Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Motivos clichés y el intento de cambiar lo imposible por Kenza

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ésta es una historia que venía tejiendo hace algunos meses y quería que viera la luz por estos lares y también por otros medios.

Mi guiño al escribir es más guiado por el melodrama, con media pizca de comedia.    No soy de agregar demasiado drama intenso al punto de que yo misma me desesperé y admito que me encanta (aunque ya este publicando un drama particular. Notese 'El complemento de Ryan' pueden echarle una leída si gustan, para lxs que aún no lo han hecho :"] ). Les dejo mí pequeño diablillo, espero que os guste.    

Notas del capitulo:

Los personajes fueron fríamente inventados por mí retorcida imaginación, cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia. 

DEREK

 

 

 

 

 

Me había negado a ir a la fiesta de cumpleaños de Jenna McHallan mil veces. Normalmente, nunca dejaría pasar la oportunidad de beber en compañía de mi grupo de amigos hasta que todos quedemos echos una cuba, pero la diferencia entre una fiesta de cumpleaños normal y esta fiesta de cumpleaños de Jenna McHallan, era su jodida mansión y por supuesto se llevaba todos los honores de ser una de las mejores.

 

Solo había pasado una semana desde que habíamos terminado, y ella ya estaba empezando a actuar como una loca despechada desatando su venganza contra mí cada vez que tenía una mínima oportunidad.

De hecho y sabiendo como era quería evitarla como sea posible, pero conociendome como me conozco, quería tener sexo a toda costa. Después de sopesar los pros y los contras de mi situación, decidí aparecer en la fiesta de cumpleaños de Jenna solo por diversión.

 

Habría mucha gente allí, así que no era como si realmente se cruzara conmigo ... o eso quería creer. Tan pronto como crucé el umbral de la lujosa mansión de Jenna, me encontré cara a cara con la morena de ojos azules, tan hermosa y deslumbrante como suele estar la mayor parte del tiempo.

Ella me devolvió la mirada con una expresión que no tenía ninguna emoción.

 

Como sea, traté de no mostrar que estaba asustado por dentro así que compartí la mejor cara de poker que mejor me salía. No estaba particularmente preocupado por herir sus sentimientos, pero definitivamente estaba preocupado de que ella me lanzara algún tipo de extraño hechizo de vudú sobre mí.

 

—Derek, —dijo monótona. le mostré una pequeña sonrisa que se veía demasiado forzada. 

Mordió su labio inferior y su mirada se estrechó aún más.

 

—Sabes, Te hubiera dado mi virginidad, si no hubieras terminado conmigo tan pronto.

 

Sonreí con sorna —Dices eso como si se supone que debería sentirme mal.

 

—Deberías sentirte mal, —ella respondió bastante molesta.

—No te voy a dejar entrar.

 

—Linda, No pedí tu permiso, —repliqué mientras me abría paso a través de la entrada y me envolvía en el enjambre de personas. Mientras continuaba avanzando hacia la masa de cuerpos sudorosos, podía escuchar débilmente la voz de Jenna gritándo mi nombre, pero la ignoré. Decidí que iba a disfrutar esta noche sin dejar que una niña caprichosa se la pase molestandome.

 

Deambule por el patio trasero el cual se encontraba lleno de adolescentes bebiendo y bailando hasta que finalmente encontré a mis amigos y tomé dos vasos descartables de cerveza negra, estaba demasiado   emocionado para ser coherente.

 

Parecía que no echaría un polvo con ninguna chica esta noche, ni siquiera podía distinguir entre la sexy Ashley de la clase de matemáticas con la fea Christie de química.

La música estaba a todo volumen resonando a través de los parlantes superiores y eso empeoraba mí estado. Hacía que mi cabeza palpitara más rápido de lo que ya lo estaba haciendo, en cualquier momento explotaría en mil pedazos, también se me hacía imposible escuchar mis propios pensamientos.

 

—¡Oye! —Una de mis amigas cercanas, Melek, casi gritó en mi oído, empeorando mi dolor de cabeza.

—¿Cómo te sientes? ¡¿Jenna te atrapó?! 

 

—Ella lo intentó, pero la esquivé antes de que pudiera comenzar algo de lo que estába destinados a convertirse en un barullo, —Melek giró un mechón de pelo azabache alrededor de su dedo, antes de usarlo para pinchar mi pecho. 

 

—No digas que no te advertí. De hecho todos te hemos advertido que ella era un puto dolor de culo.

 

Pude recordar vagamente a mis amigos diciéndome lo pegajosa que era Jenna McHallan, pero no les di importancia ya que probablemente estaba distraído por su innegable belleza y cómo la cosa en mis vaqueros estaba respondiendo a ella.

Dejé escapar un pequeño resoplido mientras distraídamente rascaba mí nariz.

 

—¡¿Sabes que?! Ya la superé. —Sus rosados ​​labios se curvaron en una sonrisa burlona mientras sus profundos ojos castaños bailaban con diversión. 

 

—Solo no dejes que tu polla controle tu cerebro, ¿de acuerdo? —Levantó un delicado  dedo para seguir hablando y de ese modo no la interrumpiera.

—Te amo, Derek, sabes que sí, pero ... —Sabía a dónde iba la conversación y estaba demasiado borracho para seguir escuchandola.

En un intento por detenerla antes de que ella pudiera ir más lejos con su perorata tiré todo el líquido de mi vaso de cerveza deliberadamente sobre su camiseta ajustada. La boca de Melek cayó mientras miraba hacia su camiseta mojada que estaba empezando a traspasar en su piel y así exponiendo su sujetador rosa.

 

—¡¿Por qué mierda hiciste eso?!  

—No dejaré que mi polla controle mi cerebro, —respondí con una sonrisa de labios apretados.

—Creíste que había olvidado como tomaste mí auto sin permiso y estropeaste las llantas la semana pasada, ¿verdad? Además, te ves mucho más sexy así.

 

Ella apretó los dientes furiosa —¡¡OROSPU ÇOCUĞU!! —Inclinándome a su lado y frunciendo el ceño, respondí con un breve: 

—No sé lo que acabas de decir. 

 

—¡Significa que voy a matarte! ¡Esta es mi camiseta favorita!" 

—Era tú camisa favorita, —enfatice. Ella sacudio su cabeza con incredulidad.

 

—Me largo. 

 

—Claro, te veré luego. —Melek me dio una última mirada de desaprobación antes de dejar escapar un gemido exageradamente dramático saliendo entre la multitud. No pasó mucho tiempo hasta que sentí que mi sistema urinario necesitaba evacuar. Mis esfuerzos por encontrar un baño fracasaron, principalmente porque no estaba tan familiarizado con la casa de Jenna. Ella había tratado de invitarme a varias cenas familiares, pero era seguro que nunca iba a asistir a ninguna de las cenas, sabía a donde quería parar la chica con tanta insistencia, mi instinto anti suegros nunca fallaba.

 

La habitación que decidí entrar estaba en un largo y extenso pasillo en la planta baja. Las luces estaban apagadas cuando entré en la abruptamente sorprendiéndome por un momento, pero pude encontrar el interruptor para encender las  tenues luces amarillas, escaneé rápidamente la habitación, mis ojos se agrandaron con sorpresa cuando vi a un chico colgando de su ropa interior en la puerta del armario. Su mirada se dirigió a la mía y se veía tan sorprendido como yo.

 

Después de ver su cabello azabache un poco desordenado y sus gafas de montura ancha, me sorprendi aún más al darme cuenta de quién se trataba. 

 

—¿Connor? —Sus cejas se alzaron mientras seguía expectante.

 

—¿Derek?"

 

—Wow, —fue todo lo que pude decir.

 

Connor y yo solíamos ser mejores amigos en jardín de infantes y también en la primaria, pero nos distanciamos en la escuela secundaria. No estoy seguro de cómo o cuándo sucedió, pero lo único que sabía era que yo era popular y él no.

La diferencia en los intereses nos separó lentamente hasta que nuestra amistad se redujo prácticamente en nada.

De vez en cuando lo veía alrededor de la escuela en los pasillos y la cafetería, pero rara vez hablábamos. En su mayoría llegaban a hacer breves contactos visuales y si los dos estábamos de buen humor o alguna sonrisa recíproca, nada más que eso.

 

Así que podría decir que estaba realmente incómodo en hablar con él en este momento. Y entonces froté mí nuca nerviosamente.

 

—¿Cómo, emmm, cómo sucedió esto? —Connor intentó encogerse de hombros, pero parecía que estaba inquieto.

 

—Algunos gilipollas. No es gran cosa. —Lo miré escépticamente, cada vez más preocupado por el tema en cuestión. Claro, no había hablado con él en más de cuatro años, pero no significaba que estuviera bien con las personas que lo maltrataban como si no fuera nada. 

 

—¿Cuáles gilipollas? ¿Por qué demonios te hicieron esto? —Connor me devolvió la mirada con sus claros ojos verdes.

 

—¿Podrías, no sé, tratar de bajarme? —Preguntó en un tono amargo.

 

—Oh, —Había olvidado completamente que estaba colgado de su ropa interior, corrí hacia donde se encontraba  e intenté quitarle el elástico de sus calzoncillos que estaba aferrado del gancho de la puerta, pero mi mente estaba demasiado confundida para entender lo que estaba haciendo.

 

—Si puede ser hoy, sería genial, —comentó Connor, su voz entrelazada denotaba una descarada molestia.

 

¿No habíamos hablado en cuatro años y ya estaba molesto conmigo? ¿No debería ser este un momento de unión y felicidad? Me burlé.

 

—Podrías ser un poco más amable, sabes, ya que te estoy ayudando.

 

—No necesito tu ayuda.

 

Haciendo una pausa y juntando las cejas en confusión, di un paso hacia atrás para echar un vistazo más de cerca a su rostro. Sus labios estaban apretados en una línea delgada y con una sombría miraba al frente.

 

—¿No necesitas mi ayuda? —le pregunté.

—Amigo, ni siquiera quiero imaginar cuánto deben estar sufriendo tus bolas ahora mismo y me estás diciendo que no quieres que te ayude de tu situación actual?

 

Podría decir que Connor se estaba irritando con cada segundo que pasaba.

 

—Si vas a ayudarme, entonces ayúdame, pero si vas a ser grosero al respecto, entonces déjame en paz.

¿Este chico estaba hablando en serio?

 

—No soy el único que está siendo grosero. ¡¿Qué demonios tienes subido por el culo?!

 

—Mi ropa interior, —dijo sin expresión.

 

Resistí la tentación de reír mientras volvía a prestar atención a la tarea en cuestión. Finalmente, logrando desenganchar el material elástico de su posición asegurada, ayudé a Connor a levantarse. Se acomodo la ropa, se arregló el cabello y se dirigió directamente hacia la puerta de la habitación, sin molestarse siquiera en dar las gracias. 

 

—¡Hey! —Le grité.

—¿No vas a darme las gracias?

 

Connor miró por encima del hombro, mirándome con desconcertados ojos verdes. 

 

—¿Por qué? Ni siquiera somos amigos.

 

—No tenemos que ser amigos, para que me des las...

 

—Gracias, —me interrumpió.

—¿Ya estás feliz?

 

Doblé mis brazos contra mi pecho y lo estudié cuidadosamente.

 

—¿Cuál es tu problema? No te hice nada.

 

Parecía que de alguna manera me había golpeado un nervio, porque los ojos de Connor se abrieron con incredulidad, y se volteo hacia la puerta de nuevo.

 

—No hiciste nada, —replicó parte de mis palabras mientras reía. 

 

No sabría decir cuánto habré cambiado en cuatro años. La última vez que hablé con Connor fue sumamente tranquilo. Él era el típico niño que tenía miedo de hablar.

Ahora era el tipo de adolescente al que no le importaba que fuera un imbécil total.

 

—Merezco una explicación sobre cómo sucedió esto. Puede que ya no seamos amigos, pero lo que te han hecho no está bien.

 

Sus manos se apretaron en puños a sus costados.

 

—No mereces que te de ninguna explicación.

 

Podía ser paciente hasta cierto punto pero ya me estaba cansado su actitud descarada. Apretando la mandíbula con fuerza y ​​avanzando hacia él con pasos grandes y resueltos, metí las manos en el cuello de su camisa y lo sujeté contra la puerta. Su boca se abrió en respuesta y comenzó a dar respiraciones cortas, denotando su miedo, la mayor expresión que había recibido de él hasta el momento.

 

—¡Vas a responder a mis preguntas, o puedes apostar a que te engancharé de nuevo en el armario! —Connor tragó un nudo en la garganta y ajustó nerviosamente la posición de sus lentes.

 

—¿P-puedes soltarme?

 

—¿Quién te hizo esto y por qué lo hicieron? —cuestióne, tal vez ya era demasiado tarde para empezar a actuar como un amigo, pero parecía ser lo mejor que podía hacer. Sobre todo porque la fiesta no podría haber sido más aburrida. Si tuviera a alguien con quien agarrarme a los golpes a la fuerza, entonces podría hacer que la fiesta se tornará más animada. 

 

—Tanner Wilkins, ¿de acuerdo? —hablo de prisa

—dijo que quería tener sexo conmigo y por supuesto que le creí porque ¡vamos! es realmente sexy, pero resultó ser una trampa para que él y sus amigos pudieran humillarme.

 

Tan pronto como dijo todo, apartó su mirada de la mía. Enarcé mis cejas con confusión. 

—¿Qué? ¿Por qué querría tener sexo contigo? y ¿Por qué querrías tener sexo con él?

 

La mirada de Connor estaba en todo menos en mí.

 

—Porque soy gay, Derek. —si hubiera sido posible que mis cejas se enarquen aún más, lo habrían hecho.

 

—¿Qué? —me empujó lejos de él. 

 

—Ya déjame en paz. —se giró para irse, pero me aferré a su muñeca.

 

—¡Espera! ¿Estás diciendo que eres gay? ¿así como un homosexual? 

 

—No, así como un hetero, Derek —viró los ojos 

—podríamos por favor volver a ser los desconocidos que éramos.

 

—¿Desde cuándo? —me atormenté el cerebro tratando de recordar el momento en que Connor me contó sobre su sexualidad, pero ese recuerdo no existía porque siendo sincero. Siempre había sido hetero.

 

—¿Te dejo solo por cuatro años y te vuelves gay? —el rostro de Connor estaba completamente carente de emoción.

 

—Derek... 

 

—¡En serio, como pasó! ¿de dónde vino esto? ¿Desde cuándo te gustan la pollas? —se dio una palmada en la frente y la arrastró perezosamente por su cara dando un suspiro.

 

—No estoy obligado a decirte nada, ya esta, he Respondido a tu pregunta anterior y eso es todo lo que voy a decir. Ahora, me iré y nunca volveremos a hablarnos de nuevo.

 

No entendí por qué Connor. estaba tan desesperado por escapar de mí.

 

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo con esto? ¿Cómo puedes dejar que te traten así? 

—Porque no es la primera vez que sucedió, —murmuró en respuesta.

—Solo déjalo, ¿de acuerdo? 

 

—¿Cuánto tiempo has estado pasando por esto? —¿Estaba tan inconsciente que ni siquiera me di cuenta de que mi ex mejor amigo era víctima de acoso escolar? Como sorpresa, hasta hace unos segundos, pensé que a él le gustaban los coños.

 

—No lo entiendo, —expresé mis pensamientos.

—Si no quieres que te traten de esa manera, entonces simplemente sé hetero.

 

Si las miradas matarán, estaría  veinte metros bajo tierra por la forma en que Connor me estaba mirando. Levantó las manos con exasperación y alcanzó la perilla de la puerta para salir fuera de la habitación, pero le di una palmada en la mano impidiendo su huida.

 

—No puedo ser hetero, Derek. ¡¿crees que no lo intenté?!

 

Maldije por lo bajo y miré hacia el piso mientras contemplaba qué hacer. El silencio nos envolvió por unos momentos hasta que la idea surgió en mi mente.

 

—¿Recuerdas el viaje de campamento que tuvimos en séptimo grado? ¿Dónde Kayla admitió tener relaciones sexuales con el profesor Hanke y todos le creyeron? —él asintió lentamente.

—¿Y les dijo a todos que fue mentira cuando regresamos a la escuela? —Connor suspiró.

 

—¿A dónde vas con esto?

 

—¡Puedes hacer lo mismo! —exclamé agarrándo sus hombros y sacudiéndolo violentamente, tratando de sacarle un poco de emoción. Se quedó allí con esa estúpida mirada en blanco en su cara, alzando una ceja interrogante. 

 

—¿Quieres que finja ser heterosexual?

 

—Bueno, sí, si eso significa que ya no tendré que salvarte de los ganchos en los armarios. 

 

La expresión de incredulidad en su rostro se transformó en una de total y absolutamente burla. 

 

—Eso fue jodidamente estúpido, no, tú eres el estúpido.

 

mis labios se formaron en una sonrisa astuta.

 

—Bueno, ya que eres gay, asumo que te gusta todo el asunto del sado. ¿Eso te excita? ¿No te molesta la idea de que Tanner Wilkins se ponga tan apretado que tú-... 

 

Él apretó los dientes y dijo con un notable enfado: 

—Voy a matarte —aunque no eran palabras amables, sabía que tenían una connotación juguetona detrás de ellas. Tal vez Connor no había cambiado tanto después de todo.

 

—Vamos, déjame ayudarte, —le supliqué. Dejando escapar el billonésimo suspiro del día. 

 

—Bien. Ya que es obvio que no me dejarás en paz, entonces Derek, hetero todo poderoso, enséñame motivos clichés e intenta cambiar lo imposible. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).