El día en que Kuroko le entrego el segundo botón de su uniforme, Taiga se quedó sin palabras.
Kagami había crecido en los estados unidos desde una muy corta edad, así que para él muchas de las actividades típicas de los japoneses eran algo nuevo.
En el momento en que su compañero había retirado su mano depositando en su palma el segundo botón de su uniforme, no supo cómo reaccionar.
- Espero tú respuesta Kagami-kun- había dicho el más bajo para retirarse sin más explicación.
Kagami no entendió.
No es que fuera idiota simplemente no sabía que podía significar.
Los siguientes días no noto algún cambio en su compañero, su rutina y actitud continuaba exactamente igual, así que con decepción descarto el adivinar algo por Kuroko.
Su segunda opción fue pedir refuerzos.
- No tengo idea de que pueda significar, bro- Respondió Himuro cuando le contó- ¿Porque no le preguntas? -sugirió, pero para Taiga eso no era una opción, no quería quedar como un idiota o ignorante frente a su compañero.
Una semana había pasado desde la entrega del botón. Por alguna razón Kuroko le miraba con más insistencia y Kagami sentía que el tiempo se le agotaba mientras la desesperación crecía.
El entrenamiento había acabado y solo faltaba el de cabellos azules de salir del vestidor. Se podía observar a Kagami recargado en la entrada mientras miraba el botón como sí este le fuese a dar las respuestas.
- Ah - Furihata apareció a las espaldas del pelirrojo- Se te ha caído el botón -mencionó casual mientras sonreía.
El ace negó.
- Es de Kuroko - aclaró
- ¿Él te lo dio? - por alguna razón el castaño se mostró sorprendido.
Kagami asintió atento a la relación del chico. Este solo sonrió y le colocó una mano en el hombro antes de comenzar a avanzar.
-Cuídalo bien- le sonrió- llevas sus sentimientos en él- y con ello se retiró.
Kagami miro fijamente el objeto al momento que se sonrojaba, lo recordó. Él había leído algo parecido en una revista.
Esa noche desempolvo todas.
Hacía tiempo él había comprado una revista en la que hablaban sobre un nuevo videojuego que quería comprar. Entre sus artículos venía uno en el que se leía como título:
“¿El botón del amor? “
A medida de que el pelirrojo avanzaba en el artículo, su cara acumulaba más sangre. Pues en este se explicaban los orígenes de la tradición, y se leia lo siguiente:
“Los botones de la chaqueta gakuran son 5 y dicen que tienen un significado. El primero representa al chico, el segundo a la persona más importante, el tercero a los amigos, el cuarto a la familia, y el quinto a los demás (que no son familia ni amigos).
En la actualidad, los chicos regalan o las chicas piden el segundo botón porque es el que está más cerca del corazón. Así que algunos lo utilizan para declarar sus sentimientos, hacia aquella persona especial...”
Finalmente podría responderle a su sombra.
Tres días más pasaron. La graduación llegó con ellos y la ceremonia también, por alguna razón el semblante de Kuroko fue triste durante toda la ceremonia (aunque casi nadie lo notara)
Antes de salir el más bajo fue detenido por el de ojos rojos.
- Espera Kuroko- pidió - Tengo tú respuesta – aunque su voz sonó firme Kagami se sentía apunto de vomitar por los nervios.
- Escucho Kagami-kun…
Una enorme mano en puño apareció frente al rostro del más bajo. Por instinto colocó la suya debajo obteniendo un pequeño y defiendo objeto en ella.
Kuroko lo miro. Por un instante el pánico le inundo al mirar el botón en su mano, pero antes de hacerlo noto algo distinto. No era su botón. Con sorpresa miro a más alto.
Kagami miraba a su (ahora) ex-compañero con una enorme sonrisa en su rostro.
El otro reflejo sorpresa.
- Lamento la demora - comenzó a decir el de cabellos rojos - sabes bien que no conozco muchas costumbres japonesas – reprocho - así que me tomó demasiado investigar lo que significaba.
- Siempre has sido un tonto Kagami-kun- se burló el bajito
- Kuroko-teme!!! - grito - Además ¿No se supone que debías entregarlo hoy, Aho?
El más bajo negó.
- Ya no podía esperar más - respondió - Así que Kagami-kun espero te hagas responsable de mis sentimientos, así como yo atesorare tú botón.
Y sin más dio media vuelta para comenzar a avanzar.