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El nuevo edificio de la faculltad. por LECTERSWAN

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Notas del capitulo:

Hola¡ ¿Cómo estan todas y todos?

Espero se la esten pasando superbien, yo les traigo la actualización de este fanfic, ya sabenq ue me tardo pero he hecho todo lo posible para poder traerles las actualización de todos los fanfics, sobre todo porque como entre a trabajar en un hospital el tiempo se me ha acortado, ya no soy tan joven comoantes -Q.Q pero como sea espero que disfruten el fanfic y me dejen un hermoso review, aunque me tarde en contestar los contesto todos.

Ahora si solo recuerden que los personajes no son mios, son del gran Eichiro Oda, ahora si: al fanfic¡¡

No puedes dormir, por más que lo has intentado en las dos últimas horas no has podido ni siquiera cerrar los ojos. ¿Pero porque? Fácil, hay una duda rondando en tu cabeza, eso es lo que te impide dormir. No puedes seguir ahí, te asfixias. De un  puntapié alejas las cobijas que te cubren y te sientas en la orilla de tu cama.

Suspiras varias veces antes de levantarte para poder ver algo. Corres las cortinas de tu ventana y parece ante ti, en todo su truculento esplendor. La Facultad.

 

Tiempo atrás habías maldecido a tus padres por haber comprado una casa tan ridículamente cerca de esa enorme universidad, todos los días, durante los últimos 18 años habías visto desfilar a cientos de alumnos, todos y cada uno de ellos eran tan diferentes entre sí, había algunos altos otros tantos bajos, algunos con pinta de vándalos y otros más que a leguas se veía que no eran de este país. Todos desfilaban sin prisa por delante de tu ventana, bueno eso era de esperarse teniendo en cuenta que tu casa estaba justo en frente de una de las entradas principales. Eso te molestaba.

Todos los días tenías que lidiar con el intenso ruido que generaba el transporte y las charlas sin sentido de todos esos post adolescentes, que si el novio esto, que si la profesora lo otro. Era hartante, por eso cuando te toco hacer el examen de admisión a la universidad decidiste hacerlo para la Universidad rival que se encontraba a 45 minutos de tu casa “entre más lejos mejor” pensaste para tus adentros. Cuál no sería tu sorpresa al ver que no habías alcanzado el promedio mínimo para entrar, decepcionado no te quedo más que hacer el examen de esa escuela y PUM¡ sacaste el puntaje máximo.

“¡Que idiotez¡” refunfuñaste por varios días al ver pasar por tu propia sala los medios de comunicación de todo el país que habían venido especialmente a verte a ti, la maravilla que había logrado el puntaje máximo en una de las mejores instituciones. Por suerte no duro mucho, una semana a lo máximo y todo volvió a la normalidad. “Bueno al menos me tendré que ir hasta Ciudad Universitaria, eso queda como a 1 hora 30 minutos de aquí, eso es bueno” pero, ¡Oh decepción¡ tu madre fingió otro de esos ataques de ansiedad que le daban cuando intentabas volar del nido y que, milagrosamente, se iban en cuanto te quedabas encerrado en tu casa sin asomarte siquiera a la ventana. Con eso te tuviste que inscribir en la estúpida Facultad enfrente de tu casa.

“Estúpida casa, con su estúpida Facultad y sus estúpidos alumnos” te pasaste toda una semana enfurruñado hasta que tu madre te convenció de salir a “visitar” tu nueva Universidad. Más a fuerza que de ganas te fuiste directo a la entrada principal y, con las manos en los bolsillos, entraste a la tan famosa Facultad, todo se veía normal, arboles por aquí, una biblioteca por allá, oh por allá debían de estar los edificios de medicina y más allá parecía haber una especie de edificio de vigilancia; lo decía en las letras de aluminio que cubrían su fachada de ladrillo rojo;  y justo al lado de este estaba una especie de cuadrado de hormigón con puertas de cristal de colores, una extraña combinación, era como si quien lo hubiera diseñado tuviera el claro mensaje de “son bienvenidos, pero tengan cuidado un paso en falso y jamás saldrán vivos de aquí”.

Seguiste caminando sin prestar mucha atención a lo que sucedía a tu alrededor, solo percibías la ligera brisa soplar por entre tus cabellos desordenándolos más, incluso el ruido de los alumnos a tu alrededor parecía disminuido y eso que no traías puestos tus mega audífonos que podían volarle los tímpanos a cualquiera cuando se colocaban a su máximo volumen “lástima que no los pude traer” suspiras resignado mientras das la vuelta en un pequeño corredor que te llevo directo a la zona deportiva. Te detienes a observar los enormes campos verdes que se extienden frente a ti, ¡casi no te lo crees¡ ¡estas frente a una maravilla de la creación¡

¡La pista de carreras es enorme¡ unos 500 metros aproximadamente, ¡incluso más¡ a la izquierda hay dos canchas para basquetball y al fondo de estas hay una cancha profesional de futbol enmarcada con una red de aluminio. A tu izquierda se extiende una hilera de árboles y detrás de estos alcanzas a ver un edificio de ladrillo rojo, seguro es un edificio de salones, caminas a ti derecha por un corredor lleno de pequeños arbustos que lo delimitaban y ves que también tienen un montón de aparatos para ejercitarse al aire libre, caminas más y te topas con que el edificio no es para salones, es un gimnasio¡ “Genial! Tal vez no sea tan malo estudiar aquí”.

Aspiras el aire fresco y sigues rondando por los alrededores, el tiempo parece haber desaparecido hasta que te das cuenta de que ya has pasado dos veces por el mismo lugar “Que raro….” Piensas calmado, después de todo era la primera vez que entrabas y era normal que te perdieras. Decides seguir el corredor de adoquines para ver a donde te lleva, mala idea, el corredor se divide en tres. Uno justo frente a ti, otro a la derecha y el último justo en medio de los otros dos. ¿Cuál tomar? Lo meditas un rato y decides ir por el de la derecha, sigues el corredor hasta que te topas con algo extraño, algo que, pese a que es muy común encontrarse en ese tipo de Facultades, te hace pensar que está muy fuera de lugar.

Te quedas parado mirando a tu derecha, donde se extiende un largo corredor de adoquines delimitado, a tu izquierda, por arbustos mal cortados que trataban de aparentar animales como peces y esas cosas, y a la derecha por un amplio cuadrado de césped bien cortado con unos cuantos árboles. Pero no es eso lo que te extraña, lo que te llamo la atención fue la persona que estaba parada justo en medio del corredor, estaba dándote la espalda por lo que no podías ver su cara, lo único que veías era su impecable ropa blanca que parecía deslumbrar con el sol, un momento….¿El sol? Alzas la vista hacia el cielo y escudriñas atento, el cielo estaba completamente cubierto de una espesa capa de nubes de color plomizo, indicio de que pronto iba a llover. ¿Entonces como rayos fue que la ropa resplandecía? Volviste alarmado al punto donde habías visto la figura. Pero ya no había nadie.

-Qué extraño……- das un paso al frente antes de que una mano te sostenga del hombro y te gire violentamente para que le veas de frente.

-Hola, alumno de nuevo ingreso….- te topas con una cara que de nada te suena pero que igual has visto antes, te sonríe de lado antes de que tu cuerpo se quede paralizado.- No es correcto espiar a las personas- te dice como a un pequeño niño de 5 años.- es de mala educación.

Comienzas a hiperventilar, no sabes bien lo que pasa, solamente tu corazón hace caso a un instinto primordial que te dice que debes huir de ahí antes de que termines muerto. Quieres moverte, girarte y salir corriendo a todo lo que den tus piernas, pero no puedes, la adrenalina estalla en tu sistema haciéndote dar un paso atrás, aun sientes el firme agarre de esa mano en tu hombro. No lo piensas más y te obligas a salir corriendo sin mirar atrás, recorres corredores vacíos hasta que te topas de frente con el edificio de concreto y puertas de cristal de color. Has regresado al punto de inicio. Te quedas medio desmayado en una de las esquinas de las jardineras que hay ahí intentando recuperar el aliento, una vez más calmado juntas el valor para poder voltear a ver si te seguían, nada, todo está desierto. Suspiras más calmado antes de toparte con un letrero que marcaba los distintos lugares a los que podías ir.

“Edificio de Gobierno” señalaba el letrero, supones que era el gran edificio de concreto con puertas de cristal, ya no aguantas más y terminas sentándote en la jardinera, aun no puedes controlar tu corazón que sigue golpeando fuerte contra tu esternón.

“Hola alumno de nuevo ingreso” la voz suena entre las paredes de tu cráneo “No deberías espiar….”

Un escalofrió recorre tu cuerpo, las náuseas te invaden y sientes el amargo sabor de la bilis en tu boca.

“Ojos azules…..” piensas aun con terror “ no le vi la cara, ni siquiera recuerdo como era, ni su rostro ni su cabello….solo…solo recuerdo esos ojos azules….”

“Ojos azules te observa” te dice la extraña voz desde algún lugar de tu inconsciente.

*                 *                *

-Ojos azules te observa- repites en la oscuridad de tu cuarto- que idiotez….

Lo dices más para calmarte y convencerte que todo es producto de una insolación o de algún tipo de sueño muy vivido. Pero no, el simple hecho de recordar la tonalidad de esos ojos te hace pensar que no era un sueño o una alucinación, eso de verdad paso.

De nuevo estás viendo por la ventana, la calle esta toda mojada, de seguro había llovido y tú ni te diste cuenta, suspiras y te concentras en ver como el vaho del vidrio se comienza a aclarar poco a poco. Estas concentrado en esto hasta que notas un movimiento extraño justo al otro lado de la calle, por detrás de la reja que protege la facultad. Apenas es un leve movimiento, tan sutil que creíste haberlo soñado, pero pronto, gracias a la luz de las farolas que siempre alumbran el estacionamiento (tu ventana da directo al estacionamiento de maestros de la Facultad) alcanzas a ver una pequeña figura moviéndose por ahí. Entrecierras los ojos para ver mejor, las gotas de lluvia, producto de la última llovizna, se pegan al vidrio dificultándote la tarea. Pero pronto tus esfuerzos se ven recompensados. Como si se tratara de un lente tu vista se va acoplando hasta dejarte una clara imagen de la persona que estaba ahí, llevaba una bata blanca que le llegaba hasta la mitad de los muslos y caminaba por entre los charcos sin miedo a manchar sus impecables zapatos blancos, de esos que usan los doctores y enfermeras, y además traía arrastrando algo, parecía una enorme bolsa de basura, por la forma en la que caminaba la persona de bata blanca debía de pesar bastante. Te quedas mirando atento, tu curiosidad te hace fijarte mejor en cada detalle.

¿Qué hace un doctor en la Facultad a estas horas? Te giras un poco para mirar la luz parpadeante de tu reloj de mesa. 12:00 Media noche. Nadie en sus cabales debe de andar caminando por un estacionamiento a la media noche, a menos claro que piensen que eres un pervertido o un asesino en serie.

“Asesino” esa palabra resonó en tu mente antes de que la luz de la calle así como la que desprendían los dígitos de tu reloj se apagara. Parpadeas confuso y miras a la ventana tratando de encontrar que era lo que había pasado, no puedes ver nada, todo se ha quedado a oscuras.

“Rayos, lo que faltaba” fijas tu mirada donde supones que sigue el hombre con bata blanca, de seguro ha de haber tenido un susto de muerte al notar que la luz se había ido, casi puedes sentir el miedo que debió de haberle provocado tal incidente, ríes bajito antes de que la risa se quede atorada en tu garganta. En el punto exacto donde se encontraba el hombre ahora resplandecen dos pequeños puntos azules, titilan un poco y vuelven a mostrarse ante la oscuridad como si se tratara de dos pequeñas velas, pero no son velas ni linternas……….

“¿Qué rayos son?”

-Ojos azules…..- las palabras salen como un gemido angustiado desde lo más profundo de tu garganta, las pequeñas luces desaparecen y te dejan con la piel de gallina, no por el frio sino por el pánico. La persona que habías estado observando, era la misma que te topaste en la tarde en la Facultad.

“Hola, alumno de nuevo ingreso…no deberías estar espiando…..”

De nuevo vienen a tu mente las palabras con las que te recibió y por un instante sientes la fría mano sobre tus hombros, asustado te das vuelta para comprobar que estas solo, o al menos eso parece en la oscuridad, claro, cualquiera podría estar escondido entre las sombras, esperando a que te sientas calmado para realizar su cometido.

“……no deberías estar espiando…..”

La luz regresa y te destella por un instante, parpadeas confundido, ¿Cuándo habías accionado el interruptor de la luz? Pero eso no tiene importancia ahora, apenas te acostumbras a la luz alcanzas a ver una figura parada justo en la entrada de tu cuarto. Vestía una bata blanca impecablemente planchada y que le llegaba hasta la mitad de los muslos. Los vellos de tu nuca se erizan al reconocerle.

Te sonríe de lado mostrando sus dientes impecablemente blancos antes de abrir su boca y decirte, con cierto tono de burla que te hace estremecer.

-Hola alumno de nuevo ingreso, ¿Estabas espiando otra vez?

 

Notas finales:

Listo¡ 

algn ateoria extraña de como va a acabar este fanfic? 

espero poder leerlas en uno desus reviews


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