Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Train to Busan por Gratsune

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 


 


 


 

 


Había hablado con mi familia esta mañana, tenía que disculparme, se supone que iba a estar con ellos desde el 24 de diciembre, es la tradición de todos los años, pero esta vez me apetecía pasar tiempo a solas sin tener el constante estrés de los deberes de la universidad pisándome los talones. Y como todo chico que aprovecha al máximo sus vacaciones, yo me tome el atrevimiento de hacerlo por primera vez en mi vida: Dormí hasta las tres de la tarde, me acostaba en la madrugada, veía películas en ropa interior, comía cantidades exageradas de alimento chatarra y seguía durmiendo.


Así paso el tiempo hasta que el 28 de diciembre llego y yo ni cuenta me había dado. Eso es lo malo de vivir en holgazanería sin prestar atención a las fechas. Un día te paras pensando que es lunes, pero en realidad es viernes.


Según mi padre, había un tren en Seúl que salía hacia Busan a las 5 pm. No había problema. En ese entonces lo había llamado a las ocho de la mañana, así que tenía mucho tiempo de por medio. Claro. Según yo en la mañana.


Eran las 4:30 pm y estoy bajando las escaleras de la fraternidad en la que me hospedo, llego a planta con las maletas prácticamente saltando encima de mí y salgo corriendo del edificio en espera de un taxi.


Y no había línea de taxi.


Es normal que en estas fechas algunas líneas dejen de trabajar, pero era un 28 de diciembre, por Dios, los 28 de diciembre se necesitan taxis como para estas emergencias, ¿No?


No me toco de otra más que correr mientras arrastro las maletas sin importar que vayan de la manera correcta, porque dudo, que vayan de la manera correcta cuando yo no estoy corriendo para nada de la manera correcta, primero que todo llevo un pan en la boca, una bufanda mal enrollada, un saco al revés, mis pantalones de tres días sin lavar y mis Timberland mugrientas mientras corro como si el fin del mundo me estuviera persiguiendo. No culpo a la gente por mirarme extraño, YO también me miraría extraño si pudiera.


Al llegar a la parada del bus corrí aún más rápido, El bus estaba ahí, en espera de mí. Dios me lo había puesto en el camino con un: "Ven y sube, hijo" escrito en la parte trasera del vehículo como algo de publicidad. Sin embargo, estaba claro que ese hijo no era yo, porque al llegar a alcanzarlo en lo único que pude entrar fue en la nube de humo que me disparo en el rostro sin piedad.


— ¡Hey! — Grito aun corriendo tras el autobús — ¡Espere! ¡Por favor! — Había una niña asomada en la ventana lamiendo una enorme paleta mientras me veía sufrir, quizás ella pueda ayudarme — ¡dile que se detenga! — ¿Y que hace ella? Me saca la lengua y el bus se aleja más y más hasta que lo perdí.


Me detengo frustrado recobrando el aliento, pero si me pongo a pensar, esto había sido lo más emocionante y movido que hecho en todo este año tan gris y aburrido. Tengo veinte años y lo único que me ha tocado hacer son duros sacrificios tras un escritorio, abandonando mi vida privada solo para entrar en la SNU,  ¿Y qué es lo que gano? Que una niña me saque la lengua y que un bus me escupa la cara con desechos tóxicos para el ambiente. Sinceramente me cuestiono si hice bien en desperdiciar más de una década de mi vida en estudios, porque hasta el momento no le veo la gracia.


Absolutamente todos mis compañeros en la SNU presumen de sus encuentros clandestinos o de sus primeras veces con total orgullo mientras yo tengo que fingir e inventarme una historia que parezca lo realmente convincente de acuerdo  mi personalidad.


No es que nadie se me allá acercado antes, o ahora, de hecho, se me acercaron muchas, y aun se me acercan, pero tengo veinte años y a esta edad se perfectamente lo que pasa conmigo y mi pequeño afán de huirle al amor, más bien; a las mujeres.


Soy lo que se considera hoy en día un gay de armario, y me aterra la idea salir, sinceramente, mi armario es acogedor y calientito. No quiero abandonarlo y tampoco es que tenga una buena razón para hacerlo. Mucho menos viviendo bajo la cultura Asiática, no es un secreto lo mal visto la homosexualidad por estos lados.


Los copos de nieves comenzaron a caer y la temperatura a bajar, mi reloj decía que eran las 4:55 pm y solo pude correr hacia la estación, por suerte cuento con buen estado físico y hasta el momento mis piernas nunca me han fallado, la nieve cae con más densidad y minutos después logro subir las escaleras de la estación de trenes y llegar a la parada.


Muy tarde. 5:10 pm y lo único que veo ahora es el tren abandonando rápidamente la estación mientras el viento golea mi rostro agitando mi cabello castaño y alborotando la bufanda que amarre en mi cuello.


Sin duda mi familia iba a matarme.


En estos momentos quería ser tan optimista como mi madre, siempre decía que le buscara el lado bueno a las cosas por muy malas que parezcan, así que veamos: Me olvide de las fechas hasta que desperté un 28 de diciembre, me aguante el regaño de mi padre diciendo que le partí el corazón a mis abuelos por dejarlos como árboles navideños olvidados el 24, aumente un kilo, las ruedas de las maletas están rotas, una niña se burla de mí en mi cara olvidando por completo los modales y que me debe respeto, un bus me escupe la cara, me duelen las piernas y ahora me toca esperar hasta mañana el siguiente tren. ¿Qué puede ser peor?


Agua caliente en mi pierna izquierda, bajo la mirada alarmado, y un perro callejero de mal aspecto me marcaba como su territorio.


— No, no, no, no — lloriqueo sacudiendo la pierna para alejarlo de mí, lo veo irse y me preguntaba qué tan mal visto seria perseguir al canino y caerle a palos con el paraguas — lo que me faltaba. — Mascullo sacudiendo el pantalón con cuidado de no ensuciarme más. Nunca me había pasado esto, ¿Qué un perro me orine? A nadie le pasa eso, se supone que solo era video ficción, esto no podía ser peor.


La risilla forzada a ocultarse a unos metros lejos de mi llama mi atención, inmediatamente giro hacia mi lado izquierdo solo para encontrarme con un rubio alto, que al sentir mis ojos en él desvía los suyos mientras apretaba sus labios en un intento de no seguir burlándose de mi desgracia. Suspiro resignado, ahora soy el payaso de un extraño que... al parecer también llego tarde para tomar el tren, las maletas apiladas a un costado de su cuerpo lo explica todo.


Pase olímpicamente de él y salí de esa estación con el poco orgullo que me quedaba. Nada podía ser peor que lo que me había pasado.


Corrección, si puede ser peor. No me reembolsaron el dinero del billete del tren que perdí. Genial, dos quincenas totalmente perdidas. Sinceramente mi día apestaba a orina de perro.


El único taxista que encontré me prohibió entrar al auto por oler a meo de perro callejero así que me toco irme caminando de vuelta a la residencia de la universidad. Mi mundo se estaba viniendo abajo en esta navidad, si no me hubiera tomado esos días de vago nada de esto hubiera pasado, es como si yo no tuviera derecho a relajarme un poco por primera vez en mi vida. Es decir, es injusto, nada podría empeorar mi desgracia.


¡Jeon Jungkook! — Papá gritándome al teléfono —. Te dije que  el tren salía a las cinco, tú nunca prestas atención, uno te dice las cosas y parece que te entra por una oreja y te sale por la otra.


— Papá, de verdad lo siento, es que estaba nevando muy fuerte — me excuso mirando por la venta unos segundos — de hecho, sigue nevando, creo que abra una tormenta.


Tus abuelos tenían muchas ganas de verte.


Suspiro melancólico, hace más de tres años que no veía a los abuelos, no es por presumir, pero soy el nieto favorito aunque digan que no tienen preferencias, los extraño mucho, hace poco le diagnosticaron alzhéimer a la abuela y están pasando por momentos difíciles, no sé qué haría si la abuela llegara a olvidarme.


— Yo también quiero ver a los abuelos papá, también a ti y a mamá, a hyung también, los extraño mucho — Un suspiro al otro lado de la línea me hace ver que el regaño de mi padre no era más que preocupación.


Vuelve pronto...— hubo una pausa —...tu madre te espera, y... y la familia — sonrió para mí mismo, porque se lo que está tratando de decir.


— También te extraño papá. Mucho.


El silencio en la línea me trae paz, tranquilidad, se lo difícil que es para mi padre mostrar afecto y decir palabras bonitas, no tuvo una familia que lo enseñara, pero estaba bien, porque él siempre estuvo conmigo y con mi hermano en absolutamente todo, estricto, gruñón, pero excelente padre.


El tren...— aclara su garganta — mañana el tren sale a las tres de la tarde, no llegues tarde ¿Entendido?


— Entendido.


Bien...hasta mañana entonces.


***


Soy un pésimo hijo, un pésimo, pésimo hijo. ¿Cómo se me ocurre levantarme a las 2:30 pm? Definitivamente eso de ser vago no me asienta bien, tres días durmiendo hasta tarde y me afecta por mucho. Nuevamente me encuentro corriendo entre una cantidad absurda de nieve golpeándome la cara mientras arrastro las maletas, con el pan en mi boca, bufanda mal enrollada, la chaqueta... bien puesta esta vez, pantalones limpios, no había taxi, el bus nuevamente me dejo. Estaba teniendo una crisis existencial junto a una especie de deja vu cuando eran las 3:20 pm y el tren pasaba a gran velocidad frente a mis ojos, dejándome atrás nuevamente, agitando mis alborotados cabellos mientras estaba en lo que consideraría mi familia: "Estado Jungshook"


A mi lado, a unos cuantos metros llegaba corriendo el rubio alto del día de ayer hasta detenerse abruptamente frente al tren que se iba por completo, dejando como único recuerdo un leve viento que azoto por última vez nuestros cabellos.


— Ah... rayos — Dice junto a otras leves maldiciones.


Sinceramente... nada podía ser peor que esto.


Atención señores usuarios. Debido a la tormenta de nieve las puertas de la estación permanecerán cerradas por su seguridad, por favor, dirigirse a la sala de espera...


                ***


Llevábamos ya media hora en la gran sala de espera, no sé porque me sorprende de encontrarme solo con el chico alto y rubio, un señor de tercera edad y una chica embaraza, es obvio que abría poca gente en la estación considerando el hecho que el tren de las tres acababa de partir y el resto estaba en sus casas disfrutando de la navidad y a salvo de la nieve.


Qué más da... no me reembolsaron el billete de las tres de la tarde, así que perdí otras dos quincenas más, ahora solo me toca esperar al tren de las cinco para poder salir de Seúl, solo espero que papá no me coma vivo cuando se entere que perdí nuevamente el tren.


¡Te dije que salía a las tres! — Aleje el teléfono de mi oreja, muy consciente de que la voz de mi padre se escuchaba por el eco de la espaciosa sala.


— Lo sé, lo sé. — Baje la voz, acercándome al teléfono, el rubio ya comenzaba a mirarme extraño por el pequeño show — pero es que... es que, estaba nevando muy fuerte — Ok, estaba claro que la misma excusa no funcionaria.


Jungkook. Si no quieres venir, dilo de una vez y no vengas — se escuchó su tono molesto — entiendo que quieras pasar la navidad con tus amigos...


— No, no, no. ¿De qué hablas? Por supuesto que quiero ir — suspiro agobiado — tomare el tren de las cinco papá, es una promesa. Estaré ahí esta misma noche, ¿sí? Dile a la abuela que me haga galletas de mantequilla.


Se escucha un suspiro del otro lado de la línea.


La abuela no está para esas cosas.


— ¿Como que no? Es la abuela. — Una leve risilla se escuchó y eso basto para calmar mi corazón.


Mantequilla entonces — dice — le diré que llegas para la noche.


— Perfecto.


Había pasado una hora desde que hable con papá y al parecer solo era yo el único que temblaba de frio, el señor de tercera edad estaba de lo más relajado leyendo un periódico, la mujer embarazada leyendo una revista sobre embarazos mientras que el rubio estaba en los asientos frente de mí, muy concentrado en su móvil.


De un momento a otro su mirada se alza directo hasta la mía, y como único impulso de reflejo cierro fuerte la boca abriendo grande mis ojos por sentirme descubierto, miro a otro lugar, sintiéndome patético por esa reacción tan vergonzosa cuando lo único que hacía era mirarlo por unos segundos como una persona normal.


Le busco de reojo, él me seguía mirando e hizo una leve mueca de lado con sus labios y un saludo con la cabeza. Yo hice lo mismo y él siguió con su teléfono mientras yo volvía a respirar tranquilo.


Dios, que intenso.


 Atención señores usuarios...


Los presentes alzamos la cabeza, prestando atención a la mujer que hablaba por los altavoces, por alguna razón, sabíamos que no eran buenas noticias.


 Debido a la tormenta de nieve, las instalaciones no prestaran servicios de transporte hasta nuevo aviso.


¿Ven? Se los dije. Mujer del demonio.


***


No había trenes por el día de hoy, tampoco podía salir de aquí debido a la tormenta de nieve. Estoy condenado a pasar la noche con un señor, una embarazada y un rubio con perfil de modelo. Y ahora que entramos en ese tema, lo he mirado mucho y siento que lo conozco de alguna parte, hasta que recordé haberlo visto en algunas portadas de revistas. No me acuerdo de su nombre, nunca me tome la molestia de buscarlo, tampoco es que me interesara, pero sin duda era él, de hecho, su vestimenta es algo lujosa aunque sencilla.


De pronto se coloca de pie y lo sigo disimuladamente con la mirada hasta perderlo cuando entra al cafetín. Quizás vaya por un café, es normal que quiera algo caliente con este frio, si fuera por mi también comprara algo caliente, pero mis ahorros se fueron en algunos regalos para la familia y los billetes de tren.


No dejo de frotar mis manos y acurrucarme en el grueso saco que me arropa. Los pasos lentos y firmes del chico se acercaban mientras me rehusaba a alzar la mirada para evitar la incómoda escena de que me consiga viéndole.


Aunque mi sorpresa fue grande cuando sus botas terciopeladas quedaron justo frente a mí, obstaculizando mi visión hacia el frio suelo. Alzo la mirada interrogante y él hace una mueca de lado con sus largos labios, extendiendo uno de los cuatro envases que sostenía en una bandeja de cartón.


— Am... Yo, no pedí esto — Digo sentándome recto para tomar el envase caliente en mis dedos, y vaya que lo agradecía, estaba a punto de perder la sensibilidad en ellos.


— Lo sé.


Su voz ronca y gruesa hace que gane por completo mi atención, siempre he sido fan de esos timbres de voz. Él no dice más y camina hacia el señor mayor, extendiendo un vaso en su dirección, y al igual que yo, el señor estaba extrañado y un tanto agradecido del gesto, le dio otro a la mujer embarazada, entablando una pequeña charla y volviendo a su sitio para sorber el líquido del ultimo envase que le quedaba.


Eso había sido muy amable por su parte, y muy poco común, aun no deja de tenerme algo sorprendido. Y estoy conmocionado, es decir, un modelo acaba de brindarme un... no sé lo que sea, miro el envase con curiosidad antes de darle un sorbo y ser hipnotizado por el sabor a chocolate que invade mis papilas y hace que relama mis labios con gusto.


El líquido quema mi garganta gratamente y calienta mi frio cuerpo desde el interior en medio de un escalofrió que eriza mi piel, haciendo que suelte un leve ronroneo ronco y cierre fuerte mis ojos del estremecimiento grato y relajante que podía sentir ahora. Y si mi instinto no falla, el rubio no había perdido detalle de mis acciones y prefiero ignorar ese hecho para no sentirme más avergonzado.


El reloj marca las 5:20 pm y el tren sigue sin aparecer, tendré que rendirme en ir hoy a casa de mis padres, tenía que llamar y avisar, sabia lo decepcionado que estaría mi padre y el regaño fuerte que me esperaba, se supone que le había prometido que hoy tomaría el tren sin falta. Me siento mal hijo. Tomo un gran bocado de aire y llevo el teléfono a mi oído.


¿Sí? — La voz dulce de una mujer mayor se escucha al otro lado de la línea.


— ¿Abuela?


¡Jungkook! — Exclama con emoción — ¡Junghae! Es Jungkook, Jungkookie está al teléfono. — No puedo evitar sonreír con nostalgia y tristeza — corazón ¿Cómo has estado?


— Muy bien abuela. ¿Tú cómo has estado?


Como un tronco, amor, divinamente — claro, por poco y olvidaba el humor de mi abuela — corazón, hay galletas de mantequilla, también de chocolate, tu padre había ladrado que nada de chocolate, pero ya estaban en el horno, te hice muchas. En el horno hay más, si te apresuras en llegar las comerás calientitas...— Un apretón en mi corazón al no saber qué decir, ¿Cómo decirle que no llegare? — Y tu abuelo esta aquí en el teléfono, saluda Junghae.


— ¿Cómo está mi campeón? — Se escucha la voz alegre de mi abuelo.


— Abue...


— ¡Ah kookie te trajimos muchos regalos!, — Me interrumpe tan entusiasta como siempre — Y un avión a control remoto, de esos que están de moda, que son cuadrados.


Sí, tiene cuatro ventiladores, para el calor. Y toma foto, y también graba. — Habla mi abuela.


— La chica de la tienda dijo que era lo último en electricidad.


— Tecnología Junghae, tecnología.


—  Mujer, si digo que es electricidad, es porque es electricidad — regaña — la chica me lo dijo, es un Tron de la última electricidad esa juvenil. — Tuve que tapar mi boca para no reír a carcajadas — Tienes que volarlo kookie, te sentirás uno de esos tipos que vuelan aviones, yo lo volé en la tienda.


— Y lo estrellaste. — Acusa mi abuela. — fue una catástrofe, tuvimos que pagar los dos, el que tu abuelo daño y el tuyo kookie.


— Ya te dije, mujer, eso son trucos que usan esa gente para ganar más dinero — masculla — kookie, yo lo estaba volando excelente y de la nada se cayó como un costal de papa.


— No le hagas caso, sabes como es este viejo. A ver si a la noche cuando llegues le enseñas a vola...


— No llegare hoy — el nudo se forma en mi garganta y siento mis ojos escocer por el silencio al otro lado de la línea.


Yah...—  se escucha la voz conmocionada de mi abuela. — ¿Y cuándo vendrás?


— Debido a la tormenta cerraron las estaciones, y ahora estoy encerrado aquí, no se sabe para cuándo saldrá el próximo tren abuela. — Otro breve silencio incómodo y que me llenaba de culpa, los abuelos estaban internos en un sanatorio desde hace ya cinco años y eran pocas las veces al año que se le permite salir para compartir con la familia, debido a la salud de mi abuela, ella no había podido salir desde hace tres años por su seguridad y mi abuelo decidió quedarse a cuidarla, mi familia los visitaba con mucha regularidad, sin embargo yo, no podía darme ese lujo, tampoco mi hermano. Ambos estábamos muy ocupados con la universidad.


Esta bien,— dice luego de un rato, recobrando sus ánimos — solo cuídate y abrígate mucho, la chica del clima dijo que hará mucho frio hoy por la noche, usa bufanda y toma algo caliente, ¿sí?


— De acuerdo — sorbo mi nariz, a pesar de que mi abuela se allá recuperado rápido, estoy seguro que debe de sentirse decepcionada. — Lo siento. De verdad quería llegar hoy.


No es tu culpa mi niño, solo estas teniendo un mal día. Te guardare las galletas para cuando llegues, ¿sí?


— De acuerdo.


                ***


Al trancar la llamada luego del regaño de mi padre, pude notar que el chico rubio también mantenía una conversación por el móvil, o más bien una discusión, trataba de mantener su voz baja, pero el eco del lugar hacia que su voz llegara al menos hasta mis oídos, después de todo yo era el más cercano. También soy lo suficientemente listo como para saber que el tono que empleaba no era el más agradable, parecía como si estuviera indignado, como si estuviera herido, no lograba descifrarlo bien.


— Ok, ok, lo entiendo. Discúlpame... no, no, escúchame ¿sí?, déjame hablar. No es que no quiera ir, te estoy diciendo que estoy atrapado aquí, no hay trenes hasta nuevo aviso — muerde su labio con frustración mientras escucha atentamente —...por favor, no te molestes, sabes que quiero ir a verte, prometo tomar el tren mañana a primera hora y... ¿Alo? — Mira su celular y frunce sus labios — maldición — susurra para sí mismo, marcando nuevamente y colocando el celular en su oreja.


Al parecer no soy el único que tiene problemas con la familia. Quizás su padre sea tan intenso como el mío, porque desde que lo llevo viendo, ha intentado marcarle tres veces y no le cogen el teléfono de vuelta.


Lanza un pequeño gruñido al aire y toma asiento frente a mí mientras mira al suelo, parecía triste. ¿Debería hablarle? Ser amable en estos momentos no estaría nada mal, en primer lugar, él lo fue primero conmigo al darme un delicioso chocolate sin siquiera conocerlo, además, pasaríamos el tiempo de mejor forma hablando si es que vamos a pasar toda una noche aquí. El señor mayor parecía tomar una siesta y la mujer embarazada escuchaba música con los ojos cerrados, a lo mejor y también estaba dormida.


Abro mi boca dispuesto a hablar pero las palabras no salen, ¿Qué debería decir? ¿"Hey que tal"? Eso no sería adecuado cuando llevamos ya más de 3 horas juntos, ¿"Vas con tu familia"? No, quedaría como un chismoso. Tiene que ser algo más casual, algo como: "Hey, yo te conozco. Eres el modelo de los perfumes y de ropa interior". No, no, tampoco, luciría como si fuera un fan y podría fingir su personalidad natural, no sería cómodo para él tener que lucir como una celebridad toda una noche conmigo aquí. Y en medio de mi debate término diciendo lo más estúpido del mundo:


— Hace mucha nieve, ¿no?


Hay no, quiero patearme el rostro.


Levanta su rostro, alzando una ceja interrogante y mirando extraño, luego parpadea un par de veces, como si estuviera analizando mi comentario.


Genial, hazme sentir aún más patético.


— Supongo, sí — alza sus hombros levemente — hay mucha nieve.


Nos miramos unos segundos antes de que apartara mis ojos con incomodidad, miro mis dedos unos segundos, están rojos, me cruzo los brazos esperando tener algo más de calor en mis manos. El chico me sigue mirando atento y yo trato de esquivarlo a toda costa. ¿Por qué me metí en esto? Ni siquiera sé que más decir y estoy seguro de que si hablo, terminare por meter la pata de nuevo.


Hace mucha nieve... perfecto Jungkook. Eres un genio de la gramática.


— ¿Vas con tu familia? — Pregunta, y gracias a Dios es él el que inicia la charla.


— Sí.


No digo más, por mucho que quise parecer natural y amable, lo único que hice fue lucir odioso. Eso no está bien. Y ya paso mucho tiempo como para seguir la conversación, yo y mi falta de socialización.


Al parecer el chico de voz grave ahora tiene una mala imagen de mí, "el chico odioso del tren" posiblemente esa sea mi etiqueta, porque no me volvió a dirigir la palabra en todo lo que quedo de la tarde. El cielo ya había oscurecido y era poco personal el que quedaba en la estación, el cajero, una señora de mantenimiento y el señor del cafetín.


El cafetín. Lugar al que me mude en busca de más calor. Encontré una mesa cerca de la enorme cafetera eléctrica que esparcía leves ondas térmicas en un determinado tiempo que lograba calentar mi cuerpo.


Eran las 8:58 pm cuando la chica embarazada entra en la cafetería rodando sus maletas y camina directo hasta mi mesa.


— ¿Puedo sentarme aquí?


Asiento de inmediato, sorprendido. Habían más de 20 mesas disponibles, ¿Por qué la mía? No es que me incomode, pero descubrí la intención cuando el calor de la cafetera la golpeo y ella sonrió con gratitud.


— Hace mucho frio. — Dice y solo puedo sonreírle de medio lado, ¿Que se supone que diga? ¿"Sí"? ¿Para sonar borde y que me tachen otra vez de odioso? (Si es que me llegaron a tachar en primer lugar) Mejor me quedo callado antes de meter la pata


Ella saca un libro de su bolso comenzando a leer y no puedo evitar mirarle la barriga, es enorme, pareciera que en cualquier minuto fuera a explotar, como una piñata. Se veía tan frágil. Ella me mira y sonríe, y ahora me siento apenado por estar viéndola sin ningún descaro, según tengo entendido, muchas chicas en embarazo le incomodan que le vean la barriga, espero no haberla incomodado mucho.


— Ocho meses lidiando con esto no es fácil — dice entre una risita, sobando su barriga — hace que te duela la espalda y que los pies se te hinchen. Y te dan unas ganas horribles de comer como cerdo. Se supone que en mis tiempos me la mantenía a dieta, con una cinturita chica, pero desde que esto paso, no hago otra cosa más que comer todo lo que encuentre. — Se hecha a reír asintiendo como si recordara algo — imagínate que una vez se me dio por comer jabón.


— ¿En serio? — Abro mis ojos sorprendido mientras rio junto a ella.


— Y puedo decirte, que era el jabón más bueno que había probado. Bueno, tampoco es que había comido jabón antes como para compararlos, pero Dios sabe que no miento cuando digo que ese jabón era todo un manjar. Compre una docena, cuando mi madre se enteró llamo a la ambulancia y me llevaron de emergencia al hospital, no por el jabón — movía sus manos con cada explicación — mi madre exagera todo, y pensó que los tres jabones que me había comido me genero una infección. — No pude aguantar la risa — Y recuerdo cuando también se me dio por comer papel de baño...


Sin darme cuenta, me encontraba en una divertida charla con la chica, se llama Hanba, tiene 25 años, sigue estudiando derechos a pesar de estar embarazada, se casó a los 24, su esposo tiene 32 y trabaja en Seúl, pero actualmente está en Busan con su familia, y ella iba con él ahora mismo. Tiene ocho meses y medio de embarazo, cuando le pregunte por el sexo del bebé, me dijo que ni ella misma lo sabía porque quería que fuera una sorpresa. Ni siquiera se había hecho ultrasonidos, decía que no los necesitaba.


—...Y no sé, es complicado, porque si es niño va a ser muy duro, ¿Qué tal si resulta machista? ¿Y si embaraza a una chica en la adolescencia? Uno de esos casos de embarazo precoz, temo que eso pase, los varones pueden ser muy fáciles de influir, no piensan mucho, todo es golpes para ellos — ignora por completo mi quejido de total indignación con una sonrisa inocente y continua — ahora que si es mujer, también será complicado, ¿Y si sale embarazada a los quince? Va a querer abortar, yo no lo voy a permitir. Hay no sé, esto de la maternidad es complicado. Quiero un hijo asexual. Sí, mucho mejor...


2:12 am, Hanba estaba totalmente rendida en su asiento, había sido una charla bastante animada, ella parecía hablar hasta por los codos, tenía buena actitud. Miro mis dedos, estaban rojos y fríos, mi nariz debía estar igual, ya he estornudado alrededor de quince veces en cinco minutos, me picaban los ojos y tuve que recurrir a un pañuelo para sonar mi nariz.


— Puede ser un resfriado.


Escucho una voz detrás de mí, me giro y me encuentro con el rubio.


— ¿Está dormida? — Pregunta moviendo su cabeza en dirección a Hanba, asiento para él y frunce sus labios levemente, — ¿Puedo? — Pregunta tomando una silla.


— Adelante.


Toma asiento a mi lado, pasándome uno de los cuatro envases que traía consigo.


— El señor Won también está dormido — dice.


— Gracias — susurro con el envase en mis manos — Tú sigues despierto. — Digo, él me mira de reojo mientras toma un sorbo de chocolate, y noto el movimiento de su garganta al tragar, movimiento que no es nada desagradable a mi parecer.


— ¿Tú por qué no lo estás?


— Me siento incomodo de dormir en una cafetería.


Bufa una leve sonrisa, lamiendo el bigote de espuma que dejo el chocolate.


— Bueno, yo simplemente no puedo dormir en un lugar donde no allá cama — Asiento comprensivo, pegándole un sorbo al chocolate — aunque si tuviera una ahora mismo, tampoco podría dormir.


— Lo sé — me mira extraño — te lo digo, es la cafetería el problema. — Sonríe mirando la mesa mientras golpea sus dedos contra ella. Y yo me siento genial por  hacerlo reír, eso es bueno, quiere decir que no soy tan malo socializando, al parecer la charla con Hanba me sentó bien. — ¿También iras con tu familia? — Aparta el envase de sus labios y los relame luego de tragar.


— No, mi familia ahora debe estar en San Bartolomé.


Mis ojos se abren y el trago de chocolate pareció quedar atrapado en mi garganta un breve periodo de tiempo mientras me ahogaba.


— ¿San Bartolomé? — Pregunto cauteloso mientras limpio mi nariz.


— Sí. — Se me escapa una leve risa con un toque de histeria, y muevo mis cejas para que continúe hablando, él suspira — parte de mi familia vive en Manhattan desde hace once meses y la otra mitad aquí en Seúl, en víspera navideña nos reunimos en la casa de San Bartolomé.


Claro, muy común...


— Yah, claro... típico tener una casa en una isla con playa privada. — Escupo con ironía. Él sonríe de medio lado.


— Solo estás celoso. — Acusa en tono de broma, tomando un sorbo del chocolate.


— Claro que lo estoy — admito, más que nada por seguir el ritmo de la conversación — y pensar que a los modelos les va tan bien para una casa en San Bartolomé.


Sus ojos se detienen fijos en la mesa y sus labios se aprietan ligeramente. Creo que cometí un error al mencionar eso.


— ¿Cómo sabes lo del modelaje? — Su voz gruesa y vibrante penetrando el silencio me hace cosquillas por la parte trasera de las orejas.


— Bueno, ¿Cómo no saberlo? Es decir — me encojo un poco en mi asiento — apareces en revistas de moda y...


Me quedo mudo.


— ¿Y...? — Me incita a continuar con un tono sugerente.


— Y en esas otras... ya sabes.


Él niega con la cabeza, su labio inferior abultado claramente fingiendo que no lo sabía.


— En realidad no, no lo sé.


Termino por suspirar hondo y:


— En las de ropa interior. — Termino por decir casual, muy seguro del estado de mis mejillas en este momento haciéndome quedar mal — no es que me guste observar ese tipo de cosas, soy chico, necesito ropa interior de chico, y ver como lucen en los modelos me da una buena idea de cómo pueden lucir en mí, es todo.


— Ok... yo no dije nada — reprime una risilla bajo el vaso de chocolate — ¿Entonces qué tal? — Pregunta de la nada, y le miro extraño — la ropa interior, ¿Te gusta cómo me luce? ¿O no es de tu agrado?


Bajo el vaso de chocolate y doy gracias a Dios de no haberlo estado tomando cuando hizo la pregunta, de lo contrario lo hubiera escupido con todo y órganos. Trato de parecer que su pregunta no me afecto y formulo una respuesta que no me haga lucir nervioso.


— Am... Bueno, yo... si, bien, sí — tenso mi mandíbula totalmente avergonzado y él alza una ceja oscura y perfecta en señal de no haber entendido — digo, que está bien, es decir, luce bien en ti y-y en todos, claro.


Sus ojos divertidos y llenos de burla no dejaban de mirarme desde hace segundos mientras yo trataba de parecer todo lo normalmente posible, aunque el color de mis mejillas me terminaba delatando de la peor forma.


— Si puedes ir a San Bartolomé, ¿Por qué estas esperando este tren? — Es una curiosidad que me preguntaba desde hace rato, pero la verdadera intención, era disipar el incómodo ambiente que estaba sufriendo.


— Voy a casa de mi pareja. — Dice de repente y mi mente imita el sonido de un disco rayado de dj, como si estuviera deteniendo toda una película que acababa de comenzar. Lo único que pude decir fue un "Oh" — le prometí que este año la pasaría con su familia, últimamente estamos algo distanciados, mi carrera toma mucho de mi tiempo y no puedo verle muy seguido.


— Claro... entiendo perfectamente — me mira de reojo con curiosidad, esperando a por más — bueno, aun no termino mi carrera, pero tampoco es que tenga mucho tiempo libre, para ser sincero, ni siquiera tengo tiempo para mí mismo.


Él asiente totalmente de acuerdo.


— Supongo que lo llevas mal con tu novia también.


Mis cejas se alzan e inflo una mejilla para contener la risa.


— En realidad, estoy soltero. — él abre los ojos y murmura algo así como "oh vaya" — Sí, me refería a que no tenía tiempo para ver a mis abuelos, o a mis padres. Pero a mis abuelos más que todo.


— Yah... que mal, ¿no? — Asiento haciendo una mueca con los labios — ¿Los quieres? A tus abuelos.


— Claro — respondo de inmediato como si fuera obvio. — Son los mejores abuelos del mundo. Acaban de comprarme un Tron de última electricidad juvenil. — El rostro del contrario se contrae en incomprensión y diversión. — Es lo que dijo mi abuelo, aunque estoy seguro de que lo que quería decir era Dron en vez de Tron y tecnología en vez de electricidad juvenil.


Él niega con la cabeza mientras relame sus labios sonrientes.


— Me agrada tu abuelo — dice, tomando el vaso y agitándolo unas cuantas veces para comprobar que ya estaba vacío, una mueca de decepción en sus labios — ¿Quieres otro?


— No, estoy bien así — Se supone que quiero parecer el chico relajado y modesto ante esta situación, sin embargo mi cuerpo se empeña en llevarme la contraria, un estruendoso rugido de mi estómago invade un cierto rango de mi alrededor, rango que cabe decir, involucra también al rubio. Con sus ojos abiertos y sus labios prensados en contención de una carcajada dice:


— Tengo hambre, ¿Sabes? — Yo cierro los ojos queriendo encogerme hasta desaparecer — y no me gusta comer solo.


Maldición.


— ¿Es una invitación a comer? — Le sigo el juego de palabras  modesto y amable aun cuando mi dignidad este ahora totalmente por los suelos.


— Si no te molesta...— sonríe grande, colocándose de pie y extendiéndome una mano.


Tres sándwich de atún, uno de carne, una tasa de ramen y dos chocolates, quede totalmente satisfecho, él parecía el tipo de persona que tomaba confianza y se encariñaba con las personas rápido, porque no desaprovecho la oportunidad de burlarse de mi "gran apetito para un cuerpo tan tiernito" cuando escuche eso solo pude encogerme tímido en mi lugar y gracias a Dios en ese momento me ataco una cuerda larga de estornudos sacándome de mi incomodidad.


En medio de nuestra comida nocturna pudimos conocernos un poco más, resulta que se llama Kim Taehyung, tiene 23 años, no termino la universidad a pesar de estar en la SNU porque la industria del modelaje lo "descubrió" y lo "rapto" para ser modelo de marcas importantes de ropa, diseños únicos, perfumes e incluso salió más de una vez en la página principal de las revistas: Hello AméricaPeople.


La casa de San Bartolomé no la compro él, a pesar de que ahora es uno de los modelos más demandados de la industria, no tiene nada que ver con la fortuna de su familia, ya que venía de una familia adinerada. Resulta que su padre era promotor inmobiliario al igual que su abuelo. Su madre es dueña de la empresa familiar de transporte y su hermana menor había comenzado su carrera como actriz de reparto en Hollywood. Vaya joya, Taehyung tenía una multimillonaria herencia detrás de él, suerte infinita para la mujer que logre amarrarlo.


La verdad es que estuvimos hablando mucho de nuestras familias, me contaba todas sus experiencias divertidas y las no tantas que tuvo que afrontar. La que más me conmovió fue la última, él dijo. que siempre lo tuvo todo fácil, que la vida de Kim Taehyung era perfecta, el dinero lo resolvía todo, amistad, amores, popularidad, lujos. Todo lo que quería lo tenía, era el propio muro de china, pero por dentro solo era un castillo de naipes que se derrumbaría en pedazos de tan solo sentir el primer viento en contra de su vida perfecta. Y ese viento llego de forma inesperada cuando perdió en un accidente de tráfico a su hermano menor. Porque el dinero  no compra de vuelta una vida y por primera vez el control se desbordaba de sus manos.


Creció siendo débil y con una visión distorsionada de la realidad por el lujo, debido a la muerte de su hermano, Taemin, fue que toco fondo con el alcohol, tiempo después entro en rehabilitación, conoció ahí a su actual pareja con la que lleva año y medio de relación, salió adelante con la idea de formar su propio camino sin depender de su familia, estudio hasta quemarse las pestañas y trabajaba medio turno, sus padres no se opusieron, sabían que en algún momento el golpe llegaría y Taehyung tenía que afrontarlo por sí mismo, según ellos, eso definiría el hombre en quien se convertiría. Y según él, estaba agradecido con sus padres por el apoyo.


Y la verdad es que estaba impactado, yo no tenía algo parecido a esas increíbles historias que él contaba, ni siquiera había "tocado fondo" como él lo hizo, hasta me enseño una foto que guardaba en su billetera de su hermano difunto. Me hizo ver, que para solo tener veintitrés ha vivido absolutamente casi todo, cuando yo con veinte no he hecho ni una quinta parte de lo que él ha logrado.


Incluso se lanzó de paracaídas, nado con tiburones, buceo en las playas de Abu Dabi, conoció a Angelina Jolie y a Brad Pitt junto a su cuerda de hijos adoptados cuando le realizaron una sesión de fotos a los tres en Los Ángeles. Y me enseño fotos. ¿Qué le podía contar yo? No estaba a su nivel, por eso, cuando termino sus relatos e insistió en que le contara algo de mi vida. No tuve otra opción más que iniciar con vergüenza mis hogareñas historias nada lujosas.


En ningún momento mostro aburrimiento o desinterés, prestaba atención mirándome fijo a los ojos, sonriendo y comentando, dándome confianza para poco a poco desenvolverme más en el tema, al final se encontró carcajeándose con mis anécdotas; tuve una infancia dura, pero al parecer mi desgracia con mi sobreprotectora madre, hermano y abuelos le hacía gracia. Para cuando nos dimos cuenta, el cielo había aclarado, 7:44 am y la tormenta de nieve seguía fuerte.


— El tiempo se pasó volando.


— El que se pasó de volado fue tu hermano — dice en broma, — ¿De verdad le prendió fuego a ese chico solo por decirte imbécil?


— Sí... Yoongi hyung es de temer. — Sonrió para mí mismo —. Tiene el carácter de papá.


— Dios santo...— masculla en protesta —...pero si te merecías que te llamaran imbécil, incluso más.


— Hey... — Proteste.


— Nada de hey, señorito, — Junta sus perfectas cejas — era la tercera novia que le quitabas al pobre chico.


 — Yo no le quite nada — ahora soy yo quien arruga el ceño indignado — ellas solitas lo dejaron por preferirme a mí, y para que quede claro, las rechace a toditas tres — digo con orgullo.


— Incluso peor — dice él exagerado — imagina a, no solo una, ni dos, sino a tres parejas tuyas terminarte una tras otra solo por un chico que a parte que tiene la osadía de quitártelas, las rechaza como si no importaran o no fueran de su altura. — Recojo mis labios mirando a otro lugar, no lo había visto de esa manera, supongo que no le había prestado mucha atención en el momento, ahora estaba totalmente consternado — ¿Vez? Es horrible. Tenía todo el derecho de llamarte imbécil.


— Bueno... él lo hizo.


— Sí — Dice irónico — y Yoongi le prendió fuego — Aprieta sus labios en desapruebo y niega con la cabeza — tu hermano tiene problemas.


Justo en mi protesta una llamada interfiere en la conversación, Taehyung toma el móvil y sus movimientos parecen diferentes, algo torpes y apresurados.


— Disculpa, tengo que atender.


— Claro...


Sin embargo, ya se encontraba caminando lejos de mí mientras hablaba por teléfono. La llamada duro alrededor de unos cinco minutos y por las expresiones y ademanes que el rubio hacia me imaginaba que pedía disculpas una y otra vez. Al parecer las cosas no iban tan bien. Tomo asiento nuevamente a mi lado, y tal cual como la última vez que hablo por teléfono, se le veía decaído.


— ¿Problemas en el paraíso? — Trato de aligerar el ambiente, y él sonríe, llenando sus pulmones en un largo suspiro.


 — Ayer le dije que tomaría el tren a primera hora — prensa sus labios y yo los míos — y eso ya paso, así que está un poco molesto.


— Lo entiendo, mi padre es igual, uno le dice que...— me detengo abruptamente pensando una vez más en las recientes palabras del mayor, — La persona que llamo era tu pareja ¿Cierto? — Pregunto tratando de lucir normal.


— Sí — dice tranquilo — ¿Por qué?


— Am, no por nada. — Me encojo de hombros levemente y arrugo un poco la nariz— Solo preguntaba, es decir, suelen llamar muchas personas y solo quería saber si acerté al pensar que era tu novia cuando bien podría ser... no sé, ¿Tu madre llamando desde la isla privada para saber cómo estaba su hijo modelo?


Él sonríe grande, cuadrado, sus dientes blancos y brillantes, sus labios largos y matizados, su voz ronca seduciendo... era un chico peligroso.


— Bueno, dudo que mi madre llame a esta hora — mira su reloj y medita un poco — veras... ahora deben de ser alrededor de las 2 am en San Bartolomé, así que debe estar con sus rollos en la cabeza, su mascarilla de aguacate y su enorme antifaz rosa. — Suspira con exageración mientras yo le miro con ganas de reír. — Sí, mi madre es una diva empedernida  —. Ah este punto ya no sé si me rio por si suena chistoso o porque me acostumbre a reír por cada cosa que decía, era difícil, casi todo lo que dice me provocaba una risita por más mínima que sea y cuando no era eso, estornudaba como loco — y para que te quedes tranquilo, acertaste en suponer que hablaba con mi pareja hace unos minutos.


— Yah. Ella debe estar triste, ya es 30 de diciembre y no has llegado. — Él asiente pensativo.


— Sí, esta con los nervios alterados, aunque...— golpea su índice con la mesa mirándome con cautela —  no es un "ella" es un "él" — Corrige sonriendo de lado.


¡JAA! LO SABIA


— Oh vaya, no lo sabía...


— No te preocupes, en realidad casi nadie lo sabe, solo mi familia y varios de mis amigos de confianza... y bueno, ahora tú. Debes de sentirte privilegiado. — Abro la boca con falsa conmoción — no me mires así, digo la verdad. Muchos matarían por saber esta información, de hecho me extorsionarían, no es como si tratara de ocultarlo, si me preguntan lo digo, pero tampoco es que me guste ventilarlo a los cuatro vientos. Por eso, que yo te contara esto con menos de 24 horas de habernos conocido, es algo significativo, Jeon Jungkook. — Alza sus perfectas cejas para darle énfasis — así que me debes un secreto tan gordo como el que yo te dije para quedar a mano.


— No es justo, yo no te obligue a nada.


— Que yo tampoco lo estoy haciendo — alza sus manos en inocencia — solo digo que muestres tus modales y equilibres las cosas, siento que ahora tienes poder sobre mí, eso es injusto, yo debería de tener un poco sobre ti también ¿no te parece?


Yo y mis dobles interpretaciones mal pensadas… el hecho de que allá conseguido un chico divertido, atractivo y gay no signifique que pase algo, aunque sea primera vez que me encuentre con uno, al menos que lo admita abiertamente como si no fuera uno de los más grandes tabú de Asia. A parte, TIENE novio, de un año y medio. La verdad es que no sé qué hacía emocionándome por conseguir a otro chico gay, soy tan tonto.


— La verdad es que soy un libro abierto — digo sin más — lo que vez es lo que soy, no tengo secretos. — Él entrecierra sus ojos en mí.


— Todo el mundo tiene secretos, Jungkook.


— Sí, pero yo no soy todo el mundo — arrugo mi nariz, ese comentario había sonado arrogante de la manera en que lo dije — yo soy yo, y no tengo secretos, en serio.


— Bueno... si tú lo dices. — Se encoge de hombros.


Continuamos con la charla, entre trivialidades nos conocíamos más y yo con el tiempo parecía volverme adicto a los tonos graves de su voz, la geometría de sus labios y la delicadeza de su piel. Las cosas parecían ir mejorando, porque a un cuarto para las tres de la tarde, comunicaron que las vías ya podían prestar servicios de transporte. El tren llego por fin, y nunca pensé verlo tan vacío como hoy.


Tomo asiento al lado del ventanal de los primeros puestos y cierro mis ojos unos minutos, me arden y mi cabeza duele ligeramente, por lo menos ya llevaba más de dos horas sin estornudar, aun así, sentía la nariz congestionada.


Una charla hasta al amanecer y Taehyung parecía formar ahora parte de mi pequeño círculo social, cuando abro los ojos me lo encuentro ocupando el asiento a mi lado, Hanba estaba a dos asientos por detrás de nosotros y el señor Won en los últimos.


***


—...Sí, doy gracias por lo comprensiva que fue mi familia en ese momento — dice para luego suspirar — soy de las personas que no se puede quedar callado cuando se tratan de esas cosas, y si no lo decía rápido terminaría explotando.


— ¿Así que una semana después de enterarte, tú solo no aguantaste la presión y se lo dijiste en la cena familiar? — Él asiente — ¿Así de fácil?


— No fue tan sencillo — sonríe levemente — yo estaba realmente aterrado, mi familia es muy importante y necesitan dar una buena imagen al mundo. También son muy apegados a la cultura, así que estaba más que aterrado cuando todos me miraron directo a los ojos mientras yo esperaba que me dijeran algo por ser gay.


— ¿Y qué paso después? — Pregunte totalmente curioso.


— Vomite — admite avergonzado, riéndose mientras desviaba el rostro.


— ¿Vomitaste? — Pregunto incrédulo — ¿En serio?


— Te dije que estaba aterrado, — se excusa apenado, mirándome nuevamente — no soy bueno lidiando con la presión, soy tan básico que hago lo que siento, digo lo que pienso y exploto en cualquier momento si de aguantar mis emociones se trata. — Explica — así que me vine en vomito en toda la cena.


— Dios mío — digo entre risas. — Eso es asqueroso.


— Sí, lo es. — Asiente totalmente de acuerdo —. Nadie pudo volver a comer en esa mesa, de tan solo verla traía el recuerdo desagradable, así que mamá compro otra, pero tampoco podían comer frente a mí porque se les quitaba el apetito, decían que cada vez que abría la boca para comer sentían que iba a vomitar nuevamente. — Mi risa se intensificaba cada vez más — pero como yo no era reemplazable, mi padre decidió que lo mejor era comer en mi habitación hasta que ya no se acordaran de ese incidente.


— ¿Y cuánto tiempo duraste comiendo en tu cuarto?


Él sonríe más amplio.


— Sigo comiendo en mi habitación.


Ambos nos echamos a reír por un momento, recuerdo decir "Tiene que ser mentira" y él responder algo como: "Yo no miento" pero estaba demasiado ocupado recuperando el aire como para prestarle demasiada atención.


— Sí, bueno...— continua — mi madre me dijo que ya lo sabía. Mi padre que lo suponía. Y mi hermana solo chilla emocionada, de hecho, nuestra relación fue incluso mucho mejor después de eso. — Frunce el ceño — nunca lo entendí, es como si ser gay fuera un imán para la confianza de las mujeres.


— Pues, supongo que es porque tienen dos en uno.


— ¿Dos en uno?


— Si, ya sabes, como una mescla de chico y chica en un mismo contenedor.


Bufa una sonrisa.


— En realidad me considero totalmente chico. Nací chico, me gusta ser chico y me gustan los chicos. — Sus cejas delineadas se alzan enfatizando con un toque de picardía. — Por cierto...


Sus oscuros ojos toman una acción de seriedad, totalmente fijos en los míos, su analítica mirada me estremece, me incomoda, y el dolor en mi cabeza se intensifica levemente, pero por más que quiera no puedo apartar los ojos de los suyos, es como si fuera el agua y yo un pez, obligado a depender de él... ¿Abra descubierto que soy gay? Según las lenguas por ahí, dicen que los gays son expertos en detectar a otros con solo mirarlos.


 — ¿Te sientes bien? — Pregunta, dejándome totalmente desconcertado — te vez pálido — su larga mano toca mi frente y el frio contacto de su piel tranca el aire en mis pulmones — estas caliente, Jungkook — dice en tono preocupado, frunciendo el ceño — ¿Por qué no me lo habías dicho?


— ¿D-Decir qué? — Estaba tan atento a su tacto que sus recientes palabras solo son un audio-espejismo en mis memorias.


— Te duele la cabeza, ¿cierto? — Asiento levemente.


— Pero no es nada, se me pasara.


— No es un simple dolor de cabeza — niega tomando el morral a su derecha y comenzando a rebuscar — estas resfriado, — saca una cajita no más grande que su palma — ten, toma esto — me extiende una pastilla y un bote de agua mineral.


— ¿Cómo sabes que es un resfriado?


— ¿Cómo sabes tú que no es un resfriado? — Le miro irónico y él suspira divertido. — Estudiaba medicina en la SNU — Abro mis ojos de forma exagerada, medicina era incluso peor que mi carrera, era demasiado exigente, aún recuerdo ver a los estudiantes de medicina deambular por los pasillos como si fueran almas errantes de lo fatal que se veían por estudiar tanto — y no hay que ser médico para saber que estas resfriado. Estas pálido, hasta hace no mucho no dejabas de estornudar, tu nariz...— Toca la punta de mi nariz con su largo dedo — esta roja y mocosa, te duele la cabeza y tienes unos 38 de fiebre.


Pestañeo un par de veces entrando en la realidad.


— Pero... me siento bien.


— A ver, ¿Quién es el medico aquí? — Pregunta frunciendo el ceño — yo, yo lo soy, — dice antes de que pueda contestar — así que tomate esto — me arrebata la pastilla y en un movimiento rápido la mete con su pulgar en mi boca — y descansa, ahora puedes sentirte bien, pero luego te estarás muriendo del malestar.


— De acuerdo, doctor Kim.


Me había obligado a dormir, y para asegurarse de que no mirara el ventanal mientras fingía estar descansando, me dio su antifaz de noche, aun así no pude dormir, estaba seguro que había intentado hacerlo, pero no podía conciliar el sueño, quería seguir hablando con Taehyung, me gustaba lo fácil que era iniciar una conversación con él, además, ya había pasado una hora desde que me había ordenado dormir, y la única razón por la que no me quite el antifaz y lo lance lejos, era porque tenía su leve aroma.


Espero no ser tan evidente y verme como si estuviera oliendo el antifaz, eso sería raro, más bien espero que Taehyung no me esté mirando, eso sería aún más raro, aunque bueno, ¿Por qué debería de mirarme? Un modelo como él, tiene que tener un novio de su altura, no podría estar fijándose en alguien como yo.


Además, tiene novio, de un año y medio, ¿Y qué más me da? Es decir, no es que me interese Taehyung, admito que tiene buenas cualidades, es divertido, por su forma de hablar se nota que es inteligente, es amable y culto, su piel es tersa y su tacto suave, sus ojos profundos pero reconfortantes, sus dientes brillantes y blancos, sus labios acolchados y deseables, su sonrisa geométrica pero contagiarle, su voz rasposa y excitante... ¡basta!


Trago grueso y respiro hondo, estoy asustado. Esto no puede ser cierto, ¿Qué está pasando? Solo llevo horas conociéndolo y estoy pensando en él como si fuera lo mejor que me hubiera pasado en años, incluso en toda mi vida. Es demasiado ridículo, hasta el día de ayer solo era el chico del tren, ahora es el chico de mi mundo ¿O qué?, Sé que es gay, y su personalidad atrayente, y sé que nunca había conocido a alguien como él, de hecho, no es que conozca a mucha gente, y para ser objetivos, él es el primer gay que conozco. ¿Pero soy tan fácil como para fijarme en una persona en menos de un día de conocerla? No puedo creerlo. Eh caído bajo.


Me quito el antifaz lentamente, solo para quedar en shock de boca abierta por encontrarme a un Taehyung dormido MUY cerca de mi rostro, un golpe directo a mi corazón, el aire estancado en mis pulmones y la presión cosquillosa en ellos era lo único que necesitaba para saber que mis ojos estaban puestos de forma muy comprometedora en él. Y quería llorar de la frustración. ¿Tan desesperado estaba por conseguir un primer amor que me vine a fijar en un completo desconocido que parecía rellenar todos los requisitos que necesito?


De repente sus ojos se abren de forma lenta, pero demasiado rápido como para que yo pueda reaccionar, solo nos quedamos ahí, mirándonos unos segundos, yo aun en mi avergonzado shock y él tan natural y encantador... hay Dios, ahora digo metáforas que lo favorecen.


— ¿Te sientes mejor? — Susurra, su cálido aliento a menta haciéndome cosquillas en la nariz. Yo asiento lentamente y él sonríe de medio lado, desviando la mirada y luego apartándose — vuelvo en un momento.


Solo cuando lo veo alejarse es cuando recuerdo como respirar, el aire atascado en mis pulmones sale con fuerza y me encuentro agitado mirando a la nada mientras intento convencerme de que no es solo más que un capricho estúpido de chico virgen. Busco rápidamente mi celular y marco a la única persona que tiene mi confianza.


¿Kook?


— Yoongi hyung, necesito ayuda. — Escupo rápido.


¿Qué pasa?, ¿Dónde estás?, ¿Vas a venir?, Papá dijo que tomaste el tren de las tres.


— Sí, sí, todo está bien, estoy en el tren.


— ¿Qué sucede entonces?


Giro mi cabeza para asegurarme de que Taehyung no aparezca y me acomodo mejor en mi puesto, acurrucado en mi asiento y asegurándome de bajar mi voz para que solo Yoongi pueda escucharla.


— ¿Cuánto tiempo te toma enamorarte de alguien?


Hubo silencio por unos segundos, sabía perfectamente la cara que podría tener mi hermano en estos momentos.


— ¿Te estas burlando de mí, mocoso?


— No, no, claro que no hyung — Miro hacia atrás nuevamente — estoy hablando muy enserio — me acurruco de nuevo en mi asiento. — Aunque bueno, enamorar no, ¡gustar! ¿En cuánto tiempo te puede llegar a gustar alguien?


— No entiendo, ¿Por qué preguntas algo como esto?


— No importa, solo dime. — Chillo en un susurro desesperado.


— Claro que importa, si preguntas eso significa que alguien te gusta.


— No — respondo rápido.


— ¿Ah, no? — Se burla,


— No lo sé. — Amito —. Por eso te pregunto. — Un suspiro se escucha al otro lado.


La verdad, es que no sé — hace una pausa meditando por unos segundos — todo depende.


— ¿Depende de qué?


De la persona, claro — dice con absoluta seguridad — si es lo que buscas, y si no lo es asegúrate de que lo que tenga sea de tu agrado, si no, no es la persona adecuada para ti.


— ¿Y en cuanto tiempo se sabe eso?


Depende también de la persona — cierro mis ojos sintiéndome derrotado.


— No entiendo.


Hay muchos tipos de personas — regaña — unos tienen más facilidad de expresarse que otros, y si quieres conocerla tienes que ir a su ritmo y no imponer el tuyo propio, no es adecuado. El tiempo depende de la personalidad de ella  —  aclara tomando una pausa — solo tomate el tiempo de conocerla bien y lo sabrás cuando el aire se te quede trancado en los pulmones. — Abro grande mis ojos y muerdo mi labio frustrado recordando ese hecho hace menos de un minuto.


— ¿Y si eso ya paso?


— ¿Ya paso qué?


— Lo de los pulmones, si eso ya paso, ¿Qué significa?


Hubo silencio y lo único que interfería en él eran los pequeños espasmos que Yoongi hacia tratando de hablar sin excito.


— ¿Puedes decirme que mierdas pasa? — Pregunta serio.


— No lo sé, — susurro meditabundo — ¿me gusta alguien?


— ¿Me lo estás preguntando? — Masculla — debería de ser YO quien lo pregunte. ¿Te gusta alguien?


— Creo.


— ¿Como que crees? — Me regaña — ¿Ya se conocieron? — Pienso por unos minutos en la conversación que duro horas y horas.


— Algo así, se mucho de su familia... y de su vida.


¿Es de la universidad? — Pregunta y recojo mis labios en un punto para decir:


— No —  esperando que no pregunte más.


¿Entonces? — Pero obvio que hyung preguntaría.


— Del tren — digo rápido y bajo, arrugando mi nariz esperando que mi sobreprotector hermano explote.


¿Te gusta alguien del tren? — Masculla — no me jodas Jungkook, ¿Es la rubia que vende los boletos? — Arrugo mi nariz, ¿Cómo decirle que es un sexy CHICO?


— No, pero es alguien que se los compra — Prenso mis labios esperando su respuesta, Yoongi solo suspira, y creo que ya entiende de que trata todo más o menos.


¿Cuánto tiempo llevan conociéndose? — Es lo único que dice.


Tenso la mandíbula y cierro mis ojos con fuerzas, se lo que viene cuando digo:


— Horas...


Hablas de más de 356 horas. ¿No? — No digo nada, haciendo una mueca con mis labios mientras miraba con ojos bien abiertos hacia un lugar fijo esperando a que Yoongi explotara — Jungkook, dime exactamente cuántas horas. — Pregunta en su tono serio de voz.


— Unas...— aprieto los dientes —  ¿Diecisiete?


Diecisiete...— susurra para sí mismo — ¿me estas queriendo decir, que conociste a esta chica en diecisiete horas y ya estás enamorado de ella?


— No, te estoy preguntando en cuanto tiempo puede llegar a gustarme alguien.


— Y me dijiste que ya los pulmones se te trancaron.


— Estoy enfermo. — me excuso.


— De amor, maldita sea.


— No.


— Claro que sí, eres virgen...


— ¡Claro que no! — Interrumpo.


— Claro que sí, te conozco mejor que a mí mismo, se lo ilusionado que eres, lo romántico empedernido que eres, y aun así nunca has tenido un primer amor. — Dice en tono de regaño — ¿Sabes que pasara ahora que encontraste tu primer "amor" de solo horas? — No respondo, porque es costumbre el quedarme callado cuando me regaña — Exacto, no sabes. Pero yo sí: te ilusionaras, te encapricharas, y terminaras con el corazón roto, simplemente porque no es más que una ilusión.


— Pero no me gusta nadie.


— ¿A no? — Burla — compara tus síntomas con los de las protagonistas de los libros románticos que lees y dime si me equivoco.


Suspiro con molestia, porque no hay nada más molesto que me digan algo que trato de ocultar, sé que sufro de algunos síntomas, como el pulso acelerado cuando Taehyung me toca, la hipnosis hacia sus atractivos físicos, como sus ojos o su sonrisa, el golpeteo rápido de mi corazón con los tonos graves de su voz, y todo crece conforme el tiempo avanza y lo conozco más. Lo sé, no tienen porque decírmelo.


— ¿Crees que pueda gustarme de alguien en tan poco tiempo? — Pregunto levemente —. Solo quiero que me aclaren esa duda hyung, nada más, lo demás lo sé por mí mismo. — Él suspira, y puede que no lo esté viendo, pero lo conozco demasiado bien como para saber que en este mismo instante está negando con la cabeza.


Te dije que no lo sabía, todo depende de la persona. Pero sí, supongo que puede llegar a gustarte alguien en ese breve periodo de tiempo — toma una pausa —. No es común, ¿sabes? Las personas de hoy en día, y creo que desde siempre, tienen la tradición de querer conocer a ese alguien antes de ilusionarse y terminar decepcionados, pero hay unas pocas que se ilusionan primero y luego conocen, sin importar lo que venga después — Otra breve pausa y su voz sale más lenta y soñadora. — El resultado puede ser diez veces mejor del que esperabas, pero también puede ser mil veces peor de lo que imaginabas. — Había algo extraño en su voz, algo que me preocupo. ¿No será que él...?


— Hyung... ¿Te encuentras bien?


Claro que lo estoy — Dice normal y arisco.


— Ah... bueno es, es que crei...


Nada. — Me interrumpe — ¿Aclaraste tus dudas?


— Sí, si lo hice — claro que lo hice. Claro que era posible que me gustara alguien, claro que era posible que me gustara Taehyung.


Apresúrate en volver ¿Quieres? — Masculla en forma de regaño, pero yo sé que solo oculta las ganas de verme. — Hay gente que quiero presentarte. — Frunzo el ceño ¿invitados para navidad?


— ¿Cómo? ¿Hay invitados?


— Solo uno.


— ¿En serio?


— Se, tiene muchas ganas de conocerte, le he hablado mucho de ti, tienen el mismo gusto en leer esos asquerosos libros románticos, e incluso ve crepúsculo cuando esta depre... igual que tú.


Arrugo la nariz.


— Ya no veo eso, lo supere.


Digamos que te creo. — Sé que no me cree. Pero la verdad es que ya lo supere, mejor dicho, ya supere a Jacob.


— ¿Entonces? — Pregunto emocionado.


— ¿Entonces qué? — Dice arisco.


— ¿Quién es la persona invitada?


Oh... bueno — aclara su garganta — es de la familia.


— Pero si conozco a toda la familia — arrugo el entrecejo extrañado y el leve dolor de cabeza que sentía creció cuando: — hay no me digas que es un hijo oculto de papá...


— No, no. — solté un suspiro de alivio.


— ¿Entonces? ¿Qué parentesco tengo con él... o ella?


— Eres su cuñado. — Mi boca se abre grande cuando ato cabos y las punzadas en mi cien se aceleran por el flujo de emociones revoloteando en mi pecho.


— ¡Hay no me jodas!


— Esa boca niño.


— ¿Tienes novia?


— Nos vamos a casar.


— ¡¿Qué?! — Chillo — ¡¿Es tu prometida?!


— Te digo todo cuando llegues, te quiero Kook, hasta luego...


— No, espera...— Alejo el teléfono de mi oreja — rayos, me colgó.


Desistí de volver a marcar el número de Yoongi cuando mis ojos se topan con Taehyung, estaba de pie detrás de su asiento mientras me miraba extraño, alzo un poco la vista y Hanba me miraba de igual forma, creo que excedí en el volumen de mi voz.


— ¿Todo bien? — Pregunta.


— O sí, sí, claro.


— Bien — Dice ladeando los labios de esa forma que solo él puede hacer  — ten — me extiende una bandeja de aluminio cuando toma asiento a mi lado. Al abrirla me encuentro con una porción de arroz, carne en cuadritos y ensalada.


— ¿De dónde...?


— No preguntes, y come — toma los palillos y con agilidad mete un cuadrito de carne en mi boca justo cuando planeaba replicar — tus defensas están bajas, tienes que alimentarte adecuadamente, y consumir mucha proteína.


—...No se puede comer en el tren. — Mascullo con la boca llena mientras él seguía metiéndome comida para dejar de hablar.


— Nadie nos está viendo.


Por alguna razón, que conozco muy bien, deje que Taehyung siguiera dándome la comida entre comentarios graciosos y unos que otros halagos normales hacia mis facciones aniñadas, en determinados tiempos me hacia la misma pregunta "¿De verdad tienes veinte?" Estaba avergonzado, pero complacido. Nunca me había dejado dar la comida en la boca por otra persona que no fuera Yoongi hyung o mi madre. Tampoco es como si otras personas lo hayan intentado antes, pero estoy seguro que no las habría dejado.


A lo que me lleva a la conclusión de que Yoongi hyung tenía razón, estoy teniendo una especie de capricho, una opción con Taehyung por estar recibiendo de alguna manera el afecto que nunca me permití recibir en mi adolescencia, puede que al final si resulte levemente herido, pero nada más, sería algo pasajero, no es como si lograra involucrarme mucho con él en este breve periodo de tiempo, así que está bien mientras disfruto las próximas cinco horas de viaje, porque estoy seguro, que en 24 horas nadie puede dejar una marca tan profunda como para romper un corazón. Como siempre, Yoongi exageraba todo.


— Solo me duele un poco la cabeza — digo cuando pregunta si todavía había algo que me molestara.


— ¿Mucho? — Niego con la cabeza. — A ver, — se acomoda en su asiento, subiendo una pierna en él y quedando frente a mí, incitándome a hacer lo mismo. Ya ambos frente a frente, coloca sus dedos fríos y suaves a cada costado de mi frente, sobando mis cienes. Me quejo, porque duele, y el dolor de cabeza es aún más fuerte — Tranquilo, relájate. — Dice con voz lenta — piensa en otra cosa, olvídate del dolor — ¿Pero cómo olvidarlo cuando te está martillando la cabeza? Sin embargo, no tuve que pensar en nada para dejar el dolor en segundo lugar.


Porque la única distracción que necesitaba estaba justo frente a mí, quede nuevamente enredado en las órbitas de sus ojos, un rayo opaco de sol entro por el ventanal a mi espalda dando en uno de los ojos de Taehyung, pude notar el leve tono marrón de su pupila y el punto negro en medio de ellos hacerse más pequeño, su piel blanca brillo por el reflejo de los copos de nieve brillantes que caían del cielo, sus labios largos y rojos por el frio, delineados en leves curvas naturales, su cincelada mandíbula y el movimiento de su garganta al tragar fuerte era por mucho combinaciones peligrosas en un solo cuerpo.


Él sabía que lo miraba, yo sabía que me estaba mirando igual, sus ojos bailaban por todo mi rostro, pero como si se tratara de algo normal y natural, seguimos haciéndolo, sus dedos siguieron girando en mis cienes, ahora cambiando el ritmo a lentas caricias, traga grueso por segunda vez y mis ojos fijos en su garganta hasta captar el movimiento que manda señales a lo largo de mi cuerpo, erizando la piel en el trayecto.


Parecía que sentía su rostro cada vez más cerca. Porque podía ver con mayor nitidez lo perfecta que era su nariz, las delicadas y abundantes pestañas alrededor de sus ojos, pude notar también que Taehyung tenía un ojo con doble parpado y me pareció tan excéntrico, dotado de belleza natural.


Otro sonido de trago grueso, pero en la garganta de Taehyung no había ninguna alteración, lo que me indica que fui yo, tampoco es que pueda ver ahora la garganta del mayor, su respiración choca contra la mía, y mi pecho subía de forma acelerada, sabía que estaba viendo su rostro demasiado cerca, pero no que estuviéramos acercándonos mutuamente sin darnos cuenta, mis labios se abrieron levemente, lo suyos igual.


El dolor en mi cabeza reclamaba atención, pero yo me rehusaba a prestársela en estos momentos, así que la pateaba lejos, nadie se interpondría en lo que llevaba esperando más de una década de mi vida. Su aliento a menta hizo cosquilla en la nariz y mis ojos se cerraron para recibirlo.


Atención señores pasajeros. Debido a la tormenta de nieve, el tren tendrá que detenerse hasta nuevo aviso, le recordamos que es por su propia seguridad. Por favor, permanezcan en orden y en sus asientos.   


Mis manos se apretaban con fuerza a los costados del asiento, ambos con los ojos muy abiertos mirándonos asustados, seguía sintiendo su respiración mezclarse con la mía, pero el momento mágico había desaparecido. Hace solo segundos estábamos a punto de besarnos, y como si acabáramos de entender la gravedad del asunto, nos separamos abruptamente, acomodándonos en nuestros correspondientes puestos. Mirando al frente. Avergonzados.


Él tiene novio, no quiero ser un tercero, eso me convertiría en el antagonista de la historia y siempre odie a esos personajes que se interponían en la felicidad de los demás.


— Lo siento — Su voz grave y llena de culpa llega a mis oídos, le miro de reojo y me miraba igual, pero al hacer contacto conmigo desvió su mirada con un deje de culpa — no sé qué paso, lamento si te incomode. Solo quería calmar tu dolor de cabeza y-


— Esta bien — interrumpo, no podía seguir escuchándolo hablar con ese tono lleno de culpa cuando yo tenía incluso más culpa que él, yo quería que eso se diera en el momento, fui yo quien se lo quedo mirando más de lo debido y de forma nada discreta — no me incomodaste — él me mira de reojo — digo, está bien. No pasa nada, no tienes que disculparte, estamos en un tren, es normal que a veces nos movamos sin querer, ¿no? — Él parece meditarlo. Sabía tan perfectamente bien como yo que el tren no tenía nada que ver pero:


— Tienes razón — sonríe de lado. Ambos estábamos dispuestos a desviar la culpa para poder mirarnos a los ojos sin ningún tipo de incomodidad, porque sabíamos que aún faltaba más de cinco horas para llegar a Busan, y también sabíamos, que aunque no le estuviéramos prestando atención en ese momento, el tren se había detenido mucho antes de que nuestros rostros estuvieran tan cerca. — Tu cabeza, sigue doliendo, ¿cierto? — Pregunta sonriendo, aunque sabía tan bien como yo que así era, porque tanto ajetreo de emociones, no traía nada de la tranquilidad que se necesitaba para calmar el dolor, y como estudiante de medicina, él debía de saber eso.


 — Bueno... al principio estaba funcionando — digo mostrando los dedos, y me siento culpable de haber dicho algo como eso, porque ambos desviamos la mirada avergonzados, sabiendo porque el efecto había tomado otro rumbo muy lejos de lo tranquilizante.


— Si quieres...— habla ronco, y aclara su garganta. — Si quieres puedo seguir...— y tímidamente me muestra sus dos largos dedos.


— No hay problema — digo enseguida, tratando de hacer que todo  vuelva a tomar un rumbo natural, colocándome frente a él de nuevo pero con los ojos bien apartados de su cincelado rostro. Me rehusaba a ser ese antagonista que destruye una relación de un año y medio.


Para mi sorpresa, minutos después, me encontré con sus  alegres ojos de vueltas y su hermosa sonrisa rectangular, como si nada hubiera pasado, nos vimos hablando de libros y tenemos gustos muy diferentes, tanto en autores como en géneros, él era todo un fan de lo sobrenatural y la acción, yo sobre el misterio y el romance difícil. Admito que me dio vergüenza admitirlo en un principio, pero me doy cuenta de que con Taehyung pierdo el miedo y la vergüenza al cabo de los segundos. Me he dado cuenta también, de que es una de esas personas que inspiran confianza de tan solo hablar o sonreír.


— ¿Cómo no puedes amar a los antagonistas? — Pregunta con total indignación — son los que le dan sentido a la historia, más si es una de un amor imposible.


— Igual, siempre vienen y destrozan todo lo bonito, — digo agitando mi dedo — todo en la relación por fin va bien, y parece que ya nada  puede ser peor que lo anterior, cuando llega el antagonista y lo arruina, creando otro arco, o una segunda edición.


— Pero esa es la idea — cuestiona — es su trabajo, además, ¿no te has leído uno de esos libros donde el antagonista resulta siendo el verdadero protagonista y vienes descubriéndolo justo a la mitad del libro? — Alza sus cejas sugerentes — son muy confusos y sientes ganas de estrangular al autor.


— En realidad siento ganas de ahorcar al protagonista que no es el protagonista por dejarse quitar el puesto por el que se supone que era el antagonista. — Ambos rompemos en carcajadas.


A eso de las cinco y media llamo a casa, llevábamos más de una hora en paro, la nieve aun no cesaba y gracias a Dios el vagón estaba a una temperatura soportable, mi padre esta vez no me regaño, simplemente parecía rendido y eso me afecto incluso más que sus regaños, me dijo que no importaba y que llegara cuando quisiera.


Realmente me estaba haciendo sentir culpable, y con todo lo que he hecho y pensado en este vagón, me sentía incluso más culpable, porque mi familia preocupada y esperando mi llegada mientras que yo me la mantengo aquí, quitándole el novio a otra persona. Soy un mal tipo.


Me miro al espejo, arreglo un poco mi flequillo y reparo en mi aspecto antes de salir del baño y encontrarme la espalda de Taehyung.


— Hyung, ¿Qué haces aquí?


Él se gira y coloca su dedo en sus labios, pidiendo que guarde silencio.


— Ah, es un amigo — dice al teléfono — no, claro que no. Estoy en el tren...— él continua hablando mientras yo le doy la espalda y me dirijo a mi asiento, porque sé que está hablando con su novio.


— ¿Todo bien? — Pregunto cuando toma su lugar a mi lado, él niega apretando sus labios con la mirada fija al suelo — ¿Sigue molesto?


— Molesto queda corto, él piensa que...— Se detiene, mirándome unos segundos —...piensa muchas cosas — termina por decir, apartando nuevamente la mirada — es un poco paranoico a veces, cree que no quiero ir y que solo pongo excusas para así lograr que me diga que me quede en casa.


Bufo una sonrisa a la vez que él y abro mis ojos pensando en que ese chico era un poco paranoico de verdad.


— Dijiste que lo conociste en rehabilitación, ¿no? — Él emite un sonido de afirmación — ¿También tenía problemas con el alcohol?


— No — niega enseguida — ese centro de rehabilitación admitía a todo tipo de persona que necesitara ayuda — explica — su problema era muy diferente al mío.


— ¿Cuál era? — Pregunto curioso y sus ojos bailan unos segundos a un costado del tren, parece meditar si decirme o no — no tienes que decirme, — digo de inmediato — entiendo que sea privado.


— No, está bien, — dice para calmarme y la verdad funciona, porque me estaba sintiendo como un completo intrépido — solo busco la forma correcta de decirlo, es un poco difícil...


— Entonces dejémoslo para después — propongo — mejor cuéntame otra cosa. — él parece divertido.


— Mejor TÚ cuéntame algo — ironiza — siento que yo he hablado mucho.


— Quizas porque si, hablas mucho. — Abre la boca en falsa ofensa y yo sonrió pequeño arrugando mi nariz — ¿Qué quieres que te diga? Soy un libro abierto.


— Pues a ver, — frunce sus labios un segundo — ¿Cómo es eso que nunca has tenido novia? — Entrecierra sus ojos en mí, como si fuera un mentiroso.


— Nunca he tenido una. — Aclaro.


— ¿Nunca, nunca? — Niego con mi cabeza y una mueca en los labios — Por Dios, eso es un descaro, hasta yo tuve novias, Jungkook, y muchas, y soy gay. — Ironiza.


— Eso si es un descaro. — Acuso y el alza sus cejas negando de inmediato.


— Por supuesto que no — rectifica a la vez que yo asiento muy convencido de mi suposición — estaba en una edad donde necesitaba descubrirme, y lo más común era tener novias. No podía ir por ahí pidiéndole a un chico que fuera mi novio, ni siquiera sabía que me gustaban los chicos para ese entonces.


— ¿Cuantos años tenías?


— Alrededor de unos catorce-quince.


Asiento levemente.


— Así que no puedes acusarme de nada. — Hago una mueca con los labios y admito mi derrota con un "está bien" —. Sin novias durante veinte años — murmura con sorpresa — eso es fuerte — asiento levemente — y triste — bufamos una leve sonrisa y luego de unos segundos de silencio dice: — ¿Y novios? — Pregunta con cautela y le miro de reojo, muy atento. Él lo sabe.


— ¿Cómo? — Pregunto teniendo la esperanza de que cambie la pregunta y no me vea forzado a responder.


— Si te digo algo... ¿No te enfadaras conmigo?


No me gustan ese tipo de preguntas, cuando dicen eso es porque claramente harán que la persona se enfade. Pero uno es masoquista, y como si quisiera enfadarme, sedo a la petición.


— Claro, adelante. — Y aquí voy, directo a enfadarme.


— Me di cuenta de tu homosexualidad desde mucho antes de conocer tu nombre — suelta de golpe.


No estoy enfadado, estoy afectadísimo, totalmente avergonzado, rojo y sudando, ¿Tan amanerado soy que él se dio cuenta así de rápido?


— ¿C-Como...? Yo no soy...— Pero algo en sus ojos me impulso a dejar de seguir mintiendo, porque sabía que él ya sabía la verdad, y al único que lograría mentirle seria a mí mismo — ¿Desde hace cuánto lo sabes?


Sonríe con los labios apretados y suspira hondo.


— Bueno... tú recuerdas ese día...— dice lento y cauteloso —...cuando perdimos el primer tren — recuerdo el tren irse y a Taehyung a unos metros de mi —...y el perro te hecho agüitas en la pierna — mis labios se fruncen en indignación, no puedo creer que Taehyung recuerde eso, que vergüenza.


— ¿Qué tiene que ver eso? — Mascullo irritado.


— Que precisamente después de eso, saliste como toda una diva orgullosa de la estación de trenes. — Comienza a contener la risa — y la forma en como pateaste al perro para que se alejara... no fue muy varonil que se diga.


Hay Dios mío, soy el propio gay en la calle, pasando pena.


— ¿Tanto así?


— Nah — dice después, soltando la carcajada retenida — solo quería ver tu cara cuando te mencionara lo del perro, — suelto un suspiro de alivio y estrello mi puño en su hombro — pero lo de que saliste como toda una diva, era cierto — le doy otro golpe en su hombro, ahora yo riéndome junto a él — pero para en ese entonces ni sabía que eras gay. Lo supe realmente cuando hablábamos sobre cómo me lucia la ropa interior — el vello de mi nuca se eriza y el calor subió a mis mejillas — un hetero no explica porque ve esas cosas, se supone que se sobreentienda que el único interés es la prenda, tampoco le ven la cara a los modelos, solo como luce el diseño, y tú parecías conocer bien mi rostro, hasta me reconociste, eso, más el sonrojo, el tartamudeo, el-


— Bien, bien, entiendo — le detengo antes de que mi corazón explote de vergüenza. Hubo silencio por unos largos minutos, él mirándome de reojo sintiéndose algo culpable y yo tratando de esquivar su mirada, seguía apenado.


— Entiendo, no te gusta expresarlo. — Dice con voz suave y baja, como asegurándose de que nadie escuche, y lo agradecía, porque me sentía más seguro — está bien, me sentía igual. Eso de que sepan lo que me gusta y lo que quiero solo me concernía a mí, y que los demás lo sepan y tengan el atrevimiento de opinar o juzgar me inquietaba tanto que  termine por ocultarlo — y si, dio justo en el blanco, porque me aterra el que dirán de las personas— hasta que no aguante una semana y se lo confesé a mis padres — ambos sonreímos recordando la anécdota — y a la otra semana tuve mi primer novio. — Mi boca se abre en sorpresa y le miro entre incrédulo e indignado.


— ¿Así nada más? ¿Una semana después? — Él asiente divertido — ¿Cómo fue eso?


— Era un chico de mi vecindario.


— A un chico de tu vecindario, te refieres a uno con padres millonarios y una casa en San Bartolomé — Y sonríe por mi sarcasmo.


— Ellos no tenían una casa en San Bartolomé, — dice — pero sí que tenían una en Dubái — cierro mis ojos mientras rio sarcásticamente, claro que tenían una casa en Dubái. Por supuesto — y solo para aclarar, mi familia tiene un hotel en Dubái, así que-


— Hyung, — interrumpo enseñando mi puño — quiero golpearte en estos momentos, por favor no sigas. — Su sonrisa cuadrada se hace más grande y sus ojos ahora son dos lindas líneas en su rostro. — Mejor sigue con lo de tu novio.


— Ex novio — corrige — mi madre era muy amiga de la suya y por eso termino contándole de mi inclinación sexual, al final esa mujer le conto a su familia respecto a mí y como teníamos toda una vida conociéndonos, no me importo mucho, los consideraba parte de la familia y ellos fueron muy amables conmigo — estaba atento a sus palabras, tratando de no perderme en el movimiento de sus labios — entonces un día él llego, y me dijo; "Así que eres gay", estaba asustado porque era la primera vez que me lo preguntaban de frente, pero al final le dije que sí y con lo que nunca me espere es que él terminara confesándome su amor oculto desde hace tres años.


Puff, así sonó en mi mente, y al parecer lo hice con mis labios cuando escuche el "tres años"


— ¿Tres años? ¿Le gustabas desde hace tres años? — Él asiente alzando sus cejas.


— Él era mucho mayor que yo, me llevaba cuatro años, no lo pensé dos veces para aceptar ser su novio, era guapo, inteligente, atlético y con un gran futuro — dice, y claro que tenía buen futuro, su familia tenía una casa en Dubái, obvio que tenía futuro. — Duramos dos años. Nuestras familias nunca se enteraron de lo nuestro.


— ¿Dos años? — Chille con histeria — ¿Y qué paso después?


— Se acabó el amor — abulta sus labios — la verdad es que nunca  lo hubo, al menos por mi parte, solo me atraía físicamente, había mucha química entre nosotros, pero no me hacía sentir ese... esa sensación que te hace flotar y que el mundo desaparezca por completo ¿entiendes? — Niego con la cabeza y él me mira escéptico — por supuesto que no, estas solo.


Abro mi boca indignado y él se ríe con fuerza.


— La cuestión es — continuo — que le rompí el corazón y una semana después de él tuve otro novio. — Dice normal, como si fuera tan común.


— ¿Una semana? — Él asiente — Estas mintiendo.


— Ya te dije. Yo no miento.


— Entonces eres un patán, un enorme patán — Él sonríe de nuevo y asiente.


— Sí, era un patán, en ese entonces todo lo conseguía fácil, ¿recuerdas? — Y las imágenes de un Taehyung sonriente tratando de ocultar la tristeza al hablarme de su hermano muerto llegan a mi mente — dure un año con ese chico, pero tampoco era lo que necesitaba, mientras estaba con él, estaba con otros dos, acabe el mismo día con los tres, porque ninguno me daba lo que buscaba, luego tuve otro novio, pero dure diez meses con ese, le termine el mismo día que conocí a mi actual novio.


Y yo estaba que no cabía en mi propio cuerpo de lo asombrado que estaba, él me miro y se hecho a reír avergonzado, se veía que estaba arrepentido de haber sido un verdadero patán en su adolescencia y doy gracias a Dios de no haberlo conocido en esos tiempos, porque lo habría puesto en su lugar, por las buenas o por las malas, no sería la primera persona con la que me caigo a golpes. No estoy muy orgulloso de eso, pero cuando toca que golpear, toca.


— Luego de eso, — continua — ya sabes, entre en rehabilitación y conocí a Hoseok, era tan diferente y divertido que le dio sentido a mi vida, era como si fuera mi propio sol, alumbrando la oscuridad, y dispersando las tinieblas, no paso mucho tiempo para darme cuenta de que era lo que siempre estuve buscando — sonrió soñador — él llegaba en cualquier momento y  mi día se alumbraba aun si estuviera lloviendo.


Un apretón en mi corazón hizo que un nudo se formara en mi garganta, Taehyung hablaba tan bonito de su novio que genero algo que pude identificar como celos, no de Hoseok, ni de Taehyung, solo de su amor. Yo también quería hablar de esa manera, yo también quería que alguien hablara de mi de esa manera, yo también quería sentir mis días iluminados con la presencia de una persona especial.


— Pero bueno, tampoco es que todo es color de rosa — rasca su cabeza meditabundo — con él tuve mucha felicidad que no tuve con mis anteriores novios, pero también tuve muchas desilusiones que, obviamente, tampoco tuve con los anteriores.


— ¿Por qué dices eso?


Él suspira y su indecisión sobre contarme algo vuelve y me veo en la necesidad de cambiar el tema rápidamente para no seguir incomodándolo, no me gusta cuando sus lindos ojos se llenan de frustración.


— Bueno... sino tuve novias, mucho menos llegue a tener novios — digo de la nada, logrando que su atención recayera totalmente en mí y que olvidara lo que estuviera pensando, — no quería llamar la atención, así que me dedique cien por ciento en mis estudios.


— Eso... está bien, — dice levemente —  estudiar digo, pero abandonar tu vida privada de esa manera es un descuido — se cruza de brazos y me mira serio — haz perdido casi toda la etapa en la que se supone que tienes que experimentar, cometer errores, aprender de ellos, madurar, ganar experiencia y vivir la vida.


Suspiro con fastidio entornando los ojos, eso lo sabía mejor que nadie y que otra persona me lo dijera me daba más coraje.


— Lo siento. No quise sonar rudo — su tono culpable me calmo — solo digo, que...— se detuvo abruptamente, sus cejas perfectas alzándose poco a poco, mirando un punto fijo mientras se perdía en su mente unos segundos para luego mirarme de nuevo y soltar la bomba: — ¿Eres virgen?


Y el shock en mi rostro totalmente rojo sudoroso y consternado pareció darle él sí que claramente suponía, abrió su boca lentamente, sus cejas se alzaron más al mismo ritmo que sus ojos se abrían sorprendidos.


— No puedo creerlo — balbuceo.


Yo quería matarlo, quería golpearlo, ¿Cómo es que un desconocido con solo horas de conocerme se termina enterando de casi toda mi vida con solo suposiciones y observaciones? Es insólito, se supone que soy bueno escondiendo las cosas, ¿Entonces cómo es esto posible?


— Oye lo siento — dice cauteloso cuando nota que estoy a punto de un colapso — e-es común, muy común que... bueno, que a los veinte alguien sea virgen-


— ¿Lo es? — Mascullo entre mi colapso.


— ¿Lo es? — Repite él tan confundido como yo.


— Por supuesto que no — chillo en un susurro.


— Pero por supuesto que no — me sigue y me inclino hasta ocultar mi rostro en mis manos — vamos Jungkook, no es tu culpa.


— Claro que lo es.


Taehyung parecía nervioso, en su rostro se notaba la preocupación.


— No es tu culpa que quisieras protegerte del mundo al encerrarte lo de... ya sabes gay — susurra — es normal que a estas alturas seas... virgen, eso no tiene nada de malo. De hecho, es algo lindo — levanto la cabeza mirándole serio, fijo y al parecer le causo temor porque estaba aún más nervioso.


— ¿Lindo en qué? — Mascullo en voz gélida.


— Digo... bueno, es tierno porque, es como si hubieras tomado la decisión de no entregarte a cualquiera — dice, tomando una bocado de aire y meditando un poco — eso es un acto de responsabilidad, mírame a mí, no me importo en absoluto perder mi virginidad simplemente porque no me importaba, y eso está mal, el sexo, es algo muy importante que no se toma a la ligera — explica, ahora su voz firme y su mirada calmando mis nervios — me agrada saber que tú si pensaras en las consecuencias, independientemente de cómo hayas llegado a esto, tienes que sentirte orgulloso de no ser como el resto de los chicos.


Toda mi vida sintiéndome mal por no perder mi virginidad como mis compañeros de clase, y unas cuantas palabras de Taehyung  me hacen sentir incluso por encima de ellos, sé que está mal este arranque egocéntrico, pero sus palabras fueron tan fuertes y precisas que me hicieron sentir especial y... me gusta.


— Cambiemos de tema — Digo al final, ya calmado y sonriendo para que Taehyung dejara de estar preocupado, porque se, que aunque sonriera de lado, seguía preocupado, se le nota en la leve inclinación de su ceja derecha, tip que aprendí a descifrar hace unas pocas horas.


— Solo una última pregunta — susurra arrugando su nariz y yo suspiro, porque me da la impresión de que será incomoda — ¿Tampoco has dado tu primer beso?


— Taehyung — llamo con sequedad — cambiemos. De. Tema.


— Ok, ok — alza sus manos en son de paz.


— Y si — digo al cabo de unos minutos — ya he besado antes.


— No cuenta si es con una chica. — Farfulla divertido. Y yo bufo con orgullo.


— Fue con un chico — Sus ojos se abren grandes y me mira incrédulo.


— Tampoco cuenta que sea de la infancia. — Indica.


— Fue a mis quince.


— ¿Quién? — Pregunta de inmediato, demasiado como para ser normal. — ¿Quien fue? — Vuelve a preguntar cuando me quedo mudo, — ¿Jungkook? — Me rehusó a decirlo, — ¿Con quién fue tu primer beso? Dime, no diré absolutamente nada — le miro incrédulo y el resopla entornando los ojos — lo prometo.


— Con Yoongi hyung — suelto rápido y sus ojos se abren de golpe.


— ¡Yoongi! — Acusa.


— Dijiste que no dirías nada.


— Pero eso fue insisto.


— Le rogué que me enseñara a besar.


— ¿Por qué le pediste algo así?


— Porque tenía quince y no sabía besar.


— ¿Entonces le pides a tu hermano que te enseñe?  Claro, muy normal.


— Ah, siento no haber tenido una vida promiscua como la tuya.


— No fui un promiscuo — le miro con sarcástica incredulidad y el enmudece — realmente considero lo mío como un síndrome de dependencia, ¿sabes? — La incredulidad aun persevera en mis facciones y el suspira recobrando el control, su voz gruesa volviendo a ser calmada — nunca pude vivir sin novios. Tuve relaciones solo con ellos, cada vez que salía de uno tenía que buscar otro lo más rápido posible. Así que vengo pensando desde hace un tiempo que...— prensa sus labios —  bueno, posiblemente soy dependiente.


Abro mis ojos con sorpresa.


— ¿En serio?


— No, solo jugaba, soy totalmente independiente — dice después — solo buscaba una forma de que no me dijeras promiscuo... — Y estrello mi puño en su hombro.


El cielo había oscurecido, la voz de la chica del tren anuncio que por el día de hoy no se presentaría movimientos, y me dio dolor tener que llamar a casa para avisar que hoy tampoco llegaría, ya era 30 de diciembre, mañana 31 y yo aún no estaba con mi familia, sin duda me sentía mal.


A la hora de dormir, Taehyung saco una cobija gruesa de su maleta, había sacado dos, una para él y una para mí, pero Hanba no tenía con que arroparse y termino por cederle una a ella, y la otra a mí, todo un caballero, pero le dije que podíamos compartir. Él dudo, y no lo culpo, con lo que estuvo a punto de pasar horas antes entre los dos hasta yo dudaría, al final terminados bajo la misma sabana, eso sí, con una distancia prudencial.


Me encuentro dormido cuando el sonido de un teléfono me despierta, miro a un lado, y Taehyung no estaba, en su lugar estaba su móvil, sin pensarlo lo tomo y el nombre "Hoseok" estaba en la pantalla, el sonido de llamada cesa y descubro que hay tres llamas perdidas justo cuando entra la cuarta. De seguro era algo importante para llamar tantas veces, alzo la mirada y me inclino un poco para buscar a Taehyung, sin querer mi pulgar presiona la pantalla y la voz de Hoseok inunda el silencio.


¿Hola? ¿Taehyung?


Me destapo rápidamente y corro en silencio para no despertar a Hanba o al señor Won, Taehyung no estaba en el baño.


Taehyung contesta, no es gracioso.


Se notaba la molestia en su tono de voz, ¿Sería adecuado contestar el teléfono yo y pedirle que esperara un momento? Pero por supuesto que no, primero que todo, porque eso es lo que haría un antagonista para dañar la relación de las parejas felices. Seguí caminando por el largo pasillo en busca de Taehyung y aun no lo conseguía.


— ¿Sabes qué? Déjalo así, está más que claro que ya no me tomas enserio. Creo que es mejor-


Justo en ese momento el pánico entro en mi cuerpo, Hoseok iba a decir que lo mejor sería terminar, yo no quería que eso sucediera, no después de como vi a Taehyung hablar tan bonito de él.


— Hoseok hyung — hablo de inmediato.


— ¿Y tú quién eres? — Pregunta, sorprendido, y supe que había metido la pata.


— Soy... soy amigo de Taehyung, él está en el tren, pero no lo consigo, fui yo quien contesto la llamada, disculpa si no constaste antes, no es adecuado contestar las llamadas ajenas y-


¿Donde esta Taehyung? — Pregunta de inmediato.


— Lo estoy buscando... pero no lo encuentro.


¿Como que no lo encuentras? — Dice irónico — Acabas de decir que están en un tren, nadie se pierde en un tren.


— Si, pero yo desperté y no estaba a mi lado, así que pensé que...


¿A tu lado? — Abro los ojos grandes, el miedo golpeando mi pecho a cada latido — ¿Está durmiendo contigo?


— No, no-


— Pásame a Taehyung ahora, sé que esta ahí, no lo ocultes.


— No, no, aquí no está, digo la verd...— el característico sonido del beeb  inunda mis oídos y el miedo surge en mi interior con más fuerza, ¿acabo de arruinar una relación? No, me rehusó a creer eso.


Llego hasta el final del vagón, encontrándome con Taehyung sentado frente a la pared de vidrio que tiene cada final del tren, estaba empañada de nieve pero la luna se podía ver claramente, blanca, brillante, y hermosa.


— Taehyung hyung — llamo en un hilo de voz, él gira rápidamente, sorprendido de verme.


— Jungkook. ¿Qué haces despierto?


— Él llamo — enseño su celular — Hoseok llamo, había llamado tres veces, pensé que era importante y sin querer conteste, corrí a buscarte pero no estabas entonces él dijo algo como: No me tomas enserio, y pensé que iba a terminarte y no, él no puede hacerlo porque, porque, ¡porque no!, así que le dije que te estaba buscando y él me dijo que no te encendiera, y yo sin querer le dije que estabas durmiendo y creo que no creyó que estabas en un tren y que dormías conmigo y que-


— Jungkook, Jungkook — estaba frente a mi deteniendo mis hombros con fuerza — tranquilízate, no pasa nada. — Toma una pausa hasta que mi respiración se modera —  dame eso — retira el celular de mis manos con gentileza — no te preocupes, yo me encargo.


— Yo no quise contestar hyung, lo juro.


— Lo sé, — sonríe levemente, sacudiendo mis cabellos como si de un niño me tratara — lo sé.


Se aleja de mi un poco, y al primer repique Hoseok le toma la llamada, Taehyung parece hablar pero no le escucho, estaba un poco lejos y hablando muy bajo, se notaba preocupado, solo hubo algo que pude escuchar, el final de la conversación, cuando Taehyung estaba alterado, indignado y un tanto enfadado.


— ¿Por teléfono? — Masculla apretando los labios y pasando su mano por el cabello — ¿Es enserio? Te digo por todo lo que he pasado y lo que he tenido que dejar para ir a verte ¿Y tú me sales con esto? — Frunce su ceño molesto y el rojo en su rostro no podía identificarse como otra cosa que no fuera ira o frustración — y por teléfono... por Dios. No creí que fueras capaz de algo así. Por lo menos ten la decencia de hacerlo en mi cara... ¿Alo? ¿Hoseok? — Su ceño se frunce aún más y mira su celular, chisto la lengua, le habían colgado.


Se dejó caer en uno de los asientos, su mano pasó por su cabello echándolo hacia atrás y pestañeando varias veces en retención de lágrimas, y yo me rehusaba a creer lo que mi mente gritaba con evidencia. Me acerque cauteloso, me senté a su lado y al notar mi presencia desvió el rostro mientras limpiaba rápidamente un par de lágrimas rebeldes.


— Hyung... lo siento — apreté mi mandíbula, porque una cosa era no querer aceptar lo que hice, y otra cosa era saber lo que ocasione — yo no quería, — mis ojos picaron y mi voz vacilo — tienes que creerme, yo no quería. — Balbucee, sus ojos encontraron los míos y eso basto para que un puñal entrara directo en mi pecho y las lágrimas comenzaran a deslizarse contra mi voluntad, los ojos rojizos y llorosos de Taehyung era por mucho una imagen que nunca pensé llegar a ver, menos que resultara tan dolorosa cuando lo único que había visto en ellos era alegría, carisma y bondad infinita. No quería verlo llorar, no sufrir, menos por mi culpa.


— Él piensa...— dijo lento, suave y ronco, tomo aire y aclaro la garganta, limpio sus lágrimas y continuo — piensa que tengo otro — bufo irónico — que es una venganza por todo lo que me ha hecho — niega con la cabeza mientras apretaba los labios — piensa que todo el tiempo que no nos hemos visto era porque lo engañaba y que lo del trabajo eran puras mentiras — entrelaza sus manos y llena sus pulmones de aire para calmar sus sollozos — él dejo de creer en mi desde hace tiempo.


— No, no, no digas eso — lo que quería evitar era que Taehyung volviera a llorar, si él lloraba, yo lo hacía, porque es lo que pasa cuando veo cualquier ruptura, lloro como si fuera mía — él te quiere mucho, y es tu sol, llevan un año y...


— ¿Y sabes que es lo peor? — Continúa como si no me estuviera escuchando — que yo también deje de confiar en él mucho antes de que él lo hiciera conmigo. — Y el aire se tranca en mis pulmones, estoy consternado, pero Taehyung parece tranquilo, mirando al suelo, totalmente recuperado — cada vez que decía algo por teléfono, yo intentaba creerle, y lo dejaba satisfecho pero, pero siempre pensaba: "Y si me está mintiendo" "Y si esta en otra parte" — Soltó un suspiro y negó levemente — pensé en alejarme un poco para ver si así podíamos volver a ser los de antes, por eso firme un contrato con O'Shea Company, para tener una excusa y alejarme, para esperar a que el tiempo arreglara algo… pero solo lo deterioro, porque la inseguridad de lo que estuviera asiendo en mi ausencia me comía la mente y al parecer a él también.


Limpio una lágrima en su mejilla, y alzo la cabeza para mirarme y lo único que hizo fue negar nuevamente con la cabeza y sonreír enternecido, tomo mis mejillas, limpio las lágrimas y me acaricio con su pulgar.


— El que me allá terminado, no es tu culpa — aparta sus manos pero me sigue mirando — tarde o temprano iba a suceder, lo sabía muy bien, no se desde cuándo pero ya era algo que estaba presente y próximo a suceder, era una relación llena de inseguridades — rasca su cabeza y relame sus labios resecos — y como debes de saber, el motor principal de una relación, debe ser la confianza. Nosotros ya no teníamos eso, solo estábamos juntos por...— suspiro y desvía la mirada, sus ojos cristalizándose de nuevo — solo seguíamos juntos porque era una rutina.


— Lo sea o no...— Mi voz ronca sale lentamente — llevaban una relación de un año y medio Taehyung — él abrió la boca, queriendo decir algo, pero no lo deje — hablaste de él como si fuera lo mejor que te ha pasado en la vida y-


— Y así fue — interrumpe — lo fue en su debido momento — sonríe avergonzado — y la verdad es que prefiero recordarlo de esa manera, de la forma que me enamoro y no con la que me decepciono.


— En una relación es normal decepcionar — Digo enseguida — es normal pelearse, tener una mala racha y... hasta romper unas cuantas veces — trato de explicar aun cuando luzco desesperado porque entienda mi punto — sé que no soy el adecuado para decir estas cosas, lo sé, es decir, soy virgen y un completo anti relaciones.


Mi recién revelación nos hace soltar una pequeña risa, y me sorprendo de decir mis grandes secretos sin ninguna vergüenza frente a él.


— Pero he leído tanto sobre este tipo de cosas — continuo — y sé que-


— Son solo libros inventados Jungkook, no es verd-


— Libros, — interfiero — inventados o no, verdad o no, he leído miles de historias como la tuya, y se lo suficiente como para saber que lo que dices ahora es producto de la ira, frustración, y dolor que te dejo Hoseok al terminar contigo — él niega con la cabeza — y solo lo hizo porque estaba dolido, uno no piensa lo que va a decir cuando está enojado Taehyung, simplemente lo dice y ya.


— Es diferente-


— No, no lo e-


— Déjame hablar-


— ¡No!, TÚ déjame hablar a mí — abre sus ojos y cierra su boca de inmediato, y no es para menos, mi tono fue exactamente como el de mi padre cuando me regañaba — no puedes simplemente quedarte de brazos cruzados y aceptar que te dejara, menos por teléfono. Tienes que ir, buscarlo, explicarle la situación, arreglar las cosas y comenzar de cero — abrió la boca, pero yo seguí hablando — y si, puede que sea un paranoico, pero tiene todo el derecho de serlo, si yo tuviera un modelo de novio lejos de mí estuviera muriéndome de la incertidumbre de no saber con quién está, simplemente porque se lo atractivo que es y los samuros que le puedan estar rodeando. Entiéndelo un poco, por Dios.


Me encontraba exasperado, suplicando una segunda oportunidad para un chico que ni siquiera conozco, no lo entendía.


Sus oscuros ojos no dejaban de bailar de un lado a otro en los míos, sus pulmones llenos de aire bajaron lentamente y pestaño alzando sus cejas, parecía sobrellevado.


— Es bonito que pienses así — sonríe de medio lado — pero no es tan fácil, pequeño — su dulce voz rasposa y  grave en esa palabra dicha con dulzura provoco movimientos en mis sentimientos que me hacía sentir más culpable por su ruptura — yo he perdonado, pero no he olvidado, y eso es lo que me impide avanzar, e incluso comenzar algo desde cero con él.


Frunzo el ceño con ganas de golpearme la frente.


— Para el amor no hay nada imposible hyung... creo — medito unos segundos y él sonríe arrugando su nariz — ¿Qué fue lo que te hizo?  —  Pregunto después y su mandíbula  se apretó levemente, sus ojos se desviaron y sus cejas se alzaron, entendía que no quisiera hablar del tema, pero cuando iba a decir que lo dejara así, que no me contara, él hablo.


— Entre en rehabilitación por mi problema con el alcohol — dice — Hoseok llevaba dos meses cuando yo ingrese, su adicción... bueno, era muy diferente a la mía — hace una pausa y mis ojos curiosos lo incitaron a proseguir — él sufría de satiriasis — frunzo mis labios sin entender y él sonríe relamiendo sus labios — híper sexual, Jungkook, era adicto al sexo — mis cejas volaron alto en sorpresa, yo pensaba algo como drogas o juegos — él dice que lo supero, y quizás si, al principio, pero... estoy segurísimo de que recayó... muy seguro, ¿sabes lo que digo? — Insinúa con las cejas y sus ojos expresivos.


— Demasiada información — balbuceo, lo último que quería saber era lo altamente activa que era la vida sexual de esos dos.


— La cuestión es, que una persona adicta al sexo, tiene que estar manteniendo relaciones cada vez que su cuerpo lo pida sin importar la hora, el lugar o el momento — hace una pausa — y cuando yo no estaba... él simplemente recurría a otras personas sin pensarlo dos veces.


— Hay no me jodas. — Si mi madre me escuchara me rompería la boca.


Él bufa una sonrisa. Y asiente.


— Había salido temprano de una sesión de fotos y él en ese entonces se estaba quedando conmigo en un departamento que la compañía me dio en Los Ángeles — mi rostro paso a uno irónico, era obvio, por poco se me olvidaba que estaba con un magnate del lujo, era obvio que diría algo como eso en cualquier momento — resumiendo las cosas, llegue a casa y lo encontré con el chico del servicio. — Solo pude tapar mi boca escandalizado — me sentí muy indignado, es decir, y no es por ser vanidoso o egocéntrico pero... ¿Me engaño con un empleado? — Dijo indignado — a mí, yo que soy tan... tan... — y enmarcaba su rostro con sus manos.


Solo pude escupir una risa contenida y disculparme, el tema no era para reírse pero a mí me causaba gracia.


— No, está bien, de hecho, hasta yo me rio cuando me acuerdo de eso.


— Que fuerte todo... quiero decir, ¿Le perdonaste algo así? — Él asiente esquivando mi mirada.


— Saque al chico desnudo a patadas del departamento y cuando iba a golpear a Hoseok... lo único que hice fue abrazarlo, llorar junto a él y  perdonarlo. — Alzo mis cejas, sobrellevado por... por el coraje y el valor que tenía Taehyung, es decir, no sé si perdonar una traición sea así de fácil — soy de los que piensan, que si sucedió una vez, el problema está en él, pero si ocurre una segunda, el problema está en mí, y tengo que mejorar para que no vuelva a suceder.


— ¿Y qué paso después?


— Ocurrió una segunda vez.


No cabía en mi propio cuerpo de la impresión, no podía creer lo que escuchaba, ¿Cómo alguien puede engañar a alguien como Taehyung? Es decir, es inaudito, Taehyung es... es perfecto. Quizás no para los demás. Pero lo era para mí.


— También los descubrí, fue en Seúl, él trabajaba doble turno en una pizzería y yo iba a recogerlo todas las noches, excepto en las que salía demasiado tarde del estudio, — decía — resulta que un día salí alrededor de las 7, normalmente a esa hora no iba a recogerlo, pero era nuestro aniversario y quería hacer algo diferente — y solo con eso ya me sentí mal de seguir escuchando —  así que fui, su turno terminaba a las 8 y pensé que me daría tiempo. Cuando llegue eran las 8:30, pensé que se había ido ya, pero quise entrar para corroborarlo, el local estaba vacío, estaban cerrando, no encontré a nadie y me tome el atrevimiento de entrar en la cocina y...


— Y... — seguí yo —  ahí estaba...


— Hoseok con el gerente de la pizzería encima de la mesa. — Arrugue mi nariz como si estuviera sufriendo —. Y adivina que — cerré mis ojos sabiendo lo que venía — le perdone de nuevo — y he comenzado a negar con la cabeza, totalmente conmocionado — ¿Y sabes que paso después?


— No... Por favor, no sigas.


— Lo encontré en mi camerino con el que en estos momentos es mi ex manager mientras yo modelaba una marca de ropa por más de dos horas... Hoseok no pudo aguantar dos horas a que yo regresara... ¿Puedes creerlo? — Se hecha reír, una risa amarga e irónica — ¿Y sabes que paso?


— No, Taehyung, no te sigas atormentando.


— No... No es ningún tormento, solo quiero que sepas la clase de estúpido que tienes en frente. — Escupe con resentimiento — lo volví a perdonar, porque lo quería, porque tenía la esperanza de que cambiara, porque sabía que él solo estaba enfermo y quería creer que si estuviera sano él nunca, nunca sería capaz de hacerme algo así. — Sus ojos húmedos de nuevo, su rostro guardando dolor e impotencia —. No perdone al chico del departamento, al gerente de la pizzería, incluso despedí a mi manager de ese entonces, pero nunca abandone a Hoseok.


Su voz en un hilo me desgarraba el pecho.


— Lo que más me duele es que, todas las veces que supe que me fue infiel, fue porque yo mismo lo descubrí, él nunca llego a decirme nada, ¿Sabes lo que significa eso? — Un rastro amargo en su gruesa voz me erizo la piel — que pudo haber estado haciéndolo miles de veces a mis espaldas, incluso estos tres meses que llevamos sin vernos, él pudo haberlo hecho hasta con el perro de su casa.


— Taehyung — digo firme, él parecía estar mal, estaba acelerado, frustrado, sudando. — Cálmate por favor — le tomo la mano y la sobo delicadamente.


— Soy un imbécil.


— No — Digo enseguida — eres un chico enamorado, eso es todo. — Le sonrió pequeño — y eso es lindo, solo que Hoseok no supo valorarlo. — Sorbe su nariz y aprieta su mano en la mía — pero él se dará cuenta de eso ahora.


Bufa.


— Si no lo hizo antes, menos lo hará ahora.


— Claro que lo hará — digo con total convicción — acaban de romper. En una ruptura siempre te das cuenta de lo realmente valioso que era ese alguien para ti. Y si apareces allá, en su casa, sabrá que tenía razón al pensar que romper contigo fue el error más grande que pudo haber cometido, sabrá que engañar al hombre que lo perdono tantas veces fue otro gran error que nunca debió cometer.


— ¿Por qué tendría que ir verlo? — Pregunta fríamente.


— Porque lo quieres — él no dice nada, ambos sabíamos que tenía razón — porque cuando hablas de él te brillan los ojos, porque estuviste protegiendo sus secretos cuando yo te pregunte por él, porque le perdonaste algo imperdonable, no una, ni dos, sino tres veces, incluso más. También porque ibas a pasar la navidad con él, independientemente de todo lo que te ha hecho — su mandíbula se tensó, trago grueso y sus ojos parecían a punto de descargar la humedad — porque no eres un idiota, porque estás enamorado de la forma más linda que he visto, soportando todo los golpes que llegan, ni en los libros de romance que he leído me he encontrado un protagonista tan perfecto como tú.


Su rostro se contrae y el primer sollozo salió junto a las lágrimas, bajo su rostro, ocultándolo y solo pude abrazarlo mientras él lloraba en silencio aferrándose a mí. Sí, Kim Taehyung era un chico increíble, tal vez no para los demás, pero él era mi chico increíble, con el que siempre soñé, pero yo no era el de él. No lo era por más que lo quisiera y me dolía saberlo y aceptarlo.


Regresamos a nuestros asientos en silencio, aun lo mantenía abrazado bajo las sabanas, y se sentía tan bien y a la vez tan mal, porque sabía que nunca podría volver a estar así con él, porque sabía que la única forma de estar abrazándolo era porque lloraba por otro chico que no era yo, mi corazón saltaba de alegría y dolor, quería llorar de emoción y tristeza.


— Jungkook — llama y emito un sonido mudo — ¿Qué pasara con nosotros cuando el tren llegue a Busan? — Me quedo mudo, pensativo, porque no lo había pensado antes, él alza la mirada, curioso — ¿No nos veremos más?


— Creo...— susurro —...que es lo normal. Separarnos...— él se aparta de mí, mirándome fijo.


— Pero yo quiero seguir viéndote. — El aire se tranca en mis pulmones, y Taehyung desvía la mirada avergonzado — quiero decir que... me gustas — mis ojos se abren grande y mis manos comienzan a  sudar — no, no así, es decir. Me gusta hablar contigo. No quiero que perdamos contacto. — Dice luciendo normal — ¿Te parece bien que intercambiemos números y nos reunamos a tomar algo... un café?


Mi corazón seguía furiosamente acelerado, sabia las buenas intenciones de Taehyung, pero por más lindas y puras que sean para mí, eran como una posible oportunidad de poder verle una vez más y seguir alimentando el dolor que crece en mi pecho.


— Bueno... es que con la universidad y todo eso, no tengo tiempo para salir por café hyung.


La decepción lleno su cuerpo y la sentí en el suspiro desganado que exhalo.


— Entiendo...— susurra — lo siento.


No dice más, se acomoda en su lugar bajo las sabanas y me siento mal por no tenerlo de vuelta en mis brazos. La culpa vuelve a mí con fuerza, porque por mi sus ojos se apagaron de tristeza nuevamente, ya le había ocasionado un problema horrible con Hoseok, no quería seguir causándole dolor.


— Cero veintidós...—  digo de la nada y él alza la cabeza, mirándome extraño — anota rápido antes de que me arrepienta — digo avergonzado, Taehyung toma su celular rápidamente y anota mi número, estaba con esa sonrisa en su rostro, y mi cuerpo grito de alegría, porque esa sonrisa la obtuvo porque le di mi número telefónico, y si, era estúpido, pero él sonría por mí.


Luego de intercambiar números espere con ansias que él volviera a mis brazos, pero eso nunca paso, y tuve que dormirme como un niño regañado.


Al día siguiente amanecimos cada uno en su asiento, confieso que estaba desilusionado, tenía la esperanza de amanecer acurrucado en su regazo o enrollado en sus brazos como en las novelas que leía. El tren seguía en paro. Le hable a mi familia, los abuelos me alegraron la mañana, mi hermano no me quería dar detalles de su boda ni de la misteriosa persona, mi padre regañándome como siempre, pero no pude hablar con mi madre, dijo que luego me llamaba.


Hanba estaba comiéndose absolutamente todo lo que encontraba, ayer por la noche nos pegó un susto de infarto al señor Wom, a Taehyung y a mí cuando empezó a dar gritos como loca porque le dolía el vientre. Luego me entere que en este tren había un  total de 6 pasajeros, Hanba, el señor Won, Taehyung, dos chicas en un vagón más adelante y yo. Porque toda mi vida viajando en estos trenes y nunca me había enterado de que se manejaban automáticamente, Taehyung me había dicho que no tenían conductor. Eh vivido en un engaño.


El resto de la tarde fue calmada, escuchamos el repertorio de música de Taehyung, canciones del estilo Eminen, Jason Derulo, y Adele se podía escuchar, la verdad es que todo iba bien hasta que sonó Cardi B y yo quería estrangularlo, pero la defendió diciendo que era lo mejor que le pudo pasar a la música, nunca pensé encontrarme con un fan de Cardi, por otro lado, también escuchamos mi repertorio de músicas, y temas como Look What You Made Me Do de Taylor Swift, otros de Little Mix, Justin Bieber y One Direccion se escucharon y fue turno de Taehyung para criticar, y el mío para defender sus increíbles timbres de voz.


Cuando la voz femenina llamo nuestra atención diciendo que hoy tampoco pondría en movimiento el tren, la indignación de Taehyung supero los limites, de hecho, llamo y denuncio a la compañía de transporte, acusándola de negligentes, irresponsables e ineficientes, primero porque una mujer embarazada estaba a bordo, no había comida ni agua para beber, y llevábamos más de quince horas estacionados en el mismo lugar y más de veinticuatro esperando poder llegar a Busan.


Alrededor de las seis pm el abogado de Taehyung lo llama, diciendo que gano la demanda y yo estaba más que impactado, su madre había tomado partido en la jugada y al parecer la influencia de los Kim era mucha, porque a un cuarto para las siete el tren comenzó a moverse, lento, pero moviendo al fin.


Había momentos en que los silencios incomodos invadían el ambiente entre Taehyung y yo, uno creería que lo revelado el día de ayer te haría más cercano a esa persona, pero la verdad es que no, porque revelar ese tipo de información era duro, era deprimente, el contarla era recordar y el recordar era revivir, podía notar la leve tristeza en los ojos de Taehyung por mucho que se esforzara en disfrazarla de alegría camufladas con risas o bromas, era algo que me mantenía inquieto.


Era algo sorprendente como mi estado de ánimo dependía del de Taehyung, no quería aceptarlo, pero nuevamente, aceptar no es lo mismo que saberlo, y yo lo sabía, sabía que me gustaba Taehyung, sabía que cuando se fuera pensaría en él durante mucho tiempo, sabía que sería difícil superarlo e incluso encontrar a alguien parecido. Tengo miedo, porque puede que terminare con el corazón agrietado. Y como siempre, Yoongi tendría la razón.


— Dudo que lleguemos para recibir año nuevo — Dice Taehyung mirando su reloj. — Son las once y aún faltan tres horas para llegar.


— Mi familia ya se rindió conmigo — hago una mueca con mis labios. — Sin duda es la peor navidad que he paso en mi vida.


Taehyung me observa unos segundos más, meditabundo.


— ¿Qué ocurre? — Pregunto.


— Nada...— se encoge levemente de hombros — también ha sido mi peor navidad. 


Minutos después la radio se encendió en los altavoces del tren, eran las once y media cuando decidimos sentarnos todos juntos, el señor Won, Hanba, Taehyung y yo. Nosotros cuatro en espera del nuevo año, Taehyung invito a las chicas del otro vagón pero al parecer ellas prefirieron pasar el año juntas. Así que estaba bien.


Hace poco Taehyung hablo conmigo sobre sus planes, él parecía seguir queriendo estar con Hoseok a pesar de todo, quería darle una última oportunidad, quería poner las cosas en claro y quería que funcionara, porque es su primer amor, porque fue la persona que lo salvo del abismo e ilumino su oscuridad.


Yo estaba bien, estaba feliz, porque un amor tan bonito como el que Taehyung expresaba merecía tener otra oportunidad, y es que cada vez que el mayor hablaba de Hoseok, sus ojos realmente brillaban de amor, porque seguía enamorado como si de un adolescente se tratara y estaba dispuesto a salvar su relación. Por eso había tomado la decisión de ir hasta su casa, de llegar hasta su destino y de hablar con él.


Pero no pediría perdón, no lloraría ni reclamaría, solo se presentara, y pondrá las cosas claras, sencillas, o Hoseok entra en rehabilitación de nuevo, o no habría relación. Taehyung estaba dispuesto a perdonarlo y olvidar todo para comenzar desde cero. Y eso era algo que no muchos, casi nadie haría.


Eh hay el porqué de su perfección, he ahí el porque me había gustado, he ahí el por qué nunca encontraría a alguien como él. Simplemente, ese modelo divertido y carismático de sonrisa cuadrada piel perfecta y ojos expresivos, era a mi parecer el chico perfecto. Porque su manera de querer era tan grande que fácilmente lo podrían confundir con un idiota que se deja pisotear, cuando la verdad, es que era un chico que sabía amar independientemente de lo que le hicieran, porque de idiota no tenía nada. Porque en su corazón para lo único que tenía cavidad era para el amor.


A simple vista todo era normal, solo un cuarteto de desconocidos hablando y riendo entre sí en un tren mientras esperábamos el nuevo año, uno creería que nada más podía pasar luego de un día fatal con el transporte, el frio de la nieve, quedar encerrados en una estación y luego en un vagón, no comer en todo un día, dormir en incomodidad, que un perro te orine, que tu novio te termine, que te enamores de un amor imposible y que lo ayudes a volver con su pareja. Es decir, es loco ¿Qué podría pasar ahora?


Hanba gimió. Líquido salió de su entrepierna. Y el miedo floreció en todos.


— Hay no me jodas...


— ¡Viene el bebé! — Grita ella.


— ¿Qué? ¿Ahora? — Chilla Taehyung colocándose de pie y ayudándome a sostenerla antes de que se desplomara.


— No querida, no — balbucea el señor Won, levantándose del asiento alarmado — Tienes que aguantar dos horas más.


— ¡No puedo!


— ¡Sí, claro que puedes! ¡Lo aguantaste nueve meses, una hora más no hace la diferencia! — Chilla exasperado el señor Won.


Taehyung la toma en brazos dejándonos boca abierta, ¿Dónde había tanta fuerza en ese cuerpo? Dejo a Hanba totalmente tendida en los asientos  mientras recostó su cabeza en uno de los descansaderos. Hanba gritaba fuerte y con más frecuencia, estaba sudando, aferrándose a cada costado del asiento.


— ¡Hay viene... lo siento! — Grito con dolor y nosotros alarmados corríamos de un lado a otro sin saber qué hacer. — ¡HAGAN ALGO RAPIDO!


— ¡Tienes que ayudarla! — Le digo a Taehyung.


— ¡¿Yo por qué?! — Balbucea totalmente pálido.


— ¡Eres medico!


— ¡No termine la carrera!


— ¡Pero casi lo hacías!


— ¡Me faltaban dos años Jungkook! — Grita exasperado mientras el señor Won se aferraba a un crucifijo — ¡Justo los dos años que te preparaban para una cirugía o un parto!


— ¡Pero eres el que más conocimiento tiene de medicina aquí!


— ¡Eso no hará que le bebé nazca!


Un grito ensordecedor lleno la habitación y entramos todos en pánico.


— ¡¡TAEHYUNG!! — Grite dando brinquitos, Hanba parecía que iba a explotar, su bata estaba llena de sangre y ella estaba roja.


— Agua — dice él — Agua, toallas, cuerda, tijeras...


— ¡¿D-Donde consigo eso?!


— ¡Que se yo! — Se quita su chaqueta y remanga las mangas de su jersey negra hasta más arriba del codo — en mi maleta hay un botiquín tráelo, y consigue agua y... trae las sabanas.


Salgo corriendo revisando las maletas de Taehyung, ignorando todo hasta encontrar el botiquín, paso corriendo a su lado, le dejo el estuche y me dirijo al baño, tomo la vasija blanca de una esquina y tomo todo el agua que puedo, también me traigo conmigo las toallas guindadas a un costado y las sabanas que usamos Taehyung, Hanba y yo para dormir.


Cundo llego las piernas de Hanba están extendidas y abiertas, Taehyung en el medio y tanto nosotros como el señor Won vimos como su entrada, esa que nunca había visto antes, se abría como una flor mutante llena mucosidad. Sentí mi cuerpo frio, mi cabeza dar vueltas, el poco alimento que había digerido peleaba por salir de mi garganta y estuve a punto de caer al suelo. El que si cayó como saco de papas fue el señor Won, poco tiempo después Taehyung y yo me alarme horrible.


— ¡Tú no puedes desmayarte! — Me inclino cacheteando con rudeza las mejillas de Taehyung — ¡Despierta!


Para mi alivio abrió los ojos desorientado y para su desgracia no había sido un sueño lo que había acabado de ver. Lavo sus manos con alcohol, corto las sabanas con las tijeras, luego desinfecto las tijeras y el parto comenzó con un Taehyung pálido inhalando y exhalando a la par con Hanba. Ella apretaba mi mano con fuerza y al cabo de minutos perdí la sensibilidad en mi brazo.


Taehyung sudaba, sus manos llenas de sangre, así como parte de su rostro salpicado, pestañeaba, su entrecejo arrugado y sus manos metiéndose cada vez más en el interior de Hanba me daba ganas de vomitar y echarme a morir. Se supone que un parto era algo maravilloso, no asqueroso.


Internamente daba gracias de ser hombre y tener pene.


El llanto de un bebé llego, inundando el vagón, Taehyung sonreía como bobo y yo igual, él señor Won despertó desorientado y Taehyung utilizo las tijeras para separar al bebé del cordón. Sin embargo, mi mano nunca dejo de pedir auxilio. Estaba a punto de pedirle amablemente a Hanba que me soltara cunado:


— ¡OTRO!, ¡OTRO! — Grito ella.


— ¡¿Como que otro?! — Chillo Taehyung con exasperación cuando vio la cabecita de otro bebé saliendo de Hanba.


— ¡Hay no me jodas! — Grite muerto del pánico.


Taehyung pasa al bebe en mis brazos y se inclina para recibir al otro bebé sin importar que su ropa ahora este llena de sangre, el señor Won vuelve a desmayarse, gritos desgarrados por parte de Hanba nos dejan doliendo los oídos y al cabo de minutos llenos de sufrimiento y tensión, el segundo llanto llega para unírsele al primero justo cuando en la radio suena el característico de todos los años: "tres, dos, uno. Feliz año nuevo".


***


Me encontraba con Hanba, estaba demacrada y con sus dos bebés a cada lado, Taehyung había tenido que agarrarle puntos en su área vaginal, pues había sido muy brusco y poco profesional, pero eso no pareció importarle a Hanba, porque ella estaba con una sonrisa de oreja a oreja con sus dos criaturas.


— ¿Y qué te parece Shayanne para el niño y Shakira para ella? — Pregunta y yo vuelvo a negar.


— Si quieres ponerles nombres extranjeros y de artistas, ponle Justin y Cardi, estoy seguro que Taehyung amara el de la niña — digo.


— Tienes razón...


— ¡No, no la tengo! — Digo de inmediato — solo bromeaba.


— Yo igual. — Dice ella después — ¿Cómo se te ocurre que voy a ponerle a mi hijo Justin? Es inaudito.


— Un momento — Mascullo indignado — aquí el insulto es el Cardi.


— Cardi me parece bonito nombre.


— Hay no puede ser...


Llegados a la conclusión de que pensara los nombres cuando este con su esposo, me dirijo al baño en busca de un desaparecido Taehyung, lo encuentro de espaldas apoyado del lavamanos con su cabeza gacha.


— ¿Todo bien?


Pregunto entrando en el pequeño espacio y él se sobresalta y limpia su rostro. Le tomo del hombro y lo giro hasta poder verle la cara, sus ojos rojizos indican que había estado llorando, me doy cuenta también de la humedad de sus brazos, las gotas de agua por todo su rostro y su cabello húmedo y hecho hacia atrás. Cierro la puerta cuando entro en el estrecho espacio con él y le miro de nuevo.


— ¿Que sucede? ¿Hoseok llamo?


— No. No tiene nada que ver con Hoseok — limpia su rostro. Su voz algo ronca — solo... es que estoy tan... conmovido que lo único que pude hacer fue llorar. — Dice entre risas irónicas — que patético.


— No lo es, es... es algo normal — digo no muy convencido — las emociones solo salen como quieren, no podemos tomar control de ellas. — Él sonríe aún más — es decir, imagínate que tuviéramos control de nuestros sentimientos, todo sería fácil y sin dolor, hasta enamorarse.


Trago grueso, porque eso fue una indirecta que no pensé nunca en disparar, y que al parecer Taehyung entendió muy bien, porque me miro directamente a los ojos, sin reírse, totalmente serio y su mirada intensa, mi respiración se corta de nuevo y su rostro bañado en gotas con su frente descubierta y su cabello rubio húmedo me dejo sin palabras, sin pensamientos.


Nuevamente parece que el "tren" está haciendo su magia de juntar nuestros rostros, porque puedo ver las gotas cristalinas resbalar por su mejilla de forma exquisita, el cosquilleo en mi pecho aumenta, mi corazón golpea fuerte, mi estómago se contrae entre tantos aleteos y mis piernas parecen temblar.


Su mano se alza hasta apoyarse en la pared a un costado de mi cabeza, mi espalda recostándose en ella y mis manos descansan en el inicio de su largo cuello, su mano libre toma mi mejilla con fuerza delicada y siento su nariz resbalar contra la mía, y su tacto me estremece, nuestros labios hacen contacto disparando mi pulso y el sonido de la puerta abriéndose nos separa de inmediato solo para ver al señor Won tratando de entrar mientras sobaba su cabeza.


— Estos golpes, muchacho, yo no estoy para estos sustos — dice entrando en el estrecho baño en medio de Taehyung y de mí, ambos pegando la espalda lo más posible a cada pared para que el señor Won pueda tener espacio — dos, niños, dos. Eso es tener ovarios, mi hija tubo cinco muchachos, cinco, pero uno por uno — decía lavándose las manos mientras nos veía por el espejo, al parecer no había visto nada cuando entro en el baño — y cuando se abrió... como una flor carnívora para botar a dos criaturitas... santo señor...


El señor Won parecía nunca acabar de lavarse las manos y cuando por fin salió del baño balbuceando quien sabe que, Taehyung y yo nos quedamos estáticos, todavía fijos a la pared, mirándonos en espera de algo.


Suspire fuerte y relaje mis hombros. Si estas cosas pasaban era por algo.


— Feliz año hyung — digo. Si el destino se empeñaba en separarnos, era porque así debía ser. Sus hombros cayeron relajos y su pecho bajo al liberar el aire para luego sonreír de lado y ocultar sus manos en los bolsillos de su pantalón.


— Feliz año, pequeño.


Camino hasta donde me encontraba y enredo sus largos brazos por mi espalda, abrazándome tan fuerte y reconfortante, mis dedos se agarraron a la tela oscura de su espalda y cerré mis ojos apoyando mi cabeza en su hombro, oliendo y disfrutando de su esencia y su cercanía por última vez, porque estaba consciente de que esto no volvería a repetirse.


El abrazo duro escasos segundos, pero fue muy significativo para mí.


1:54 am y las puertas del vagón se abrieron cuando estuvimos en Busan, la ambulancia estaba esperando con una camilla y Hanba intercambio numero conmigo antes de que se la llevaran al hospital, quería que fuera a visitarla en la clínica e ir a tomar un café de vez en cuando en su casa, el señor Won desapareció junto a su hijo que lo vino a buscar en auto y solo quedábamos Taehyung y yo.


— Supongo que aquí es donde nos despedimos. — Me dice.


— Supongo que sí. — Él sonríe y da un paso en frente, dándome un abrazo de despedida, un abrazo que nunca espere recibir porque me había rehusado a tener otro contacto con él, porque no quería seguir dañándome a mí mismo. — Hyung...— Se aparta buscando mis ojos — creo que...— su mirada baja hasta mis manos, encontrando mi celular en ellas — es mejor si eliminamos nuestros números.


Su mirada encuentra la mía, no dice nada, no hay expresión, no hay vacile en sus próximas palabras:


— De acuerdo — toma su teléfono y busca mi contacto —...es lo mejor, — susurra con una débil sonrisa —  ¿cierto? — Pregunta cuando solo nos queda dar al botón de "eliminar"


— Es lo mejor. Sí. — Mis ojos pican levemente, como si estuviera abandonando a la persona con la que eh compartido toda una vida juntos.


Me enseña su celular, una esfera azul dando vueltas para luego mostrar la confirmación de "eliminado" yo hago lo mismo.


— Fue bueno conocerte, Kim Taehyung — mi voz aguda y entrecortada debido al nudo en mi garganta. Él traga grueso y sonríe.


— Sí, fue bueno conocerte a ti también, pequeño Jeon Jungkook — sonrió arrugando la nariz, nunca pensé que me gustara tanto que me trataran de esa manera.


Toma sus maletas, yo las mías, por cosa del destino nuestros caminos también eran opuestos, era una señal más, una señal que decía lo lejos que debíamos estar el uno del otro.


— Espero volver a verte pronto — dice comenzando a caminar en reversa — quizás el próximo año nos quedemos encerrados en la estación de nuevo. — Sonrió negando con la cabeza


— No, por favor.


— Quizás hasta tengas suerte y no te orine un perro.


— He — digo indignado — no fue gracioso.


— Claro que lo fue — su sonrisa lentamente desapareciendo — todo contigo es divertido. — Y suspire como si la vida se me fuera ello.


— Hasta otra hyung — digo sin más, tomando mis maletas para darle la espalda y comenzar a caminar, si no lo hacia terminaría llorando frente a él, porque Yoongi hyung tenía razón, termine como un idiota esperando algo que nunca llego y solo dejo un corazón dolido que hacia arder mi pecho y secar mi garganta.


Si de algo me sirve todos los libros de romance que he leído, es que un amor no correspondido era duro de superar y difícil de sobrellevar, que un primer amor no se olvida y siempre se lleva presente, y que siempre estás en busca de alguien mejor que el anterior. ¿Pero cómo superar el amor no correspondido cuando fue mi primer amor el que no me correspondió? ¿Cómo se supone que siempre tenga que llevar presente a Taehyung si eso implica que cada vez que lo recuerde me traiga dolor? ¿Cómo se supone que encuentre algo mejor que él, cuando él es todo y más de lo que había soñado alguna vez? Es realmente duro, los libros no te preparan para eso.


Las lágrimas comenzaban a caer por mi mejilla mientras caminaba por la fría y oscura calle, fuegos artificiales se escuchaban y se veían a lo lejos, también muy cerca.


Hay otra cosa que también enseñan los libros que hasta ahora no había tomado en cuenta, las oportunidades se dan solo una vez, y solo es tu decisión si la tomas o no, y yo tuve dos oportunidades de besar al chico que me robo suspiros más de una vez. Deje pasar dos oportunidades como esas. Pero ya no había vuelta atrás, ahora solo me queda el arrepentimiento, Taehyung debe estar ya muy lejos de mí. Levanto mi rostro y fuegos artificiales explotan en lo alto. Eso me hizo pensar en que así debería de lucir mis emociones cada vez que hablaba con él, que lo veía sonreír y arrugar su nariz o levantar sus cejas y fruncir sus labios mientras los curveaba de esa forma que tanto me gustaba.


Más fuegos artificiales subieron al cielo mientras seguía mi camino, más recuerdos de Taehyung venían a mi mente, más dolor a mi pecho y mis emociones crecían con cada explosión de cohetes luminosos.


Aún tengo tiempo... solo llevaba caminando alrededor de dos minutos, si corría podía alcanzarlo. Detuve el paso mirando al suelo, meditando en las posibilidades, calculando que tan rápido puedo llegar y cometer una locura de adolescente que nunca me había tomado la molestia siquiera de pensar, robar un beso no es un delito, sus labios llegaban a mi mente, sus dientes blancos, su voz gruesa y vibrante, los fuegos artificiales explotaban con fuerza y mi pecho se llenó de aire y coraje porque sí, todavía tenía tiempo de exterminar el arrepentimiento y cometer una locara.


Porque la vida no es ayer, esa que desaproveche y desperdicie. Porque la vida no es mañana, esa que no ha llegado y no sabemos que depara. Porque la vida es hoy, y depende de mí vivirla.


Me giro tan brusco que las lágrimas vuelan el aire, mis pies se afincan al suelo y de un impulso salgo disparado directo a chocar con el pecho de... Taehyung. Nos tambaleamos pero un segundo después de recuperar el equilibrio sus fríos, suaves y largos dedos apresan mis mejillas y sus labios buscaron los míos con desesperación, amoldándose en un tacto suave y embriagador, fue la sensación más placentera que pude haber sentido.


Su mano se apretó con fuerza en mi rostro e intensifico el contacto que tenía nuestras bocas unidas, mientras respiraciones contenidas salieron en un denso vaho blanco debido al frio y Taehyung comenzó a mover sus labios lentamente, con ternura, delicadeza y densidad, como si estuviera disfrutando un pequeño dulce caro que se negaba a desgastar.


El sonido de los fuegos artificiales en el cielo hacia que mi corazón explotara junto a ellos, a la vez enviando ondas expansivas de placer a cada rincón de mi cuerpo cuando los labios expertos de Taehyung enredaban mi labio inferior y jalaba con fuerza y maestría.


Su cálida lengua haciendo leve contacto con mis fríos labios despertaba un hormigueo en mi ingle y mis piernas temblaron cuando entro en mi boca he hizo contacto con mi propia lengua, tuve que aferrarme a sus hombros con fuerza para no caerme.


Sus manos acariciando mis mejillas, una de ellas enredándose en mis cabellos la otra tomándome por detrás de la oreja, nuestras bocas uniéndose cada vez más en un sofocante beso húmedo, tibio, sube, y excitante que había comenzado a provocarme jadeos en busca de aire.


Tuvimos que separarnos bruscamente, apoye mis manos en mis rodillas y respire hondo, aliviado, mis pulmones necesitados de aire. Ya unos segundos después, me reincorporo y él estaba jadeando levemente viendo al cielo, sus ojos brillosos, una leve curva en sus labios rojos brillantes y levemente hinchados,  lo único que logró fue gustarme más.


— Mentí — dije y él me miro, alzando una ceja interrogante — con lo de la navidad, mentí cuando dije que había sido la peor navidad de mi vida — relamo mis labios levemente y el sonríe arrugando su nariz, igual que yo — no estuve con mi familia, eso es malo, decepcione a papá y seguro a mis abuelos, pase frio y me enferme... pero — veo a todas partes y bajo la mirada — pero te conocí. Te conocí y estoy feliz y... triste, porque- — sus dedos volvieron a mi mejilla, obligándome gentilmente a alzar la mirada, y cuando nuestros ojos se encontraron, él no los cerro cuando deposito un beso suave, en mis labios.


— También mentí— susurro separándose leve centímetros — fue la navidad, más divertida, y loca que he vivido en mi vida — su voz haciéndome cosquillas nuevamente, esta vez en el pecho y estremeciendo mi cuerpo entero — sin lujo, claro está, pero sin duda es una de las mejores — su pulgar acariciando mi mejilla — ni todo el dinero de mi familia compra una navidad en un tren con un señor parlanchín, una chica que dé a luz a gemelos, ni a la persona más bonita de la tierra. — Reprimo un chillido y él sonríe uniendo nuestras frentes — eres tan... — no dice nada, le miro interrogante y él me ve embobado saltando entre mis ojos —...Dios... no tengo palabras, pequeño.


Término suspirando como un bobo enamorado y:


— Yo si las tengo — digo y él alza una ceja interrogante, tomo su mano, beso sus dedos, tomo su mejilla, la acaricio y le doy un lento e inocente beso en los labios para separarme y decir: — Ve con Hoseok.


Él bufa una sonría y muerda su labio inferior.


— Sabía que dirías eso.


— ¿Veinticuatro horas en un tren y ya me conoces? — Farfullo juguetón.


— En realidad fueron cincuenta y dos horas si nos pones a analizar todo el tiempo que pasamos juntos — Dice con aires de inteligencia. Ambos sonreímos mirándonos de forma soñadora. — Por lo menos ahora, cuando te pregunten quien fue tu primer beso, dirás que fue un galán y no tu hermano mayor.


— Ah — mascullo tapando mi rostro — no me recuerdes eso por favor.


Acaricia mi cuello, su dedo haciendo un circulito repetidas veces en un mismo lugar y se, que es en la ubicación de mi lunar.


— Hicimos bien en borrar nuestros números — Dice serio, y yo asiento totalmente convencido.


No es que lo borrara porque quisiera, es que era necesario, mi vida tiene que seguir adelante, tengo mucho que descubrir y cosas que aclarar y decir a mi familia, tango que ordenar mi vida antes de una relación. Taehyung tiene a Hoseok, ambos sabemos que aún lo sigue queriendo con fuerza, y mientras yo este ahí, presente, seria no más que un estorbo para su relación.


— No me olvides tan rápido, ¿sí? —  Me susurra mirando mi cuello.


— ¿Cómo olvidarte? Apareces en revistas y en la televisión, de hecho, frente a mi aula de clases hay un edificio entero con tu imagen en ropa interior — Ambos nos reímos y mis ojos bajan al suelo mientras soy como un gato restregando mi rostro en sus manos cuando me doy cuenta de algo — ¿Hyung donde están tus maletas?


— Oh...— se aleja de mí y gira hacia el lugar por donde vino — las deje tiradas cuando me di cuenta que era un idiota por no seguir mi corazón. — Dice normal y mi corazón subió hasta mi garganta, estaba que me derretía y me pegaba con sementó a él.


— ¿Qué? ¿Eres tonto? ¡Pueden robarte!


— ¿Sí, verdad? — Dice juguetón y acaricia mi mejilla mientras camina en reversa — ¿Entonces no me olvidaras? — Levanta su voz mientras se aleja.


— Claro que no.


— ¿Lo prometes?


                — Lo prometo.


                Siguió caminando en reversa, agitando sus brazos cuando su imagen era pequeña y yo me moría de ternura y emoción, porque me sentía como una colegiala enamorada.


                Suspiro profundo y tomo de nuevo mis maletas, caminando también en reversa hasta que perdí el contacto visual con Kim Taehyung; el primer amor que nunca olvidare. El chico sexy que siempre veré en ropa interior en las revistas. El chico que desbloqueo una nueva manera de vivir en mi vida. Ese chico perfecto de mágica sonrisa cuadrada y ojos expresivos que logro enamorarme y robar mi corazón al costo de un boleto de tren. Un Tren a Busan.


 


 


 


 

Notas finales:

Bueno, espero que les allà gustado, nos leemos luego <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).