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Last Seconds por Serpentra

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Notas del fanfic:

Hola! Este fanfic lo subi hace tiempo y lo quite cuando la pagina fue hackeada pero ahora quiero compartirlo de nuevo y poder compartir muchas cosas más!

Quizas no haya quedado muy bien porque no es lo que usualmente escribo pero en el momento nos agrado mucho hacerlo. 

 

Pronto se uniría a las filas del Señor Tenebroso, aunque sentía que era muy joven, tenía solo 16 años y creía que aún le faltaba vivir un poco. Su familia, todos sangre pura por cierto, aun no lo había comprometido para casarse pero ya estaba destinado a servir al Lord. No es como si le molestara la verdad, no tenía más mundo que el Quidditch, su vida era seguir al pie de la letra lo que decía su madre, no tenía novia o novio, no tenía amigos, la verdad es que no se relacionaba mucho con la gente, durante el día se sentaba en algún lado a leer cuando no tenía practica de Quidditch.      
También tenía un secreto uno muy grande y bien guardado solo para él, trataba de darle la menor importancia posible pero a veces fallaba, ¡Que digo a veces, siempre fallaba! Todo el tiempo su mirada se desviaba hacia él.  De cierta forma ya había admitido su atracción, gusto, enamoramiento o lo que sea que fuese, ya venía desde hace años, de la primera vez que lo vio junto a su hermano, su enemigo mortal gracias a lo inculcado por su madre, aunque en algunas ocasiones no pensaba lo mismo que ella, es más pensaba que su hermano era mucho mejor que él, pero eso daba igual, lo que creían era tan diferente que jamás podrían congeniar.
Sus sentimientos confusos por James Potter siempre lo hacían caer en un vacío, derrumbaba todos los muros que había construido para sentirse seguro, nunca iba a poder expresarle su amor, mucho menos ahora que faltaba tan poco para que sus mayores salieran de Hogwarts e iniciaran unas vidas muy diferentes y muy  lejanas a la que él llevaría. Por eso había ideado un plan, uno muy estúpido en todo sentido, y porque no decirlo, muy deshumano, pero no había otra forma de poder estar con él, quizás y solo tenía que sacarse ese deseo de estar con James y todo este asunto de opresiones en su pecho, celos y lágrimas terminaría.
Seria hoy mismo después del partido de Quidditch. El cual habían perdido ante Gryffindor nuevamente. Decidió despejar su mente y poner un 100% de empeño en lo que estaba dispuesto a hacer, cuando vio su oportunidad fue por ella. Extrañamente James iba solo a la torre de Gryffindor, tampoco es que haya visto a los amigos de este muy entusiasmados en el partido, solo estaban preocupados por ese mestizo, el chico Lupin, y para peor se fueron antes de ver cuando su casa gano, le daban tanta rabia aquellos chicos que no aprovechaban de estar el mayor tiempo posible con James, pero claro a ellos no los traía locos como a él.
Había seguido a James por largo rato y ahora ya no estaba seguro si se estaba dirigiendo a la Torre de Gryffindor porque ni siquiera sabía dónde estaban, James entro a un salón que se estaba ahí al fondo, no estaba seguro si entrar pero que más podía hacer? ¿Tragarse su plan e irse al carajo y vivir una vida miserable lejos de la primera persona por la cual sentía algo o seguir adelante? Se encontró a si mismo abriendo lentamente la puerta del salón, qué más da? Ya tenía todo preparado para lo que sea que viniese. Lo vio recargado sobre el escritorio del profesor guardando un pergamino en su túnica y cruzándose de brazos
- Tú crees que soy estúpido y no me iba a dar cuenta que me estabas siguiendo? – Regulus estaba mudo, no esperaba ser encarado de esa forma, todo su valor se convirtió en nada, dio media vuelta para irse del lugar y olvidarse de todo esto tan patético que tenía en su mente – Te vas tan pronto – con un ágil movimiento de varita James cerró la puerta con algún encantamiento frente la nariz de Regulus – Ahora dime – dijo acercándose a él y apuntándolo con la varita - ¿Pensabas atacarme por la espalda? ¿Tan malhumorado te ha dejado perder frente a nosotros de nuevo? – Decía con una sonrisa burlona – Responde!
- Yo no… - dijo temeroso, nunca había visto a James así
- ¿Ni siquiera vas a sacar tu varita para pelear como un hombre? 
- Yo no quería pelear – era ahora o nunca, James pareció relajarse y bajo un poco su guardia
- ¿Entonces por qué me sigues?  - Regulus avanzo un poco hacia James lo que hizo que este levantara su varita, pero la bajo estupefacto al ver lo que estaba haciendo Regulus
- Solo… solo por un momento, solo un momento quiero ser tuyo – dijo y siguió con su labor de desvestirse, su pecho blanco se encontraba desnudo, sus pezones rosados al igual que sus mejillas y sus manos temblando nerviosamente se dirigían a su pantalón
- ¿Pero qué haces? – dijo James afirmando las manos de Regulus pasando a rozar el tibio cuerpo del chico
- Ya lo dije, quiero ser tuyo – en un rápido movimiento se afirmó fuertemente de los hombros de Potter e impulsándose se acercó a sus labios para besarlo, solo labios con labios juntos sin más interacción, sentía las manos frías de James tratando de alejarlo sin ponerle mucho esfuerzo, mordió el labio del chico mayor para dar paso a un beso pasional, uno que fue increíblemente bien recibido por James quien empezó a cooperar en la danza de sus lenguas y mordidas aflojando un poco el agarre de sus caderas
- Esto está mal – dijo James cuando se tomaron un respiro – por fin estoy con Lily y tu…
- Después lo olvidaras
- No lo creo – agarro fuerte su trasero y lo levanto de las piernas haciendo que Regulus las enredara en su cintura se acercó al escritorio más grande y se apoyó ahí como lo había estado hace nos minutos solo que ahora Regulus estaba encima de él frotando las crecientes erecciones, cerro automáticamente los ojos envuelto en placer aun sosteniendo al chico quien jadeaba cerca de su oído, dejo de sentir peso y abrió los ojos para encontrarse a Regulus de rodillas ansioso abriéndole el pantalón, saco todos los pensamientos de su mente y solo se concentró en lo que estaba sintiendo, en la mirada de Regulus mientras frotaba su miembro sobre la tela de su ropa interior
- Puedo hacerlo? – le pregunto, como si no hubiera hecho lo que había querido hasta ahora
- Si – dijo con un suspiro
- Mírame – demandante, James poso sus ojos sobre el chico para verlo sacando su pene y mirándolo con fascinación, dio la primera lamida lentamente cerrando los ojos como si estuviera probando la paleta más deliciosa del mundo para después meterlo de golpe a su boca rozándolo un poco con los dientes mirándolo mientras su cabeza subía y bajaba por su longitud, se notaba que Regulus era inexperto pues no tenía la mejor de las técnicas pero ponía todo su empeño en abarcar todo de él, James lo miraba hipnotizado, no podía despegar los ojos de aquello que se le estaba haciendo tan llamativo, pero quería más, más de Regulus.
Lo separo de su miembro con un tirón de cabello y levanto al chico tomándolo por las axilas, cambiando de lugar dejo a Regulus apoyado en el escritorio dándole la espalda
- Bájate los pantalones – demando mientras besaba su espalda, Regulus hizo caso enseguida dejando ver su ropa interior apegada a su trasero redondo, James los bajo rápidamente y se inclinó a morderle una nalga, Regulus jadeo y tomo su propia erección y empezó a acariciarla lentamente mientras sentía como James estampaba su mano fuertemente en su parte trasera, sintió como separaba sus nalgas y acariciaba su entrada con un dedo húmedo que no tardo en entrar.
Mordió su labio tan fuerte que lo sentía palpitar, le estaba doliendo, si un dedo dolía eso ya se imaginaba a James dentro de él, probablemente lo partiría en dos, pero eso era lo que quería sentir a James aunque sea una vez en su vida, sintió la cabeza del pene de James rozar su orificio mientras trataba de reprimir sus gemidos
- Estas listo?
- Solo hazlo – Seria la peor primera vez en la historia, porque James entraba y le dolía como el infierno, se aferró con ambas manos al escritorio porque sus piernas estaban flaqueando, el falo de James ya había entrado por completo, pero algo que no se esperaba Regulus además de que este dejara que su trasero se acostumbrara a la intromisión fue que agarrara su erección y la masturbara con parsimonia. Regulus fue quien inicio el movimiento de caderas dando a entender a James que ya estaba listo para seguir, escuchar los jadeos y suspiros de James fue la mejor melodía que sus oídos habían escuchado, el golpeteo lento y obsceno mas todas las sensaciones que sentía cuando entraba y salía de su ser y la mano que aún seguía en su miembro lo estaba llevando rápidamente al clímax pese al dolor que aun sentía
- Gime un poco para saber que lo hago bien – le dijo James apretando la cabeza de su miembro  
- Lo haces más que bien – sus palabras motivaron al chico para que se moviera más rápido, cuando toco algo dentro de él que lo hizo gemir sin siquiera quererlo, James siguió masturbando a Regulus mientras daba en ese punto exacto que hace poco había encontrado
- Yo ya… - dijo Regulus a penas
- Yo también – con toda la fuerza que le quedaba Regulus afirmo las caderas de James para que no saliera de él hasta terminar, golpeteando más fuerte James solo se dejó con su mano aun en la erección de Regulus, sintió como por su mano escurría la semilla de Regulus mientras el orificio de este le apretaba su miembro y se corrió dentro de él sin más afirmando sus caderas para que el delgado chico hermano de su mejor amigo no cayera al piso. Agitados, pasando los segundos de su orgasmo James salió del chico pues creía que lo estaba lastimando
- Estas bien? – le dijo mientras lo ayudaba a sentarse delicadamente, Regulus se encontraba desnudo, mientras que el con los pantalones y los calzoncillos a la altura de las rodillas. Realmente había pasado? Se dijo mientras subía su ropa, le vino una repentina desesperación, había conseguido salir con Lily y resulta que la engañaba, no sabía cómo había caído en esto, sus hormonas simplemente no lo dejaron pensar con claridad
- Porque lo hiciste? Porque me sedujiste Regulus? – decía mientras se daba vueltas en círculos por el lugar, mientras James se lamentaba Regulus se vestía con cuidado pues aún se sentía débil y le dolía mucho todo en especial su corazón
- Acaso no es obvio – dijo ganando la atención de James que lo miro, Regulus se veía sudado con cabellos pegándose a su frente y estaba desarreglado, no parecía el Slytherin pulcro que era siempre – Creo que te amo James
- Regulus yo no…
- No me amas lo sé, no deberías tampoco pero ya te lo dije, lo vas a olvidar
- De que hablas – Antes que James dijera una palabra más Regulus había levantado su varita
- Obliviate – El hechizo dio de lleno en la cabeza de James no tan potente para borrar todo los recuerdos que tenia de él si es que tenía alguno, solo borraría lo que había pasado hace unos minutos, James parpadeo un poco viendo a Regulus con la varita en alto
- Que haces estúpido?
- Tú me empujaste aquí y me retaste a pelear imbécil que acaso no recuerdas –grito, James vio su varita en el suelo y a Regulus bastante desarreglado como para estar mintiendo
- Regulus – dijo levantando las manos, era luna llena y ya tendría que estar con sus amigos – no tenemos por qué hacer esto, podemos dejar este conflicto para después – Regulus que ya no quería estar de pie frente a él, asintió, bajo su varita y camino lo más rápido que sus piernas lo dejaron a la salida bajo la atenta mirada de James –al parecer fue un duelo parejo, tu estas herido y yo aturdido
- Claro – dijo para irse lo más decente que pudo. Al llegar a su habitación compartida no pudo hacer cosa más que ir al baño y ducharse, varios minutos bajo el agua, no era simple calentura lo que sentía o creía sentir por James Potter, quería ser parte de su vida, quería más noches como esta, quería que James lo quisiera pero ya las cartas estaban puestas en la mesa y como James dijo él quería a Lily Evans, al menos no había tenido que usar el maleficio imperius como tenía en mente para poder estar con James. 


Habían pasado dos años de aquel suceso que seguía apareciendo en sus mejores sueños aunque hubiese sido tan efímero.
Aunque nunca había estado con nadie más y seguía pensando en James Potter, ahora tenía otras preocupaciones.
Al fin había llegado su oportunidad de servirle al señor Tenebroso.
Aunque quizás no fuera directamente, pero igual era ayudar a restablecer el estatus y la importancia que los sangre pura merecían. Haría tan feliz a su familia, aunque sentía pena por tener que dejar a Kreacher a manos del Lord pero lo valía.
 Ordeno a su elfo cumplir su misión y luego volver, quería saber de lo que se iba a enorgullecer y así podría inflar su pecho para decir que gracias a su ayuda el Lord estaba en lo alto.
Ya había pasado un buen rato, horas, y Kreacher aún no volvía, no aguanto más su impaciencia y lo llamo, pero lo que vio al llegar la pobre criatura debilitada y alucinando le partió corazón, su elfo quien lo había cuidado y se había preocupado por él y por atenderlo de la mejor manera toda su vida estaba a las puertas de la muerte, hizo lo mejor que pudo para que su elfo siguiera con vida y lo logro pero la rabia que estaba sintiendo hacia el Lord era algo que no podría parar.
 Al ser él un sangre pura nunca entendió el dolor que sentía la otra gente al perder a un ser querido en manos del Lord pero ahora era diferente, ahora se había metido con él directamente. Quizás fuera un tonto como alguna vez lo había nombrado su madre por apreciar a ése elfo pero fue el único que estuvo con él siempre, en su niñez, en su adolescencia y en su temprana "adultez", solo Kreacher había estado ahí cuando su hermano no quería estar con él y lo llamaba tonto, solo él estaba ahí cuando su madre ponía un gran peso sobre sus hombros, solo el sabia su más grande secreto y lo animaba cuando estaba solo se sentía mal, pero ahora estaba así por culpa del Lord y de él también por consentir eso sin siquiera preguntar nada.
Después que Kreacher se calmara un poco hizo que le contara lo que había pasado, a duras penas el elfo le conto como el Lord lo llevo a una cueva junto al mar, cruzaron un rio muy tenebroso con cosas moviéndose debajo, y ahí el Lord lo obligo a beber un líquido de una fuente, una poción, una horrible poción que lo hacía sentir no querer vivir, que le quemaba las entrañas y lo hacía ver cosas horrorosas. Cuánto termino de beberla toda, el Lord dejo un guardapelo en la fuente y volvió a llenarla, luego se marchó dejando al elfo a ahí,  aquellas cosas que se movían en el agua se empezaron a acercar a él y arrastrarlo al agua cuando el amo Regulus lo llamo, fueron las palabras del elfo que lo hicieron reaccionar, quizás había estado equivocado toda su vida como su madre y todos los que pensaban como aquel hombre o monstruo que ahora sabía que era, ordeno a su elfo a describirle detalladamente el guardapelo, y que lo llevará a ese lugar.
Las condiciones de la cueva habían cambiado, ahora para poder pasar había que pagar con sangre la entrada al lugar, su elfo rápidamente ofreció la suya, pero Regulus no lo dejo, él había cooperado en esto ahora él lo resolvería, con las indicaciones del elfo llegaron hasta la fuente, obligo a Kreacher a prometer que pasara lo que pasara, si él no era capaz de seguir bebiendo aquello, era su deber como elfo darle hasta la última gota, cambiar el guardapelo y hacer lo que sea para destruirlo.
Bebió hasta la última gota con ayuda del elfo, alcanzó a ver al elfo cambiar el guardapelo y la fuente llenándose cuando sintió unas manos encima que lo arrastraban hacia las profundidades, eran inferis, cadáveres poseídos con magia oscura y ahora su destino seria ser uno de ellos, sus últimas palabras fueron "Vete Kreacher" antes de quedar completamente sumergido. Vio su corta vida pasar frente a sus ojos, todo lo que pudo haber hecho y no.
Pensó en como desperdició toda su vida, siendo solitario y superficial, fácil de manipular ocultando siempre sus verdaderos sentimientos por miedo al rechazo. Pensó en su hermano, cuánta razón había tenido siempre ese pulgoso, ahora se daba cuenta que debió haberlo seguido a él, moriría en unos instantes sin haberle dicho a su hermano que tenía razón, que siempre tuvo razón y que en el fondo admiraba su valentía y determinación, y que lo quería, que lo que más quería en el mundo era su amor de hermano pero tomó otro camino, el camino equivocado.
Pensó en el estúpido de James Potter, su amor no correspondido, ni aunque hubiera decidido enmendar el rumbo hubiese sido más para ese chico, quizás solo un amigo y eso puede haberle bastado para ser feliz, poder estar cerca de él,  tener amigos, y posiblemente ser importante para James. Pero siempre había sido ignorado por dejarse llevar, sus años en Hogwarts espiándolo, mirándolo en secreto y amándolo a la distancia. James estaba enamorado de la chica Evans y eso era algo que nunca iba a cambiar ni por más que él lo amara, ahora se llevaba consigo el secreto de haber tenido la mejor noche de su vida que se sintió por lo menos deseado por James.
Le faltaba el aire, en sus últimos momentos pensaba en su mirada despectiva que siempre le dirigía, su sonrisa traviesa luego de realizar una broma y su clara felicidad al estar con sus amigos.
Él hubiera querido eso, pero no, ahora su corazón se había detenido y solo le quedaba un pequeño atisbo de conciencia que poco a poco iba perdiendo.
 
Cuanto había pasado? Años, siglos, segundos? Había alguien en la cueva y ellos tenían que atacar, en la superficie, el joven que estaba con alguien que reconoció como Dumbledore, era James. No ese chico no era James, sus ojos no eran iguales a los que recordaba, tenía los ojos de Evans pero debía ser hijo de James porque era su viva imagen, él había sido feliz y eso lo alegraba. El muchacho tenía el guardapelo en sus manos, significaba que habían descubierto a Voldemort y ahora por fin el alma de Regulus podría descansar en paz.

Notas finales:

Gracias por darle una oportunidad!


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