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Dos corazones, un destino por meyagatha

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Notas del fanfic:

estos personajes no me pertenecen a mi, sino a Shungiku Nakamura.

Notas del capitulo:

hola amores de mi vida. volvi con un nuevo fic ya que no me bastaba escribir solo i cant make you love me. espero que disfruten del capitulo tanto como yo lo disfruto escribiendo n.n 

quiero subir otro nuevo tambien pero no se si hacerlo de junjou romantica o sekaiichi hatsukoi xd dejenme sus opiniones.

prometo que va a estar interesante xD sino pueden pegamr

PIZZA GRATIS PARA TODOS AHRE NO Xd bueno sin mas disfruten !!

Érase una vez un reino prospero y justo, envidiable en cuanto a riquezas se tratara en donde gobernaba una familia de reyes honesta y amable.

Su pueblo los idolatraba debido a que habían sacado a ese lugar de la miseria de los anteriores reyes y lo habían convertido en un hermoso ambiente para vivir.

Dentro de la parte que tenía menos riquezas se encontraba una familia humilde y trabajadora que estaba compuesta por dos personas: Misaki de cinco años y su madre Nanami quien trabajaba duramente para criar a su preciado hijo.

Misaki tenía todo lo que podría querer cualquier niño: amor y una madre maravillosa, aunque nunca faltaban las travesuras de aquel castaño quien era amado por todos en el pueblo.

El tenía a sus tres amigos incondicionales: kisa, Hiroki y  Chiaki quienes lo seguían a todas partes.

 

-¿Qué haremos hoy Misaki? ¿Molestaremos al panadero de nuevo?- pregunto Kisa rascándose la cabeza mientras veía su suela de zapato gastada de tanto correr.

 

-Tal vez podríamos ir a la estatua del rey y tirar cáscara de huevos- dijo con una mirada malévola Hiroki mientras Chiaki miraba un pájaro volar.

 

-Tengo una mejor idea- dijo el oji verde atrayendo la atención de sus amigos- ¡vayamos al castillo! - grito entusiasmado mientras sus amigos celebraban y decían que era buena idea.

 

Sin levantar sospechas los tres guardaron comida en sus rotos bolsillos y escondiéndose de la guardia real salieron rumbo a aquel palacio perteneciente a la familia ijuuin.

 

Llegada la tarde y luego de tantas risas y paradas los cuatro niños llegaron a su destino admirando lo grande y lujoso que era aquella construcción.

 

-si yo viviera ahí no querría salir jamás- dijo el mayor de los tres.

 

-yo también quisiera vivir ahí Hiroki- contesto Kisa pensando en que podría tener todos los zapatos que quisiera.

 

-tu que opinas Misaki- pregunto Chiaki pero noto que el mas pequeño no estaba allí.

 

Mientras ellos tres pensaban el  oji verde vio que había un hueco en la reja de aquel lugar y se escabullo para agarrar una rosa y llevársela a su mama.

 

Cuando salio del arbusto vio a un niño de su misma edad sentado en el verde pasto sin nada más que hacer. Tenia cabello azabache y unos grandes ojos azul-violetas que atrajeron la atención del castaño.

 

Como si se tratara de un sueño, el pequeño camino hacia el atrayendo la atención del príncipe heredero.

 

-¿Quién eres tu?-pregunto molesto Kyo mientras agarraba posesivamente su juguete.

 

-eto... Me llamo Misaki. Solo quiero una de esas rosas- susurro el oji verde mientras agachaba la cabeza en señal de respeto.

 

-oh...le pediré una a Suzuki el jardinero. Ya regreso- el niño se levanto a toda prisa para darle la rosa al curioso castaño pero cuando regreso el chico se había esfumado.

 

Mientras tanto Misaki era arrojado fuera del palacio por el guardia real.

 

-¡no te vuelvas a acercar maldito mocoso!- grito el mayor dejándolo con una herida en la rodilla.

 

-DIABLOS AQUÍ ESTAS- grito Hiroki cargando a su mejor amigo mientras este no dejaba de ver el palacio ni al niño que se quedo con la rosa en sus manos.

 

Cuando volvieron a su hogar los tres fueron a sus respectivas casas y el soñador pequeño sonreía cada vez que pensaba en ese extraño niño. Como era pequeño no tenia consciencia de que se había enamorado a primera vista, sin embargo no era el único ya que Ijuuin se juro darle la rosa que le pertenecía

 

Pasaron tres años de aquel día y Misaki ya trabajaba con su madre para ayudarla en lo que pudiese pero una gran noticia llenaría sus vidas de prosperidad.

 

-Hijo, me seleccionaron para trabajar en el castillo. Tendremos comida, vivienda y un empleo fijo. Por dios estoy tan feliz- Manami abrazo muy fuerte a su hijo quien también estaba feliz por ella pero eso significaría alejarse de todos los del pueblo por un tiempo y no ver mas a sus mejores amigos, solo en celebraciones.

 

Luego de que su madre se durmiera los chicos salieron sin hacer ruido y le dieron un hermoso regalo al menor.

 

-te extrañaremos- dijo Kisa abrazándolo mientras gotas salían de su rostro al igual que a los otros dos quienes se unieron al abrazo.

 

-yo también chicos. Recuerden que en navidad nos veremos- respondió el oji verde con una sonrisa mientras ocultaba las ganas de llorar que tenia para no traer preocupaciones.

 

Al día siguiente madre e hijo marcharon sin mirar atrás al palacio de la familia real quienes celebraban el cumpleaños numero 9 del príncipe por lo que al llegar Misaki y Manami recibieron todas las ordenes de limpiar el jardín para que quede en condiciones.

 

-Mama, iré por el rastrillo- dijo cabizbajo el pequeño mientras su madre asentía con la cabeza y seguía con sus quehaceres.

 

Cuando por fin lo consiguió escucho que venían unas voces y se escondió detrás de un árbol para observar quienes se encontraban allí.

 

-Ijuuin te casaras conmigo. Mi padre tiene mas dinero que el de Hikari- lo primero que observo fueron tres niñas que se peleaban por la atención de aquel muchacho que había visto años atrás.

Su corazón comenzó a latirle fuerte y no sabia el motivo pero se alegraba de verlo de nuevo.

 

-claro que no Minako. El se casara conmigo- cuando se estaban acercando Misaki quiso escapar de allí pero se tropezó con una piedra y el ruido que produjo la caída alerto a los cuatro.

 

-buaaa es un andrajoso. ¿Nos estabas espiando cierto?- dijo la rubia mientras las demás se escondían atrás de ella.

 

-mi mami me dijo que lo pobre se te pega- grito la pelirroja mientras Kyo se hartaba de ellas.

 

-vayan adentro. Yo me encargare de el- sin mas Ijuuin se quedo admirando a aquel joven que había estado en sus sueños desde los 6 años.

 

-oye puedes salir de allí. No te hare daño- dijo amablemente mientras le extendía la mano y el otro la tomaba con duda.

 

-gracias- sonrío el castaño dejando impactado al príncipe por tan hermosa sonrisa.

 

-no hay de que. Oye tu eres el niño que entro una vez aquí ¿no?- debía ser el, pues no había nadie mas lindo.

 

-eto…si.. Perdón por haberme ido- dijo apenado mientras el oji lila le tomaba el rostro

 

-no te preocupes. Quédate aquí, ya vuelvo, pero no te vayas- corriendo el príncipe le trajo la rosa roja que Misaki quería para su madre.

 

-te prometí que te la daría cuando volviera a verte. Y el destino es sabio- un sonrojo apareció en el rostro de ambos mientras sus manos volvían a tomarse y sentir la calidez.

 

- es su cumpleaños ¿verdad majestad?- dijo el menor curioso.

 

-si. Aunque no me gusta mucho mi cumpleaños porque vienen muchas princesas- respondió el azabache.

 

-pues…feliz cumpleaños- susurro el contrario haciendo sonreír a Kyo.

 

- muchas gracias em…no recuerdo tu nombre-

 

-me llamo Misaki, Majestad-

 

-oh, pues, no me digas majestad, llámame Kyo- contesto el príncipe mientras sonreía tiernamente al ver que Misaki se sonrojaba.

 

-pues…esta bien…Kyo, debo irme porque mi mama me espera- y sin mas se fue, dejando el corazón del príncipe latiendo muy fuerte en su pecho, anhelando poder pasar toda la vida junto a ese niño.

 

Los meses fueron pasando y la amistad de ambos crecía, todas las tardes se escondían en un refugio para jugar sin que nadie los moleste y esa era la parte del día que mas disfrutaban.

 

Cuando ambos cumplieron 14 no podían negar que estaban enamorados el uno del otro así que debajo de un árbol se juraron amor eterno, una promesa que ninguno de los dos podría romper.

 

-Kyo… te amo… no puedo vivir sin ti así que por favor no te cases con una princesa- las lagrimas no tardaron en salir mientras el contrario las limpiaba y lo abrazaba.

 

-te prometo que estaré siempre contigo. Luchare con quien sea para tenerte siempre a mi lado. Te juro que no encontrare a nadie como tu- y al atardecer sus cuerpos se fundieron en uno solo en aquel escondite que vio como el romance de ambos florecía ya que todavía ninguno de los dos era consciente de la situación que pronto vendría.

 

 

Notas finales:

espero que les haya gustado


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