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Blind. por Anna Sei

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Notas del fanfic:

Necesito hacer puro oneshot, acabo de darme cuenta que soy mala para los fanfic's.

Advertencia; OoC en los personajes principales (deberia empezar a ver como hacerlos propios)

Notas del capitulo:

No habrá continuación :D

 

Desde que tuvo uso de razón siempre supo que no era normal bajo la perspectiva de las personas a su alrededor. Su falta de emoción en el rostro y su inherente escasez de comunicación en su niñez fue una de las características que lo hacían especial de entre los demás. 

 

Solían decir que su aspecto jamás podría compararse al de un ser humano promedio. Que sus ojos, llenas de expresión, eran hermosas joyas robadas del cielo y que su cabello suave al tacto se asemejaba al de una muñeca de porcelana bien cuidada.  

 

— Entonces, ¿Es tiempo de llevarme, señor demonio?  

 

Era irónico como había terminado su historia. En un comienzo todos parecían apreciar a su familia y en un instante sus padres habían sido envueltos en llamas en esta noche mientras el pueblo entero exclamaba que él estaba maldito por su aspecto y personalidad. 

Todo parecía una broma de mal gusto a pesar de la situación. 

Escucho pasos detrás suyos, pero no le importo. Supuso que sus palabras se habían hecho realidad y la muerte misma había venido a arrebatarle su vida. Eso estuvo bien, no volvería a tomar ni una pizca de tristeza o amargura por su fatal destino, tampoco guardaría rencor u odio hacia las personas que le hicieron esto, solo sentiría una pizca de dolor para sentir posteriormente el tormento eterno una y otra vez sin detenerse.

 

El reflejo del fuego sobre ojos fue remplazado por el vacío. No podría verlo por más tiempo de lo contrario se pondría a llorar. Y él no deseaba eso, porque lo haría ver más débil.

 

— Sabias que esto pasaría. Ignoraste mis advertencias y seguiste con su juego hasta romper a tu familia.  

 

Ogiwara Shigehiro, un chico que conoció en sus caminatas por el bosque. Su primer y mejor amigo, su confidente, a quien le confió sus secretos ahora estaba reprochándolo por lo sucedido y mirándolo como a un desconocido. 

Su amigo había muerto hace tantos años, por una situación similar. Hizo un pacto con un demonio para ser un hombre de éxito, a cambio de su vida. Murió de una forma terrible, se convirtió en un espíritu vagante por la eternidad, solo, hasta que se hicieron amigos. 

Lo guio cuando vino por primera vez al bosque, le dio sus consejos, le advirtió sobre el peligro de encontrar con seres desconocidos el ser humano. 

En su defensa, él lo había hecho por su hermana quien corrió peligro en su momento. Ella había conocido a un ser demasiado peligroso para ella, y se enamoró al pasar los meses pese a sus advertencias. 

Tenía que protegerla a posta de su vida, quería que ella tuviera un futuro con alguien del pueblo, o incluso fuera de él, y por ello cometió el error de intervenir entre su hermana y ese hombre.

 

— Tú sabes que hice lo correcto, Ogiwara. — Encaro al chico de cabellos cafés, con un pequeño susurro. — Tenia que alejarlo de ella. 

 

— ¡Pero condenaste a tus padres y a ella al mismo tiempo! — Exclamo, apuntando hacia su casa en llamas, con expresión desolada.  — Rompiste tu vida.  

 

 Kuroko toco sus cabellos, como si no le importara. 

 

— Lo hice por ella.  

 

Su amigo frunció los labios con tristeza.

 

— ¿De qué sirvió tu sacrificio si al final fue en vano, Kuroko? Él ira por ti y yo no puedo hacer nada ahora.  

 

Kuroko escucho el crujir de los árboles y el aire frio revolvió sus cabellos. Sus ojos vacíos se detuvieron al mirar, nuevamente, su hogar en llamas. Tal vez podría aguantar un par de minutos más sin sentir su corazón vacio.

Ogiwara tenía razón. No importo cuanto y que sacrifico para que el detuviera sus intenciones con ella, de todos modos, no salió como esperaba. Todo lo que hizo ese hombre fue tenderle una trampa de la cual no podría salir jamás. 

Estaba jodido. 

 

— Kuroko, todos los espíritus están discutiendo sobre lo que paso en tu casa. — Ogiwara comento con cautela, mirando de un lado a otro su alrededor. Las hojas de los arboles se movían de un lado a otro, como si quisieran escapar. — Ellos temen por ti.  

 

Pero no escucho del todo lo que dijo su amigo. Para él todo era silencio en estos momentos. Ya no importaba si era asesinado o poseído por el ente, su vida termino cuando mutilaron sin compasión a sus padres y violaron a su hermana hasta morir.  

 

— Escúchame, por favor. — Sintió un suave apretón de mano. Su amigo estaba arrodillado frente a él, con lágrimas a punto de salir de sus ojos. — Él, no va a poseerte. No al menos, de la manera en que tú crees. 

 

Tetsuya recobro por un instante el brillo sobre sus ojos y observo a su amigo sin poder entender sus palabras.  

El viento frio revoloteo a su alrededor.

 

— ¿Qué me quiere hacer exactamente?

 

Cuando fue a la colina para hacer el trato el hombre había prometido muchas cosas a cambio de un sufrimiento eterno en el infierno. Acepto porque creía que sufrir en el infierno era el castigo que merecería, pero su amigo ya había dicho que ese nunca fue el objetivo. 

 

— Quiere, él quiere ser... 

 

Sin embargo, tan pronto como su amigo quiso mencionarlo desapareció cuan polvo sobre la faz de la tierra. Las llamas de su antigua casa se extinguieron y él supo que no habría vuelto atrás. 

 

— Tetsuya.  

 

Escucho la característica voz de un hombre depredador y poderoso como un rey. Tan despiadada y seductora como la del príncipe de las tinieblas. Sin embargo, al contrario de todas las veces, escucho un tono encantador en su voz.  

 

— Mi familia — El brillo extinto en sus ojos se dirigieron detrás, donde estaba el caballero de melena rojiza. —, murió. Tú prometiste que, si dejaba mi vida de lado, no les harías daño, ¿Por qué me has hecho esto? 

 

Fue patético como se arrodillo y broto vergonzosamente sobre la tierra un par de lágrimas delante del demonio de ojos heterocromos.  

En su vida, jamás había expresado tanto como lo hacía en este instante. Su derrota, su tristeza, el dolor, sentía como su estómago se revolvía desagradablemente y se contraía su pecho como si mil agujas se enterraran sobre ella de la forma más cruel posible. 

 

— Hay algo que debes saber, muñeca. — Dijo en un ligero susurro. Tentador, como cada palabra proveniente de su boca.  

 

Akashi se arrodillo delante de el con un pañuelo sacado de sus bolsillos. Su rostro, era inmutable como siempre pero su sonrisa extrañamente cálida lo hacía dudar de lo que estaba pensando. 

La suavidad de la tela de algodón recorrido sus parpados en una delicada caricia. 

 

 — Yo te prometí no hacer nada en contra de ellos más, sin embargo, nunca dije que intervendría por tu familia. — El dedo índice, frio de Akashi acaricio sus labios con infinita devoción, incluso sus ojos estaban sobre ellos, deseándolo tan apasionadamente.  — Mi promesa está hecha. 

 

No obstante, Kuroko negó, apartándose de él tan pronto como su corazón latió locamente por el demonio.  

 

— ¡Mientes! — Exclamo con el corazón roto, levantándose de su lugar y viéndolo a los ojos desde arriba. — Ogiwara me dijo que siempre fue tu plan deshacerte de ellos.  

 

Akashi tan rápido como se levantó, Kuroko dio un paso adelante, encarándolo. Aunque no servia de mucho, puesto que su presencia no imponía sobre la del demonio.

 

— ¿Y si así fuera? ¿Algún problema?  

 

Tetsuya levanto la mano y lo abofeteo con todas sus fuerzas la mejilla del otro. Pero supo inmediatamente que las consecuencias serían severas en cuanto sintió un golpe duro sobre su espalda y la insaciable necesidad por respirar. Lo había golpeado contra el árbol más cercano a ellos, acorralándolo sin piedad. 

 

— La próxima vez que hagas algo parecido no podrás aguantar mi dureza sobre tu cuerpo. 

 

— Atrévete, porque jamás te voy a querer. 

 

Su cuerpo sintió calor en el momento en que Akashi junto su cuerpo con el suyo. 

 

— No hay necesidad de que me quieras, solo la satisfacción de ver todas tus facetas. — No pudo evitar ponerse rígido ante sus palabras. Sus ojos, carentes de brillo tomaron una vez más su forma antigua; tan brillosos y expresivos como nadie. — Incluso, aquella emoción que los humanos llaman placer. 

 

Seijuurou beso friamente la frente del niño, al mismo tiempo en que sus brazos tomaban los hombros ajenos y lo acercaba aún más de lo permitido, ahogándolo.  

Uno de sus poderes era sentir los sentimientos ajenos. Para él, no pasaba a desapercibido lo que sentía un humano al mirarlo, mucho menos cuando sentían un fuerte deseo sexual hacia él. 

Descubrió que Tetsuna Kuroko tenía sentimientos sinceros, dispuesta a lo que sea por él un par de meses después de haberla conocido. Pensó que sería bueno divertirse un poco con ella, incluso le había tomado un poco de cariño, sin embargo, no espero que un niño frágil de quince años de edad se presentara en una noche a él, exigiéndole que dejara en paz a su hermana. Por supuesto, que en un principio detesto al niño, pero al pasar el tiempo observándolo entre las sombras y conversando un par de ocasiones el interés casi extinto en su hermana cambio totalmente y su deseo por tenerlo comenzó.  

Quería tocarlo y besarlo duramente en sus labios sobre la cama de su habitación. Tenerlo a su merced sin descanso, compartir sus deseos de hacerlo a su semejanza para poder vivir por la eternidad juntos.  

Tenía un sentimiento sin igual por el niño. Aun no sabía cómo llamarlo, pero tenía la palabra en la punta de su lengua cada vez que veía los ojos celestes y brillosos del niño, o cuando su pecho subía una y otra vez por su cercanía. Sus fortalezas y sus debilidades también las tomo como un punto a favor para tomarlo como suyo.  

Sabía de antemano que ambos eran hombres y que la diferencia de edad era abismal, pero también sabía que, en un demonio, la moral no estaba dentro del diccionario. Lo único que deseaba era ser parte de la vida del chiquillo. Su devoción era infinita y estaba seguro de que jamás se saciara de él.  

Tal vez no fue lo mejor manera de alejar a los padres y a Tetsuna de Tetsuya. Aceptaba que era un error inamovible para el corazón frágil de su chico. Pensó, inclusive, dejar un tiempo a solas antes de venir por él, pero tomo en cuenta que su propio corazón, helado, sentía cierto dolor al tenerlo alejado de él. 

También pensó manipularlo a su antojo si no deseaba estar con él. Lo tendría finalmente entre sus brazos, acatando sus órdenes sin rechistar, sin embargo, se dio cuenta que deseaba profundamente que Tetsuya desarrollara sentimientos propios por él. 

Rompió las reglas del infierno al dejarse manipular así por un simple humano. Los espíritus y demonios, incluyendo a sus amigos, estaban temerosos por lo que podría pasar en un futuro. 

No importaría. Enfrentaría al mismo rey de los infiernos por Tetsuya, una y otra y otra vez.  

Con palabras débiles sobre sus labios, susurro sobre el oído del chico, totalmente derrotado y sumiso, con un dolor horrible en su pecho y con un ligero rubor sobre las mejillas. 

 

— Eres demasiado bello para mí. Mis ojos no se pueden apartar de ti y mi corazón no deja de latir por tu causa, ¿Qué has hecho, Tetsuya? 

 

Notas finales:

Gracias por leer. Si hay faltas de ortografia me encantaria saberlas, de esta manera le pondre empeño a mis siguiente escritos.


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