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PRIMER AMOR por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no son nuestros, los tomamos prestados para torturarlos un ratito

Notas del capitulo:

Hola, este nuevo fic es una colaboración entre mi amiga Elizabeth y yo, juntas lo escribimos, juntas lo pensamos, así que esperamos que sea de su agrado

Capítulo 1.- El nuevo profesor

 

La campana del colegio sonó anunciando el comienzo del receso, los estudiantes comenzaron a guardar sus cosas y salieron de forma apresurada del salón de clases, algunos se encaminaron hacia la cafetería y otros se reunían con sus amigos para salir juntos al patio. Shun a sus dieciséis años era un joven de cabello y ojos verdes, blanca piel y una muy bonita aunque tímida sonrisa, amable con los demás, atento y buen estudiante.

- ¿Listo para almorzar? - el de cabello verde sonrió al ver a su mejor amigo Seiya frente a él, con su almuerzo en mano, Shun asintió y guardando sus libros tomó su almuerzo y salió junto a su amigo hacia el patio del establecimiento.

 

Seiya era un joven de cabello castaño corto, ojos café y piel bronceada, ambos se conocían desde el jardín de niños e incuso sus casas estaban una frente a la otra, ambos eran los mejores amigos de la vida los que usualmente almorzaban juntos, por lo que caminaron hasta el patio de la escuela y se sentaron en un banco que se encontraba bajo la sombra de un frondoso árbol.   El verano estaba terminando y aquello al de ojos verdes no le agradaba,  a Shun le encantaba sentir el sol en su rostro, sin duda aquella época del año era su favorita, no así para Seiya quien decía odiar el clima caluroso y prefería el invierno, tal vez aquello era una de las pocas cosas en las que ambos amigos jamás llegaban a un acuerdo.

- Pronto será tu cumpleaños – dijo  Seiya mientras bebía un poco de jugo, Shun asintió al contestar:

- Sí, no se cumple diecisiete todos los días, pero ya luego tú también cumples años, estamos a punto de ser adultos pero yo no me siento así, ¿tu si? —bromeó Shun

- Pero por supuesto, soy la madurez en dos pies – Seiya sonrió para luego darle una mordida a su sándwich, y continuó: – Ese día iré a tu casa porque algo tenemos que hacer para celebrarlo, o, ¿te ha dicho algo tu hermano de qué quiere hacer para ti? — le preguntó el castaño.

- No me ha dicho nada, supongo que pizza con soda como el año anterior, por eso es bueno que vengas a mi casa, no quiero deprimirme, mi hermano tiene buenas intenciones pero es pésimo para planificar cenas o cosas cumpleañeras — sonrió Shun.

- ¿Hablando de festejos?, eso está muy bien, nos invitarán, ¿verdad? – Un muchacho de largos cabellos lilas había llegado a su banca acompañado de otro muchacho rubio y de ojos azules, los recién llegados eran compañeros de su salón

- Claro que si Mu, ¿qué comes? – Seiya miró a su amigo y frunció el ceño, Mu era el hijo del director del colegio y su dieta era bastante rara a gusto de sus compañeros

- Es el último invento de mi papá, es un sándwich de pavo pero el pavo es hecho de tofu, es bueno para ti, ¿quieres un mordisco? – bromeó el muchacho de cabellos lilas al ver la cara de asco del castaño

- No no no, eso no es de Dios, yo soy carnívoro a mucha honra – respondió Seiya meneando la cabeza y sonriendo

- Yo también pero mi papá me quiere hacer vegetariano a la fuerza, el otro día me armó una bronca épica porque uno de los conserjes le dijo que me encontró comiendo una hamburguesa de contrabando, lo bueno es que no le han dicho de la vez que nos encontraron fumando - el rubio codeó al pelilila que levantó la cabeza y suspiró

- ¿Qué pasó?, ¿por quién suspiramos?  – se interesó Shun levantando la cabeza también, en la cancha de básquet estaba transcurriendo un partido, varios de los chicos del otro paralelo estaban jugando pero habían dos docentes que estaban jugando también

- Hablando de festejos, Mu quisiera tener aquellito envuelto en papel de regalo en su puerta cuando llegue su cumpleaños – contestó el rubio que se llamaba Shaka, Mu le golpeó el estómago pero sonrió para luego suspirar otra vez

- ¿De quién estamos hablando?, ¿de Evan? – Seiya también miró la cancha y a su criterio Evan era el muchacho más atractivo que estaba jugando

- No está mal pero… - Mu frunció el ceño y meneó la cabeza

- A nuestro amigo le gustan un poco más… maduritos… - dijo Shaka y señaló al otro lado de la cancha, Shun y Seiya entendieron a quien se referían y pues sí, el profesor Saga era el docente más popular del colegio, era alto, de cabello y ojos azules, blanca piel, muy muy atractivo

- Pero es uno de los profesores – dijo Shun un tanto preocupado

- Si bueno… solo digamos que no es Biología lo único que quiero que me enseñe, me gustarían unas clasesitas de Anatomía también – Mu sonrió cuando dijo esto

- Uyyyyy amigo, eso va a estar complicado, tienes mucha competencia si no lo habías notado – dijo Seiya señalando a varias de las muchachas que estaban por ahí que igual suspiraban cuando veían a su profesor pasar

- Si bueno… soñar no cuesta nada, ¿no? – Mu le dio otra mordida a su sándwich y los chicos continuaron charlando de todo y nada hasta que la campana volvió a sonar anunciando la renovación de las clases, al entrar al salón ocuparon sus respectivos lugares, la próxima clase era matemáticas sin duda una de las preferidas de Shun, odiada por el resto de sus compañeros pero a Shun siempre se le hicieron fáciles los números.

 

Cuando se volteó para mirar a Seiya no puedo evitar reír, el  castaño estaba mirando el cuaderno de Mu y ninguna de sus respuestas coincidían con las que había obtenido su pelilila amigo, Seiya estaba intentando corregir la tarea al último momento antes de que llegara su profesor pero Mu al parecer no estaba ayudando, no le estaba dejando copiar apropiadamente, Shun sonrió nuevamente al ver a su amigo quien al parecer batallaba con uno de los tantos problemas que contenía la tarea, eso de querer arreglar todo al último minuto no iba con Shun, con Seiya si porque su amigo era el despiste en dos pies y nunca sabía que tarea tenía, para que día o que era lo que tenía que hacer, y ahora estaba sumido en concentración tratando de arreglarlo todo.

 

Shun sacó su cuaderno y revisó su tarea, estaba seguro de que todo está correcto, había revisado sus ejercicios la noche anterior como siempre solía hacerlo, unos minutos después la puerta del salón se abrió y todos guardaron silencio, el profesor ya había llegado.

 

Ikky Takamura, a sus veinticuatro años era uno de los maestros más jóvenes de la secundaria, era alto y de piel bronceada, cabello azul, ojos del mismo color y sin duda para muchas de los alumnos un hombre por demás sexy, pero todo aquello palidecía ante su carácter, nadie se atrevía a responder cuando Ikky llamaba la atención de alguno de los estudiantes y que decir cuando se molestaba. Era sin duda uno de los maestros más temidos y por ello se había ganado el respeto de todos y eso que había empezado a trabajar en el colegio ese mismo año. El de ojos azules dejó su portafolio sobre el escritorio y miró a todos de manera seria y fría.

- Buenos días a todos — saludó.

- Buenos días profesor —saludaron todos al unísono.

- Saquen sus libros y la tarea de ayer, vamos a revisar los problemas, asumo que si los sacaron todos, ¿verdad? – Ikky preguntó y hubo un murmullo general de asentimiento, así que el peliazul dijo: - No hay problema si no los sacaron, para eso es la revisión que vamos a hacer ahora – el tono de Ikky era sereno pero firme, controlar la clase y mantenerla en silencio si era un don que tenía

 

Mientras los estudiantes comenzaban a sacar su material de trabajo Ikky pasó lista, solo un alumno había faltado a su clase pero se había notificado que estaba enfermo por lo que su falta estaba registrada, si había algo que Ikky no soportaba era la impuntualidad y las faltas injustificadas a su clase, aquel era un pecado que él no perdonaba.  Ikky miró a los alumnos buscando entre ellos a quien llamar para que resolviera el primer ejercicio, sonrió cuando vio a Seiya quien prácticamente intentaba esconderse tras su cuaderno.

- Seiya Hyuga, al frente, ahora

 

Cuando el castaño escuchó su nombre hubiera deseado que una grieta se abriera en el suelo y se lo tragara completo, iba a pasar la vergüenza de su vida porque no tenía la respuesta correcta y no había tenido suficiente tiempo para descubrir su error, Shun maliciosamente tenía ganas de echarse a reír en aquel momento, y es que ver a su mejor amigo caminar de manera segura hacia el frente le hacía mucha gracia, aunque no le sorprendía, así era Seiya, pecho a las balas ante todo y fingiría hasta la muerte, siempre cabía la posibilidad de que le saliera el problema en la pizarra…

 

Cuando el de ojos cafés pasó a su lado, Shun cambio su cuaderno por el de Seiya y miró a la pizarra con normalidad, ya luego escucharía los agradecimientos de su amigo. Cuando el castaño llegó al frente miró su cuaderno y sonrió, siempre se podía contar con Shun para salir de un aprieto, lo miró de reojo y este le sonrió cómplice

 

Seiya rápidamente copió aquel problema en la pizarra e Ikky se sorprendió al ver que estaba correcto, no porque Seiya no pudiera hacerlo, sino porque no había razón para que se hubiera estado escondiendo en su asiento si tenía resuelto el problema, así que sin más envió al chico de regreso a su lugar, de manera cuidadosa Seiya le regresó su cuaderno a Shun y le susurró un “gracias”.

 

La clase continuó, Ikky dejó nuevos ejercicios y algunos estudiantes recibieron un par de gritos por no haber cumplido con su trabajo, otros recibieron felicitaciones por sus excelentes trabajos. La hora pasó rápidamente y cuando la campana sonó el profesor se marchó, no sin antes recordarles que hicieran la tarea para el día siguiente. Mientras esperaban la llegada de la profesora de literatura Seiya se acercó hasta el lugar del de ojos verdes.

- Gracias, te debo una hamburguesa o algo —le agradeció el castaño.

- Soy tu mejor amigo, no iba a dejar que murieras frente a mi tonto hermano mayor, yo sé que no quieres quedar mal delante de él – dijo Shun con un tono divertido y sonrió con satisfacción cuando miró como las mejillas de Seiya de colorearon y desvió su mirada avergonzado

- Solo no quería tener una mala calificación —aseguró el castaño, Shun arqueó una ceja y simplemente asintió al decir todo incrédulo:

- Claro, yo nací ayer

- Lo sé, yo estaba presente – bromeó Seiya de camino de regreso a su puesto, no era secreto para Shun que a él le gustaba Ikky, no sabía que era lo que tenía que lo atraía, tal vez su seriedad, tal vez su porte, o tal vez el hecho de que le gustara comer cereal sin mezclarlo con la leche, pero… por lo que sea que fuera a Seiya siempre le había gustado el hermano mayor de su mejor amigo, lo malo era que eso era un amor imposible porque Ikky no le daba ni la hora del día, rayos…

 

Seiya regresó a su lugar cuando la profesora Marin entró al salón de clases, ella saludó a todos con una sonrisa y los estudiantes suspiraron con tranquilidad al tener una de las profesoras más amables del establecimiento.  Sacaron sus libros y comenzaron a trabajar en un ensayo sobre Romeo y Julieta que ella había pedido, formaron parejas de a dos por supuesto Seiya rápidamente se reunió con Shun, ellos usualmente hacían equipo convenga o no.   El resto de la jornada trascurrió con normalidad, sin duda era una de las asignaturas más tranquilas de todas, cuando la clase terminó aún no había terminado el trabajo por lo cual Marin les autorizó a terminarlo en casa y presentarlo el día siguiente sin excepción.

 

Seiya se levantó de su lugar y vio a Shun suspirar, el castaño sonrió con malicia al ver la cara del chico, era hora de gimnasia y Shun nunca había sido bueno en los deportes, de hecho parecía tener dos pies izquierdos y era malísimo cuando había que correr a la vuelta de la cancha, siempre quedaba último

- Vamos, Shun. Sabes que al profesor Aldebaran no le gustan los retrasos — le recordó, Shun asintió y guardando sus cosas se encaminaron hacia el vestuario, se cambiaron y se reunieron con los demás en el patio del colegio.

 

Cuando el profesor los envió a correr quince vueltas al patio, el de ojos esmeraldas palideció y es que a la segunda vuelta sentía que se iba a desmayar, el aire comenzaba a faltarle y su mirada se nubló. Shun fingió decaimiento severo y puso cara de borrego a medio morir para poder convencer a su muy estricto profesor que lo excuse de la clase, Aldebarán no estaba muy convencido que digamos pero a la final, Shun era el hermano de uno de sus colegas, no quería ser demasiado estricto con él, además su sobrino estaba teniendo problemas en matemáticas e Ikky había ofrecido darle clases particulares, así que lo envió a descansar en la enfermería. Seiya se despidió de él prometiéndole que en cuanto acabara la clase iría a verlo.

 

Mientras caminaba hacia el lugar chocó con alguien que caminaba en su misma dirección.

- Lo siento —se disculpó el muchacho todo abochornado

- No te preocupes – respondió el extraño en un tono sumamente fresco, cuando Shun levantó la mirada sus mejillas se pusieron coloradas, y es que frente a él estaba un hombre alto y muy atractivo, quien lo miraba con una sonrisa en su rostro, su presencia era imponente y realmente Shun pensó que era el hombre más guapo que jamás había visto. - ¿Estás bien? – preguntó el mayor al ver las mejillas sonrojadas del chico pensando que quizás tenía fiebre – Shun solo asintió como si fuera un robot

- Sí, yo voy a la enfermería,  con permiso, y nuevamente lamento mi torpeza – dijo finalmente para sin esperar respuesta correr hasta perderse por uno de los pasillos de la institución, el extraño sonrió y continúo su camino hacia la dirección

- Adiós… - dijo el extraño meneando la cabeza, los muchachitos eran siempre atarantados

 

Seiya visitó a Shun en la enfermería cuando la clase de gimnasia finalizó, cuando entró al lugar sonrió al ver a su amigo profundamente dormido, le daba pena despertarlo pero su próxima clase estaba por comenzar.

- Shun, despierta que la clase está por comenzar — dijo mientras lo movía un poco, el nombrado se removió entre las cobijas y finalmente abrió los ojos, parpadeo un par de veces y cuando vio a su amigo le sonrió.

- ¿Ya termino la clase? —preguntó mientras se levantaba.

- Sí, ahora vámonos que tenemos ciencia — le recordó, Shun asintió y antes de salir pidió permiso a la enfermera y se cambió de ropa, una vez listo salieron del lugar rumbo a su salón de clases.

 

Las horas pasaron muy rápido y finalmente la campana anunciando el final de las clases se escuchó, los estudiantes comenzaron a recoger sus cosas y salir rápidamente del salón. Shun le pidió a Seiya que lo esperara ya que debía llevar unos documentos al consejo estudiantil, el castaño asintió y juntos salieron del lugar para luego tomar caminos diferentes.

 

Mientras Seiya esperaba a su amigo vio pasar al profesor Ikky Takamura, quien al verlo lo saludó con un movimiento de su cabeza, el castaño levantó su mano correspondiendo a su saludo, cuando Ikky desapareció de su campo visual Seiya suspiró por él una vez más, y es que ese profesor a pesar de su carácter insufrible lo volvía loco, desde hacía mucho tiempo. Pero él sabía una de sus múltiples complicaciones era que Ikky lo conocía de toda la vida, por años había sido su vecino, dioses… pero sonrió con tristeza al recordar a Mu, vaya… no era solo él el que estaba enamorado de un profesor, pero… no era su culpa que en su colegio hubieran profesores tan sexys.  Sus pensamientos fueron interrumpidos por Shun, quien en aquel momento corría en su dirección.

- Listo, ¿nos vamos? —preguntó con una sonrisa.

- Claro.

 

Caminaron por la acera del lugar, mientras charlaban miraban los escaparates de las distintas tiendas del centro. Hicieron un pequeño desvió hacia la heladería y continuaron su camino a casa.  Seiya vivía con su papá y su tío pero ambos trabajaban, Shun vivía con su hermano que también trabajaba, así que ellos se hacían compañía mutuamente en las tardes

- Seiya, ¿por qué no te quedas a dormir en mi casa hoy?, así terminamos el trabajo que la profesora Marin nos dejó – propuso Shun, el de ojos cafés lo pensó unos segundos, pero luego asintió.

- De acuerdo, solo le avisaré a mi papá y te veré luego

- Está bien

 

Se despidieron cuando cada uno llegó a su hogar. Shun abrió la puerta de su casa y entró, el lugar estaba en silencio y es que seguramente su hermano mayor aún estaba trabajando, usualmente el director del colegio tenía a los docentes hasta más tarde coordinando las planificaciones y demás cosas, Ikky nunca se quejaba, a la final su sueldo era bueno lo que les permitía vivir cómodamente, además ahora ya trabajaba en lo que había estudiado, este era el primer año que se estrenaba de docente, antes mientras estudiaba en la universidad trabajaba en una fábrica, su sueldo tampoco era malo pero su labor era mucho más sacrificada y cansada sin contar con que estaba en la universidad, Shun nunca entendió como Ikky pudo hacerlo todo a la vez, pero el peliazul se dio modos y lo logró.

 

El de cabello verde subió a su cuarto, dejó sus cosas en la cama y se cambió el uniforme por ropa más cómoda, una vez listo bajó nuevamente y fue hacia la cocina por algo de tomar. Mientras pensaba en que podía preparar para la cena sintió la puerta principal abrirse, se asomó  al marco y sonrió al ver a su parco hermano llegar.

- Hola Ikky, ¿duro día?, ¿te fue bien? —saludó el chico, Ikky sonrió al ver a su hermano, el hecho de que Shun e Ikky fueran hermanos causó revuelo las primeras semanas del año escolar, esto era secreto a voces dentro del colegio, no que ellos lo ocultaran, sino que no se parecían en nada, Seiya solía decir que uno de los dos era adoptado o algo

- Si… dentro de lo que cabe no me fue del todo mal, ¿y tú Shunny? —preguntó el mayor luego de besar a su hermano en la frente.

- Si, todo bien, aunque el almuerzo estuvo terrible, deberías hablar en el colegio para que contraten un nuevo chef o algo - El de cabello azul sonrió al escuchar las quejas de su hermano y dejó sus cosas en la sala para caminar juntos hacia la cocina en donde el de ojos verdes le sirvió un vaso de jugo, y es que su hermano se veía muerto de cansancio.

 

Los hermanos eran huérfanos, cuando Ikky tenía quince años sus padres murieron en un accidente de avión y con la ayuda de un tío, Ikky pudo hacer los papeles para declararse como menor emancipado y hacerse cargo legalmente de Shun, él no iba a permitir que se los llevaran a un orfanato ni mucho menos, su tío tampoco es que podía hacerse cargo de ellos, así que Ikky tuvo que comenzar a trabajar en aquella fábrica para mantener su hogar, pero aun así terminó sus estudios y entró a la universidad en donde se graduó con honores. Ikky nunca descuidó a Shun y siempre procuró darle lo mejor que podía y que su hermano tuviera una buena educación. Shun siempre se dijo a sí mismo que debía estudiar para de alguna manera devolverle a su hermano todo lo que había hecho por él.

- Ikky, sé que debo pedirte permiso antes pero… ya se lo dije y no puedo retractarme así que… Seiya vendrá a dormir esta noche, es que debemos terminar un trabajo para la clase de literatura – se justificó Shun, la excusa de los trabajos siempre funcionaba

- Está bien, puede quedarse — autorizó el mayor con resignación, Seiya prácticamente vivía en su casa y no sacaba nada negándole a su hermano la compañía del castaño, pero recordó algo y dijo: — Shun, no quiero que vuelvas a pasarle tu cuaderno a Seiya, no estoy ciego, sé perfectamente que ese cuaderno era el tuyo, sé que soy despistado pero no llego a esos niveles – El muchacho bajó su mirada avergonzado de haber sido descubierto por su hermano.

- Lo siento, Seiya estaba muy nervioso porque los ejercicios de su tarea no estaban bien y yo solo quise ayudarlo —le explicó.

- Lo sé, por esta vez voy a olvidar lo que pasó, pero que no se vuelva a repetir, Seiya tiene que entender esto, el examen no se lo vas a poder hacer tú — indicó Ikky

- Lo prometo, gracias Ikky —sonrió el de cabello verde

- Estaré en mi cuarto, tengo exámenes para revisar — dijo el mayor

- De acuerdo

 

Ikky se levantó de su lugar y subió las escaleras hacia su cuarto, cuando Shun se vio solo suspiró, sin duda jamás podría engañar a su hermano, era técnicamente imposible hacerlo.

- ¡Ikky lo sabe! —fue el gritó que se escuchó en el cuarto de Shun.

- Cállate, o mi hermano nos escuchará —murmuró el chico intentando tranquilizar a su amigo, Seiya había llegado a su casa hacia unas horas atrás acompañado de su padre Aioros, quien quería asegurarse de ambos realmente fuera a hacer un trabajo y fue Ikky quien habló con él y le aseguró que todo era verdad.

 

Ambos jóvenes habían subido rápidamente al cuarto de Shun en donde éste le contó a Seiya lo que había sucedido y lo más importante era que su hermano había descubierto cuando Shun hizo el cambio de cuadernos durante la clase. El castaño sintió que iba a desmayarse en aquel momento, que vergüenza sentía de solo pensar en que seguramente el de ojos azules ahora pensaba que era un completo inútil y que seguramente estaba llevando por el mal camino a su hermano menor.

 

Shun lo tranquilizó asegurándole que su hermano no pensaba hacer nada en su contra pero que si le había advertido que aquello no se volviera repetir.

- Cálmate Seiya que Ikky no hará nada — aseguró Shun

- ¿Qué pensará ahora de mí? — susurró mientras se cubría el rostro con la almohada de la cama del dueño del cuarto que sonrió divertido, y es que él sabía que a Seiya desde hacía mucho tiempo le gustaba su hermano, el castaño solía deprimirse mucho al estar pensando en que nunca tendría una oportunidad con “su amor platónico”, y aunque Shun quisiera animarlo sabía que su amigo tenía razón. Su hermano jamás podría los ojos en él, no porque Seiya no llamara su atención, si no por ser su profesor. Ikky era sumamente estricto y respetaba las normas al pie de la letra, jamás haría algo que perjudicara su trabajo.

- Que tienes que esforzarte más con las tareas, no le pares bola a mi hermano que seguramente él no te dirá nada, es más… te aseguro que ni se acuerda de nada —mintió para tratar de hacer sentir mejor a su amigo, Seiya suspiró y dejó a un lado la almohada al responder:

- Sí, creo que tienes razón

- ¿Cuándo no la he tenido? —bromeó Shun, mientras le arrojaba la almohada.

- Presumido —respondió Seiya aventándole nuevamente el cojín, ambos muchachos se agarraron a almohadazos haciendo que las risas se escucharan por todo el lugar pero a ellos poco les importaba si despertaban al vecino.

 

Cuando el cansancio les ganó Seiya le dijo a Shun que bajaría a la cocina por algo de beber mientras el de ojos verdes se cambiaba de ropa, Seiya caminaba por el pasillo del segundo piso cuando la puerta del baño se abrió y por ella apareció Ikky, Seiya lo vio y sintió que la boca se le iba al piso. El mayor estaba ahí, con solo una toalla cubriendo lo justo y necesario, con su cabello mojado y la mirada más sexy que Seiya pudiera recordar. Ikky al verlo enarcó una ceja.

- ¿Estás bien? —preguntó, el castaño asintió como si fuera un robot.

- Sí, yo… voy al baño… digo a la cocina —aclaró rápidamente

- Bueno, la cocina está bajando las escaleras hacia la derecha — indicó en broma el de cabello azul porque él sabía que Seiya conocía perfectamente su casa

- Sí, ya me voy —señaló.

- Que pases buenas noches —dijo Ikky para luego caminar a su cuarto.

 

Seiya bajó corriendo las escaleras y se bebió un vaso de agua fría. Se tranquilizó y una vez listo tomó una jarra de jugo y dos vasos para subir nuevamente las escaleras, debía regresar al cuarto de Shun lo más pronto posible. Cuando caminaba por el pasillo vio la puerta del cuarto de Ikky entre abierta y su curiosidad pudo más que su conciencia, se acercó un poco y miró al interior. Fue en ese momento en que Seiya pensó se desmayaría. 

 

Ikky está completamente desnudo de espalda a él, sin duda era un hombre perfecto, todo en él lo era, su musculosa espalda, su redondito trasero, sus fuertes piernas… dioses… es que ese hombre estaba como para darle un mordisco, las mejillas de Seiya se colorearon y salió corriendo del lugar entró al cuarto de su amigo y aunque Shun quiso saber que le sucedía Seiya no le dijo nada.

 

Terminaron su trabajo de literatura y se fueron a dormir, durante aquellas horas Seiya no puedo dejar de pensar en Ikky y por otro lado Shun no había podido borrar de su mente al hombre con que se había topado en la escuela, sin saber por qué sus pensamientos estaban en aquel sexy extraño que tenía los ojos más hermosos que había visto en su vida.

 

A la mañana siguiente fueron a clases como todas las mañanas, en la primer hora tenía literatura así que Shun estaba terminando de arreglar la carpeta con su trabajo, cuando la campana sonó todos fueron a sus lugares.  La puerta se abrió y todos se sorprendieron al ver entrar a un hombre joven, de piel clara y cabello negro, el que los miró y les sonrió.

- Buenos días, soy Hades Omori, estaré remplazando a la profesora Miwa quien sufrió un pequeño percance el día de ayer y no estamos seguros de cuando vaya a volver — les informó sin dar mayores explicaciones, las chicas comenzaron a suspirar por el nuevo profesor, mientras Shun se sintió algo incómodo por las miradas que este le dedicaba, era obvio que le había reconocido.  De cualquier manera Hades caminó a su lugar y sacando la lista comenzó a tomar asistencia, cuando llegó a un nombre en particular la sorpresa se hizo presente en su rostro.

- Takamura Shun – nombró el maestro, haciendo que el muchacho levantara la mano y contestara :

- Presente

- ¿Eres familia de Ikky Takamura? — preguntó y Shun asintió algo sorprendido, aunque era lógico suponer que los maestros se conocieran entre si

- Sí, es mi hermano mayor - le comentó, las habladurías en los estudiantes no se hicieron esperar, y es que a muchos no les agradaba que Shun fuera hermano del profesor de matemáticas porque decían que las buenas calificaciones de él se debían a su parentesco con Ikky.

- Ya silencio, de una vez les digo que los murmullos no son tolerados, así que guárdenlos para el receso, por favor quiero los trabajos que Marin les envió en mi escritorio ahora, y luego seguimos con preguntas varias, quiero evaluarlos de acuerdo con el programa que dejó Marin para ver si estamos en los tiempos correctos o si tenemos que reforzar algo, no… no me miren así que si los voy a evaluar pero esto no afectará su calificación… por lo menos no por el momento, vamos… los trabajos que nos está pasando el día…

 

Cada estudiante pasó al frente y dejaron las carpetas con sus trabajos. Cuando Shun lo hizo su mano rozó la de Hades y sus mejillas se sonrojaron. No entendía que le estaba pasando, rápidamente regresó a su lugar y aquello hizo sonreír a Hades, los adolescentes tenían cada cosa… pero bueno, la clase comenzó y el nuevo profesor hizo a cada alumno leer un párrafo sobre uno de los tantos libros que se les había pedido leer, cuando la campana sonó Hades se despidió de todos y unos minutos después los estudiantes también salieron para su receso de diez minutos.

- El nuevo profesor sí que puso en su lugar a todos —dijo Seiya mientras caminaba a su lado.

- Sí, lo hizo —sonrió Shun y su expresión era algo… extraña, Seiya lo analizó, arqueó una ceja y finalmente rió sonoramente.

- ¿Qué sucede? —preguntó el peliverde mirando intrigado a su amigo

- Me parece que el nuevo profesor te gusta —aseguró el castaño.

- P-pero que cosas dices, claro que no —musitó avergonzado.

- Bueno, él es todo sexy, no hay nada de malo si te gusta, tienes ojos por ende puedes ver todo lo sexy que es — le dijo Seiya codeándolo divertido, Shun frunció el ceño al contestar:

- Tú no tienes vergüenza, a mí no me gusta nadie, mucho menos un profesor - el de ojos verdes comenzó a caminar rápidamente, y cuando vio a Hades caminando por el pasillo Shun tropezó y cayó dolorosamente al piso dándose un fuerte golpe.

 

Shun vio como una mano se extendía frente suyo, cuando levantó su mirada se encontró con la de su profesor.

- ¿Estás bien? — preguntó Hades.

- Sí, es que soy un poco torpe — se excusó mientras tomaba la mano del mayor y se levantaba.

- Ten más cuidado — dijo antes de marcharse, Seiya apareció en el lugar y vio como Hades se marchaba y luego volteo a ver a su amigo con una sonrisa pícara en su rostro.

- Él te gusta —volvió a asegurar.

- Claro que no, a ti te gusta mi hermano, eso sí es real —contraatacó, Seiya suspiró al decir:

- Nunca lo he negado, pero no había razón para tanta crueldad —susurró el castaño, Shun solamente sonrió.

- Aprendí del mejor - el chico lo tomó del brazo y comenzaron a caminar de regreso al salón, Seiya no volvió a insinuar nada sobre el nuevo profesor y Shun se lo agradeció pero aunque quisiera fingir Hades había provocado en Shun algo que nadie había logrado nunca, hacer que su corazón latiera con más fuerza de lo normal.

 

Notas finales:

Chan chan chan... ¿Qué hará Shuncito con ese sexy profesor nuevo tan cerca?, uyyyyyyyyyyyy

No se pueden perder el capítulo que viene, es muy divertido

Muchas gracias por leer y esperamos que lo sigan hasta el final, saludos, bye


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