Cuando se habían enterado del torneo de los tres magos y que este sería realizado en Howards todo el mundo estaba emocionado, pero aquella emoción desapareció del rostro de cierto azabache y rubio al enterarse que ese año no se realizaría los partidos de Quidditch.
—Has tenido suerte este año Potter —Le comento Draco Malfoy al muchacho de cabellera negra desordenada mientras le dedicaba una sonrisa socarrona—Justo el año donde no pensaba tener piedad contigo en el campo no se realizarán los juegos
—Sigue soñando Malfoy —El peli-negro le contesto mientras le sonreía con burla— Todos saben muy bien que este año iba a quedar más que claro que Slytherin debía conseguir un nuevo buscador
—Sigue soñando, Potter —Le molesto este antes de alejarse cada uno a su sala común.
Así se comportaban ellos, siempre compitiendo quien era mejor y al compartir varias clases era mucho más fácil, aunque en donde aún no lograban demostrar superioridad frente al otro era en los partidos de Quidditch y aunque su meta de poder derrotar al otro en los juegos no era posible, eso no dejaba que cada vez que tuvieran oportunidad se sacarán en cara sus derrotas pasadas.
Con el paso de las semanas Angelina había insistido que a pesar de no haber torneo ese año deberían seguir practicando arduamente para estar preparados, aunque fue notorio que su capitana no había sido la única en pensar aquello ya que en poco tiempo el campo de Quidditch ya tenía todos sus horarios ocupados con los distintos equipos.
—Es una lástima amigo, pero te da más tiempo para practicar —Su padrino, Sirius Black, le hablaba del otro lado del espejo de doble cara que le había entregado al comienzo de su vida escolar en Howards— Y así patear la estirada cara de ese Malfoy dándole su mayor merecido
—No creo que esa sea la idea del juego, Sirius —Lupin hablo por detrás de este mientras golpeaba suavemente la cabeza del peli-negro con un libro de texto— Igual es bueno que practiques, pero hazlo por ti, no por demostrarle algo a alguien Harry
—Tú le quitas la diversión a todo —Bufo su padrino mientras dibujaba una mueca de disgusto en sus labios—
—Pues Lupín tiene razón, hazlo por ti y diviértete —Su padre tomo el espejo y lentamente se alejó de dónde sus amigos comenzaban a intercambiar opiniones— Pero no te sientas culpable de disfrutar de ver cómo Malfoy pierde y queda humillado
—¡James! —Su madre reprendió desde atrás de este, generando que su padre quitara la sonrisa de burla que había aparecido en sus labios
Riendo entre dientes, se despidió de su familia y se acostó en su cama mientras su mente vagaba en aquellos juegos que había tenido contra el rubio, los errores cometidos y los trucos acertados que se había inventado en el momento. No importaba, sabía que podría ganarle en cualquier momento.
Escondiendo el espejo, se fue a la sala común donde Hermione se encontraba escribiendo un pergamino y Ron jugaba ajedrez mágico con su hermana Ginny, la verdad es que tenía que estar trabajando como Hermione pero no tenía ánimos de estudiar, por lo que evitando a la mayor se acercó a ver cómo jugaba su mejor amigo y su hermana, pero después de un rato también se aburrió de aquello.
Saliendo de la sala común de Gryffindor comenzó a caminar por los pasillos, aún no era tan tarde por lo que aún tenían permitido deambular por los pasillos, hasta llegar a las cercanías del capo de Quidditch logrando ver como el equipo de Slytherin entrenaban y ahí, en lo más alto del campo, se encontraba Draco Malfoy intentando atrapar la Snitch mientras era atacado por los bateadores de equipo quienes trataban de darle con las bludgers, mientras los demás practicaban con la quaffle.
Siempre se había quejado de los intensos entrenamientos con Oliver y ahora con Angelina, pero debía admitir que no eran nada comparado a la exigencia y crueldad de los Slytherin.
Luego de llevar unos minutos observando, se alejó del lugar al ver que el tiempo de entrenamiento ya estaba terminando. No quería encontrase con ellos, menos después de un entrenamiento, lo que menos quería es que comenzarán los rumores de que se encontraba espiando, por lo se alejó lo bastante rápido en dirección al castillo hasta perder de vista al equipo de las serpientes.
Con la cabeza llena de ideas de cómo Malfoy podría estar mejorando hasta superarlo se dirigió a la sala común de Gryffindor y sin dirigir ninguna palabra se fue a dormir a su habitación. ¿Era posible que la serpiente estuviera practicando más que él? ¿Sería capaz de ganarle aquel año y no poder superarlo jamás?
Con todos estos pensamientos en su cabeza, era imposible esperar que no soñara con la victoria del rubio en un partido donde quedaba en la vergüenza total, despertando incluso más cansado de lo que se había ido a dormir. Hablaría con Angelina, necesitaba practicar más y más duro.
No permitiría que aquel rubio lo superará.
No al menos sin dar la pelea.
Pero todo cambio cuando en plena clases de pociones un pequeño papel en forma de cisne llegó a su pupitre, en aquel lugar solo unas pocas palabras lo hicieron perder total concentración al estricto profesor Snape.
"Te espero en el campo de Quidditch después de clases. ¿O tienes miedo Potter?"
Qué Malfoy lo citará no era nada bueno, pero el hecho que al voltear a ver al rubio este simplemente lo ignorará lo había desconcertado. Siempre que había hecho algo parecido le había devuelto la mirada con arrogancia y burla, inclusive con la ayuda de sus amigos.
La llamada de atención del profesor Snape lo obligó a esconder el papel e inventar una excusa para no estar prestando atención, aunque esto no evitó que no le quitara puntos a su casa si logro evitar que dijera cualquier cosa sobre estar observando al rubio.
—¿Qué te pasa Harry? —Hermione pregunto cuando ya se encontraban en el gran comedor almorzando— Haz estado distraído todo el día
—No es nada... —Murmuro viendo como la chica alzaba una ceja de manera que le indicaba no creerle— Solo estoy pensando quiénes podrían salir para representar a Howards en el torneo de los tres magos
—Yo apuesto a que será alguien como Cedric Diggory —Hablo Fred sentándose al lado de Harry—Claro que si no fuera porque nosotros también vamos a entrar
—Claro que alguien como nosotros no dejará decepcionada a las chicas, Diggory también haría un gran trabajo con eso —George comento sentándose al otro lado de Harry comenzando a comer
—¿Aún creen que podrán participar? —Hermione les pregunto con gracia y casi burla en su voz
—Pues claro que sí —George le sonrió con confianza
—Y lo haremos —Confirmo Fred antes de comenzar a comer un trozo de pollo
—Yo creo que Víctor Krum es un buen participante también —Agelina comento sentándose al lado de Fred— Aunque no sea de Howards será un buen contendiente para que participe
—¿Y por qué no alguna chica? —Pregunto Ron dejando de comer para comentar con los demás — Digo, no creo que solo chicos vayan a participar
—Aun estás pensando en aquellas chicas de Beauxbatons —Se burló George haciendo que el menor se sonrojará hasta las orejas— ¡Pero qué mono!
—Yo... Yo no hablaba de ello —El peli-rojo intentaba controlar su hablar mientras su rostro tomaba el mismo color de su cabello
Agradeciendo que el tema hubiera desaparecido por completo y qué Hermione no tuviera otra oportunidad para preguntar, Harry se relajó y olvidó por un tiempo el mensaje que el rubio le había mandado.
Después de clases, inventando que se le había quedado un libro en el salón de clases, dejo a sus amigos en la sala común y se fue en dirección al campo de Quidditch.
Una parte de él deseaba encontrase solo y que hubiera sido una broma por parte del rubio, pero otra esperaba encontrarlo para poder salir de dudas.
Al llegar se encontró completamente solo, frente a él se alzaba el campo de juego y una briza ligera movía el pasto que crecía en aquel lugar. Algo desepcionado comenzó a avanzar por el lugar, pero de pronto se detuvo ¿Y si todo era una trampa? ¿Y si Malfoy no se encontraba solo? Miró hacia el castillo, aún había gente, pero estaban muy lejos como para pedir ayuda, disimuladamente llevó su mano al bolsillo en donde guardaba su varita, no dejaría que lo atraparan sin luchar.
—Me sorprende verte aquí —Sacando la varita se volteó solo para encontrarse con un Malfoy totalmente desarmado y mirándolo con burla— ¿En serio Potter? ¿Tan bajo haz caído?
—De ti puedo esperar cualquier cosa, Malfoy —Murmuro el peli-negro comprobando que se encontraban solos para bajar su varita, pero sin guardarla— ¿Para que querías que viniera?
—Ayer te vi espiando nuestro entrenamiento —Hablo de manera tan pausada que Harry pudo imaginarse como desde su escoba el rubio pudo avistarlo— ¿Tan bajo haz caído?
—Nada de eso —El chico de gafas paso su mano libre por su cabello intentando buscar las palabras adecuadas— Estaba aburrido en la sala común y quise venir a divertirme un rato viendo como finges ser un cazador
—¿Acaso tienes miedo que te supere y no puedas evitarlo? —El rubio alzó una ceja de manera coqueta y una sonrisa burlona cruzo sus labios— El gran Harry Potter me teme
—Sueñas despierto Malfoy —Murmuro guardando su varita y sonriendo con seguridad, no permitiría que el rubio se metiera en su cabeza— ¿Yo temerte a ti? Soy el mejor buscador de los equipos, por qué le temería a una pequeña serpiente sin veneno
—Pues que te parece ver quién es el mejor —Malfoy le sonrió con confianza— Un juego, solos, tú y yo en busca de la Snitch dorada
—Tu solo dime cuándo y lo haremos —Aquello le parecía divertido, la rutina y la falta de Quidditch lo tenía aburrido, aquello podría cambiar las cosas
— La próxima visita a Hogsmeade —El rubio le dijo antes de darse la vuelta— Te esperaré aquí mismo, solo seremos tú y yo
Y así quedó acordado, después Harry no podía evitar esperar cada uno de los días que tenía de práctica para ir y dar lo mejor de sí, debía superarlo, quería ver la derrota en la estirada cara de Malfoy. Angelina más de una vez lo tomo de ejemplo, aunque si supiera sus verdaderas intenciones quizás no estuviera tan de acuerdo con colocarlo como ejemplo, pero debía admitir que ese desafío fue un gran incentivo.
Pero por alguna razón no quería que nadie supiera y, por primera vez, ni su padrino supo de su futuro encuentro con el rubio.
También había notado que tomo la costumbre de ver las prácticas del rubio, le gustaba esconderse en el bosque prohibido y verlo volar, como hacía maniobras para atrapará la Snitch dorada, le gustaba reír de sus errores, emocionarse con sus buenas maniobras y sufrir pánico cuando le veía caer de la escoba por alguna bludgers que le habían lanzado, para luego reír al ver que se tomaba venganza en contra del bateador que se había atrevido a tirarlo de la escoba.
Pero al parecer no era el único, más de alguna vez le pareció ver qué Malfoy se encontraba en las cercanías de la cancha con la intensión de verlo jugar.
—Harry ¿Cuál crees que será la primera prueba de los campeones? —Pregunto Dean haciendo referencia de los desafíos del torneo de los tres magos, algo que gracias a su amigo Ron ya sabía— Yo sé que son peligrosas y qué ponen a prueba todos sus conocimientos
—Pues, no se... —Harry simuló pensar mientras comía, mientras Ron lo miraba expectante— Hagrid tiene un perro de tres cabezas, podrían ocuparlo para el desafió
—Yo creo que un gigante sería más desafiante —Murmuro Seamus mientras mostraba un libro con la ilustración de uno— Solo imagínate enfrentarte a esa cosa
—¿No creen que debería estar pensando en sus deberes en vez del torneo? —Hermione pregunto alzando por primera vez en la cena la vista del libro de pociones— Les recuerdo que a pesar del torneo aún debemos cumplir con nuestros deberes
Mientras Ron le contestaba algo concerniente a saber divertirse Harry poso la vista en la mesa de los Slitheryn, ahí Malfoy con sus amigos hablaban sobre el mismo tema, solo que ellos comentaban que hubiera sido más emocionante que el prefecto de su casa hubiera salido campeón.
Las vistas se cruzaron por un momento, donde ambos por una corta cantidad de segundo se sonrieron con burla, al descubrir al otro preocupado de su existencia.
—Harry —Hermione hizo que dejara de verlo y posará la vista en la castaña— ¿Cómo que tampoco has empezado el informe de pociones?
Ahora su vista se pozo en el peli-rojo de su amigo, quién lo miraba con pena, estaba claro que esa noche los dos se acostarían tarde por culpa de cierta castaña que los obligaría a estudiar.
Luego de la primera temporada de exámenes y el primer desafío de los tres magos fue el turno de ir a Hogsmeade, pero una gripa había evitado que Harry acompañará a sus amigos o eso les hizo creer, todo gracias a los trucos que Sirius le había enseñado.
Cuando ya todos habían salido del castillo, Harry se cambió ropa y bajo a la cancha de Quiditch donde Draco, con su propio uniforme lo esperaba con una pequeña caja entre sus manos.
—Ya pensaba que te habías arrepentido —Malfoy le saludo con una sonrisa burlona
—Solo se me hizo algo tarde —Harry aclaro mientras se aseguraba que estaban solos— ¿Estás listo para que te gané?
—Más bien ¿Estás listo para perder, Potter? —Pregunto mientras liberaba de la caja una pequeña Snitch dorada— Son las mismas reglas, solos tu y yo
—Te veré cuando pierdas —Murmuro Harry montando su escoba y saliendo por los aires seguidos por Malfoy
Sin esperar mucho los dos se lanzaron a la persecución de la pequeña Snitch, donde a veces desaparecía para luego simplemente pasar cerca de sus rostros como burlándose de ellos. Aunque competían uno contra el otro Harry no pudo evitar la sensación que sentía cuando jugaba con su familia, se divertía y olvidaba sus obligaciones solo concentrándose en aquel mundo que se reducía a esa cancha, la pequeña Snitch y su contrincante.
Pasaron horas sobre sus escobas sin que ninguno de los dos logrará capturar a la escurridiza pelota y después de tanto ambos ya estaban agotados y fatigados, se había saltado el almuerzo y estaban cerca de la cena, pero aún no había un ganador.
De pronto Draco se lanzó en picada y Harry fue siguiéndolo, él no lograba ver la Snitch pero no pensaba dejar al rubio tener ventaja si este la había visto, luego de unos segundos donde ya le había alcanzado la vio, ahí sobre el pasto se encontraba la pequeña volando errática. Ambos alzaron sus manos para atajar la mientras que con la otra estabilizaban la escoba hasta que ocurrió, tan cerca cómo iban terminaron chocando uno contra el otro, perdiendo el control hasta caer juntos en el pasto con la pequeña Snitch bajo sus cuerpo.
—¡Maldición Potter salte de encima! —Grito Malfoy con notorio dolor
—¡Lo siento! —Se apresuró a levantarse para ver cómo la muñeca de Malfoy se había doblado con el impacto y entre está y el suelo se encontraba la Snitch haciendo presión— ¿Te duele?
—¡No idiota! —Grito nuevamente el rubio mientras pequeñas lágrimas intentaban escapar de sus ojos mientras intentaba acomodar su mano
—Ven —Murmuro el mayor, antes de tomar al Draco e intentar hacerlo caminar, para solo notar que su tobillo no generaba la fuerza para mover la pierna— ¡Maldición!
Solo murmurando eso hizo lo único que había aprendido de su padre en una ocasión así y tomo al rubio en sus brazos y comenzó a andar a la enfermería, pero en vez de cruzar por los largos pasillos, prefiero subir por un atajo más oculto, pero con muchas escaleras.
—Potter déjame, iré solo —Se quejaba el rubio y mientras más se quejaba más rápido subía, ocupando la adrenalina que estaba sintiendo— ¡Potter!
—Callate Malfoy, sino nos van a escuchar —Murmuro cuando ya estaba por salir del atajo— Solo unos pasos más y estarás en la enfermería así que guarda silencio
Y tal como dijo, luego de unos pasos estaban en la enfermería y la enfermera Pomfrey se encontraba atendiendo al rubio.
—Tú no te vayas muy lejos —Sentencio la mujer cuando Harry mostró intenciones de alejarse— Si esfuerzas más ese tobillo solo será peor
Y bajando la vista lo vio, su tobillo estaba completamente hinchado y ya tomaba un color entre rojo y morado, siendo consiente que esa zona estaba caliente y comenzaba a doler, por lo que sin más remedio espero su turno en la camilla de al lado.
—Yo podía venir solo —Malfoy gruño en cuanto quedaron solos— No necesitaba que me rescataras Potter
—Claro, con el tobillo sin fuerza que pensabas hacer ¿Gatear? —Harry le miró y vio como el rubio apretaba los labios— Con un "gracia" basta
—Yo no pedí tu malita ayuda —Gruño de nuevo girándose a un lado de la cama evitando mover su mano muñeca herida—
—De nada —Murmuro Harry haciendo que el rubio solo bufará lo que generó que riera por lo bajo
Luego de que Angelina lo amonestará por más de una hora y qué Granger intentará averiguar cómo es que terminó en la enfermería se las arregló para huir e irse a su cama, no supo en qué momento, pero el rubio había escapado mucho antes que llegará Angelina, cuando había caído en un profundo sueño, así que no sabía cómo estaba, pero asumía que se encontraba tan adolorido como él.
—Harry —Su madre hablo de manera suave y dulce como cada vez que sabía que debía ser prudente para averiguar alguna cosa— Hermione nos informó que terminaste en la enfermería por resbalar por una de las escaleras —Explico remarcando mucho la palabra resbalar dándole a entender que no confiaba en esa parte de la historia— ¿Quieres contarme sobre eso?
—Yo solo me resbale —Afirmo mientras observaba las pecas del rostro de su madre, era lo más cerca que podía mirarla de sus ojos sin evitar que está notará que mentía, inclusive si era a través del espejo—
—Harry James Potter —Hablo su madre tan suave como la vez anterior pero que le llamara con el nombre completo indicaba que no sería dulce una segunda vez— ¿Estás seguro que fue en una escalera?
—Puede que no haya sido precisamente en una escalera — Murmuro mirando con una sonrisa traviesa en sus labios, pero la ceja alzada de su madre le dejaba en claro que requería más información que solo eso— La parte más precisa sería sobre mi escoba en el campo de Quiditch
Suavizando ahora su mirada e incluso bajando las manos de su cadera, su madre ahogo un suspiro entre cansancio y obviedad.
—Creí que este año no jugaría por el torneo —Ahora su madre volvía a ser tan dulce y comprensiva como siempre, inclusive curiosa, pero sin dar la sensación de estarlo interrogando— Al menos Sirius y tu padre no han dejado de decir que podrían hacer ambas cosas si quisieran
—Fue un pequeño partido con...—Como debería llamarlo frente a su madre, amigos no eran y no podía decirle enemigo sin ser reprochado por su progenitora— Un conocido, no quise contarle a Hermione para que no preocupara
—No querías que los interrumpieran —Corrigió su madre haciendo que se riera entre dientes nuevamente, aún no entendía como ella parecía conocer tan bien a la gente— Ten cuidado cariño, quiero que vuelvas completo a casa
Luego de despedirse se preguntó si Draco estaría recibiendo tanta atención como él. Pero el solo pensar de cómo se verían Crabe y Goyle preocupados, le hizo reír pensando en el dolor de muelas que sería para el rubio. Aunque conociéndolo lo más probable es que estuviera bien atendido.
Aquel Lunes le sorprendió ver a Draco en clases de pociones como si nada aún con el brazo con cabestrillo sujetándolo en una posición de descanso mientras que disimulaba muy bien que cojeaba de su pie lastimado, aunque esta vez ni siquiera se dignó de siquiera mirarlo, inclusive cuando su grupo de amigos intentaba mofarse por alguna cosa, este parecía que simplemente ignoraba su presencia.
Y eso le molestaba.
Él había terminado herido por una idea suya y ahora este solo le ignoraba. ¿Es que acaso esperaba que se acercara y le preguntará como estaba?
Ni que le importará aquello.
Más tarde y por culpa de Hermione fueron a la biblioteca a buscar un montón de libros para los deberes que debían hacer, allí lo vio nuevamente, con su grupo de aliados, pero sin prestarles atención al contrario estaba completamente concentrado en su trabajo de pociones.
—Ey Harry —Susurro Ron mirando donde esté observaba— ¿Te ha pasado algo con Malfoy?
—No, nada de eso —Harry miró a todos lados esperando que nadie estuviera pendiente en su conversación— Me parece muy raro que hoy no se haya metido con nosotros y temo que esté tratando algo
—No te preocupes es un idiota y su séquito no son mejores —El peli-rojo golpeó su hombro amistosamente antes de ir por el pasillo en que Hermione se había ido— Harry —Llamo luego de un momento de silencio— ¿No tiene que ver con tu accidente?
Harry apretó los labios, sabía que su amigo no confiaba en su escusa tampoco, pero aquello lo había sorprendido. Nunca había sido muy sagas para entender ciertos sucesos, le había costado más de un año entender cómo Hermione podía ir a tantas clases, pero ahora parecía sospechar.
—Para nada —Contesto Harry pasando por su lado para acercarse a dónde Hermione comenzaba a sacar varios libros de herbología, no sin antes escuchar un "Ajá" por parte de su amigo
Evitando que su amigo sospechara más, dejo de ir a ver al rubio a sus prácticas, al fin y al cabo, ya no tenía ninguna excusa, ya habían terminado su pequeño encuentro y estaba más que seguro que ninguno de los dos estaba muy contento con el resultado. Y con el tiempo se dio cuenta que no era el único que lo estaba evitando, ya que el mismo rubio fingía no saber de su existencia.
Para colmo parecía que desde aquel día nada le salía bien, Snape les daba más trabajo del acostumbrado en pociones, las clases de adivinación solo presagiaban lo mucho que sufriría en manos de sus enemigos (y el único que tenía lo estaba ignorando), le estaba costando mucho no caer dormido en clases de historia de la magia.
Para el colmo se acercaba el baile de Navidad y no se sentía con ganas de estar en medio de todo el caos del tema de buscar pareja sobre todo cuando su único intento con Cho Chang no había resultado como esperaba, al contrario, había hecho que sé si tienes como un total idiota al haber esperado tanto.
Tenía tanta energía e irá acumulada, de esa que lograba liberar al pelear y competir contra Draco Malfoy y ya no la tenía.
Y eso ya no lo soportaría.
Pensaba pasar escondido en su habitación durante aquel baile, pero su padre y padrastro estaban insistiendo tanto en intentar comunicarse con él que era mejor salir de ahí, aunque no contaba con encontrarse de frente a Draco Malfoy en el baño.
Este vestía con un traje de gala y el cabello bien peinado y lo único que no coincidía con todo era un guante de cintas en la mano que se había lastimado.
—¡Qué mal te ves! —Tan solo atinó a decir Harry haciendo que Draco lo mirara con una ceja alzada— Te ves más estirado que de costumbre
—Y tú estás igual, Potter —Comento este mientras se acomodaba las mangas del traje— Veo que no hay nada que pueda mejorarse en ti
—¿Y verme tan estirado como tú? —Sonrió con sorna el peli-negro, se sentía tan bien liberar todo eso que había estado acumulando— Me gusta ser un desastre, pero al menos agradezco cuando alguien me ayuda
—¿Aún no superas eso, Potter? —El rubio lo miro serio para luego pasar su mano por su cabello acomodándolo— ¿Qué te parece si a la próxima yo te llevo a la enfermera y tú te rompes la muñeca?
—¿Quieres que te vuelva a ganar? —Pregunto con gracias y un poco de emoción el mayor
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Ron y Hermione aún no lograban entender por qué apoyaban estás locuras, pero al ver que Sabini y Pansy se encontraban en su misma condición al menos no se sintieron tan solos, sobre todo cuando de a poco se empezó a llenar de más de sus amigos, quienes venía a ver el juego uno contra uno entre Draco Malfoy y Harry Potter.
Iban ya en su último año y las cosas entre ellos ya era bastante extraña, pero parecía que lograba funcionar para ellos.
—¿Asustado Potter? —Pregunto Draco al peli-negro pero este solo sonrió.
—Ya quisiera Malfoy —Tan solo contesto