-Creo que es una mala idea Hipo- miro insegura hacia el castaño.
-tonterías Camicazi-
Era una un día soleado, la brisa soplaba fresca sobre sus caras y sobre el bello acantilado en el que estaba parados.
-Hipo acepto que los dragones vuelen, pero es porque tienen alas, tú no tienes alas y mucho menos un cuerpo que resista la caída de 30 metros de aquí- camino hasta estar cerca del joven castaño- allá- señalo al suelo bajo el acantilado.
-vamos solo una vez- suplico.
-No- miro seria y sin afán de cambiar de opinión- nos vamos de inmediato, tu padre quiere que estés presente para la llegada de la tribu Ilakech Alakech-
La chica ato su pelo en una coleta rápidamente. Y aprovechando la distracción del castaño lo tomo de los hombros y lo lanzo lejos del lugar.
El castaño emitió un fuerte grito por el golpe.
-¡Camicazi!- la miro enojado desde el piso.
-te lo mereces, prefiero romperte una pierna a que tú te “suicides”-comento con sarcasmo la última frase.
-gracias, supongo- se sentó lentamente sobre el suelo recargando aun su peso sobre sus brazos.
-no lo tomes a mal Hipo, nuestra amistad nunca fue tierna- encogió sus hombros y no mostro remordimiento alguno. Camino hacia él y le extendió su mano- Vámonos, tu padre nos matara si no llegamos a tiempo-
El castaño no contesto solo tomo la mano de su amiga y se levantó del piso.
Suspiró.
Se supone que hoy era un día muy importante para todos, para su tribu, para su padre, para él, pero… ¿Por qué no lo sentía así? Se sentía nervioso y emocionado pero nada que no hubiera sentido antes, tal vez cuando llegara el momento se desmayaría de la emoción como siempre lo hacía.
-nervioso- no fue una pregunta, más bien lo confirmo.
-un poco, aun no caigo al piso así que estoy bien-
La rubia solo sonrió levemente y continúo con su camino. No tardaron mucho en llegar, no andaban muy lejos.
-¡Chicos!- grito Bocón desde las escaleras del Gran Salón.
-Bocón- hablo entrecortadamente el pecoso mientras intentaba recuperar el aliento después de haber corrido los últimos metros.
-llegan a tiempo, tu padre fue a recibirlos en el muelle- miro a ambos con burla- se salvaron por poco, ahora entren- hizo un seña con su brazo y los empujo dentro del lugar.
-¡espera!- se defendió la rubia.
-no hay tiempo- fue lo único que dijo para justificar su acción- Hipo siéntate en la silla del listón verde, Camicazi tu como buena hembra ve y ponte detrás de Hipo-
-ignoraré lo último- hablo la chica. Rápidamente se puso tras el mayor- Recuérdame porque hago esto- comento fríamente.
-porque mi papá cree que así me veré más imponente- rio suavemente- aunque creo que será el efecto contrario, eres más fuerte que yo-sonrió- además te lo pedí personalmente, no pudiste negarte-
-la verdad no entiendo porque me necesitas, lo harás bien- miro hacia la puerta principal evitando chocar su mirada con la de Hipo- además, soy demasiado impulsiva-
-lo haremos bien-
Ambos quedaron en posiciones firmes, el con sus brazos sobre la mesa esperando nervioso la llegada de su padre y la tribu y ella mirando a la nada.
La espera fue larga, al menos así lo sintieron ellos. Y sin esperarlo la puerta se abrió de golpe dejando entrar el aire frio.
-por aquí- hizo eco la voz de Estoico por todo el salón.
El ojo esmeralda gimió un poco por el miedo acumulado en su estómago. La rubia se dio cuenta de esto y camino un poco hasta quedar a un lado de él.
-tranquilo- volteo a verle radiante y tomo su mano contra la suya mientras lo veía- todo irá bien-ahora ella era quien le daba ánimos. Ambos sonrieron.
-Hipo, Camicazi- Hablo el de mirada plata cuando los vio.
Se separaron con tranquilidad. Hipo se puso de pie e hizo una reverencia junto con Camicazi.
-Mucho gusto, soy Hipo Horrendo Abadejo III-
-Mucho gusto Hipo soy Cloudjumper, líder de la tribu Ilakech Alakech-hizo un pequeña reverencia- y él es mi heredero Toothless-
Detrás de el salió un chico de no más de 20 años, su cabello se asemejaba a las estrellas y brilla como tales, su cara era pálida y su expresión sombría y desinteresada, se veía poco amigable y sociable.
Hipo tembló. Camicazi solo suspiro cansada.
-Bueno porque no empezamos con los preparativos-hablo Estoico
-me parece perfecto- hablo suavemente.
Ambos adultos comenzaron una charla amistosa, platicaban de cosas serias y de otras trivialidades que ellos no entendían, aunque no es como si realmente les interesara.
Miedo. Miedo, era lo que sentía en esos momentos.
La mirada penetrante del chico no había desaparecido desde que ambos viejos comenzaron a platicar.
-ya veo- los tres voltearon- Entonces el viaje será más largo de lo que estipulamos, esto jamás había pasado-
- es un inconveniente, Toothless fue elegido por el cristal como todos sus antepasados pero hace poco, cuando daba un vuelo nocturno lo atacaron con una especie de catapulta y su ala sufrió daños, no muchos pero al menos no podrá volar en dos semanas más.
La rubia se sorprendió, tal vez si le dieron a algo esa noche de la catapulta. Hipo hiperventilaba, ya había arruinado algo incluso antes de empezar-
-Hipo, ¿estás bien?- volteo preocupado el pelirojo.
-le falta el aire- contesto la chica- estuvimos cerca de los acantilados de nuevo-
-creí haberles dicho que no se acercaran a esos lugares- los miro molesto.
-nos prohibió acercarnos al acantilado sur y ese era el norte-
-Camicazi-se mostró aún más enojado.
-está bien, ya no lo haremos- nunca en su vida ganaría una pelea contra él.
El solo suspiro cansado.
-entonces no habrá más remedio que darles más provisiones-
-¿qué?- Cloudjumper se sorprendió, estaba a punto de sugerir que sería mejor esperar hasta que el ala de Toothless estuviera recuperada.
-serán más días, serán más alimentos, yo me encargo, no tiene nada de qué preocuparse Hipo no come mucho-
-si pero yo…- al peliblanco ni siquiera pudo terminar la frase, en menos de un segundo el hombre ya estaba al otro lado del salón.
-él se fue, no va a volver- miro como el hombre salía corriendo a todos y ningún lado por el lugar. Camicazi solo lo vio alejarse.
-él es así- volteo a ver a la rubia. Hipo hizo una mueca.
-ahora que-
- necesito ir a vomitar rápido- se paró de su asiento y corrió aún más veloz que su padre.
-hombres- se quejó.
Genial, ¡por Odín! esto no podría ser más incómodo. Ya suficiente tenía con Hipo y su falta de control respecto a lo que hicieron, pero vamos, no creyeron darle a nada esa noche solo probaban el invento, ahora seguro Hipo no usaría de nuevo esa cosa, y hablando de eso tenía que hacerse una nota mental para destruirla.
-¿volverán?- hablo por primera vez el de piel pálida. Parecía enfermo.
-si- no dijo nada más y ellos tampoco.
Que mala suerte tenia de verdad, quería morir de la pena.
Hipo llego a su casa lo más rápido que pudo, busco una cubeta y vacío todo su estómago.
Casi mataba al sujeto que lo ayudaría a completar esa tonta pero importante tradición, eso sí que fue estúpido.
-¿Qué hice?- hablo en voz baja- soy un idiota-
Habían pasado alrededor de 10 minutos. Hipo se dignó a hacer de nuevo acto de presencia.
-parece que realmente te caíste del acantilado-
-síguete riendo- hablo con pesadez.
-no te preocupes, me ocupare de ello- dejo de mirarle y tomo su posición principal.
Unos segundos después llego Estoico.
-todo listo para su viaje-
-¡estupendo!- su sarcasmo se notó a mares.
-se nota que eres mi hijo- hablo igualmente Estoico.
-gracias padre me alegra saber que esta cría es de tu agrado- dijo burlonamente.
-supongo, ya no había más- rio
-¡PAPÁ!-
-que tú empezaste-
Camicazi solo dio un pequeño vistazo, padre e hijo, hizo una mueca y frunció el ceño con desinterés en su rostro.
-podemos iremos- comento por segunda vez el tal Toothless.
-si- contesto Estoico.
Todo parecía listo, el barco en el cual se irían Toothless e Hipo estaba ya en el muelle, los últimos vikingos terminaban de llenarlo con comida y demás cosas.
-bueno creo que es hora- ambos adolescentes se habían alejado un poco para despedirse- Destruye esa horrible cosa por favor- suplico en un tono más bajo.
-tranquilo ya lo tenía en mente- miro hacia donde se encontraba Estoico junto con los demás- debes tener cuidado con él- se mostró incomoda al hablar de aquello- los humanos y los dragones no se llevan bien Hipo- se concentró un momento- puede que no seas como todos los demás vikingos pero ellos y nosotros jamás nos daremos una oportunidad de conocernos-
-no creo que deba ser así Camicazi, podemos cambiar eso-
-¡NO! No debemos y no deberías tan siquiera pensar en ello, lo intentaron antes y no funciono, nada nos garantiza éxito- se abrazó a sin misma- solo cuídate, él no me da confianza-
-lo hare, lo juro- sonrió- pero creo que deberías tener más fe en todo esto, seguro y logro conectar con el-
-sí y yo soy la reencarnación de la diosa Freyja- se cruzó de brazos e inclino sus caderas.
-no eres exactamente la representación del amor y fertilidad-
-¡Hipo! Por favor-
-de acuerdo- dijo derrotado- no lo hare, pero me gustaría que creyeras un poco más- la miro decepcionado- antes lo hacías-
-antes, las cosas no salieron de la mejor forma-
Se concentró en la mirada penetrante de su amigo, miró fijamente esas esmeraldas. Zafiros y tsavoritas chocaron.
-Camicazi yo…-
-debes irte ya- desvió la mirada- se te hará tarde-
-solo confía en mi está bien- dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el barco.
-lo hago- miro la espalda del castaño- siempre-
Era la hora, ambos chicos subieron al barco. Se alejaban por el horizonte y desaparecían lentamente.
Era realidad, su camino apenas se estaba formando sobre el mar. Su mirada melancólica fue alumbrada por el ocaso, realmente extrañaría su compañía.
Adiós hipo.