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Primera noche. por Ishinomori

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Notas del fanfic:

Es una historia de un solo capítulo (de momento) sobre mi Ship favorito de Haikyuu! El IwaOi así que espero que lo disfruten xD

Sábado por la noche. Eran casi las 10pm y su celular no dejaba de sonar. Mensajes y llamadas, iluminaban la pantalla de su móvil y un suspiro abandonaba sus pulmones tras cada notificación.
Mensajes como »Oikawa-san estamos esperando« hasta »Estaremos aquí un par de horas más por si haces algo de tiempo para que vengas.« de diferentes remitentes adornaban su barra de notificaciones.
Se suponía que hoy habría una reunión del Seijoh en un antro ubicado en el centro de Tokio, y todos asistirían, bueno, todos a excepción de él.
Y no porque estuviese ocupado, ya que aún ese mismo día por la mañana había estado eligiendo que tipo de vestimenta debería llevar, sino por una cuestión un poco más profunda.
Días atrás, como era costumbre, estuvo intercambiando mensajes de texto con su viejo amigo, Iwa-chan. Todo iba de lo más normal hasta que él, poco a poco, comenzó a tener una actitud ciertamente "extraña" cuando Oikawa le contaba sobre sus amoríos de una noche.
Iwa-chan siempre había sido del tipo madre regañona pero nunca pasaba del ›Deberías usar condón o podrían darte una ETS.‹ pero el mensaje que le había enviando hace un par de horas, simplemente no sabía cómo catalogarlo.

Oikawa: › Hoy después de la reunión deberíamos ir a buscar un par de diversiones xD ‹

Iwaizumi: ›No lo creo. ‹

Oikawa: ›Vamos, Iwa-chan no seas aguafiestas :c‹

Iwaizumi: ›¿Por qué en lugar de salir a buscar diversión, no la provocamos nosotros mismos?‹

Estaba confundido. Aunque en sí, a simple vista podría tomarse en el sentido de que podrían jugar videojuegos o ver partidos viejos de Voleibol como cuando estaban en la preparatoria, la diversión que quería Oikawa era sobre sexo salvaje de una noche con alguna ramera fácil de la ciudad, no esa diversión de niños.
Ambos rondaban los veinticinco años, así que, ambos sabían de eso pero, bien Iwaizumi pudo confundirse o ¿técnicamente le estaba pidiendo que tuviera sexo con él?
Se frotó una mano en la cabeza y su móvil sonó de nuevo, un texto de Iwa-chan apareció y Oikawa solo arrojo el aparato lejos de él después de leer un vago ›Estoy esperándote.‹
Sin querer romperse más la cabeza, camino hacia el baño para darse una ducha rápida, cuando terminó, se dirigió a la modesta cocina del apartamento sin nada más que la toalla que rodeaba su cintura cubriendo su parte baja. Unas pequeñas gotitas cristalinas aún recorrían su cuerpo que, al abrir el refrigerador por una bebida, estás se sintieron frías sobre su piel, al instante.
Le dio un sorbo a su bebida y su móvil volvió a sonar a lo lejos.
Negó con la cabeza, ignorándolo de forma olímpica y se sentó en el sofá que estaba frente a la pantalla en la pequeña sala de estar, encendió el televisor y comenzó a dar Zapping por Mera inercia porque ni siquiera estaba mirando la pantalla.
Una vez, antes de que la preparatoria terminará, Iwaizumi había hecho algo parecido a los mensajes de texto. Oikawa recordó que ambos estaban en el gimnasio, entrenando solos porque todos decidieron irse temprano a casa ese día, y entonces ocurrió.
Oikawa estaba guardando los balones, cuando sintió la respiración de Iwaizumi cerca del cuello, él solo sonrió, talvez iba a regañarlo porque olvido guardar algo y confiado se dio la media vuelta pero para su sorpresa, no fue así, solo estaba mirándolo fijamente y extremadamente cerca.
Oikawa le dedicó una sonrisa, de esas que dedicaba para cualquier cosa e intento pasarlo de largo, fallo en el intento porque una mano lo retuvo de la muñeca y Oikawa se giró instintivamente.
”¿Qué ocurre, Iwa-chan?
Inquirió pero no obtuvo respuesta más allá de la insistente mirada que estaba comenzando a ponerlo nervioso.
”Iwa-chan, das miedo cuando sostienes a alguien y no hablas ” se burló ” puedes decirme cualquier cosa y si no hay algo que quieras decir, deberíamos irnos ya. ” insistió.
Le dio unos segundos para escuchar su respuesta pero no hubo nada.
Iwa-chan solía tener actitudes de ese tipo todo el tiempo, así que Oikawa no le prestó mayor atención y cuando estuvo dispuesto a irse, fue derribado al suelo cuando Iwaizumi tiró de su mano, para no dejarlo ir.
” ¡Tch, que daño!
Se quejó cuando su espalda chocó contra el suelo y por efecto cerró los ojos, y al abrirlos, Iwaizumi estaba encima de él, con una mirada tan profundamente sombría que no pudo determinar el por qué de la misma.
Ambos se quedaron mirando por unos instantes, hasta que Iwaizumi se acercó de forma lenta, casi tortuosa al rostro de Tooru, obligando al de cabello azabache tragar en seco por la proximidad.
Su respiración se aceleró, su ritmo cardíaco comenzó a aumentar y Oikawa apretó los ojos al sentir que algo muy en su interior despertaba por la cercanía del pelinegro.
¿Miedo? No, imposible.
¿Inseguridad? Nunca se había sentido tan seguro en todos los aspectos posibles con alguien que no fuera Iwaizumi.
Entonces... ¿Podría ser...?
¿Excitación?
El sonido de la puerta lo saco de sus cavilaciones, parpadeó un par de veces y como si estuviera programado, se levantó a abrir la puerta, y su mente se quedó en blanco.
Iwaizumi Hajime estaba parado justo frente a él, y al ver que su mirada lo recorría de pies a cabeza, deteniéndose unos segundos demás en su zona media, Oikawa se dio cuenta de que había olvidado vestirse y solo tenía una estúpida toalla alrededor de la cintura, la cual casi podía jurar que iba a volverse invisible en cualquier maldito momento, dejándolo expuesto, gracias a la mirada del pelinegro.
”¿No vas a invitarme a pasar?
La voz de Iwaizumi sonó varonil y sexy, endemoniadamente sexy, Oikawa trago en seco y el oxígeno dejo de pasarle al cerebro porque ni siquiera pudo articular palabra alguna solo con un burdo ademán, le dio a entender que si podía y aunque dio pena ajena, el contrario solo obedeció, sembrándose a mitad del lugar de dos zancadas.
Con el corazón a mil por hora, Oikawa cerro la puerta torpemente mientras al mismo tiempo trataba de reconstruir la calma que se vino abajo tras ver aquellos enigmáticos ojos que, no sabía si para su sorpresa o desgracia, seguían mirándolo con detenimiento.
"Te vio con ojos de ¡Cógeme!"
Cito mentalmente aunque talvez no de forma correcta la pequeña frase de la película de Ted. Y no por no usar las palabras exactas, sino que el que lo miraba de esa forma, era él a Iwaizumi.
Trago en seco una vez más y respiro de forma honda y casi imperceptible para recuperar compostura y hablar con su viejo amigo cómo de costumbre.
”¿Q-qué haces aquí? ” tartamudeo.
¡Mierda!
Iwaizumi reprimió una pequeña sonrisa y le ayudo un poco. El intento de su amigo por disimular u ocultar algo siempre era tan deplorable.
”Los demás estaban preocupados por ti, pensaron que te había ocurrido algo porque no contestabas el móvil y me ofrecí para venir y asegurarme de que todo estuviese en orden.
Mientras decía esas palabras con una de sus manos, comenzó a acariciar la pequeña mesa de madera pulida que formaba parte del comedor, antes de recargarse en ella y cruzarse de brazos para que sus palabras sonarán a reclamo.
”Bueno, yo... ” comenzó a balbucear ” he estado algo ocupado y no pude avisarles que no podría ir.
Fingió tono de disculpa mientras sonreía nerviosamente y con su mano derecha se frotaba la nuca, pretendiendo cansancio.
”¿En serio es por eso? ” Inquirió el pelinegro.
”¿Por qué más sería? ” respondió ” ¿Quieres algo de beber?
Bien, quería salirse por las ramas.
El sentido con el que tomo el mensaje no estaba en mal camino, e Iwaizumi se lo confirmó al hacer un movimiento rápido para quedar frente a él, interrumpiendo su trayecto a la nevera, quedando demasiado cerca de Oikawa, trayéndole a la mente el resto del pequeño Flashback que estaba teniendo antes de atender la puerta.
Fue excitación. ¡Tremenda y pura excitación!
Al tener a su mejor amigo tan cerca aquella tarde en el gimnasio, Oikawa tuvo pensamientos impropios de un amigo, y aunque a decir verdad no era la primera vez, y aunque tampoco se sintió mal por ellos, decidió reprimirlos en lo más profundo de su ser.
Porque a pesar de que Iwaizumi aquella misma tarde, dio indicios de que él estaba en una situación similar, también supo medirse y se fue del lugar, sin decir ni hacer nada, dejando a Oikawa en confusión.
Al día siguiente el azabache iba a preguntarle sobre que había sido eso pero tremenda sorpresa se llevó al enterarse de que el pelinegro comenzó a salir con una chica de un instituto aledaño, y no necesito más para dar por zanjado algo que podría considerarse como un error o en el mejor de los casos un desliz, y ambos siguieron actuando como los mejores amigos durante un par de años más, hasta esta noche.
Después de un par de miradas, Iwaizumi cerro la brecha de casi treinta centímetros que los separaba a veinte. Clavando su intensa mirada, primero en los ojos de Oikawa para después clavarla en sus labios, se tomó su tiempo, resistió el impulso de lamber los suyos al imaginarse probando los de Oikawa para ser capaz de devolver la mirada al punto inicial y obligarse a hablar antes de hacer cualquier cosa, tenía que asegurarse primero.
”Por el texto de esta mañana.
Musitó con cierto toque aterciopelado en su voz, al recordar el momento preciso de cuando envío el mensaje.
Estaba en su apartamento, la noche anterior había salido con unos conocidos a un pequeño bar donde encontró a una ramera, piernas largas, culo grande, tetas de tamaño medio, todo normal hasta que vio su rostro.
Sus facciones le recordaron al instante a cierto azabache creído que catalogaba de su mejor amigo, encima el cabello de la misma tonalidad, solo que largo hasta la cintura, puso en movimiento la labor para llevarla a su cama, fuera como fuera pero tenía que ser esa noche, y así ocurrió.
El acto sexual comenzó "bien", "normal" si lo prefieren, hasta que su mente fue azotada por los recuerdos de aquellos impuros sueños húmedos que tenía constantemente con el azabache desde que aquel día en el gimnasio, noto que su presencia, su cuerpo, o lo que fuera que fuese pero que se tratara de él, lo excitaba.
Desde ese día comenzó a imaginar el cómo sería si pudiese tomarlo, adueñarse de su cuerpo, de sus labios, en cómo podría ser la sensación de enterrarse en su trasero, de solo imaginarlo se ponía duro, y aunque sonará enfermo, eso lo alentó a enviar el texto de aquella mañana.
Estaba tan duro, y se podría decir que hasta en cierto grado necesitado, después de reprimir sus pensamientos durante tantos años, y la idea de que podría haber la posibilidad de cogérselo esa misma noche gracias a la reunión del Seijoh le nublo la mente y lo alentó a ponerlo sobre aviso.
¡Grave error!
Porque al parecer eso lo asusto. Y por ende no se presentaría a la reunión pero, condenada la suerte que tuvo al conseguir la dirección del azabache por uno de los ex compañeros, ya que no tenía mucho que se había mudado a la ciudad después de haber estado un tiempo fuera del país, y este aún no le pasaba el dato, pero ya después tendría tiempo para estar molesto por ese pequeño detalle, claro, despendiendo de como salieran las cosas esa noche.
Por su parte, Oikawa estaba en blanco.
Su parte blanda comenzaba a reaccionar y estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para que no se notará, pero, ¡Solo tenía una maldita toalla alrededor! ¡Por el amor de Dios! Nota mental, vestirse inmediatamente después de tomar una ducha.
Discretamente con una mano reforzó el agarre de esta, lo cual no pasó desapercibido para Iwa-chan y trago en seco.
”Jaja, ¿Qué? ” bien, esa no fue su mejor risa fingida pero prosiguió ” No, no es nada de eso, solamente es que... Aún no termino de desempacar. ” y era verdad, aún había cajas sin abrir en su habitación.
Iwaizumi lo miro y redujo la distancia a quince centímetros.
”Mientes. ” apuntó, dando justo en el clavo.
Un escalofrío recorrió la espalda de Oikawa, obligándolo a recobrar distancia entre ellos al recuperar su trayecto a la nevera, y aunque Iwaizumi iba muy cerca de él, optó por darle un poco más de espacio.
”De todas formas, ya has visto que estoy bien, así que puedes seguir con tu camino. ” Lucho por decir pero al pronunciar la última palabra y recorrer la oración mentalmente, noto que se escuchó mal, porque sonó a un burdo...
”¿Me estás echando?
Inquirió justo en el momento en que Oikawa termino de sacar la bebida imaginaria de la nevera y se dio vuelta para encontrarse de frente una vez más. Cinco centímetros, a cinco sentimientos sentía como el aliento de Iwa-chan chocaba contra su rostro, un poco de menta trataba de disfrazar el olor a Whisky que talvez había ingerido en el antro mientras lo esperaban.
Iwaizumi colocó sus manos sobre las puertas de la nevera, acorralando a Oikawa.
El alcohol no estaba siendo su amigo esa noche, la botella y media que ingirió le estaba provocando perder su paciencia rápidamente, quería terminar con esto, quería una respuesta ya.
”Oikawa, ¿Tú...?
Un beso, un condenado beso que tenía años de anhelo detrás de si, fue plantado en los labios de Iwaizumi robándole las palabras, y eso fue más que suficiente para hacerlo perder el control.
La textura de los labios de Oikawa le provocaron ardor en los suyos y un caliente hormigueo que le recorrió el cuerpo hasta llegar a su parte más sensible.
Bien, oficialmente estaba claro, ambos se deseaban de la misma manera así que sin esperar más, Iwaizumi repego más su cuerpo al del azabache, haciendo que la espalda de este se hundiera en la nevera, restregando su erección en proceso contra la de Oikawa tomando a ambos por sorpresa.
Oikawa estaba duro, más de lo que le gustaría estar por un simple beso pero el mundo de posibilidades de lo que proseguía era infinito y lo ponía caliente.
Iwaizumi comenzó a acariciar la nivea piel del azabache con sus dedos largos de forma que apenas y rozaba la piel de su brazo, continuó así hasta que se desvió un poco debajo del codo hacia el interior para ahora navegar por su abdomen.
Oikawa soltó un suave gemido aún en medio del beso que aún no habían rompido cuando lo sintió rozar de forma sutil el borde de la toalla en sus caderas y por un segundo deseo que desapareciera, y aunque Hajime deseaba lo mismo, tuvo que intentar retomar su autocontrol para no arrancarla y follarlo duro.
Sobre la mesa del comedor, en el sofá justo frente al televisor, en el suelo, incluso contra la pared pero no, al menos si iba a ser la primera vez de ambos, debía ser decente, y la cama del dormitorio lo era.
Con un hondo suspiro, Hajime tomo a Tooru de la muñeca, rompiendo el contacto de forma brusca y lo arrastró hacia el dormitorio y una vez ahí comenzó a besarlo nuevamente, posando sus manos sobre sus mejillas y Tooru respondió poniendo sus manos sobre las suyas.
Aunque el contacto “gentil” por parte de Iwaizumi era de lo más lindo, la erección de Oikawa lo obligaba a descartarla de momento porque sinceramente quería ser follado por él, así que sin más, puso sus manos sobre el pecho del pelinegro y lo empujó para que cayera de espaldas sobre la cama, tomándolo totalmente por sorpresa.
”Basta de juegos, Iwa-chan, me gusta que quieras ser gentil pero esto ” señaló su erección ” quiere un poco de rudeza ” señaló el bulto en los pantalones de Hajime.
Y sin pensarlo dos veces, Iwa-chan jalo por la muñeca a Oikawa y de un movimiento rápido se posicionó encima de él para besarlo de nueva cuenta pero con más frenesí que antes mientras que con una de sus manos, hábilmente deshizo el nudo que mantenía en su lugar la toalla para dejarlo expuesto en el momento justo donde rompió el contacto de sus labios para alzarse y contemplarlo desde arriba.
”Eres hermoso. ” Susurró y Oikawa tembló.
Hajime tomo el dobles de su camiseta, la deslizó sobre sus hombros y la arrojó al piso, y antes de que pudiera siquiera pensar en algo, Oikawa se encomendó a sí mismo la labor de desabrochar sus jeans para quedar cara a cara con el bulto que estaba deseando ver desde quien sabe cuando, pero la tela de los boxers aún no dejaba apreciar en su totalidad hasta que Iwa-chan le ayudo al desprenderse de ambas prendas al mismo tiempo y no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa ante la expresión de Oikawa al verlo como Dios lo trajo al mundo.
Era grande. ¡Su miembro era condenadamente grande!
”¡Santa madre! ” exclamó sonando más alto de lo que le hubiese gustado pero nisiquiera reparo en ello.
La excitación de Iwaizumi hacia que su miembro de viera grueso y que la palpitación de las venas casi fuera notable y tras un recorrido mental, Oikawa se cuestionó si su enorme cosa iba a entrar siquiera en su pequeño agujero virgen casi orillándolo a entrar en pánico.
El pelinegro noto el pánico en los ojos del azabache y se dio cuenta de que su posibilidad se le estaba yendo como agua entre los dedos, más cuando vio la erección del contrario disminuir un poco, pero no, eso no lo podía permitir, así que habilidosamente se acercó a él y comenzó a esparcir besos húmedos en su cuello, irían poco a poco pero esa noche tenía que hacerlo suyo, a cómo diera lugar y puso manos a la obra.
Tras cada pequeño beso húmedo, comenzó a sumar una que otra mordida mientras sus manos recorrían las líneas del abdomen que le guiaban hacia la pelvis, desarrollando de manera tortuosa, la expectación de que en cualquier comento alguno de sus dedos tocaría su miembro que estaba recuperando su dureza poco a poco.
Oikawa se dejaba hacer y deshacer por las caricias y una que otra palabra sucia por parte de Iwaizumi y su excitación inicial comenzó a regresar.
De forma lenta y pausada levantaba las caderas tras cada suspiró que era arrancado por caricias. Iwaizumi noto que Oikawa había recuperado el ambiente anterior así que sin preocupaciones alguna por ahora, posó una mano sobre su trasero, indicándole de forma suave y silente que se diera la vuelta y el azabache obedeció sin chistar.
Una vez así, Oikawa se apoyó sobre sus rodillas, dejando en alto sus hermosas nalgas e Iwaizumi le agradeció a Dios por tan majestuosa vista, ni tardado ni perezoso, le soltó una nalgada en el glúteo derecho, arrancándole un gemido sonoro por la sorpresa, espero unos segundos para que recuperará la compostura y le soltó una palmada más pero en el glúteo contrario.
Se le seco la boca a Iwaizumi, y lo único que podría hidratarla era el dulce trasero de Oikawa, así que sin previo aviso, hundió de una sola vez su rostro en medio de sus nalgas y comenzó a mover su lengua dentro de ellas, ayudándose con sus manos para separar esas hermosas nalgas y así llegar un poco más profundo, a lo que Oikawa posicionó una de sus manos sobre una de las de Hajime para apartarlo, no porque no le gustará lo que estaba haciendo sino por mero reflejo por ver en dónde estaba la cara de su mejor amigo.
”Si vas a poner tus manos, usalas para abrir más tus nalgas para mi, de lo contrario tendré que atarlas. ” amenazó.
Y Oikawa gimió de nuevo, estar atado de manos sería interesante pero eso podía suceder otro día así que solo se limitó a acatar la orden para darle más acceso a Iwaizumi tal y como ambos querían y se dejó hacer.
El agujero de Oikawa era pequeño, estrecho, así que lentamente condujo su mano derecha por la espalda de Oikawa hasta llegar a su boca y humedece sus dedos índice y medio en la boca del azabache que los succionó de forma magnífica, para luego enterrarlos en su interior casi de un solo empujón.
Su lengua lo había relajado y los deseos que ahora estaban tan apretados en su interior, entraban y salían con un vaivén lento dónde podía apreciar cada centímetro de su entrada, degustando las sensaciones y provocando otro par imaginarias del cómo se sentiría su miembro dentro de él.
Lentamente aumento el ritmo y Oikawa se aferró a las sábanas de la cama cuando comenzó a hacer la simulación de unas tijeras con sus dedos dentro de él, ¡Era una sensación orgasmeante! ¡Literalmente!
Porque a los minutos, Oikawa estaba por tocar ese punto a la vuelta de la esquina que lo haría explotar en cualquier momento.
Cuando sintió los espasmos que empezaban a recorrer cada punto nervioso de su cuerpo, Iwaizumi saco sus dedos de forma repentina, cortando el rumbo, ganándose una mirada asesina del azabache por tan burdo acto.
Con mirada sombría y excitada, lo miro con suficiencia para después sonreírle engreídamente, antes de pasar por su lengua los dedos que había puesto en el interior del azabache y degustar la humedad que yacía en ellos y Oikawa se relamió los labios en acto reflejo.
”Voltéate. ” ordenó.
Si iba a hacer que se corriera, no planeaba hacerlo con los dedos.
El azabache obedeció gustosamente y se acomodó, recostándose sobre su espalda para quedar boca arriba, y entregarle una vista que, en si, no era tan reveladora como la de su trasero elevado, se sentía aún más expuesto porque no solo lo estaba físicamente al mostrarle su erección a Iwaizumi en todo su esplendor, sino que ambos podrían mirarse directamente a los ojos a partir de este momento. ¡Y eso los podía! ¡A ambos!
Con la palma de su mano derecha, Iwaizumi comenzó a tocar la piel de Oikawa, comenzando un poco por debajo de la rodilla, ascendiendo lentamente, dibujaba arabescos invisibles para detenerse un poco más en cada cierta zona y la respiración de Oikawa se volvía un poco más ruidosa tras cada toque.
Sintió que el alma le dio un vuelco cuando la mano izquierda de Iwaizumi lo tomo de la nalga derecha de forma sorpresiva para apretujarla firmemente al tiempo que la otra mano comenzar a llegar cerca de su ingle.
”Mierda. ” siseo por lo bajo mordiéndose el labio inferior.
Y eso fue todo lo que se necesito, esa jodida mordida de labio para que Iwaizumi lo tomara por las caderas arrastrándolo más cerca de él, mandando toda la gentileza a la mierda y penetrarlo duro, de una sola estocada arrancándole un sonoro gemido que hasta los del apartamento de a lado lograron escuchar.
”¡Mierda! ” siseo Iwaizumi entre dientes ” tan estrecho ” susurró para sí mismo cuando intento mover sus caderas para comenzar con las embestidas pero si miembro estaba tan apretado que sintió que se vendría casi conforme logrará moverse como él quería, ansiaba y necesitaba en ese momento.
Así que son sumo cuidado, Iwaizumi fue retrocediendo sobre sus pasos, y cuando vio que la punta de su miembro se podía ver casi fuera de la entrada del azabache, arremetió de nueva cuenta con la mía fuerza de antes arrancándole un gemido tan sensual que le erizo la piel.
Oikawa se aferró a los brazos de Iwaizumi que estaban justo a lado de su cuerpo.
”Sigue ” suplicó ” ya no puedo soportarlo más, quiero correrme, quiero que te corras en mi. Quiero sentir tu miembro caliente correrse dentro de mi. ” alegó ” No necesitas ser gentil hoy, solo… hazme tuyo.
Y las embestidas sin reparación comenzaron.
La respiración gutural de Iwaizumi y los sonoros gemidos de Oikawa inundaban la habitación, el sudor perlando sus cuerpos, el erótico sonido húmedo de las porciones de piel chocando tras cada arremetida, las manos del azabache arañando con profundo frenesí la espalda de su nuevo amante, todo, absolutamente todo los hacía sentir tan bien que no querían que terminara ese pequeño momento, pero la liberación de ambos estaba cerca.
De un movimiento rápido, Iwaizumi colocó una de las piernas de Oikawa encima de su hombro para poder llegar más profundo, quería degustar lo más profundo de su ser con su palpitante miembro, pero a la vez quería también llegar a lo más profundo de su alma al forzar la flexibilidad del azabache, la cual agradecía internamente que aún no había perdido, se acercó a su rostro y lo beso, a lo que Oikawa trato de responder lo mejor que puedo para que después ambos terminarán corriéndose.
Los espasmos del orgasmo recorrieron sus cuerpos, y cuando su liberación terminó, Iwaizumi no salió de inmediato de Oikawa, aún cuando las piernas de este temblaban como hojas de papel, por el orgasmo, y por aún tener la pierna sobre el hombro del pelinegro, sino que en su lugar, abandono sus labios lentamente pero sin alejarse más que la distancia suficiente para mirarlo directamente a los ojos y con lentitud, saco la pierna de encima de su hombro.
”Te amo. ” susurró.
Le plantó un beso rápido en los labios finiquitándolo con una suave mordida para después distraerlo con el repentino vacío en su cavidad cuando sacó su miembro de su interior, dejándolo imposibilitado de siquiera reprochar.
Ambos se quedaron tumbados en la cama, regularizando sus respiraciones hasta que Oikawa se levantó y se montó encima de Iwaizumi.
”Bien, ahora es mi turno.
Una sonrisa ladina apareció en su rostro e Iwaizumi solo se relamió los labios. Sin dudas sería una larga noche, donde además de darse unos buenos polvazos, los sentimientos de ambos quedarían totalmente expuestos.

”Te amo. ” susurró Oikawa para después descender rápidamente hasta la parte baja de Iwaizumi y brindarle toda su atención a su “pequeño amiguito” y seguir con el placer que ambos, durante demasiados años habían reprimido.
Notas finales:

Espero que les haya gustado, y me dejan algún rw sobre en qué puedo mejorar y cosas así.

 

Gracias por leer. ^^


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