Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las ranas y las babosas... por Demon Dawn

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aquí con una nueva idea :3
 
Ya tocaba escribir algo de inocencia con mi pareja favorita...
Algo de humor, pelusa y angustia, fue espero me haya salido bien. :D
 
Sin más a leer...
 

 
 
 
Estaban a unos días de iniciar verano, las vacasiones serian la próxima semana, claro, si es que su cálculo de niño de 6 años no le fallaba.
 
El cielo estaba nublado, fue un día bastante frío y lluvioso, el parque cerca de su escuela estaba vacío y el pequeño Naruto no esperaba encontrarse con nadie más que con los charcos y tal vez alguno que otro insecto o animalillo merodeando por el lugar.
 
Notó rápidamente que el lugar estaba lleno de porciones de agua por aquí y por allá, se miro a si mismo, llevaba la chaqueta amarilla para la lluvia que su querido abuelo Orochimaru le regalo, también llevaba las botitas de goma color verde para las lluvias, su azul mirada se fijó nuevamente en las aglomeraciones de agua, tan tentador que quería saltar en cada charco y mojarse y ensuciarse, y fingir que podía caminar sobre el agua y ser alguien tan sorprendente que pudiese salvar a las personas que se ahogaban en un gigantesco barco que se hunde.
 
Era un bonito dia, le gustaba ese tipo de clima, frío y silencioso, podía verse solitario pero no, no era así, había grandes posibilidades de encontrar muchas cosas con que jugar y distraerse, como por ejemplo; todas esas babosas y ranas que podía atrapar y jugar con ellas, fingir que son pequeños soldados y crear una batalla imaginaria donde el héroe sería él, extrañamente esos animalillos le recordaban fugazmente a su padrino Jiraiya y a la abuela Tsunade, se rio ante aquello. Seguramente su madre pegaria el grito en el cielo si lo viera jugando con esos animalitos, ella solia ser asi, tan dramática, y le seria peor si es que le mencionaba sobre que le recordaban a su padrino y a la abuela, seguramente se llevaría una reprimenda.
 
Siendo que su padre salia a trabajar no podia jugar con él, es por ello que solia decircelo a su madre pero ella no quería salir de la acogedora casa, acurrucada bajo mantas, tejiendo con sus broches y palillos, tal vez un nuevo gorrito para él o una bufanda para su padre o con un libro en su regazo y una taza de té en la mano, asi era ella tan hogareña, esperando por su esposo, como si no hubiese nada más por hacer.
 
Cuando le dijo que queria jugar; ella simplemente le pidió que no fuera a ningún otro lugar que no fuera el patio de la casa.
 
Siendo tan travieso e hiperactivo, su madre debió darse cuenta que nada frenaría su espíritu de aventurero en busca de conquistas, su padrino Jiraiya solía decirle que cuando creciera seguramente seguía un gran "conquistador" y que seguramente tendría a muchas bonitas muchachas detrás suyo, pero a Naruto no le interesaban las niñas, sólo tenía una única amiga; Sakura, ella le agradaba, nada más, él quería ser un gran conquistador, un aventurero o porque no... un héroe.
 
Bien, era lo suficientemente grande como para atarse los zapatos solo, aunque no se lo diga a su madre, también podia hacerse el desayuno solo, un poquito de agua caliente y su ramen estaría listo en cuestión de minutos.
 
Fue por ello que ese día sin decírselo a Kushina, salió a explorar en aquel grisáceo y helado día.
 
Para su suerte la lluvia habia cesado, no obstante seguía haciendo frío pero era mucho más divertido que un día soleado, aunque algo oscuro y solitario pero igual de maravilloso. Eso no lo desánimaria, con una sonrisa camino por el parque, con la esperanza de que nadie se le adelantara, llevaba una pequeña cubeta azul, ahí metería las babosas y las ranas, adentro, seguramente caberian muchas y así las llevaría a casa para mostrarselas a su madre y si es que su padre llegaba pues a él también.
 
Dentro de la cubeta también tenía una pequeña palita de plástico, con ella cavaría un agujero en la tierra en busca de más cosas interesantes, tal vez imaginar ser como un pirata en busca de un preciado tesoro o bueno también podría hacer un hueco y esconder un valioso tesoro, llevaba colgado en su cuello el bonito collar que su padre le dio, ese era un gran tesoro, quien la poseia demostraba ser alguien tan maravilloso que cambio su vida.
 
Aún con la cubeta y la pala en mano camino por el lugar, habia tantos árboles, de sus hojas caian gotas de agua, como si siguiera lluviendo solo que lentamente.
 
Aunque no hallara nada interesante podía jugar con la cubeta desgastada, su madre lo había desechado por que dijo que ya no era útil ya que tenía un hueco pero a Naruto le era muy útil e incluso: divertido, si le era muy divertido jugar con esa pequeña cubeta, habia tantas posibilidades y era bastante útil en tantos juegos. Podría ser un casco, como el de un soldado y usar su pala como un arma o espada, o una corona para un rey y su pala seria un cetro, el cetro con el que todo gobernador cuenta, como en aquellos cuentos que leia, e incluso podria usarlo como un tambor e imaginar que era el mejor baterista del mundo usando la pala como baqueta, miles de situaciones en las que podía brillar, lo único que le faltaba era un compañero, su compañero de aventuras.
 
 
Sonrio cuando encontro un sapito saltando solitario, sin pensarlo salto a atraparlo, sonrio triunfal cuando tuvo al animalillo entre sus manos, con cuidado lo puso en su cubeta, se estremeció cuando escuchó un ruido detrás de él, como un lamento o un resoplido sordo. Solo rogaba porque no fuera un fantasma, le temia a los fantasmas, y es que podias o no mirarlos, aparecían y desaparecian, eran espeluznantes en serio, tragó pesado dandose valor, tomo la pequeña palita en sus manos y se puso la cubeta en la cabeza, sus confiable armas.
 
Inspirando aire y llenándose de valor se dio la vuelta pero no halló ni un fantasma ni un monstruo, sólo habia un niño pequeño sentado en el mojado césped al pie de un gigantesco árbol, tenía la mirada gacha, el cabello negro y mojado era algo largo es por ello que no pudo distinguir bien su rostro, con cautela se fue acercando, agachándose después para poder verle la cara a aquel niño.
 
Y lo reconoció, Naruto sabía quien era ese azabache, se llamaba Itachi, era demasiado diferente de otros niños, muy diferente.
 
Había oído rumores y chismes de un grupito de niñas de su escuela, sus padres lo habían abandonado, eso decían, era huerfano y los familiares a su cargo no eran tan... cariñosos. Tal vez sea porque en aquel matrimonio contaban con hijos propios por los cuales preocuparse.
 
Decían que nadie podía quererlo, si nisiquiera sus padres lo quisieron, nadie lo querría. Como si tuviese algo demasiado malo en él y por ello sus padres lo abandonaron.
 
Sus tíos o primos solían ser mezquinos con él, es por ello que siempre estaba solo, no tenía nadie con quien jugar. Sin padres ni amigos, hecho a un lado.
 
Sus compañeros ya le advirtieron que no se acercará a aquel niño y su madre le rogaba porque ya no se metiera en problemas pero siempre se consideró un alma libre, no tenía porque escuchar a sus compañeros y su madre no tenía por que enterarse, por su padre, pues... con que Kushina no se ponga rabiosa, estaba seguro que Minato lo entendería.
 
Ya sabía que no debía jugar con él pero... ¿cuando hacia lo que debia?. Después de todo ahí no había nadie, no estaría haciendo nada malo, estaban ellos solos, y eso estaba bien.
 
Noto que su ropa estaba húmeda tanto o más que su bonito cabello, le gustaba su pelo largo y negro, era como el de su abuelo Orochimaru, le gustaría enredarlo entre sus dedos, de seguro eran suaves. Muchos solían tacharlo de niña por ello, y ese era mayormente el problema con Itachi, siendo aún tan pequeño era fácilmente confundido con una niña, con sus grandes ojitos negros, sus largas pestañas y esa pequeña boquita rosada que a veces regalaba una diminuta sonrisa, una que solia olvidarse de ocultar, sólo un par de veces pudo apreciarla.
 
Vieras por donde lo vieras Itachi era muy bonito a comparación de otros niños, incluso ahora, cuando su cara estaba roja e hinchada por el llanto y la lluvia, con rastros de lágrimas secas en ese bonito rostro de porcelana.
 
Curioso se acerco bajando su pala de plástico y con la cubeta en su cabeza.
 
 
"Hola", pronunció alegremente pero no consiguió la atención del azabache, "Mi papá dice que un saludo se responde de la misma forma dattebayo", agregó al no recibir respuesta alguna ya que Itachi seguia ignorandolo. Fue por ello que tentó a llamarlo por su nombre "Oye Itachi... " empezó a decir, sin embargo, se detuvo cuando la triste mirada se poso en él.
 
"¿Quieres que me vaya, acaso?" Preguntó, su voz suave pero algo ronca, realmente estuvo llorando.
 
Negó en respuesta haciendo que la azul cubeta cayera al suelo, lo cual lo tuvo sin cuidado, en cambio, preparo su más grande sonrisa, aquella que heredó de su padrino y que siempre le caracterizó, "Podemos jugar juntos, ya sabes... hacer bolitas de tierra, saltar por los charcos, jugar a perseguirnos, a ver quien logra escalar más rápido el árbol o ser piratas en busca de un tesoro" con sus manitas sacó el collar que colgaba de su cuello y se la tendió al azabache "mira, es un tesoro".
 
Itachi lo miro sorprendido y a la vez con desconfianza, sin saber como responder ante lo dicho por aquel rubio, aquello sonaba tan bien que hasta le parecía falso, debía ser cuidadoso, no quería que nuevamente se burlaban de él y terminarán metiéndole en el bote de basura haciéndole rodar como si fuese una pelota.
 
Naruto lo entendia, muchas veces vio como los demas niños lo molestaban, siendo intimidado por chicos más grandes que él y siempre en grupos, demasiado cobardes para molestarlo solos. Solian ser realmente malos con él, no lo dejaban jugar en los columpios del patio de recreo de la escuela, tampoco en la caja de arena, nisiquiera en el bonito tobogan de colores. Fue por ello que comenzó a verlo apartado de todos, solia verlo con un grueso libro de cuentos de fantasía sobre héroes y ninjas, princesas y enormes dragones, con castillos y lagunas mágicas, animales con alas y cuernos, tenía muchos dibujos asombrosos, el pelinegro solía leerlo de vez en vez, sentado en el césped bajo el árbol más cercano, solia verlo y sonreír para si mismo, curiosamente en ocasiones lo pudo ver con un cuervo revoloteando a su alrededor, como si fuese su mascota.
 
Una ves le quitaron su mochila y se la fueron arrojando unos a otros hasta que un libro de cuentos cayo de esta, tan ensimismados en molestarlo, tomaron el libro y lo arrancaron hoja por hoja y la tiraron al suelo después ya destrozado, pese a que creyó que el azabache lloraria no lo hizo, sólo tomo el libro destrozado y se fue con los pedazos restantes, cuando lo vio al día siguiente llevaba moratones en el rostro, según supo, sus tíos lo habían castigado por manejar el libro en tales condiciones.
 
Desde ese momento solia verlo trepar los árboles y sentarse en las ramas, dejando que la brisa tocará su piel, su única compañía allá arriba era ese cuervo negro que graznaba cada vez que alguien se acercaba, muchas veces delató al rubio quien haciendo acopio de toda su astucia solia esconderse rápidamente para que el azabache no lo viera.
 
Fue así hasta que nuevamente se metieron con él, o más específicamente con su mascota, habían empezado a arrojarle piedras a la negra ave hasta que uno logró atinarle, lastimandole el ala, logrando con ello que desorientado cayera a la carretera, donde el conductor del camión no vio al ave y sin remedio terminó aplastandola, fue la primera vez que vería a Itachi romper en llanto, y decidió que eso no le gustaba, jamás quería ser quien volviese a presenciar aquella amarga tristeza. Después de ello no lo vio en la escuela durante días, para cuando volvió tenía una mirada demasiado vacía para un niño. Aquel cuervo al parecer fue demasiado importante para el pequeño Itachi y a decir verdad, para un niño crear un lazo de amistad era tan preciado que al perderlo puede hundirse en la oscuridad.
 
Era por ello que está ves Naruto quería aprovechar su oportunidad de crear un lazo con aquel bonito azabache de mirada triste y mejillas sonrosadas.
 
"Ven, prometo que te divertiras dattebayo" insistió, para luego tomar la fría mano de Itachi, quien como si la mano de Naruto tuviera electricidad la apartó frunciendo el ceño.
 
"Lo haces por lástima" dijo con voz baja desviando la mirada ya que sus ojitos se empezaron a llenar de lágrimas "a nadie le importa en verdad, ¿porque finges? No ganarás nada con esto".
 
"Bueno, en realidad siempre he querido hablarte, es solo que... tu no hablas con nadie, eres muy callado Ita-chan" respondió con un ligero sonrojo en sus mejillas pero igual tenía una sonrisa, esperando con ello ganar al menos la simpatía de Itachi.
 
"Hablar te mete en problemas, por eso padre y madre me dejaron de lado" Dijo quedito, su mirada nuevamente en el suelo "a veces es mejor mantenerte callado" contrajo sus piernas y las rodeó con sus bracitos, a riesgo de volver a llorar prefería enterar su rostro en sus rodillas.
 
"Entonces tenemos problemas 'ttebayo" dijo poniendo su dedito índice en sus labios, "a mi me gusta tu voz, quisiera escucharte siempre hablar".
 
Ante eso Itachi sonrió un poco, aquello le hizo sentir una calidez en su pecho pero aún así no levantó la vista para mirar al rubio.
 
Quería animar a ese pequeño azabache y al ver que era muy callado, continuó "Yo... sabes, la lluvia me gusta, siempre puedes jugar en los charcos o tener el parque sólo para ti pero ahora creo que me encanta porque... " hizo un pausa para inspirar un poco de aire "porque pude encontrarte a ti" soltó, está vez si sintió sus mejillas calientes.
 
Estaba haciendo frío pero ironicamente sintió el calor llenar su cuerpo, fue ante aquellas palabras que recién fijó su mirada en el rubio, sonriendo porque aquel niño de ojos azules tenía un sapito en la cabeza, eso sí que le hizo gracia, "hay... creo que a tu amigo no le gustan las alturas" fue lo único que pudo decir señalando con su pequeño dedo hacia el sapito.
 
Algo curioso tocó su cabeza, buscando entre sus rubios mechones, hallando al final al sapito "Ah, je je... lo siento amiguito, se me olvidó que estabas en la cubeta".
 
Itachi sólo lo miro curioso, viendo como Naruto sostenía entre sus manitas al animalillo.
 
Puso nuevamente al viscoso animalillo en la cubeta, y más animado se aventuró a tenderle la mano a Itachi "Vamos a jugar" ofreció notando que tenía la total atención del azabache "tal vez seas un poderoso mago o un gran héroe y hay alguien que nesecite tu ayuda..." no tenía idea de por dijo eso pero el ver un brillo de ilusión en aquellos ojitos negros; continuó "Si, y yo puedo ser tu amigo de aventuras, podríamos recorrer por el mundo, salvar a una princesa, encontrar un tesoro en el fondo del mar y... ¡mira! puedes usar tu magia y convertir a Gamma en un enorme dragón o hacer que crezca 5... no! 10 metros de altura.
 
Ser un mago, un pirata o un héroe... aquellas opciones le gustaron. Itachi tomo su mano, esperando que nunca lo soltaran, su sonrisa fue correspondida por Naruto.
 
Vivir aquellas aventuras valían la pena aún sabiendo que al llegar tarde a casa seguramente sus tíos lo castigarian.
 
 
 
 
 
 
 
 __________*_________
 
 
"¿Recuerdas la vez que te conocí, y dije que yo seria el héroe y sacaría tu zapato del río dattebayo?"
 
"Si, terminaste cayendo y estabas sosteniendote de un tronco, al final tuve que salvarte yo" Soltó una risita ante el recuerdo.
 
"Si, eso fue una locura..." abrazó más al azabache sintiendo la cálida espalda rozar su pecho "Y bueno también quise mostrarte que era bueno encontrando tesoros... "
 
"Es verdad, y solo logramos encontrar un par de zapatos gastados, una paraguas rota y una rana muerta."
 
"Hey, fueron buenos tesoros 'ttebayo" sonrió, escondiendo su rostro en los mechones oscuros.
 
"Lo dudo, a tu madre no le causo gracia."
 
"Bueno, ella es algo difícil. Recuerdo que cuando te lleve por primera vez a casa, todos creyeron que eras una niña, incluso Kushina se puso feliz, tanto que comenzó a hablar sobre nietos, aún recuerdo la cara que puso cuando supo que eras un niño y yo le dije que me casaría contigo." Hundió más su nariz en la nuca del azabache "Ella quería que me casará con una buena chica que le diera nietos, es por ello que insistía en que saliera con la hija de los Hyuga, creo que el ser terco está en mis genes, nunca pude complacerla, yo ya te tenía a ti, no podría cambiarte, Itachi"
 
"Lo se, yo tampoco te dejaría, Naruto. Jamás podría, recuerda que tenemos que recorrer el mundo juntos."
 
"Itachi, nunca me dejes." Susurró.
 
"No lo hare" respondió.
 
 
 
 
Notas finales: Bien, ahí lo tienen... :D
 
¿Les gusta la lluvia?
 
A mi si me gustan los días lluviosos en especial cuando estoy observando detrás de la ventana a los desafortunados que corren de aquí para allá. Muajajaja... soy cruel.
 
Ya bueno, recuerdo que detrás de mi escuela solia ver charcos repletos de sapitos, lástima que solían terminar reventados ya que muchos los pisaban... Ugh, tripas de sapos por doquier.
 
Bueno, ya saben, dudas, preguntas, observaciones o felicitaciones, un review; no cuesta mucho (sólo su tiempo jeje) y anima al escritor (mucho, demasiado, a veces enloquece al recibir uno... D:  ok no :D)
 
Sin más me despido... gracias por leer y comentar (si vas a hacerlo, claro :D)
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).