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Dos mundos, un amor por Midori Yaoi Grey

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Notas del fanfic:

Esta nueva historia es AU donde he tomado a los bellos personajes de la gran Yana Toboso sama, Sebastian y Ciel para teletransportarlos en otro momento de la vida: otros tiempos, otras vidas, mismas almas. 

Notas del capitulo:

Este nuevo proyecto surgió gracias a una imagen que tuve el gusto de toparme, y realmente tuve una enorme, enorme necesidad de escribir o si no creo que enloquecería, y para que me puedan comprender les dejo el link al final del capítulo.

Abue Streacxxie si lees esto... ¡sorpresa! Tu nieta te quiso sorprender, esperando contar con tus buenas vibras, continuaré aplicando lo que bien he aprendido de ti. 

Gracias a Ludovita por el apoyo.

Sin más, iniciemos la historia:

 

Abro con lentitud los ojos permitiendo que las pupilas se vayan acostumbrando a la luz matutina que se ha colado de las cortinas, parpadeando un par de veces hasta sentir una enorme pesadez en cada parte del cuerpo que me obligó a cerrarlos de golpe.

Trato de incorporarme, pero al momento de solo intentarlo, vuelvo a caer en la cama por un dolor punzante en la cabeza, un dolor que conozco demasiado bien al abusar del alcohol la noche anterior y la anterior a esa, y la que le sigue y le sigue… hasta convertirse en dos semanas consecutivas… vaya… creo que he superado mi récord.

Ya un poco más controlado, me dirijo con lentitud al baño para terminar de despertar de bajo de la regadera dejando caer el agua fría hasta llegar a una temperatura neutra haciendo relajar cada músculo del cuerpo.

Tomándome mi tiempo en la labor, salgo del lugar con una toalla en la cintura percatándome de lo desastroso que se hallaba la habitación, resultado del enorme descuido semanal… la no limpieza no suele estar en mi lista de cosas preferidas, lo contrario, no soy algo tolerante con ello, eso significa que realmente si he rebasado mis límites.

Dejando eso a un lado, me decido a ir a la cocina para buscar qué preparar para desayunar, más grande fue mi sorpresa que en todo este tiempo que estuve mucho tiempo fuera del departamento, no hice las compras, por lo tanto, había nada.

Con la pereza en manos, decido cambiarme de ropa para salir a encontrar un lugar donde saciar el hambre que me está avisando de su existencia. Una vez listo, salgo hacia las calles ya algo ruidosas por la hora, de Inglaterra y encaminarme a un destino al azar.

Cerca de donde vivo hay varios locales que conozco de memoria, no apeteciéndome ninguno hasta llegar a una calle menos transitada y donde no suelo pasar, y creo que por esa misma razón me llamó la atención de un “nuevo” lugar, o al menos pienso yo que lo es.

Su estructura da honor a la cultura japonesa, dando a entender que por ende aquí venden comida oriental de ese país. Realmente no tengo nada que perder, así que ingreso al local llamado “Ojos de gato” … un nombre un tanto peculiar.

Al momento de estar dentro, soy recibido de manera educada muy propio de la cultura, por una mesera que viste entre lo que parece ser una combinación de yukata con estampado de flores de cerezo color pistacho, con una falda estilo maid color café que llega por encima de las rodillas, medias que combinan con el traje cubriendo por debajo de las rodillas dejando piel expuesta entre la separación de ambas prendas, complementando con unas botas cafés altas de cordón y una diadema que las representa como su caracterización con una flor.

-        Muy buenos días, sea bienvenido al café “Ojos de gato”, ¿para cuántas personas? – con su voz animada me preguntó.

-        Solo para uno por favor.

-        Sígame por acá.

Camino detrás de la chica que podría apostar que aun es una adolescente, mientras observo con curiosidad el interior del lugar, que a pesar de que son las diez de la mañana, hay regular de personas, dándome a comprender que tendrá algo de tiempo de existir.

-        En unos momentos, una de nuestras maid vendrá a tomar su orden – se despide con una pequeña reverencia, dejando el menú en la mesa para alejarse a seguir atendiendo a otros clientes.

Tomo asiento para hojear el contenido, notando que no sólo hay platillos japoneses, si no también lo cotidiano, quizás para todo tipo de gusto a los que no sean fans del estilo oriental. Me iré por algo más “seguro” y si gusta, me atreveré a probar otra cosa en otro momento. Mientras me hundo en la decisión de qué elegir, no me percaté en el momento que alguien se acercó hasta escuchar su voz.

-        Buenos días, seré quien lo atienda en su estadía ¿puedo ofrecerle algo de tomar?

En el preciso momento en que mis ojos se encontraron con los suyos, todo el cuerpo se volvió una emoción vibrante, desde los pies a la cabeza, al grado que siento como si todo a nuestro alrededor ha dejado de existir centrándose solo en ella, donde el eco de los latidos desenfrenados de mi corazón retumba en mis tímpanos.

-        ¿Se encuentra bien? – ante la pregunta, hace que mi burbuja de ensoñamiento se rompa cayendo en la realidad.

-        ¿Eh? Oh sí, una disculpa, todo bien – con una dificultad dibujo una sonrisa algo nerviosa para que me crea notando en sus facciones que no lo creyó en su totalidad.

-        De acuerdo, ¿ya ha decidido su pedido? – vuelve a tomar su postura de maid, relajando las facciones de su fino rostro que son adornados con unos bellos ojos azules zafiro.

-        S-sí – dirijo la mirada en el menú para volver a recordar lo que iba a pedir – quisiera una orden de hot cakes acompañado de frutas de temporada con café americano por favor – ante lo dicho, ella toma nota en su cuaderno, donde en algo tan sencillo, su manera de escribir es tan delicado.

-        ¿Gusta que se le ponga otro ingrediente? Como mermelada, crema de avellana, miel.

-        Hum ¿tú que me aconsejas? – sin poderlo evitar, le lanzo una pregunta con tal de poder escucharle un poco más, provocando cierta sorpresa de su parte.

-        Bueno, le aconsejaría la crema de avellana. Es delicioso – con una sutil sonrisa, me contestó, haciendo que yo también lo haga, pero ampliamente.

-        Entonces, que sea con avellana – sin poder dejar de sonreír le devuelvo el menú, y al momento de que ella lo toma, nuestros dedos se rozaron en un sutil movimiento haciendo nuevamente mi corazón latir como loco, pero creo ser el único que se emocionó por ello, ya que ella no mostró reacción alguna.

-        En unos momentos estará su orden, ¿gusta que mientras se prepara la comida le traiga el café?

-        Te lo agradecería – sin decir más, hace una pequeña reverencia como lo hizo su compañera, alejándose para entrar a lo que parece ser la cocina.

Y mientras se alejaba, grabé en mi memoria su pequeña y delgada silueta que con el traje realzaba su figura, haciendo ondear su larga cabellera negro azulado, amarrada en un par de coletas que llegan a su cintura.

Sacudiendo la cabeza para calmarme, saco del bolsillo del pantalón mi celular para revisar los mensajes; muchas invitaciones para toda la semana, para hoy, y de las personas que vienen, es un cien por ciento que acabará todo en alcohol.

Para su lado malo de ellos, realmente no me apetece acudir a ninguno. Deberé reponer el tiempo perdido mientras disfrutaba de esos eventos. Continuando, leyendo, llego a uno que proviene de unos de mis amigos más cercanos, o podré decir mi único y verdadero amigo, ya que los otros son solo de la lista de diversión.

“¿Cómo amaneció la resaca?” – es la pregunta burlona que Claude me hace sabiendo perfectamente el resultado.

“¿Cómo crees tú? Pero sobreviví, así que hoy no podrás burlarte” – ante mi contestación, se lo envío, y justo a tiempo, ya que la chica ha regresado con una taza, colocándola para servir el café que despide un aroma excepcional.

Le agradezco y ella vuelve a irse para atender a los clientes que se están yendo. No pasando más de cinco minutos, regresa con una bandeja con lo que he pedido, donde a simple vista la comida realmente se ve apetitosa. Mientras se encarga de servir y acomodar, me propongo a establecer un poco de plática, pero sin dejar que note mi interés.

-        ¿Hace cuanto que abrió el lugar? – sin dejar lo que hacía, solo mirándome de reojo por la pregunta, decide responder.

-        Desde hace tres meses.

-        Ya veo, y por lo visto ha ganado buena popularidad. Es innovador la idea en un país como lo es Inglaterra.

-        Se podría decir que es por el hecho de que el dueño vivió gran parte de su vida en Japón – terminando con su deber, toma su postura – disfrute de su comida. Buen provecho – vuelve a hacer la reverencia para irse a hacer los pendientes.

Me tomo algo de tiempo para deleitarme de esta comida, pensando en que el resto del menú deberá ser igual de delicioso. Voy pensando que este local podría ser un lugar que pueda recurrir con regularidad, y por supuesto no solo sería por los platillos.

Al terminar, la pequeña dama retira los platos preguntándome si deseo algo más, negando el ofrecimiento para pasar a pagar la cuenta el cual no demoró en entregar.

Una vez pagado, me dispongo a retirarme, no sin antes agradecerle. Ya fuera del lugar suelto el aire que contuve todo este tiempo por la impresión que me ha dejado, convirtiéndola en la primera chica que me ha dejado en este estado; su belleza es única, y si de algo estoy seguro es que no soy un chico fácil de dejarse vencer o dejaría de llamarme Sebastian Michaelis.

Notas finales:

Aclaro que "Términos Pasionales" sigue vivo, imposible dejarlo, estoy muy enamorada de la historia, y más que se encuentra en su momento delicado del trama. 

¿Cuántos capítulos serán?, ¿será igual de largo que términos pasionales? No se preocupen, que yo tampoco sé, las cosas surgirán suavemente y con algo de rudeza, tenía que decirlo y se dijo, ya saben a lo que me refiero... 

Aquí les dejo el link de la foto inspiradora: 

https://scontent-ams3-1.cdninstagram.com/vp/181665150fa5712da46b6802e308e07a/5D5E8261/t51.2885-15/e35/58720007_664170294016599_7921125076689145420_n.jpg?_nc_ht=scontent-ams3-1.cdninstagram.com&se=7&ig_cache_key=MjA0MDc1MTA4Mjc3MTg3ODM0MQ%3D%3D.2 

 

Nos vemos pronto aquó o hayá.

=Midori Grey= 


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