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El agua humedeciendo su ropa, y el suelo lodoso sobre el que se hayaba sentado era desagradable. Sentía frío, así como el cansancio iba ganando sobre su consciencia, y caer desmayado bajo la lluvia a mitad del bosque se volvía una realidad muy cerca de cumplirse.
Su hermano estaba a salvo en la cabaña que habían hecho su hogar. El escudo que pusieron, con ayuda de Gideon y las instrucciones que venían en el diario, lo mantendrían lejos de las artimañas de esos guardianes de porquería.
La seguridad de Will, y mantener a Dipper lejos del diario, hacían que el enfrentamiento que tuvo con el guardián valiera la pena.
Se hayaba recostado sobre las raíces y tronco de un árbol. Su cuerpo estaba lastimado, agotado al borde del desmayo. No podía volver con Will en esas condiciones, en cuanto lo viera se pondría a llorar como el bebé llorón que era. Su hermano era débil, y dependía de él la mayor parte del tiempo. No le molestaba cuidar de él, se trataba de su hermano, la única familia con la que de verdad podía contar, pero algún día podría no estar para defenderlo, y si Will no aprendía a valerse por si solo, dejar de temer tanto cuando las cosas iban mal, le preocupa que no pudiera sobrevivir mucho tiempo en el cruel e injusto mundo en el que les toco vivir.
O peor aun, que las cucarachas se aprovecharan de él.
—... Hug...
Hablando de cucarachas.
Miro con arrogancia al guardián que yacía a varios metros de él en las mismas condiciones, derrotado. La diferencia que destacaba entre los dos era que Dipper estaba inconsciente, boca abajo, tragando el lodo que se formaba por la lluvia. El sol había desaparecido, cuando cada uno cayo vencido por el daño hecho por su enemigo, dejando un cielo gris sobre sus cabezas. Una pequeña tormenta pasaba sobre el pueblo de Zero Gravity.
Como disfrutaba ver al desgraciado hecho mierda.
Debía admitir que hasta ese momento, de todos los enfrentamientos que habían tenido desde que se conocieron, su más reciente pelea, había sido la más brutal de todas.
—Estúpido pino —balbuceo con voz áspera.
Estaba cansado, y el sueño comenzó a afectar su cabeza. Lo único que lo mantenía despierto era el dolor de las heridas hechas por el guardián sobre su joven cuerpo. El frío entumecía sus extremidades, haciendo difícil para él moverse.
—...Maldición... —debía levantarse, aun con sus huesos reclamando por un poco de descanso, debía irse antes de que el guardián despertara y lo hallara fuera de sus cinco sentidos.
Vulnerable.
Intento mantenerse en pie, avanzó sin tropezar con sus propios pies, y logro llegar con mucha dificultad hasta donde el guardián yacía inconsciente. El lodo era más espeso, resbaloso, y no pudo evitar caer a un lado de Dipper. Se dio vuelta, mirando al cielo, la lluvia caía directo sobre su rostro. Todo se veía borroso, su cuerpo comenzaba a sentirse pesado. El dolor paso a segundo plano, lo ultimo que quedo grabado en su memoria fue la oscuridad que lo consumió por completo.
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Cuando Bill despertó, lo hizo acompañado de un grito que provoco que su hermano saltara del susto dejando caer todo el material medico del que había hecho uso para curarlo. Se sorprendió al verse en la cabaña, sobre la vieja cama en la que dormía, con vendas cubriendo las partes más dañadas de su cuerpo. Will estaba a su lado, temblando, preocupado porque algo malo le estuviera ocurriendo a su hermano. Pensamiento que desapareció en cuanto lo escucho quejarse por el dolor que recorría cada célula de su cuerpo.
—¿Como llegue aquí?
—Y-yo te traje. T-tardabas mucho, s-sali a buscarte y-y los encontré inconscientes.
—¿Nos...?
Will, con miedo a que su hermano se enojara con él, señalo con su temblorosa mano a la cama contraria, en la que él mismo dormía. En las mismas condiciones que Bill, descansaba el guardián con el que su hermano peleaba todo el tiempo, Dipper. Dormía de forma apacible, con su ropa húmeda colgando a un lado de la cama sobre una silla.
En cuanto lo vio, Bill estallo en cólera.
—¡¿Que hace el idiota aquí?!
—H-hermano, tranquilo —dijo al ver como se quejaba nuevamente por el dolor—. N-no podía dejarlo b-bajo la lluvia.
—¿Por qué no? El idiota no va a morir por un poco de agua fría.
—N-nosotros no lo sabemos.
Bill no le dio importancia.
—Solo es una llovizna, nada malo le iba a ocurrir.
En ese momento, por la única ventana de la habitación, vieron como un feroz rayo caía sobre el bosque, haciendo vibrar sus oídos por el bestial ruido del trueno que siguió al impacto del rayo sobre la tierra. La lluvia incremento su fuerza y el calor descendió, haciendo más frío que antes.
—D-deja que se quede, s-solo hasta que d-despierte.
La preocupación en el rostro de su hermano pudo contra él, eso y el hecho de que no se encontraba con las energías para discutir con Will.
—¡Bien! —dijo dejándose caer sobre la cama con fastidio— pero se larga en cuanto despierte.
Will sonrió con timidez, complacido con su hermano.
—T-traere algo de comer.
—Mmm.
Will recogió todo lo que dejo caer al piso, salio de la habitación, y se fue a la cocina dejando a su hermano solo con el guardián, sin poder borrar la sonrisa de su rostro. No podía evitarlo, la imagen que presencio cuando fue en busca de su hermano era algo que seguía tan fresco en su memoria como si lo estuviera presenciando otra vez. Eso le daba esperanza, Bill ya no tendría que enfrentarse a los guardianes para mantenerlos a salvo, incluso, había la posibilidad de que su hermano olvidara la idea de hacer al mundo suyo.
Habían pasado por muchas cosas con sus padres, cosas realmente horribles, y a diferencia de su hermano mayor, el no quería venganza contra el mundo, solo una vida libre de problemas.
Mientras Will preparaba algo sencillo de comer a Bill, el mayor de los Cipher miraba con molestia el techo del cuarto que compartía con su hermano. Dipper seguía durmiendo, y eso ponía a Bill ansioso. Seguía lloviendo, y el tiempo no daba señales de querer cambiar pronto.
Bill se preguntaba, que tan parecidos eran los guardianes con los humanos. Por como estaba el clima afuera, y el tiempo que debió tomarle a Will para encontrarlo y llevarlos hasta la cabaña el solo, curar las heridas de ambos y arropar a cada uno en camas separadas, debió haber pasado todo un día, como mucho, desde que él y Dipper pelearon. No era consciente de como funcionaban los cuerpos de los guardianes, tampoco estaba muy interesado en saberlo, pero imaginaba que como seres "superiores" a los humanos, si llegaban a sufrir daños sus heridas se curarían más rápido que cualquier ser vivo en el mundo.
Entonces ¿Por qué Dipper seguía inconsciente?
Miro disimuladamente al guardián, sus ojos cerrados, sumido en un sueño que hacia que su rostro se viera completamente apacible. Era la primera vez que lo veía así de tranquilo, sin esa seriedad con la que lo miraba, y que le causaba irritación.
Se veía más idiota de lo que era, pero no le desagradaba.
Sus mejillas ardieron en vergüenza, rojas como el fuego de una fogata, por los pensamientos tan raros que cruzaban por su mente.
El único idiota en la habitación era él, por pensar en tonterías sobre el guardián que no dejaba de acosarlos, a él y Will, día y noche, como todo un pederasta.
Para distraer su mente, y dejar de sentirse tan estúpido, pensó en lo mucho que subestimaba a su hermano menor. Will, de alguna forma que desconocía, se las ingenio para llevarlos a ambos hasta la cabaña, siendo que era una labor pesada, complicada, y agotadora. A su lógica solo llegaban dos opciones; Will era más fuerte de lo que aparentaba, o recibió ayuda de alguien más, cosa que lo ponía nervioso.
Con su mente perdida en la oscuridad, los otros guardianes pudieron aprovechar para manipular a Will, conseguir el diario, y borrar sus existencias del mapa. Afortunadamente, los dos estaban vivos y bien, o al menos Will lo estaba, y él en su mayoría, por lo que podía descartar esa posibilidad.
Gideon resultaba ser una ayuda excelente cuando les tocaba enfrentarse a un guardián, pero dudaba que fuera tan altruista para darle una mano a Will, y llevarlos a ambos hasta la comodidad de la cabaña. Sobretodo, con la oportunidad, única, de tener a Dipper Pines fuera de servicio. Vulnerable.
¿Quien le había dado esa ayuda a Will?
No quería dudar de la capacidad de su hermano, pero mientras más lo pensaba, más lógico y acertado se volvía.
—E-espero te guste, n-no es la gran cosa, pero n-no tendrás hambre.
Will regreso con un plato lleno de panqueques y un vaso de leche. Despreocupado de la presencia del guardián en el cuarto.
Mientras Will estuviera bien, podía dejar las paranoias aun lado, por el momento.
Tarde o temprano lo descubriría, ¿No?