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Flores en tu entierro por Aphrodita

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Flores en tu entierro

 

 

Aphrodita

 

 

One Shot:

 

Hoy estoy sin saber y no sé cómo
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

 

Camino lentamente hacia donde seria tu Santa tumba, mi amado, que en paz descanses... Y los recuerdos invaden mi mente, como una catarata de imágenes... Recuerdos que están impresos en mi piel, que me queman por dentro, y que aun me hacen seguir adelante, tan opuesto, pues por otro lado me consumen lentamente en vida.

Recuerdo aquella noche, sin luna y sin estrellas, en donde me tomaste por primera vez, y en donde por primera vez vi tus lagrimas, las más amargas que jamas haya visto en mi vida.

Hoy por primera vez comprendo tus palabras, que se calan profundo en mi corazón arrancándome estas humildes lagrimas que el viento, en estas alturas, se lleva violentamente.

Recuerdo esa noche, tan parecida a esta, no por haber sido la primera en la que fui tuyo, sino por haber sido la noche más triste de mi vida... Tan contradictorio, pues a su vez ese ha sido el día más feliz de mi vida.

Tu me dijiste, con sumo dolor, que lo nuestro no podía ser... Que no podríamos estar juntos, así lo quisiéramos, aun a pesar de haber demostrado cuanto nos amábamos esa noche en mi cama. Y no por tontos prejuicios, no por ser hombres, o compañeros de batallas. Nada nos detuvo para estar juntos, y lo supimos esa noche: que no habría nada ni nadie que nos pudiera detener.

 

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

 

Hoy, caminando hacia lo que seria tu tumba, recuerdo esas palabras como si fuera ayer. Y río, río por dentro: "Kiki... Seré viejo, tu ya no me querrás".

Pues ves amor, que te amé hasta tu ultimo segundo de tu vida y aun hoy después de tantos años lo sigo haciendo. Pero esa no fue tu verdadera preocupación, tu no querías estar conmigo porque sabias que esto algún día iba a pasar.

"Kiki ¿Comprendes que algún día moriré y tu seguirás en la Tierra por mucho tiempo?".

Siempre supe, por mis Maestros, que nosotros los lemurianos estamos condenados a vivir en la Tierra, a seguir adelante mientras los seres que amamos se van, parten de nuestro lado para seguir con el ciclo de la vida.

 

No puedo con mi estrella.

Yo nací en mala luna.

 

Mi amado Shiryu... Yo tenia el cuerpo de un adolescente cuando te atreviste a tomarme, y por mucho tiempo mantuve esa belleza inusual, mientras tu envejecías. A veces, aunque nunca te lo confesé, y nunca lo dije abiertamente, odié a mi raza con todo mi corazón, la odie porque supe que esa era la razón de tus lagrimas... dolía ver tu tristeza.

La tristeza que día a día crecía en tu interior, la inseguridad, el saber que tu envejecerías y yo en cambio me mantendría joven. "Seré viejo, tu ya no me querrás"... Como vez, no fue cierto, ¿Sabes porque Shiryu? Porque el amor no te permite ver esas cosas tan triviales.

"Kiki, quiero que seas feliz" Me dijiste entristecido una mañana, la mañana que cumpliste cincuenta años... "Será mejor que tomemos rumbos diferentes" Comprendí lo que quisiste decirme en realidad y bromeando te contesté que si era por la edad, existían esas pastillas mágicas que lo solucionaban todo, y tu te ofendiste "Kiki, no se trata de eso ¡¿No entiendes, no lo ves?!"

Lo veía, estabas envejeciendo, y contrario a lo que tu pensaste, siempre me gustaste Shiryu, hasta el último día. Quizás no de la misma forma de como cuando eras joven, pero si por un lado el deseo decaía, el amor tomaba fuerza, una fuerza desconocida que iba mas allá del simple amor carnal.

 

Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.
Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.

 

Ahora sin ti, todo es mas pesado, la Orden, los nuevos Santos, la nueva Athena, una chica muy impertinente que me recuerda tanto a mí cuando era niño.

¿Sabes? Seiya vivió para poder ver a su nieto convertido en Santo, y a pesar de que el padre del joven se oponía, no tuvo mas opciones que aceptarlo; y déjame decirte algo Shiryu, el pequeño Nanaki es igual a su abuelo, no solo en apariencias sino en actitud, puede llevarse el mundo por delante él solo, y no hay nada ni nadie que lo detenga, todo lo contrario a su padre, pues el corazón de Nanaki esta repleto de buenos sentimientos, esos que tuvo Seiya y que aun perduran en el Santuario a pesar de su ausencia.

Shun nos dejó hace poco, fue el que más vivió y el que hizo mis días un poco más livianos, hablando de ti todo el tiempo, recordándote entre risas, bromeando sobre tu chochera de la cual renegabas tanto... Nunca quisiste aceptar tu vejes Shiryu, no pudiste luchar contra el paso inexorable del tiempo y aunque si luchaste para poder dejarme, tampoco lo lograste... No te dejé ganar esa batalla.

Y llegó el día de pelear tu ultima batalla, la de la vida, y la perdiste... Sabíamos que la ibas a perder, pues nadie se salva de ese viejo "amigo" sin rostro, la inevitable muerte... Todos caeremos algún día en el descanso eterno.

Nunca conseguiste que dejase de amarte, nunca. Y si bien sé que ahora mi apariencia envejeció un poco, dándome el aspecto de un hombre maduro, también sé que aun me quedan muchos años por delante... Con tu ausencia, que se siente en cada rincón.

Llego a tu tumba, y deposito los lirios sobre ella... Observo con tristeza quienes te hacen compañía en el más allá: Ikki, Seiya, Hyoga, Shun... Los nombres siguen, grabados sobre los pedazos de rocas. Gente que amé, gente que quise y que ya no están mas aquí.

 

¿No veis mi boca qué desengañada,
que inconformes mis ojos?
Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

 

Mi Maestro me hablo de ello, me dijo cuanto dolía, pero nunca creí que tanto. Y a pesar de que ya soy un hombre y que debería poseer una sabiduría inigualable e inevitable por los años vividos en la Tierra, me cuesta aceptar mi destino.

Soy el nuevo Patriarca, ya no soy mas ese niño revoltoso que molestaba a Seiya o que vivía pegado a ti, ya no más... Tengo obligaciones y un gran pesar sobre mis hombros.

Me dejo caer de rodillas sobre el barro de tu tumba, una de las pocas veces en el que el Patriarca se ve tan vulnerable; y solo tu, los Dioses y las estrellas, son testigos de mi debilidad.

Mi pelo rojo como el fuego, que me llega hasta la cintura, ondea furioso, en esas alturas el viento puede llegar a convertirse en un enemigo.

Ya no lloro, extrañamente ya no lloro. Siempre me pasa esto cada vez que se cumple un nuevo año de tu partida, tan solo que esta vez es diferente Shiryu. Hoy comprendo tus palabras y quizás... No, Quizás no, debo darte la razón.

 

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

 

"Kiki, yo seré viejo... Tu no me querrás..."... "Sé feliz Kiki, quiero que lo seas..."

Hoy comprendo que tu tristeza y tu temor no eran por que yo te dejase de amar algún día, o porque me dejases de gustar... Tu dolor y tu miedo eran dejarme solo... Tu en ese entonces tenias más sabiduría que yo Shiryu, tu sabias que esto iba a pasarme, y quisiste evitármelo, y yo no te dejé, y aunque a veces, sobre todo por las tardes grises, me sienta arrepentido por ello... Recuerdo nuestros días, cuando éramos felices, y no... Mi corazón no alberga dudas, y no me arrepiento para nada de haber caminado junto a ti el sendero de la vida.

Verte crecer, tenerte solo para mí pues desde ya que no tendrías descendencia, y cuidarte cuando llegaste al final del camino... Esa fue la razón de mi vida.

Amor, mantengo la esperanza de volver a cruzarnos aunque sea en sueños.

Y a pesar de que ya no estas mas aquí entre los mortales, yo te sigo amando un poco más cada día, pues aun sigo sintiendo tu presencia, tu gran Cosmo que me abraza y me consuela por las noches.

Muero por abrazarte, por escucharte reír, por sentir tus labios una vez más. Y sé, amor, que algún día los Dioses se apiadaran de mi, y nos volveremos a encontrar, nos reconoceremos en los elíseos... Y volveremos a ser jóvenes y volveremos a amarnos... Volveremos a hacernos el amor como en antaño.

Hasta entonces permíteme llorarte cada día, y yo prometo seguir adelante, cumplir con mi deber, para poder partir de esta Tierra sintiendo que hice lo correcto.

 

Me sobra el corazón.

Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

 

FIN


Dedicado a Gadya, desde ya. No es un poem fic porque no utilice todo el poema de Miguel Hernandez, Seh! Dirán "Pero esta no conoce otro poema" Es que "Me sobra el corazón" no es un poema, es "EL" poema. La idea surgió luego de una discusión en el foro de Dazi sobre las edades de los lemurianos, y bueno salió esto a lo Elfico de Tolkien jajaja!

 

Nos leemos con otro Shiryu x Kiki.

 

Rosas! Uff! Llegué justo, 1523 palabras el fic propiamente dicho, sin contar las anotaciones, el titulo y todo lo demás.

 

 

24 de enero de 2007

 

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