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One Way Ticket por N3K0-Ch4N

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Notas del fanfic:

Nota: ¡Hola, Animalitos de Dross!
 
Sí, aún sigo con el bloqueo de escritora y no me siento muy bien que digamos, así que, hasta que se me pase el bloqueo, me dedicaré a traducir un proyecto hecho por mi amigo Lord Truhan y un usuario de Deviantart (Xenocracy) titulado "One way ticket".
 
Me imagino que muchos se está;n preguntando "¿de qué se trata este proyecto?" es simple, básicamente se trata de una historia AU reflejando que hubiera sucedido si Mirai Trunks era enviado a nuestra línea de tiempo unos meses después de la muerte de Mirai Gohan y que conociera a Chibi Gohan mucho antes de prevenir la llegada de los androides.
 
Espero que les guste el proyecto, los personajes de "Dragon Ball Z" no me pertenecen sino a Toriyama-san, su adaptación anime y películas son propiedad de Toei Animation, el proyecto es propiedad de Lord Truhan y Xenocracy pero la traducción es de MI propiedad.
 
Bien, no tengo nada más que decir así que ¡a trabajar!

La respiración de Gohan era irregular, mezclada con pequeñas raspaduras y toses. Trunks podía sentir el olor de la sangre, estaba salada, olía a una espiga mezclada con ráfagas de humo, era tan pesado, de todas las veces que el joven semi-saiyajin se imagino cargando a su sensei, nunca pensó que sería tan pesado. Hubo un silencio solemne en el campo de batalla, silencio que se rompió por el desplazamiento, el arrastre de pies sobre la grava, sin mirar, sin sentir, el adolescente sabía que esto era malo. Gohan había sido herido y eso era todo lo que podía ver, todo lo que podía sentir o experimentar: la amargura de la semilla del ermitaño, la sangre fría que corría por su cuello. Estaba roto por dentro y todo había comenzado desde el momento en que esos monstruos mecánicos hicieron frente en el campo de batalla, no había escapatoria ni facilidad alguna para su mente.

Gohan estaba herido y aún podía sentir la amargura de la semilla del ermitaño, todavía podía sentir el hedor de la sangre, todavía podía escuchar sus jadeos.

Lo arrastró por lo que parecieron horas y esa acción en sí se sentía demasiado humana. Los androides los habían reducido, simplificando su existencia y su dolor en este mundo, habían deformado todo lo que era bueno y lo que era perfecto en esta vida. Habían herido a Gohan, convirtiendo a un dios en algo frágil, rompiendo sus conceptos del bien y el mal.

Las hebras lilas se adherían con fuerza sobre su frente mientras el joven guerrero caminaba entre los edificios. Se detuvo para recuperar el aliento detrás de un contenedor de basura volteado y, mientras se apoyaba contra la pared, sacudió al hombre en sus brazos.

Lo amaba, era la única verdad ineludible que su corazón podía recordar en ese momento, amaba a Son Gohan, amaba su optimismo, su determinación, los empinados abismos en sus ojos.

-Ya casi estamos allí ¡solo resiste! No te rindas…-una lágrima escapó de los ojos del adolescente y tembló.

El resto del viaje se pasó escuchando temblores, temblores que significaban una batalla y dicha batalla advertía que los monstruos no estaban muy lejos. Trunks comprendió que no podía evitar que el odio ardiera en su alma, los odiaba y se odiaba a si mismo, no era lo suficientemente fuerte, acomodó a Gohan debajo suyo. Estaban cada vez más cerca ahora, más cerca de casa, aún así el daño ya estaba hecho. Gohan permanecía inmóvil, Trunks podía sentir la sangre empapando su espalda, las lágrimas comenzaron a caer pero aún faltaba mucho, se había acomodado en su propio horror mil veces, aprendiendo de sus fallas, siendo refugiados por la nada misma en esta vida. A medida que se acercaban, sentía fatiga y ardor en la boca del estómago, sus manos ensangrentadas alcanzaron la puerta temblando.

Mira lo que he hecho. Lo he arruinado… todo.

Giró el picaporte y gimió mientras se esforzaba por empujar a su sensei al pasillo, sus ojos oscuros, vidriosos por el dolor, lo miraron fijamente, una mano intentó alcanzarlo débilmente pero cedió contra la pared, derramando sangre sobre ella. Trunks hizo su camino a la puerta del laboratorio, miró a su madre a los ojos y notó como el horror aparecía en su rostro.

-Gohan… ¡lo hicimos! Llegamos a casa.


Gohan estaba solo en plena oscuridad, las pestañas negras se abrieron y sus ojos se enfocaron en un intento de encontrar la luz en medio de la oscuridad pero no había nada en aquel espacio sin forma. Los pálidos dedos se estiraron mientras tomaban y retorcían el humo de una masa turbia, solo había una cosa que buscaba, una cosa en el incesante eco de su mente: Trunks. Pero Trunks no estaba allí, era solo una fantasía, una esperanza en la desesperanza de su corazón ¿cómo podía ser otra cosa más que un sueño? Cabello lila, ojos azules como el cielo, con piel color del café y la crema, era una fantasía, un triste sueño de un hombre aún más triste. Gruesas lágrimas se derramaron por los ojos del semi-saiyajin y lloró tendidamente en el suelo, lo había perdido, había permitido que esos monstruos le robaran su sueño.

-¡Trunks!-como si hubiera despertado de entre los muertos, el semi-saiyajin de cabellos oscuros se despertó bruscamente y se aferró a la figura que tenía en frente. Sollozó e intento sentarse a pesar de sus heridas-¡Trunks!-

Trunks lloró hasta que su rostro se puso rojo y su alma se humedeció, Gohan estaba despierto, llorando su nombre.

-Estoy aquí… estoy bien, estamos a salvo-lo empujó suavemente hacia abajo e intentó no mirar los vendajes empapados de sangre, intentó no mirar en el lugar donde debía estar su brazo, le secó las lágrimas alrededor de la mejilla vendada y lo acarició como a un niño hasta que su temblor cesó-estoy bien-

Gohan parpadeó a través de sus lágrimas y cuando se fueron, vio a un ángel flotando sobre él.

-Trunks…-susurró por miedo a asustar a la hermosa criatura.

-Estoy aquí…

-Trunks…-las manos temblorosas sostuvieron al adolescente y aquellos ojos oscuros se calmaron-¡corre, Trunks, corre!-

Las lágrimas que el príncipe derramó aquel día surgieron de la nada, atacando todo su ser, salieron de su alma y arrancaron sus entrañas. Gohan se quedó dormido, pero tres días después, Trunks seguía sollozando, la inquietud se reflejaba en sus ojos, alimentando sus pesadillas, torturando su estado de vigilia. Bulma vio como lo carcomían vivo, recordó el día en que Gokū murió, de cuanto lloró por Vegeta, de cómo su aprecio fue desperdiciado, como esa pena se carcomió la esencia misma de su esposo, fue por amor, ella lo supo de inmediato pero su orgullo no le permitió ayudarlo a superarlo. Juró que no dejaría que Trunks pasara por ese camino, ingresó lentamente hacia la habitación y le tocó la cabeza.

-Necesitamos cambiarle los vendajes.

-Yo puedo hacerlo-dijo Trunks sentándose bruscamente.

Bulma asintió y regresó con los suministros, le dio las tijeras y cuando Trunks tomó el vendaje sobre la mejilla del hombre inconsciente, comenzó a temblar.

-Fue algo valiente lo que hiciste-dijo Bulma mordiendo su labio inferior-traerlo de regreso a casa en la forma en que lo hiciste-

-¡Solo se lastimó por mi culpa!-exclamó Trunks mirando hacia otro lado.

-A veces, terminas herido por proteger a las personas que amas. A veces también duele ayudarlos, es por eso que el amor es tan poderoso, soporta todo ese dolor.

Los ojos azules de Trunks la miraron y Bulma sonrió, Trunks se sonrojó sombríamente y comenzó a cortar los vendajes.

-Él no lo sabe…

-Él lo sabe-Bulma desenrollo los nuevos vendajes-se lo estás demostrando en este momento-

-Se ve mal-dijo Trunks mordiéndose el labio inferior mientras le quitaba el vendaje de la mejilla a Gohan.

-Tiene ese color porque se está curando-la científica negó con la cabeza-ponle este ungüento, luego envuelve el vendaje alrededor de su cabeza y después le pondremos las gasas-

-De acuerdo.


Cuidar de Gohan le dio un propósito, le dio a su mente algo en que concentrarse, sintió que su corazón se aliviaba con el desvanecimiento de los moretones, quería venganza, pero sobre todo, quería averiguar por qué ¿por qué lo hizo? ¿no sabía que era importante para él? que no significaba nada y que lo era todo, todo lo bueno en la vida. Entre el cuidado de su sensei, lo miró y se desconcertó, preguntándose qué fue lo que hizo para que Gohan arriesgara su vida por él. No podía pensar en nada, por la noche se sentaba contra el alfeizar de la ventana como un centinela, contemplando la luz de la luna como si ésta tuviera las respuestas que estaba buscando.

Habían pasado semanas desde el ataque, los androides los habían humillado a ambos, Trunks había perdido la esperanza de que Gohan se recuperara, así que se sentó junto a él y le tomó la mano esperando que su presencia lo calmara. En una cálida tarde, se sentó junto a la cama y cepillo el cabello de su mentor, lo peino hacia arriba y jadeó cuando sujetaron su muñeca.

-Trunks…

-¡Gohan! ¡estás despierto!-Gohan sonrió débilmente y le acarició la muñeca. Fue una acción simple pero para Trunks se sintió como magia, se llevó su mano hacia su pecho y se sonrojó profundamente-¿estás aquí ahora?-

Los ojos oscuros se fijaron en él y la famosa sonrisa Son se grabó en el rostro del guerrero, Trunks no era un sueño, Trunks era real, fuerte y hermoso. Reaccionó por el aroma de su shampoo, por los pequeños trazos de sus dedos sobre su frente, habían llegado a casa.

-Estoy aquí ahora ¿cuánto tiempo estuve inconsciente?

Trunks miró hacia abajo, ahora Gohan estaba despierto, se sentía presionado por preguntarle. Se sentía culpable por permitir que eso sucediera en primer lugar.

-Semanas…

-Oh vaya-el semi-saiyajin de cabellos oscuros se sonrojó-supongo que dormí demasiado ¿por qué estás triste? Puedes seguir siendo mi enfermera si te gusta tanto, fue algo bueno para mí también-

-¡Idiota!-gruñó Trunks-¡¿por qué?! ¡¿por qué hiciste eso?!-temblo mientras cerraba sus manos en forma de puños-¡¿por qué me salvaste?! ¡yo soy el que debería estar malherido, tendido en aquella cama!-

-Lo hice… porque ya he perdido demasiado, Trunks-Gohan sintió su corazón encogerse ante esas palabras y miró hacia otro lado-perdí a Piccolo, perdí a mi familia… tú… tú eres la única esperanza que me queda, el último rayo de luz en esta vida-

-¡Eso es estúpido!-sollozó el adolescente pateando la silla al lado de la cama-¡¿no sabes que eres tú quien debe derrotarlos?! ¡eres más fuerte que yo!-

Los ojos oscuros se dirigieron hacia él y una sonrisa triste se dibujo en su rostro, contrastando con las lágrimas cayendo de sus ojos. Una imagen que quebró al joven guerrero, porque nunca había visto algo tan hermoso y tan triste. Todo su cuerpo se estremeció cuando escuchó a su mentor susurrar:

-Tú… eres mi esperanza, Trunks. sin ti no puedo… nunca seré… lo suficientemente fuerte, eres precioso para mí.

-Yo… ¡no soy precioso!-Trunks dio un paso atrás, aferrando sus manos a su pecho, más su corazón lo delató ¿quién se creía que era? ¿Cómo se atrevía a hacer que lo amara más?-¡ni siquiera estaba tan herido! ¡no lo soy!-

-Eres precioso para mí-Gohan se seco las lágrimas de sus ojos y sonrió tristemente-si realmente quieres saber porque… es porque te amo mucho, Trunks… demasiado-

Los orbes azules se agrandaron y lentamente, el príncipe elevó su cabeza para contemplar al ser que amaba completamente sorprendido. La luz del sol se brillaba en sus ojos negros y fue en ese momento que Trunks sabía que él era más que su única esperanza de libertad. Él era un ángel.

-Te amo, Gohan… te amo tanto...


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