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El regalo por Big Rabbit

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Notas del fanfic:

Los personajes de Junjou Romantica le pertenecen a Nakamura Shungiku. 

En un piso bastante grande y espacioso, se encontraban cuatro amigos hablando de sus cosas.

-El próximo día 3 de marzo es su cumpleaños... Y no sé qué regalarle, nada en dinero, ¡si tiene de todo! -Se quejaba un pequeño castaño de ojos verdes.
-¡Ja! No me digas que no lo sabes en cuatro años de relación que lleváis... -Dijo en tono sarcástico un pequeño rubio. Otro castaño de ojos verdes asentía silenciosamente. -Y a ti, Ritsu, ni se te ocurra hablar, que también tienes lo tuyo...
-Bueno, chicos, calmaos un poco. Volvamos a repasar las alternativas... Y de paso me dais ideas para mi nuevo manga porque Tori va a venir esta noche y si ve mis hojas completamente en blanco no aseguro salir vivo de ésta...
-No seas exagerado. Oh, estoy harto de ser el único con un poco de iniciativa aquí, ojalá estuviera Kisa... Por cierto, ¿dónde se fue?
-Pues se fue de viaje de pareja al desfile del orgullo gay de Chueca, pero a última hora se les unieron el molesto de Isaka y su sirviente. No me gustaría estar en su piel, aunque dicen que son amiguis.
-Estás muy hablador hoy, amiguito esto no es amor, ¿llamamos a Takano?
-¡No te atreverás, pequeño terrorista! ¿Cómo puedes ser tan pequeño y malvado?
-Me viene de familia. Ahora, volvamos al regalo de Misaki... -El aludido resopló, fastidiado, creía que se había librado de ésta... -Chiaki, mira y aprende.

Los cuatro amigos se habían reunido en el piso de Chiaki por ser el más grande, y discutían el tipo de regalo que debería hacerle Misaki, el más inocente del grupo, a su pareja Usami Akihiko, el célebre escritor. Si hubiese estado Kisa Shouta, el mayor del grupo y el más experimentado en ciertas artes, enseguida hubiesen tenido un regalo listo... Ya que, de los cuatro, aunque todos eran homosexuales pasivos y tenían sus parejas (algunas más oficiales que otras), el único con algo de iniciativa era Shinobu, el más joven del grupo.

No lograban ninguna solución y se estaba haciendo tarde... Se despidieron y quedaron en verse otro día, pero en la mente del más joven ya empezaba a formarse una idea bastante perversa.

***

Unos días después, Ritsu estaba en su piso procurando no hacer ningún ruido -evitando a su jefe/vecino/amante, vaya- cuando oyó que tocaban al timbre de forma insistente.

Mierda, es Takano, me descubrió... Vamos a ignorarlo.

El timbre sonaba y sonaba y Ritsu seguía haciéndose el sordo, hasta que oyó gritar a alguien al otro lado de la puerta.

-¡Sé que estás ahí, maldito tsundere mamón! ¡¡O me abres de una vez o te tiro la puerta abajo con repollos!!

Shinobu y su simpatía natural. Ritsu fue a abrir y entonces oyó otra voz conocida: 
-Ritsu, ¿hay que llamar a la policía?

Vaya dos...son tal para cual. En el rellano estaban Takano y Shinobu esperando.

-Venga Ritsu, déjanos entrar... 
-Tú, pasa. Tú, vete. 
-Déjame entrar... O los próximos días no vas a ver la luz del sol... Sabes que soy capaz de cumplirlo. 
-Venga Ritsu, déjalo entrar, puede servirnos para el plan...

Una vez dentro del desordenado piso de Ritsu, cuando consiguieron sentarse los tres, Shinobu habló primero. 
-Vaya, Ritsu, deberías limpiar un poco... 
-Luego viene la chacha -Señalando a Takano- y hace la limpieza. 
-Vale... Creo que me lo merezco. Shinobu, explícanos.

Shinobu sacó una pequeña botellita de uno de sus bolsillos, que contenía un líquido transparente. 
-¿Qué diablos es eso? 
-No me preguntéis cómo lo he conseguido, pero encontré el regalo perfecto. Ahora tenéis que escucharme... -Shinobu sonrió triunfante, pero Ritsu y Takano se miraron por encima de su cabeza, preocupados.

***

El 3 de marzo al mediodía, los cuatro amigos de siempre habían quedado en el piso de Chiaki. Misaki acudió con Shinobu, venían de la universidad, y poco después llegó Ritsu. Takano estaba esperando abajo con su coche, después tenían que hacer algo importante.

-Buenas chicos, os he preparado bebidas, podéis serviros... Espera, Misaki, compré esto especialmente para ti. -Chiaki le tendió a Misaki un vaso lleno de zumo de frutas del bosque, sabía lo mucho que le gustaba, y Misaki, sediento, se lo bebió de inmediato. Segundos después, los otros chicos vieron cómo se quedaba profundamente dormido.

-¡Se ha dormido! ¡El plan ha resultado! 
-¿Esto no le dejará secuelas, verdad? 
-Si con ello te refieres a no poder caminar... No lo tengo tan claro. Además, le puse poca cantidad, dormirá como mucho unas dos horas... 
-Venga, vamos chicos, hay que quitarle la ropa...

***

Usami Akihiko estaba enfrente del ordenador sin escribir apenas nada. Isaka estaba vaya usted a saber dónde, y Aikawa estaba más relajada sin la presencia del jefazo, así que Usagi-san podía hacer el vago sin remordimientos... Bueno, vale, eso era lo que hacía siempre. Además, hoy era su cumpleaños, había llegado a la "respetable" edad de 33 años. Tan joven, y lo tenía todo. Pero a él le bastaba con tener a Misaki.

Misaki... ¿Qué le habría regalado? Eso si es que le regalaba algo, ya que a veces se mostraba raro... Tal vez sería algo hecho por él mismo... U otro oso Suzuki para su colección. Cualquier cosa, lo averiguaría cuando llegase a casa.

Mientras Usagi-san se hallaba perdido en ciertos pensamientos que tenían a su querido Misaki de protagonista sin nada de ropa encima, llamaron al timbre.

Usagi-san se acercó a abrir y vio a un antiguo conocido junto con otro tipo sujetando una enorme caja de regalo.

-Onodera, ¿qué haces aquí? 
-Venimos a desearle un feliz aniversario, aquí tiene su regalo... Ya nos lo agradecerá después. -Ritsu y Chiaki soltaron la enorme caja y se largaron sin mirar atrás.

-¡Lo hemos logrado!

Mientras tanto, Usagi-san examinaba la caja. Un poco grande... Y enviada por Onodera, no sabía qué pensar. Si hubiera sido Misaki... De repente, se empezaron a oír golpecitos dentro de la caja. Entonces, Akihiko se decidió a abrirla.

¡Sorpresa! Dentro de la caja se hallaba un Misaki medio dormido, completamente desnudo aparte de un lazo de regalo (rojo, claro) cubriendo sus partes íntimas.

-¿Misaki? -Akihiko no podía creer lo que veía... Superaba incluso sus mejores sueños. 
-Usagi-san... ¿Por qué estoy aquí? -Misaki aún estaba medio dormido, no se daba cuenta de nada. Pero a medida que fue recuperando la consciencia, se dio cuenta de que no llevaba nada de ropa encima... 
-¡Pero si estoy desnudo! ¿Qué ha pasado? 
-Supongo que vas a ser mi regalo de cumpleaños... -Akihiko sonrió y lo cogió en brazos. -Y tendré que disfrutar de mi regalo como es debido... -Subió con su preciada carga a su habitación y se dedicó a disfrutar de él...

***

En la gran habitación llena de juguetes, Akihiko tendió a Misaki en el centro de la cama y se dedicó a observarlo durante unos instantes que al menor se le hicieron eternos.

-Mírame. Quiero verte... 
-Es que... Me da mucha vergüenza... 
-Que no te avergüence lo que hacemos, Misaki. Ya llevamos varios años de relación... Esta imagen tuya supera incluso mis sueños más húmedos... -Akihiko se inclinó a besarlo en los labios antes de que el menor dijera algo más. De los labios pasó al cuello, pero intentó no dejar marcas, sabía lo mucho que incomodaban a Misaki. Mientras tanto, acariciaba su cuerpo con las manos, deteniéndose en los peones, que estaban ya bastante endurecidos. Pronto se empezaron a oír leves gemidos.

-Ahhh... U-Usagi-sannn...

Akihiko continuó, ahora lamiendo el cuerpo de su amado como si fuera un dulce. Pasó la lengua por los pezones, el ombligo, y cuando llegó a su zona íntima, deshizo el lazo que la cubría y empezó a hacerle una felación al menor, empezando con pequeños lametones y succionando un poco.

Misaki creía morir, como siempre que hacían aquello. Nunca podré acostumbrarme a esto, pensaba. Pero a la vez, ¡le gustaba tanto! Y aunque le costase un poco expresar sus sentimientos, se sabía cada vez más enamorado de Usagi-san, y sabía que nunca lo abandonaría, aún cuando tuviesen a todo el mundo en su contra... 

Sin poder evitarlo, se corrió en la boca de su amante, que sonrió. 
-No aguantas nada... Sigues siendo un crío. -Misaki no contestó, estaba muy emocionado. -Túmbate en la cama y levanta una pierna hasta ponerla sobre mi hombro.

Misaki obedeció, tenía una gran flexibilidad y levantó la pierna izquierda hasta apoyarla en el hombro derecho de Akihiko, que ahora tenía una vista espectacular. La pequeña entrada de Misaki en todo su esplendor. Quería estar dentro de él, pero antes debía prepararlo. Metió un dedo dentro, estaba muy caliente, apretada y resbaladiza. Movió el dedo en círculos hasta que sintió ceder las paredes internas de su joven amante, entonces metió otro y empezó a moverlos como si fueran tijeras.

-Usagi-san... Hazlo...

Akihiko no podía creer lo que oía. Misaki no hablaba durante el sexo, a menos que fuera para gemir. Y ahora le estaba pidiendo exactamente lo que quería, increíble. Metió su oene dentro de él y empezó a moverse lentamente, aunque Misaki no dio muestras de sentir dolor, gracias al primer orgasmo su cuerpo estaba relajado.

Pronto, los movimientos aumentaron de intensidad, tanto Misaki como Akihiko buscaban su liberación, y éste último ya había encontrado el punto que más placer le daba al menor, a la vez que cogía su miembro para estimularlo doblemente y garantizarle un magnífico segundo orgasmo.

-Usagi... Usagi-san... Me voy a correr... Me corro... 
-Juntos, Misaki, juntos...

Misaki se corrió, un chorro de líquido espeso y caliente ensució su propio pecho y la mano de Akihiko, a la vez que la esencia masculina de éste último se liberaba en el interior del más joven. Siguieron unidos unos instantes más, pero Akihiko notó que Misaki estaba algo cansado y salió de él para dormir un poco.

Unas horas después, Misaki despertó, al lado de su amante.

-Felicidades, Usagi-san. Lo siento... Yo quería hacerte un regalo. 
-Ya lo has hecho, Misaki. -Akihiko sonreía sinceramente. 
-¿Cómo dices? 
-Tú... Tú eres mi regalo.

FIN

Notas finales:

Takahashi Misaki, 22 años. No sabe si comprarse una silla de ruedas para uso personal, o una escopeta para matar a sus adorables amiguis.

 


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