Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

'YOI. El Soldado del Hada Rusa por amourtenttia

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Antes de iniciar la historia una pequeña introducción~.


Hola ? Ha pasado un tiempo desde que publique una historia donde las notas están a la orden del día LOL. Actualmente quiero creer que intento hacer cosas más serias pero mi alma demanda un poco de fluff sin sentido que de algo de calor a mi corazoncito.


Siendo que el Otayuri se volvió tan especial para mí por razones incomprensibles decidí empezar un fanfic sobre ellos.


No quiero hacer una historia demasiado seria, en plan pensar demasiado entre actualización y actualización. No quiero una trama complicada (pero conociéndome, espero algo enredado en algún punto xd). Es simplemente algo relax. Algo para repartir amor por este par a través del mundo.


Edit. Justo antes de publicar. ¿En qué momento esto se volvió un Omegaverse? ¿Y por qué esto es tan triste pero lindo? Espero no sea confuso, por lo menos... A propósito. Disculpen cualquier error en de nombres y así LOL. Siento que algo va mal en alguno LOL.


Desde ahorita. Muchas gracias por abrir este libro (? Y espero disfrutes de esta historia conmigo ? y me acompañes en esta aventura de escribir un fanfic donde las ideas no nos falten lol. Te lo dedico a ti, que lees esto ^-^

1

 

Yuri Plisetsky observó a su abuelo con una expresión indescifrable. La incomodidad en la habitación era notable, sin embargo, los ojos del menor eran un misterio que Nikolai era incapaz de descifrar. Una mezcla se formaba en los ojos del rubio. Enfado, decepción, tristeza y confusión eran solo apenas una pequeña parte de lo que el abuelo del chico podía observar. Era particularmente consciente de que la noticia dada no era agradable. Él mismo no se sentía del todo conforme, pero era su mejor opción. O mejor dicho, esa era su única opción.

—Yuratchka... —inició con voz serena

Pese a que su abuelo se sentía igual o más inconforme que el propio rubio, su voz no lo demostró.

—Tu me habías dicho que Yakov no podía ser opción...

Al escucharle chasquear la lengua le dedicó una simple mirada de advertencia. Yuri borró su gesto enfadado de inmediato. Le quedaba algo de sentido de supervivencia.

—Yakov es un idiota...

—Yuri...—advierte Nikolai

—Te dije que no era una opción porque él y Lilia siguen dándome órdenes. Se supone que es mi representante. ¡No mi padre!

El anciano intentó no molestarse.

—No puede evitarlo. Ni él ni Lilia. Eres una cría...

—¡No soy un maldito animal!

—¡Yuri!

El menor se sentó de golpe en el asiento y con los ojos bien abiertos observó con sorpresa al mayor. El de cabellos canos le dedicó una mirada apenas arrepentida. Odiaba usar ese tono con él. Mucho más que su cachorro, Nikolai aborrecía la manera en que las cosas tenían que ser. La mirada resentida era prueba suficiente para que entendiera que la situación tampoco le hacía gracia a él.

—No puedo ir contigo. Eso lo sabes bien...—le recuerda

—No quieres venir, esa es la realidad—replica por lo bajo el rubio

Ambos saben que por muy bajo que hable, Nikolai es capaz de escucharlo. La insubordinación del "Hada Rusa" es mundialmente conocida. El mayor ahoga un suspiro mientras pasa una mano por su rostro.

—Soy demasiado viejo para acompañarte... A mi edad no puedo permitirme andar por aquí y por allá.

—Hay buenos doctores...

—Yuratchka... La salud no es mi problema. ¿Por qué te empeñas en negar lo evidente?

El menor desvía la mirada ante el tono tan tranquilo que ha usado. Contrario a esa jodida voz que solo hace mella en su persona por ser parte de su manada, Nikolai le ha cuestionado con verdadero interés y pesar.

La pregunta de siempre. La misma que Yuri no necesita contestar.

—Eres un Omega, Yuratchka... Tarde o temprano tendrás que aceptarlo.

—Preferiría ser un Beta—es la seca respuesta

—Eso no cambia lo que eres.

—En el hielo eso nunca ha sido importante. Alfa, Beta u Omega... Siempre que estoy en el hielo, nadie está interesado en saberlo...

Nikolai simplemente le observa, finalmente pasa una mano por la cabeza de su pequeño y pronuncia con tranquilidad.

—Los que observan no pueden saberlo, pero los que están cerca pueden olerlo...

Yuri baja la mirada de nuevo, frustrado.

—No puedo acompañarte. Sabes tan bien como yo lo peligroso que sería si llegara a involucrarme de nuevo.

—Era un niño antes. No tenía idea de que podía pasar...

—Yuratchka. Yo fui quien debió tener cuidado. Y te fallé de cualquier manera... Se me prohibió regresar a la pista por esa justa razón.

El menor cerró los ojos ante aquel desagradable recuerdo. No tenía mucho tiempo en el mundo del patinaje. En aquel entonces él ni siquiera comprendía la magnitud de lo que su casta representaba. Su abuelo acudía orgullosamente a cada concurso, y él, felizmente, llenaba de orgullo al último Alfa de su casa al ganar medalla tras medalla. Fue un estúpido accidente. Un Alfa adolescente dio con los primeros indicios de que su competencia número uno era un Omega y el instinto ganó. El chico buscó perdón por meses luego de eso. Hoy día Yuri ni siquiera puede culparlo. Las circunstancias se dieron y el resultado nadie pudo anticiparlo.

Nikolai casi agarró a golpes a un menor de edad que intentó lanzarsele encima a su cachorro. Fue tan simple y complicado como eso puede sonar.

El instinto estaba especialmente arraigado en el anciano por una razón muy simple. Yuri Plisetsky era el último cachorro bajo su cuidado, por su puesto que la edad tenía que ver allí. Cualquier Alfa de su edad a cargo de un Omega sin marca tendría su mismo problema. Cualquier mal movimiento alrededor de Yuri y él simplemente no podía soportarlo.

Pero no podían permitir que eso frenara al rubio de sus sueños.

Yuri fue escogido como representante de Rusia. Pues, como bien dijo, en el hielo nadie necesitaba saberlo. Nadie se interesaba por castas... Fuera de la pista la historia era distinta. Si Nikolai no le dejaba ir tendrían que explicar por qué. Y en el segundo en que el mundo supiera que su patinador favorito no era de la casta que todos esperaban quizá su carrera terminaría para siempre.

—Tienes que ir con él... Dejar que te adopte en su manada...

Yakov, de lejos, habría sido una opción más prudente. Siendo que había sido marcado hace años por la misma Alfa que ahora era su compañera (aunque fuese su ex esposa), no había manera de que fuese capaz de marcar a nadie más. Nikolai no podría admitir fácilmente que también confiaba de manera ciega en él y en ella. Como Alfas, fueron incapaces de formar su propia familia. Por eso adoptar a Yuri fue tan natural. Si Nikolai se los pidiese, ellos ni siquiera dudarían en hacerlo oficial. Pero Yuri tenía razón en lo que decía.

Más que el propio Viktor, Yakov y Lilia eran un par de padres cuyo instinto iba un paso más allá. A su lado, el rubio nunca volvería a tener la misma libertatd. Por eso es que el peli—plateado era su mejor opción.

Por su profesión ambos estaban obligados a convivir juntos la mayor parte del tiempo. Y siendo que Viktor consideraba a Yuri un niño más su instinto con éste era el mismo que tendría por un hermano más. No era un Alfa convencional tampoco. Y el abuelo consideraba que quizá fuese porque no había marcado o sido marcado de vuelta.

—Ese viejo... —intentó decir el rubio, a lo que el mayor soltó una pequeña risa

No había demasiado humor en su tono, pese a que intentó sonreír de todos modos.

—Ese hombre se ocupará de ti mientras estés fuera, Yuratchka.

Cuando el menor se puso de pie y recorrió los pasos que los separaban solo para abrazarlo, Nikolai le observó con sorpresa.

—Preferiría no irme... Abuelo... Me quiero quedar contigo...

El mayor sintió claramente como un nudo se formaba en su garganta. Pese a que deseó con fuerza responder "Bien. No irás " se forzó a cuestionar.

—¿No quieres vivir tu sueño entonces, Yuri?

El rubio le abrazó con más fuerza.

—No si tengo que alejarme de ti...

Nikolai le abrazó igualmente. Besó su coronilla mientras susurraba.

—No puedo vivir por siempre, Yuratchka... Algún día, quizá pronto, no estaré aquí contigo...

—Abuelo...

—Escúchame... Yuri... No puedes no hacerlo. No dejaré que este viejo te impida cumplir tus sueños. Quieres ir. No intentes mentirme.

—Eres mi única familia.

—Y por eso tienes que dejarme, Yuri.

Cuando se apartó para mirarlo, Nikolai no se sorprendió por lo humedecido que notó sus ojos. Ni por la inconformidad que crecía en su pecho. Odiaba hacerlo llorar.

—No es justo... Yo no pedí ser esto.

—Lo sé...

Su pequeño cachorro volvió a ocultarse entre sus brazos, y Nikolai casi pudo observarse a sí mismo diez años atrás. Meses luego de la muerte de su pequeña familia, justo cuando el rubio terminó bajo su manto. En aquel entonces donde comprendió que no tenían a nadie más en esta vida.

"—Abuelo..."

Abrazó con fuerza al rubio, reteniendo las ganas de dejar que sus deseos fueran dichos. De pedirle al menos una vez que abandonara todo por permanecer unos años más a su lado.

"—Te quiero, abuelito"

El mayor sintió como su corazón era apretujado cuando Yuri dijo en una voz que lo transportó al pasado.

—Te quiero mucho, abuelito...

—Yo te quiero más...—respondió con un hilo de voz.

Había cosas que nunca iban a cambiar. Y una de ellas era el amor que Nikolai Plisetsky tenía por su amado niño.

Eso era algo que jamás iba a cambiar.

.

.

.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).