Estaban ahí, parados frente a frente, se veían fijamente a los ojos, ninguno decía nada y es que… realmente no había nada que decir.
La anciana Gothi hacia unas señas con su basto, los presentes miraban atentos a cada gesto de los que estaba ahí parados frente a ellos.
Hoy se celebra algo importante, muy, muy importante, hoy se celebra la boda de Hipo Horrendus Haddock III, líder de los Gamberros Peludos y Camicazi líder de las Bog-Burglars. Ambos líderes de las tribus vikingas más fuertes de aquellos tiempos. Ambos estaban destinados a estar juntos desde que nacieron, prácticamente se habían comprometido desde que tenían memoria.
Se miraban con melancolía, amor, tristeza y profunda negación, sentimientos contradiciendo a otros, imposible de deducir a simple vista. Se amaban, pero no tanto para llegar a casarse, se querían, pero no tanto como para estar juntos toda su vida, se anhelaban, no tanto como para prosperar como pareja y sobre todo se respetaban pero no para tener familia.
Nunca planearon ser más que amigos, pero ahí estaban, frente al altar a nada de contraer nupcias. Si tan solo las cosas hubieran salido bien desde el principio, si tan solo “ellos” no los hubieran abandonado.
-Feliz cumpleaños-
La rubia tomo las manos contrarias una vez que la anciana hizo la seña para aquello. Hipo se estremeció, no creía posible que la mujer aun recordara su cumpleaños, sobre todo con todo lo anterior.
-lo recordaste- inclino su cabeza.
Ella asintió. Dando un nulo hincapié a comenzar una plática en medio de la ceremonia, podrían estar ambos en contra de esa unión, pero, ya no tenían nada que perder, Toothless y Valkyria se habían ido para jamás volver… no había nada en ellos.
Estaban tan vacíos que ya nada tenía importancia para ellos, ni siquiera respirar se les hacía algo vital para vivir, sus miradas sin brillo, su piel pálida como el hielo, ya no tenían alma.
Después de todo fue su culpa.
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-¿cómo te atreves a venir a mi casa, amenazar a mi dragón, amenazar a mi tribu y a amenazarme a mí?-
Camino furioso hacia el hombre rubio que estaba sentado sobre la silla de su padre.
-pobre e inocente Hipo- rio con sarcasmo- ¿enserio crees que le importas?- tomo un vaso con agua que estaba sobre la media luna y lo miro unos segundos- en unos años ese amor y cariño que siente por ti se irán- giro lento el vaso. Levanto su vista – y te quedaras realmente solo.
Se quedaron en silencio.
-¡REALMENTE NO LE IMPORTAS EN ABSOLUTO!- lanzo el vaso con agua cerca del dragón, pero solo pudo ver a un chico regordete y rubio que salía debajo de las cobijas.
-¿qué?- exclamo Grimmel con asombro.
-sorpresa-
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La brisa soplo fuerte. Pareciera que el cielo, que los dioses, que el mundo entero se opusiera a la unión de dos almas antes destinadas a estar juntas.
Zafiros y esmeraldas chocaron, pero no hubo nada, no había ni siquiera una pisca de cariño entre ambos en ese momento.
-Hipo, prometes amar y respetar…- las palabras de Bocón se perdieron en el viento.
Esto estaba por llegar a su fin.
No podían permitirlo, no podían seguir avanzando.
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-¿veneno?-
Camicazi sostuvo su espada con fuerza y se mantenía a un lado de Hipo, a si evitarían ataques sorpresa.
Los demás se encontraban escondidos sobre las vigas de madera y el dragón de Valka se encontraba cerca por si la situación se ponía demasiado intensa.
-así es chica lista- miraba tranquilo a ambos, eso les preocupo.
-te crees asesino de dragones y tienes dragones, dime algo que sea más hipócrita que eso- escupió Hipo con asco.
-te lo tengo que decir con manzanas. Estos son dragones mata dragones, los drogas con su propio veneno y listo, hacen todo lo que yo les diga, ni siquiera tu estúpido dragón podría con una de estos.
-das asco- Camicazi dijo con ira.
-tal vez, pero será útil con ustedes-
-nosotros…- la rubia dijo lento. Trataba de procesar aquello que el hombre había dicho, sabía que tenía sentido en cierto modo lo que estaba balbuceando, pero no lo encontraba.
- tener al mejor amigo del Alfa será bueno para garantizar mi triunfo, no es que no lo haya tenido ya garantizado pero, esto nunca está de más-
Reacciono demasiado tarde.
-¡HIPO!- lo tomo por la espalda antes de que cayera el suelo.
Ahora lo entendía, él era más dragón que humano y había fallado en algo tan simple que no se sintió con el derecho de llamarlo ni por su nombre.
-no- su mano tembló antes de tocar la mejilla del castaño.
-ahora tú linda-
Disparó pero el veneno nunca llegó.
-¡Valka yo!-
-¡Llévate a Hipo de aquí!-
-si-
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-acepto- su voz tembló y tartamudeo un poco antes de responder finalmente.
Ambos apretaron sus manos, estaban incomodos al sentirse así.
Su padre, y su madre, las personas que los criaron les habían dicho que “este día” debía ser el más feliz de su vida pero estaba lejos de serlo. Solo podrían llorar en silencio todas las noches de sus días.
-y tu Camicazi…-
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-Mira nada más que tenemos aquí, al ALFA de todos los dragones- camino Grimmel alrededor del reptil. Este se encontraba protegiendo a su “pareja” la dragona de Camicazi en ese entonces, nada más y nada menos que… Valkyria.
El dragón alzo sus alas y su torso comenzó a iluminarse de su característico tono azul.
-crees que te mataría y se acabaría- rio con sarcasmo-no me hagas reír, hay más vías para hacerte daño- dio unos pasos hacia atrás- Es una pena que no lo haga yo directamente pero así tu sufrimiento será mayor-
El alfa gruño amenazante.
-¿sabes que se siente ser asesinado por la persona que más amas?- eso desconcertó a Toothless.
No sabía porque le preguntaba tal cosa, no tenía que ver con el contexto de lo que pasaba en ese momento, ¿acaso quería confundirlo?
-pues, creo que ahora lo sabrás-
Un humo se esparció por todo el lugar y cuando creyó estar más ciego que un topo, diviso la figura de su niño.
Corrió de inmediato a él para protegerlo pero no se esperó lo que le siguió.
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-¿Camicazi?- hablo Bocón
-eh- comento distraída.
-¿aceptas a Hipo como tu cónyuge?-
-sí, acepto…-
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-debemos ir a rescatar a Hipo- entro Eret a la habitación. Ahí mismo se encontraban Patapez, Patán y Valka quien curaba la herida de Camicazi.
-¿cómo?- hablo triste la mujer- no tenemos nada, ni dragones, ni guerreros, ni a Hipo…-escondió su cabeza entre sus manos. Sí que era la peor madre de la historia.
-¡ESO QUE IMPORTA!- miro a la rubia- Tú piensas casi como Hipo, dime, ¿Qué haría él en estos momentos?-
-llorar-
-y luego-
-hacer algo estúpido-
-¿Qué exactamente?-
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-ahora como tradición de las Bog-Burglars, Camicazi le cantara una canción a su prometido antes de dar por hecho esta unión- el rubio hizo una seña.
- Dette er som å leke med murstein. (Esto es como jugar con ladrillos)
Jeg bygger med detaljerte Steiner (construyo con piedras detalladamente)
Dette er som å leke med murstein. (Esto es como jugar con ladrillos)
Min boks er tom (mi caja esta vacia) -
Quería llorar en ese momento, pero… sino lloró antes no lo hará ahora.
- Plutselig bryter du mine vegger med dine skitne hender (de repente rompes mis paredes con tus manos sucias)-
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-¡ESTO FUE MALA IDEA!- gritaba Patapez mientras caían al vacío.
-debimos aprender a volar primero estas cosas- le siguió Patán con los gritos.
-concéntrense- hablo la castaña seria.
Debían hacer esto bien o morir en el intento.
-¡HIPO!- lo vio
Estaba justo al lado de uno de los dragones de Grimmel. Lo vio, ahora sino no fallaría.
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Toothless se congelo.
Hipo, su Hipo le estaba apuntando con una ballesta, justo en la cara. No pensó que esto llegará a pasar, el menor no era esa clase de persona, él no era así. Lo conocía como la palma de su mano, estuvieron juntos años y… no podría acabar así.
Trató de acercarse más al humano, tenía que asegurarse de que todo era una vil broma, una trampa para derrotar a Grimmel, una trampa para poder liberar a los dragones, una trampa para que todo esto acabara… pero no lo fue.
La lanza no fue para él, pero si le dio a algo.
El apenas sollozo de la dragona se escuchó en el ambiente tétrico. El ruido seco de su cuerpo al caer dejo paralizado al alfa.
Había matado a un dragón, su Hipo, su niño, su amigo, su amor, su todo, se había convertido en lo que un día juro no ser.
Hipo Horrendus Haddock III, líder de los Gamberros Peludos, era oficialmente un “ASESINO DE DRAGONES”
Ese ya no era su niño, ya no era la persona de la cual se enamoró, era alguien diferente, alguien cruel, despiadado, sin corazón, era un simple humano más del montón.
En ese momento el cielo se tiño de un rojo infierno.
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- Den dagen var det en så brennende solnedgang (Ese día, fue un atardecer tan ardiente)- canto una vez más.
Estaba por terminar.
- Jeg gjemte steinene foran deg (Escondí las piedras frente a ti)
Triste minner om barndommen min (Tristes recuerdos de mi infancia, vuelven a mi)
Er det destroyer eller skaperen? (¿Es el destructor o el creador?
Vi bølger våre sverd med den brennende aske av jeg hater (Agitamos nuestras espadas con las cenizas ardientes del odio)
Tenían que para esta unión a como diera lugar.
- Dette er vår skjebne eller vår vilje? (¿Es este nuestro destino o nuestra voluntad?)
Vi vil kjempe til den brennende luften opp det oss fjerne den vinger (lucharemos al aire ardiente hasta que nos quiten las alas)-
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Toothless estaba molesto, jamas creyo sentir algo asi por Hipo pero lo sentía, hoy en el vigésimo primer cumpleaños del castaño, él, el dragón alfa, lo declaró como una amenaza.
Rugio tan fuerte como pudo llamando la atención de cualquier dragon a kilómetros, dio retirada, por nada del mundo pelearía contra Hipo.
-Mátalo- hablo con frialdad el rubio.
Volvió a lanzar contra el dragón y este solo rozo una parte de su cara pero fue lo suficiente para que el reptil se mostrara molesto por aquello.
La mirada tan muerta de Hipo lo estaba matando ahí mismo, pareciera que su todo jamas hubiera existido, que su mundo entero fue una total farsa, nunca fue real.
Extendió sus alas dispuesto a irse fuera del alcance del muchacho, pero cuando estaba por hacerlo Hipo finalmente habló.
-¿presa o cazador?, ¿Cuál escoges?-
El dragon le miro unos segundos.
-yo elijo el cazador- apunto la ballesta al dragón.
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-No hay nada dentro de mí
No perderé nada
Escondí los ladrillos frente a ti
Protejo el muro cuidadosamente con piedras-
Ya no cantó lo último en su idioma natal, era mejor que todos escucharan aquello último.
Después de todo, no había nada ya dentro de ella, dentro de ambos.
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Toothless miro triste al menor, ya no regresaría jamas.
El gruñido de los dragones distrajo un momento a ambos.
-nos encargaremos de esto- hablo Valka- ve con Hipo-
Camicazi no dijo nada solo corrió.
-¡tras ellos, vayan tras ellos!- mando Grimmel a todos sus dragones ignorando a la rubia que corría a toda velocidad.
-¡Hey, Grimmel!- tomó entre sus manos una pequeña bomba de gas que Hipo había inventado hace tiempo- ¡mata esto!- lanzó la esfera hacia él y una gruesa capa de humo verde se expandió – ojala te mueras- lanzó la espada en llamas hacia el humo. Una gran llamarada se expandió y quemo el lugar.
Hipo ignoro aquello y volvió a Toothless.
Disparo y logró dañar su ala derecha. Y el dragón gruño de dolor.
Estaba a punto de quemarlo vivo hasta que llegó Camicazi y tomo a Hipo por la espalda tumbándolo al suelo.
-¡VETE!, ¡HUYE! No vuelvas- miro desesperada mientras sus ojos se cristalizaban gracias a las lágrimas que comenzaban a caer.
Hizo caso y de un rugido los demás dragones comenzaron a seguirlo. Jamas volverían.
-Lo siento tanto- tomo una pequeña navaja de bolsillo y corto el collar que administraba el veneno el en cuerpo de Hipo. El collar cayó al suelo- no hay nada, no hay veneno-
-no, no lo hay- hablo con tono quebrado el menor.
-tenía razón-
-¿razón?-
-harías una estupidez-
-el idiota fue Grimmel, ni lo noto-
-¿realmente él fue el idiota?-
-tal vez-
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-Ahora si aquí hay algún presente que se oponga a esta unión, que hable o calle para siempre- tradujo Bocón.
Ambos se miraron y asintieron… no podían hacerlo.
-YO- hablaron ambos fuerte y claro.
Que no quede duda alguna de, que, Hipo y Camicazi no se aman ni un poco.
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-mate a Valkyria… tal vez si soy un “Asesino de dragones”-
Ambos ahora se encontraban sentados sobre el césped, frente a ellos aún se encontraba el cadáver de la dragona y el cielo se tornó de un oscuro abismal.
-lose, la vi…-
-¿estas enojada?-
-estoy decepcionada, había mejores soluciones-
-sí, lose… él, ya… no volverá-
-no, jamas-
-Feliz cumpleaños Hipo- miro a la oscuridad, a la nada.
-aún falta-
-por si acaso-