La vida es nauseabunda, como un pedazo de carne abandonado en un refrigerador descompuesto. Tan hediondo y sucio. Estoy cansado, fastidiado y agotado… fingir una sonrisa pura e inocente, dejando a un lado mis deseos y placeres para complacer a mi familia.
Observo fijamente las nubes moverse libres por el cielo, tan azul y brillante –Un fastidio- pienso nuevamente, mientras acomodo mechones de mi cabello castaño tras mi oreja.
~ Mi cielo, estamos llegando a la cabaña de mis padres~ la molesta voz de mi reciente esposa sisea suavemente cortando por completo mi paz mental.
La miro y le sonrió, como ya millones de veces había hecho antes. Ella comienza a arreglarse el cabello mientras sigue hablando anímicamente con mis padres. ¿Qué puede ser tan bueno de un matrimonio a conveniencia?, si fuera por mi hace tiempo me hubiera lanzado del edificio más alto de la ciudad. Pero no, un heredero no puede hacer eso, un heredero debe casarse a los 26 años, tener una hermosa esposa, un perro fino, salir de paseo con su familia y visitar la cabaña de ‘veraneo’ de sus suegros. Odio ser un heredero. Resoplo y me quejo mentalmente, eso es lo único que puedo hacer.
La carretera es destapada, el olor a pasto recién cortado se cuela por la ventanilla entre abierta del carro campestre de mis padres. Todos se ven felices ¿Por qué? A lo lejos veo una enorme casa, es hermosa, las paredes de la infraestructura son de un ladrillo oscuro, casi negro. Ventanales enormes que están cubiertos por una especie de tela oscura. Me quedo ensimismado apreciándola.
~ ¿No es espeluznante? ~ dijo mi esposa ~ Antes era una hermosa casa, los dueños eran familiares de mis padres, al parecer su único heredero desapareció… luego de eso, sus familiares gastaron cada centavo en intentar encontrarlo. Es una pena~ Su dulce voz me asqueaba, el olor de su perfume me daban nauseas.
~ ¿Está a la venta?~ dije en voz baja, el sonido grueso de mi voz llego a los oídos de mi familia. Mire rápidamente al espejo retrovisor donde unos enormes ojos negros me regalaban una mirada de odio. ~Estoy bromeando~ dije anímicamente. Los ojos se suavizaron.
~Cielos Leo, podrías hacer mejores bromas~…
Pasó el tiempo, hasta llegar a una asquerosa casa blanca, grande e iluminada. Mi esposa estaba feliz, podría jurar que su nauseabundo olor aumento. El carro se detuvo a la entrada, tome con fastidio mi equipaje y entramos.
-ES HERMOSO- me quede de pie en la entrada de la casa, un color rojo adornaba las blancas paredes, un dulce olor a carne podrida inundaba la recepción, escuchaba de fondo los gritos de mis padres y el llanto de mi esposa.
~Padres….~ susurro ella.
Camine con una sonrisa en mi rostro acercándome a la sala de estar, mi corazón palpito con fuerza. Una mujer anciana colgada del cuello a la lámpara de cristales del techo, sus órganos sobresalían de su lujosa ropa. Un anciano esparcido en los muebles. Escucho un ruido, me giro para saber quién perturbo mi paz. Ojos claros, cabello rubio, una sonrisa hermosa.
~Co..mi..da~ dijo con dificultad… se acerca bruscamente a mí. Me asusto y tropiezo. Todo se vuelve negro.
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Al abrir mis ojos me encuentro atado, escucho música clásica de bodas por lo bajo y un tarareo que se me hace extrañamente tierno. Es difícil ver entre tanta oscuridad, pero el viento helado me hace dar cuenta de mi denudes, los bellos de mi cuerpo se erizan al sentir una arma filosa tocar mi espalda.
~Co…mi…da~
Intento hablar pero la mordaza en mi boca no lo permite. Intento saber en dónde estoy, ¿Todavía sigo en la casa? ¿Los demás dónde están?
~Buscas…. Familia~ dijo la suave voz. Dio en el blanco, asiento con dolor mientras intento ponerme en pie, los grilletes de mis piernas resuenen en el lugar, mis manos amarradas en mi espalda se contraen. Y mis rodillas crujen al por fin levantarme.
~Ellos… comida~
De golpe se prende una enorme luz, quedo enceguecido por unos segundos. Al por fin acostumbrarse mis ojos, miro a mi alrededor, los cadáveres de mi familia se encuentran esparcidos. Una risa contenida de hacia tantos años por fin sale un poco a través de mi boca.
El tierno hombre me sujeta por la espalda, dándome un cálido abrazo, masajea con ternura mis glúteos y susurra cerca de mi nuca ~ eres…comida~ siento un cosquilleo que viaja directo a mi miembro ~mi… comida~ tan dulce que me embriaga. Comienzo a hacer sonidos para hacerle entender que puede quitarme la mordaza, lo hace bruscamente.
~Tae… me encontraste~ dije con completa felicidad, no lo estaba fingiendo, era tan sincera. Como la primera vez que lo había visto. ~Ya puedes comerme~ susurre. Escucho una sonrisilla juguetona proveniente de él.
Me recuesta sobre el suelo helado y manchado de sangre. Se pone sobre mí, ~comida~ dice entre un rugido de excitación.
Los músculos de mi cuerpo se tensan por completo, sus hermosos ojos claros me devoran, su cabello brillante se esparce en su cara, observo estático cada uno de sus movimientos varoniles mientras se quita su ropa. Su cuerpo es simplemente una obra de arte. Un gemido ahogado se escapa desgarrando mi garganta, él sonríe de forma infantil.
He esperado por años este momento, Tae mete con brusquedad sus dedos en mi orificio, el dolor agudo me punza la columna y suelto un grito de excitación ~Tae solo mételo de una, hoy es un día especial~ el me miro con duda en sus ojos, pero claro. Él siempre hará lo que yo le pida. Saco sus dedos, lo pensó un momento.
Siento un líquido extraño cubrir mi entrada, Tae me mira con un poco de timidez mientras su orina caliente cae directamente en mi entrada. Tan caliente, mi miembro lo siente y comienzo a gemir. Él me mira con una enorme sonrisa. Por fin estaremos juntos, unidos, para siempre.
Tae inserta su miembro en mí, siento que me rompe y eso me excita aún más. Se mueve bruscamente, me destroza, el sonido de mis gritos se combinan con gemidos, lágrimas y el sonido de nuestras pieles chocando.
Entre abro mis ojos mientras sonrió al ver el cuerpo destrozado de mi familia, la dulce esposa que jamás compartió cama conmigo, luego mis ojos se pasean al rostro feliz de mi amante, ese niño travieso que lleva siempre en su interior. Siempre dispuesto a cumplir mis fantasías, las manos en mi espalda forcejean haciendo sonar con violencia las metálicas cadenas, todo dentro de mí arde. Mi erección esta por estallar.
~Te amo~ me dice entre estocada, sus fuertes manos aprietan con brusquedad mis piernas. El movimiento de su pelvis se intensifica y mi cadera lo acompaña.
Besos desesperados me son regalados por sus hermosos labios carnosos, el olor a su perfume invade mis fosas nasales ~delicioso~ me dice entre mordida. Su lengua juega con mis pezones, el movimiento aumenta, siento que pierdo la cabeza
~Tae…hazlo ya… me vengo~ digo entre gemidos, el asiente su cabeza.
Acerca su cara a la mía, depositándome besos desesperados, me lame, me saborea. Muerde mi hombro con la brusquedad suficiente para sacarme sangre, grito entre el suave sonido de la música clásica. Sus grandes manos rodean mi cuello dejándome con poco oxígeno, mis ojos se llorocean y mi cuerpo de contrae. Mi esperma cubre mi abdomen, su esperma cubre mi quebrado interior. Él me suelta justo antes de perder la conciencia, intento tomar aire a bocanadas, el cuerpo cansado de mi Tae cae sobre mi, beso su frente.
~Me devoraste…~ el ríe.
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Despierto en un cuarto iluminado, miro a mi lado. Un joven Tae me mira con dulzura.
~Tus fantasías sexuales son muy raras…. Pero hacen del sexo algo nuevo~ sonrió ante su comentario.
~No es sexo… eso es hacerle el amor a un masoquista en su máxima extensión~ el me mira con dulzura.
~La próxima vez solo no te imagines estando casado con otra persona que no sea yo, eso me cabrea~
Nos tomamos de la mano, nuestro nuevo juego de anillos de matrimonio son nuestro juramento de amor. Un eterno enamorado y su masoquista empedernido.
FIN.