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No te dejaré caer por Itan_neko

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Notas del fanfic:

¡¡Hola bebés!!

Hace MUCHO que no escribía, y como pueden notar, no tuve mucha inspiración (ni tiempo) en estos años. Sin embargo, ultimamente he tenido muchas ideas y ganas de escribir, así que les traigo este nuevo fic. Espero que les guste y dejen muchos reviews llenos de amor que con gusto responderé. :3

 

Y por cierto, sé que ya nadie lee los otros fics porque sólo tienen un capitulo y nunca más actualicé; pero me hice el propósito de terminar el de "Amor de hermanos". Así que esperen también actualización de ese.

 

P.D. No teman que deje a medias este fic porque ya tengo hechos casi todos los capítulos ;)

Notas del capitulo:

!Hola!

En los primeros dos capítulos más que la trama del fic van a ver la historia de los personajes, en este caso de Leo.

Suena la alarma, son las 6 am y los primeros y más tenues rayos de Sol entran por la ventana. Un par de ojos verdes se abren de a poco y un chico castaño de cabello ondulado y largo hasta el hombro se apresura a tomar su celular para terminar con el molesto sonido que había irrumpido su sueño. Todo está silencioso y sólo se escucha el canto de los pájaros mañaneros. De pronto se escucha agua caer, es la ducha que se ha abierto. Deseando seguir en cama, el chico castaño se despoja, desganado, del pijama que envolvía y mantenía caliente su delgado y pálido cuerpo; el agua caliente corriendo sobre su piel lo reconforta. Se queda unos minutos bajo la regadera, callado, sin hacer movimiento alguno, como esperando que el agua penetrando en su piel le devuelva la energía. El sonido del agua se detiene, una blanca y suave toalla va absorbiendo las pequeñas gotas que quedaron en su cuerpo; se abren algunos cajones y la tela de cada prenda se desliza por su cuerpo, unos jeans, una playera y una sudadera negra se amoldan a aquel chico esbelto. Sin decir nada toma su mochila y sale de la habitación; va a la cocina, come algo y se va. Las calles están solas, y aunque ya está más iluminado, el ambiente se siente frío, sólo se puede ver al chico desaparecer en el camino.

Es agosto, inicio de clases, otro año más en la preparatoria, los chicos conversan, hacen nuevos amigos y están emocionados por comenzar…

Leo, como siempre, pasa inadvertido entre los pasillos tratando de evitar cualquier tipo de contacto visual, la verdad es que la gente no le gustaba mucho.

Sonó el timbre indicando que era hora de entrar al aula.

-Muy buenos días, chicos. Bienvenidos a su segundo año, espero que lo disfruten mucho y obtengan unas excelentes calificaciones.- dijo entusiasmada la señorita Olivia. –Ahora, poniéndose de pie les voy a pedir que se presenten diciendo su nombre y alguna cosa que les guste hacer.-

Uno a uno los estudiantes se presentaron, todo iba tranquilo hasta que aquel chico de ojos azules y cabello negro se presentó, -Soy Axel Ponce, me gusta escuchar música y jugar futbol.- entonces todas las chicas comenzaron a murmurar y a soltar pequeños gritos de emoción, pues aquel chico era sumamente guapo.

¡Genial! Ahí está el chico popular de la clase” pensó Leo, “Otro año más sin la mirada de alguna chica”, pues era demasiado huraño y las chicas sólo lo miraban con extrañeza, debido a esto nunca había podido conseguir novia.

Unos cuantos chicos pasaron hasta llegar el turno de Leo.

-Bien, el siguiente.- dijo la señorita Olivia. –Muchacho, ¡muchacho!-

-¡Hey, tú! Idiota, es tu turno.- Se escuchó desde atrás.

-Ahh, sí. Mi nombre es Leonardo Sevilla y me gusta salir a caminar por las noches.- dijo Leo a la vez que se levantaba torpemente de su asiento, haciendo que sus útiles quedaran regados por todo el suelo y provocando las risas de sus compañeros.

Algo irritado y avergonzado comenzó a levantar sus cosas, se sentía tan estúpido, “Ni siquiera han pasado 30 minutos del primer día de clases y ya hice el ridículo” pensó.

Los demás continuaron con sus presentaciones y posteriormente la clase inició, la señorita Olivia era profesora de biología, una materia que le gustaba mucho a Leo. Luego de esa clase todos fueron a historia y a literatura. Al terminar la clase de literatura con la señora Ortiga todos desaparecieron, pues faltaba una hora para que la siguiente clase iniciara.

Leo se apresuró a la cafetería, compró un café americano sin azúcar y se dirigió a su “lugar de paz”, como él lo llamaba. Ese lugar se encontraba en la azotea del último edificio, el “F”, de la escuela, pero nadie lo conocía porque, para llegar ahí, Leo tenía que escabullirse por el pequeño espacio que había entre el edificio y el abandonado invernadero, trepando por una alta valla de madera que se usaba para sostener las enredaderas, y así poder llegar hasta la parte superior del edificio. Ahí se encontraban los enormes tanques que suministraban el agua a toda la escuela, por lo que estaban protegidos y rodeados por 3 muros y, por lo tanto, detrás de estos Leo podía estar cómodamente sin ser visto por algún profesor. El lugar era fresco, con sombra y además tenía la señal de Wi-Fi de los salones de cómputo que se encontraban en la planta baja.

Leo tomó asiento y procedió a beber su café, luego sacó un libro de su mochila y comenzó a leer; un rato más tarde se levantó, observó su celular y se percató de que sólo faltaban 5 minutos para que comenzara su dolor de cabeza, matemáticas; materia en la que no era pésimo, pero tampoco se podía decir que era bueno, digamos que se encontraba ligeramente por debajo del alumno promedio. Entonces Leo levantó su termo y se fue; dos horas más tarde se alegró de que la jornada escolar hubiese terminado y volvió a casa.

Cuando entró lo único que vio fue una casa sumergida en un profundo silencio y algo de dinero en la mesa, como siempre, así que lo tomó y subió a su habitación.

Se recostó en su destendida cama y en menos de lo que se imaginó se encontró haciendo un viaje al pasado. Soñaba con aquella alegre mujer, de sonrisa carismática y cálido corazón, que lo cobijaba entre sus brazos cuando él lo necesitaba. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, pero en ese momento el timbre sonó y lo sacó de su pacífico sueño. Se levantó de prisa y ni notó que había llorado mientras dormía. Pronto se dio cuenta de que había vuelto al presente, en el que su madre se había vuelto una mujer sin sentimientos que sólo trabajaba sin parar y salía a beber los fines de semana para acostarse con cualquier tipo que la hiciera sentir querida aunque sea por un momento; aquella mujer estaba rota y no había podido recuperarse del rompimiento con su esposo, quien la dejó para irse con su “mejor amiga”. El hombre ya tenía una nueva familia y vivía despreocupadamente en Suiza, pues había obtenido un ascenso en la empresa en que trabajaba y fue cuando aprovechó para dejar su “pasado” atrás y junto con él a su esposa e hijo.

Desde entonces, aquella mujer de radiante sonrisa desapareció de la vida de Leo y en cambio apareció una mujer cortante cuya respuesta a todo lo que su hijo necesitaba era el dinero.

Leo bajó a toda prisa y recogió el correo que había llegado, nada interesante, sólo cartas del banco y propaganda de comida a domicilio; recordó entonces cuando años atrás, emocionado, esperaba la carta de su padre, la cual nunca llegó. Claro que conforme Leo fue creciendo, la esperanza de que esa carta llegara se fue desvaneciendo poco a poco. El gruñido de su estómago interrumpió sus pensamientos, tenía hambre y en la cocina sólo había cereal, café y leche, entonces tomó sus llaves y salió de compras.

Cuando volvió calentó el burrito que había comprado en la tienda de autoservicio que se encontraba cerca de su casa y se fue a su habitación a comer mientras hacía la tarea, luego de un largo rato de lectura se quedó dormido.

Notas finales:

Espero que les guste y dejen muchos reviews. Apreciaré sus opiniones :)

 Trataré de actualizar cada semana.

 

Gracias por leer <3


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