Aomine escanea sigilosamente la situación.
Esa maldita chica rubia no debería estar colgada del brazo de Kagami, ni tampoco debería sentarse a comer junto a Kagami, ni tampoco debería invitar a Kagami a su casa después de clases, ni tampoco debería seguirlo hasta la azotea.
¿Qué rayos está pasando?
Frunce el ceño enojado y cuando ve que la chica rubia le sonríe enternecida y con aire coqueto, Aomine siente que se va a volver loco. Por ello no duda en sujetar cualquiera extremidad de Kagami y arrastrarlo hasta el baño, encerrándolo en uno de los cubículos.
—Uh, ¿Qué ocurre? —pregunta desconcertado y acaricia un poco su muñeca, porque el agarre fue demasiado brusco para lo que él acostumbra a recibir de su novio.
— ¿Y te atreves a preguntar? —Se cruza de brazos y alza una ceja.
—Bueno…, realmente no sé qué está pasando aquí. —Rasca su nuca y Aomine rueda los ojos.
— ¿Qué tienes con esa tipa? —pregunta directamente y Kagami ladea la cabeza, con notable confusión.
— ¿Qué tipa? —Frunce el ceño con duda y Aomine palmea su frente.
— ¿Me quieres ver la cara de estúpido? —Pregunta serio y Kagami sonríe divertido—, ¡No te rías! —regaña enojado.
—Lo siento, recordé el meme. —Cubre su boca y carraspea, poniéndose serio—, Ahora sí, lo siento.
— ¿Qué hay entre Hana y tú? —Alza una ceja y Kagami sujeta su mentón.
— ¿Entre ella y yo? —Se queda un momento en silencio y se sienta en el retrete, notablemente desconcertado—, Uh, no entiendo… ¿Qué se supone que debe haber?
— ¿Ella se te confesó verdad? ¡Quiere meterse en tu pantalón y que la folles! —Desvía la mirada, frunciendo el ceño con aún más enojo.
— ¿Ah? —Frunce el ceño y se queda mirando a Aomine por varios segundos—, Espera. —Sonríe incrédulo—, ¿Tú crees que Hana está interesada en mí? —Frunce el ceño con repulsión.
—Ha estado apegada a tu culo toda la semana —comenta indiferente—, Nos sigue a casa, a la azotea, a la cafetería…, falta que solo entre al baño y nos siga a cagar. —Rueda los ojos y niega con la cabeza.
No está para nada feliz, porque por culpa de esa chica no ha podido tontear con Kagami.
—Esa idiota no está enamorada de mí. —Rasca su nuca con incomodidad—, En realidad, ella está enamorada de ti. —Apoya el codo en la rodilla, y sujeta su mentón con la palma de la mano.
—Ah, claro. Ella me quiere a mí. —Asiente con la cabeza y luego frunce el ceño, mirando a Kagami con duda—, Espera, ¿Qué mierda dijiste? —Ladea la cabeza y Kagami exhala un suspiro.
—Ella solo se acerca a mí, porque como somos cercanos. Quiere que le dé información tuya. —Hace una mueca—, Cual es tu tipo de chica ideal, gustos en comida, en ropa, en deportes…, ella ha estado preguntándome toda esa mierda. —Se encoge de hombros y una expresión tranquila adorna su rostro.
—Entonces… ¿No me vas a cambiar por esa perra básica? —Pregunta con una sonrisa y Kagami rueda los ojos, chasqueando la lengua.
— ¿Y para que quiero a esa perra básica, cuando tengo a la mía propia en casa? —Alza una ceja y sonríe coqueto—, Eres mi Nicki Minaj personal. —Le guiña un ojo y Aomine sonríe.
—Genial. —Se inclina, dándole un casto beso en los labios—, Mientras no cambies mi pene por una de esas cosas de mujer que comienza con v, estaremos bien. —Hace una pausa y Kagami ladea la cabeza.
—Pero si el que está obsesionado con los pechos enormes eres tú. —Se cruza de brazos—, Yo soy el que debería preocuparme. —Hace un puchero adorable y Aomine sonríe, hincándose frente a Kagami.
—Jamás podría cambiarte. —Le da un beso—, Eres mi idiota favorito, ninguna chica podría remplazarte nunca.
Kagami se siente un poco avergonzado.
—Además, con ese culo que tienes, créeme, ninguna chica podría superarte. —Le guiña un ojo y Kagami suspira resignado.
—Muchacho imbécil y celoso. —Niega con la cabeza.
Aomine sonríe divertido y se pone de pie. Abre la puerta del cubículo, encontrándose con uno de sus compañeros de salón.
— ¿Qué miras idiota? ¿Tengo monos en la cara? —dice de forma violenta y abandona el baño sin decir nada más.
Kagami se queda sentando en el váter, pensando que su novio es realmente un estúpido.