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LA BODA/VKOOK. por Linlim

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Notas del fanfic:

Un día quise escribir y escribí...

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen...bla bla bla, es producto de mi imaginación...etc.

Una tarde veraniega, una de esas de marzo, donde  converge la calidez con   la  brisa fresca, haciendo un momento deliciosos  y contrastante,   generando un ambiente propicio para tan importante suceso. 
 
 
 
Pero no es una tarde cualquiera, es un día que los marcaria para el resto de sus vidas. A ambos.
 
 
 
TaeHyung  no puede mirar sin evitar sentir admiración, observa  a JungKook vestido de blanco con su traje de un lino suave , amoldado a su  grácil figura , sus mejillas que seguro al tacto son como la tersa piel de un durazno, coloreadas de un ligero carmín, sus labios rosas,   sus ojos de un oscuro ónix. Su cabello  brillante, con ganas de enredar sus dedos, tocarlo, acariciarlo.
 
 
 
Se ve nervioso, cualquiera lo estaría, es el día de su boda, una boda planeada hace apenas un mes, pese a  la premura, todo parece  perfecto. 
 
 
 
La inmaculada iglesia, los pasillos adornados con guirnaldas moteadas de  rosas blancas que contrastan   con tenues lilas, rematando  en cada segmento con  un  arreglo floral cundido de rosas y pequeñas lavandas,  le da un  aire cálido,   se despliega una aroma que llena las fosas nasales. Las enormes lámparas penden a lo alto, es apenas el atardecer, pero las luces blancas iluminan el recinto. 
 
 
Es casi etéreo. 
 
 
Es casi mágico.
 
 
Es casi perfecto.
 
 
TaeHyung no puede quitar los ojos de JungKook, le es imposible, su mirada penetrante es imposible evadirla, JungKook le sonríe, con esa forma característica que pareciera un defecto, pero que no lo es, unos dientes sobresalientes y unos ojos achispados, que siempre bajan un poco avergonzados cada que lo mira fijamente, como si hubiera hecho una travesura y pudiera ser regañado.  
 
 
 
TaeHyung ama esa sonrisa.
 
 
 
Se escucha el órgano sonar, es YonGi, el primo de JungKook, que se ha ofrecido a tocar las melodías propias del evento.  Inician  los acordes de la marcha nupcial, uno tras otro resbalan y danzan por el lugar, la emoción se antepone, algunas lagrimas de emoción brillan en los ojos de  algunos de los presentes. El cortejo camina por el angosto pasillo, una pequeña niña va regando pétalos blancos por la alfombra roja. JungKook se ve nervioso, más que antes, mucho mas, sus manos se retuercen una sobre la otra, esperando el momento.
 
 
El gran momento. 
 
 
 
 A lado suyo llega  su alma gemela, esa persona que le  acompañará, con quien convivirá hasta el día de su muerte, tal vez un poco más, porque si la eternidad existe tal vez un poco mas allá. Como todo un cliché
 
 
 
Los novios, uno frente al otro, mirándose a los ojos, hasta  profundidad de su ser, la pareja se toma de las manos y sonríe. Una imagen perfecta de la felicidad.
 
 
 
Taehyung cierra los ojos por un momento, necesita respirar y relajarse, solo un momento, realmente lo necesita.
 
 
 
La ceremonia inicia y la pregunta típica no se evita.
 
 
 
—“¿Alguien tiene algún impedimento para que esta boda se realice?”
 
Un cliché, una costumbre o una obligación, que evidentemente nadie es su sano juicio se atrevería a aseverar que si existe un impedimento. Nadie.
 
 
 
Excepto en esta ocasión. Por que la excepción rompe la regla.
 
 
 
JungKook gira al auditorio, los observa por encima, a todos,  un débil escaneo. Poco significativo, pero por el momento y el lugar no pueden pasarse desapercibido. 
 
 
 
A TaeHyung le tiemblan las manos y el alma, el corazón comienza a latir con desesperación, lo invade el miedo, una gota de sudor viaja desde la sien hasta el borde de la barbilla.
 
 
 
—No puedo casarme, yo no puedo hacerlo si estoy enamorado de alguien mas.
 
 
 
A TaeHyung se le llenan los ojos de lágrimas, no lo puede creer, es un sueño.
 
 
 
Los ojos se dirigen a el.
 
 
—Yo amo a TaeHyung.
 
 
 
Los  murmullos se escuchan por doquier. La novia no cabe en asombro, mira uno y mira al otro.
 
 
 
TaeHyung abre la boca sorprendido. Es un sueño.
 
 
—¡TaeHyung, TaeHyung! —Una mano lo sacude con fuerza.
 
 
 
—Vamos hijo  ¿como puedes quedarte dormido en este momento?
 
 
Literal, esta en un sueño, profundo, hermoso, pero al fin sueño.
 
 
—Lo siento, solo cerré los ojos… ¿pasó algo…?
 
 
—Te llaman para que entregues los anillos.
 
 
Ha sido solo un cerrar de ojos , unos minutos que la fantasías caótica del sueño le ha dado un dulce sabor , pero que  al despertar , la realidad le ha dado un amargo sabor de boca estrellar con la realidad.
 
 
 
Esta en la iglesia,  en el día tal vez más importante para JungKook. Su boda, suya y de JiEun.
 
 
 
TaeHyung corre, con algo de torpeza, sube los escalones y sino fuera por los reflejos caería sin duda alguna. Se los entrega a JungKook que le regala una sonrisa, de sus favoritas, enseñando los dientes frontales  entrecerrando los ojos.
 
 
 
Le entrega los anillos y sus esperanzas infundadas de un posible final feliz para el.
 
 
 
Toma asiento y  los escucha decir sus votos.
 
 
 
Taehyung suspira, no puede evitar sentir que una melancolía invade su ser. Pese a todo realmente desea que el sea feliz… con ella.
 
 
 
Ha sido amigo de Jungkook desde niño, desde la elemental jugaron carritos,  crecieron juntos, pasaron su adolescencia compartiendo experiencias y jugando video juegos, viviendo una loca vida universitaria y departieron como adultos al comenzar a laborar y ahora también lo hacen y eso duele, porque hace años que está enamorado de su mejor amigo.
 
 
 
La ceremonia concluye.
 
 
 
Se trasladan a un gran salón de fiestas con pisos de mármol y lámparas de araña colgadas desde el  cielo raso, con brillantes cristales cuya luz se refleja por doquier, largas cortinas de gasa que danzan con gracilidad  con el aire de la noche, mesas con elegantes manteles y arreglos florales, rebosantes de platos en distintos tiempos, copas de champagne que burbujean y alegran a todos.
 
 
 
La mesa de los novios con el gran pastel, elegantemente en blanco y marfil. Todo es fastuoso en gran medida por los padres de ella.
 
 
 
De la orquesta comienza a emanar los acordes melódicos y románticos de una canción que el conoce, es la de JungKook y JiEun. El primer baile de esposos, el coloca su mano en la cintura de ella y luego le toma la mano, ella coloca su mano en el hombro de el. Encajan perfecto, es lo que el ve. Observa desde una parte del bar con una copa en las manos, quiere ver y no quiere.
 
 
Quiere ver la realidad, pero no quiere ver porque le lastima. Después de ese baile  vinieron muchos  más. 
 
 
 
TaeHyung no disfruta la fiesta, ni la comida, ni la música de la orquesta de Jazz que toca, ni mucho menos la música moderna que le sigue después.
 
 
 
Sus padres se han ido, el ha esperado un momento prudente, pues no quiere irse con ellos, no es que no los ame o no quiera convivir con ellos, pero en este momento prefiere estar solo, ya no soporta mas fingir una sonrisa.
 
 
 
Camina de prisa, como un anónimo mas, necesita de la soledad, de la calma. Sale al gran jardín  toma una bocanada de aire, llega a sus pulmones pidiendo mas.
 
 
 
—No había  hablado contigo.
 
 
 
Se escucha una voz tras el.
 
 
 
—Estaba apunto de irme, estoy cansado y mis padres se han ido.
 
 
 
—No, no puedes irte, no has bailado. —JungKook lo mira, con la cabeza ladeada y la sonrisa que TaeHyung llama “No puedo negarte nada”
 
 
 
—Lo he  hecho, solo que no me has visto. —Pero esta vez intentará negarse, es demasiado difícil seguir aquí, es  masoquismo puro.
 
 
 
—No, pero no conmigo.
 
 
 
—Vamos JungKook que no somos niños. —Como cuando bailaban –o brincaban sin ritmo- al ritmo de música porque estaban felices, por todo y por nada, solo por el hecho de ser amigos.
 
 
 
—¿Ya no soy Kookie por ser un hombre casado?
 
 
 
TaeHyung sonríe aunque el alma le duela —Eres y serás Kookie, aun cuando tengas hijos y te conviertas en abuelo —No puede evitar sentir nostalgia por saber que ya no pasaran tardes juntos para andar en bicicleta como niños, ni como adolescentes pescando en el río  Han, ni jugando videojuegos como universitarios o yendo a fiestas locas, mucho menos  tomaran  cervezas en el bar de siempre después de salir de la oficina, antes de que JungKook vaya a ver a su novia.
 
 
 
Ya no podrá porque ahora es su esposa y JungKook le pertenece.
 
 
 
Ya no mas momentos, eso los pasara a lado de alguien mas que no es el.
 
 
 
—Bueno debemos bailar, como el día de la despedida de solteros que me diste, lo prometiste.
 
 
 
TaeHyung sonríe. En el fondo se escucha un saxofón tocando una melodía triste, tan triste como este momento.
 
 
 
—Solo hay música lenta, es de enamorados.
 
 
 
—No…si escuchas bien. —JungKook sonríe como si fuera a hacer una travesura. Su mirada picarezca lo delata.
 
 
 
Se escucha el cambio de ritmo,  Dudu-dudu de Blackpink empieza a oírse.
 
 
 
—¡Nooo, no hare eso!...es…es vergonzoso frente a tantas personas. —No puede evitar reir, por primera vez en la noche.
 
 
 
—¡Claro que si!
 
 
 
JungKook lo jala de la mano, corren hacia la pista. TaeHyung no puede negarse. No con esa mano sosteniendo la suya.
 
 
 
Llegan en medio de la pista y empieza a  emular los pasos del grupo, todos ríen, TaeHyung también y no puede evitar seguirlo, la gente  aplaude por lo coordinado que están en ese baile de chicas.
 
 
 
La coreografía termina con algunas risas y empujones entre ellos, chocan las manos como cuando eran niños, es tan tierno ver a los mejores amigos compartir este momento, pero después de las risas, la música nuevamente se hace lenta y la esposa llega por el flamante esposo para bailar la ultima canción antes de partir a la luna de miel.
 
 
 
TaeHyung empieza a dar pasos hacia atrás, intentando alejarse sutilmente, pero la voz de su amigo lo detiene.
 
 
 
—Debes despedirme Tae, por favor. —Unos brillantes ojos suplicantes.
 
 
 
TaeHyung no tiene corazón para negarse.
 
 
 
—Claro, ahí estaré.
 
 
 
El quisiera estar en medio oriente, en las altas cumbres del Tibet o en el espacio sideral, no ahí frente a la multitud que los espera para desearle un feliz y largo matrimonio.
 
 
 
La pareja llega  con ropa diferente, salen del salón de fiestas, un auto clásico espera por ello, los abrazos y buenos deseos no se hacen esperar.
 
 
 
TaeHyung no se acerca, no se atreve, no es una mala persona, pero no siente que en su boca quepan palabras que deseen felicidad. Porque es egoísta, uno que no lo exterioriza con palabras o actos, pero le duele que JungKook no sea para el, pese a que ama que sea feliz.
 
 
 
—No me das un abrazo Tae —Se acerca JungKook por la espalda. Siente el aliento en su cuello y que un escalofrío recorre su cuerpo.
 
 
 
—Claro, Kookie, claro —TaeHyung lo abraza como si fuera la última vez –Tal vez lo sea-Se aferra a los segundos que puede antes de perderlo definitivamente, aunque en realidad nunca lo tuvo y si acaso existiera la posibilidad, ya no la hay más. Acaricia el  cabello de  la nuca y por inercia, por costumbre,  la mano resbala hasta el lóbulo de la oreja de JungKook, sabe que eso relaja a su amigo y lo hace con una lentitud pasmosa. Aspira el aroma, acomoda su barbilla en el hombro. No puede evitar que una lágrima ruede por su mejilla. Un leve sollozo, casi imperceptible, casi.
 
 
 
—¿Por qué lloras Tae? —JungKook toma el rostro de su amigo entre sus manos.
 
 
 
—Porque estoy feliz por ti…
 
 
 
—Llorar por felicidad no tiene sentido.
 
 
—Pero tus ojos también están cristalinos y se que esta feliz.
 
 
 
—Si, lo soy. —La sonrisa se amplia y los ojos se empequeñecen.
 
 
 
—Felicidades Kookie.
 
 
 
—Gracias.
 
 
 
—Por la boda y por …
 
 
 
—Lo se, lo se.
 
 
 
JungKook y JiEun han sido novios desde el ultimo año de la universidad, han sido novios desde que JungKook comenzó a trabajar en la empresa comercial de su padre hace dos años  , ya era momento de dar el siguiente paso, en especial porque en unos meses serán padres, hace un mes se han enterado, eso apresuro los planes. 
 
 
 
La novia lo toma de la mano y se van. Suben al auto y le dice adiós.
 
 
 
Se aleja de su vida.
 
 
 
TaeHyung agita la mano, como muchas mas que desean felicidad, el no la desearía , pero igual sigue  fingiendo. Camina siguiendo el mismo camino, evita la gente, sus ojos no pueden soportar la presión y el dique se rompe.
 
 
 
El dolor es inmenso, los sollozos se vuelven sonoros según se aleja, camina de prisa, llega a una calle desolada, por la hora, por el lugar, por lo que sea, se recarga en una pared y llora, llora como medio de drenar la pena que lo embarga.
 
 
 
Lo perdió, sin nunca haberlo tenido.
 
 
 
La ultima imagen que vio  JungKook al dejar la fiesta es la de Tehyung agitando su mano sonriendo, lo ve caminar alejándose de los invitados.
 
 
 
—Te amo. —Musita en el silencio del interior del automóvil.
 
 
 
—Yo también esposo— JiEun le abraza y se acomoda en su pecho.
 
 
 
JungKook se acaricia la oreja como un recuerdo, como una señal, como un código y sonríe con melancolía  —Siempre te he amado.
 
 
 
—Yo también amado esposo. — JiEun se incopora para besarlo, pero el beso es corto, incluso un poco indiferente, piensa que JungKook está en fase romántica por sus dos te amo seguidos, pero tal vez en este momento está nervioso, nuevamente se recuesta en su hombro, ella esta muy enamorada y supone el también de ella. Ella supone.
 
 
 
Pero muy lejos esta de la verdad.
 
 
 
Porque a ella no le pertenece el amor de JungKook.
 
 
Notas finales:

Si alguien lee...debería hacerle una segunda parte??? Necesito una opinión, tenía ganas de escribir algo sad...pero ya no estoy tan segura .

 

Anniong!!!

 


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