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The Waiter por arelii-ierOo

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Tony:


Su cita forzada con Pepper estaba siendo muy aburrida. Pidió a Rodhey que les acompañara como si se tratara de una casualidad, así podría hacer su jugada con el mesero que había cautivado su atención desde hace tiempo. Alto, fornido, rubio y unos perfectos ojos azules. Siempre le dejaba una gran propina y le pedía su servicio al restaurante cuando reservaba la mesa.


Siempre le dejaba una gran propina y le pedía su servicio al restaurante cuando reservaba la mesa


Steve:


– Mi nombre es Steve. – Saludó con una sonrisa cálida y amable, la mejor que podía brindar cuándo notó de quién se trataba. – Les daré el servicio esta noche...¿Señorita Potts, Señor Stark? – Volvió a sonreír, esperando haber recordado bien los apellidos de ambos. Solían frecuentar el lugar. Acomodó su libreta para tomar la orden mientras sonreía aún.


Tony:


Suspiró sin notarlo en cuanto miró al camarero. Steve era todo un sueño. Agradecía que Rodhey le siguiera la conversación a Pepper. Aguardó a que teeminaran de ordenar. La comida transcurrió rápidamente hasta el momento en que pagó. Le dio su tarjeta de crédito junto a una nota: "Quiero verte afuera cuando termine tu turno. Esperaré."


Steve:


Al momento de abrir la pequeña carpeta de piel y encontrarse con la nota de Tony, no estaba seguro si se refería a él o a su compañera en recepción para cancelar las cuentas. Pero estaba seguro qué sólo con él había tenido contacto. Guardó la nota en el bolsillo interior de su short, sonriendo para sí mismo antes de regresar a la mesa y deseó una buena noche a los tres en el momento en que se retiraron.


Su turno terminó, estaba algo cansado. Tomó su chaqueta deportiva para cubrirse del frío al salir, una color naranja al igual que su short, caminaría a casa. Aunque no esperaba ver aún a Stark fuera del restaurante.


– ¿Sr. Stark?


Tony:


– Veniste.– Tal vez había sonado más alegre de lo quería. Se maravilló ante su imagen, aún usaba el short naranja que mostraba sus hermosas piernas.


Se acercó un poco a él, tratando de no escucharse muy desesperado o algo. Nunca le había pasado.


– Bueno... supongo que les sucede esto a muchas de las camareras. – Hooters siempre tenía a las chicas más hermosas, era un requisito. Pero sólo hasta ahora también aceptaban hombres, para aumentar el número de clientes mujeres. Pepper se sentía muy cómoda de que siempre solicitara a un mesero, así no estaría celosa.


Suspiró, sin saber cómo continuar. Extrajo de su chaqueta una pequeña caja.– Es... para ti. – Dentro había un reloj muy costoso. – Estás en todo tu derecho de negarte... sé que infringirías las normas... pero debo saberlo... ¿Te gustaría salir conmigo?


Steve:


La invitación de Stark lo dejó sin palabras, incluso provocó un ligero sonrojo en sus mejillas. Se acarició así mismo el brazo, su corazón latía a prisa gracias al gesto del castaño que era muy hermoso, y pese a qué no era la primera vez que le proponían salir, la forma en que lo hacía el empresario le hizo difícil rechazarlo.


Suspiró, regalándole una sonrisa suave, avanzando un paso hacia él.


– Muchas gracias por el obsequio, Sr. Stark. – Tomó entre ambas manos la pequeña caja mientras hizo más notable su sonrisa. El color y diseño de esta fue lo qué más llamó su atención al desconocer la marca del reloj. Rió un poco avergonzado, alzando la mirada hacia él. – Está prohibido aceptar regalos de los clientes, pero creo que no habrá inconveniente si es fuera del lugar de trabajo. Además ha sido muy amable siempre que viene al restaurante con la señorita Potts y el señor Rodhes. – Se alzó de hombros, sin evitar que asomara un poco la duda en su rostro. – Ahm... ¿Necesita servicio privado en alguna fiesta o evento? ¿O es una salida... Para conocerlo fuera de trabajo?


Tony:


Rió un tanto ansioso a su pregunta. Se sentía muy tonto, nunca le había sucedido, pero respiró profundo para controlarse.


– Si el problema es que soy un cliente, podría dejar de serlo, así aceptarías más obsequios y no habría problema si salimos. Me gustaría conocerte.


Le sonrió de forma genuina, estaba muy feliz de estar ahí con él. – Inclusive podría acompañarte. Es muy tarde, no deberías estar solo.


Se reprendió en su mente. – Sólo... sólo si tu quieres. Ahm... me encantaría salir contigo, tú puedes elegir el sitio y yo me encargo.


Steve:


– Es más probable que pudiera pasarte algo a ti, ¿Sabes? Y no quiero que pase eso. – Rió suave, comenzando a caminar e invitando con ello al empresario a hacerlo. Se detuvo al llegar al auto del castaño y acarició el cofre sutilmente. – Por esto. No suelen verse mucho por aquí, y agradezco que mientras esperabas, hayas estado bien. – Le sonrió al mirarlo a los ojos, pensando en qué al ser Stark tan generoso, pudieran haberse aprovechado otras personas antes de eso.


– No hace falta más regalos para salir contigo, así no romperíamos las reglas y yo no perderé mi trabajo. – Volvió a abrir la caja, esta vez para extraer el reloj cuidadosamente y colocárselo en la muñeca. Lo usaría diariamente. – Y para comenzar, podemos ir a mi casa. ¿Te gustaría? Tengo café, he notado que te gusta mucho. Además... Es noche, no tardan en comenzar a transitar por las calles sólo las personas que van a bares y son un desastre manejando. – Rió, guardando la cajita en su mochila.


Tony:


– Puedo cuidarme, pero agradezco mucho tu preocupación, Steve. – Sonrió al saber que aceptaba su propuesta de salir. No esperaba ser invitado a su hogar, pero estaba más que encantado con la idea.


– En ese caso, yo te llevo. – Después de desbloquear su auto, le abrió la puerta del copiloto, invitándole a subir con la mano. Aguardó a que lo hiciera para cerrar la puerta. Rodeó el auto, subiendo también y arrancando.


– Tú nos guías.


Steve:


– Saliendo del estacionamiento es a la izquierda, sobre la avenida a 12 cuadras. Verás un edificio marrón de apartamentos, es muy sencillo llegar. – Haló el cinturón de seguridad para colocárselo. El auto era demasiado amplio y limpio por dentro. Le sonrió a través del espejo retrovisor. – Solía vivir en Brooklyn pero por la zona del trabajo decidí mudarme cerca de Hooters. ¿Tú también trabajas por aquí? ¿Cómo te gusta que te llamen? Hasta el momento sólo sé que eres el Sr. Stark y que todos se esmeran en el restaurante por atenderlos bien cuando llegan. – Rió suave, poniendo ambas manos sobre su mochila y jugueteando con los detalles de vez en cuándo. De nuevo sentía su corazón palpitar rápidamente.


Tony:


Siguió sus instrucciones. La noche era hermosa. – Mis empleados me llaman Sr. Stark, como mi padre. Mis amigos y conocidos, Anthony. Pero los más cercanos me dicen Tony. Tú puedes llamarme así, Tony. Mantengámoslo informal.


Le sonrió, mirándole de lado por un breve segundo. Le notaba ansioso como él estaba antes. – Mi edificio se encuentra cerca del Time Square, frente a Central Park. Vivo en el Penthouse, tampoco quise alejarme del trabajo, es más sencillo.


Estacionó frente al edificio y llamó a su chofer para que recogiera el auto. Se apresuró a bajar para abrirle la puerta a Steve.

Notas finales:

Perfil: Areli iero

Página: HAIL Stony Armour And Shield


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