón al igual que su cuerpo deseaban hacerlo suyo, reclamarlo.
Antes de alcanzar el clímax quito al chico de encima y con un rápido movimiento lo dejo boca abajo en el mullido colchón, este gimió en protesta más cuando cayó en la cama levanto sus caderas para indicarle que continuara. Complacido con tal suplica entró nuevamente en esa cálida entrada y con tal posición se acercó al delgado cuello moreno, pasó su mano para acariciar las suaves hebras doradas que se pegaban a causa del sudor, no conforme con acariciar y sin pensar en arrepentimientos acerco su boca para finalmente morderlo.
El cuerpo de Naruto tembló y cuando estaba por desplomarse en la cama, pasó su mano por debajo sosteniéndolo de su vientre. Lo podía sentir estaba terriblemente cerca y con un par de movimientos más se desplomaron en la cama.
El Uchiha durmió sólo un rato y al incorporarse miró que el sol había desaparecido por completo, al parecer durmió 5 horas, algo que le sorprendió ya que no era una persona que se agotará fácilmente. Recordó la dulce actividad que tuvo y una sonrisa se instauro en sus labios.
Su pareja tenía la respiración pausada lo cual indicaba que no despertaría pronto, lo contempló un rato y tras sentirse algo pegajoso tomo sus cosas para tomar un baño.
Podía sentir sus músculos algo tensos y adoloridos, suponía que a causa del esfuerzo realizado en diversas posiciones, cada recuerdo le hacía reír e incluso en el cuarto de baño tarareaba una canción al azar. Paso alrededor de media hora dentro ya que por primera vez quería lucir impecable para alguien, deseaba ser atractivo para el rubio.
-¿Por qué te has ido?- cuestionó en su cuarto vació.
Al parecer el omega sólo estaba esperando que le dejará solo para marcharse cuanto antes, por su parte no se desanimó después de todo estudiaban en el mismo lugar y era seguro que se encontrarían, estaba más tranquilo ahora y pensaba claramente pero no se arrepentía en absoluto de morder al chico pesé a que no quería hasta que le pidiera salir.
Se vistió con rapidez y salió para buscar al pequeño zorrito escapista.