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Atracción sobrenatural por ValexWalker

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Notas del fanfic:

Hola, mi nombre es Valeryn y es la primera vez que publico algo de The Walking Dead. Me he leído muchísimos (por no decir casi todos) los fics de la pareja Negan x Rick (a la cual le llamo Regan) de este fandom y me encantan, tambien me he leido muchos de AO3 y dejenme decirles que son hermosos

Bueno, espero este cap les guste y si es así, un comnetario con su opinión o crítica me animaría mucho.

Aclaración: La época en la que se desarrolla el fic es como la de los años 80, siempre me ha parecido que esa época es muy adecuada para este tipo de temática.

Recuerdos. Solo eso le quedaba de ella. El color verde de sus ojos,  el sonido de su voz, su largo cabello negro agitándose con el viento de otoño… todo, todo acerca de Lori siempre permanecería vívidamente en su memoria. Sin embargo, no solo existían buenos recuerdos en torno a su exesposa y eso sería algo que a pesar de lo mucho que lo deseara, al igual que todo lo demás, nunca dejaría de caminar junto a él.


¿Cuántas veces había deseado retroceder el tiempo? ¿Cuantas veces se había aborrecido por lo que sucedió? En esos ocho años llenos de agonía y culpa, él ya había perdido la cuenta.


A pesar del tiempo el dolor no había menguado en lo absoluto, todo lo que hizo y no hizo aquella noche lo atormentaba en forma de pesadillas cada madrugada. Los gritos llenos de terror y la expresión que Lori mostró la última vez, no dejaban su memoria tranquila un instante y por mucho tiempo no había sido capaz de luchar contra eso, cayendo inevitablemente un estado de insania que provocó que muchas más muertes pesaran sobre sus hombros.


Sentado al lado de la carretera observó una patrulla pasar a alta velocidad, impulsada estaba seguro por algún robo o asesinato ocurrido en los alrededores, sí… se encontraba cerca.


El sonido de la sirena se fue haciendo cada vez más lejano, pero no así los recuerdos que esta trajo consigo.


El sheriff Rick Grimes había sido algo famoso antes de que todo aquello ocurriera. A sus veintisiete años había logrado, junto a su compañero Shane Walsh, ser reconocido y respetado gracias al valor e intrepidez que mostraba a la hora de atrapar criminales. Era un buen hombre, honesto y generoso;  no perfecto, pero si uno en el que se podía confiar, y en esos tiempos era difícil encontrar personas con esa peculiar característica.


Una noche de fiesta o parranda, como las llamaba Shane, experimentó  lo que las personas más cursis describirían como amor a primera vista. Estaba esa chica de cabello oscuro y esmeraldas refulgentes mirándolo con una sonrisa en el rostro mientras sostenía una martini y lo retaba a acercarse a la barra donde ella yacía sentada. Él no era una persona con mucha personalidad ni confianza, pero supo que si daba media vuelta y huía del bar como su mente le gritaba desesperadamente, estaría cometiendo probablemente el peor error de su vida.


Fue entonces que se aclaró la garganta y repitiéndose internamente “vamos, Grimes”, caminó directamente hacia ella para luego sentarse a su lado y escuchar por primera vez el nombre de la mujer que se convertiría en su esposa tres años después.


No fue una ceremonia pomposa, pero perfecta a los ojos de ambos. Se mudaron juntos a la casa que habían comprado meses antes del gran día y comenzaron a vivir la vida que todo recién casado anhelaría.


El primer año marchó realmente bien, todo era aún nuevo para ambos y las pláticas sobre cómo había sido el día de cada uno en el trabajo eran casi ya una rutina. Sin embargo, en los primeros meses del segundo año todo comenzó a cambiar.  Los reclamos de Lori se hicieron cada vez más recurrentes. Él no comprendió al principio— a pesar de los años seguía siendo lento y malo en las relaciones— pero poco a poco fue dándose cuenta de que quizá una profesora de arte y un policía no tenían tantas cosas en común como creyó en un inicio.


“¡Comunicación! Eso es lo que pasa”


Era tan simple y no había sido capaz de entenderlo sino hasta que la palabra salió de los labios de Lori. Al final la naturaleza de su personalidad había terminado por resquebrajar la fortaleza que había construido junto a ella, no había sido capaz de mantenerla feliz a su lado.


“Lo compensaré, lo juro”


Trató. Sí que lo hizo. Fue en contra de todo lo que era y se convirtió en la persona que ella deseaba. Duró más de medio año así, y a pesar de que hubo momentos en los que quiso gritar y escapar de todo, no lo hizo debido al profundo amor que le tenía, debido a lo que ella significaba en su vida.


Fue por eso que la primera vez que leyó aquellos mensajes en el celular de Lori inventó cualquier excusa que refutase la idea de que su mejor amigo y la persona que amaba tuviesen algún tipo de relación.  No le importó que llegase casi diariamente a altas horas de la noche o que realizase viajes los fines de semana en los que no había ninguna actividad en la escuela donde trabajaba, no, todo debía tener una explicación y él estaba dispuesto a creerla. No fue sino hasta que lo vio directamente que las excusas que su mente pudiese maquinar fueron insuficientes. Ella, apoyada contra una patrulla policial, siendo abrazada y besada apasionadamente por Shane, la persona con la que había bebido su primera cerveza, al que le había confiado una infinidad de secretos, él, su casi hermano.


El dolor que sintió en ese momento fue desgarrador, era muy cierto que la traición infligía una sensación desoladora, pero a pesar de haberla experimentado un par de veces antes, ninguna de ella se comparaba en lo absoluto a la que Lori y Shane provocaron en él. Pese a todo, aquella ocasión no caminó directamente hacia ellos a exigir una explicación, ahora que lo pensaba, quizá si lo hubiese hecho las cosas hubiesen tomado un rumbo distinto, un rumbo menos trágico y la actualidad en la que se hallaba sería mucho más que distinta.


Tras regresar a casa y pensar durante horas sobre lo que haría, llegó a la conclusión que parecía ser la menos dolorosa para ambos. No podía echar por la borda tantos años de noviazgo y su matrimonio tan fácilmente, quizá Lori solo estaba confundida y por eso hacía lo que hacía; Rick aún tenía la esperanza de que ella lo siguiese amando, que lo que tenía con Shane no fuera más que una  aventura pasajera y que, al final del camino, lo elegiría a él sobre todo.  Fue por eso que cerca de media noche, apenas ella ingresó al hogar que compartían, fue a su encuentro y usando todo el autocontrol que nunca hubiese imaginado poseer, le sonrió y propuso ir el fin de semana a acampar al bosque, tal como lo habían hecho ocasionalmente en su época de enamorados.


Lori al principio lo miró algo desconcertada, obviamente le había tomado por sorpresa una propuesta de esa naturaleza luego de tanto tiempo, pero luego de unos segundos y tras darle un casto beso, le sonrió y contestó  “¿por qué no?”.


El día siguiente fue el principio del final a todo lo que Rick conocía o pensaba conocer.


Preparó el desayuno y se lo llevó a la cama. Un detalle romántico como los que ocasionalmente le dirigía a ella desde que le prometió que lo compensaría. Luego de un par de horas, arregló la tienda de campaña dejándole a Lori la tarea de empacar la vestimenta y la comida que llevarían. Cuando todo estuvo listo, partieron hacia el lugar esperado en la camioneta algo vieja que poco tiempo después de casarse Rick había comprado en un taller cercano a su vecindario.


Hasta el atardecer ambos conversaron y bromearon de cosas banales, nada que tuviese que ver con su relación o el cómo la crisis que enfrentaban en su matrimonio amenazaba con profundizarse cada vez más y tal vez dejar un hoyo que fuese imposible de llenar a futuro. Rick no sabía cómo comenzar el tema ni cuál sería el mejor momento para hacerlo, no había sido nada fácil aceptar que Lori tenía un amante, mucho menos lo sería hablar abiertamente con ella del asunto.


Fue cuando ambos estuvieron frente a una pequeña fogata con la tienda de campaña ya armada que se decidió; el propósito de esa salida había sido el hablar con Lori  de aquello y debía dejar de acobardarse y hacerlo sin titubear.


...

Notas finales:

Me disculpo de ante mano por alguna falta ortográfica. Espero les haya gustado. El próximo capítulo será el triple de largo, lo prometo.
Hasta luego.


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